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Fobia social: estudio comparativo entre dos grupos de población adulta joven.

Autor/autores: José Luis González Torrecillas , María José García Rubio, Gloria Tristante Martinez, José Antonio Montero Abad
Fecha Publicación: 07/06/2010
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Comunicación

RESUMEN

INTRODUCCION La fobia social es una entidad clínica importante dada su prevalencia en la población general así como su frecuencia en la población clínica asociada a otras patologías psiquiátricas. Pero a pesar de todo, no se encuentra suficientemente reconocida debido fundamentalmente a la actitud del fóbico evitando el contacto personal y social. Nuestro estudio se realizó con la finalidad de poner en evidencia la mayor frecuencia de fobia social en jóvenes que realizan el servicio militar por incorporación forzosa, con respecto a un grupo de soldados profesionales (incorporación voluntaria), al considerar la importancia de la actitud de evitación en esta patología.

MATERIAL Y METODOS Se estudiaron dos grupos comparativos: 1) grupo 1(soldados de incorporación voluntaria) (N=110), 2) grupo 2 (soldados de incorporación forzosa) (N=110), utilizándose, además de los criterios diagnósticos Cie-10 de fobia social mediante la entrevista de ayuda diagnóstica Examen del Estado Actual (PSE- 10)(sistema SCAN), la escala de ansiedad Social de Liebowitz (heteroaplicada) para medición de gravedad .

RESULTADOS 1) No se apreció clínica de fobia social en un 85. 7 %(N=180), manifestando fobia social leve un 10. 9% (N=23), y moderada en 4. 7% (N=10). Existen diferencias significativas, a favor de una mayor frecuencia de fobia social en el grupo 2 respecto al grupo 1. 2) En la puntuación total de la escala de ansiedad Social de Liebowitz, se observaron diferencias estadísticamente significativas a favor de una mayor puntuación en el grupo de incorporación forzosa que en el de incorporación voluntaria, ocurriendo lo mismo en las subescalas de ansiedad-actuación, ansiedad-social, evitación-actuación y evitación-social.

CONCLUSION De los resultados obtenidos se desprende la existencia de un mayor grado de fobia social en la población de soldados de incorporación forzosa respecto a soldados de incorporación voluntaria, siendo la actitud de evitación de la persona afectada determinante en su falta de reconocimiento.

Palabras clave: Fobia social; Prevalencia; Conductas de evitación.


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Fobia social: estudio comparativo entre dos grupos de población adulta joven.
FUENTE: PSIQUIATRIA. COM. 2002; 6(2)

José Luis González Torrecillas*, María José García Rubio **, Gloria Tristante Martinez***, José
Antonio Montero Abad ****.
* psiquiatra. Zaragoza
** Psicóloga. Sección psicología hospital Militar (Zaragoza)
*** Master en Salud Pública. Unidad Reconocimientos hospital Militar (Zaragoza)
**** psicólogo. Jefe de Sección de psicología del hospital Militar (Zaragoza).
Correspondencia:
Dr. José Luis González Torrecillas.
C/ Cádiz nº 13, 3º. C
5004 Zaragoza, España.
E-mail: jlgtorre@comz. org
PALABRAS CLAVE: fobia social, prevalencia, conductas de evitación.
KEYWORDS: Social phobia, prevalence, avoid contact. )

Resumen
INTRODUCCION La fobia social es una entidad clínica importante dada su prevalencia en la población general así
como su frecuencia en la población clínica asociada a otras patologías psiquiátricas. Pero a pesar de todo, no se
encuentra suficientemente reconocida debido fundamentalmente a la actitud del fóbico evitando el contacto
personal y social. Nuestro estudio se realizó con la finalidad de poner en evidencia la mayor frecuencia de fobia
social en jóvenes que realizan el servicio militar por incorporación forzosa, con respecto a un grupo de soldados
profesionales (incorporación voluntaria), al considerar la importancia de la actitud de evitación en esta patología.
MATERIAL Y METODOS Se estudiaron dos grupos comparativos: 1) grupo 1(soldados de incorporación voluntaria)
(N=110), 2) grupo 2 (soldados de incorporación forzosa) (N=110), utilizándose, además de los criterios
diagnósticos Cie-10 de fobia social mediante la entrevista de ayuda diagnóstica Examen del Estado Actual (PSE10)(sistema SCAN), la escala de ansiedad Social de Liebowitz (heteroaplicada) para medición de gravedad .
RESULTADOS 1) No se apreció clínica de fobia social en un 85. 7 %(N=180), manifestando fobia social leve un
10. 9% (N=23), y moderada en 4. 7% (N=10). Existen diferencias significativas, a favor de una mayor frecuencia
de fobia social en el grupo 2 respecto al grupo 1. 2) En la puntuación total de la escala de ansiedad Social de
Liebowitz, se observaron diferencias estadísticamente significativas a favor de una mayor puntuación en el grupo
de incorporación forzosa que en el de incorporación voluntaria, ocurriendo lo mismo en las subescalas de
ansiedad-actuación, ansiedad-social, evitación-actuación y evitación-social.
CONCLUSION De los resultados obtenidos se desprende la existencia de un mayor grado de fobia social en la
población de soldados de incorporación forzosa respecto a soldados de incorporación voluntaria, siendo la actitud
de evitación de la persona afectada determinante en su falta de reconocimiento.

Abstract
INTRODUCTION
The social phobia is a important clinical entity, insufficiently know and identify consequence of the attitude of the
phobic patient, that avoid the personal and social contact. This is the fundamental causes of the insufficient
recognition. Our study was carried out with the purpose of the prove the hypothesis of finding a great frequency
of social phobia in youth carrying aut the military service for mandatory incorporation with regard to a group of
professional soldiers (voluntary incorporation).
MATERIAL AND METHOD
Two comparative groups were studied: 1) Group 1 (soldiers of voluntary incorporation) (N=110), 2) Group 2
(soldiers of mandatory incorporation) (N=110). They were used, approaches diagnoses Cie-10 of social phobia
based on the interview of diagnosis Examination of the Current State (PSE-10) (SCAN system), and the Scale of
Social Anxiety of Liebowitz (heteroapplyed) for gravity assessment.
RESULTS
1) Clinic of social phobia was not appreciated in 85, 7% (N=180), light manifest social phobia in 10, 9% (N=23)
and moderate social phobia in 4, 7% (N=10). Statistical significant differences are present. A great frequency of

social phobia exist in the group 2 in relation to the group 1. 2) With regard to the total punctuation of the Scale of
Social Anxiety of Liebowitz we observe a statistical significant differences existing a great score in the group of a
mandatory incorporation that a group of voluntary incorporation. The same is happening in the assessment of the
subscales of anxiety-action, anxiety-social, avoid-action and avoid-social
CONCLUSION
Our hypothesis of a great degree of social phobia in a population of soldiers with phobia in a population of soldiers
with mandatory incorporation with regard to a population of soldiers with voluntary incorporation is confirmed.
The attitude of avoid contaqct in the person affected to the social phobia is decisive in their insufficient diagnosis.

INTRODUCCIÓN
La fobia social es una entidad clínica importante (WACKER, 1992), estando situada su tasa de prevalencia en
torno al 10% según recientes estudios epidemiológicos, lo que la sitúa al mismo nivel que el alcoholismo y la
depresión mayor (KESSLER, 1994). De todas maneras, las cifras publicadas resultan sin embargo, dispares debido
a la heterogeneidad tanto de los instrumentos de medición y evaluación como de los criterios diagnósticos
utilizados (MAGEE, 1996).
El manual DSM-IV (1995) propone como definición del trastorno de fobia social el "temor acusado y persistente
por una o más situaciones sociales o actuaciones en público en las que el sujeto se ve expuesto a personas que no
pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás. El individuo teme actuar de un
modo (o mostrar síntomas de ansiedad) que le resulte humillante o embarazoso. La exposición a las situaciones
sociales temidas provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma
de una crisis de angustia situacional relacionada con una situación". Entre las manifestaciones clínicas, el rubor es
el principal síntoma físico y a la vez el distintivo del trastorno de fobia social respecto al resto de los trastornos de
ansiedad. Otros síntomas físicos notables son tensión muscular, sudoración, sequedad de boca, palpitaciones,
opresión en la cabeza o cefalea, sensación de vacío en epigastrio, temblores, escalofríos, confusión, dispepsia y
diarrea (JIMENEZ, 1999).
A pesar de estas altas tasas de prevalencia, en la práctica clínica el trastorno de fobia social se diagnostica con
una frecuencia mucho menor, lo cual se debe a que pocos pacientes (en torno a un 5%) acuden al médico general
a consultar sus síntomas de ansiedad. Entre los motivos del insuficiente reconocimiento de la fobia social se han
considerado especialmente (CERVERA, 1998): 1) Factores históricos: existencia de un retraso histórico en el
reconocimiento científico y, consecuentemente, en su divulgación y aceptación por parte de los profesionales, lo
que desempeña un papel importante en la escasa detección de la fobia social; 2) Actitudes del paciente:
característica evitación del contacto personal, factor "timidez", el estigma social de la enfermedad mental, la falta
de información de las posibilidades de tratamiento de la fobia social (SCHNEIER, 1992), ya que hasta hace poco
tiempo no se habían realizado estudios que demostraran clínicamente la eficacia de algún tratamiento específico,
psicofarmacológico o psicoterapéutico; y 3) Actitudes de los médicos: la información del conocimiento que
actualmente tenemos de la fobia social apenas ha llegado a los especialistas. Para la mayor parte de los médicos
de atención primaria, probablemente se trata de un problema con el que están poco familiarizados (DAVIDSON,
1993).
La mayoría de los estudios coinciden al establecer el perfil sociodemográgico del enfermo con fobia social,
situando la edad de inicio entre los 15-25 años (WEISSMAN, 1996), no se evidencian diferencias entre los sexos
(WEILLER, 1996), siendo más frecuente en personas con escaso nivel educativo, nivel económico medio-bajo y
que viven de preferencia solos (no en pareja) (MAGEE, 1996).
Dada la dificultad de realizar estudios en poblaciones jóvenes, no sesgadas y sin aparente psicopatología,
sometidas a condiciones sociambientales similares, como puede ser el caso que nos ocupa (actividad militar),
diseñamos el presente estudio con la finalidad de demostrar la hipótesis según la cual existiría mayor frecuencia y
gravedad de fobia social en jóvenes realizando el servicio militar por incorporación forzosa, al compararlos a un
grupo de soldados profesionales o de incorporación voluntaria, lo cual vendría a confirmar la importancia de la
actitud del fóbico social, con su característica tendencia de evitación del contacto social (BEIDEL, 1995), y su
difícil diagnóstico de la enfermedad.

MATERIAL Y MÉTODO
Nuestro estudio se realizó sobre un total de 220 adultos varones, subdivididos en dos grupos comparativos: A)
grupo 1 (soldados de incorporación voluntaria) (N=110), B) grupo 2 (soldados de incorporación forzosa)
(N=110). Todos ellos fueron seleccionados consecutivamente de la Unidad de Reconocimientos del hospital Militar
de Zaragoza. Antes de formar parte del estudio y tras explicar el procedimiento, todos los participantes dieron su
consentimiento.
La participación en el estudio requirió un nivel adecuado de colaboración, siendo excluidos aquellos participantes
que padecían una patología capaz de asemejar un trastorno ansioso (crisis de angustia, agorafobia, trastorno
obsesivo-compulsivo, trastorno de ansiedad generalizada) o trastorno depresivo (mayor o menor), siendo
obligatorio no recibir psicótropos en el momento del estudio (ansiolíticos o antidepresivos).
Examen psiquiátrico
El sistema diagnóstico que se utilizó en el estudio, fue el multiaxial y comprensivo de la Organización Mundial de
la Salud, que a su vez tiene como referencia la clasificación Internacional de Enfermedades en su décima revisión
(CIE-10).
Dentro de los instrumentos existentes como entrevista de ayuda diagnóstica, se utilizó el Examen del Estado
Actual (PSE-10) (BOWLING, 1995), que es una entrevista clínica estructurada que forma parte del sistema SCAN
o cuestionarios para la evaluación clínica en neuropsiquiatría ((VAZQUEZ-BARQUERO, 1993). Con esta entrevista
y el programa de ordenador CATEGO-5 el clínico obtiene diagnósticos del DSM-IV y/o la CIE-10, de
presencia/ausencia de fobia social.
La sección 4 del PSE-10, se ocupa específicamente del pánico, ansiedad y fobias. En esta sección, como en el
resto de las secciones se pueden diferenciar tres partes: una primera, de screening (3 items); una segunda, que
evalúa específicamente pánico, ansiedad y fobias; y una tercera parte que hace referencia al curso evolutivo y a la
causalidad orgánica.
Como escala de gravedad clínica, se realizó la aplicación a todos los participantes en el estudio del Cuestionario
heteroaplicado Liebowitz Social Anxiety Scale (LSAS) (LIEBOWITZ, 1987), utilizando la versión validada al español
por BOBES (1999), que permite la evaluación de las situaciones más frecuentes en la fobia social, evaluando
tanto el grado de temor o ansiedad en dichas situaciones como el grado de evitación de las mismas.
La escala consta de 24 items que se agrupan en las siguientes dos subescalas: 1) ansiedad de actuación: consta
de 13 items, que hacen referencia a la ansiedad relacionada con la realización de determinadas actividades; 2)
ansiedad social, con 11 items que examinan determinadas situaciones con respecto a personas que no se conocen
bien o a personas de autoridad. Cada una de estas dos subescalas se evalúa desde dos dimensiones: por una
parte, el grado de temor o ansiedad que el sujeto experimenta en dichas situaciones, y por otra, el grado de
evitación que el paciente presenta ante ellas.
Para puntuar el temor o ansiedad se utiliza una escala de intensidad que oscila desde 0 (no temor) hasta 3 (temor
en grado grave). En el caso de la evitación, la escala utilizada es de frecuencia y también va desde 0 (nunca: 0%
de las ocasiones), hasta 3 (67-100% de las ocasiones). Los autores recomiendan la utilización de los siguientes
puntos de corte para la puntuación total: 1) Menos o igual a 51: fobia social leve; 2) de 52 a 81: fobia social
moderada; 3) Mayor o igual que 82: fobia social grave.
En la validación de la versión española (BOBES, 1999) el cuestionario LSAS presenta una estructura interna
homogénea en términos de correlación entre subescalas (r=0, 61-0, 93). Todas las escalas del cuestionario
demostraron una adecuada consistencia interna (coeficiente con rango entre 0, 72 y 0, 88), siendo capaces de
discriminar entre pacientes con fobia social y sujetos sanos (área bajo la curva ROC=0, 95-0, 99), una adecuada
reproductibilidad (coeficiente de correlación interclase ente 0, 63 y 0, 88).

análisis estadístico
El Chi cuadrado se utilizó para comparar variables cualitativas en dos o más grupos. El Test de Student se utilizó
para comparar variables cuantitativas dentro de dos grupos. ONEWAY se utilizó para comparar variables
cuantitativas dentro de varios (>2 grupos). Se utilizó el test de Kruskal Wallis en las mismas condiciones cuando
las varianzas en los grupos no fueron homogéneas. Los test de homogeneidad de varianzas fueron los de Bartlett
y de Cochran. Los datos fueron analizados con el programa EPI-INFO versión 5 (DEAN, 1990).

RESULTADOS
Como era de esperar, se observaron diferencias significativas entre el grupo de soldados de incorporación
voluntaria (N=110) y el grupo de soldados de incorporación forzosa (N=110), en relación a las características
sociodemográficas edad y estudios (Tabla I). Con una edad media del total de participantes de nuestro estudio

(N=220) de 20, 29 ± 2, 68, el grupo de soldados de incorporación voluntaria (N=110) presentaban una edad
superior (21, 83 ± 3, 21) y con diferencias estadísticamente significativas (KW=67. 93, df=1, p=0. 0001) respecto
al grupo de soldados de incorporación forzosa (18. 7 ± 1. 21). También se observó un nivel de estudios superior en
el grupo de soldados de incorporación voluntaria respecto al grupo de soldados de incorporación forzosa, con
diferencias estadísticamente significativas (X2=12, 74, df=3, p=0. 005).

tabla I. Características sociodemográficas de la población a estudio (N=220).

La entrevista de ayuda diagnóstica PSE-10 (Tabla II) nos permitió observar la presencia o no de fobia social
(según criterios diagnósticos CIE-10 y DSM-IV). Se observó que de los 220 participantes en el estudio, un total de
185 (84%) no poseían criterios diagnósticos de fobia, teniendo criterios de fobia social un total de 35 participantes
(16%), con diferencias estadísticamente significativas (X2=28, 64, df=1, p=0. 001), a favor de un mayor número
de casos de fobia social en el grupo de soldados de incorporación forzosa (N=27, 24%) frente al grupo de
soldados de incorporación voluntaria (N=8, 7%).

tabla II. diagnóstico de fobia social / tipo de población a estudio.

Si consideramos el grado de fobia social para aquellos casos positivos, según las puntuaciones totales del
cuestionario LSAS (fobia social leve <51, fobia social moderada de 52 a 81 y fobia social grave > de 82) (Tabla
III), se observa que de los 35 pacientes (16%) con criterios de fobia social, 25 tienen puntuaciones de fobia social
leve, mientras que 10 tienen puntuaciones de fobia social moderada, no existiendo ningún caso de fobia social
grave. Teniendo en cuenta los dos grupos a estudio, se aprecian diferencias estadísticamente significativas
(X2=13, 46; df=2; p=0, 0011), a favor de un mayor número de casos de fobia social en el grupo de soldados de
incorporación forzosa: ausencia de fobia social (N=83, 76%), fobia social leve (N=18, 16%) y fobia social
moderada (N=9, 8%); frente al grupo de soldados de incorporación voluntaria: ausencia de fobia social (N=102,
93%), fobia social leve (N=7, 6%) y fobia social moderada (N=1, 1%).

Tabla III. Grado de fobia social / tipo de población a estudio.

Considerando las puntuaciones totales del cuestionario LSAS, en dependencia de los dos grupos a estudio (Tabla
IV), se observaron diferencias estadísticamente significativas (KW=34, 23, df=1, p=0. 001), a favor de la
puntuación total del cuestionario LSAS del grupo de soldados de incorporación forzosa (32, 22 + 18, 19), respecto
al grupo de soldados de incorporación voluntaria (18, 65 + 13, 01). Las mismas diferencias se han podido
encontrar al considerar las subescalas de ansiedad de actuación (KW=26, 1; df=1, p=0. 001), de ansiedad social
(KW=33, 3, df=1, p=0. 001), de evitación de actuación (KW=23, 7, df=1, p=0. 001), y de evitación social
(KW=24, 3, df=1, p=0. 001), siempre a favor de mayores puntuaciones en el grupo de soldados de incorporación
forzosa respecto a la voluntaria.

tabla IV. Severidad de fobia social / tipo de población a estudio.

DISCUSIÓN
Algunos autores (JUD, 1994) señalan cómo, si bien a finales de los años setenta y a lo largo de los ochenta se
había visto incrementado el conocimiento diagnóstico y terapéutico de los trastornos afectivos, es en los años
noventa cuando se avanza en los trastornos de ansiedad, lo que ha llevado a considerarlos por parte de diversos
autores como el grupo de enfermedades de esta década.
En el DSM-I las fobias estaban clasificadas bajo el epígrafe de "reacción fóbica", y en el DSM-II bajo el de
"neurosis fóbica" sin existencia de subdivisiones. El DSM-III difiere claramente de las anteriores ediciones y define
distintos subtipos de fobias, asumiendo una diferencia cuantitativa entre los subtipos. La distinción entre
agorafobia, fobia social y la variedad de fobias específicas parte de los descubrimientos empíricos, incluyendo los
estudios terapéuticos conductuales de MARKS (1969). Estas tres categorías de fobias se mantuvieron en el DSMIII-R y posteriormente en el DSM-IV.
Si consideramos que los diferentes estudios de fobia social (DAVIDSON, 1994) indican que es una enfermedad
que se inicia entre la adolescencia y el principio de la edad adulta, siendo su inicio más precoz que los trastornos
de angustia (GONZALEZ TORRECILLAS, 1999), y teniendo un curso crónico y de mal pronóstico, queda
perfectamente justificado un estudio de las características del nuestro, al basarse en una población de adultos
jóvenes, sometidos a similares condiciones socioambientales (actividad militar), incluyendo como única diferencia
entre ambos la predisponibilidad (voluntariedad o no) a la realización de dicha actividad. Hemos intentado en
dicho estudio confirmar la hipótesis de partida en la que se sospechaba una mayor frecuencia y gravedad de fobia
social (utilizando el cuestionario de heteroevaluación LSAS) en jóvenes realizando el servicio militar por
incorporación forzosa, frente a un grupo de soldados profesionales o de incorporación voluntaria, que vendría a
confirmar el difícil diagnóstico de la enfermedad por la característica tendencia de evitación del contacto social
(BEIDEL, 1997).
En nuestro estudio se han confirmado datos precedentes (WEISSMAN, 1996; MAGEE, 1996), en los que se
describe un perfil característico del fóbico social, predominando la patología en una edad más joven y con menor
nivel de estudios, como se observa en el grupo de soldados de incorporación forzosa respecto al grupo de
incorporación voluntaria, con diferencias estadísticamente significativas, siendo el grupo de incorporación
voluntaria el grupo con menos prevalencia y menor gravedad de fobia social.
También nuestro estudio confirma estudios epidemiológicos recientes, utilizando criterios DSM-III-R y CIE-10, que
sitúan la tasa de prevalencia del trastorno de fobia social en torno al 10% (WACKER, 1992; KESSLER, 1994;
WEILLER, 1994; MAGEE, 1996, WAKER, 1992), siendo en nuestro caso un 16% (35 pacientes de 220
participantes en el estudio) (un 11% de fobia social leve y un 5% de fobia social moderada). A pesar de tan alta
tasa de prevalencia, en la práctica clínica son muy escasos los pacientes que acuden al médico general a consultas
sus síntomas de ansiedad (menos de un 5% del total de afectados) (CERVERA, 1998). Y todo ello, pese a poder
ser considerado un proceso grave, que va mermando la calidad de vida del paciente (GONZALEZ GARCIAPORTILLA, 1999), teniendo un curso asociado a diferentes cuadros de comorbilidad psiquiátrica importante:
tentativas de suicidio (WEILLER, 1996), otros trastornos por ansiedad (ANGST, 1993), trastornos afectivos
(LEPINE, 1995), abuso de sustancias (SCHNEIER, 1992).
En cuanto al pronóstico de fobia social, podemos considerar que a menudo persiste toda la vida, siendo por ello
especialmente importante la detección precoz, debiendo tener en cuenta la posible existencia de un factor
desencadenante o de comorbilidad psiquiátrica, sin olvidar que en la actualidad existen tratamientos
farmacológico eficaces (BOBES, 1999). De hecho, en los 220 participantes en nuestro estudio, no se tenía
constancia de ningún caso diagnosticado de fobia social por profesionales sanitarios previamente a nuestro
estudio.

Respecto al objetivo fundamental de nuestro estudio, consistía en analizar la hipótesis inicial de encontrar una
mayor frecuencia y gravedad de fobia social en jóvenes realizando el servicio militar por incorporación forzosa,
comparativamente a un grupo de soldados profesionales o de incorporación voluntaria, consecuencia de la actitud
evitativa del fóbico (BEIDEL, 1997; GINER, 1998, BOBES, 1999). Dicha hipótesis quedaba sustentada por la idea
de considerar que el militar de incorporación voluntaria estaría menos expuesto a dicha patología psiquiátrica (al
elegir voluntariamente dicha actividad), mientras que el militar de incorporación forzosa, estaría más expuesto a
dicha patología psiquiátrica, por no elegir voluntariamente dicha actividad, actuando como rigen sus pautas de
conducta social evitativa a nivel psicológico (STEIN, 1997).
Para ello se eligió una población de jóvenes adultos (edad media de 20, 29 + 2, 68), sin sesgos aparentes, y sin
aparente psicopatología previa, en similares condiciones socioambientales: relizando una vida en régimen militar,
y realizando una rutinaria y obligatoria revisión médico-psicológica en el Servicio de Reconocimientos Médicos del
hospital Militar de Zaragoza. Consideramos que la muestra de nuestro estudio (N=220, 110 soldados de
incorporación voluntaria, y 110 soldados de incorporación forzosa), si bien resultaba escasa, podía ser
considerada de suficiente significación estadística, al ser una población suficientemente homogénea. Además nos
encontrábamos con la dificultad, en el grupo de soldados de incorporación forzosa, de ser un grupo difícil de poder
ser estudiado, al ser de las últimas promociones con dicho régimen de obligatoriedad en el servicio militar, lo cual
éramos conscientes de las dificultades que conllevaba a la hora de realizar futuros estudios comparativos con
dichos grupos de población.
Nuestra hipótesis inicial del estudio, quedaba confirmada tanto para la prevalencia como para la severidad de la
fobia social, a la vista de los resultados. Así, respecto a la prevalencia, se apreciaba que de los 220 participantes
en el estudio, un 84% (N=185) no poseían criterios diagnósticos de fobia social, mientras que un 16% (N=35)
poseían criterios DSM-IV (1995) de fobia social (N=25 fobia social leve, y N=10 fobia socialmoderada), no
existiendo ningún caso de fobia social grave. Al considerar los dos grupos a estudio, y como era de presumir en
las hipótesis iniciales del estudio, los pertenecientes al grupo de incorporación militar forzosa presentaban
diferencias estadísticamente significativas a favor de un mayor número de casos de fobia social: ausencia de fobia
social (N=83, 76%), fobia social leve (N=18, 16%) y fobia social moderada (N=9, 8%); frente al grupo de
soldados de incorporación voluntaria: ausencia de fobia social (N=102, 93%), fobia social leve (N=7, 6%) y fobia
social moderada (N=1, 1%).

También quedaba confirmada nuestra hipótesis de estudio para la severidad de la fobia social. Para ello se utilizó
el cuestionario heteroaplicado Liebowitz Social Anxiety Scale (LSAS) (LIEBOWITZ, 1987), utilizando la versión
validada al español por BOBES (1999), que permite la evaluación de las situaciones más frecuentes en la fobia
social, evaluando tanto el grado de temor o ansiedad en dichas situaciones como el grado de evitación de las
mismas. Se apreciaban diferencias estadísticamente significativas a favor de una mayo puntuación total del
cuestionario LSAS en el grupo de soldados de incorporación forzosa, así como también considerando las
subescalas de ansiedad de actuación, ansiedad social, evitación de actuación y evitación social.
Si bien los principales objetivos de nuestro estudio fueron alcanzados, a medida que progresábamos en el mismo,
éramos conscientes de sus múltiples limitaciones: necesidad de ampliar el estudio de antecedentes psiquiátricos
personales y familiares, de incrementar más datos sociodemográficos que puedan hacernos pensar en la posible
existencia de un factor predisponente a dicha patología. También éramos conscientes de la necesidad de realizar
estudios comparativos entre nuestra población de adultos jóvenes militares (de incorporación voluntaria o
forzosa) con otros tipo de adultos jóvenes (estudiantes universitarios, diferentes profesionales medios, etc).
En nuestro estudio, al igual que en otros precedentes (WITTCHEN, 1998), no se ha llevado a cabo una
diferenciación entre la forma de fobia social generalizada / no generalizada. En el momento actual, es razonable
pensar, que los próximos estudios sobre la epidemiología del trastorno de fobia social vayan a profundizar más en
diferenciar claramente los dos subtipos en cuanto a tasas de prevalencia, factores sociodemográficos o
comorbilidad. Sería recomendable en cualquier caso, que se incluyan siempre una tasa de prevalencia total para
poder compararla a las cifras conseguidas en los trabajos realizados hasta ahora.

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