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Propuesta de análisis teórico del problema salud-enfermedad mental, normal-anormal para pensar en un nuevo modelo de conceptualizar al sujeto (paciente) desde la postura de Michel Foucault.

Autor/autores: Sergio García Jiménez
Fecha Publicación: 01/03/2009
Área temática: Psicología general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

El problema de la salud-enfermedad dentro de las áreas médicas siempre ha sido de vital importancia. Sin embargo para la psiquiatría sólo el aspecto biológico es el de mayor relevancia y por lo tanto otros aspectos como el social, psicológico y el epistemológico no son tan relevantes para la medicina biologisista y la psiquiatría.

Foucault es un investigador que desarrolló diversos estudios para explicar las relaciones de poder y conocimiento en diferentes áreas, una de estas áreas es la psiquiatría. Por lo que se analizará desde el pensamiento de Foucault una nueva manera de plantear el problema salud-enfermedad.

Palabras clave: Michel Foucault, análisis teórico


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Propuesta de análisis teórico del problema salud-enfermedad, normal-anormal para
pensar en un nuevo modelo de conceptualizar al sujeto desde la postura de Michel Foucault.

La psicología no podrá decir jamás la verdad
sobre la locura, porque la locura posee la verdad
sobre la psicología.
Michel Foucault (1967).

Dentro del modelo médico psiquiátrico la clasificación de sano y enfermo tiene una
estrecha relación con la locura y la normalidad o conducta normal. De esta manera, la
locura es entendida como un estado de carencia de razón, en donde existe una ruptura con
la realidad; así el loco es un ser "alienado", un ser que no actúa como los demás, que no es
"normal". Y es por esta razón que se debe ver a la locura como una interrogante y no como
una simple enfermedad, pues para la psiquiatría con influencia positivista sólo los aspectos
biológicos son los únicos determinantes de las llamadas "enfermedades mentales"; sin
embargo, la locura por sí misma no puede tener una sola explicación, sino diversas "causas"
o razones tanto sociales como económicas, políticas e históricas. Ya que a partir de la razón
se busca definir a la locura, ya que dentro del discurso la razón todo se clasifica y califica,
se clasifica al sujeto como psicótico, como esquizofrénico; se califica y diagnostica con un
inventario de personalidad y se clasifica a una persona como "enferma" y a otra como
"sana", todo esto debido a la racionalidad desde la perspectiva médico-biológica.
El análisis de estos aspectos puede cuestionar la forma en la que se asigna y designa
a una persona como enferma mental y a otra como sana; aunque sobre este problema vale la
pena hacer una reflexión más amplia. Sin embargo ¿por qué conceptualizar al sujeto o
paciente desde el planteamiento del pensador francés Michel Foucault?
Primeramente porque "Foucault explica la existencia de los manicomios y el manejo
de las técnicas conductistas para condicionar las actividades de los individuos. De este
modo el saber de lo psicológico más que ningún otro, está íntimamente relacionado a las

prácticas de poder que definen la organización de una sociedad. [(Por ejemplo en Vigilar y
castigar)].
[En segundo lugar porque] nos da elementos para cuestionar las bases racionales del
conocimiento científico al poner en duda la causalidad como el orden preestablecido de la
verdad natural y del pensamiento. [Foucault es] un autor que enriquece [la] expresión de las
teorías psicológicas en el marco de lo histórico, lo humano y lo social, elementos que
resultan indispensables para el desarrollo de la psicología"1.
Es por estas razones por las cuales y para el desarrollo de esta investigación se
propone a Foucault como una alternativa a las posturas existentes en psiquiatría y
psicología, en esta última posturas como lo son el conductismo, el psicoanálisis y la
psicología de la Gestalt entre otras para el análisis de los conceptos de normalidadanormalidad.
Dentro de esta explicación se debe tener en cuenta que "la salud mental no debe ser
considerada en ningún caso en términos de liberación de un estado de «enfermedad» sino
en términos de realización del hombre como un ser social: su tutela plantea pues de por sí
problemas que se refieren a la estructura de las relaciones entre las personas dentro de una
sociedad divididas en clases; concretamente entendido en términos de psicología marxista,
el concepto de salud mental es, pues, un concepto que presupone, para realizarse
concretamente, una modificación profunda de las estructuras de la sociedad en que vivimos
y de las relaciones entre las personas que constituyen una simple consecuencia de ellas" 2.
Por lo tanto, el sujeto que es considerado como "enfermo" debe estudiarse no sólo como un
ente biológico, sino como un ser que es parte y fundamento de un sistema social dado.
Para poder realizar este análisis, se debe tomar en cuenta en primer lugar que el
tratamiento de la locura en la psicología obedece a ciertos patrones. Uno de estos patrones y
quizá el más importante es el tratar a la locura como una "enfermedad", por lo que se busca
1
2

Corres, P. Razón y experiencia en psicología. p 148.
Cancrini, L. ; Malagoli, M. psiquiatría y relaciones sociales. pp 102-103.

curarla en lugar de entenderla. Sin embargo, la psicología es una ciencia muy diferente a la
medicina, aunque ambas tratan de resolver problemas semejantes, como la salud del sujeto.
En este sentido, se debe tomar en cuenta que "la medicina, entendida como acto de
curar, posee uno de los discursos más antiguos; en tanto se ejerce por las sociedades
primitivas como resultado de la magia, acompañó el nacimiento del pensamiento griego
junto al arte, emergió de las universidades medievales como disciplina independiente, con
la misma categoría del derecho, la teología o la filosofía; pero a diferencia de las anteriores
disciplinas fue la única que desarrolló una conexión estable con la ciencia y la tecnología.
[. . . ] Lenta pero progresivamente, la mirada médica se dirigió exclusivamente al
pensamiento biológico del hombre. [. . . ] Este distanciamiento de lo humano, consecuencia
entre otras cosas [del positivismo], ha determinado la práctica médica actual, de tal forma
que, llegados a fines del siglo XX, no se ha permitido la anexión, al cuerpo teórico de la
medicina, de los descubrimientos freudianos, ni de aspectos sociales, culturales o
económicos, que [como es bien sabido] determinan y modelan la enfermedad y la práctica
médica"3. Por lo que la psicología clínica, que busca de algún modo "curar enfermos
mentales" debe tomar en cuenta análisis como este, ya que a diferencia con la medicina, no
posee un discurso tan antiguo, ya que formalmente, la psicología como ciencia surge en
1879; aunque la enfermedad mental comenzó a estudiarse desde antes.
A pesar de esto, la psicología clínica comparte con la medicina dos aspectos
importantes: ambas desarrollan conexiones estables con la tecnología y se centran
exclusivamente en el hecho concreto, verificable y medible, dejando fuera otros aspectos
importantes que determinan a la enfermedad como tal.
Uno de estos aspectos importantes y que influye en gran medida en el desarrollo de
la enfermedad mental es como se ha explicado anteriormente el papel que juega la sociedad
en un momento dado, pues no se puede decir que el sujeto permanece ausente al medio en
Ortíz Quesada, F. "Hacia una epistemología de la medicina". En Utopias. No. 2 Mayo-Junio de
1989.
3

el cual se encuentra. El grupo social, de alguna manera va a determinar ciertos patrones de
conducta que son considerados como "normales".
Sobre la influencia que ejerce la sociedad para la determinación de la locura, se
puede decir que "mientras los seres humanos vivan dentro de una estructura de acción,
sentimientos y valores aceptados; mientras la mayoría de los individuos sigan su vida
acostumbrada y continúen pensando y sintiendo como siempre lo han hecho, sin formular
preguntas fundamentales, la energía humana se transforma, sin obstáculo, en actividad. 4.
Como se puede apreciar en este tipo de explicación, el aspecto biológico no es el
único factor ni el más importante para la determinación de la locura en el sujeto, lo cual nos
lleva a replantear no sólo el origen de la "enfermedad mental", sino también el estudio del
sujeto dentro de la psicología clínica.
Otro aspecto que es sin duda importante para la determinación de la locura es el
histórico. Históricamente, la locura ha pasado de ser un "hechizo" o "posesión diabólica" a
una "enfermedad", del mismo modo en que los locos se han transformado, por decirlo así,
de "poseídos" o "endemoniados" en "locos" y "enfermos mentales", pues la explicación de
la locura evolucionó al tener una base teórica derivada del método experimental de las
ciencias naturales como la biología y la medicina.
Esta evolución ha sido más bien lenta, pues así fue el desarrollo de la medicina
durante algunos periodos en la historia de la humanidad; de esta manera durante "el siglo
XVIII se le otorgaba el mismo reconocimiento a la razón que a los sentimientos como
resortes de la conducta humana, y los contemporáneos estaban conscientes de que existía
una relación recíproca complicada e intrincada entre ellos. Pero cuando la ruptura de
relaciones entre la cabeza y el corazón [por así decirlo] llevó a un desacuerdo en lo
fundamental, la brecha resultante abrió el camino al surgimiento de la oscuridad, lo

4

Rosen, G. De la policía médica a la medicina social. pp 67-68

misterioso y lo demoníaco, en resumen, a lo irracional, desde las profundidades de la
psiquis del siglo XVIII"5.
Sin duda el siglo XVIII fue determinante para el desarrollo de las ciencias, pues la
religión

deja de tener peso dentro de las explicaciones a los diferentes fenómenos

naturales, como por ejemplo las enfermedades. Además, las condiciones de vida llegaron a
mejorar considerablemente gracias a los descubrimientos hechos sobre aspectos médicos; a
pesar de esto, el sujeto ha quedado de algún modo sometido a las decisiones por parte de
quienes tienen el poder.
Foucault maneja en su discurso la relación entre saber y poder, lo cual es importante
para realizar un análisis sobre el tratamiento de la enfermedad mental y la
conceptualización del sujeto o paciente desde una postura diferente a la manejada por parte
de la psiquiatría positivista y la psicología clínica.
Un aspecto que hasta este momento no se ha desarrollado de manera amplia y que
es importante dentro de este análisis es el de bio-poder.
"Según Foucault, el bio-poder se constituyó alrededor de dos polos al principio de la
Época Clásica. Estos polos permanecieron separados hasta el inicio del siglo XIX, cuando
se combinan para formar las tecnologías del poder que todavía caracterizan de manera
visible nuestra situación actual. Uno de estos polos se centraba en la especie humana. Por
primera vez en la historia, las categorías científicas: - especie, población y otras - , en lugar
de las categorías jurídicas, se convertían en el objeto de la atención política de una manera
consistente y sostenida. Los esfuerzos por comprender los procesos de regeneración
humana se vincularon íntimamente con otros fines más políticos. El otro polo del bio-poder
se centraba en el cuerpo, no tanto como medio de la reproducción humana, sino como
objeto susceptible de ser manipulado. Una nueva ciencia, o más exactamente, una
tecnología del cuerpo como objeto de poder, se conformó gradualmente en localizaciones
desiguales y periféricas. Foucault lo llama «poder disciplinario». El objeto principal del
5

Rosen, G. Op. Cit. p 65

poder disciplinario era producir un ser humano que pudiera ser tratado como un «cuerpo
dócil»Error: Reference source not found. Este cuerpo dócil también debía ser un cuerpo
productivo. La tecnología de las disciplina se desarrolló y perfeccionó en los talleres, los
cuarteles, las prisiones y los hospitales, en cada uno de éstos lugares, el objetivo general era
un «aumento general de la docilidad y utilidad» de los individuos y las poblaciones. Las
técnicas para disciplinar los cuerpos se aplicaron fundamentalmente a las clases obreras y al
subproletariado, aunque no de manera exclusiva, puesto que también operaban en escuelas
y universidades"6; así como en clínicas y hospitales de asistencia social, principalmente en
aquellas en donde se atiende a "enfermos mentales".
Sobre este aspecto de la relación que se da entre las ciencias de la conducta y el
poder es importante señalar que el papel que juegan las instituciones, los médicos y
psicólogos es en la mayoría de los casos el de mantener el orden y las "buenas costumbres"
de la sociedad; jugando un papel casi como el de un policía. Foucault expone este aspecto
"en uno de sus estudios de historia. Pues La historia de la locura mostraba lo siguiente: el
hospital General como forma entendida o lugar de visibilidad de la locura no tenía en
modo alguno su origen en la medicina, sino en la policía; y la medicina como forma de
expresión, agente de producción de los enunciados de «desvarío», desplegaba su régimen
discursivo, sus diagnósticos y sus tratamientos fuera del hospital" 7 pues las formas de
control sobre la normalidad y la enfermedad mental están presentes cada vez más dentro de
la sociedad; ya que se excluye a los locos de los cuerdos debido a que son "peligrosos".
Sin embargo, no todos los locos son peligrosos ni todas las patologías son las
mismas, pues existen diferencias individuales y una "enfermedad" se desarrolla y
manifiesta de manera distinta en cada persona. Este hecho en particular hace que existan
contradicciones dentro de la manera en que se explica a la locura, pues la psicología de las
diferencias humanas utiliza métodos estadísticos para la determinación de las categorías
6
7

Dreyfus, H. L. ; Rabinow, P. Michel Foucault: más allá del estructuralismo y la hermenéutica 115.
Deleuze, G. Foucault. pp 90-91.

que se utilizan en los problemas que se estudian y sin embargo cuando se busca una
solución a estos problemas, se trata a todos los involucrados como iguales y con
características muy semejantes, casi idénticas; por lo tanto las diferencias entre los sujetos
no son relevantes, lo cual justifica que todos sean considerados como iguales.
Otro problema relacionado con esto es que se debe tener en claro que "el papel
represivo del manicomio es conocido: en él se encierra a la gente y se le somete a una
terapia -química- sobre la cual no tiene ninguna opción, o a una no-terapia que es la camisa
de fuerza. Pero la psiquiatría [positivista] se prolonga en ramificaciones que van mucho
más lejos, que se encuentran en los asistentes sociales, los orientadores profesionales, los
psicólogos escolares, los médicos que hacen psiquiatría de sector -toda esta psiquiatría de la
vida cotidiana que constituye una especie de tercer orden de represión y de la policía-. Esta
infiltración se extiende en nuestras sociedades, sin tener en cuenta la influencia de los
psiquiatras de prensa que divulgan sus consejos. La psicopatología de la vida cotidiana, si
se le examinase de cerca, revelaría posiblemente lo invisible del poder. [Aunque está claro
que] el rechazo del hospital psiquiátrico por el enfermo tendrá sin duda más dificultades
para afirmarse como un rechazo colectivo y político. El problema es saber si los enfermos
sometidos a la segregación del manicomio pueden levantarse contra la institución y
finalmente denunciar la misma división que los ha definido como enfermos mentales" 8. Sin
embargo, se debe de tomar en cuenta que es trabajo del psiquiatra determinar quien entra y
quien sale del manicomio; en este sentido, su labor puede ser importante para lograr un
trato más justo para los enfermos mentales, pero además su labor no debe conducir a
exportar la psiquiatría al exterior, multiplicando las intervenciones y la segregación a la
vida cotidiana.
Otra cuestión que surge a partir de este problema es el de la readaptación del
enfermo mental al campo de trabajo, por lo cual su tratamiento debe de ser rápido, pues las
terapias de larga duración no permiten que los sujetos entren en el campo de trabajo y sean
8

Foucault, M. Microfísica del poder. pp 40-41.

productivos, por lo que se considera a los enfermos mentales como vagos, ociosos y en
ocasiones como criminales; considerándose a la locura como peligrosa.
Para entender, de acuerdo con la postura de Foucault, por qué se trata de una
manera en particular a los sujetos considerados como enfermos mentales, es necesario
analizar diversos aspectos. Primeramente, se debe tener en cuenta que "así como el lenguaje
psiquiátrico no pudo constituirse, en realidad, sino después de la división social de la razón,
el lenguaje clínico sólo pudo sistematizarse a partir de una serie de hechos a la vez
lingüísticos y sociales: «la medicina como ciencia clínica apareció en circunstancias que
determinaron, con su posibilidad histórica, el ámbito de la experiencia y su estructura
racional. estas circunstancias dan forma a su 'a priori' concreto que ahora es posible sacar a
la luz, Error: Reference source not foundtal vez porque una nueva experiencia de la
enfermedad está apareciendo y ofrece sobre aquella que va quedando rezagada la
posibilidad de una captación histórica y crítica». Querer comprender la transición del «¿qué
tiene usted?», señala el advenimiento del lenguaje clínico, es en efecto, aplicarse al estudio
de una mutación, la de un discurso no formalizado en el que se confunden la manera de ver
y la manera de decir [. . . ] en una experiencia clínica, el acceso [. . . ] del individuo concreto al
lenguaje de la racionalidad"9.
Sin duda este cuestionamiento hacia las ciencias médicas cobra importancia pues en
él se le da un lugar al sujeto que es considerado "enfermo". Aunque la transición que se
enuncia al preguntársele ¿qué tiene usted?, debería ser ¿cómo se siente usted?; ya que lo
más importante para el enfermo es su estado de ánimo, mientras que para la psiquiatría
positivista lo que tiene el sujeto es lo único que importa.
Por lo tanto, se le debe dar un lugar al enfermo mental; aunque en realidad no es así
debido a la relación existente entre el poder y el saber que es inminente en el tratamiento de
la locura; pues el sujeto no expresa en realidad lo que tiene y lo que quiere al respecto de lo
que le sucede y esta decisión es tomada por el terapeuta, por lo cual no se toma en cuenta la
9

Guédez, A. Lo racional y lo irracional. Introducción al pensamiento de Michel Foucault . p 28.

palabra del enfermo mental, excluyéndosele de lo que en realidad quiere, que es
desconocido para quienes rodean al sujeto. De esta manera, hay que considerar que "en
cuanto a la exclusión de la locura [. . . ] se debería ver cómo -en el nivel efectivo de la
familia, del entorno inmediato, de las células o de los niveles más bajos de la sociedadfenómenos de represión o de exclusión han tenido sus instrumentos, su lógica, han
respondido a cierto número de necesidades. En lugar de buscar en la burguesía los agentes
de la represión o de la exclusión en general, se debería individualizar los agentes reales (por
ejemplo el entorno inmediato, la familia, los padres, los médicos, etc. ) e indicar cómo éstos
mecanismos de poder, en un momento dado, en una coyuntura precisa y mediante cierto
número de transformaciones, comenzaron a hacerse económicamente ventajosas y
políticamente útiles"10; circunstancias que determinan la clasificación, o mejor dicho la
conceptualización del sujeto que es considerado como anormal.
Por ejemplo, muchas veces el enfermo mental no decide la clínica en la que ha de
estar, los medicamentos que le suministran y el tipo de terapia a la que lo someten. Y todo
esto porque aparentemente el sujeto está alienado, su pensamiento no es lúcido ni lógico, es
incoherente en su manera de hablar y en ocasiones al actuar en su entorno; sin embargo los
delirios y las alucinaciones al parecer lo desgarran por dentro y lo atormentan
cotidianamente sin que pueda hacer algo para poder evitarlo.
Con respecto a este problema, se debe tomar en cuenta que no todos los sujetos que
son considerados como locos son peligrosos, pero dentro de las instituciones psiquiátricas
se les trata por igual, administrándoles sedantes para mantenerlos tranquilos; debido a que
son considerados "peligrosos" por ser diferentes a las personas "normales".
Además, se argumenta que el loco no es responsable de sus actos y por lo tanto no
es consciente y no puede decidir lo que es bueno para él, por eso otra persona que está
capacitada es responsable de sus actos; en este caso es el psiquiatra o el psicoterapeuta.

10

Foucault, M. Genealogía del racismo. pp 41-42.

Retomando el problema que se ha analizado hasta este momento, es importante
tener en cuenta que "el mecanismo de la locura no tiene, pues, sentido sino como revelador
de la autonomía de la voluntad en relación con el principio intelectual, en la medida en que
aquélla atestigua su capacidad de oponerse a la acción de éste. La patología mental es la
forma externa de este sometimiento del principio intelectual al principio volitivo; la
patología traduce la fuerza de los efectos de la voluntad al mostrar el veto previo que ejerce
la voluntad para dar paso a todo objeto de pensamiento. [. . . ] Dicho de otra manera, porque
la voluntad es el principio soberano de la desestructuración, como se le ve en la locura. Esto
es también lo que funda el parentesco de la genialidad y de la locura, doble expresión de la
potencia de la voluntad, con la diferencia de que en el caso del genio la inteligencia llega a
quedar «emancipada del servicio de voluntad» "11.
Por lo tanto voluntad y cordura son inseparables, además la voluntad está del lado
del sano, es decir del que es considerado normal; lo cual es quizá una cuestión que de algún
modo se ha determinado del mismo modo en que se ha hecho con la noción de normalidad
y anormalidad.
Sin duda una cuestión que es importante para entender más claro porque la locura es
considerada como una conducta desviada es la que se refiere al sujeto o paciente.
El sujeto o paciente para la medicina es, antes que todo un ente biológico; el sujeto
como ser pensante para la psiquiatría positivista existe, pero sólo a partir de la relación
entre otro sujeto biológico, sin considerar que no sólo es un cuerpo con un funcionamiento
dado, sino que es un ser que se desarrolla e interactúa en un medio psico-social-histórico.
Por eso, al enfermar, la medicina sólo considera como causa única lo que ocurre a
nivel biológico sin tomar en cuenta que hay aspectos como los psicológicos, los sociales y
en ocasiones los económicos que de alguna forma influyen considerablemente para el
desarrollo de una patología dada, incluyendo las patologías mentales.

11

Assoun, P. L. Freud, la filosofía y los filósofos. pp 200-201

De esta manera, se actúa sobre el cuerpo porque hay cierto dominio que de algún
modo va a determinar un control a un nivel mayor, interviniendo en otros ámbitos como lo
son el psicológico y el social.
Este tipo de relación es la que se plantea en el pensamiento de Foucault con
respecto al poder. Sin embargo, Foucault es claro al decir en una entrevista realizada por
Gerard Roulet cuál es su posición respecto al poder:
"No estoy desarrollando una teoría del poder. Estoy trabajando en la historia, en
un momento dado sobre la manera en que la reflexividad del sí mismo es establecida, y
sobre el discurso de verdad que está unido a ella. Cuando hablo de las instituciones de
confinamiento del siglo XVIII estoy hablando de las relaciones de poder del modo en que
existieron en ese tiempo. Así que no puedo ver cuál es la objeción, a menos que no me
impute un proyecto totalmente diferente al que me es propio: el de desarrollar un análisis
del poder como ahora existe. En lo absoluto. Tomo a la psiquiatría, por supuesto, como es
ahora, en ella busco por la aparición de ciertos problemas, en el mismo quehacer de la
institución, que nos refieran, en mi opinión, a una historia - y una relativamente larga
involucrando varios siglos - "12.
Es en este rubro en el que se fundamenta parte de este análisis; el planteamiento de
Foucault que se desarrolla en su libro La historia de la locura en la época clásica, pues el
desarrollo histórico de la locura nos lleva a entender en parte por qué el poder se relaciona
con el saber dentro de la práctica terapéutica en la psiquiatría y en la psicología clínica.
Es importante tener en claro lo que es el poder y cómo se estructura en la vida
cotidiana, pues a partir de su análisis y discusión se puede formular una conceptualización
diferente a la que es manejada dentro de la psicopatología. Esto, de algún modo es
importante para el desarrollo de la psicología, pues al tener una propuesta diferente a la de

Roulet, G. "Estructuralismo y postestructuralismo: Una entrevista con Michel Foucault". En
Nematihuani No. 7. 1990 E. N. E. P. Zaragoza.
12

la psiquiatría positivista la haría una ciencia más independiente y con un punto de vista
propio sobre el problema de la enfermedad mental.
Sin duda, lograr esto es muy difícil, puesto que la influencia psiquiátrica dentro de
la psicología ha determinado el tratamiento que se les dá a los llamados "enfermos
mentales", así como la clasificación de normal y anormal dentro de la psicología clínica.
Un aspecto importante que de algún modo se relaciona con el tratamiento de los
enfermos mentales es el de la marginación. Se encierra al loco para dejarlo solo; aislado de
los demás pues su locura es una "enfermedad", aunque no es contagiosa ni se transmite
como otras enfermedades (por ejemplo la gripe); puesto que la locura no es una epidemia se
considera al encierro que sufre el sujeto como un castigo, puesto que se trata de esa manera,
casi como a un criminal peligroso. A este respecto hay que tener en cuenta que "la
regulación de los actos del individuo ante los demás es - o debe ser- funcional a los valores
y pautas del comportamiento social. Sin embargo sobresalen contradicciones valóricas
importantes en el castigo. En este caso si la sociedad considera que las grandes esferas y
sus instituciones brindan los elementos de coacción para que el individuo se transforme en
un ser racional y social, y por ende bueno, esto indicaría además que el hombre es
irracional, antisocial y malo -según los esquemas concebidos en este sentido- ,
convirtiéndolo en un ente susceptible de ser moldeado al sistema en turno que exprese estos
elementos o «necesidades»"13.
En este sentido, vale la pena señalar que el análisis del poder desde la postura de
Foucault ayuda a plantear al sujeto dentro de la psicología clínica, no como un ente
biológico, sino como un ser integral dentro de un sistema en donde cualquier factor puede
ser determinante, más no único dentro de la locura. Además, la importancia que tiene el
discurso del enfermo mental no debe pasarse por alto, pues durante mucho tiempo no se le
ha escuchado, siendo esto contradictorio ya que se le quiere curar pero no se le escucha
para saber qué es lo que en realidad le sucede; aunque el padecimiento es inferido por el
13

Jiménez, J. C. "La modernidad en Foucault". En Topodrilo No. 28. El subrayado es mío.

psiquiatra o por el psicólogo clínico a partir de lo observable, siendo también importante lo
que dice el paciente.
Así pues, no se debe partir sólo de lo que se observa o de los resultados de las
pruebas de tipo psicológico (proyectivas, inventarios de personalidad, escalas, etc. ); puesto
que estas sólo son herramientas que sirven para conocer una posible causa de la patología;
no

se debe etiquetar o clasificar al sujeto, sino hacer una conceptualización de la

enfermedad mental a partir del entorno del sujeto, de lo que él dice, de su propio
testimonio; evaluando todos los factores que de algún modo son determinantes en el
desarrollo de la locura.

Bibliografía

Assoun, P. L. . Freud, la filosofía y los filósofos. Buenos Aires; Ed Paidós; 1982
Cancrini, L. ; Togliatti, M. . psiquiatría y relaciones sociales. México. Ed. Nueva
Imagen; 1988.
Corres, P. Razón y experiencia en psicología. México. Ed. Sedi; 1992.
Deleuze, G. Foucault. Buenos Aires. Paídos; 1986.
Dreyfus, L. H; Rabinow, P. Michel Foucault: más allá del estructuralismo y la
hermenéutica. México. Universidad Nacional Autónoma de México; 1988
Foucault, M. Geneolagía del racismo. Barcelona La Piqueta; 1992
Foucault, M. Microfísica del poder. Barcelona. La Piqueta; 1980
Guédez, A. Lo racional y lo irracional. Introducción al pensamiento de Michel
Foucault. Buenos Aires Ed. Paídos; 1982.
Jiménez, J Ch. "La modernidad y Foucault". Topodrilo. No. 28, Mayo-Junio 1993.
México Universidad Autónoma Metropolitana
Ortiz Quesada, F. "Saber médico. Hacia una epistemología de la medicina".
Utopias. Número 2 Mayo-Junio de 1989. México. Facultad de Filosofía y Letras.
Universidad Nacional Autónoma de México.
Rosen, G. De la policía médica a la medicina social. México. Siglo XXI Ed; 1985
Roulet, G. "Estructuralismo y postestructuralismo. Una entrevista con Michel
Foucault". Nemetihuani. Revista de psicología y Ciencias Sociales Nos. 6-7 Enero de 1990,
Mayo de 1990. México. E. N. E. P. Zaragoza.

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