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¿CÓMO MANEJAR LAS PREOCUPACIONES?

Fecha Publicación: 22/09/2020
Autor/autores: MOISÉS RECUENCO
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RESUMEN

El cambio brusco que ha originado esta pandemia y su efecto sorpresa tanto en la salud, en lo social y lo económico, es lo que ha descoyuntado emocionalmente a millones de personas alredor del mundo, para lo cual no estaban preparadas.

Quién no ha tenido problemas y dificultades en esta vida?
Todos sabemos perfectamente lo que significa tener problemas y dificultades. Los problemas de esta vida nos seguirán acompañando por mucho tiempo todavía, hasta el día en que nuestro Creador le ponga fin a esta historia humana con sus luchas y tragedias. Y esto será pronto.
Sin embargo, lidiar de manera inteligente con estas circunstancias, se ha hecho hoy por hoy, no un asunto importante, sino urgente.
El mundo vive en la actualidad una pandemia, causado por un virus que ha puesto en zozobra la economía mundial, la estabilidad sanitaria de gran parte de la humanidad y también la estabilidad psicológica y emocional de muchísima gente.
A medida que la pandemia sigue presente en nuestras vidas, los expertos hablan cada vez con más hincapié en la pandemia de la salud mental que generará el confinamiento y esta crisis de salud pública. Los efectos psicológicos, sociales y neurocientíficos del Covid-19 están siendo explorados en diferentes partes del mundo (Gaceta Médica 2020).

El cambio brusco que ha originado esta pandemia y su efecto sorpresa tanto en la salud, en lo social y lo económico, es lo que ha descoyuntado emocionalmente a millones de personas alrededor del mundo, para lo cual no estaban preparadas.

Toda esta circunstancia nos ha hecho preguntar:
¿Cuán vulnerable ha estado gran parte de la humanidad para afrontar una situación como esta?
Toda esta circunstancia nos debe ahora hacer volver la mirada a lo que es realmente duradero y permanente, a lo que es real y honesto: los valores espirituales, los vínculos familiares, la naturaleza, la amistad, el amor y una misión por la cual encauzar nuestros mejores esfuerzos.
¿Pero qué elemento natural está debilitando y dislocando mentalmente a la población mundial en estos momentos?
¿La pandemia en sí, el contagio, el desempleo, la muerte…?

Después de la bomba atómica (1945) nunca se ha sentido tanto temor, angustia y preocupación como ahora ante esta Pandemia. Y el temor invade cuando vemos que nuestras fortalezas comienzan a ceder.
¿Qué podemos hacer?

Abramos espacios de reflexión y análisis. Hablemos de la preocupación.
En realidad, “no es la experiencia del día de hoy lo que vuelve loco a las personas, sino el remordimiento de lo que sucedió ayer (culpa) y el miedo a lo que puede suceder mañana (preocupación)”. Robert Jones Burdette, “Golden Day”.
¿Preocuparse es malo? Creo que preocuparse es natural en los seres humanos. Es más, es un asunto de responsabilidad preocuparse por temas importantes como la salud, la familia, el empleo, el negocio, los estudios… Pero es mejor OCUPARSE que estar PREOCUPÁNDOSE. Y depende de “qué manera” uno se preocupa. Porque si nuestra preocupación nos bloquea para pensar con coherencia y nos paraliza para actuar en la dirección correcta, entonces quiere decir que nos estamos preocupando de modo irracional y permitiendo que la angustia nos invada, pronto se verán afectadas nuestra salud mental y física.

Preocuparnos por una situación en particular, debería hacernos pensar primero, si “esa” inquietud realmente tiene la consistencia interna para que la validemos en la intensidad que merece. Pero esto no es lo que comúnmente se hace. Lo primero que se hace, es juzgar nuestras preocupaciones como si realmente merecieran que las consideremos como algo sumamente importante. En todo caso, habrá que analizar primero. Creo también que nuestras preocupaciones deberían estar en su verdadero contexto. Es decir, si se preocupa por aquello que no puede controlar, por la distancia en el que usted se encuentra de ese problema, por los recursos que no tiene, porque no cuenta con las capacidades, entonces deje de preocuparse. Su preocupación es un desgaste de energía y de tiempo que bien podría invertir en asuntos que sí usted tiene el control y el manejo, y así evitar angustias y ansiedades que podrían enfermarlo severamente.

¿Qué consecuencia puede acarrear una vida de constantes preocupaciones?
El aumento progresivo de cortisol y catecolaminas, las hormonas del estrés y la ansiedad, y consecuentemente problemas del corazón, hipertensión, infarto y daño cerebro vascular. insomnio, falta de memoria, perdida de la concentración, confusión mental, sobrepeso, aumento de la glucosa, dolor musculo-esquelético, alteraciones gastrointestinales, disfunción eréctil, problemas con el ciclo menstrual, envejecimiento
prematuro de las células, debilitamiento del sistema inmune. Piel opaca o grasa, resequedad, descamación, problemas dermatológicos como herpes, psoriasis o acné, fatiga crónica, depresión, trastorno del estrés, trastornos ansiosos, hipocondrías…
¿Vale la pena toda esta desgracia? ¡Claro que no!
Como dijimos, si tu preocupación te bloquea para pensar con coherencia y te paraliza para actuar en la dirección correcta, entonces quiere decir que te estás preocupando de modo irracional, y permitiendo que la angustia te invada, pronto se verá afectada tu salud mental y física.

Veamos algunas pautas para mejorar nuestra actitud ante las preocupaciones:
1. No sobrevalore las circunstancias. Obsérvelas tal y como son. No le añada detalles que no existen.
2. Evite estar comparando su situación actual con aquella que tenía antes de que apareciera la situación que está viviendo.
3. No cometa el error de quejarse de su situación, utilizando palabras ofensivas, maldiciones, palabras soeces. Lo que conseguirá es que aumente aún más su ansiedad y le bloquee para pensar en la solución oportuna.
4. No acuse ni juzgue a nadie, ni al gobierno, ni a Dios ni a ninguna persona por la situación que usted está viviendo. Mucho menos se acuse a sí mismo. Lo único que conseguirá es enfrascarse en la amargura y el resentimiento, impidiéndole ver con claridad la realidad y plantear una solución.
5. Evalúe sus premisas: creencias respecto a sí mismo, a los demás y del futuro.

Así mismo, aplique las siguientes recomendaciones prácticas:
Relaciones interpersonales
1. Cuente siempre con el apoyo de su familia más cercana.
2. Practique el diálogo afectuoso en casa, evitando incluir temas de contenido negativo.
3. Evite episodios de conflicto, peleas y discusiones. Estas situaciones particulares elevan peligrosamente el nivel de estrés.
4. Mantenga una red social de apoyo: amigos, vecinos, compañeros de trabajo, compañeros de estudio, etc.
5. Practique la comunicación asertiva.
Alimentación, ejercicios y descanso
1. Establecer un plan de ejercicios semanal y la práctica de la respiración sistemática (consulte con su médico o psicólogo).
2. Aplique el “Programa de relajación Muscular Para Regular el Estrés” (consulte con su médico o psicólogo).
3. Supervise su alimentación, en lo posible que sea la más natural posible, evitando consumir en exceso café, té, alcohol, cigarrillos…, y otras sustancias como las famosas bebidas energizantes. Si se prescinde de ellas mucho mejor.
4. Consuma diariamente entre 8 a 10 vasos de agua. Su cerebro así como todo su organismo necesitan solo agua. El 90% del volumen de nuestro cerebro está compuesto por agua y es el principal vehículo de las transmisiones electroquímicas.
5. Evite tomar bebidas gaseosas y refrescos de sobre.
6. Aumente el consumo de nueces, pecanas, almendras, garbanzos, germen de trigo, lechuga, verduras verdes (clorofila). Reduzca el consumo de carnes rojas y pollo por la concentración alta de sustancias químicas que tienen. Reduzca los lácteos, chocolates, mariscos, azúcar y arroz blanco, reemplace por arroz integral y en lugar de azúcar blanca una buena alternativa es la estevia.
7. Descanse las horas necesarias para reestablecer la energía mental y corporal, y duerma en la hora correspondiente. Si usted desea retrasar el envejecimiento celular entonces duerma. Porque la melatonina liberada en el sueño es un buen antioxidante celular, dos veces más potente que la vitamina E. Retrasa el envejecimiento. Reguladora del sistema inmunitario y del sistema nervioso central (SNC).
8. Practique un hobby (pasatiempo) que lo distraiga y lo recree convenientemente.
9. Estimule y relaje su sistema nervioso practicando la hidroterapia. En su bañera aplique un baño templado durante 10 a 15 minutos, se le puede añadir sales de baño, o bien unas 5 a 10 gotas de esencia de lavanda o de romero. Su efecto estimulante sobre el sistema nervioso le proporciona a su baño un ejercicio tonificante y un efecto sedante natural. El baño sauna también es una muy buena alternativa. La sudoración, la cual no debe sobrepasar los 40 a 60 minutos, tiene un efecto depurativo para su organismo, al aumentar la eliminación de sustancias de desecho por la piel. La sangre se limpia de impurezas y todos los órganos del cuerpo funcionan mejor.
Valores trascendentales
1. Si usted es una persona creyente de los temas espirituales, o si no lo es, igual le vendría bien para su salud mental y emocional incluirlas en su práctica devocional diaria. La lectura de algunos salmos de la Biblia en donde se nos refiere de la confianza que debemos tener en el poder de Dios para sostener a la persona que está atravesando por circunstancias desfavorables.
2. Confianza en Dios. La práctica de los valores espirituales en la vida personal, como la fe, la esperanza el amor, está comprobado científicamente ya que activa y propicia el aumento de sustancias positivas en el cerebro como la endorfina, la serotonina, la oxitocina, la dopamina, llamados neurotransmisores del bienestar y la felicidad.

Haga un cambio en su vida, está en sus manos hacerlo. Que Dios le ben


Palabras clave: Preocupación, confinamiento, cortisol, estrategias
Tipo de trabajo: Post/Entrada de Blog
Área temática: Salud mental .

AVANZAR&MR Consultoría Psicológica y Desarrollo Social

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