El síndrome de Hikikomori o de aislamiento social, descrito principalmente en Japón, ha aumentado su incidencia en el continente europeo. Se trata de un fenómeno psicopatológico y sociológico que afecta principalmente a varones jóvenes y que se caracteriza por un aislamiento social marcado de meses de duración. Presentamos el caso de un varón español, hijo de padres filipinos, de 21 años con una historia de 2 años de reclusión en el domicilio. El paciente cumple los criterios actualmente establecidos para el síndrome, probablemente subestimado hasta ahora en España. Nos encontramos ante un varón de 21 años que acude a urgencias mediante traslado forzoso tras haber protagonizado episodio de heteroagresividad en su domicilio con su hermana. El paciente llevaba sin salir de su domicilio 2 años, sin relacionarse con gente ni acudir al colegio o similar. A penas realiza rutinas, además de jugar a juegos en el ordenador o escuchar música. Realiza ingestas de manera anárquica y siempre en su habitación. No constaban antecedentes de visitas de relevancia en atención primaria, tampoco se describían alteraciones premórbidas por el propio paciente y familia, los cuales coincidían en que con anterioridad a estos dos últimos años años su estilo de vida era normalizado, tanto en asistencia a la escuela, como de conducta general y social. En este contexto, se decide el ingreso involuntario del paciente para filiación diagnóstica y contención del riesgo autolesivo. El ingreso del paciente se determinó con el fin de realizar la filiación diagnóstica, pues su corta edad y el largo curso de aislamiento hacían necesario descartar en primer lugar un proceso psicótico subyacente, el cual se descartó en un primer momento dado que aunque su relación hacia iguales era limitada, durante las entrevistas individuales se mostraba sintónico, reactivo, con fluidez en el discurso y sin manifestar ni impresionar de síntomas de corte psicótico tales como delirios, alucinaciones o desorganización conductual. No obstante, después de debatirse en sesión clínica se acuerda su manejo como esquizofrénico simple. Tras tratamiento antipsicótico el paciente mejoró de manera notable. Se trata de un síndrome grave con frecuente comorbilidad a los trastornos mentales, por lo que resulta fundamental su detección precoz y vinculación a la red de salud mental de zona. Se determinó el ingreso involuntario en la Unidad de psiquiatría con la finalidad de contención y filiación diagnóstica.
Hospital Clínico San Carlos (Madrid)
SÍNDROME DE HIKIKOMORI A PROPÓSITO DE UN CASO
Íñigo Alberdi-Páramo, German Montero-Hernández, Rafael Baena-Mures, Miriam TenorioGuadalupe, Lluis Niell-Galmés, Carmen Carrascosa- Carrascosa.
INTRODUCCIÓN
El síndrome de Hikikomori, descrito principalmente en Japón, ha aumentado su incidencia en el
continente europeo. Se trata de un fenómeno psicopatológico y sociológico que afecta
principalmente a varones jóvenes y que se caracteriza por un aislamiento social marcado de
meses de duración. Presentamos el caso de un varón español, hijo de padres filipinos, de 21
años de edad con una historia de 2 años de reclusión en el domicilio. El paciente cumple los
criterios actualmente establecidos para el síndrome, probablemente subestimado hasta ahora
en España.
BREVE HISTORIA CLÍNICA
Motivo de consulta
Varón de 21 años que acude a urgencias mediante traslado forzoso tras haber protagonizado
episodio de heteroagresividad en su domicilio con su hermana.
Antecedentes personales
Somáticos
No alergias medicamentosas conocidas.
Posible hipotiroidismo subclínico, diagnosticado supuestamente por su médico de
atención primaria en febrero de 2012. No requiere tratamiento en el momento actual.
Miopía y astigmatismo.
No ha requerido intervenciones quirúrgicas.
Niega consumo de tóxicos.
Psiquiátricos
Desde los 13 a los 18 años en seguimiento por psicología y psiquiatría infantil en Centro de Salud
Mental por alteraciones de conducta y ansiedad social. 3 ingresos en regimen hospitalario.
El primero de ellos a la edad de 15 años, por alteración de la conducta en el ámbito doméstico.
En aquel momento la madre contaba agresividad y conductas extrañas como aislamiento en su
habitación, no querer comer con el resto de su familia y tener problemas para ir al colegio.
Recibió el diagnóstico al alta de variaciones problemáticas de la personalidad y de trastorno de
identidad sexual sin especificación. Recibió además los códigos Z de problemas relacionados con
la supervisión o el control inadecuado de los padres, otros problemas relacionados con la
educación y la alfabetización y problemas relacionados con eventos que llevaron a la pérdida de
autoestima en la infancia.
El segundo ingreso, ese mismo año, acude derivado por los Servicios de Emergencia por
conductas disruptivas y heteroagresividad en el contexto familiar tras una discusión trivial con
su hermana, habiendo llegado a la amenaza de quitarse la vida con un cuchillo. Al alta recibió
los mismos diagnósticos y fue derivado a un Centro de Día, donde únicamente llegó a acudir
durante tres días, abandonándolo por causas banales de oposicionismo.
El tercer ingreso fue a la edad de 17 años, tras una crisis de agresividad en el medio familiar.
En aquel momento presentó, además, conductas restrictivas en la alimentación, recibiendo los
mismos diagnósticos al alta. Ha presentado importantes variaciones en el peso, en forma de
pérdidas y ganancias, sin que se haya podido diagnosticar de ningún trastorno de la conducta
alimentaria.
Antecedentes familiares
Niega de interés.
Enfermedad actual
Nos encontramos ante un varón de 21 años que acude a Urgencias de un hospital terciario
mediante traslado forzoso tras haber protagonizado episodio de heteroagresividad en su
domicilio con su hermana. El paciente llevaba sin salir de su domicilio 2 años, sin relacionarse
con gente ni acudir al colegio o similar. Dice salir solo “para cosas importantes” y durante muy
poco tiempo. Cuando sale de casa, sale con la cabeza tapada con una capucha, sin avisar ni
decir nada a sus progenitores. Describe varios motivos para llevar a cabo esta actitud como
miedo a que le agredan, ponerse enfermo, . . .
En casa refiere que juega la mayor parte del día a juegos de ordenador, así como buscar en
internet temas relacionados con la salud. Pocas aficiones, destaca que le gustaba mucho escribir,
aunque “ahora mismo no me inspiro”. No posee ningún diario o escrito.
Preocupado por diversos temas de salud. Cree tener un problema en sus huesos, dado que son
muy grandes y frágiles según cuenta, “me he informado mucho en internet al respecto y cuadran
muchas cosas”. Por este motivo, solicita radiografía ósea. “Tengo miedo a que me de un ataque
y no me pueda mover bien”. “No sé si es por mi metabolismo, de pequeño es que tomaba mucha
leche”. Refiere querer realizarse una analítica sanguinea porque está preocupado por tener
elevados los niveles de plomo por haber estado pintando hace cinco años con un amigo.
Se autoadministra complejos de vitamina C y D, así como, complejos alimenticios con fibras
“naturales” por falta de exposición solar y estreñimiento.
Realiza ingestas de manera anárquica y siempre en su habitación. Describe atracones nocturnos
de alimentos salados, sin purga ni conductas restrictivas posteriores, sin claro motivo
desencadenante, tras lo cual comenta dormir mejor.
Exploración funciones psíquicas
Consciente y orientado alo y autopsíquicamente. Abordable y colaborador. Tranquilo. Aspecto
desaliñado, pelo largo y sucio; así como uñas largas. Se presenta en la consulta con una abrigo
cerrado hasta arriba y una gorra. Mantiene contacto visual parcialmente. Se coloca
constantemente el flequillo del pelo, hipergestualiza acompañando a su discurso verbal.
Normoproséxico. No alteraciones pméniscas a la exploración grosera. No inquietud psicomotriz.
No signos de intoxicación a tóxicos o psicofármacos. lenguaje fluido y espontáneo. Monotono e
hipófono. Discurso coherente y estructurado, racionalizador, centrado en quejas subjetivas de
malestar somático y preocupación por efectos secundarios de fármacos. Respeta turnos de
palabra. Eutímico. Sintónico. Sin astenia, apatía, abulia o anhedonia. No criterios de trastorno
afectivo mayor. Niega ideación o planificación autolítica. Intereses en actividades de ocio
limitados y circunscritos. personalidad sensitiva. Rasgos obsesivos, dismórficos y narcisistas.
Incapacidad de crear vínculos afectivos con las personas, con rasgos fóbicos y psicopáticos.
Movilizador del entorno. Alteraciones en la identidad sexual. Sin alteraciones en la forma, curso
o contenido del pensamiento, así como tampoco fenómenos de alienación del mismo. Niega y
no impresiona de alteraciones sensoperceptivas. Ritmos cronobiológicos conservados. No
ademanes auto ni heteroagresivos. juicio de realidad conservado.
INFORME DE LABORATORIO, TEST Y PRUEBAS REALIZADAS
*Hemograma y bioquímica básica: sin alteraciones reseñables.
*Hormonas tiroideas en rango.
*ECG: Ritmo sinusal a 100 lpm. QRS estrecho. Sin alteraciones agudas en la repolarización.
DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES
Trastorno de la personalidad no especificado (F60. 9 de la CIE10)
Cuadro que se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos de un
trastorno de la personalidad que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo
social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los
criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos de
personalidad. En nuestro caso clara tendencia a malinterpretar gestos y conversaciones
observadas en las evaluaciones, sus rasgos obsesivos, patrón de relaciones inestables, su
incapacidad de crear vínculos afectivos con las personas, sus rasgos fóbicos y psicopáticos lo
harían compatible con este diagnóstico. Así mismo, se describen rasgos de personalidad
esquizotípicos.
Además, durante el ingreso se muestra muy reacio a colaborar de forma activa y productiva con
el tratamiento, con demandas inadecuadas y nula tolerancia a la frustración. Se comentan rasgos
histriónicos, narcisistas y psicopáticos, con expresiones verbales y conductuales tendentes a lo
pueril y manipulativo.
Esquizofrenia simple (F20. 6 de la CIE10)
Compatibles con el grave aislamiento social y la aparición progresiva de importante
sintomatología negativa en un paciente con rasgos de personalidad desadaptativos. La vivencia
psicótica de su propio cuerpo y la ideación obsesivo-delirante con estreñimiento descrita que
según él “no remitía con ningún laxante de venta en farmacias” son algunos de los aspectos
clínicos compatibles con esta entidad diagnóstica.
Síndrome de Hikikomori
Se trata de un fenómeno que afecta a adolescentes y jóvenes adultos que se aíslan de todo
contacto social y abandonan actividades entre las que se incluyen la actividad académica o
laboral. El caso descrito es compatible con esta entidad, se trata de una persona joven que
fundamentalmente permanece aislada en el domicilio, sin acudir al colegio, con escaso círculo
de amistades, en la que no se detecta retardo mental o patología psicótica (nuestra principal
duda diagnóstica) y permanencia en este estado durante más de 6 meses.
DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
A día de hoy no nos hemos podido decantar por un juicio Clínico definitivo. No obstante, después
de debatirse en sesión clínica se acuerda su manejo como esquizofrénico simple
TRATAMIENTO, TERAPIAS APLICADAS
Sertralina 100 mg 1-0-0.
Aripiprazol 10 mg 1-0-0.
EVOLUCIÓN
En este contexto, se decide el ingreso involuntario del paciente para filiación diagnóstica y
contención del riesgo autolesivo. El ingreso del paciente se determinó con el fin de realizar la
filiación diagnóstica, pues su corta edad y el largo curso de aislamiento hacían necesario
descartar en primer lugar un proceso psicótico subyacente, el cual se descartó en un primer
momento dado que aunque su relación hacia iguales era limitada, durante las entrevistas
individuales se mostraba sintónico, reactivo, con fluidez en el discurso y sin manifestar ni
impresionar de síntomas de corte psicótico tales como delirios, alucinaciones o desorganización
conductual.
No obstante, después de debatirse en sesión clínica se acuerda su manejo como esquizofrénico
simple. Tras tratamiento antipsicótico el paciente mejoró de manera notable.
ACTUALIZACIÓN SOBRE EL TEMA
Se trata de un síndrome grave con frecuente comorbilidad a los trastornos mentales, por lo que
resulta fundamental su detección precoz y vinculación a la red de salud mental de zona.
Aunque el síndrome de Hikikomori está principalmente descrito en la cultura nipona, estudios
recientes describen casos en Europa. Se trata de un fenómeno psicopatológico y sociológico que
afecta principalmente a varones jóvenes y que se caracteriza por un aislamiento social marcado
de larga duración. Se ha descrito su relación con los cambios y avances de la sociedad moderna.
A día de hoy, y a diferencia de la cultura japonesa, los casos registrados en España son aislados.
No obstante, se trata de un síndrome grave con frecuente comorbilidad a los trastornos
mentales, por lo que resulta fundamental su detección precoz y vinculación a la red de salud
mental de zona.
BIBLIOGRAFÍA
1. Maria Gariup, Eduard Parellada, Clemente García, Miguel Bernardo. ¿Hikikomori o
esquizofrenia simple? Medicina Clínica. Vol. 130. Num 18. Barcelona. Mayo 2008.
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term in psychiatry:a questionnaire survey. BMC Psychiatry. Biomed central (England),
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5. Cie-10. Trastornos mentales y del comportamiento. Madrid. Meditor, 1994.
6. Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales. 5 ª edición, American
Psychiatric Association, 2013
IMPORTANTE: Algunos textos de esta ficha pueden haber sido generados partir de PDf original, puede sufrir variaciones de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.
Hikikomoris y screenagers: Nuevas formas de reclusión, inhibición y aislamiento.
Patricia Trujano Ruiz
Fecha Publicación: 01/03/2009