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La prevención psicosocial de la adicción al tabaco en las empresas.

Fecha Publicación: 01/03/2005
Autor/autores: Eloisa Gallardo Olmedo

RESUMEN

La adicción al Tabaco constituye un hábito de conducta "compulsivo" propio de una situación de dependencia física y psicológica cuyos efectos en la población en general y especialmente en la trabajadora, provocan un alto índice de Morbilidad, Mortalidad y altos costes sanitarios, sociales y en conjunto un serio problema de salud pública.

Este trabajo aborda el cómo desde un aspecto fundamentalmente práctico pueden ser adoptadas medidas en los centros de trabajo dentro del marco de la Ley de prevención de Riesgos Laborales para poner en marcha políticas de reducción, prohibición y eliminación del consumo de tabaco en las empresas, manteniendo el control sobre los problemas psicosociales que ello podría originar entre la población laboral fumadora y la no fumadora, mejorando asimismo el ambiente higiénico de los centros de trabajo.


Palabras clave: Adicción, Conducta compulsiva, Dependencia, Prevención, Psicología, Riesgo laboral, Tabaquismo
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Psicología general .

La prevención psicosocial de la adicción al tabaco en las empresas.

(The prevention psicosocial of the adiction to the tobacco in the companies. )

Eloisa Gallardo Olmedo.

Psicóloga y Directora Técnica del Departamento de Psicosociología aplicada de IMPRE-EXPERTOS EN PREVENCIÓN S. L.

PALABRAS CLAVE: psicología, tabaquismo, riesgo laboral, prevención, adicción, Dependencia, conducta compulsiva.

(KEYWORDS: Psychology, tabaquismo, Labor risk, Prevention, Adiction, Dependence, Compulsive behavior. )

 

Resumen

La adicción al tabaco constituye un hábito de conducta "compulsivo" propio de una situación de dependencia física y psicológica cuyos efectos en la población en general y especialmente en la trabajadora, provocan un alto índice de Morbilidad, Mortalidad y altos costes sanitarios, sociales y en conjunto un serio problema de salud pública.

Este trabajo aborda el cómo desde un aspecto fundamentalmente práctico pueden ser adoptadas medidas en los centros de trabajo dentro del marco de la Ley de prevención de Riesgos Laborales para poner en marcha políticas de reducción, prohibición y eliminación del consumo de tabaco en las empresas, manteniendo el control sobre los problemas psicosociales que ello podría originar entre la población laboral fumadora y la no fumadora, mejorando asimismo el ambiente higiénico de los centros de trabajo.



Breves notas sobre la adicción al tabaco

Existe en la actualidad toda una copiosa y abundante documentación, estudios e informes de diversa consideración acerca de las consecuencias perjudiciales para la salud del tabaco, de su naturaleza adictiva y de sus enormes y poderosos efectos destructivos tanto en la población fumadora como respecto a aquella otra que se ve “obligada” a soportar en el ambiente que respira los humos nocivos que el mismo produce.

Pese a todo ello, se habla de que existen 12 millones de fumadores en España, de los que el 70 % quieren dejarlo, según fuentes de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS) del Instituto de Salud Carlos III, aunque de otra parte también otros estudios realizados durante años, se pronuncian sobre el “síndrome de abstinencia” que producen en quienes cesan en su consumo y que resultan tajantes al afirmar la enorme dificultad que resulta de abandonar este hábito.

Ahondar sobre los efectos perniciales del tabaco para las personas resultaría reiterativo por nuestra parte, dado como antes afirmábamos la gran aportación realizada incluso desde instituciones de reconocido prestigio, así como desde la mayor parte de instituciones sensibilizadas por el derecho de la población al disfrute de una vida saludable. Si hacer hincapié en algunos aspectos a considerar:

1. Que los componentes fundamentales del tabaco son:

a.  NICOTINA: Sustancia que produce una fuerte dependencia en el organismo de las personas.
b.  ALQUITRÁN: Sustancia que provoca la mayoría de los cánceres que el tabaco provoca.
c.  MONÓXIDO DE CARBONO: Gas que resulta de la combustión del papel de fumar y del tabaco y que resulta muy perjuidicial por impedir que el oxígeno llegue a las distintas partes de nuestro organismo.

2. Que los riesgos del humo en ambiente que el tabaco provoca no solo influyen en la propia salud del fumador, sino también en todos aquellos que lo rodean.

 

Los últimos estudios sobre exposición humana a la contaminación interior publicados por la Comisión Europea en sus instalaciones del Centro Común de Investigación en Ispra (Italia), revelan que los espacios cerrados comportan amenazas específicas para la salud y en algunos casos pueden ser como mínimo el doble de contaminantes que los entornos exteriores. Tales estudios afirman que el 20 % de los europeos sufren asma a causa de las sustancias inhaladas en lugares cerrados, citando el humo del tabaco, el amianto, el radón y el benceno liberados en el interior de los edificios como sospechosos del aumento de los casos de cáncer entre la población europea. En tal caso, por parte de la Comisión de la CEE se adoptó la decisión de desarrollar métodos analíticos sofisticados para obtener indicios de la presencia de compuestos orgánicos volátiles (COV).

La dependencia del tabaco está reconocida como un trastorno mental y del comportamiento tanto en la clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (ICD-10) como en el Manual de diagnóstico y estadísticas de la Asociación Americana de psiquiatría (DSM-IV).

A través del presente trabajo se pretende aportar una humilde contribución “práctica” al desarrollo del denominado PLAN NACIONAL DE PREVENCIÓN Y CONTROL DEL tabaquismo, toda vez que para el logro de los objetivos del mismo resulta sin lugar a dudas de gran importancia que las políticas para la reducción en el consumo del tabaco y su desaceptación social queden implantadas en el entorno laboral. Para ello resulta de enorme importancia el papel que todo servicio de prevención puede llevar a cabo en el asesoramiento de las Organizaciones o Empresas y en el desarrollo de políticas de prevención de riesgos laborales que aborden la problemática del tabaco y de la contaminación del ambiente de trabajo que su humo provoca, como factor de riesgo laboral.

Ha de señalarse que desde la filosofía de la prevención de riesgos laborales, la adicción al tabaco constituye un riesgo laboral que ha de ser debidamente contemplado en las actividades desarrolladas tanto por los servicios de prevención en su labor de asesoramiento a las empresas.


El plan nacional de prevención y control del tabaquismo

Como parte de la Estrategia Europea para el Control del tabaquismo, a través de la cual se establece la necesidad de que sea desarrollada por todos los estados miembros de la C. E. E. la elaboración de planes propios y políticas globales para el Control del tabaquismo en línea con las propuestas de la Oficina Regional Europea de la Organización Mundial de la Salud-O. M. S. [2]; por parte del Ministerio de Sanidad y Consumo del estado español fue puesto en marcha el pasado año el denominado PLAN NACIONAL DE PREVENCIÓN Y CONTROL DEL tabaquismo, para ser desarrollado en el periodo 2. 003-2. 007 y para cuyo seguimiento se constituyeron el Comité Intersectorial de Dirección (compuesto por representantes de comunidades autónomas, ministerios de Economía, Hacienda, Interior, Deporte, Asuntos Sociales, y Plan Nacional sobre Drogas) y el Ejecutivo (presidido por Sanidad y consejeros de las comunidades autónomas.

El referido Plan, presenta un estudio estadístico en el que se determina una prevalencia del consumo de tabaco en la población de nuestro país de 16 y más años del 34, 40 %, indicando que España es uno de los países de la Unión Europea que presenta una mayor prevalencia de consumo tanto en hombre como en mujeres y atribuyendo asimismo al tabaquismo un índice del 16 % de la mortalidad total de la población española. Asimismo, se determinan como efectos del tabaco para la salud los de:

A) MORBILIDAD, por cuanto que el consumo de tabaco se relaciona con más de 25 enfermedades, siendo el principal factor causante del 30 % de todos los cánceres; de una gran parte de las enfermedades respiratorias; de un número importante de enfermedades cardiovasculares y de toda una serie de riesgos generales asociados, tales como reducción de la fertilidad, incremento del riesgo de menopausia, de aborto espontáneo, partos prematuros, etc. . . . determinando asimismo tal situación a la propia exposición involuntaria al humo del tabaco por parte de la población no fumadora que no queda al margen de los riesgos propios de la población que realiza su consumo.

B) MORTALIDAD, por la importante relación del tabaco con la cantidad de muertes que resulta atribuibles al mismo y que en el propio plan estiman podrían alcanzar para el año 2. 020 al 20 % de la totalidad de fallecimientos.

C) AUMENTO DE LOS COSTES SANITARIOS Y SOCIALES, tanto directos como indirectos provocados por el consumo de tabaco y que en el propio Plan se indican en importe entre 437. 000 y 604. 000 millones de pesetas (en datos referidos al año 2. 001).

El citado Plan establece como objetivos Generales y Específicos los de:

1. DISMINUIR LA prevalencia TABÁQUICA:

i. Prevenir la incorporación de nuevos fumadores y fumadoras

Entre las ESTRATEGIAS INFORMATIVAS establecidas en el plan, es de destacar la de “facilitar la información desde un enfoque multidisciplinar, integrándola en las diversas actividades de los servicios sanitarios, de prevención de riesgos laborales, farmacias, movimientos comunitarios, ONGs, asociaciones de consumidores”; entre las ESTRATEGIAS LEGISLATIVAS, la de “establecer lugares de trabajo (docentes, sanitarios, públicos y de ocio) como espacios libres de humo” y “garantizar el cumplimiento de la legislación vigente sobre limitaciones de la venta y consumo de tabaco contando con la participación de todos los sectores implicados: consumo, trabajo, educación, salud pública, policía municipal, guardia civil, etc. . ”.

ii. Retrasar la edad de inicio del hábito tabáquico

iii. Facilitar el abandono de la dependencia tabáquica

Entre las ESTRATEGIAS INFORMATIVAS establecidas en el plan, es de destacar la de “elaborar mensajes para potenciar los espacios sin humo como factor contribuyente a la disminución y abandono del consumo de tabaco”; entre las ESTRATEGIAS ASISTENCIALES, la de “promover los programas de ayuda al abandono tabáquico en el ámbito laboral” e “impulsar programas de ayuda desde los servicios de salud laboral, facilitando la asistencia del personal fumador a las consultas o programas en el horario laboral”, como ESTRATEGIAS DE COORDINACIÓN PARTICIPACIÓN la de “establecer una política gradual de espacios sin humo (ámbito público, laboral, social y de ocio), hasta conseguir la totalidad de los espacios libres de humo de tabaco”.

2. PROTEGER LA SALUD DE LA POBLACIÓN DEL AIRE CONTAMINADO POR HUMO DEL tabaco (ACHT):

i. Evitar la exposición de la población al aire contaminado por humo de tabaco

Entre las ESTRATEGIAS INFORMATIVAS establecidas en el plan, es de destacar la de “informar a la población de las consecuencias de convivir en espacios donde otros fuman”, “fomentar los hogares y espacios de ocio sin tabaco”, “informar a la población sobre su derecho a respirar aire no contaminado por humo del tabaco”, “difundir la normativa sobre espacios sin humo”; entre las ESTRATEGIAS LEGISLATIVAS, la de “promover la inclusión del humo ambiental del tabaco en el listado de sustancias nocivas ambientales” y “favorecer la creación de una medida comunitaria para clasificar el humo ambiental del tabaco, como angente carcinógeno del lugar de trabajo, a través de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo”, indicando asimismo que “al no existir un nivel seguro de exposición al humo ambiental del tabaco, no se aceptarán las estrategias de regulación de ventilación, diseño del espacio, etc. . . que se alegan para evitar el tabaquismo involuntario”; y en sus ESTRATEGIAS DE COORDINACIÓN PARTICIPACIÓN la de “fomentar los estudios sobre la toxicidad del aire contaminado por humo de tabaco”.

ii. Potenciar los espacios sin humo

Entre las ESTRATEGIAS INFORMATIVAS establecidas en el plan, es de destacar la de “desarrollar campañas de información sobre los beneficios que conlleva la creación de ambientes sin humo y los riesgos que provoca el estar en ambientes contaminados por humo de tabaco” y la de “Promover iniciativas que faciliten la información y el respeto por los espacios sin humo”; ente las ESTRATEGIAS EDUCATIVAS FORMATIVAS, la de “promover programas formativos para el personal encargado de velar por el cumplimiento de la normativa (vigilantes, guardias de seguridad, celadores, etc. . . )” y “fomentar actuaciones formativas en el ámbito laboral, dirigidas a las organizaciones sindicales y empresariales”; ente las ESTRATEGIAS LEGISLATIVAS, la de “promover las medidas legislativas necesarias para que se establezcan espacios libres de humo en las empresas”; así como “potenciar una señalización adecuada en todos los espacios sujetos a regulación (prohibición de fumar o zonas para fumadores)”, “promover cambios legislativos para que en el sector de hostelería y restauración se establezcan zonas diferenciadas y limitación del número de plazas para fumadores”; “establecer los requisitos mínimos de los espacios habilitados para fumar”; como ESTRATEGIA COORDINACIÓN PARTICIPACIÓN, la de “promover la participación de los sindicatos, unidades de prevención de riesgos laborales y colectivos sanitarios, en las políticas de espacios laborales sin humo”, y de “promover a las asociaciones empresariales que consideren la provisión de espacios sin humo para la población trabajadora y clientes, como criterio de calidad en sus empresas”. Como ESTRATEGIA DE INVESTIGACIÓN EVALUACIÓN, la de “crear un sistema de información sobre infracciones y sanciones que recoja las actuaciones de las autoridades locales, autonómicas y estatales, al objeto de conocer y evaluar el cumplimiento y seguimiento legislativo sobre espacios sin humo en España”.

iii. Fomentar la norma social de no fumar

Entre las ESTRATEGIAS INFORMATIVAS establecidas en el plan, es de destacar la de “mantener informada a la población de las ventajas de no fumar, de los perjuicios que ocasiona el tabaco, y del derecho a respirar aire no contaminado por el humo del tabaco”.


3. POTENCIAR LA COORDINACIÓN Y LA PARTICIPACIÓN:

Todo ello de tipo institucional, intersectorial, internacional; estableciendo asimismo mecanismos y medidas para la coordinación internacional y para la participación social.

A todas las cuestiones indicadas con anterioridad, ha de añadirse que el citado Plan dispuso en sus medidas de prevención y control del tabaquismo como objetivos relativamente a corto plazo los siguientes:

- Para el año 2. 003: Que al menos el 95 % de los centros sanitarios, docentes y de la Administración Pública fuesen espacios sin humo.

- Para el año 2. 004: Que finalizase el año habiendo sido desarrollado normativas reguladoras del consumo de tabaco en todos los ámbitos públicos.

- Para el año 2. 005: Que al menos el 70 % de las Empresas dispongan de espacios libres de humo. A este respecto y como objetivo adicional pretendido es que el 75 % de la población haya llegado a considerar que el tabaco es menos aceptado en su entorno social.

- Para el año 2. 007: La reducción del número de fumadores jóvenes, aumentando la proporción de la población ex fumadora y retrasando la edad de inicio del hábito tabáquico.


Tabaquismo y prevención de riesgos laborales: el tabaco también es un riesgo laboral

Frente a la proliferación de las normas generales sobre el tabaco, ha de decirse respecto a su expresa regulación en el ámbito laboral, que existe una carencia total de la regulación del consumo de tabaco en los lugares de trabajo.

Aunque la Ley 31/1. 995 de prevención de Riesgos Laborales establece el derecho de los Trabajadores a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo y el “combate” de los riesgos en su origen, en el ordenamiento jurídico laboral de nuestro país falta una regulación específica que delimite con el rigor necesario el consumo de tabaco, pese a que constituye una importante fuente de contaminación ambiental fácilmente evitable por cuanto que no se encuentra unida al proceso productivo de las Empresas.

Si procedemos a la lectura de toda la normativa actual en materia de prevención, el tratamiento que la misma dispensa al control del tabaquismo se encuentra fundamentada en el respeto hacia los no fumadores en las zonas de descanso, a establecer medidas relativas a la ventilación de los lugares y a indicar su prohibición en las zonas de descanso y en los servicios higiénicos, salvedad que hay que hacer respecto a determinadas actividades que por razones de seguridad se establecen determinado tipo de prohibiciones y en alguna otra por razones higiénicas (tal es el caso de lo que dispone el propio Art. º 4. 1. a) del Real Decreto 2. 505/1. 993, de 4 de agosto que aprueba el Reglamento de manipuladores de alimentos).

La importante legislación existente en materia de prevención de riesgos laborales en nuestro país, se limita pues, a recomendar en determinados casos que deben tomarse las medidas adecuadas a fin de evitar que los trabajadores sufran las “molestias” del humo del tabaco, pero generalmente estableciendo la restricción de fumar en los específicos locales de descanso y alojamiento de los trabajadores, sin abarcar al resto de zonas comunes existentes en la Empresa.

No puede afirmarse por tanto que hasta el momento actual haya sido desarrollada por el legislador una política de “espacios laborales sin humo”, aun a pesar de la enorme importancia que ello tiene para la salud y a pesar de que de todos resulta conocido que los sistemas de ventilación en la mayoría de los casos resultan ineficaces para la eliminación del humo emitido por el tabaco.

Partiendo en primer lugar de considerar que la seguridad y la salud de los Trabajadores ha de constituir y constituye la base de la política social y económica desarrollada en nuestro país, tal y como así queda establecido en la propia constitución Española de 1. 978 y en el propio Estatuto de los Trabajadores y que los empresarios deben de adoptar las medidas necesarias de conformidad con lo dispuesto por la Ley de prevención de Riesgos Laborales para salvaguardar la protección en la vigilancia de la salud de éstos, tendríamos acto seguido que plantearnos una cuestión de enorme relevancia, cual es, si el tabaco constituye o no un riesgo laboral.

La respuesta al interrogante de si el tabaco constituye o no un riesgo laboral, resulta muy importante por cuanto que el consumo de tabaco en los centros de trabajo se realiza de forma generalizada y afecta a la totalidad de empresas y trabajadores de todos los sectores empresariales. De resultar adecuada la consideración del tabaco como riesgos laboral, entonces sin lugar a dudas toda la política preventiva habrá de ser mantenida en la dirección de lograr una total restricción de su consumo en los lugares de trabajo.

En recientes estudios llevados a cabo por el Banco Mundial en el mes de julio del año 2. 002 se determina que las Empresas cuyos trabajadores son consumidores habituales de tabaco, soportan una gran cantidad de costes directos e indirectos. En dicho estudio se matiza que entre los citados costes se encuentran los siguientes:

- Mayor absentismo laboral (por cuanto que queda acreditado que los fumadores cogen el doble de bajas laborales).
- Menor productividad
- Aumento de las jubilaciones anticipadas debido a mala salud
- Mayores costes sanitarios y mayores costes de seguros sanitarios
- Mayores costes de mantenimiento y limpieza (mayores gastos en ventilación y aire acondicionado y mayor cantidad de basura generada, paredes más sucias y daños en el mobiliario).
- Mayor riesgo de daños por incendio (porque la mayoría de los incendios tienen su origen en los residuos generados al fumar).
- Mayores primas de seguros contra incendios.

La realidad del estudio indicado con anterioridad, podría hacernos llegar a plantearnos si cualquier política de prevención que sea llevada a cabo en cualquier Organización o Empresa debería o no quedar ajena al estudio del tabaquismo en su plantilla de trabajadores, máxime si asimismo tenemos en cuenta que de otra parte, por la propia Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud también fueron realizado estudios concluyentes sobre este particular hasta el punto de haber sido declarada en el año 2. 002 por dicha Agencia que la exposición al humo del tabaco constituye un elemento carcinógeno en humanos.

La principal misión de la prevención de riesgos laborales por parte de las empresas es el estudio de los denominados factores de riesgo inherentes al entorno laboral, entendiendo como tales a “toda fuente de posible lesión o daños para la salud”, por lo que la propia definición más específica de éstos nos obligaría a plantearnos seriamente el abordaje del consumo del tabaco en las Empresas, tal y como si de un riesgo laboral se tratase. ello, máxime si en las políticas preventivas desarrolladas en las empresas han ir encaminadas entre otros aspectos a la exposición de los trabajadores a determinados agentes higiénicos en los lugares de trabajo. ello ha de ser así por cuanto que constituye riesgo laboral desde la propia definición legal de la Ley de prevención de Riesgos Laborales “todo objeto, sustancia, forma de energía o característica de la organización del trabajo que puede contribuir a provocar un accidente de trabajo, agravar las consecuencias del mismo o provocar, aun a largo plazo, daños para la salud de los trabajadores”.

El necesario estudio y regulación de las condiciones de trabajo exige que deba ser erradicado de las empresas toda innecesaria exposición a determinados agentes a la que pudieran estar sometidos todos los trabajadores y adoptar una serie de medidas mínimas de evaluación, control, corrección, prevención y protección de la salud frente a los riesgos derivados de su presencia, y desde luego la exposición al humo del tabaco no podría en tal caso resultar una excepción. En tal sentido, la exposición de todos los trabajadores a atmósferas “cargadas de tabaco” constituye una “condición de trabajo” por cuanto que por sus propias características y naturaleza, por su concentración y su nivel de presencia podría conformar un riesgo para la seguridad y salud laboral de los trabajadores que debe de ser adecuadamente evaluado y contemplado en aras a su control, máxime si se tiene en cuenta sus conocidos efectos en la población fumadora y su exposición por ésta y por aquella que no lo es a los agentes cancerígenos que figuran en la atmósfera en suspensión del humo que provoca.

Además de lo expuesto con anterioridad y a falta de determinar la situación particular que pueda presentarse en cada Organización o Empresa respecto a la existencia o no en la misma de mayor número de personal fumador, de mujeres embarazadas, menores, personas con determinados padecimientos que podrían ver agravados por el humo del tabaco, la características de sus instalaciones, su sistema de extracción de aire acondicionado, etc. . . ; resulta adecuado el considerar asimismo los derechos de otro tipo de trabajadores, cuales son, aquellos que mantienen su derecho a respirar un aire de mayor calidad y quienes el ejercicio del mismo les podría ser “arrebatado” por trabajar en un entorno en el que tal derecho en modo alguno le queda garantizado.

De otra parte y de forma adicional a las observaciones realizadas en el estudio llevado a cabo por el Banco Mundial y antecitado, ha de decirse que el consumo del tabaco podría provocar toda una serie de riesgos característicos que debieran ser estudiados desde la óptica de cualesquiera de las diversas Especialidades Preventivas, a saber:

- Desde la perspectiva de la SEGURIDAD, por cuanto que el consumo continuado del mismo favorece la “distracción” del trabajador por su disminución de su capacidad de atención primaria, pérdida de atención que también resulta provocada por la irritación ocular tanto del consumidor como de aquel que no lo es; habiendo de considerar asimismo el enorme aumento del nivel de riesgo de incendio de los locales en general y especialmente de aquellos en los que se utilizan sustancias inflamables.

 

- Desde la perspectiva de la HIGIENE INDUSTRIAL, por cuanto que el factor relativo al medio ambiente interior de los locales o centros de trabajo influyen en la frecuencia de las enfermedades respiratorias, asma, alergia; habiendo asimismo de considerar que las condiciones en dichos ambientes han de ser seguras y aceptables, por lo que un ambiente de trabajo “cargado” de humo podría no serlo por su alto nivel de contaminación y sus efectos tóxicos.

- Desde la perspectiva de la ERGONOMÍA, resulta fuera de toda duda el considerar que para los Trabajadores que deben “manejar” el cigarro al fumar, al tiempo que deben de emplear adecuadamente asimismo sus propios útiles de trabajo y materiales, ello podría provocar una indebida manipulación de los mismos.

- Desde la perspectiva de la PSICOSOCIOLOGÍA APLICADA, ha tenerse en cuenta que la persona fumadora podría tener una seria sensación de dependencia y falta de autocontrol por su propia dependencia psicológica del tabaquismo y por el trastorno de personalidad que toda adicción conlleva y por sus estados de estrés y ansiedad que favorecen la falta de consumo para quien el fumar se ha convertido en una necesidad; por la cantidad de conflictos interpersonales que se plantean o pueden plantearse entre fumadores y no fumadores que en determinados casos podrían afectar a serias conductas de intolerancia que a su vez afectan de forma muy directa al ambiente de relaciones en el trabajo.

- Desde la perspectiva de la MEDICINA DEL TRABAJO o VIGILANCIA DE LA SALUD, porque ha de abordar el tabaquismo desde la adecuada perspectiva preventiva y terapéutica por la dependencia física y psíquica del Trabajador que soporta la adicción de fácil adquisición y de difícil desprendimiento; por su toxicidad y deterioro de la salud tanto del Trabajador fumador, como de aquél que no lo es; por su sintomatología provocador de enfermedades e importante causa de absentismo laboral y agravante de determinado tipo de enfermedades profesionales.

A todo lo dicho a lo largo del presente apartado, ha de añadirse que desde una perspectiva laboral y preventiva, si nos atenemos a lo que dispone el PLAN DE PREVENCIÓN Y CONTROL DEL tabaquismo, en el sentido de que para el año 2. 005, todo lugar de trabajo habrá de poseer sus propios lugares habilitados para fumadores, resulta de todo punto imprescindible el que se proceda a considerar el tabaquismo como un riesgo laboral y a su tenor, comenzar a adoptar las medidas necesarias para que en las Organizaciones o Empresas puedan ser llevado a cabo medidas tales como:

- La creación de espacios específicos para que los fumadores puedan ejercer su derecho a fumar, con prohibición expresa de fumar en el resto y con las señalizaciones adecuadas a tal menester.

- Establecimiento y comprobación de sistemas de ventilación específicos para la distribución de entradas de aire limpio y salidas de aire viciado en los lugares destinados a fumar con efectiva renovación del aire del local de trabajo.

- En el caso de los locales no resulten adecuados para llevar a cabo las medidas anteriores, poner en marcha políticas para el establecimiento de consensos y diálogos para realizar pactos con la dirección para realización de pausas por los Trabajadores fumadores que permitan su salida al exterior de los locales para poder fumar.

- Adopción de políticas desde la Especialidad Preventiva de Psicosociología Aplicada, a fin de evitar a la población laboral fumadora los sentimientos de pérdida de aceptación (pérdida de sentimientos de pertenencia, etc. . . ), favoreciendo mediante las adecuadas técnicas preventivas la correspondiente adecuada comunicación entre todos los recursos humanos.

- Los adecuados controles médico-laborales de los Trabajadores fumadores y de aquellos otros expuestos al humo del tabaco.

- Las acciones de Información, formación y participación activa de todos los trabajadores, ello tanto para la difusión de las normas establecidas, como para el cumplimiento de las mismas con todo el rigor que resulte preciso para la erradicación del tabaquismo de los centros de trabajo.


El papel de los servicios de prevención de riesgos laborales contra el tabaquismo

En razón del contenido expuesto en este trabajo, no cabe duda alguna de la ineludible necesidad por parte de todas las Organizaciones o Empresas de abordar la problemática del tabaquismo por sendas razones:

1. Por resultar imprescindible para la mejora de la seguridad y la salud de los recursos humanos que conforman su plantilla.

2. Por la obligación en el cumplimiento de la exigencias legales en la materia y las políticas diseñadas en el PLAN DE PREVENCIÓN Y CONTROL DEL tabaquismo y para cuya implantación habrán de ir adoptando los medios adecuados para el cumplimiento con lo que en el mismo se dispone.

Al cumplimiento de tales razones y exigencias, en modo alguno puede quedar ajeno cualquier servicio de prevención. Ningún servicio de prevención puede eludir la responsabilidad de colaborar con las Organizaciones o Empresas en la reducción de los índices de tabaquismo en su seno y a la obligación de establecer y “prevenir a tiempo” en el diseño de políticas de personal encaminadas a tal fin, máxime si se tiene en cuenta que a muy corto plazo tales políticas serán implantadas con carácter general.

En la medida en que el servicio de prevención colabore en la implantación de tales políticas de forma progresiva, resultará menos traumático el logro de ambientes laborales exentos de humo, minimizando con ello los evidentes riesgos actualmente existentes para la población trabajadora no fumadora, pero también aquellos “emergentes” que puedan surgir derivados del aumento de las restricciones al consumo para aquella población fumadora.

Ante esta nueva “problemática”, que sin lugar a dudas ya debía haber sido abordada desde hace tiempo desde una perspectiva preventiva, todo servicio de prevención solo puede mantener dos actitudes:

A) O emprender el camino del estudio para el desarrollo de políticas preventivas en todas sus Especialidades Preventivas desarrolladas a favor de asesorar a las Organizaciones o Empresas en la nueva política que deben de llevar a cabo para el logro de espacios de trabajo sin humos,

B) O por el contrario, no poner en juego el esfuerzo necesario para resolver el problema a sabiendas que el servicio a llevar a cabo en las Organizaciones o Empresas que confían en una adecuada gestión preventiva quedarán sin el asesoramiento adecuado para la mejora de la seguridad y salud laboral de sus Trabajadores.

Partiendo de la base que todo servicio de prevención debe de establecer los mecanismos necesarios para “adelantarse a la realidad”, antes que ésta se torne en insalvable; han de ser puestas en marcha las medidas para desarrollar y favorecer en las Organizaciones o Empresas las adecuadas políticas de protección y promoción de la salud de los Trabajadores en el logro de espacios sin humo del tabaco. Es más, esta cuestión ha de ser llevadas mucho más lejos: deben de favorecer las actuaciones encaminadas a modificar los factores personales, sociales y culturales favorecedores del consumo del tabaco, fomentando desde la Medicina del Trabajo la mejora de la salud y calidad de vida de la población trabajadora.

Para el abordaje del tabaquismo en los centros de trabajo, por parte del servicio de prevención ha de ser dado el tratamiento que corresponde como tal riesgo laboral inherente tanto para el Trabajador fumador y poseedor de dicha adicción, como respecto a aquel que no la posee, pero que asimismo queda situado como “fumador pasivo”.

El servicio de prevención debe de tomar conciencia y asimismo debe de trasmitírselo a la Organización o Empresa a la que asesora, de que el trabajo ha de ser realizado facilitando un entorno laboral seguro y que el humo del tabaco constituye un riesgo para la salud en el lugar de trabajo; que desde esta perspectiva, la reducción de exposición al humo del tabaco ambiental es necesaria para el control y la vigilancia de la salud de todos Trabajadores.

La Ley de prevención de Riesgos Laborales establece que han de evitarse los riesgos, que han de Evaluarse los riesgos que no puedan evitarse y que hay que combatir los riesgos en su origen.

Como medidas para afrontar el riesgo del humo del tabaco, partiendo del cumplimiento con lo dispuesto en el Art. º 16 de la Ley 31/1. 995 de prevención de Riesgos Laborales, el servicio de prevención deberá asesorar a las Organizaciones o Empresas para afrontar la problemática del tabaquismo a través del desarrollo de sus actividades en el PLAN DE PREVENCIÓN, la EVALUACIÓN INICIAL DE RIESGOS LABORALES y la PLANIFICACIÓN DE LA ACTIVIDAD PREVENTIVA ANUAL.

Sin lugar a dudas, la debida atención de la problemática del tabaquismo solo puede ser considerada desde su afrontamiento junto a los demás riesgos laborales existentes en toda Organización o Empresa, debiendo quedar debidamente planteada dentro del Sistema de Gestión de la prevención de Riesgos Laborales de la misma.


Estrategias de abordaje del tabaquismo en las empresas

El Plan de prevención de Riesgos Laborales

El PLAN DE PREVENCIÓN conforma la política de prevención de una Organización o Empresa que determina de forma programada el conjunto de acciones a llevar a cabo para establecer en la misma el adecuado Sistema de Gestión de prevención de Riesgos Laborales y su implantación a todos los Niveles Jerárquicos de su propia estructura. En tal caso, el artículo 16. 1 de la Ley de prevención de riesgos laborales resulta bien explícito: “La prevención de riesgos laborales deberá integrarse en el sistema general de gestión de la empresa, tanto en el conjunto de sus actividades como en todos los niveles jerárquicos de ésta, a través de la implantación y aplicación de un plan de prevención de riesgos laborales a que se refiere el párrafo siguiente. . . . El plan de prevención de riesgos laborales deberá incluir la estructura organizativa, las responsabilidades, las funciones, las prácticas, los procedimientos, los procesos y los recursos necesarios para realizar la acción de prevención de riesgos en la empresa, en los términos que reglamentariamente se establezcan”.

Desde esta perspectiva y como quiera que para la confección del citado PLAN DE PREVENCIÓN, habrán de definirse entre otros aspectos, los “procedimientos” para llevar a cabo las medidas preventivas, la labor del servicio de prevención en su actividad de asesoramiento a las Organizaciones o Empresas, deberá de estudiar con las mismas aquellos procedimientos de actuación que serán llevados para la eliminación del tabaquismo de los centros de trabajo, y el logro de espacios exentos del humo del tabaco, lo que en líneas generales habrán establecidos de la siguiente forma:

o El establecimiento de líneas de actuación para la reducción o erradicación del tabaquismo.

o La relación de los derechos y deberes de todas las partes interesadas (fumadores y no fumadores).

o El contenido de los compromisos negociados y objetivos asumidos por todos.

o Los procedimientos para la planificación y logro de espacios sin humo del tabaco y relativos a:

- La detección del consumo por la plantilla y factores que pudieran favorecerlo. En tal sentido, el Test de Fagerstrom constituye una buena herramienta cuya validez ha sido reconocida por la propia Organización Mundial de la Salud. Asimismo ha de ser conocido el número de trabajadores que desean dejar de fumar y su disposición a hacerlo.

- Establecimiento de los Objetivos

- Contenido de los Recursos disponibles y necesarios

- Actividades de información y formación que serán llevadas a cabo hacia los trabajadores

- Establecimiento de Calendarios para la implantación de tales medidas.

La Evaluación Inicial de Riesgos Laborales

Partiendo de lo dispuesto por el Art. º 16. 2. a) de la LEY DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES que indica que “El empresario deberá realizar una evaluación inicial de los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores, teniendo en cuenta, con carácter general, la naturaleza de la actividad, las características de los puestos de trabajo existentes y de los trabajadores que deban desempeñarlos. Igual evaluación deberá hacerse con ocasión de la elección de los equipos de trabajo, de las sustancias o preparados químicos y del acondicionamiento de los lugares de trabajo”; el servicio de prevención favorecerá el que por parte de toda Organización o Empresa sea llevado a cabo en el contenido del estudio de la EVALUACIÓN DE RIESGOS, aquellos análisis de riesgos relativos al hábito de tabaquismo de su plantilla y su repercusión respecto al resto de aspectos generales que conforman el conjunto de sus riesgos laborales, tanto en lo que se refiere a sus puestos de trabajo, como a los propios y generales del conjunto de la organización e instalaciones.

El servicio de prevención deberá de propiciar que en el contenido de la evaluación sean adecuadamente observados los riesgos tanto de la población laboral fumadora, así como de la totalidad de los Trabajadores al Humo del tabaco Ambiental, debiendo evaluar el nivel de exposición al que están expuestos y adoptar las recomendaciones que resulten más idóneas, pero teniendo en cuenta:

- Que el humo del tabaco está compuesto por más de 4. 000 productos químicos diferentes que se liberan en el aire en forma de partículas y gases y entre los que existes aproximadamente más de 60 componentes cancerígenos o potencialmente cancerígenos.

- Que el monóxido de carbono es un gas pernicioso que se encuentra en concentraciones relativamente altas en el humo de los cigarrillos. El CO se combina rápidamente con la hemoglobina, proteína encargada de transportar el oxígeno por la sangre y resulta especialmente nocivo durante el embarazo por su reducción de la cantidad de oxígeno transportado al útero y por consiguiente al feto.

- Que la inhalación del humo del tabaco hace que éste se condense y el 70 % de la nicotina y del humo queda depositado en los pulmones, provocando el estrechamiento de los bronquíolos, tos, aumento de la mucosidad y daños en los pequeños capilares que ayudan a proteger los pulmones contra la suciedad e infecciones.

- Que la nicotina es una droga muy potente y de acción rápida que puede resultar adictiva y cuyos efectos en el cuerpo son muy diversos y complejos, ello hasta el punto de que en pequeñas cantidades la nicotina generalmente actúa como estimulante de los impulsos nerviosos en el sistema nervioso central y el sistema nervioso autónomo, mientras que en grandes cantidades produce la inhibición de ambos.

- Que el tabaco provoca la muerte prematura a causa de sus enfermedades relacionadas: cardiovasculares, cáncer de pulmón, bronquitos crónica y enfisema.

- Que el tabaquismo pasivo provoca cáncer de pulmón, irritación de ojos y pecho y resulta un problema para personas que padecen asma o bronquitis, las que tienen problemas coronarios y usuarios de lentes de contacto.

La Planificación Anual de la Actividad Preventiva

Partiendo de lo dispuesto por el Art. º 16. 2. b) de la LEY DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES que indica que “Si los resultados de la evaluación prevista en el párrafo a) pusieran de manifiesto situaciones de riesgo, el empresario realizará aquellas actividades preventivas necesarias para eliminar o reducir y controlar tales riesgos. Dichas actividades serán objeto de planificación por el empresario, incluyendo para cada actividad preventiva el plazo para llevarla a cabo, la designación de responsables y los recursos humanos y materiales necesarios para su ejecución”; el servicio de prevención deberá indicar las correspondientes recomendaciones encaminadas a resolver y PLANIFICAR LA ACCIÓN PREVENTIVA a fin de eliminar el riesgo provocado por el humo del tabaco en el ambiente de trabajo, a través de la decisión consensuada entre el Empresario y sus Trabajadores mediante cualesquiera de las siguientes Medidas o Acciones correctoras:

- MEDIANTE SU RESTRICCIÓN TOTAL: Determinación por todas las partes de prohibición expresa de fumar en el conjunto de las instalaciones o centros de trabajo.

- MEDIANTE SU PERMISIVIDAD: Determinando en tal caso las siguientes medidas o acciones:

o Determinación de espacios específicos de zonas para fumadores, con detalle de lugares y momentos para fumar, habilitación de zonas de descanso para fumadores y si las pausas de éstos (frecuencia y duración) a tal fin han de ser compensadas por tiempo perdido durante su jornada laboral, política de infracciones para fumadores que incumplan e incentivos a aplicar para el abandono del tabaco.

o Mejora del sistema de ventilación para mejorar la calidad del aire en aquellas zonas donde está permitido fumar.

o Limitación de la exposición de los empleados al humo de tabaco ambiental mediante el control y restricción del tiempo que pasan en las zonas para fumadores.

o Establecimiento de Programas y Políticas para ayudar a dejar de fumar a los empleados.


o Verificación periódica de las acciones o determinación del estado en que las mismas se encuentren.


Consideraciones finales

En primer lugar, una conclusión objetivamente aceptada por todos: El tabaco MATA.

Unas veces lo hace de forma SÚBITA, REPENTINA, sin mediar preaviso, sin dejar a la persona que durante años ha “gozado” de su compañía que pueda elegir lo que va a hacer en sus últimos minutos de vida. Ese compañero “silencioso” que al fumador acompaña en todos los momentos, al trabajo, a su casa, a la reunión con sus amigos, en sus momentos de tristeza, en sus momentos de alegría, en sus penas, en sus felicidades, ese amigo que vive con él todas sus experiencias y disfruta de todos sus momentos y conoce todos sus secretos, que está presente en prácticamente todas las ocasiones, finalmente MATA. Otras veces, lo hace LENTAMENTE, provocando en el fumador toda una interminable serie de padecimientos, de sufrimientos, de momentos de eterno dolor. Pero en los casos en los que no lo hace, sí al menos puede “garantizarle” con total certeza un empeoramiento de la calidad de vida de sus últimos años.

A estas alturas poco discutible resulta el afirmar que el tabaquismo constituye un serio problema de salud pública. ello queda refrendado por los numerosos estudios realizados sobre el particular y sin lugar a dudas.

De otra parte, ha de decirse que, es la Administración y en su conjunto los poderes públicos los que tienen que garantizar el Derecho de Protección de la Salud de todos los ciudadanos, los que deberán establecer las prohibiciones y requisitos mínimos para el uso y tráfico de los bienes cuando éstos constituyan un riesgo o daño para la salud y asimismo verificar y controlar que los productos, actividades y servicios puestos en el mercado a disposición de todos los consumidores o usuarios, no impliquen riesgos para la salud o la seguridad; pero también constituye una obligación moral de contribuir a tal fin por parte del resto de instituciones y organizaciones sociales, e incluso de cada uno de los ciudadanos en general.

Desde la Administración en los últimos años ha sido puesta en marcha una importante iniciativa, cual es el PLAN NACIONAL DE PREVENCIÓN Y CONTROL DEL tabaquismo para el periodo 2. 003-2. 007 y cuyo objetivo fundamental es la erradicación del tabaquismo y la “desnormalización” de la conducta del hábito tabáquico a todas las esferas y en todos los estamentos; por su Morbilidad, Mortalidad y aumento de los costes sanitarios y sociales. Sin duda, la Administración y en suma los poderes públicos deben de adoptar toda una serie de medidas reguladoras de tipo restrictivo, impositivo, etc. . . pero sin lugar a dudas, también la Empresa, como organización social ha de sentirse obligada a contribuir a dicha política, pues no puede coexistir “a espaldas” del propio entorno social en el que se desenvuelve, sino todo lo contrario, garantizar con su contribución al equilibrio de cuantas normas de convivencia garanticen los objetivos de la propia sociedad.

Pero la contribución de la Empresa en la lucha por el tabaquismo no solo resulta necesaria para el logro de este objetivo social, sino que ello ha de constituir una obligación suficientemente consistente por sí misma por cuanto que asimismo queda sobradamente acreditado que el tabaquismo constituye un serio problema de riesgo laboral. La eficacia en las medidas de control del tabaquismo, favorece pues la seguridad y la salud física y psicosocial de sus recursos humanos.

También todo Servicio de prevención de Riesgos Laborales en su condición de entidad consultora especializada de las empresas en materia de prevención de riesgos laborales, puede y debe llevar a cabo su importante labor en el ejercicio de su actividad y de contribución a los objetivos del PLAN NACIONAL DE PREVENCIÓN Y CONTROL DEL tabaquismo 2. 003-2. 007 elaborado para España, actividad objetiva para la Promoción de la salud, la calidad de vida, y la participación social de los Trabajadores.

El S. P. A. puede favorecer la puesta en marcha de actividades de sensibilización para la reducción de la ADICCIÓN AL tabaco en el marco de actuación de todas sus Especialidades Preventivas de Seguridad, Higiene Industrial, Ergonomía, Psicosociología Aplicada y Vigilancia de la Salud; ello tanto en los centros de trabajo de las Organizaciones o Empresas con quienes concierta sus servicios de prevención, como respecto a los propios Trabajadores que realizan su prestación laboral en las mismas. El S. P. A. puede aportar sin lugar a dudas una importante contribución al logro de la reducción de los altos índices de Morbilidad, Mortalidad y los altos costes sanitarios y sociales de este gran problema para la Salud Pública en los países industrializados.

Para el logro de tales cometido, todo los servicios de prevención deben “adaptar” y “habilitar” para su utilización exitosa de la prevención de riesgos laborales, todo un conjunto de Técnicas y Metodologías que a tal fin resulten efectivas, logrando con ello el favorecer para toda Organización o Empresa el establecimiento de un clima adecuado de trabajo a favor de la mejora de las condiciones de trabajo, las actividades de negociación previas que han de llevar implícito el establecimiento entre Empresario y Trabajadores de acciones destinadas a la eliminación de los ambientes propios de contaminación por el humo del tabaco, e incluso llegar mucho más lejos: el tratamiento de los Trabajadores afectados por la dependencia física y psíquica que el tabaquismo les provoca.


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