La búsqueda de sensaciones ha sido explorada casi exclusivamente en personas jóvenes. En el caso de los adultos mayores los estudios realizados son escasos y se vinculan fundamentalmente con la vivencia de ciertas sensaciones negativas -como la soledad y la muerte- y no como una búsqueda intencionada de estímulos que evoquen estados positivos. En este trabajo se explorará la búsqueda de sensaciones en adultos jóvenes y en adultos mayores entendiendo por tal un comportamiento proactivo dirigido a adquirir altos niveles de estimulación externa. A una muestra intencional conformada por 60 sujetos de 20 a 30 años y 60 de 80 a 90 años se les administró de manera individual la escala de Búsqueda de Sensaciones de Lawton.
Adicionalmente se realizaron 60 entrevistas semiestructuradas (30 a cada grupo de edad) a fin de efectuar una exploración cualitativa que permitiera profundizar el análisis. Por una parte, los resultados cuantitativos muestran que existe relación entre los diversos indicadores de búsqueda de sensaciones y el grupos de edad, siendo, dicha búsqueda, mayor en todos los casos en los más jóvenes. Sin embargo a partir del análisis de las entrevistas se puede aseverar que si bien la búsqueda de sensaciones positivas está orientada a estímulos diferentes que en los más jóvenes, los adultos mayores no dejan de buscar de manera proactiva e intencionada sensaciones agradables. Estos hallazgos suman nueva evidencia acerca de los aspectos positivos en la vejez y efectúan aportes para el desarrollo de nuevos dispositivos de intervención.
Estudio comparativo de la búsqueda de sensaciones en adultos jóvenes y adultos mayores de la ciudad de Mar del Plata
Claudia Arias y Corina Soliverez
Resumen
La Búsqueda de Sensaciones ha sido explorada casi exclusivamente en personas jóvenes. En el caso de los adultos mayores los estudios realizados son escasos y se vinculan fundamentalmente con la vivencia de ciertas sensaciones negativas -como la soledad y la muerte- y no como una búsqueda intencionada de estímulos que evoquen estados positivos. En este trabajo se explorará la búsqueda de sensaciones en adultos jóvenes y en adultos mayores entendiendo por tal un comportamiento proactivo dirigido a adquirir altos niveles de estimulación externa. A una muestra intencional conformada por 60 sujetos de 20 a 30 años y 60 de 80 a 90 años se les administró de manera individual la escala de Búsqueda de Sensaciones de Lawton. Adicionalmente se realizaron 60 entrevistas semiestructuradas (30 a cada grupo de edad) a fin de efectuar una exploración cualitativa que permitiera profundizar el análisis. Por una parte, los resultados cuantitativos muestran que existe relación entre los diversos indicadores de búsqueda de sensaciones y el grupos de edad, siendo, dicha búsqueda, mayor en todos los casos en los más jóvenes. Sin embargo a partir del análisis de las entrevistas se puede aseverar que si bien la búsqueda de sensaciones positivas está orientada a estímulos diferentes que en los más jóvenes, los adultos mayores no dejan de buscar de manera proactiva e intencionada sensaciones agradables. Estos hallazgos suman nueva evidencia acerca de los aspectos positivos en la vejez y efectúan aportes para el desarrollo de nuevos dispositivos de intervención.
Trabajo completo
Introducción
Las sensaciones son entendidas como la respuesta inmediata que los órganos sensoriales tienen frente a un estímulo. La percepción contiene la explicación de las sensaciones dándoles significado y organización (1). La sensación y la percepción se encuentran íntimamente relacionadas, incluyen mecanismos y procesos complejos que resultan difíciles de delimitar. En el proceso de esta diferenciación se destacan dos etapas que corresponden a la psicología clásica y a la perspectiva del procesamiento de la información. (2) La primera postura sostiene que las sensaciones corresponden a experiencias más sencillas y menos significativas que las percepciones. Las sensaciones son los elementos irreductibles que forman las percepciones, en las cuales no influyen otros procesos psicológicos. La segunda, considera un solo proceso, el perceptivo, que se inicia con la decodificacion de los aspectos más elementales de los estímulos, y culmina con su reconocimiento e identificación. Esta segunda postura hace referencia más a la percepción ya que hay reconocimiento de estímulos por lo tanto tienen un significado previo.
De esta manera, se considera a la sensación como la parte sensorial, es decir el proceso receptivo y a la percepción, como la parte interpretativa de los estímulos relativos. La sensación es un fenómeno innato y la percepción es adquirida por el aprendizaje. La sensación entonces sería la fase cognoscitiva mediante la cual se toma consciencia de los estímulos recibidos. (3)
Las sensaciones no son aprendidas, es decir que se nace con la capacidad para recibir sensaciones, solo existen sin interpretación en los niños y para que se produzcan es necesario que se den algunas condiciones fisiológicas y psicológicas (4)
Por otra parte se distinguen tres características en la sensación: la cualidad, la intensidad y la duración. La cualidad se refiere a la naturaleza del estímulo, la intensidad es el grado en que afecta la conciencia, y la duración, el tiempo que necesita para ser registrado.
Las sensaciones son la principal fuente de conocimientos de nuestro propio cuerpo y del mundo externo. Son varios los receptores de información pero en general se considera a los cinco sentidos los que habitualmente pueden codificar las sensaciones registradas. Estos son: la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto. Dentro de esta clasificación se distinguen dos tipos de sensaciones: las interoceptivas que son aquellas producidas por nuestro organismo como puede ser el hambre, la fatiga, la sed, los dolores en el cuerpo y el sueño. Y las sensaciones que se generan a través de los sentidos mencionados. Estas sensaciones serían las que conllevan a la afectividad, un ejemplo de ella es cuando vemos o escuchamos algo que nos gusta y nos produce una sensación agradable entonces nos provoca alguna emoción. Goldstein (5) planteaba que los colores, sonidos, olores y sabores son construcciones mentales creadas en el cerebro por el procesamiento sensorial. No existen como tales fuera del cerebro. Solo si existe un organismo capaz de procesar la información del exterior esta tendrá sentido. Se crea el mundo en el que vivimos, y la sensación y luego la percepción son los procesos encargados de absorber la información del mundo externo y otorgarles significado. Teniendo en cuenta estos planteos podemos decir, que las sensaciones son vivencias subjetivas. Tanto las sensaciones internas como externas son vividas y percibidas entonces de una manera diferente por cada sujeto.
Con respecto al constructo Búsqueda de sensaciones, en Estados Unidos el psicólogo Marvin Zuckerman, de la Universidad de Delaware, se interesó por aquellos individuos que sienten atracción hacia las emociones fuertes. Él consideraba que algunos sujetos tienen cierta predisposición a experimentar sensaciones nuevas e intensas que en algunos casos pueden generar conductas transgresoras. Esta tendencia a afrontar riesgos físicos y sociales con la intención de vivir experiencias complejas y novedosas, fue denominada Búsqueda de Sensaciones (6) considerándose como un rasgo de personalidad.
Se desarrollaron variadas investigaciones vinculando la búsqueda se sensaciones con la valoración del riesgo (7); con la perspectiva de futuro (8); con el intento de suicidio (9); con la infidelidad hacia la pareja (10) y su relación de acuerdo al sexo y edad (11) (12) (13). Con respecto a estas últimas, referidas al tema a tratar, sus resultados evidenciaron que la búsqueda de sensaciones aumenta desde la adolescencia hasta la edad adulta y disminuye en la vejez.
Con la intención de explorar en esta temática y profundizar en la población mayor, el objetivo de este trabajo es comparar la búsqueda de sensaciones en dos grupos de edad: 20 a 30 años (adultos jóvenes) y 80 a 90 años de edad (adultos mayores).
Metodología
Se implementó un diseño no experimental, de tipo correlacional que combinó la exploración cuantitativa y la cualitativa. El trabajo de campo incluyó la administración de un instrumento estandarizado y de una breve –datos numéricos y textuales- que permitieran efectuar un abordaje más completo del tema en estudio.
El instrumento estandarizado consistió en la escala de Lawton que explora búsqueda de sensaciones (1992). Se trata de una escala breve, que posee 6 items en forma de afirmaciones a las que el sujeto debe responder si reflejan una situación que es: “muy característica de mi” “algo característica de mi” o “nada característica de mi”. La puntuación total mínima posible de obtener es de 6 puntos y la máxima de 18. Esta escala fue administrada a una muestra de tipo intencional conformada por 120 sujetos (60 de 20 a 30 años y 60 de 80 a 90 años)
A la mitad de dicha muestra (60 sujetos: 30 de 20 a 30 años y 30 de 80 a 90 años) se les administró, además, una breve entrevista semiestructurada. Los ejes de indagación fueron: si habitualmente buscaba sensaciones intensas, cuáles eran sus sensaciones más intensas, pidiéndole que aportara relatos que ejemplificaron lo anterior, y si esta situación descripta había sido igual a lo largo de su vida o si había variado con el paso del tiempo.
Los sujetos que formaron parte de la muestra fueron invitados a participar voluntariamente y se garantizó el anonimato y la confidencialidad de sus respuestas.
En todos los casos la administración se realizó de manera individual y personal.
Los datos recolectados mediante la escala de búsqueda de sensaciones fueron analizados de manera estadística mediante el uso de paquetes estadísticos informatizados. Por otra parte, los datos obtenidos a partir de las entrevistas fueron analizados de manera cualitativa mediante el método de comparación constante que permitió elaborar categorías teóricas.
Resultados
Exploración cuantitativa
El análisis cuantitativo de los datos mostró diferencias significativas en lo referido a la búsqueda de sensaciones en el grupo de jóvenes y de adultos mayores, tanto en la puntuación global como en 5 de los 6 items que la componen. En todos los casos, los primeros obtuvieron mayores puntuaciones que los segundos.
Como puede observarse en la tabla N° 1, el porcentaje de adultos mayores que consideraban como nada característico de ellos “el disfrutar haciendo algo alocado para darle vida a la semana” fue ampliamente superior al correspondiente a los más jóvenes. Mientras el mayor porcentaje del grupo de 20 a 30 años consideró esta situación como algo característico de ellos, la gran mayoría de los sujetos de 80 a 90 manifestaron que lo anterior era nada característico de ellos. El resultado de x2 muestra una relación estadísticamente significativa entre el disfrutar haciendo algo alocado para darle vida a la semana y el grupo de edad.
Tabla N° 1: Respuestas al ítem: “A menudo disfruto haciendo algo alocado para darle vida a la semana” según grupo de edad
Grupo de Edad
Nada característico de mi
Algo característico de mi
Muy característico de mi
Total
N°
%
N°
%
N°
%
N°
%
Adultos jóvenes
25
41, 7
25
41, 7
10
16, 6
60
100, 0
Adultos mayores
41
68, 3
7
11, 7
12
20, 0
60
100, 0
Total
66
55, 0
32
26, 7
22
18, 3
120
100, 0
x2: 14, 2 p <0. 01
La tabla N° 2 muestra una distribución similar a la anterior. Nuevamente el mayor porcentaje del grupo de adultos mayores consideró como nada característico de ellos “el disfrutar de fiestas ruidosas”. Por el contrario, los jóvenes manifestaron en un porcentaje elevado (46, 7%) que esto era algo característico de ellos. El resultado de la prueba de x2 muestra una relación significativa entre el disfrutar de fiestas ruidosas y el grupo de edad.
Tabla N” 2: Respuestas al ítem: “Disfruto las fiestas ruidosas” según grupo de edad
Grupo de Edad
Nada característico de mi
Algo característico de mi
Muy característico de mi
Total
N°
%
N°
%
N°
%
N°
%
Adultos jóvenes
21
35, 0
28
46, 7
11
18, 3
60
100, 0
Adultos mayores
37
61, 7
11
18, 3
12
20, 0
60
100, 0
Total
58
48, 3
39
32, 5
23
19, 2
120
100, 0
x2: 11, 9 p <0. 01
En relación al “estar ávido – deseoso- de diversión”, se encontró también una relación significativa con el grupo de edad. Mientras un porcentaje elevado de adultos mayores consideró que esto era algo nada característico de ellos, por el contrario la mayoría del grupo de los jóvenes lo consideró algo característico de ellos (Ver tabla N° 3).
Tabla N° 3: Respuestas al ítem: “Estoy ávido –deseoso- de diversión” según grupo de edad
Grupo de Edad
Nada característico de mi
Algo característico de mi
Muy característico de mi
Total
N°
%
N°
%
N°
%
N°
%
Adultos jóvenes
13
21, 7
32
53, 3
15
25, 0
60
100, 0
Adultos mayores
39
65, 0
11
18, 3
10
16, 7
60
100, 0
Total
52
43, 4
43
35, 8
25
20, 8
120
100, 0
x2: 24, 3 p <0. 01
La tabla N° 4 muestra que un muy amplio porcentaje (85, 0%) del grupo de adultos mayores consideró nada característico de ellos “el disfrutar de la música fuerte”; mientras que solo el 21, 7% del grupo de los más jóvenes manifestó lo mismo. Complementariamente, si consideramos conjuntamente los que opinaron que el disfrutar la música fuerte era algo característico o muy característico de ellos, podemos observar que mientras en el grupo de 20 a 30 años el porcentaje se encuentra cercano al 80%, en los adultos mayores apenas llega al 15%. En este ítem también se halló una relación estadísticamente significativa con el grupo de edad.
Tabla N° 4: Respuestas al ítem: “Disfruto la música fuerte” según grupo de edad
Grupo de Edad
Nada característico de mi
Algo característico de mi
Muy característico de mi
Total
N°
%
N°
%
N°
%
N°
%
Adultos jóvenes
13
21, 7
29
48, 3
18
30, 0
60
100, 0
Adultos mayores
51
85, 0
4
6, 7
5
8, 3
60
100, 0
Total
64
53, 3
33
27, 5
23
19, 2
120
100, 0
x2: 48, 9 p <0. 01
El ítem “Necesito más variedad y cambio que la mayoría de la gente” fue el único que no presentó diferencias significativas según el grupo de edad. Como puede observarse en la tabla N° 5, si bien el porcentaje de adultos mayores que consideró lo anterior como nada característico de ellos fue superior al de los adultos jóvenes, las diferencias no llegaron a ser significativas estadísticamente.
Tabla N° 5: Respuestas al ítem: “Necesito más variedad y cambio que la mayoría de la gente” según grupo de edad.
Grupo de Edad
Nada característico de mi
Algo característico de mi
Muy característico de mi
Total
N°
%
N°
%
N°
%
N°
%
Adultos jóvenes
33
55, 0
20
33, 3
7
11, 7
60
100, 0
Adultos mayores
42
70, 0
13
21, 7
5
8, 3
60
100, 0
Total
75
62, 5
33
27, 5
12
10, 0
120
100, 0
x2: 2, 9 p >0. 05
En lo referido a “disfrutar de películas de suspenso”, la tabla N° 6 muestra que mientras el mayor porcentaje en el caso de los adultos mayores correspondió a los que consideraban esto como nada característico de ellos, en los adultos jóvenes, por el contrario fue para los que opinaron que esto era muy característico de ellos. Los resultados de la prueba de x2 muestra la existencia de una relación estadísticamente significativa entre el disfrutar de películas de suspenso y el grupo de edad.
Tabla N° 6: Respuestas al ítem: “Disfruto las películas de suspenso” según grupo de edad
Grupo de Edad
Nada característico de mi
Algo característico de mi
Muy característico de mi
Total
N°
%
N°
%
N°
%
N°
%
Adultos jóvenes
9
15, 0
25
41, 7
26
43, 3
60
100, 0
Adultos mayores
27
45, 0
12
20, 0
21
35, 0
60
100, 0
Total
36
30, 0
37
30, 8
47
39, 2
120
100, 0
x2: 14, 1 p <0. 01
En lo referido a la puntuación global de la escala de Búsqueda de sensaciones, la prueba t de Student mostró que los sujetos de 20 a 30 años obtuvieron puntuaciones significativamente diferentes de las correspondientes a los de 80 a 90 años. Las puntuaciones medias más elevadas correspondieron al grupo de menos edad. Mientras que en los primeros el promedio fue de 11, 5 en los segundos fue de 9, 3 (Ver tabla N° 7).
Tabla N° 7: Medias, desvíos y prueba t puntuaciones escala total Búsqueda de Sensaciones según grupo de edad
Grupo de edad
Media DS
20 a 30 años
11, 55 2, 6
t: 4, 43 p< 0, 01
80 a 90 años
9, 30 2, 9
Exploración cualitativa
Los testimonios resultantes de las entrevistas realizadas señalan diferencias significativas entre ambos grupos etarios. Con respecto al primer eje de indagación, acerca de si buscan o no sensaciones intensas, los jóvenes, en su mayoría, afirman buscar sensaciones intensas. En muchos de los casos, esta búsqueda se siente como una necesidad de salir de la rutina diaria, lo cual implica una actitud proactiva. Por el contrario, los adultos mayores, afirman no buscar estas sensaciones, ya que privilegian en esta etapa de sus vidas estar tranquilos y en paz.
En el segundo eje de indagación, referido a las sensaciones buscadas, se hallaron similitudes y diferencias entre los grupos de edad. En cuanto a las primeras, tanto los adultos jóvenes como los adultos mayores mencionan sensaciones comunes: las vinculadas a la familia, al disfrute de actividades, las definidas a través de emociones y las generadas por el trabajo voluntario.
Las sensaciones vinculadas a la familia incluyen las que involucran el compartir parte de su tiempo con hijos, nietos u otros familiares y el recibir su afecto y reconocimiento. También incluye aquellas sensaciones vinculadas a logros del grupo familiar, su bienestar y felicidad. Las Sensaciones definidas a través de emociones incluyen aquellas narrativas que definen sus sensaciones intensas de acuerdo a una emoción específica, es decir cuando enuncian, como sensación a la alegría, tristeza, ira o enojo, son algunos ejemplos. En el caso de los jóvenes solo nombran a alguna de estas emociones mientras que los adultos mayores, las enuncian pero registrando situaciones que provocan esa emoción. Las sensaciones vinculadas al disfrute de actividades surge de los testimonios que asocian tener sensaciones intensas cuando realizan alguna actividad que disfrutan o les genera placer, como puede ser en los jóvenes, jugar a los juegos en red o ir a recitales entre otros, y en los adultos mayores, participar de coros, o talleres literarios. Finalmente se encuentran las sensaciones generadas por el trabajo voluntario, que son aquellas que se vivencian cuando estos sujetos colaboran, ayudan o hacen algo por otras personas.
Con respecto a las diferencias por grupo, en los jóvenes se destacan tres sensaciones características:
Sensaciones generadas por peleas o discusiones: incluyen aquellos casos en los que las sensaciones intensas son producidas por la vivencia de algún conflicto con otra persona, ya sea cercana o no.
Sensaciones intensas generadas por vínculos de intimidad. Son aquellos testimonios en los que las sensaciones intensas son producidas por las personas con las que se tiene un vínculo muy íntimo y cercano.
Sensaciones relacionadas con el sentir adrenalina: provocada a partir de alguna actividad que conlleva cierto riesgo.
En los adultos mayores aparece una sola sensación como característica de este grupo que son las Sensaciones vivenciadas de manera negativa. En estos relatos se concibe como sensación intensa sólo aquella que genera un elevado malestar, en oposición a lo que sería la tranquilidad -valorada por muchos sujetos en esta etapa de la vida-.
Finalmente con respecto al tercer eje de indagación, también se encontraron diferencias entre ambos grupos. Los sujetos entre 20 y 30 años respondieron en su gran mayoría que “si, siempre fue así”. Es decir, que tanto los sujetos que buscan experimentar sensaciones intensas, como aquellos que sostienen que no las buscan, afirman que no ha cambiado esta conducta a lo largo de los años. Por su parte, el grupo minoritario de sujetos que afirma haber cambiado su conducta a lo largo del tiempo, en el caso de los que actualmente no buscan sensaciones intensas pero antes sí, asegura que su comportamiento cambió debido a un proceso de maduración. Por su parte, entre los sujetos de 80 a 90 se encuentran casos que consideran que siempre fueron así como también otros que manifiestan haber cambiaron con el tiempo. En estos últimos la significación a este cambio implica un factor positivo asociado al trascurrir de los años.
Conclusiones
Los resultados alcanzados a partir de la exploración cuantitativa y cualitativa muestran amplias diferencias en lo que respecta a la búsqueda de sensaciones entre ambos grupos etarios. En los jóvenes la búsqueda de sensaciones se presenta como una necesidad e intentan romper la rutina, experimentando nuevas actividades excitantes, novedosas o riesgosas.
Los adultos mayores no buscan activamente experimentar sensaciones intensas. Estas son consideradas negativamente por los adultos mayores, como situaciones de desenfreno, de descontrol, contrarias a lo que manifiestan buscar en esta etapa vital que es la estabilidad, paz y tranquilidad. Sin embargo, cuando se indaga las sensaciones buscadas, se evidencia que vivencian sensaciones intensas, y pueden describirlas magistralmente.
Una de las diferencias importantes radica en que en general, los sujetos, a medida que envejecen no buscan sensaciones nuevas sino que disfrutan de aquellas que vivencian en actividades conocidas: ya sea mediante el vínculo con su familia o en el desarrollo de actividades que les proporcionan bienestar. Las actividades que se buscan son diferentes en ambos grupos etarios, de mayor riesgo en los más jóvenes y vinculadas con el arte, lo novedoso o lo placentero en los mayores. La elección de actividades en el grupo de más edad podemos vincularla con la madurez y el control emocional, así como con el proceso de selección, optimización y compensación (14) por el cual se eligen actividades que pueden realizar, y a través de las cuales pueden alcanzar metas tangibles mediante su optimización. También es en este grupo donde hay referencias de tinte negativo con respecto a las sensaciones, quizás porque la intensidad es asociada con el desenfreno y remite a la juventud. Los resultados alcanzados son consistentes con hallazgos de estudios anteriores que muestran la presencia de cambios en relación a las emociones durante el envejecimiento. Dichos cambios implican fundamentalmente la posibilidad de lograr una mayor regulación, control y madurez emocional en contraposición a la búsqueda de sensaciones intensas que va más allá de la moderación (15) (16). Con el paso del tiempo se prefieren situaciones que mantengan los niveles de activación emocional más moderados. En lugar de buscar sensaciones nuevas e intensas, se privilegia el disfrutar de las conocidas y placenteras.
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