La realidad vivida en Europa a mediados del siglo pasado produce una insatisfacción en los esfuerzos del momento por adquirir conocimientos científicos en el campo de la psiquiatría.
Esta insatisfacción aumenta cuando desde la psiquiatría se intenta profundizar en cuestiones que desbordan la objetividad empírica, ya que cualquier planteamiento queda acorralado entre cuadros categoriales, clasificaciones interminables, clichés psicológicos o condicionamientos biologicistas. Esta insuficiencia obliga a psiquiatras del momento a adentrarse en cuestiones filosóficas y adoptar una visión más antropológica. Se reclama una síntesis integradora de la dirección investigadora empírica por un lado y antropológica por otro. Con esta pretensión surge el análisis existencial.
El análisis existencial: un encuentro entre la psiquiatría y la filosofía.
Mar Álvarez Segura.
Residente de psiquiatría del hospital Gregorio Marañón de Madrid.
PALABRAS CLAVE: Filosofía, análisis Existencial, Intencionalidad.
(KEYWORDS: Philosophy, Existential Analysis, Intentionality. )
[25/2/2004]
Resumen
La realidad vivida en Europa a mediados del siglo pasado produce una insatisfacción en los esfuerzos del momento por adquirir conocimientos científicos en el campo de la psiquiatría. Esta insatisfacción aumenta cuando desde la psiquiatría se intenta profundizar en cuestiones que desbordan la objetividad empírica, ya que cualquier planteamiento queda acorralado entre cuadros categoriales, clasificaciones interminables, clichés psicológicos o condicionamientos biologicistas. Esta insuficiencia obliga a psiquiatras del momento a adentrarse en cuestiones filosóficas y adoptar una visión más antropológica. Se reclama una síntesis integradora de la dirección investigadora empírica por un lado y antropológica por otro. Con esta pretensión surge el análisis existencial.
Introducción
Con el presente artículo no se pretende cuestionar la existencia de supuestos filosóficos subyacentes a los procedimientos y metodologías de la psiquiatría. El reconocimiento de estos presupuestos teóricos es el punto de partida de este trabajo.
Esta afirmación puede resultar arriesgada en el contexto científico actual que nos encontramos. Contexto dominado por un empirismo científico que centra y prácticamente limita su estudio a aquello que se puede observar y en consecuencia cuantificar.
La dominancia de esta orientación biológica ha determinado por una parte, una práctica clínica limitada únicamente a los aspectos biológicos del enfermo mental y en consecuencia reducido a una intervención puramente farmacológica y por otra parte, una ausencia de cuestionamientos acerca de la realidad de la persona que vaya más allá de lo estrictamente cuantificable. Cualquier planteamiento no objetivable queda fuera del estudio de la psiquiatría, en consecuencia se destierran de las cátedras de psiquiatría y de los centros sanitarios las grandes preguntas acerca de la realidad del ser humano, las enfrascadas discusiones acerca de los límites de la psiquiatría y las abiertas contraposiciones de antaño entre la relación soma-psique.
Después de esta breve contextualización pueda resultar inverosímil que en la historia de la psiquiatría europea haya habido momentos de apertura a cuestiones de la realidad humana que fueran más allá de lo cuantificable. Pero afortunadamente así ha sido.
Durante un periodo concreto de la psiquiatría europea y por tanto también española se abre un fructífero debate en torno a cuestiones hoy en día aparentemente olvidadas. Un debate que se adentra a criticar las bases de la práctica clínica psiquiátrica con la certeza de que la única forma de ensanchar los horizontes del momento es analizar los propios postulados filosóficos. Fruto de toda una trayectoria clínica y reflexión filosófica surge el análisis existencial, movimiento en el cual se centra este artículo.
Al margen de la opinión personal que suscite este movimiento, merecen un reconocimiento todos los psiquiatras que promovieron este encuentro histórico entre psiquiatría y filosofía por la gran reflexión y crítica que motivaron.
Contextualización del análisis existencial
En el recorrido que hace la psiquiatría postkraepelianiana hacia la psiquiatría actual pasa por un periodo muy importante, coincidiendo con el final de la segunda guerra mundial, en el cual tiene lugar la irrupción de formas de investigación diferentes. Esta irrupción tiene además un carácter exigitivo fruto del convencimiento de que ninguno de los métodos clásicos por si solo puede dar un conocimiento completo del hombre.
Aparecen así formas investigación, hoy prevalecientes, que pueden dividirse en dos grupos: uno, caracterizado por la utilización de medios técnicos procedentes de la fisicoquímica y que naturalmente se proyectan hacia la investigación somática en el amplio sentido; otro, que tiene de carácter común la adopción de un punto de vista antropológico (1).
Se vive una insatisfacción ante los esfuerzos del momento por adquirir conocimientos científicos en el campo de la psiquiatría. Esta insatisfacción aumenta cuando desde la psiquiatría se intenta profundizar en cuestiones que desbordan la empírica objetividad, ya que cualquier planteamiento queda acorralado entre cuadros categoriales, clasificaciones interminables, clichés psicológicos o condicionamientos biologicistas. Esta insuficiencia obliga a psiquiatras del momento a adentrarse en cuestionamientos filosóficos y adoptar una visión más antropológica. “Se pretende tener una visión global del enfermo que permita al clínico saber observar para discernir el sentido y significado de cada hecho. El clínico topa con muchos hechos que requieren, no solamente una teoría del soma, sino del hombre entero (2). ” Se reclama una síntesis que vaya más allá de la adición de resultados aislados, sino de todo lo contrario, una síntesis integradora de la dirección investigadora analítica causal por un lado y de la antropología por otro (3). Con esta pretensión surge el análisis existencial.
Origen del análisis existencial
La filosofía de la existencia (Existenzphilosophie) es una corriente filosófica surgida en Europa-durante la década de 1920 y 1930. La grave crisis de valores en la que queda sumido Occidente tras las Primera Guerra Mundial propicia el redescubrimiento del la obra del pensador Sören Kierkegarrd (1813-1855). Este filósofo reacciona contra el racionalismo del sistema filosófico de Hegel para quien ningún fenómeno podía resistirse a ser comprendido por la razón. Kierkegarrd describe como nadie la impotencia del pensar lógico para dar cuenta de la existencia humana.
Además tras la Segunda Guerra Mundial aparece un renovado interés por el existencialismo en el seno de diferentes escuelas: en una primera fase sobresalen Minkowski en París, E. Straus y V. E von Gebsattel en Alemania. Posteriormente, en una segunda fase, la existencialista, sobresalen L. Binswanger, A. Storch, M. Boss, G. Bally y R. Kunh en Suiza. H. Van Den Berg en Holanda y V. Frankl en Austria (4).
Todos ellos obtienen éxitos terapéuticos en sus investigaciones psiquiátricas pero no alcanzan una comprensión satisfactoria de los mismos. Las corrientes del momento no ofrecen un marco teórico en el que quedaran suficientemente justificados sus logros curativos. ello no les lleva sin embargo a despreciar lo aprendido en una u otra escuela. Pero si a tratar de encontrar una más adecuada base teórica para su praxis terapéutica. Estos psiquiatras identificaron tal fundamento teórico con el análisis de la estructura de la existencia humana (5).
El análisis existencial arranca del presupuesto antropológico de Heidegger quien defiende el ser-en-el-mundo como uno de los elementos constitutivos del ser de la existencia humana (6). Para los filósofos existencialistas la existencia humana es lo incondicional que hace inteligible cualquier experiencia humana. Sin embargo, ella misma no puede ser nunca plenamente aprendida mediante los conceptos racionales de un sistema filosófico cualquiera. Los conceptos racionales, estáticos son incapaces de reflejar esta dinamicidad propia de la existencia, ya que la esencia del hombre se desvela y esclarece en su existencia.
Aportaciones del análisis existencial a la psiquiatria
Los presupuestos filosóficos defienden una visión particular del enfermo mental que deriva en innovadoras aportaciones respecto a las visiones reduccionistas del momento. Estas aportaciones fueron numerosas y su exposición excede las pretensiones de este artículo, por lo que se exponen resumidamente sólo algunas de ellas:
a. Al reconocer la esencia del hombre en la existencia, la cual se va esclareciendo a medida que la persona se posiciona y actúa ante su realidad, se reconoce secundariamente la apertura del hombre más allá de sus propios condicionamientos sociales, somáticos y psicológicos. La existencia humana conlleva siempre una posibilidad de elegir y de encarar la existencia. Muchos de los psiquiatras del momento defienden la libertad sartriana al comentar que el hombre está condenado a ser libre. “El existencialismo no creerá jamás que una hermosa pasión aparece como torrente devastador que conduce fatalmente al hombre a ciertos actos. Creemos que el hombre es responsable de su pasión”(7). Descubren la capacidad de la persona de distanciarse de las situaciones sin diluirse en ella, de guardar distancia, y por lo tanto de tomar postura frente a su enfermedad. Sólo desde su libertad el ser humano puede decidirse en un sentido u otro, en favor o en contra de una disposición, de una base caracterológica o de una predisposición instintiva. (8)
b. Al reconocer la libertad de sus actos se acepta al hombre pleno en todos sus actos de una intencionalidad que trasciende de sí propio y apunta hacia un objetivo (9). La labor del terapeuta no acaba con la simple eliminación física de unos síntomas, además debe colaborar en el descubrimiento de esta intencionalidad que a menudo queda confusa por la dolencias del paciente.
c. Si la existencia se revela, la relación entre médico y paciente ocupa un lugar importantísimo en el proceso terapéutico. La pauta de la terapia la marca esta relación en la que recorren juntos un trayecto de la existencia (10). ”
d. Se introduce la responsabilidad como arma psicoterapéutica. Sólo partiendo del sentido de responsabilidad del que se ha hecho consciente, el enfermo comienza a darse cuenta de sus propios problemas y encuentra el sentido de su vida de un modo personal y original. Surge un nuevo reto: “la obligación del médico de no sólo liberar al enfermo de su neurosis sino de situarle sobre bases de partida para reconquistar el sentido de responsabilidad (11). ”
e. Se hace un esfuerzo por definir y diferenciar las categorías de las que parten muchas de las manifestaciones psicopatológicas. Se acepta, como hizo el mismo Schneid, el error frecuente que se comete al mezclar conceptos ontológicos y psicológicos y se llama la atención sobre la necesidad de establecer un fundamento ontológico del objeto de la ciencia psicopatológica. Fruto de este esfuerzo aparece una distinción entre la culpabilidad psicológica y la existencial. La depresión vital y neurótica. La angustia normal y la morbosa. El diálogo y el encuentro. La transferencia y la coexistencia (12, 13, 14).
f. Otra gran aportación del análisis existencial es consecuencia de la visión antropológica que adopta: ningún aspecto que afecta a la vida humana se desatiende por estos pensadores, quienes acercándose más o menos a la realidad de tales vivencias, no dejan de invertir un gran esfuerzo intelectual y empírico por intentar comprender y sanar. Aparecen numerosos artículos entorno a la conciencia, la normalidad, el diálogo, los símbolos, la fantasía, el suicidio, la memoria, los afectos. . .
Conclusión
La aparición en revistas psiquiátricas de artículos dedicados a esta temática afortunadamente no está libre de crítica. Algunos psiquiatras del momento se sienten molestos ante este debate, ya que consideran que la pregunta acerca de la aplicación a la psiquiatría de ciertas concepciones filosóficas ya quedó más que zanjada desde que la psiquiatría pasó a ser ciencia. Además rechazan la utilidad de cualquier concepción filosófica por estar desprovista de toda repercusión práctica. Así se afirma que “el auténtico enfermo requiere una labor analítica, más o menos ortodoxa, si queremos de verdad curarle y no especular”(15).
Estas críticas se fundamentan en una comprensión parcial de lo que pretendía el análisis existencial al considerarlo como una corriente dispuesta a oponer sus hallazgos a los alcanzados por la psiquiatría científico-natural, olvidando que sus pretensiones siempre fueron hacer fructíferas las relaciones y repercusiones mutuas (16).
Que aparecieran contemporáneamente numerosos artículos en revistas psiquiátrica con una sensibilidad respecto a la posibilidad de encuentro entre filosofía y psiquiatría indica más bien que esto no era fortuito y que respondía a una demanda mutua. Demanda que se sigue percibiendo en las consultas psiquiátricas dónde los propios pacientes plantean problemáticas de su propia concepción del mundo. Acaso ante situaciones de dolor, abandono y angustia ¿no busca el enfermo aclaraciones y nuevas convicciones del sentido de la vida?
Se puede reconocer la tristeza, la agresividad, la desazón, la inquietud, las obsesiones. . . como fenómenos que no son más que desajustes de neurotransmisores y ahogar cualquier lamento humano en dosis de antidepresivos y ansiolíticos. Sin duda, el refugio en un tratamiento únicamente somático o psicológico es hoy en día una alternativa fácil. Arriesgadamente muchos psiquiatras precedentes se atrevieron a un abrir las posibilidades de tratamiento descubriendo en la existencia del enfermo momentos de sentido y posibilidades de ejercer la libertad.
Bibliografía
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8. - Frankl, V. ; El hombre doliente. 4º ed. Barcelona: Ed. Herder; 2000
9. - Moreno, C. ; fenomenología y filosofía existencial. 1º ed. Madrid. Ed. Síntesis; 2000
10. -Morales Belda, F. J. ; ¿Qué es la psicología analítico-existencial? . Rev Psiquiatr Psicol Med Eur Am Lat, 1960; (6):754-757
11. - Suárez de Puga; El sentido de la responsabilidad como fundamento antropológico y factor psicoterapéutico. Rev Psiquiatr Psicol Med Eur Am Lat, 1959; (3), 235.
12. - Rojas Ballesteros, L. ; La depresión vital (Estudios en el círculo maniaco depresivo). Rev Psiquiatr Psicol Med Eur Am Lat, 1954; (6): 478-495
13. - López Ibor, J. J. ; Angustia natural y angustia morbosa. Rev Psiquiatr Psicol Med Eur Am Lat, 1959; (1): 62-65
14. - Rof Carballo, J. ; transferencia y coexistencia. Rev Psiquiatr Psicol Med Eur Am Lat, 1959; (2): 104-123
15. - Gallego Meré, A. ; La superación del psicoanálisis. Arch Neurobiol, 1959; (1); 19-23.
16. - Valenciano Gayá, L. ; El delirio paranoide y la razón vital. Arch Neurobiol, 1961; (2): 115-144
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