La atención a las personas con problemas de salud mental, precisa de estrategias que faciliten la adecuada y necesaria continuidad de los cuidados, Para ello, a mas a mas de la interrelacion entre el hospital, el centro de salud mental y un equipo multiprofesional de tratamiento, deberían tenerse en cuenta otros aspectos intimamente relacionados, como los distintos niveles asistenciales y los profesionales implicados, ademas de la propia comunidad, el usuario y su familia, piezas clave para alcanzar una adecuada continuidad.
Las enfermeras, como elemento básico del cuidar, adquieren un mayor protagonismo y responsabilidad en la gestión y facilitación de esta continuidad a traves de promover la participacion efectiva de los propios implicados, para identificar cuales son sus necesidades reales.
Esta presentación pretende reflexionar sobre la importancia de trabajar con la comunidad y con los propios afectados como sujetos participantes, para adquirir una mejor comprensión de sus necesidades, de manera que sea posible desarrollar estrategias de fortalecimiento para hacer frente a las situaciones estresantes y lograr una mayor autonomía y una mayor oportunidad de acceso a recursos básicos, que favorezcan el sentimiento de pertenencia a la comunidad y la sensación de apoyo tanto de los pacientes como sus familias, como forma de disminui la estigmatización y facilitar el mantenimiento en la comunidad.
Continuidad de cuidados e integración social.
Assumpta Rigol.
Escola d'Infermeria. Universitat Barcelona.
PALABRAS CLAVE: rol profesional, Continuidad de cuidados, Comunidad, Promoción de salud mental.
(KEYWORDS: Health education, Continuity of care, Community, Mental healt promotion, Mental health patient. )
[16/2/2003]
Resumen
La atención a las personas con problemas de salud mental , precisa de estrategias que faciliten la adecuada y necesaria continuidad de los cuidados,
Para ello, a mas a mas de la interrelacion entre el hospital, el centro de salud mental y un equipo multiprofesional de tratamiento, deberían tenerse en cuenta otros aspectos intimamente relacionados, como los distintos niveles asistenciales y los profesionales implicados, ademas de la propia comunidad, el usuario y su familia, piezas clave para alcanzar una adecuada continuidad
Las enfermeras, como elemento básico del cuidar, adquieren un mayor protagonismo y responsabilidad en la gestión y facilitación de esta continuidad a traves de promover la participacion efectiva de los propios implicados, para identificar cuales son sus necesidades reales
Esta presentación pretende reflexionar sobre la importancia de trabajar con la comunidad y con los propios afectados como sujetos participantes, para adquirir una mejor comprensión de sus necesidades, de manera que sea posible desarrollar estrategias de fortalecimiento para hacer frente a las situaciones estresantes y lograr una mayor autonomía y una mayor oportunidad de acceso a recursos básicos, que favorezcan el sentimiento de pertenencia a la comunidad y la sensación de apoyo tanto de los pacientes como sus familias, como forma de disminui la estigmatización y facilitar el mantenimiento en la comunidad.
Abstract
The care of people with mental health problems needs strategies that facilitate the adequate and needed continuity of care.
In order to do that, besides the interrelationship among hospital , Mental Health Centre and multidisciplinary team, other aspects, which are closely related, should be taken into account, . These are: the Community, the patient and family and Primary Care and other professionals involved. All these will be key if we want to reach an adequate continuity of care and avoid stigmatization.
The nurse is a key element in the management and facilitation of this continuity by promoting an effective participation of the people involved in order to identify their needs.
This paper intents to reflect on the importance of working on the community together with the patients as active participants, in order to achieve a greater understanding and to develop strengthening strategies in order to cope with stressful situations, so that the patient reaches a greater autonomy, and has access to basic resources which facilitate a sense of belonging to, and of support from the Community.
Introducción
Cuando empecé a preparar mi aportación a esta mesa redonda sobre “cuidados de salud mental en el sistema de salud”, varias imágenes me vinieron a la memoria. La primera, fue el recuerdo de las palabras de una joven, etiquetada de retardo mental, que en un foro de discusión, cuando le preguntaron por sus expectativas en la vida, vino a decir entre otras cosas, que lo mas importante para ella, lo que mas deseaba, era tener trabajo, casa y una pareja. Es decir, lo mismo que cualquier ciudadano.
Estas palabras, estos deseos tan básicos, obligan a replantearse de que detrás de las etiquetas y de los diagnósticos, a veces nos olvidamos que hay personas como las demás. Los enfermos mentales detrás del diagnóstico de enfermedad mental, tienen las mismas necesidades básicas que las demás personas. Con el agravante de que en general, les resulta mas difícil de conseguirlas, debido a mayores dificultades de afrontamiento, derivados del propio trastorno y también del estigma que conlleva la enfermedad mental.
Pasar de una cultura de reclusión, y de aislamiento, a una perspectiva comunitaria, en que las personas con enfermedades mentales son sujetos activos, con capacidad para tomar decisiones, participar en los procesos de cuidados y con derechos fundamentales de ciudadanos, todavía resulta difícil y un objetivo pendiente.
Por todo ello, me parece importante, al plantearse cuidados de salud para la población, enfatizar la prevención y la promoción de la salud mental, si tenemos en cuenta la prevalencia de los trastornos mentales, que va en aumento ( OMS 2001) y en consideración a que la salud mental es un componente de la salud, y que por tanto “sin salud mental no hay salud” (OMS 1999)
Lograr este objetivo, implica tener en cuenta los múltiples factores que influyen en la salud mental, (económicos, sociales, políticos, culturales) considerando la salud/salud mental, no tan solo como un objetivo sino “como un recurso para la vida diaria” en el que se subrayarían como concepto positivo los recursos sociales y personales , además de las capacidades físicas”, lo que Caplan llama suministros físicos, vivienda, dotación económica, alimentación, pero también información y destrezas, un entorno que apoye, proporcionando oportunidades para elegir entre bienes, y servicios e instalaciones del entorno total que incremente la salud (Caplan 1993; )
Algunos de estos elementos son difíciles de conseguir únicamente desde la perspectiva profesional, precisan la conjunción de un trabajo interdisciplinario, en que se tengan en cuenta distintos recursos de la comunidad y también voluntades políticas y dotación económica.
Pero la estrategia principal de promoción y prevención debe dirigirse sobre todo a aquellas personas que tiene menor capacidad de asumir el control sobre los determinantes de su salud, aquellas personas en situación de riesgo, debido a condiciones desfavorecidas y con menos posibilidades de acceder a los recursos.
Una de las prioridades por tanto va a ser la atención a las personas con problemas mentales crónicos, dado que por sus características tienen mayores dificultades de permanecer en la comunidad con un nivel de calidad de vida apropiado. La consecución de un nivel “subjetivo del bienestar, o lo que es lo mismo la satisfacción personal con la vida” (Boves, 1999), supone tener en cuenta las dimensiones cotidianas de la vida de estas personas, las relaciones consigo mismos y con su entorno, que les permita sentirse que forman parte de la comunidad.
Los cuidados a las personas con problemas mentales debe pues incluir la promoción y la atención a la salud mental, tanto desde la perspectiva estructural de los servicios que se ofrecen en función de sus necesidades, como desde el apoyo a las familias, favoreciendo la participación de estos como sujetos activos.
Desde la perspectiva global de los cuidados, un elemento fundamental va a ser el favorecer la accesibilidad al sistema global de salud, el acercamiento a la atención primaria de salud, de manera que puedan ser tenidas en cuenta todas sus necesidades en materia de salud y se logre una detección e intervención precoz.
También otro elemento que me parece importante para la reflexión, es el replantearse cual es el servicio que como enfermeras podemos brindar a la sociedad en el ámbito de la salud mental y que competencias y estrategias debemos desarrollar.
La continuidad de cuidados
El tratamiento de las personas con trastornos mentales hace hincapié en la atención en la comunidad y en la protección de los derechos como persona. (Declaración de los derechos de los enfermos mentales1948)múltiples dificultades que tienen estos paciente para vivir fuera de las instituciones, mantenerse en la comunidad sin caer en el aislamiento y la marginación, ha hecho necesario el desarrollo de programas comunitarios para hacerles frente.
Un elemento clave, para conseguir este objetivo comunitario, ha sido ofrecer una mayor continuidad de cuidados ( ), favoreciendo la congruencia de las actuaciones entre los distintos profesionales implicados en el proceso de tratamiento y los distintos dispositivos, previniendo las recaídas y la consecuente hospitalización, mejorando la accesibilidad y la participación del paciente y facilitando el acceso a todo el sistema de salud y de recursos sociales.
Estos modelos de atención a los pacientes mentales crónicos en la comunidad, que la literatura anglosajona ha llamado “case management”, la francófona “suivi communitaire” y que en nuestro estado se ha venido a llamar plan de seguimiento individualizado, TMS, continuidad de cuidados, etc. , parece ser una alternativa a la institucionalización y un elemento de apoyo terapéutico importante.
A pesar de ello son numerosos los pacientes que recaen, que precisan de mayores intervenciones institucionales y otros que se desvinculan del sistema. Evidentemente existen unos factores relacionados con la vulnerabilidad del propio trastorno, pero también reflejan las dificultades de llevar a la práctica unas intervenciones que sean eficaces.
Numerosos son los elemento implicados en ello, pero algunos tienen que ver con la insuficiente dotación de recursos y de profesionales dedicados a ello, lo que también hace referencia a una falta de clarificación del rol efectivo de algunos de los profesionales implicados, como en el caso de enfermería, que revierte en que no aporte todos aquellos elementos terapéuticos que podrían redundar en beneficio de estos pacientes.
El malestar que a veces expresan los profesionales por no poder hacerse cargo de una manera efectiva del tratamiento, lleva a la reflexión desde la perspectiva enfermera, sobre los elementos claves que deberían orientar la aportación especifica en la complementariedad de las intervenciones y los elementos que impiden llevarla a cabo.
“El constante error entre lo que es el orden de los cuidados y lo que es el orden de los tratamientos, hace que estos últimos sean abusivamente denominados cuidados, lo que hace pensar que solo los tratamientos representan la acción terapéutica y por tanto se dedique poco tiempo o no sean tenidos en cuenta como elementos importantes en la promoción de la salud”. Esta visión sesgada respecto a lo que es la aportación específica de la enfermería , deriva muchas veces en una mala praxis interventiva, al no dedicar suficiente espacio, ni suficientes profesionales al cuidado efectivo de los pacientes.
Las enfermeras, como elemento básico del cuidar, adquieren un mayor protagonismo y responsabilidad en la gestión y facilitación de esta continuidad a través de promover la participación efectiva de los propios implicados, para identificar cuales son sus necesidades reales y poder brindar la atención que precisan
Conocer la aportación especifica de cada profesión en este proceso y en este caso el de la enfermería es importante, no desde una perspectiva corporativista, sino desde la responsabilidad de brindar unos cuidados eficaces, ya que comportará el diseño de la prestación de sistema de cuidados, el numero de personal cuidador necesario, la descripción de los puestos de trabajo y los criterios de calidad de los cuidados.
A pesar de tener en cuenta que los roles son muchas veces flexibles y fronterizos, se hace imprescindible identificar y visualizar cual es la especificidad de las aportaciones enfermeras, desde la responsabilidad ética y profesional y como única manera de poder establecer unos criterios de evaluación de la efectividad de las aportaciones
y también para poder diseñar espacios y tiempos reales par los cuidados
Varios son los elementos a tener en cuenta para brindar una continuidad de cuidados. Sabemos que un factor importante, predictor de recaídas, que dificulta su permanencia en la comunidad, es el abandono del tratamiento y una gran parte de estos pacientes realizan un seguimiento deficiente del régimen terapéutico
Se han realizado numerosas investigaciones al respecto, (OMS 2001) , y algunos de los factores que se señalan con una implicación directa en lo profesional, es la importancia de establecer una relación de confianza, la dedicación de tiempo y energía para instruir al paciente sobre los objetivos de los tratamientos, informarles sobre las consecuencia de una mala adhesión, y de los factores individuales que condicionan esta mala adhesión ( OMS 2001). .
El conocimiento de estos datos nos obliga a pensar en la necesidad de una enfermera de referencia, que permita el establecimiento de un vínculo terapéutico, el establecimiento de visitas domiciliarias que ayuden a valorar los entornos y apoyar las intervenciones de cuidados flexibles, continuadas y negociadoras, de manera que sea efectiva la cooperación de familiares, amigos y del propio paciente, y por tanto permita establecer objetivos realistas, asociados a necesidades detectadas y con aproximación de solución, establecidas de manera compartida
Desde la perspectiva de la relación terapéutica que establecen las enfermeras en la planificación de cuidados, un elemento clave, es la consideración de los pacientes, como sujeto activos, ya que realizamos los planes de cuidados no para los pacientes sino conjuntamente con ellos.
Desde esta consideración de sujeto activo, un elemento clave, (OMS 2001) es el fomento de los movimientos de grupos de personas implicadas. Estos movimientos con amplia tradición, (alcohólicos anónimos seria un ejemplo) facilitan el que se tengan mas en cuenta las opiniones de los interesados de una forma directa.
Los grupos de autoayuda formados por enfermos mentales y familias se basa en “la confianza de las elecciones del paciente por lo que concierne al tratamiento y otras elecciones” (OMS2001) Es decir, potencian el fortalecimiento en la toma de decisiones y la escucha y el respeto de sus opiniones como parte mas implicada en el tratamiento y favorecen el desarrollar otra perspectiva en los cuidados, la toma de decisiones a través de la discusión y negociación con los pacientes y sus familias.
La visión de los pacientes con trastornos mentales, como personas con los mismos derechos que los demás ciudadanos, es un requisito previo para establecer unas relaciones que eviten la marginación y la exclusión en la toma de decisiones a la vez que permiten modificar entornos estresantes, desfavorecedores. Pero esto que sobre el papel parece tan obvio resulta difícil, ya que las etiquetas estigmatizan y realizan atribuciones difíciles de modificar, que impregnan a los propios profesionales implicados en los cuidados. Los enfermos mentales pueden ser capaces de ayudarse a si mismos, si favorecemos el autocuidado, como lo realizan otro tipo de pacientes con distintos problemas de salud, en que se ha visto que el apoyo del propio colectivo, ha sido un elemento importante a considerar en la “curación” y en la reintegración en la sociedad. Detrás de las etiquetas no podemos olvidar, desde una actitud de aceptación y respeto, hay personas con criterios sobre lo que les ocurre y sobre lo que puede ser beneficioso para ellos, de cuales son sus necesidades reales, al igual que las demás personas que viven en la sociedad.
La continuidad de los cuidados para que responda a sus necesidades, debe tener en cuenta cual es la opinión que tienen respecto a sus dificultades, a su propia salud, por tanto es necesario incluir en los cuidados el desarrollo de estructuras de soporte que fomenten los grupos de autoayuda, para conocer su punto de vista y no solo el de los profesionales. Dar información, desarrollar programas de educación de salud, fomentar las habilidades de comunicación y de relación social, son elementos implícitos en los cuidados.
La participación activa a través de grupos de autoayuda, permiten la decisión sobre aspectos de su interés, como el tratamiento involuntario, el papel de los consumidores en la investigación, la prestación de servicios, el acceso a la atención, entre otros elementos, aspectos a incluir desde la perspectiva profesional.
La familia como elemento incluido en la continuidad de cuidados
Como parte de este proceso de cuidados, e implicada en la toma de decisiones. , un elemento inseparable, es la familia. La perspectiva comunitaria del tratamiento desde el proceso de desinstitucionalización, ha supuesto un coste importante para las familias, ya que ha hecho recaer la responsabilidad de los cuidados en gran medida sobre las propias familias .
Desde una perspectiva histórica, el paso a unos modelos que centraron los cuidados en el hospital, libero y desresponsabilizó a las familias de los cuidados. , invisibilizando sus aportaciones y dejándoles ausentes de conocimientos. Cuando la sociedad, los modelos asistenciales, deciden devolver a estos enfermos a sus familias, estas están muchas veces carentes de información, con insuficientes recursos y con una sobrecarga añadida y sin ser tenidas en cuenta como cuidadoras informales.
Conocemos que las familias como ámbito de interrelación cotidiana son a la vez productora de estrés y conflictos (constructo de emoción expresada). Una situación de riesgo de salud mental para las familias lo supone la enfermedad de un miembro de esta, ya que produce modificaciones importantes en la estructura familiar, redundando en un aumento del estrés y dificultando el afrontamiento debido a la sobrecarga que representa, dando como resultado respuestas maladaptadas y diversos estados psicopatológicos.
La enfermedad mental crónica de un miembro de la familia, puede suponer una perdida de estatus social, redistribución de roles, una modificación del autoconcepto personal y muchas veces una retirada de la vida social con el consecuente perdida de apoyo familiar y social. La estigmatizacion asociada a la enfermedad y a la discapacidad, dificulta el acceso a las redes sociales . agravando la citación de las personas afectadas
Diversos estudios enfatizan los elevados niveles de estrés crónicos que sufren las familias con enfermos mentales, tanto objetivos como subjetivos (Bulger, Wandersman, Goldman 1993). . Los aspectos objetivos se refieren a las cargas financieras, limitaciones en la vida social e interrupciones en otras áreas de la vida familiar. A nivel subjetivo aspectos como reacciones emocionales, tensión, perdidas, tristeza, etc. también están señalados
El cansancio en desempeñar el rol de cuidador, con las cargas que conlleva, no ayuda a conseguir un entorno óptimo que favorezca el mantenimiento de estos pacientes en la comunidad, a mas a mas de crear problemas en las personas implicadas directamente de dar apoyo a los pacientes.
Aunque desde siempre las familias se han ocupado de los cuidados, el pasar a ser elementos invisibles, solo tenidos en cuenta como sujetos pasivos, y por otra parte al recaer mas la responsabilidad de los cuidados debido a menor indicación de hospitalización, hace que tengan menor numero de apoyos, estén mas aisladas. Las familias han dejado de ser reconocidas como cuidadoras, pero en cambio las mujeres, en general, han continuado siendo el cuidador principal, con un nivel de estrés mayor.
Para las mujeres siempre ha supuesto un mayor nivel de estrés tener que hacer compatible sus roles de cuidadora con las exigencias actuales del mercado laboral y el desarrollo de diversos roles. Dichas exigencias incrementan su monto de estrés adicional con consecuencias importantes poco visibilizadas. , las mujeres se enferman con mayor frecuencia porque brindan sobre todo apoyo psicosocial, sin recibir a cambio el sufuciente apoyo que amortigüe el estres.
Desde la perspectiva de enfermería, la valoración del paciente, para ofrecer una continuidad de cuidados, implica también el tener en cuenta la valoración de la familia, los estresores que se producen. , la facilitación de medidas de prevención de la salud mental, identificando al cuidador principal y estableciendo intervenciones que faciliten y favorezcan un entorno mas óptimo de salud. Desde la perspectiva de los cuidados continuados hacia el paciente, la familia debe tenerse en cuenta como un elemento de apoyo natural, el mas cercano al paciente, un recurso en el sistema sanitario, pero también como sujeto de los cuidados, desde una perspectiva de igualdad y cooperación.
Los objetivos por tanto de los planes de seguimiento no pueden obviar el ofrecer una atención continuada al entorno familiar, ayudándoles a prepararse para las situaciones por las que atravesará, potenciando y fomentando el autocuidado, ayudándoles a buscar formas adaptativas y a identificar y buscar recursos de ayuda.
El fomento de los grupos de autoayuda, la implicación mayor en el cuidado a través de las visitas domiciliarías, del desarrollo de planes de autocuidado, para dotar de mayor destrezas, habilidades de afrontamiento ante el proceso de enfermedad, son elemento básicos en el desarrollo y planificación de los cuidados enfermeros.
Esto supone no tan solo el desarrollo de intervenciones, tratamientos específicos hacia la familia, desde el equipo interprofesional, como grupos psicoeducativos, tratamientos familiares, etc. sino que enfatiza la práctica en cooperación, la toma de conciencia de conceptos como el de persona, como sujeto activo, que incluye en la valoración a la familia y el desarrollo de intervenciones pensadas conjuntamente con el paciente.
Por todo lo enunciado, el apoyo social juega un papel importante para amortiguar o incrementar el impacto del estrés de la población. Por lo que el desarrollo de competencias, de fortaleimientos de aquellos aspectos positivos pueden ayudar a un mejor nivel de bienestar/salud mental a partir del reconocimiento de las fuentes de apoyo primarias y del desarrollo de habilidades personales para la comunicación social que faciliten relaciones propicias para la identificacion , promocion y desarrollo de los recursos sociales existenetes en la comunidad.
El acercamiento a la primaria para disminuir el estigma
Otro factor conocido que influye en aumentar la vulnerabilidad a la enfermedad en los pacientes con problemas de salud mental, es el estrés, que al incidir en la autoestima, conlleva una disminución de la capacidad de afrontamiento.
El estrés percibido tanto por los pacientes como por las familias, puede estar también influido por las creencias, reacciones y actitudes de la sociedad hacia los enfermos mentales, incidiendo de manera muy importante en el riesgo de recaidas y por tanto en la permanencia en la comunidad
Un ambiente social favorable contribuye a la reintegración y recuperación, mientras que un ambiente negativo puede reforzar la estigmatización y la discriminación.
Factores clave para amortiguar las experiencias de estrés y ayudar a los pacientes mentales a permanecer en el contexto donde viven, es el dotar de destrezas y habilidades de afrontamiento, pero también incluye el desarrollar estrategias, que ayuden a disminuir la visión sesgada y estigmatizada sobre la enfermedad mental. Algunos programas que se han desarrollado a través de los medios de comunicación como “la Marató TV3 sobre la esquizofrenia, en Catalunya en el 2002, permite un mayor acercamiento del problema a la población y también un elemento a incluir en el diseño global de cuidados en función de valoraciones reales de sus necesidades y elementos de estrés detectados.
Si uno de lo elementos claves del marco conceptual enfermero es el favorecer entornos que apoyen, para desarrollar unos cuidados continuados, debería tenerse en cuenta, la importancia de “ hablar abiertamente en distintos foros y con las personas que tendran contacto con estos pacientes para promover la comprensión, reducir y eliminar el estigma de los problemas de salud mental que afecta no sólo los pacientes sino asimismo a sus familias y a los profesionales en este ámbito, tal como plantea el CIE (CIE 1995))
El establecer programas´de prevención que incluyan la educacion para la salud, a traves de la difusión de información correcta sobre los trastornos mentales, tanto en los ámbitos asistenciales, como en el ámbito educativo y asociativo de los propios profesionales, es una responsabilidad mas dentro de las comptencias profesionales.
Los pacientes mentales como `personas como las demas que a lo largo de su vida va a pasar por multiples vivencias de salud y enfermedad, a veces tienen poca capacidad de solventar sus problemas si no se les ayuda. Sensibilizar, informar, asesorar y compartir con las enfermeras de la asistencia primaria, es un elemento que puede favorecer una mayor comprensión de la enfermedad mental, una actitud de aceptacion y respeto y por tanto el desarrollo de unos cuidados holísticos que contemplen las necesidades globales de las personas que acuden a la asistencia y el ayudar a detectar también reacciones emocionales, como ansiedad y/o depresión, que a veces puede resultarles dificll de valorar dificultando la prevención y promoción de la salud mental y la continuidad efectiva de los cuidados.
“Las enfermeras desempeñan una función vital en la promoción de la salud mental, la prevención de la enfermedad mental y el mejoramiento del acceso a los cuidados y servicios (. . . ). Para combatir el estigma y el miedo de la “locura” y fomentar una cultura de cuidados para las personas que padecen enfermedades mentales, pueden desarrollarse entre otras las siguientes actividades: La formación del público en lo referente a los factores de riesgo, (. . . ) mejorando el acceso a los servicios de atención de salud mental, (. . . ) el hablar abiertamente en la comunidad de las enfermedades mentales, (. . . ) el ducar a las personas en lo referente a los factores de riesgo y el modo de reducirlos (CIE 1995)
Marco conceptual enfermero
Por último me parece importante responder a la pregunta que me formulaba al principio ¿que podemos ofrecer las enfermeras a los cuidados de salud mental en la comunidad?
Creo en primer lugar, que es imprescindible identificar e integrar en los procesos asistenciales, en el desarrollo de unos cuidados competentes, el marco conceptual del que se parte, ya que este cumple funciones ideológicas importantes, al configurar el sujeto de conocimiento y el diseño de las intervenciones a llevar a cabo. Y facilitar la interacción dentro del equipo interdisciplinar.
La integración de un marco conceptual propio puede ayudar a que “la estructura y funcionamiento del sistema sanitario, la cultura profesional que genera y los sistemas de reglas ocultas que realmente gobiernan la practica orienten a las enfermeras hacia las personas que cuidan y no hacia los intereses de los grupos que detentan el poder dentro de la industria sanitaria” tal como dice Melais.
Desde la aportación profesional propia, el cuidar es la función especifica, que identifica la función única, orientada a la promoción y mantenimiento de la salud. El cuidado como esencia profesional y el concepto de persona y salud y entorno son los elementos que deben orientar nuestra contribución.
El campo de la enfermería es el cuidado que “refuerza y permite a la persona dominar los acontecimientos ligados a su experiencia de su salud y mejorar el bienestar” (Por lo que el enfoque ) Kerouac, S 1996)de los cuidados están llamados a promover enfoques centrados en la salud mas que en la enfermedad, a través de las diversas situaciones por las que atraviesa la persona a lo largo de su vida, reforzando sus capacidades potenciales, lo que comporta la imposibilidad de separar los aspectos de promoción de la salud mental en el cuidado de las personas con trastornos mentales crónicos.
Es por esto, que la promoción de la salud, es un elemento básico en todos los proceso de salud y de enfermedad . Se apoya en una visión humanista y holística del ser humano y marca la diferencia del quehacer enfermero respecto al medico, al centrarse en la persona y no en la enfermedad y por tanto obliga a dirigir las intervenciones hacia aspectos saludables de la persona, sea cual sea la situación de salud en la que se hallen inmersas, ya que el concepto de salud es entendido como aquellas situaciones vividas en relación al crecimiento, al desarrollo y a las situaciones problemáticas, incluyendo la enfermedad.
Esto nos lleva a tener en cuenta otros concepto íntimamente ligado a la disciplina enfermera el concepto de persona, concepto que incluye aquellos elementos con los que interrelaciona, y que por tanto engloban al propio individuo, la familia, el grupo y la comunidad” ( Parse 1996)
Partir de esta concepción, implica que los cuidados continuados a los pacientes mentales crónicos que viven en la comunidad, no atañen tan solo al individuo aislado, sino que incluyen el entorno en el que se mueve y por tanto las intervenciones deberán basarse en los proceso interactivos implícitos en el cuidado, encaminados al fomento de la salud mental y al apoyo en la curación, contemplando como sujetos activos tanto a los pacientes, como a sus familias y los entornos en los que se mueven lo que supone hacer hincapié en los distintos recursos comunitarios implicados en la atención.
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