Quizá una de las preguntas más importantes que nos debemos hacer es ¿por qué en iguales circunstancias unos sujetos enferman y otros no? Como nos señala Miguel Oscar Menassa en las Palabras de apertura del VII Congreso Internacional grupo Cero ? Patologías de Fin de Siglo-: Para enfermar es necesaria una capacidad. No cualquiera puede enfermar de cualquier enfermedad.
Si relacionamos la pregunta que titula este texto con una de las definiciones de alergía, que dice: sensibilidad extremada y contraria respecto a ciertos temas, personas o cosas. Y partiendo de la premisa: Cada uno de los seres humanos somos para los otros seres humanos como cuerpos extraños. Al encontrarnos no podemos otra cosa que producir reacciones sensibles y, siempre, descontroladas, algo así como las viejas reacciones antígeno anticuerpo o semejante. La propuesta para esta mesa redonda es ahondar en las particularidades del sujeto psíquico y su relación con todo aquello externo a él, pero también con todo lo interno.
RESUMEN:
Quizá una de las preguntas más importantes que nos debemos hacer es ¿por qué en iguales
circunstancias unos sujetos enferman y otros no? Como nos señala Miguel Oscar Menassa en las
Palabras de apertura del VII Congreso Internacional grupo Cero Patologías de Fin de Siglo-: Para
enfermar es necesaria una capacidad. No cualquiera puede enfermar de cualquier enfermedad. Si
relacionamos la pregunta que titula este texto con una de las definiciones de alergía, que dice:
sensibilidad extremada y contraria respecto a ciertos temas, personas o cosas. Y partiendo de la
premisa: Cada uno de los seres humanos somos para los otros seres humanos como cuerpos
extraños. Al encontrarnos no podemos otra cosa que producir reacciones sensibles y, siempre,
descontroladas, algo así como las viejas reacciones antígeno anticuerpo o semejante. La propuesta
para esta mesa redonda es ahondar en las particularidades del sujeto psíquico y su relación con todo
aquello externo a él, pero también con todo lo interno.
La inmunología es una disciplina científica que tiene por objeto comprender el funcionamiento
de los mecanismos de defensa del organismo contra agentes extraños a él, dañinos. Muchos
elementos caen dentro de la categoría de extraños para el organismo o, más exactamente, para el
sistema inmune, el cual se encarga de reconocerlos como tales y de tratar de eliminarlos. Se deduce
de lo anterior que los componentes del organismo van a ser considerados por el sistema inmune
como propios y, por tanto, no van a ser atacados en circunstancias normales. Podría decirse,
entonces, que el principio general del funcionamiento del sistema inmune es distinguir entre lo
propio y lo extraño, y atacar a este último con la finalidad de intentar eliminarlo del organismo.
Las funciones del sistema inmune se pueden resumir en un sólo principio básico: Distinguir
entre lo "propio" y lo "no propio", para así intentar eliminar lo "no propio".
Las sustancias extrañas al organismo se denominan antígenos (o inmunógeno).
TAREAS DEL SISTEMA INMUNE:
-
Defensa: Función de reconocimiento y eliminación de los agentes infecciosos o sus
productos. Se incluye aquí también la respuesta contra otros tipos de materiales exógenos al
organismo, no necesariamente infecciosos.
- Homeostasia: Mantenimiento del equilibrio interno. reconocimiento y eliminación de células
y moléculas propias que han envejecido, o que se han deteriorado por diversas causas.
- Vigilancia: Función del sistema inmune que se encarga de reconocer y atacar aquellas
células que han sufrido mutaciones. Las células, al dividirse, deben replicarse fielmente, pero no
siempre es así, a veces se producen mutaciones. Muchas de estas mutaciones no tienen
consecuencias, pero algunas pueden dar origen a una proliferación descontrolada de células,
llegando a constituir un cáncer (neoplasia). La idea central de la vigilancia inmunológica postula que
el sistema inmune es capaz de detectar y eliminar a las células que expresan mutaciones,
protegiéndonos así de la aparición de diversos tipos de cáncer.
La guerra entre los agentes infecciosos y mecanismos de defensa puede ser considerada
como una "carrera armamentística" sin fin, a lo largo de la evolución de las especies.
Las barreras del organismo son una parte importante de la estrategia general para la
defensa, ya que reducen la entrada de sustancias y microorganismos del medio externo. Cuando las
barreras son superadas por un agente que es reconocido como extraño por el sistema inmune, éste
activa sus distintos mecanismos de defensa (inespecíficos y específicos), para tratar de eliminarlo.
El sistema inmune también está relacionado, directa o indirectamente, con una serie de
enfermedades con diverso origen. Uno de estos casos es la hipersensibilidad, las alergias, en ellas se
produce una respuesta inmune contra antígenos exógenos, de magnitud desproporcionada en
relación con el estímulo inductor, que puede incluso desviarse a reacciones y, en ocasiones, lesionar
el propio organismo de forma aguda o crónica.
Estas condiciones afectan a una alta proporción de la población, y pueden variar desde
reacciones leves hasta fatales.
Según los resultados del segundo y tercer trimestre de la Encuesta Europea de Salud en
España, las alergias se encuentran entre las tres enfermedades crónicas más diagnosticadas entre la
población de 16 o más años, las alergias son padecidas por 5, 5 millones (16, 3%) y se sitúan en
tercer lugar, después del dolor lumbar o cervical y la tensión alta. Estos datos afectan más a
mujeres que a hombres.
Las enfermedades alérgicas constituyen un grupo importante de patologías en la práctica
médica, por la frecuencia con que se presentan en la población general (Ej. : Rinitis alérgica), por la
posibilidad de que ocasionen procesos crónicos (Ej. : asma bronquial, o Dermatitis Atópica), porque
a veces llegan hasta estadios de irreversibilidad (Asma Bronquial crónico) y también porque en un
número limitado de casos pueden ocasionar mortalidad (Ej. : Shock Anafiláctico o ciertas formas de
reacciones a medicamentos).
La Inmunoglobulina E (IgE), descubierta en 1966, es la molécula que lleva a la manifestación
clínica de la enfermedad atópica o alérgica. El aumento de IgE está frecuentemente asociado a la
enfermedad atópica, la atopia es condición a la que se asocian distintas manifestaciones clínicas
como el asma, la dermatitis, etc. El aumento de la IgE, también puede estar relacionado a
enfermedades no atópicas.
Existe una importante asociación entre altos niveles de inmunoglobulina E y mayor severidad
asmática. La inmunoglobulina E (IgE) es un anticuerpo implicado en la inflamación de las vías
aéreas y en las reacciones alérgicas. Altos niveles de IgE se asocian al asma, tanto en adultos como
en niños.
El asma es una enfermedad de las vías respiratorias que se caracteriza por un aumento de la
respuesta del árbol traqueobronquial a múltiples estímulos, produciéndose un estrechamiento
generalizado de las vías respiratorias, que clínicamente cursa con paroxismos de disnea, tos y
sibilancias. Después de cada crisis hay una recuperación ad integrum. Es más característica en la
infancia y tiene el doble de incidencia en varones que en hembras. Muchos de los casos se curan con
el crecimiento.
Los seres humanos, desde que nacemos, estamos expuestos a millones de agentes externos
que conviven con nosotros. Hay millones de microorganismos, pero también, las relaciones entre
seres humanos, con los otros semejantes, producen desde la infancia perturbaciones muy
diferentes.
El niño, al nacer, lo hace prematuramente. Esto quiere decir que, si no fuera asistido, cuidado
y alimentado por otro humano, moriría. La persona que ocupa este lugar frente al bebé va a ser
denominada como función madre, que en ocasiones coincide con la madre de ese bebé, pero otras
veces no. Lo importante es que, desde el comienzo, necesita del otro para sobrevivir, otro que va a
cubrir sus necesidades y al cual va a atribuir un poder máximo, una completud frente a nuestra
incapacidad. El nombre que recibe esta madre todopoderosa en psicoanálisis es "madre fálica".
Pero la vida no termina ahí para el infantil sujeto, este crecerá y, en ese crecimiento, se dará
cuenta de que la madre, además de desearlo a él, desea a otras personas. Este sencillo proceso en
el que la madre le muestra al niño que, además de ellos dos, hay otros, acompañado de la
decepción que sufre el niño frente a la madre, se llama castración materna. Y no es que le tengamos
que castrar nada a la madre o al niño, es un hecho que se produce a nivel del lenguaje. El padre,
generalmente, o cualquier persona que le muestre la ley al niño, ocupará la función padre. Le dirá:
"con tu madre no". La decepción sufrida por el niño, momento crucial y fundante en el desarrollo de
todo ser humano, está en relación con el complejo de Edipo/ complejo de castración. Esta situación
edípica queda inaugurada en este acto a través del complejo de castración pero se realiza a nivel del
lenguaje y se repetirá simbólicamente, en el lenguaje, siempre que el sujeto tome una decisión, se
enfrente a un cambio en la vida, se enamore, se enferme, etc.
El reconocimiento del otro humano, como otro, y la aceptación o rechazo del mismo, son
cuestiones que tienen que ver con este proceso. El sujeto, en aquella situación idílica donde el
mundo eran mamá y él, se sitúa frente al goce, pero en el crecimiento, durante el desarrollo, ha de
aprender a desear, a implicarse en los acontecimientos que se le presenten en la vida.
La angustia, conocida también con el nombre de ansiedad, es el afecto más importante. La
persona que padece angustia está claramente afectada, contaminada de afecto; además, la angustia
se puede manifestar ante cualquier situación, ya que no tiene objeto, forma parte del sujeto. Por
otro lado, debemos distinguir la angustia vital como algo necesario, aunque no estamos hablando de
ella que es, repito, necesaria. La angustia, de la que estamos hablando es la que se padece, la que
se sufre, la que se manifiesta con: disnea, es decir, falta de aire, palpitaciones, dolor o malestar
centrotorácico (en el pecho), mareo, vértigo o sensación de inestabilidad, sentimiento de irrealidad,
parestesias (cosquilleo en manos y pies), sensación de calor y frío, sudoración, debilidad, temblor o
estremecimientos, miedo a morir o a volverse loco.
Toda angustia es angustia de castración, aquello que media entre el goce incestuoso y el
deseo. Y, cuando hablamos de castración, hablamos de castración de la madre fálica, una atribución
que el niño hace ante su incapacidad, aquella que interpreta todos sus deseos y satisface sus
necesidades. La castración es, por tanto, la castración del Otro, del lenguaje.
La angustia de castración sería la señal del peligro de caer en brazos de la madre fálica, una
angustia estructural. Es señal, y de ella hacemos depender la acción que nos aleja del peligro y nos
sitúa del lado del deseo, o la angustia que, situándonos del lado del goce, en brazos de la madre
fálica, nos paraliza, ahí toda acción queda detenida, porque no podemos. Dos estados diferentes: la
angustia nos tiene, que es posibilidad de seguir haciendo, o tenemos angustia, que nos inmoviliza.
Acción es lenguaje porque la posibilidad de acción para el hombre es la palabra.
Todo este recorrido es para llegar a una cuestión muy importante con respeto a las
enfermedades psicosomáticas: en la base de estas enfermedades encontramos antecedentes de una
neurosis actual (neurosis de angustia, neurastenia e hipocondría) y su característica principal es no
poseer mecanismo psíquico. Además, los sujetos afectados por fenómenos psicosomáticos son
sujetos cuya problemática se encuentra a nivel de la economía del goce. Goce que, como hemos
dicho, es goce con la madre fálica.
La alergia se produce por un fallo del sistema inmunológico, que activa la producción de
anticuerpos, concretamente de la inmunoglobulina E, ante la presencia de un elemento, alergeno,
que no es dañino para el organismo. Se defiende de algo que no le ataca, pero que para él es un
enemigo.
Alguna de las preguntas más importantes que se puede plantear en este punto es ¿Por qué,
en iguales circunstancias, algunos sujetos tienen alergia y otros no? Alergia ¿a qué?
Atribuir iguales circunstancias a dos personas, por mucho que se hayan criado juntas, es algo
imposible. Cada ser humano se constituye individualmente y su relación con la entrada al lenguaje,
con el otro humano, con el mundo, a través del complejo de castración, es distinta. La aceptación
de la ley (ley de castración) y, por tanto, su cumplimiento, procura posiciones diferentes frente al
goce, frente al deseo.
Para enfermar es necesaria una capacidad, no todo el mundo enferma de la misma manera, y
no todo el mundo enferma de las mismas enfermedades. Incluso enfermos que padecen la misma
enfermedad, evolucionan de manera diferente. No cualquiera puede enfermar de cualquier
enfermedad.
El narcisismo es uno de los condicionamientos que intervienen en las acciones y actitudes del
ser humano. Una conducta narcisista puede condicionar la manera de enfermar, la enfermedad y su
tratamiento, no debemos olvidar que en psicoanálisis todo se lee desde el efecto, no desde las
causas, no es que una conducta narcisista produzca determinada enfermedad, es que desde la
enfermedad podemos leer, en la manera de haber sido concebida, en su desarrollo y en su
tratamiento, una conducta narcisista en el sujeto enfermo. En el narcisismo, la libido sustraída al
mundo exterior ha sido aportada al yo, por tanto, hay una oposición entre la libido del yo y la libido
objetal.
Para desarrollar esta cuestión, diremos que la libido objetal tiene su máximo desarrollo en el
amor, se produce una disolución de la propia personalidad a favor de la carga de objeto, la antítesis
sería la fantasía paranoica del "fin del mundo", tan explotada cinematográficamente.
Las energías psíquicas se distinguen por medio de las cargas de objeto en energía sexual,
libido sexual, de la libido del yo. Esta cuestión es importante frente al tema que estamos tratando,
ya que, al diferenciar narcisismo de autoerotismo, podemos observar la hipótesis de que en el
individuo no existe, desde un principio, una unidad comparable al yo, ha de ser desarrollado. En
cambio, los instintos autoeróticos, sí. Para la constitución del narcisismo ha de venir a agregarse al
autoerotismo un nuevo acto psíquico, es decir, que el narcisismo es más elaborado que el
autoerotismo.
Las neurosis actuales son regidas, como la psicosomática, por el sistema nervioso autónomo,
sistema que regula las funciones de los órganos internos. Y esto no es casual, ya que el Goce en el
psicosomático siempre es autoerótico, consigo mismo. En el psicosomático hay una fusión de fuente
y objeto en el propio cuerpo del sujeto.
En la neurosis actual se presenta además una incapacidad de elaborar los estímulos
somáticos por vía psíquica, para ellos pensar es doloroso, resuelven somáticamente.
El alérgico dice frases como: "Es que los cambios me matan", y en cierto modo es así, lo
nuevo, lo ajeno, lo diferente, resulta una agresión para el alérgico.
Las crisis alérgicas son la señal de su manera de relacionarse con el mundo, por ejemplo, las
alergias estacionales se producen con el cambio de estación, con el cambio, con lo diferente. De
alguna manera el mundo exterior es él, no hay mundo exterior cuando aparece el síntoma. Si
observamos al alérgico crónico, cuando aparece la alergia todo en su vida gira en torno a ella, dónde
va, lo que come, los medicamentos que toma, etc.
El síntoma protege al alérgico ante la angustia de castración, ante la diferencia. Para no
sentir angustia aparece el síntoma como goce autoerótico con la madre fálica, donde la diferencia no
existe, ya que él y ella son uno, como sucede en la alergia, él y ella son uno.
Cualquier diferencia, hasta las pequeñas diferencias, hasta las diferencias con un ácaro, con
el pelo de un animal, o incluso, con el polen, es sentida por el alérgico como una agresión, ante la
cual se defiende hostilmente. Freud señala que de "el narcisismo de las pequeñas diferencias",
observado en los humanos desde los primitivos, se puede derivar la hostilidad que en todas las
relaciones humanas vemos sobreponerse a los sentimientos de confraternidad, derrocando el
precepto general de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Dice Freud que las
comunidades vecinas, y aun emparentadas, son precisamente las que más se combaten y desdeñan
entre sí. Es destacable que el 50 % de las alergias, desaparezcan con el crecimiento, cuando el
sujeto se relaciona con otros sujetos diferentes a los familiares, la civilización aleja al sujeto del
narcisismo y lo introduce en el mundo, donde aprenderá a renunciar al goce con la madre fálica y
entrará en el mundo del deseo. Pero, aunque la vida continua, no podemos terminar con los afectos,
no podemos acabar con el inconsciente.
Para terminar este escrito, tomaré la frase que inspiró este trabajo, frase que Miguel Oscar
Menassa pronunció en las palabras de apertura del VII Congreso Internacional grupo Cero
Patologías de fin de siglo Clínica psicoanalítica realizado en Buenos Aires en 1998: "Digamos que
hoy día nadie soporta a nadie como semejante. Cada uno de los seres humanos somos para los
otros seres humanos como cuerpos extraños. Al encontrarnos no podemos otra cosa que reproducir
reacciones sensibles y, siempre, descontroladas, algo así como las viejas reacciones antígeno
anticuerpo o semejante.
El cáncer, el SIDA, las enfermedades del colágeno, el infarto de miocardio (la mayoría de las
veces) lo demuestran.
La enfermedad, la más grave patología de fin de siglo sería entonces, que no aguantamos a
nadie. "
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Trastorno por estrés postraumático, alergia y dolor crónico: ¿Patologías comórbidas o intercambiables?
Daniel Mosca
Fecha Publicación: 01/01/2003
Factores psicológicos y rasgos de personalidad de enfermos alérgicos referidos para interconsulta.
R. Retamales Rojas
Fecha Publicación: 01/02/1998