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Factores cognitivos en la depresión.

Autor/autores: Lewis Harter Stephanie
Fecha Publicación: 01/03/2008
Área temática: Depresión, Trastornos depresivos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

El objetivo del siguiente trabajo es investigar los aspectos cognitivos involucrados en los estados depresivos, desde la teoría de los constructos personales, buscando un mejor entendimiento de los procesos de construcción del sí mismo de las personas con depresión. La muestra utilizada consistió en un grupo clínico (n=111) formado por sujetos que cumplían los criterios del DSM-IV en trastornos del estado del ánimo o con trastorno adaptativo depresivo o mixto, y un grupo control (n=310).

A todos los sujetos se les aplico la Técnica de la rejilla (TR), un instrumento de evaluación de las dimensiones y estructura del significado personal ideada por Kelly (1955). De la TR se pueden derivar medidas de la construcción del sí mismo (también en relación a como construye los demás) y medidas de la estructura cognitiva (sistema de constructos del sujeto). Los resultados sugieren que los pacientes depresivos presentan una baja autoestima (correlación "yo actual"-"yo ideal"), un sentimiento de distanciamiento frente a los demás (correlación "yo actual"-"otros") y una pobre imagen de los que le rodean. Estas características cognitivas las hemos denominado como un perfil de resentimiento.

Palabras clave: Cognitivo, Depresión, Distimia, Rejilla


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Factores cognitivos en la depresión.

Erazo-Caicedo, Maria Isabel; Feixas, Guillem; Harter Stephanie, Lewis.

Universitat de Barcelona
Facultat de Psicologia
Departament de Personalitat, Avaluació i Tractament Psicològics

PALABRAS CLAVE: depresión, Rejilla, distimia, Cognitivo.

Resumen

El objetivo del siguiente trabajo es investigar los aspectos cognitivos involucrados en los estados depresivos, desde la teoría de los constructos personales, buscando un mejor entendimiento de los procesos de construcción del sí mismo de las personas con depresión. La muestra utilizada consistió en un grupo clínico (n=111) formado por sujetos que cumplían los criterios del DSM-IV en trastornos del estado del ánimo o con trastorno adaptativo depresivo o mixto, y un grupo control (n=310). A todos los sujetos se les aplico la Técnica de la rejilla (TR), un instrumento de evaluación de las dimensiones y estructura del significado personal ideada por Kelly (1955). De la TR se pueden derivar medidas de la construcción del sí mismo (también en relación a como construye los demás) y medidas de la estructura cognitiva (sistema de constructos del sujeto). Los resultados sugieren que los pacientes depresivos presentan una baja autoestima (correlación "yo actual"-"yo ideal"), un sentimiento de distanciamiento frente a los demás (correlación "yo actual"-"otros") y una pobre imagen de los que le rodean. Estas características cognitivas las hemos denominado como un perfil de resentimiento.

Abstract

The purpose of this work is to study the cognitive aspects involved in depression from the theory of personal constructs, in order to acquire a better understanding of the construction processes of people with depression. The clinical sample, composed of a group (n=111) of subjects who met the criteria of DSM-IV for mood and adaptive disorders, is compared to a non-clinical group (n=310). The Role Construct Repertory Grid technique (RepGrid) was applied to all the subjects. The RepGrid is an assessment instrument with the personal meaning dimensions and structure developed by Kelly (1955). The RepGrid provides with measures for the construction of the self (in relation to significant others) and measures of cognitive structure (personal construct system). The results suggest that people with depressive disorders present a low self-esteem (correlation “present self” - “ideal self”), a sense of being different from others (correlation “present self” - “others”) and a poor image of people around. This self construction pattern has been called a resentment profile.

Introducción

La depresión según la organización mundial de la salud (OMS, 2004) ocupa el cuarto lugar entre las diez principales causas de la carga mundial de morbilidad, y se calcula que para el año 2020 ocupara el segundo lugar. Actualmente es la segunda causa de enfermedad entre personas de 15 a 44 años de ambos sexos.  

Desde la psicología la literatura sobre los aspectos cognitivos de la depresión ha crecido bastante en las ultimas décadas, sin embargo su estudio desde la teoría de los constructos personales (TCP) es relativamente novedosa. La TCP parte de la hipótesis de que el hombre es como un científico, que construye teorías informales para interpretar, organizar y anticipar un amplio rango de experiencias. La persona construye el mundo y su realidad personal por medio de “constructos” que son dimensiones bipolares de significado, que forman un conjunto estructurado del conocimiento que posee el individuo para entender y anticipar su mundo de experiencia. Los constructos permiten la captación simultánea de similitudes y diferencias y tienen la doble función de procesar la información que llega a los sentidos y de anticipar los acontecimientos futuros, permitiéndole a la persona aumentar la predictibilidad de su mundo.  

Los constructos no son dimensiones aisladas, sino que están organizados jerárquicamente en un sistema (red de constructos) en el cual hay constructos supraordenados que juegan un papel central en la construcción del self y en la organización de todo el sistema. Estos constructos son nucleares puesto que definen la identidad del individuo dando además sentido a sus acciones y sentimientos (Kelly 1955/2001, Feixas y Villegas, 2000).

En los procesos depresivos según kelly (1955) se presenta un gradual estrechamiento del campo perceptivo, como un intento de minimizar el numero de sucesos incompatibles son los que se enfrenta la persona (Sanz, 1991). De Esta forma la persona evita enfrentarse a situaciones que le resultan ansiogenas, difíciles o impredecibles para su sistema de constructos. Aunque este proceso de constricción es utilizado por todas las personas en determinados momentos, en el depresivo se da de forma caracteristica, de este modo reduce el riesgo de que cualquier nueva experiencia invalide su sistema actual de constructos.

Aunque Kelly no desarrolló un modelo específico para la depresión, de sus escritos se desprenden algunas características, que posteriormente diversos investigadores han intentado comprobar, al mismo tiempo se encuentran nuevas aportaciones que han ido desarrollando.  

Desde esta perspectiva se examinan los intentos de operacionalización de estos planteamientos teóricos y los resultados obtenidos en los trabajos empíricos. Los estudios son realizados especialmente con la Técnica de la Rejilla (llamada así por su formato de cuadrícula) ideada por Kelly, como un modo de explorar la estructura y el contenido de las teorías implícitas de la realidad (Feixas y Cornejo, 1996; Fransella y Bannister, 1977). Permite entender cómo la persona da significado a su experiencia y cómo estructura su sentido de identidad, su autoestima, su relación consigo misma y con los demás. La TR genera básicamente dos tipos de medidas: las de construcción del sí mismo y las de la estructura cognitiva. Las primeras permiten conocer como el sujeto se construye a sí mismo, y las segundas la estructura de los constructos del sujeto.


Diversas investigaciones han abordado estas cuestiones, sin embargo en cuanto a las medidas de construcción del sí mismo, hemos encontrado que los depresivos presentan perfiles particulares diferentes a los sujetos normales e incluso diferentes entre los diferentes trastornos depresivos. Estas medidas son tres:

a. La autoestima: se calcula por medio de la correlación entre el “yo actual”-“yo ideal”, esta medida es de gran importancia en los trastornos depresivos puesto estas personas tienden a construir su “yo” caracterizado por una fuerte autodevaluación. Beck, Rush y Emery (1979) afirman que esta autodevaluación se observa en más del 80% de los depresivos y por tal razón está incluida en casi todos los instrumentos de medición de este trastorno. La TCP plantea que los depresivos en comparación con otras personas, construyen su “yo” mediante los polos negativos de sus constructos personales (Sanz, 1991). Neimeyer (1985) afirma que a medida que la depresión se agrava el individuo aplica un sesgo negativo en el sistema de constructos que no solo abarcaría al yo, sino también a la construcción de toda la experiencia social.

b. aislamiento social auto percibido. La TCP, postula que la construcción del sí mismo se relaciona intrínsicamente con la construcción de los otros. A partir de la TR este aspecto puede ser medido por la distancia y/o correlación entre el “yo actual” y los “otros”. Diversos estudios coinciden en encontrar diferencias significativas al comparar esta medida entre sujetos depresivos y sujetos normales, los depresivos tienden a presentar un menor nivel de integración social. (Space y Cromwell, 1980; Oliver y Mcgee, 1982; Space, Dingeman y Comwell, 1983; Angelillo, Cimbolic, Doster y Chapman, 1985).  

c. La adecuación percibida en los otros. Se obtiene mediante la correlación “yo ideal” -“otros”, índice que permite entender cómo el sujeto construye a las demás personas significativas en relación a su “yo ideal”. Feixas y Cornejo (1996) indican que una correlación positiva entre el “yo ideal” y los “otros”, es típico del depresivo “que se ve a sí mismo negativamente y cree que es el único que esta tan mal” (pág. 53), característica que han denominado como perfil de aislamiento. El depresivo por una parte sesga la información acerca de sí mismo hacia lo negativo y la que concierne hacia los demás lo hace hacia polos positivos. También es posible que esta distancia entre el ideal y los otros sea negativa, por lo que se produciría según estos autores un perfil de resentimiento, el depresivo atribuiría sus síntomas y desesperanza a una falta de adecuación en los demás. Por medio de la exploración clínica se pueden detectar sentimientos de rencor y resentimiento.

Por otro lado, en cuanto a las medidas de la estructura cognitiva, que permiten conocer la estructura de los constructos del sujeto, se han desarrollado diversos índices, entre los cuales están:

a. Diferenciación cognitiva: En los años cincuenta se puso de moda el término “complejidad cognitiva” introducido por Bieri (1955), un discípulo de Kelly. Según Feixas, Bach y Laso (2004) la complejidad cognitiva es un concepto muy amplio relacionado con nociones tales como niveles de abstracción, articulación e integración, además de la diferenciación (Adams-Webber, 1979, Crockett, 1965, O`Keefe y Sypher, 1981) asi que si solamente se mide el número de dimensiones disponibles en el sujeto para construir eventos. El término preciso es “diferenciación cognitiva”. Respecto a estos índices de diferenciación cognitiva en los depresivos se ha encontrado: 

Complejidad cognitiva de Bieri. Este índice creado por Bieri (1955), aunque se denomina índice de complejidad, no lo mide realmente ya que no mide la integración, por ello Feixas, Bach y Laso (2004) lo asumen como un índice de diferenciación cognitiva. Oliver y McGee (1982) encuentran que sujetos normales presentan menor complejidad que sujetos moderada y ligeramente deprimidos.  

Porcentaje de varianza explicada por el primer factor (PV1). Se refiere al poder explicativo del primer factor, indicando la magnitud de la principal dimensión de significado. Varios estudios han comparado esta medida en sujetos depresivos con sujetos normales (Space y Cromwell, 1980; Space, Dingeman y Cromwell, 1980; Axford y Jerrom, 1986; Sanz, 1992) y con sujetos psiquiátricos (Space y Cromwell, 1980; Space, Dingeman y Cromwell, 1980; Oxford y Jerrom, 1986) no encontrando diferencias significativas. Solo un estudio encuentra que el PV1 es mayor en los depresivos que en sujetos normales (Shehan, 1981).

Índice de Intensidad de Bannister. Desarrollado por Bannister y colaboradores (Feixas y Cornejo, 1996) intenta medir la rigidez o laxitud de los constructos. Al respecto encontramos a Silverman (1977) que encuentra que los depresivos presentan mayor intensidad en los constructos afectivos que sujetos normales. Sheehan (1981) también encuentra mayor intensidad en los depresivos. Dingemans, Space y Cromwell (1983), no encuentran diferencias en este índice al comparar sujetos depresivos con normales y esquizofrénicos.


b. Polarizacion. Con respecto al significado de un uso de los constructos utilizando sus puntuaciones extremas, Dingemans, Space y Cromwell (1983) realizan un estudio comparando sujetos depresivos, son sujetos normales y con esquizofrenicos, encontrando que tanto depresivos como esquizofrénicos tienden a una mayor polarización.

c. Fragmentacion: Sheehan (1981) desarrollo el índice de conflictos que consiste en analizar triadas de constructos para ver si se da balance o desequilibrio. Consideran que una triada esta desequilibrada cuando tres constructos correlacionan negativamente entre sí, o cuando dos correlacionan positivamente y el tercero negativamente. Sheehan (1981) encuentra diferencias significativas en este índice entre sujetos normales y depresivos siendo menor en los depresivos. Sin embargo, este resultado es cuestionable puesto que el computo que emplea para este índice detecta todas las triadas desequilibradas, incluso las de valores muy próximos a cero, produciéndose un artefacto estadístico (Winter, 1983). Feixas, Bach y Laso (2004) señalan que sin punto de corte hay mayor probabilidad de encontrar triadas desequilibradas por la propia falta de relación o estructura entre los constructos.


Método

Sujetos

La muestra utilizada se extrajo de una base de datos, formada desde 1989 hasta 1999, compuesta por 732 participantes que completaron la TR en un contexto clínico o de entrenamiento, de los cuales se seleccionaron los siguientes sujetos:

1. Un primer grupo, denominado “grupo estado depresivo” (n=111), esta formado por personas que cumplían los criterios del DSM-IV para depresión mayor, distimia, trastorno bipolar trastorno adaptativo depresivo o trastorno adaptativo mixto. Una media de edad de 32, 16, Dt (9, 01). En cuanto al sexo, el 75. 5% son mujeres y el 24, 3% varones Todos habían solicitado ayuda psicológica (principalmente psicoterapia) en distintos centros privados de Barcelona.

2. Un segundo grupo de sujetos, denominado “grupo control” (n=310), de los cuales el 65, 5% son mujeres y el 30, 3% varones con una media de edad de 29, 21, DT (8, 32). Son sujetos voluntarios reclutados por estudiantes de psicología (tanto licenciados como no licenciados) en sus ambientes naturales (como parte de un trabajo práctico y posterior al entrenamiento en la administración de la TR).

Instrumento y medidas

Se aplico la Técnica de la rejilla (TR) como instrumento de evaluación de las dimensiones y estructura del significado personal ideada por Kelly (1955). Se trata de una forma de entrevista estructurada orientada a explicitar y analizar los constructos con los que la persona organiza su mundo. El formato especifico utilizado para este fin fue la rejilla interpersonal, (Feixas y cornejo, 1996) ya que los elementos usados eran elementos de rol que representan figuras significativas (miembros de la familia, parejas, amigos, y el elemento “yo ideal” además del “yo actual”). La rejilla se aplico de forma individual por un entrevistador entrenado. Los constructos se elicitaron siguiendo el método diádico, con el cual se pide a los sujetos que indiquen de que forma dos elementos son similares entre sí. Posteriormente se les pregunta según su opinión cual sería el polo opuesto del constructo elicitado y si se les ocurren más similitudes también se les pregunta por el opuesto. Cuando ya no surgen más constructos de una díada se toma otra, con la que se repite el procedimiento, descartando los constructos que haya mencionado anteriormente. No se preestablecieron límites en cuanto al número de constructos a elicitar. Las puntuaciones se realizaron sobre una escala de tipo Likert de 7 puntos.

El resultado es una matriz numérica de resultados que puede ser analizada cualitativamente o cuantitativamente mediante el programa informático RECORD v. 2. 0 (Feixas y Cornejo; 1996)1, obteniendo los siguientes índices de medida cognitivos:

1. Índices de medida de la estructura cognitiva:

a. El porcentaje de varianza explicado por el primer factor (PV1), es una medida derivada del análisis factorial de correspondencias. Se considera un indicador del poder explicativo del primer factor o eje, de la magnitud de la principal dimensión de significado. Un estudio previo (López-Moliner, Navarro-Montes, Tudela-Mari, Feixas y Neimeyer, 1989) muestra su equivalencia con la misma medida derivada del análisis de componentes principales, mas empleado en los trabajos de tradición anglosajona (véase Feixas y Cornejo, 1996, Feixas, Bach, Laso, 2004).

b. Polarización. El programa RECORD lo calcula como el porcentaje de puntuaciones extremas (p. ej. , 1 0 7 en una escala de 7 puntos) de la matriz de datos. Tomado a un nivel global puede indicar el grado de rigidez o extremosidad, lo cual se ha asociado a rasgos patológicos del avaluado (Neimeyer, 1985; Neimeyer y Feixas, 1992).  

c. Indefinición. Mide el grado de puntuaciones en las que no le ha sido posible al sujeto situar a un elemento en uno u otro polo del constructo. El programa RECORD lo calcula mediante el porcentaje de puntuaciones intermedias de la escala (p. ej, 4 en una escala de 7 puntos).  

d. Conflictos. Se trata de índice propuesto por Slade y Sheehan (1979) para detectar el número de triadas de constructos desequilibradas, lo que asociaron con la tolerancia a la ambigüedad, complejidad, y diferenciación cognitiva. Una triada desequilibrada es aquella en la que se dan correlaciones negativas entre los tres constructos, o bien otros patrones de relación lógicamente incompatibles. A diferencia del índice original, el programa RECORD detecta sólo aquellas tríadas con correlaciones superiores a 0, 20. La conveniencia de eliminar triadas desequilibradas con correlaciones mas bajas fue planteada por Winter (1983) para evitar un efecto derivado de un mero artefacto estadístico.  

e. Número de constructos. Psicológicamente, la capacidad de generar más constructos puede estar relacionada con la diferenciación cognitiva interpersonal (DCI), según se puede deducir de la teoría de Crockett (1965; véase también Feixas, Bach y Laso, 2004).

2. Índices de medida de la construcción del sí mismo

a. Diferenciación entre el “yo actual” y el “yo ideal”. Se calcula en base a la correlación entre estos dos elementos y puede considerarse una medida de la autoestima.

b. Diferenciación entre el “yo actual” y “otros”. Se calcula en base a la correlación entre el elemento “yo actual” y un elemento artificial llamado “otros”, resultado de promediar las puntuaciones de todos los elementos menos el “yo actual” y el “yo ideal”. Se puede considerar que las puntuaciones muy bajas o negativas son indicadoras de “aislamiento social autopercibido”, por el contrario las puntuaciones positivas indican “identificación”.

c. Diferenciación entre el “yo ideal” y “otros”. Se calcula basándose en la correlación entre estos dos elementos, y puede considerarse una medida de adecuación percibida en los otros. Mientras que una puntuación positiva indica que se tiene una visión de que “todos son buenos”; una puntuación negativa o muy baja muestra el sujeto insatisfecho con la gente que le rodea.

Feixas y Cornejo (1996) proponen una serie de perfiles en la construcción del sí mismo basándose en la interpretación conjunta de los tres índices anteriores. Para tal fin se plantea que las correlaciones deben ser superiores o inferiores a 0. 20. (Ver tabla 2)

Tabla 2. Perfiles de construcción del si mismo


Estos autores indican que los sujetos que tienden a un perfil de positividad tienen una visión globalmente positiva del si mismo y los otros. El perfil de superioridad, va acompañado de la idea de que uno es diferente a los demás y que estos no son como deberían ser. Si el sujeto se ve a sí mismo y a los otros de forma negativa esta visión corresponde con un perfil de negatividad. El perfil de aislamiento que sugiere que el sujeto se ve mal a sí mismo, diferente a los demás y cree que es el único que esta mal. Por ultimo el perfil de resentimiento sugiere un sujeto que atribuye una falta de adecuación en los demás y que quizá relacione sus dificultades con las actitudes de los demás.


Resultados

En la tabla 2 se presentan las medias y desviaciones típicas de distintos índices de la TR, comparando el grupo clínico (compuesto por personas con diagnóstico de trastorno de personalidad por Dependencia y por Evitación) con el grupo control. Las puntuaciones de los sujetos de cada grupo han sido contrastadas mediante la prueba de comparación de medias para muestras independientes, T de Student, calculado con el programa SPSS v. 11. 0. Como se puede observar se encuentran existen diferencias significativas en cuanto a las correlaciones “yo actual”-“yo ideal”, “yo actual”-“otros”, “yo ideal”-“otros”, al índice de indefinición y al número de constructos. En cuanto al porcentaje de varianza del primer factor, se observa una tendencia por parte de los depresivos a un porcentaje mayor.

Tabla 3: medias, desviaciones y significación estadística


Posteriormente se compararon los índices de construcción del sí mismo en los diferentes trastornos depresivos que componían nuestra muestra con la muestra normal. Como se puede observar en la tabla (5), en los sujetos voluntarios prima el perfil de positividad, mientras en los sujetos con depresión mayor predomina el perfil de resentimiento.  

Al comparar los perfiles de la población normal con los presentados en los sujetos con depresión mayor, se aplica la prueba chi cuadrado, encontrándose diferencias significativas entre los dos grupos x2 (5, n=364)=128, p<0, 005. Con respecto al grupo con distimia las diferencias con los voluntarios también son significativas x2 (5, n=5)=338, p<0, 005. Los distimicos tienen un predominio del perfil de aislamiento.

Tabla 5: Perfiles de construcción del sí mismo

Tabla de contingencia cla1 * perfiles

Discusión y conclusiones

En relación con la medida de autoestima (correlación “yo actual”-“yo ideal”) se encuentra que los depresivos presentan diferencias significativas con respecto al grupo control. Estos resultados encontrados respecto a la baja autoestima, concuerdan con los conocimientos ya establecidos acerca de la depresión, y también los postulados por la TCP. Según esta teoría los depresivos en comparación con otras personas, construyen su “yo” mediante los polos negativos de sus constructos personales, (Space y Cromwell, 1980, Sheehan, 1981, Ashworth, Blackburn y McPherson 1982; Oxford y Jerrom, 1986). Característica que se operacionaliza en la rejilla mediante una mayor discrepancia entre la construcción del elemento “yo actual” - “yo ideal”. Incluso se ha encontrado que existe una fuerte correlación entre la gravedad o número de síntomas depresivos y el grado de autoconstrucción negativa (Space y Cromwell, 1980, Neimeyer y cols, 1983). Puesto que la baja autoestima se encuentra en muchos problemas psicológicos, queda por determinar su papel específico en los estados depresivos.

La discrepancia encontrada entre el grupo clínico y el normal en cuanto a la correlación “yo actual”-“otros”, se interpreta como una construcción del yo aislado interpersonalmente. Las personas con depresión presentan una tendencia a construirse a sí mismos como diferentes con respecto a sus familiares, amigos y amistades (Rowe, 1978). Otros estudios han encontrado que las personas deprimidas se construyen como menos semejantes a las demás personas significativas de su entorno que las personas normales e incluso que pacientes psiquiátricos no depresivos (Space y Cromwell, 1980; Ashworth y cols, 1982; Oliver y McGee, 1982; Space y cols, 1983; Oxford y Jerrom, 1986).

Esta dimensión de aislamiento social autopercibido no tiene porque coincidir con un aislamiento social objetivo, en el sentido de una red social pobre o inexistente, sino que refleja una sensación subjetiva de sentirse distintos. Este “distinto” sabemos por la baja autoestima que quiere decir sentirse de alguna forma “peor” que los demás. Aunque éste no sea un rasgo exclusivo de los estados depresivos, tomado así junto con la autoestima puede resultar mucho más característico que ésta última considerada por separado.

Si observamos la correlación “yo ideal”-“otros”, los sujetos depresivos presentan una correlación que indica que los “otros” no se acercan mucho a lo que para ellos seria el “yo ideal”. Esta medida no había sido incluida en estudios anteriores con pacientes depresivos evaluados con la técnica de rejilla, y nos sugiere varias posibilidades de interpretación. Lo que resulta claro, es que los depresivos se muestran críticos, al menos en cierto grado con respecto a los que le rodean (o algunos de ellos). Aun queda por determinar si esta percepción negativa es una distorsión fruto de su estado depresivo, o bien si efectivamente refleja un entorno psicológico negativo, que pueda incluso haber influido en el desarrollo de su trastorno. La metodología empleada en nuestro estudio impide establecer en qué sentido se produce esta influencia potencial.  

En cuanto a los perfiles de construccion del si mismo, se encuentra que los sujetos normales tienden a presentar un perfil de positividad que refleja un bienestar psicológico. Por el contrario en los sujetos diagnosticados con depresión mayor se observa la tedencia a un perfil de resentimiento, donde las correlaciones “yo actual”-“yo ideal”, “yo actual”-“otros”, “yo ideal” -“otros” son negativas. Es decir, no solo la información sobre sí mismo es enfocada hacia lo negativo sino que con probabilidad la atribuye a una falta de adecuación en los demás y que quizá relacione su depresión o desesperanza con las actitudes de los demás. Este perfil es explicado por Feixas y Cornejo: 

“se trata de un sujeto, probablemente depresivo, que atribuye una falta de adecuación en los demás y que quizá relaciona su depresión o desesperanza con las actitudes de los demás. Sí es así, una exploración clínica pondrá de manifiesto sentimientos de rencor y resentimiento hacia los otros (o hacia algún familiar en particular), por lo que le hemos llamado perfil de resentimiento” (Feixas y cornejo, 1996, Pág. 53).


Por su parte los sujetos con trastorno distímico son quienes presentan la menor correlación entre el “yo actual”-“yo ideal”, resultados que permiten sugerir que se ven a sí mismos como muy diferentes a la persona que les gustaría ser. Además la pobre correlación entre su “yo actual” y los “otros” les autodefine como muy diferentes de las demás personas. Adicionalmente poseen una tendencia a construir a los demás como más similares a su “yo ideal”, situación que puede maximizar su estado de ánimo disfórico, a sentirse como “el único que esta mal”. Feixas y Cornejo (1996) señalan que aunque una autoestima baja no es ni suficiente, ni característica de la depresión, si parece característico de la depresión no sólo verse a sí mismo de forma negativa, sino como distinto a los demás.

En cuanto a las características estructurales del sistema de constructos encontramos que aunque en el El PV1 no presenta diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos, se encuentra una tendencia mayor por parte de los sujetos con estados depresivos a presentar un primer factor que explica gran parte de su experiencia. Esto nos lleva a suponer que tienden a ser bastante unidimensionales en la construcción de su mundo interpersonal. Esto, unido a la baja autoestima y a la percepción negativa de los otros, nos indicaría una dificultad para descentrarse de su particular modo de acercarse al mundo.

Aunque muchos estudios han sugerido que un alto grado de polarización se halla asociado a la severidad de los síntomas depresivos (Feixas y Neimeyer, 1992; Neimeyer 1985), no encontramos diferencias significativas ni apreciables en este índice. Por el contrario, si encontramos significativo el índice de indefinición, aunque no existe ninguna mención al mismo en la literatura. La indefinición indica una tendencia a no tomar partido por ninguno de los dos polos de los constructos decantándose por el punto medio, lo cual nos sugiere en los depresivos cierta dificultad para dar sentido a los elementos de una forma significativa.

Los depresivos presentan un menor número de constructos. Algunos autores han planteado que a mayor número de constructos empleados, mayor diferenciación cognitiva interpersonal (Crockett, 1965). Feixas, Bach y Laso (2004) no lograron validar esta hipótesis, aunque encontraron ciertas tendencias. Estos autores plantean que la capacidad para generar mayor número de constructos además de estar relacionada con la diferenciación cognitiva, puede estarlo también con otras habilidades psicológicas, como pueden ser las capacidades verbales.


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Nota

1 En la actualidad ya existe la versión 4. 0 del programa RECORD en Internet: www. terapiacognitiva. net/record 






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