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Estilo de afrontamiento cognitivo frente al envejecimiento.

Fecha Publicación: 01/03/2005
Autor/autores: Deisy Krzemien

RESUMEN

El desarrollo humano implica afrontar una serie de cambios y sucesos críticos. La literatura científica considera que existe relación entre el uso de estrategias de afrontamiento y la adaptación a sucesos críticos. En el presente estudio se evalúan las estrategias de afrontamiento frente a los sucesos críticos del envejecimiento femenino en una muestra de adultas mayores de Mar del Plata.

Se describe el estilo de afrontamiento (cognitivo, emocional y conductual) en relación a la apreciación subjetiva de las situaciones críticas. Además, se analiza la relación entre estrategias de afrontamiento y adaptación en la vejez. Los resultados muestran una preferencia del uso de estrategias de afrontamiento cognitivas ?tanto activas como pasivas- (reinterpretación positiva, aceptación, humor, evitación cognitiva), y en menor medida, estrategias emocionales y conductuales o confrontativas de la situación. Las mujeres mayores tienden a un afrontamiento caracterizado por la aceptación y acomodación flexible y un repertorio de estrategias cognitivas amplio. Este estudio presenta un aporte para la consideración del afrontamiento cognitivo en la vejez, contemplando el rol de la edad y la naturaleza de los sucesos críticos en la efectividad y adaptación en el afrontamiento al final de la vida.


Palabras clave: afrontamiento cognitivo, envejecimiento
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Neurocognitivos, Trastornos neurocognitivos .

Estilo de afrontamiento cognitivo frente al envejecimiento.

Deisy Krzemien.

Grupo de Investigación Temas de psicología del Desarrollo
Facultad de Psicología
Universidad Nacional de Mar del Plata.

 

Resumen

El desarrollo humano implica afrontar una serie de cambios y sucesos críticos. La literatura científica considera que existe relación entre el uso de estrategias de afrontamiento y la adaptación a sucesos críticos. En el presente estudio se evalúan las estrategias de afrontamiento frente a los sucesos críticos del envejecimiento femenino en una muestra de adultas mayores de Mar del Plata. Se describe el estilo de afrontamiento (cognitivo, emocional y conductual) en relación a la apreciación subjetiva de las situaciones críticas. Además, se analiza la relación entre estrategias de afrontamiento y adaptación en la vejez. Los resultados muestran una preferencia del uso de estrategias de afrontamiento cognitivas –tanto activas como pasivas- (reinterpretación positiva, aceptación, humor, evitación cognitiva), y en menor medida, estrategias emocionales y conductuales o confrontativas de la situación. Las mujeres mayores tienden a un afrontamiento caracterizado por la aceptación y acomodación flexible y un repertorio de estrategias cognitivas amplio. Este estudio presenta un aporte para la consideración del afrontamiento cognitivo en la vejez, contemplando el rol de la edad y la naturaleza de los sucesos críticos en la efectividad y adaptación en el afrontamiento al final de la vida.



Introducción

El acrecentamiento de las investigaciones sobre afrontamiento es concomitante con la importancia del papel de este constructo en la comprensión de la adaptación y ajuste psicológico a situaciones de crisis o estrés. Existe evidencia acerca de la relación entre la adaptación a sucesos críticos y el uso de estrategias de afrontamiento efectivas (1-4).

Recientemente ha cobrado interés el estudio de la adaptación en la edad avanzada (5-8), indagando el modo en que los sujetos afrontan los cambios y desafíos relativos al envejecimiento. Estos cambios incluyen pérdidas inevitables en las áreas física, funcionamiento intelectual, afectividad, relaciones sociales, familia, independencia, identidad personal, etc. que requieren del uso de estrategias de afrontamiento para una adaptación satisfactoria a esta etapa vital (9-12).

Lazarus y Folkman (4) conciben las estrategias de afrontamiento como los “esfuerzos cognitivos y conductuales dirigidos a manejar (reducir, minimizar, dominar o tolerar) las demandas externas e internas y los conflictos entre ellas, que ponen a prueba o exceden los recursos de la persona" (p. 164). La mayoría de los teóricos del afrontamiento (1, 2, 4, 13) concuerdan en clasificar tres modalidades del afrontamiento, según esté dirigido a:

· la valoración -afrontamiento cognitivo-: es un intento de encontrar significado al suceso y valorarlo de manera que resulte menos desagradable.

· el problema -afrontamiento conductual-: es la conducta dirigida a confrontar la realidad, manejando sus consecuencias.

· la emoción -afrontamiento emocional-: es la regulación de los aspectos emocionales e intento de mantener el equilibrio afectivo.

Una segunda clasificación discrimina entre estilo de afrontamiento activo versus pasivo y estilo de afrontamiento adaptativo versus desadaptativo. Existe acuerdo en que las formas activas de afrontamiento se refieren a esfuerzos para manejarse directamente con el suceso conflictivo y son usualmente descriptas como exitosas, ya que tienen efectos positivos sobre la adaptación. En cambio, las formas pasivas o evitativas consisten en la ausencia de enfrentamiento o conductas de evasión y negación, consideradas como menos exitosas o desadaptativas (4, 13). De todos modos, Carver y colaboradores consideran la efectividad de las estrategias de afrontamiento según sean funcionales a la situación a afrontar, indistintamente si son pasivas o activas. La tabla 1 muestra la clasificación de las estrategias de afrontamiento de acuerdo a este modelo teórico.

 


Tabla 1. clasificación de las estrategias de afrontamiento según nivel de adaptabilidad y dominios conductual, cognitivo y emocional (Carver, 1997)


En este sentido, existe evidencia que el uso de estrategias de afrontamiento varía en función de la apreciación cognitiva del suceso crítico (4, 14) es decir, la percepción del nivel de exigencia o amenaza y del grado de control de la situación por parte del sujeto. Si el evento es apreciado como susceptible de control, se tiende a usar estrategias activas o confrontativas del problema, mientras que si es percibido como no controlable, se tiende a usar estrategias consideradas pasivas y centradas en la emoción.

De este modo, una importante línea de investigación en el campo del afrontamiento se orienta al estudio de la relación entre la naturaleza objetiva y apreciación subjetiva de la situación crítica y la preferencia o predominio en el uso de estrategias de afrontamiento. Es posible suponer que la naturaleza particular de los sucesos críticos del envejecimiento, y su apreciación cognitiva, tienen influencia en la selección y el uso de determinadas estrategias de afrontamiento a fin de posibilitar la adaptación a esta etapa vital.

Entre las investigaciones acerca del afrontamiento en la vejez, existe acuerdo en destacar el predominio del estilo de afrontamiento pasivo, principalmente cognitivo y emocional (15-17). Parece que los adultos mayores tienden a usar preferentemente estrategias de afrontamiento cognitivas y emocionales; y en menor medida, estrategias de confrontación activa de la situación y focalizadas en el problema frente a los cambios relativos a experiencias de pérdida. Por ejemplo, algunos estudios reportaron el uso predominante en la vejez de estrategias de afrontamiento cognitivas como aceptación y acomodación flexible a los cambios vitales (5, 9). Labouvie-Vief y Diehl (19) hallaron una preferencia de estrategias como aceptación de la complejidad e incertidumbre de la vida, sublimación, reinterpretación positiva y distanciamiento cognitivo en la adultez tardía y vejez, coincidentemente con otros estudios (10, 11). Estos autores plantean que los adultos mayores utilizan estrategias de afrontamiento compensatoriamente a las pérdidas relativas al avance de la edad.

En particular, el estilo de afrontamiento cognitivo (13) se refiere a la valoración de la situación crítica, para darle un significado que resulte menos desagradable. Se halla relacionado a la evaluación cognitiva y los procesos de pensamiento que intervienen en el afrontamiento y adaptación. Entre las formas activas se incluyen la reinterpretación positiva (resignificar el curso de los hechos, alteración de valores y prioridades personales, descubrir aspectos positivos del problema), aceptación (acomodación flexible a la ambivalencia de la vida, reconocimiento de la naturaleza crítica del suceso vital, integración del suceso crítico al curso natural de la vida) y considerar la situación con humor. Entre las formas pasivas, se halla la pretensión de negar la situación (ignorar la realidad del evento crítico), el descompromiso mental (desentenderse de la realidad vivida a través de la religión o la fantasía), y por último, la culpabilización de uno mismo o autocrítica desvalorizante.

En este estudio se evalúan las estrategias de afrontamiento utilizadas por mujeres adultas mayores en relación a la naturaleza de los sucesos críticos de la vejez y su apreciación cognitiva, y se describen las posibilidades de adaptación a esta etapa vital.


Metodología

Diseño:

Estudio descriptivo y trasversal con comparación de medias y frecuencias.

Muestra:

Se consideró una muestra no probabilística de 276 sujetos de sexo femenino, de la ciudad de Mar del Plata. La edad de los sujetos oscila entre 60 a 90 años, siendo la media de 71. 5 años. La mayoría de las adultas mayores son jubiladas (78. 6%) y amas de casa (88 %). El 71. 4 % presenta un nivel educativo primario, el 20, 7 % posee nivel secundario y sólo el 7. 9 % alcanza un nivel terciario-universitario. La mayoría son viudas (43. 8 %), el 35. 9 % casadas, y en menor medida, divorciadas (13 %) y solteras (7. 2 %). Los sujetos que participaron del estudio fueron seleccionados intencionalmente, procedentes de diversas instituciones educativas, culturales y recreativas (públicas y privadas), centros de jubilados, salas de espera de consultorios médicos, servicios asistenciales y obras sociales, y domicilios particulares. Se incluyeron sujetos autoválidos y exentos de patología cognitiva.

Procedimiento e instrumentos de medida:

Se administró una serie de cuestionarios a los sujetos que expresaron voluntariamente su consentimiento, en una entrevista individual de una sesión de 30 minutos.

Los instrumentos de medición utilizados son los siguientes:

1) cuestionario cerrado para indagar datos sociales, educativos y ocupacionales.

2) cuestionario abierto basado en escala de Situaciones Conflictivas para Ancianos (19) para evaluar la naturaleza de los sucesos críticos del envejecimiento femenino y la apreciación cognitiva de los mismos. Para ello, se les pidió a los sujetos que reportaran las situaciones críticas relativas al envejecer o al hecho de hacerse mayor que estaban afrontando actualmente o habían afrontado en los últimos dos años, tomando como referencia los sucesos presentados en la escala mencionada (19) como eventos críticos típicos de la última etapa vital. El tiempo de dos años fue deliberadamente elegido basado en la asunción de que este período es suficientemente largo para obtener una estimación de la exposición a ciertos eventos críticos y, a la vez, suficientemente corto para estimar la percepción del impacto del evento evitando variaciones por recuerdos inexactos.

Para indagar la apreciación cognitiva de los sucesos vivenciados, se les pidió una descripción de la percepción subjetiva del evento en términos del grado de susceptibilidad de control o modificación por parte del sujeto (enteramente, medianamente o escasamente controlable o susceptible de cambio). Adicionalmente, en relación al significado cognitivo particular atribuido al evento, se lo evaluó en términos de pérdida, amenaza, desafío, beneficio o natural de la vida. Estas categorías fueron obtenidas del análisis de los datos recolectados en estudios empíricos previos sobre muestras semejantes (11).

3) escala Multidimensional de Evaluación de Estilos de Afrontamiento, versión abreviada (20), en su adaptación española (21), la cual responde teóricamente al modelo de estrés de Lazarus y Folkman (4) y al modelo de autorregulación conductual de Carver y cols. (13), y cuyas propiedades psicométricas muestran buenos índices de consistencia interna, validez y fiabilidad test-retest. El Brief-Cope cuenta con amplia validación en numerosos estudios (22-26). La estructura factorial del inventario es consistente a su versión original Cope Inventory (13).

La versión abreviada consta de 28 ítems que se agrupan por pares en 14 escalas con un rango de puntuaciones que oscila entre cuatro puntos (1: no me ocurre casi nunca o no lo hago frecuentemente, y 4: me ocurre casi siempre o lo hago con mucha frecuencia). La tabla 1 muestra las escalas que conforman el Brief-Cope y su clasificación según la modalidad de afrontamiento (cognitivo, conductual y emocional) y su carácter activo o pasivo, de acuerdo al modelo teórico considerado. Para el análisis de los datos, se utilizaron pruebas estadísticas mediante el paquete SPSS versión 11. 5, Windows XP.


Resultados

1. Sucesos vitales críticos del envejecimiento

Los principales eventos críticos reportados por los sujetos del estudio se refieren a situaciones de soledad (26. 4%), padecimiento de enfermedades físicas (23. 1%), preocupación por bienestar familiar (20. 2%), temor a la invalidez o dependencia (18. 8%) y separación familiar (18. 1%). Estos sucesos críticos hacen referencia a situaciones no susceptibles de control o modificación por parte del sujeto y son apreciadas subjetivamente como escasamente controlables para casi la totalidad de la muestra (93. 7%). En cuanto al significado cognitivo atribuido a las mismas, para la mayoría de los sujetos representan una pérdida (49. 3%), un porcentaje importante las describe como hechos naturales de la vida (26. 4%), para el 10. 9% son percibidas como desafíos de vida, un porcentaje semejante las vivencia como amenazas (10. 5%), y sólo para el 2, 9 % los sucesos críticos representan un beneficio en alguna medida (Tabla 2).

 


Tabla 2. Sucesos críticos de la vejez y significación subjetiva


2. Estrategias de afrontamiento

Se presentan en la tabla 3 las medidas de tendencia central y desviación obtenidas. Se observa que las estrategias de afrontamiento predominantes en esta muestra son aceptación, autodistracción, religión y reformulación positiva. Luego, le siguen en orden de frecuencia de uso, las estrategias de afrontamiento activo, apoyo emocional, autocrítica, planificación, humor y apoyo instrumental. Las menos frecuentes corresponden a descarga emocional, abandono de resolución, negación y uso de sustancias. Este grupo de sujetos presenta un uso predominante de estrategias cognitivas, excepto por el uso de la estrategia auto-distracción (afrontamiento conductual) frente a los sucesos críticos de la vejez femenina.

 


Tabla 3. medidas de tendencia central y desviación típica en las escalas de afrontamiento, obtenidas en el cuestionario Brief-Cope, (Carver, 1997).

 

Discusión

En la presente investigación se evaluaron el estilo y las estrategias de afrontamiento en relación a la naturaleza de los sucesos críticos del envejecimiento y a su apreciación cognitiva en mujeres ancianas.

Los resultados muestran que los sucesos críticos que afrontan las adultas mayores hacen referencia a situaciones de vida no susceptibles de control, descriptas en la literatura científica como eventos normativos propios de la crisis normal del envejecimiento (27-31). En concordancia, casi la totalidad de los sujetos del estudio aprecian estos sucesos como escasamente controlables o modificables en tanto son significados como pérdidas o hechos naturales de la vida, es decir, los cuales no pueden ser controlados o cambiados mediante esfuerzos personales de resolución.

Compartimos los planteamientos de Lazarus y Folkman (4) de que el afrontamiento depende, en gran medida, de las peculiaridades de la valoración cognitiva del suceso a afrontar. En este sentido, existe evidencia de que aquellas situaciones valoradas como de escaso control interno suelen orientar al uso de estrategias pasivas y centradas en la emoción, más que estrategias de afrontamiento activo y centradas en el problema. Nuestros resultados refuerzan la idea de los efectos de la evaluación cognitiva de la situación en la selección y frecuencia de uso de las estrategias de afrontamiento.

Al considerar los sucesos a afrontar relativos al envejecimiento desde la perspectiva de las mujeres ancianas, éstos no se aprecian como situaciones particulares o tareas a resolver, sino más bien, como sucesos vitales propios del paso del tiempo que deben ser aceptados e integrados al curso de la vida. Los resultados muestran que las mujeres adultas mayores tienden a utilizar preferentemente estrategias de afrontamiento cognitivas (aceptación, religión y reformulación positiva), tanto activas como pasivas, y de autodistracción y, en menor medida, estrategias de confrontación directa de la situación y de resolución del problema, frente a los cambios relativos a experiencias de pérdida. Parece que los sucesos críticos del envejecimiento, por su naturaleza, requieren más de acomodación, acostumbramiento y ajuste a los cambios que de un afrontamiento activo de resolución de un problema específico.

Si bien, entre las estrategias de afrontamiento predominantemente utilizadas se observa el uso de aquellas descriptas teóricamente como adaptativas (aceptación, reformulación positiva, afrontamiento activo, apoyo emocional, planificación, humor, apoyo instrumental, entre otras), también se evidencia el uso de aquellas consideradas como desadaptativas (religión, autodistracción y autocrítica, principalmente). La estrategia de autodistracción incluye respuestas como “enfocarse en tareas o actividades alternativas para distraer la mente”, “realizar actividades para pensar menos en el suceso crítico”. Es decir, la autodistracción le permite a la mujer anciana realizar actividades relegadas por las ocupaciones cotidianas y mantenerse apegada a tareas y a relaciones sociales significativas.

Por su parte, el afrontamiento religioso hace referencia a la búsqueda de apoyo espiritual mediante la depositación de la esperanza en creencias de salvación o consolación.
Si bien existe acuerdo en que las respuestas evitativas y religiosas a menudo impiden el afrontamiento adaptativo (1, 4), Carver, Scheier y Weintraub, (13) sostienen que es importante conocer el rol que tales estrategias tienen en la efectividad del afrontamiento. Considerando que los sucesos propios del proceso del envejecimiento -por su naturaleza- no son susceptibles de ser controlados, cambiados o resueltos con acciones directas de confrontación, el hecho de ocupar la mente en actividades distractoras o con pensamientos de esperanza no es necesariamente un “escape”, sino un afrontamiento con un valor adaptativo. Es posible considerar que frente al proceso de envejecimiento, la evitación conductual de autodistracción y el valerse de la religión pueden tener un papel funcional para favorecer la adaptación en esta etapa vital. El afrontamiento no debería confundirse con el dominio sobre el entorno. En muchas oportunidades, como en el caso del envejecimiento, las estrategias caracterizadas por la aceptación, la resignación y la sublimación resultan las más adecuadas y exitosas, en el sentido de que permiten una adaptación a la realidad y se orientan al mejoramiento de la calidad de vida del sujeto.

Como en este caso, muchas fuentes de crisis no pueden dominarse y, en tales condiciones, el afrontamiento eficaz debería incluir estrategias que permitan al individuo tolerar y aceptar aquello que no puede dominar.
Resumiendo, los resultados obtenidos rescatan la importancia tanto del grado de control del suceso a afrontar como de la apreciación subjetiva del mismo en la selección de las estrategias de afrontamiento. En este sentido, es necesario considerar las estrategias de afrontamiento frente al envejecimeitno en función de su papel efectivo en la adaptación vital.

Por último, este estudio destaca el estilo de afrontamiento cognitivo como característico de la mujer anciana, en coincidencia con investigaciones previas utilizando otros métodos de medición (5, 9, 10, 15, 18).

Estudios desde la perspectiva de la Life-span theory muestran que en la vejez los individuos reorganizan su sentido de realidad, las percepciones de sí mismo y de los otros y las apreciaciones de las situaciones a medida que avanza la edad. Frente a esta variación en la apreciación cognitiva, es posible pensar que estrategias de afrontamiento ineficaces en otras etapas de la vida, durante el envejecimiento pueden recobrar un valor adaptativo y resiliente compensatoriamente al abandono de la preferencia por el afrontamiento conductual y/o emocional de las etapas vitales anteriores. Por ejemplo, Loevinger (32) halló que una misma estrategia puede tener diferente significado adaptativo dependiendo del nivel de desarrollo y de la etapa vital en el cual aparece. Según los datos del este estudio, las adultas mayores cuentan con una variedad de estrategias de afrontamieto (mayormente cognitivas), incluidas aquellas supuestamente pasivas y desadaptativas (como la religión y la autodistracción), las cuales en esta etapa vital amplian las posibilidades de adaptación, permitiendo acomodarse a las sucesivas pérdidas vitales y continuar un nivel de actividad e integración al medio.


Finalmente, atendiendo al predominio de estrategias de afrontamiento utilizadas en este grupo, los resultados muestran que las mujeres mayores aceptan los cambios del paso del tiempo con esperanza positiva, reformulan el significado de las situaciones conflictivas, se orientan a actividades distractoras ante los sucesos críticos irreparables y se esfuerzan por mejorar su calidad de vida.


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