La esquizofrenia negativa se define clínicamente como “síntomas negativos los que no se deben a síntomas psicóticos positivos, síntomas depresivos, síntomas por la deprivación ambiental o por los efectos secundarios farmacológicos, especialmente el parkinsonismo y la acinesia”. Por tanto, la inclusión de los pacientes en este grupo se basa en la presencia de síntomas negativos idiopáticos y de rasgo. Observamos en estos pacientes mayor anhedonia social y física, menor presencia de episodios depresivos, menor ideación suicida, y delirios menos severos. Ya en 1988, Carpenter y cols. propusieron la dicotomía “esquizofrenia deficitaria” vs “esquizofrenia no deficitaria”.
Los estudios longitudinales posteriores demostraron que dicha caracterización es altamente estable por si misma y que ambos grupos presentan diferencias estables en los síntomas. Respecto al curso de la enfermedad presentan peor rendimiento funcional a nivel psicosocial. Los hallazgos en neuroimagen estructural son mayor volumen de sustancia blanca prefrontal derecha a expensas de un menor volumen en los no deficitarios; y atrofia temporal izquierda que se correlaciona con la gravedad de los síntomas negativos. En estudios funcionales destaca una disminución del metabolismo en el córtex frontal, parietal y talámico. El manejo farmacológico es complejo. Han demostrado eficacia clozapina, risperidona, olanzapina y ritanserina. No obstante se recomienda un tratamiento integral que aúne abordajes farmacológicos, psicológicos, familiares y sociales para mejorar el aislamiento social, la calidad de las relaciones interpersonales y el control de los acontecimientos estresantes.
Departamento de Salud Hospital Arnau de Vilanova-Llíria. Servicio de Psiquiatría.