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La atención temprana: una disciplina reciente.

Autor/autores: Juan Carlos Belda Oriola
Fecha Publicación: 01/01/2004
Área temática: Infantiles y de la adolescencia, Trastornos infantiles y de la adolescencia .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Incluye una presentación de la Atención Temprana. En primer lugar se describe la evolución de la atención Temprana en España. En segundo lugar se incluye la evolución ocurrida desde la concepción inicial de ?Estimulación Precoz? hasta la concepción actual de ?Atención Temprana?.

Y por último se describe el cuerpo teórico contenido en el Libro Blanco de atención Temprana, fruto del trabajo de cinco años; resultado del consenso alcanzado entre profesionales de distintas disciplinas científicas y provenientes de distintas autonomías.

Palabras clave: atención temprana


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La atención temprana: una disciplina reciente.

Juan Carlos Belda Oriola.

Psicólogo Clínico. Conselleria de Sanidad. Generalitat Valenciana

PALABRAS CLAVE: atención temprana (AT), Disciplina, modelo, prevención, Centros de desarrollo infantil y atención temprana (CDIAT).

(KEYWORDS: Early intervention, Discipline, Model, Prevention, CDIAT. )

 

Incluye una presentación de la atención Temprana. En primer lugar se describe la evolución de la atención Temprana en España. En segundo lugar se incluye la evolución ocurrida desde la concepción inicial de “Estimulación Precoz” hasta la concepción actual de “Atención Temprana”. Y por último se describe el cuerpo teórico contenido en el Libro Blanco de atención Temprana, fruto del trabajo de cinco años; resultado del consenso alcanzado entre profesionales de distintas disciplinas científicas y provenientes de distintas autonomías.

Introducción

La actual concepción de atención Temprana, que de una forma integradora, aúna las diversas intervenciones, ámbitos y objetivos de los acercamientos parciales anteriores se ha de entender como una disciplina interdisciplinaria. Al igual que otras disciplinas, que han surgido en los últimos decenios, citemos por ejemplo el caso más espectacular y generalizado, como el constituido por el desarrollo de la Informática.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, Disciplina es: 1º) Doctrina, instrucción de una persona; 2º) Arte, facultad o ciencia; y 3º) Especialmente en la milicia y en los estados eclesiásticos secular y regular, observancia de las leyes y ordenamientos de la profesión o instituto. Así tenemos, que la Disciplina de la atención Temprana es una Doctrina porque tiene un cuerpo teórico, y que requiere de una instrucción o formación específica. Que es una ciencia y al mismo tiempo aplicarla adecuadamente se convierte en un arte. Y, finalmente, que es necesario ordenarla y legislarla.

A partir de la definición de atención Temprana, a lo largo del artículo se realiza un recorrido sobre el devenir de la AT y se describen los principales parámetros de esta nueva disciplina. La atención Temprana se define como “ el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”.


Devenir de la AT

La historia de la atención Temprana viene siendo asociada a la atención que de una forma precoz se consideraba debían recibir los niños con alguna deficiencia. Evidentemente esta concepción parcial ya no corresponde con la visión actual, pero la confusión aun es motivo de malos entendidos.

Disponemos de una muy buena descripción de la evolución de la AT en el Documento sobre “Realizaciones sobre discapacidad en España. Balance de 20 años”. En el Capitulo 3, firmado por José María Alonso Seco, se describe la llegada de la AT como un proceso paulatino, con el entusiasmo de unos y la reserva inicial de otros. Fija el periodo entre 1973 y 1980 como la entrada y fin de la recepción de esta disciplina. Y que tienen como población diana a los niños con deficiencia mental.

Desde el ámbito profesional, nos dice, que las primeras experiencias de estimulación precoz surgen de una inequívoca actuación interdisciplinar fruto de la inquietud profesional personal y todavía no institucionalizada, en las áreas de psicopedagogía y sanitaria. En el área psicopedagógica se recogen las experiencias realizadas en Estados Unidos, Canadá, Argentina y Uruguay. Se organizan cursos en 1973, 1975 y 1976, a los que asisten profesionales de distintas especialidades: médicos, psicólogos, asistentes sociales, fisioterapeutas y profesores de educación especial entre otros. Profesionales que estarían en el origen de las primeras experiencias institucionales de AT. Estableciéndose la primera unidad de estimulación en el hospital Santa Cristina de Madrid. Desde el área sanitaria, con el afán de profundizar en las bases científicas, la neurología utiliza la plasticidad cerebral de los primeros meses de vida, como fundamento de la AT. También el neonatología y en rehabilitaciones crean unidades de estimulación precoz en Navarra y Valencia.

Con respecto al papel que han jugado las Asociaciones de Padres en la implantación de la AT en España, nos dice que a pesar de ser importante no ha sido suficientemente descrito. Señalar que muchas de ellas establecieron a finales de los 70 y principios de los 80 centros de estimulación precoz que aun continúan funcionando. Las asociaciones tuvieron que recurrir a la solicitud de ayudas, para poder sufragar los gastos que ocasionaba la aplicación de tratamientos de AT a sus hijos. Y fue el INSERSO el organismo encargado de proporcionarlas.

La actuación de la administración se concreto primeramente a través de medidas de fomento, de subvenciones a fondo perdido, concedidas con carácter graciable. Las primeras medidas se encuentran en los Planes Asistenciales para Minusválidos del SEREM. Contemplan tanto ayudas institucionales, concedidas mediante conciertos a los centros pioneros de estimulación precoz, como ayudas individuales. A partir de 1980 los Planes para Minusválidos Físicos y Psíquicos, antes diferenciados, se unifican en uno solo. La estimulación precoz, extensible ya a todo tipo de deficiencias, seguirá siendo objeto de consideración específica, como una de las modalidades de prestaciones de recuperación. En concreto las técnicas terapéuticas que señala y que podrán aplicarse son: la psicomotricidad, la sensomotricidad, la terapia del lenguaje, la creación del lenguaje, la fisioterapia, y la medicina ortopédica; a los niños de cero a cinco años. Muchos quedaron sorprendidos en su momento, y se siguen extrañando, de que la Ley de Integración de los Minusválidos (LISMI), de 1982, no contemplase expresamente la atención precoz como una actuación específica.

Las distintas experiencias (Entidades Privadas, Locales, SEREM, INSERSO, Autonómicas, Sanitarias y Educativas) aun partiendo de bases teóricas similares, no han logrado extender su actuación a ámbitos diferentes del que nacieron. Lo cierto es que ha llegado un momento de coexistencia paralela, sin más coordinación que la estrictamente personal entre profesionales conocidos, de distintos equipos. Las experiencias iniciadas han seguido su evolución normativa y de aplicación, pero sin que haya existido la necesaria coordinación institucional. Podemos concluir que en estas dos últimas décadas la atención temprana ha tomado carta de naturaleza, es decir, entidad propia, aunque todavía queda el reto de mejorar los cauces organizativos más operativos para aumentar la eficacia de las intervenciones.

A continuación se adjunta un cuadro sinóptico, en el que el autor, pretende sintetizar la evolución de la atención Temprana, haciendo referencia a la población diana y a la extensión de las intervenciones, tal y como han ido evolucionando a lo largo de las tres últimas décadas.

 




Objetivos

Se parte de la consideración de que el objetivo global que ha de perseguir la AT ha de ser que los niños que presentan trastornos en su desarrollo o tienen riesgo de padecerlos, reciban, siguiendo un modelo que considere los aspectos biológicos, psicológicos y sociales, todo aquello que desde la vertiente preventiva y asistencial pueda potenciar su capacidad de desarrollo y de bienestar, posibilitando de la forma más completa su integración en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía personal.

Los objetivos que se definen como específicos, son:

· Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el conjunto global del desarrollo del niño.
· Optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño.
· Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y adaptación a las necesidades específicas.
· Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
· Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entrono en el que vive el niño.
· Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.


Principios básicos

Los principios básicos enunciados para el correcto funcionamiento de la AT son:

· Diálogo, integración y participación.

La integración familiar, escolar y comunitaria de cualquier niño implica el respeto a su condición de sujeto activo. La AT debe facilitar el conocimiento social del niño y el acceso a su forma de comunicar y expresar sus deseos, promoviendo modelos de crianza, educativos y relacionales coherentes y estables, basados en actitudes de dialogo y en la aceptación de los modos alternativos de ser.

· Gratuidad, universalidad e igualdad de oportunidades, responsabilidad pública.

La AT actúa para la prevención y, en su caso, evitación de riesgos facilitando la igualdad de oportunidades en el acceso a los distintos contextos de la vida social, la incorporación a una familia donde ser amado, la convivencia y socialización en una escuela abierta a todos los niños, el diseño del hábitat comunitario de una forma comprensiva hacia la diferencia. Debe ser un servicio público, universal, de provisión gratuita para todos los niños y familias que lo precisen.

· Interdisciplinariedad y alta cualificación profesional.

La preparación de los profesionales ha de implicar tanto la formación en una disciplina específica como en un marco conceptual común a todas ellas que debe tener su propio espacio de desarrollo a través de la reflexión y el trabajo en equipo. Un marco común definido en cuatro áreas: Desarrollo psicomotor infantil, psicosociología de la dinámica familiar, conocimiento de la realidad (recursos y características comunitarias y, una formación y experiencia suficientes sobre el trabajo en equipo. Sin olvidar la importancia de la formación continua y supervisada.

· Coordinación.

La coordinación ha de realizarse a tres niveles. El primero entre los servicios sanitarios, sociales y educativos que atienden a la población infantil y a sus familias. De forma que, las familias y sus hijos, reciban una orientación común y no contradictoria entre los diversos profesionales. Incluyendo la continuidad de los servicios. El segundo y tercer nivel hacen referencia a la coordinación entre las administraciones autonómicas y estatales.

· Descentralización.

Implica el establecimiento de un sistema organizado en torno a las necesidades de la familia, en su proximidad, incluyendo la prestación de servicios a domicilio. La inserción en las redes de atención primaria de salud y de servicios sociales, en el entorno de las escuelas infantiles y en la vecindad de la familia.

· Sectorización.

Consiste en delimitar el campo de actuación de los servicios para garantizar una correlación equilibrada entre proximidad y conocimiento de la comunidad y el hábitat, funcionalidad y calidad operativa de los equipos y volumen suficiente de la demanda a efectos de que se facilite la inclusión de todo tipo de servicios sanitarios, educativos o sociales en el área de referencia que se constituya.


La intervención

Se desarrolla desde la estructura de la Prevención:

En la prevención Primaria se realizan las actuaciones orientadas a promover el bienestar de los niños y sus familias. Son medidas de carácter universal con vocación de llegar a toda la población, en el sentido de la protección de la salud. También le corresponde identificar y señalar aquellas circunstancias que puedan ser relevantes para la elaboración de normas y derechos universales en el ámbito de la promoción y protección del desarrollo infantil.

En la prevención secundaria se busca la detección precoz de las enfermedades, trastornos, o situaciones de riesgo. Se instrumenta a través de programas especiales dirigidos a colectivos identificados en situación de riesgo. Pretende identificar a los colectivos de riesgo que han de ser objeto de atención especial, que incluya un sistema de alerta social, como son las campañas de sensibilización social de los profesionales de las distintas redes y de la propia sociedad para su detección precoz, así como unos protocolos de actuación para cada uno de los colectivos incluidos en dichos programas. En la mayoría de estos protocolos, especialmente cuando los factores de riesgo se relacionen directamente con el desarrollo, será necesaria la participación e intervención de los Centros de Desarrollo Infantil y atención Temprana.

A la prevención Terciaria corresponden las actuaciones dirigidas a remediar las situaciones que se identifican como de crisis biopsicosocial. Ejemplos de estas situaciones son el nacimiento de un hijo con discapacidad o la aparición de un trastorno del desarrollo. La instrumentación social, para evitar que esta crisis profundice e impulsar soluciones, es precisamente labor de Centro de atención Temprana y Desarrollo Infantil. En el que recae la máxima responsabilidad de activar un proceso de reorganización trabajando con el niño, con la familia y con el entorno en el que vive. En ocasiones se puede lograr un nuevo equilibrio de forma más o menos rápida, pero en otras se pueden precisar periodos muy largos de tiempo para su superación, al verse afectados proyectos familiares y personales, al limitarse las posibilidades de movilidad, de comunicación y de autonomía de un miembro de la familia. La complejidad de estas situaciones hace necesaria la intervención interdisciplinaria de un equipo multiprofesional.

Los ámbitos descritos son: Sanitarios (Obstetricia, Neonatología, Pediatría, Rehabilitación Infantil, Salud Mental Infantil y otras especialidades médicas) Educativos y de Servicios Sociales. Con especial incidencia en los centros que se dedican específicamente a la atención Temprana.


Los Centros de Desarrollo Infantil y atención Temprana (CDIAT)

Los Centros de Desarrollo Infantil y atención Temprana (CDIAT) son servicios autónomos cuyo objetivo es la atención a la población infantil de 0-6 años que presenta trastornos en su desarrollo o riesgo de padecerlos, incluyendo en sus intervenciones a las familias y su entorno.

Estos centros, de carácter multiprofesional, surgieron alrededor de los años 70 y han experimentado una constante evolución a lo largo de su trayectoria histórica, adecuándose a las crecientes demandas de atención por parte de la población infantil y de sus familias. Este proceso ha estado motivado por la mejor detección y diagnóstico de los distintos trastornos del desarrollo, y por el reconocimiento de su origen multifactorial, factores ambos que han destacado la importancia capital de un intervención temprana.

La creación y evolución de los CDIAT ha sido paralela a la existencia y orientación de otros servicios e instituciones que desde los ámbitos sanitario, social y educativo en las respectivas comunidades autónomas, han dado y dan respuestas a determinados colectivos o a necesidades específicas de los mismos. Esta adecuación, y la diversa dependencia administrativa, ha generado diferentes modelos de CDIAT, si bien se mantiene un mismo objetivo: proporcionar la atención que precisan todos los niños que presentan trastornos o disfunciones en su desarrollo (sin exclusión en función del origen, tipo o grado de los mismos), o que están en una situación de riesgo biológico, psicológico o social.

En determinadas comunidades o zonas geográficas, en función de su historia y recursos asistenciales, algunos colectivos de niños con trastornos específicos en su desarrollo son atendidos bien en CDIAT o en programas o en unidades de atención Temprana que están articulados con otros servicios o centros, como algunos centros de salud mental infantil, centros de rehabilitación de trastornos motores y centros de atención a personas con deficiencia auditiva o visual. Todos ellos con características muy similares a las de los CDIAT.

En cuanto a su emplazamiento, es conveniente que los CDIAT sean de fácil acceso a las familias y estén ubicados en la proximidad de otros servicios de atención primaria, como las escuelas infantiles, centros de salud o de servicios sociales. ello facilita la relación entre diferentes agentes profesionales, el conocimiento del entorno natural de los niños atendidos y sus familias y el de la realidad económica y social de las familias que conforman cada comunidad. Cuando los CDIAT compartan su ubicación o dependencia con otros recursos es importante que estén bien diferenciados para su correcta identificación.

El equipo de los CDIAT ha de ser multiprofesional de carácter interdisciplinar y de orientación holística, considerando que la intervención abarca aspectos intrapersonales, biológicos, psíquicos, sociales y educativos, propios de cada individuo, e interpersonales, relacionados con su propio entorno, como son la familia, la escuela y la cultura.

El equipo estará constituido por especialistas en atención Temprana procedentes del ámbito médico, psicológico, educativo y social.


La formación de los profesionales, además de la titulación propia, será específica en intervención temprana, obtenida mediante ciclos formativos de postgrado. La formación continua es un requisito imprescindible en la labor desempeñada como miembro del equipo.

Las funciones de un CDIAT incluyen las labores de sensibilización, prevención y detección. Mediante la colaboración con instituciones, asociaciones y con otros profesionales de la zona en la elaboración de programa que tengan como objetivo la sensibilización de la población en general en aspectos de prevención relacionados con el desarrollo infantil.

Los programas dirigidos a familias y futuros padres engloban todas aquellas actividades dirigidas a proporcionar una mejor información y orientación a las familias y sociedad en general con el fin de evitar la aparición de desviaciones del desarrollo normal de niño.

Los programas dirigidos a profesionales pretenden ofrecer una información operativa a aquellos profesionales que se encuentran en una situación privilegiada por su relación con los padres. El objetivo es que los profesionales puedan ser los primeros agentes de promoción de la salud y de la educación del niño, así como de detección de posibles alteraciones en el desarrollo normal. Los profesionales a los que van dirigidos pertenecen al campo de la salud, de los servicios sociales y de la educación infantil.

La intervención, a nivel de prevención Terciaria, se planificará y programará de forma individual, considerando las necesidades y posibilidades de cada niño en cada área del desarrollo, la situación y las posibilidades de su familia y las del medio escolar. El Programa Individual deberá incluir la temporalización de los objetivos, la modalidad metodológica y la evaluación de los objetivos propuestos o del resultado de la aplicación del programa. La intervención en el CDIAT se inicia cuando se recibe la solicitud por parte de la familia o por parte de cualquier otro profesional o institución. Esta intervención consta de diferentes momentos: valoración inicial, intervención terapéutica, seguimiento y control, y derivación.

El proceso de valoración inicial supone un estudio global y en profundidad del desarrollo del niño, de su historia individual y familiar y de su entorno. Para realizar de una forma adecuada y completa la valoración se necesitará la colaboración de los profesionales de las diferentes disciplinas que componen el equipo, así como la colaboración y coordinación de las instituciones que hayan derivado el caso, o bien de aquellas que participen en exploraciones o exámenes complementarios.

 

En la valoración inicial podemos distinguir cuatro momentos:

1. La recogida de información constituye el elemento más importante del proceso de diagnóstico, el instrumento que va a guiar los pasos posteriores del proceso de evaluación. El primer contacto con la familia, constituye el momento de acogida, en el que el profesional, a través de una actitud de escucha, va a ir recogiendo las preocupaciones, los recuerdos, los proyectos, las expectativas, las dificultades, que los padres van a ir exponiendo con respecto a su hijo y a sí mismos, así como los antecedentes familiares y personales del niño.

En base a la información recogida en la entrevista de acogida, se recogen de forma sistemática aquellos datos que la familia no ha aportado espontáneamente, pero que son necesarios para una adecuada comprensión del desarrollo del niño y de su momento evolutivo, así como de las posibles causas de alteración del proceso. A través de informes escritos o entrevistas se obtendrá información de otros profesionales que conocen al niño y a su familia, como el pediatra, psicólogo escolar, educadores, trabajadores sociales, etc. Los datos se organizarán en una historia común, de forma que cuando un profesional deba tomar contacto con la familia conozca los datos aportados previamente y evite solicitar de forma innecesaría la información que ya ha sido facilitada.

2. Para la evaluación disponemos de distintos instrumentos, que utilizaremos de forma discriminada en cada niño, a partir de las primeras hipótesis establecidas en base a la historia. Observación de la conducta espontánea y reactiva ante determinadas situaciones y estímulos presentados. Relación con los propios padres y con el profesional que realiza la evaluación. Relación con los otros niños y con el educador cuando el niño esté escolarizado. Examen físico y valoración neurológica y funcional del niño. Pruebas estandarizadas. Observación en el domicilio. Exámenes complementarios, consultas especializadas. La aplicación de estas técnicas nos aportará la información correspondiente al funcionamiento general y específico del niño, tanto a nivel físico, como mental o emocional. Esta información reflejará no sólo las posibles limitaciones y déficits presentados por el niño, sino también el conjunto de sus capacidades y posibilidades.

3. Concluida la etapa de recogida de información, cada profesional aportará en una reunión de equipo los datos y conclusiones de su evaluación, con el fin de establecer de forma conjunta y teniendo en cuenta todos los factores biopsicosociales, los diagnósticos o hipótesis diagnósticas, en los tres niveles: funcional, sindrómico y etiológico. Se establecerán las necesidades del niño y de la familia y los recursos existentes en la comunidad. Es importante establecer prioridades de actuación, posibles pronósticos a corto, medio y largo plazo. Se concretarán, jerarquizarán y temporalizarán los objetivos de la intervención terapéutica, determinándose el profesional o profesionales que se responsabilizarán de llevarlo a cabo. Este primer plan terapéutico supeditado a la opinión y posibles elementos nuevos que la familia pueda aportar en la entrevista de devolución.

4. En la entrevista de devolución se ofrece a los padres la información diagnóstica elaborada por el equipo. El objetivo principal de la entrevista será ofrecer a los padres, utilizando un lenguaje adecuado y comprensible para ellos, toda la información que les sirva para comprender la situación presente de su hijo, las posibles perspectivas de futuro y los medios terapéuticos que podemos proporcionales desde el centro tanto a ellos como a su hijo, brindándoles nuestro apoyo y acompañamiento. Se propondrá y establecerá de forma conjunta el plan de actuación y se determinará la función o funciones de los padres pueden asumir en el mismo. Se considerará el pronóstico probable y la posibilidad de recurrencia del trastorno.

La intervención agrupa todas las actividades dirigidas hacia el niño y su entorno con el objetivo de mejorar las condiciones de su desarrollo. Los ámbitos de actuación y la modalidad de intervención se establecerán en función de la edad, características y necesidades del niño, del tipo y grado de trastornos, de la familia, del propio equipo y de la posible colaboración con otros recursos de la comunidad.


La intervención se planificará y programará de forma global e individual, planteando pautas específicas adaptadas a las necesidades de cada niño y cada familia en cada una de las áreas del desarrollo. El programa deberá incluir la temporalización de los objetivos así como la evaluación y los modos de consecución de los mismos. La intervención terapéutica en atención temprana va dirigida:

1. A cada niño, que una vez finalizada la valoración, dispondrá de un programa de atención global e individualizado, y que recogerá las aportaciones de los diversos profesionales del servicio. Este programa se realizará siempre que sea posible, con la participación de los padres o tutores, lo cual permitirá a éstos descubrir sus propios recursos y a la vez reforzar la relación con su hijo, aspecto muy importante para su evolución madurativa y afectiva. En función de las necesidades del niño y también de las de la familia, la intervención se podrá realizar bien en el CDIAT, en el propio domicilio o en otro lugar, como en el centro educativo o en el hospital, en el caso de neonatos o niños que por su problemática estén obligados a permanecer durante largos periodos de tiempo ingresados. El profesional o profesionales que se harán cargo de la intervención contarán con preparación específica en función del tipo de trastorno del niño. El número de sesiones y el tiempo de duración de cada una de ellas dependerá de las necesidades del niño. En algunos casos, en función de su edad y características se podrá realizar en grupos reducidos, de tres o cuatro niños como máximo.

2. Una de las principales tareas que se ha de plantear un CDIAT, es conocer las necesidades de la familia (padres, hermanos y familia extensa) y plantearse qué tipo de intervención o intervenciones pueden ser las más eficaces para dar una respuesta coherente. La intervención con las familias debe tener como finalidad ayudar a los padres en la reflexión y en la adaptación a la nueva situación, ofreciéndoles la posibilidad de comprender mejor la situación global, evitando que se contemple el problema centrado exclusivamente en el trastorno que padece el niño.

Todo ello favoreciendo las actitudes positivas de ayuda al niño, interpretando las conductas de éste en función de sus dificultades e intentando reestablecer el feed-back en la relación padres-niño. Se ha de facilitar que cada familia pueda adecuar sus expectativas a las posibilidades reales de la intervención y situar correctamente desde el inicio el papel que corresponde al profesional y el protagonismo que ellos también deben tomar. La atención a la familia se podrá realizar de forma individual o en grupo, en función de la realidad y necesidades del momento. La atención individualizada tendrá como objeto prioritario el poder abrir un espacio en el que tanto los profesionales como los mismos padres puedan dialogar e intercambiar información referente al tratamiento del niño, la dinámica en el hogar, aspectos familiares generales o escolares. Esta atención puede ser el medio propicio, para la familia, de transmisión de sentimientos, dificultades respecto al trastorno del hijo, o esperanzas e ilusiones en relación a los avances alcanzados.

Es importante que los profesionales puedan atender no sólo los aspectos referentes al niño, sino también aquellas otras demandas familiares, no siempre fáciles de manifestar, relacionadas con sus relaciones de pareja, con los vínculos establecidos con los otros hijos y con la familia extensa. La finalidad de todo ello es la de ayudarles a entender sus sentimientos y reconocer sus competencias en cuanto a la educación de sus hijos. Se deberá informa a los padres debidamente de cualquier cambio que esté relacionado en la intervención, así como por ejemplo, lo concerniente a objetivos, metodología o los diferentes contactos establecidos con otros profesionales de la sanidad o la educación. Del mismo modo, se deberá facilitar información de todos los recursos administrativos, tanto a nivel asistencial, ayudas económicas y legales con las que los padres pueden contar. Se les ofrecerá la posibilidad de ponerse en contacto con las diferentes asociaciones de padres de niños con dificultades que existan en la comunidad, así como contactos con otros profesionales o dispositivos asistenciales.

Para todo ello, se debe utilizar un lenguaje comprensivo, ajustándose al marco social y cultural de cada familia y respetando sus diferencias. El trabajo en grupo puede organizarse como un espacio abierto en el que se favorece y posibilita el encuentro entre varios padres, dándoles la oportunidad de poder expresar y, a su vez, escuchar las vivencias, sentimientos y dificultades que conlleva cada situación.

3. Los profesionales de los CDIAT deben informar a la escuela sobre la situación del niño y de la familia en el momento de integrarse en ella. Posteriormente y en colaboración con el equipo escolar y los educadores se podrán fijar espacios en los que se revisen o se discutan los objetivos pedagógicos, las estrategias de aprendizaje, y la utilización de suficientes recursos materiales o personales para poder cumplir los objetivos prefijados. También convendrá participar en el proceso de toma de decisiones sobre la modalidad de escolarización.

4. La intervención, teniendo como objetivo la superación de barreras físicas y sociales, se debe realizar teniendo en cuenta el entorno natural de cada niño y familia, para obtener así su integración en el medio social donde se desenvuelve. Desde los CDIAT se diseñan estrategias para la adaptación del entorno a las necesidades de los niños actuando de forma coordinada para facilitar la integración socio-ambiental. Esta actuación sobre el entorno tiene por objetivo superar las diferencias, cambiar las actitudes y eliminar barreras físicas y socio-culturales, de forma que sea posible la participación activa en la sociedad de todos sus miembros.

Se entiende por evaluación el proceso integral a partir del cual se valoran los cambios producidos en el desarrollo del niño y en su entorno, la eficacia de los métodos utilizados. Su finalidad es verificar la adecuación y efectividad de los programas de actuación en relación a los objetivos planificados. La evaluación debe incidir sobre todos los aspectos de la intervención. Tanto en la evaluación continuada, que permitirá ir ajustando el programa a las necesidades e introducir las modificaciones pertinentes, como en la evaluación final, que determina si se han cumplido los objetivos marcados en el inicio de la intervención y que servirá para concretar si ésta se considera finalizada o si se tiene que realizar una derivación. El equipo deberá determinar los procedimientos objetivos y contrastables de evaluación y seguimiento.


El periodo de atención de un niño en un CDIAT finaliza cuando se considera que por su positiva evolución no precisa de este servicio o en el momento en que por razones de edad o de competencias, debe continuarse su atención por otro dispositivo asistencial. En ambos casos, la familia tiene derecho a recibir información oral y un informe escrito que sintetice la evolución del niño y la situación actual así como las necesidades que se consideren precisas. Cuando deba continuarse la atención en otro equipo o dispositivo asistencial, es fundamental la coordinación entre ambos y, siempre con el conocimiento de la familia, se debe proceder a un adecuado traspaso de información.

Deberá valorarse y planificarse en forma cuidadosa el momento y modo de la derivación, teniendo en cuenta la vinculación de la familia y el niño con el servicio anterior. El cambio de equipo de profesionales no debe en ningún caso comportar una discontinuidad en la atención al niño y a la familia, debiéndose garantizar la coherencia y la continuidad de la misma a partir de la necesaria coordinación entre profesionales y una adecuada flexibilidad administrativa.


Glosario

· atención Temprana: es el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlo. Estas intervenciones son planificadas por un equipo multidisciplinar con carácter global y orientación interdisciplinar o transdisciplinar.

· carácter global: consiste en considerar al niño en su globalidad, teniendo en cuenta los aspectos intrapersonales, biológicos, psicosociales y educativos, propios de cada individuo, y los interpersonales, relacionados con su propio entorno, familia, escuela, cultura, etcétera.

· Centro de Desarrollo Infantil y de atención Temprana (CDIAT): es aquel servicio que dispone de los recursos personales y materiales, propios o en coordinación con los existentes en la zona de cobertura, suficientes para realizar una intervención global y personalizada a los niños, sus familias y su entorno, que presentan o tienen riesgo de presentar trastornos en su desarrollo.

· Coordinadora de atención Temprana: es aquel grupo o comisión compuesto por representantes de los tres departamentos: Sanidad, Servicios Sociales y Educación; y padres y profesionales implicados en la atención Temprana. Además de los representantes políticos implicados en cada nivel. Debe existir una Coordinadora a nivel nacional, una para cada una de las autonomías, y una Coordinadora en cada uno de los sectores definidos de cobertura de un Centro de Desarrollo Infantil y atención Temprana. También se utiliza la denominación: Observatorio de la infancia.

· Deficiencia: es toda perdida o anomalía en la estructura psicológica, fisiológica o anatómica.

· Desarrollo psicomotor: es el proceso evolutivo de relación que cabe esperar entre el niño y su entorno de manera que se facilite la maduración de sus posibilidades sensoriales, motrices y de autonomía personal, así como la organización subjetiva y mental.

· Discapacidad: es toda restricción o falta motivada (derivada de una deficiencia) de la capacidad para desarrollar una actividad de un modo normal o dentro de los límites que se consideran normales en el ser humano.

· Eficacia: acción o acciones por las que se consigue un objetivo determinado.

· Eficiencia: aquella acción o acciones que permiten alcanzar un objetivo de la mejor forma posible.

· Equipo Interdisciplinar: es aquel en el que existe un espacio formal para compartir la información, las decisiones se toman a partir de la misma y se tienen objetivos comunes.

· Equipo Multidisciplinar: es aquel en el que se intercambia la información pero las decisiones de cada área se toman básicamente de forma independiente por los distintos miembros del equipo.

· Equipo Multiprofesional: es aquel compuesto por profesionales de distintas disciplinas.

· Equipo Transdisciplinar: es aquel en el que sus componentes adquieren conocimiento de otras disciplinas relacionadas y las incorporan a su práctica. Un solo profesional del equipo asume la responsabilidad de la atención al niño y/o contacto directo con la familia.

· Población diana: aquel sector de población que es objetivo de una intervención. En el caso de la intervención en atención Temprana es la población infantil comprendida desde el nacimiento hasta los seis años.

· Programa de atención Temprana: es el programa global que define un Centro de Desarrollo Infantil y atención Temprana. Incluye los objetivos, estrategias, medios, sistemas de evaluación, etcétera.

· Programa Individual de atención Temprana: es el programa que se elabora para cada niño en concreto. Incluye el diagnóstico, la intervención terapéutica y el seguimiento.

· Programa Específico de atención Temprana: es aquel programa que se elabora para un sector concreto de la población con una característica en común. En el ámbito de la atención Temprana están los programas de seguimiento para niños de riesgo biológico o social. Además de aquellos programas que se diseñen a nivel de prevención 1ª y 2ª.

· riesgo biológico: es aquella situación que en los periodos pre-peri/o postnatales o durante el desarrollo temprano puede alterar el desarrollo madurativo. Hay diversas situaciones reconocidas: prematuridad, bajo peso, anoxia, etcétera.


· riesgo psico-social: se da en aquellos niños cuyas condiciones sociales son poco favorecedoras (como la falta de cuidados o de interacciones adecuadas con sus padre y familia, abusos, etcétera) y pueden alterar su proceso madurativo.

· Sinergia: es la asociación o cooperación de movimientos, actos u órganos para el cumplimiento de una función. Se utiliza para describir el fenómeno por el cual el resultado final de la actividad del grupo es mayor que la suma de las actividades individuales de sus componentes.

 

· Técnico de Desarrollo Infantil: es aquel profesional que dispone de la formación y la experiencia suficiente para desempeñar su trabajo en la población infantil con trastornos en el desarrollo o riesgo de padecerlos.

· trastorno del desarrollo: es toda desviación del curso del desarrollo, debido a un proceso activo en el que pueden interactuar diferentes factores.


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