APOYO SOCIAL EN PACIENTES CON INSUFICIENCIA RENAL
JULIETA CONCEPCIÓN GARAY LÓPEZ, ALEJANDRA MOYSÉN CHIMAL, PATRICIA BALCÁZAR NAVA, GLORIA MARGARITA GURROLA PEÑA, ELIZABETH ESTRADA LAREDO Y MARTHA CECILIA VILLAVECES LÓPEZ UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO
Estudios realizados en pacientes con enfermedades crónicas han permitido establecer una relación entre apoyo social y sobrevida. Se ha encontrado que un bajo nivel de apoyo social se asocia a un aumento de la morbilidad y mortalidad en estos pacientes. Específicamente en pacientes sometidos a hemodiálisis, se ha visto que un bajo nivel de apoyo social se relaciona con mala aceptación de la prescripción de diálisis y con un aumento en la percepción negativa de los efectos de la enfermedad renal (Kimmel, Peterson, Weihs, Simmens, Alleyne y Cruz, 1998). Se realizó un estudio cuantitativo para explorar el apoyo psicológico en personas que padecían Insuficiencia Renal Crónica de la Ciudad de Toluca. Se trabajó con una muestra no probabilística conformada por 82 pacientes con una edad que oscilaba entre los 17 y los 70 años con diferente estado civil, ocupación y escolaridad. Para medir apoyo social se utilizó el cuestionario de desenlaces médicos de apoyo social (MOS); de Sherbourne y Stewart, 1991. Diseñado como un cuestionario breve y auto administrado. Se obtuvieron las medias y desviaciones de cada una de las subescalas para poder describir cual es la subescala más utilizada por estos pacientes, observando que la subescala más utilizada es la de apoyo emocional informacional y la subescala menos utilizada fue la de apoyo afectivo. Palabras clave: apoyo social, Insuficiencia renal crónica y apoyo emocional informacional, MOS.
Universidad Autónoma del Estado de México
APOYO SOCIAL EN PACIENTES CON INSUFICIENCIA CRÓNICA
Julieta Concepción Garay López, Alejandra Moysén Chimal, Patricia Balcazar Nava, Gloria
Margarita Gurrola Peña, Elizabeth Estrada Laredo, Martha Cecilia Villaveces López
Facultad de Ciencias de la Conducta
julieta_garay@yahoo. com
Apoyo. apoyo social. Insuficiencia renal crónica. Enfermo renal.
RESUMEN
Estudios realizados en pacientes con enfermedades crónicas han permitido establecer una
relación entre apoyo social y sobrevida. Se ha encontrado que un bajo nivel de apoyo social se
asocia a un aumento de la morbilidad y mortalidad en estos pacientes. Específicamente
en pacientes sometidos a hemodiálisis, se ha visto que un bajo nivel de apoyo social se
relaciona con mala aceptación de la prescripción de diálisis y con un aumento en la percepción
negativa de los efectos de la enfermedad renal (Kimmel, Peterson, Weihs, Simmens, Alleyne y
Cruz, 1998). Se realizó un estudio cuantitativo para explorar el apoyo psicológico en personas
que padecíanInsuficiencia Renal Crónica de la Ciudad de Toluca. Se trabajó con una muestra no
probabilística conformada por 82 pacientes con una edad que oscilaba entre los 17 y los 70
años con diferente estado civil, ocupación y escolaridad. Para medir apoyo social se utilizó el
cuestionario de desenlaces médicos de apoyo social (MOS); de Sherbourne y Stewart, 1991.
Diseñado como un cuestionario breve y auto administrado. Se obtuvieron las medias y
desviaciones de cada una de las subescalas para poder describir cual es la subescala más
utilizada por estos pacientes, observando que la subescala más utilizada es la
de apoyo emocional informacional y la subescala menos utilizada fue la de apoyo afectivo.
Palabras
clave: apoyo social, Insuficiencia renal crónica y apoyo emocional
informacional,
MOS.
Entre las Enfermedades crónicas no trasmisibles se encuentra la Insuficiencia Renal Crónica
(IRC), la cual es el daño en la función renal, que evoluciona habitualmente de manera lenta y
progresiva, hasta llegar al estado de uremia terminal, con todas sus complicaciones (Trincado,
Pérez, Pérez, Escalona, Sardinas y García, 1998).
La función que tienen los riñones en el cuerpo es la de eliminar residuos y exceso de fluidos por
medio de la orina. Estos órganos son poderosos productores de sustancias químicas que realizan
la eliminación de residuos y medicamentos, equilibran los fluidos del cuerpo, producen hormonas
para regular la presión sanguínea y una forma activa de vitamina D, la cual promueve que se
tengan huesos fuertes y saludables, y controlan asimismo la producción de glóbulos rojos
(National Kidney Foundation, 2009).
La insuficiencia renal es una enfermedad irreversible de ambos riñones en la que el organismo
pierde la capacidad de filtrar las sustancias tóxicas de la sangre, por lo que la persona requiere
tratamiento de sustitución de la función renal para conservar la vida, ya sea diálisis peritoneal,
hemodiálisis o trasplante. Hay diversas causas que provocan la insuficiencia renal, entre las
cuales destacan la diabetes, la hipertensión o ciertas condiciones hereditarias o congénitas, entre
otras (Fundación Mexicana del Riñón, 2005; National Kidney Foundation, 2009).
De acuerdo con Novak (2008), aproximadamente más de un millón y medio de personas con
enfermedad renal alrededor del mundo son tratadas con diálisis; de esa proporción, 350 mil se
hallan solamente en Estados Unidos.
Las cifras de morbilidad y mortalidad en México, de pacientes con (IRC) en algunos de los
tratamientos sustitutos, son alarmantes, ya que es una de las principales causas de atención en
hospitalización y urgencias; se considera una de las enfermedades más catastróficas en la
actualidad por el número creciente de casos, en nuestro país. Se estima una incidencia de 377
personas afectadas por cada millón de habitantes y la prevalencia de 1, 142 casos por cada millón
de habitantes (Méndez, 2010).
El tratamiento para los pacientes que padecen de insuficiencia renal es complejo, de larga
duración y afecta directamente su estilo de vida.
Los avances en la tecnología de los tratamientos sustitutivos garantizan la supervivencia de los
enfermos, pero no necesariamente se traducen en un completo bienestar físico, emocional y
social (García y Calvanese, 2008).
La incertidumbre respecto al futuro del desarrollo de la enfermedad, así como la falta de energía
y el cansancio, parecen ser factores importantes de las diferencias observadas en la calidad de
vida de personas en diálisis y en la población general (Petrie, 2007).
El creciente interés que despierta el apoyo social en la actualidad puede explicarse atendiendo
tres razones: a) el apoyo social puede ejercer una influencia beneficiosa en la etiología de las
enfermedades y en los problemas psicosociales; b) el apoyo social puede resultar muy eficaz en
programas de prevención, tratamiento y rehabilitación; c) el aislamiento y la desintegración
social son factores críticos para entender el origen de muchos problemas psicosociales actuales
(drogadicción, delincuencia, marginación, problemática familiar, etc. ). Así pues, tener una
contribución social importante y mantener unas buenas relaciones interpersonales disminuye las
posibles consecuencias negativas derivadas de la experiencia del estrés, ya que las condiciones
ambientales pueden incrementar la vulnerabilidad del individuo a la enfermedad (Palmero y
Martínez Sánchez, 2008).
El apoyo social en las últimas décadas ha sido un tema estudiado por diferentes áreas de las
ciencias humanas en especial de psicología, hace referencia a esa ayuda y apoyo que brinda una
red social. Todos los seres humanos conforman redes sociales las cuales hacen parte de la
socialización de todos, pero no se conforman solo con el fin de socializar, sino por el contrario
como un apoyo que en circunstancias de la vida pueda contribuir a la adaptabilidad ante los
cambios, y además a lograr un buen afrontamiento a las circunstancias que se presentan en la
vida (Vargas, Ibáñez, Jiménez, 2003).
Hay una diferencia entre las relaciones sociales de apoyo y las funciones que estas proveen; en
esencia, se puede tener una red amplia pero no interactuar o tener relaciones cercanas y
profundas. La perspectiva funcional de apoyo social señala que hay tipos específicos de apoyo
que son benéficos en determinadas situaciones; también se ha señalado la diferencia entre las
fuentes del apoyo social (de quién viene; por ejemplo, de parientes, amigos, cónyuge, vecinos,
entre otros) y el apoyo recibido, otorgado y percibido. El intercambio de conductas de apoyo no
es suficiente por sí mismo para mejorar el bienestar de los que las reciben, ya que es necesario
que las personas se perciban apoyadas; el apoyo recibido es difícil de ser medido, por lo que es
importante conocer la percepción de dicho apoyo (Barrón, 1996).
Es por lo anterior que existen diferentes formas para evaluarlo de acuerdo a su conceptuación y
perspectiva. Cohen y Syme (1985) señalan que el aspecto más esencial del apoyo social es la
disponibilidad percibida de apoyo funcional. El apoyo funcional denota el grado en el cual las
relaciones interpersonales sirven a una particular función.
Las funciones más frecuentemente citadas son el apoyo emocional, el cual refiere a cuidados,
amor y empatía; el apoyo instrumental, referido también como tangible; el apoyo informativo,
que es una orientación o retroalimentación que puede proveer una solución a un problema; el
apoyo valorativo, el cual involucra información relevante para una autoevaluación, y la
interacción social, la cual implica el tiempo utilizado con otros en actividades de tiempo libre y
recreativas (House, 1981; cfr. Sherbourne y Stewart, 1991). Esta última perspectiva es la que
se considera en el presente trabajo.
A todo lo anterior, hay que añadir el factor económico como motivo de preocupación, pues, en
este medio, los costos de la enfermedad superan la capacidad de las pacientes y sus familias
(Rodríguez, Pastor, López Roig, 1993).
En la medida en que la red social de una persona le proporciona asistencia técnica y tangible,
apoyo emocional, sentimientos de estar cuidado, autoestima, etcétera, dicha red social le
proporciona soporte social (Uchino, 2003).
Se ha referido el soporte social debe ser permanente, los programas de seguimiento requieren
continuidad e implican identificar las necesidades de cuidado de acuerdo a la trayectoria de la
enfermedad. Ante esta situación se hace evidente la pertinencia de identificar cuál es el soporte
social percibido por las personas con enfermedad renal crónica sometidas a un trasplante renal
en diferentes etapas después del trasplante y qué grado de asociación tiene con su calidad de
vida (Ojeda Pérez, 2001).
El apoyo social ofrecido al paciente renal crónico y cómo se percibe es de suma importancia para
el desarrollo de nuevas estrategias para ayudar en la preservación de la calidad de vida, aliviar
el sufrimiento ante la enfermedad que tanto debilita y convierte en dependiente (Cunha Franco,
L. , Teles Zatta, L. , Vasconcelos, P. , Alves Barbosa, M. , Santana dos Santos, JR. Y De Oliveira
Rosa, LF. , 2011).
Estudios realizados en pacientes con enfermedades crónicas han permitido establecer una
relación entre apoyo social y sobrevida. Se ha encontrado que un bajo nivel de apoyo social se
asocia a un aumento de la morbilidad y mortalidad en estos pacientes. Específicamente en
pacientes sometidos a hemodiálisis, se ha visto que un bajo nivel de apoyo social se relaciona
con mala aceptación de la prescripción de diálisis y con un aumento en la percepción negativa
de los efectos de la enfermedad renal (Kimmel, Peterson, Weihs, Simmens, Alleyne y Cruz,
1998).
Entre los trastornos que pueden observarse en estos pacientes se encuentran los de tipo
psicológico, ya que esta enfermedad los enfrenta con la necesidad de múltiples cambios en su
estilo de vida; además tiene una evolución incierta, por lo que muchos pacientes ante el
diagnóstico asumen una posición pesimista y fatalista hacia el futuro, se deprimen y no logran
adaptarse a las nuevas exigencias; otros reflejan agresividad, ansiedad, comportamientos
reactivos ante la enfermedad, intolerancia, egocentrismo, reacciones patológicas de temor,
hipocondría, dificultades en las relaciones interpersonales y conflictos familiares, por lo que
requieren de apoyo social (Amigó, Fernández y Pérez, 1998).
El apoyo social se refiere a los aspectos psicosociales y a la ayuda tangible que provee la red
social y que recibe la persona (Peterson, Weinert, 1987). A nivel conceptual están adquiriendo
vigencia en el último tiempo aquellas propuestas que postulan que la verdadera naturaleza del
apoyo social hay que buscarla en los procesos perceptivos de los sujetos implicados, lo que se
ha llamado apoyo social percibido (Martínez y García, 1995).
Estudios realizados en pacientes en hemodiálisis crónica muestran que un alto grado de apoyo
social percibido implica esperanza, percepción de competencia física y psíquica, capacidad de
encontrarle el lado positivo a situaciones difíciles, capacidad de relacionarse con otros y de
expresar sus frustraciones (Delagarza, 2001).
El apoyo social se refiere a los aspectos psicosocialesy a la ayuda tangible que provee la red
social y que recibe la persona (Peterson, Weinert, 1987).
MÉTODO
Participantes
Se realizó un estudio cuantitativo para explorar el apoyo psicológico en personas que padecían
Insuficiencia Renal Crónica de la Ciudad de Toluca. Se trabajó con una muestra no probabilística
conformada por 82 pacientes con una edad que oscilaba entre los 17 y los 70 años con diferente
estado civil, ocupación y escolaridad.
Instrumento
Para medir apoyo social se utilizó el cuestionario de desenlaces médicos de apoyo social (MOS);
de Sherbourne y Stewart, 1991), diseñado como un cuestionario breve y auto administrado en
personas con enfermedades crónicas en los Estados Unidos, ha mostrado una adecuada
variabilidad en los ítems, con alfa de cronbach de 0. 91. El instrumento evalúa los siguientes
componentes: a) red de apoyo social: esta variable evalúa el número de personas que conforma
la red de apoyo social (amigos y familiares); b) apoyo social emocional/informacional: definida
como el soporte emocional, orientación y consejos; c) Apoyo instrumental: caracterizado por la
conducta o material de apoyo; d) interacción social positiva: caracterizado por la disponibilidad
de individuos con los cuales hacer cosas divertidas; y e) apoyo afectivo: caracterizado por las
expresiones de amor y afecto.
Se trabajó con estadística Descriptiva, que permite la obtención de frecuencias, porcentajes,
medias y desviación estándar que dio una idea clara de lo que está sucediendo con la
problemática estudiada.
Lo primero que se hizo fue describir las variables sociodemográficas de los pacientes con cáncer
que participaron en la investigación, referente al sexo el 54% fueron mujeres y el 46% hombres.
En cuanto al estado civil se encontró que la mayoría de los participantes son casados o se
encontraban viviendo con su pareja, lo que representa el 46% de la muestra, mientras que en
relación a la escolaridad se observó que la frecuencia más alta la tiene los pacientes con
educación básica. Con respecto a la ocupación de los participantes se pudo observar que la
mayoría de ellos son personas que tiene un trabajo remunerado con un porcentaje del 63%.
Se obtuvieron las medias y desviaciones de cada una de las subescalas para poder describir
cual es la subescala más utilizada por estos pacientes, observando que en de apoyo emocional
informacional fue donde se registró la media más alta y la subescala menos utilizada fue la de
apoyo afectivo, Y los pacientes hombres y con mayor edad también percibieron más apoyo
emocional informacional.
RESULTADOS
Lo primero que se hizo fue describir las variables sociodemográficas de los pacientes con
insuficiencia renal crónica que participaron en la investigación, referente al sexo el 53. 7% fueron
mujeres y el 44. 3% fueron hombres. En relación a la edad el mayor porcentaje (47. 6%) lo
tuvieron los pacientes de 17 a 30 años. En cuanto al estado civil se encontró que la mayoría de
los participantes son casados o se encontraban viviendo con su pareja, lo que representa el
56. 1% de la muestra, mientras que en relación a la escolaridad se observó que la frecuencia
más alta la tiene los pacientes con educación básica. Con respecto a la ocupación de los
participantes se pudo observar que la mayoría de ellos son personas que tiene un trabajo
remunerado, con un porcentaje de 76. 8%. Ver tabla1
tabla 1. Variables sociodemográficas de los pacientes con insuficiencia renal.
Variables
F
Sexo
%
Mujeres
Hombres
44
38
53. 7
44. 3
17 - 30
31 - 52
53 - 70
39
21
22
47. 6
25. 6
26. 8
Estado civil
Con pareja
Sin pareja
46
36
56. 1
43. 9
Escolaridad
Sin instrucción
Educación básica
Educación media superior
Educación profesional
6
46
27
3
7. 3
56. 1
32. 9
3. 7
Ocupación
Trabajo remunerado
Trabajo no remunerado
63
19
76. 8
23. 2
Edad
En la tabla 2 se describe que el componente más utilizado por estos pacientes fue el apoyo
emocional informacional y unas 6 personas forman su red social.
tabla 2. Descripción de apoyo social por subescala en un grupo de
pacientes con insuficiencia renal.
S
SUBESCALAS
M
RED SOCIAL
6. 40
5. 81
APOYO EMOCIONAL
INFORMACIONAL
29. 31
5. 35
APOYO
INSTRUMENTAL
16. 19
7. 71
INTERACCION
SOCIAL POSITIVA
APOYO AFECTIVO
13. 41
2. 72
10. 24
4. 75
En la tabla 3 se describe que las subescalas del instrumento que se utilizó para medir apoyo
social (MOS) en relación al género, observando que tanto hombres como mujeres tienen la media
más alta en la subescala de apoyo emocional informacional seguida del apoyo instrumental y
perciben recibir menor apoyo afectivo.
tabla 3. Descripción de apoyo social por subescala en relación al
género en una muestra de pacientes con insuficiencia renal.
SUBESCALAS
Hombres
Mujeres
M
S
M
S
RED SOCIAL
7. 60
7. 00
5. 37
3. 34
APOYO
29. 27
6. 03
29. 35
4. 77
EMOCIONAL
INFORMACIONAL
APOYO
17. 15
9. 48
15. 36
5. 75
INSTRUMENTAL
INTERACCION
13. 38
2. 81
13. 43
2. 66
SOCIAL
POSITIVA
APOYO
10. 77
6. 71
9. 79
1. 82
AFECTIVO
En la tabla 4 se describe las subescalas del instrumento que se utilizó para medir apoyo social
(MOS) en relación a la edad, observándose que los pacientes con una edad que va de los 17 a
los 30 años presentan la media más alta en las subescala de apoyo emocional informacional.
tabla 4. Descripción de apoyo social por subescala en relación a la edad en una muestra de
pacientes con insuficiencia renal.
SUBESCALAS
17 - 30
31 - 52
53 - 70
M
S
M
S
M
S
RED SOCIAL
6. 87
5. 98
4. 78
4. 22
7. 13
6. 00
APOYO
29. 56
4. 53
29. 14
4. 14
29. 04 7. 54
EMOCIONAL
INFORMACIONAL
APOYO
16. 48
8. 39
13. 73
4. 63
18. 03 8. 45
INSTRUMENTAL
INTERACCION
13. 94
2. 30
12. 96
2. 33
12. 86 3. 56
SOCIAL
POSITIVA
APOYO
9. 68
1. 63
11. 58
8. 74
9. 96 2. 64
AFECTIVO
tabla 5. Descripción de apoyo social por subescala en relación a la ocupación en una muestra de
pacientes con insuficiencia renal, observando que los pacientes con un trabajo no remunerado
tienen la media más alta en la escala de apoyo emocional informacional.
SUBESCALAS
Trabajo
Trabajo
remunerado
No remunerado
M
S
M
S
RED SOCIAL
6. 62
4. 10
5. 68
4. 79
APOYO EMOCIONAL
29. 07
4. 88
30. 11
6. 80
INFORMACIONAL
APOYO
16. 53
7. 97
15. 09
6. 83
INSTRUMENTAL
INTERACCION SOCIAL
13. 48
2. 37
13. 18
3. 70
POSITIVA
APOYO AFECTIVO
10. 33
5. 28
9. 94
2. 31
tabla 6. Descripción de apoyo social por subescala en relación a la escolaridad en una muestra
de pacientes con insuficiencia renal, observándose que los pacientes sin instrucción tuvieron las
medias más altas en todas las subescalas.
SUBESCALAS
Sin
Instrucción
Instrucción
Instrucción
Instrucción
Básica
media superior
Superior
M
S
M
S
M
S
M
S
RED SOCIAL
5. 25
4. 65
6. 33
3. 82
6. 92
4. 45
5. 16
1. 25
APOYO
32. 08
4. 38
28. 33
6. 11
30. 43
3. 64
28. 83
6. 15
EMOCIONAL
INFORMACIONAL
APOYO
18. 20
6. 91
16. 40
9. 23
15. 62
4. 79
14. 16
6. 88
INSTRUMENTAL
INTERACCION
13. 95
2. 95
13. 04
3. 01
13. 94
1. 96
13. 00
3. 84
SOCIAL
POSITIVA
APOYO
10. 33
2. 23
9. 48
2. 14
11. 62
7. 61
9. 33
2. 02
AFECTIVO
DISCUSIÓN
Los resultados del estudio descriptivo revelaron que la muestra estudiada hace mayor uso del
apoyo emocional informacional que del afectivo el cual presentó los menores puntajes, por lo
cual se puede concluir que recurren más a personas que puedan brindar apoyo de manera
informativa así como de consejo y asesoramiento, mientras que percibieron poco cariño, amor
y cuidados, hallazgo que se asemeja con lo encontrado por Landero y González(2006) quienes
observaron las medias más altas también la subescala del apoyo emocional informacional en
mujeres de familias monoparentales y biparentales.
Con base en lo anterior se puede notar que el uso de dicho apoyo se presenta con altos puntajes
en los participantes sin importar sexo y rangos de edades, lo cual confirma la importancia de la
información requerida a cerca de la enfermedad por parte de quien la padece, ya que esto ayuda
a una mejor adaptación emocional del paciente a la situación que está viviendo.
Las personas requieren, en el transcurso de su vida y hasta la muerte, de un conjunto de
interacciones personales capaces de proporcionarles diversos tipos de ayudas que les permita
mantener su vida dentro de un cierto nivel de calidad. Dichas interacciones generalmente
provienen de la red social más próxima y suelen ser de tipo emocional, material e instrumental;
éstas últimas se traducen en la provisión de ayuda en la solución de problemas y afrontamiento
de situaciones difíciles.
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