Nuevas y más eficientes herramientas de prevención y tratamiento en el terreno de la Salud Mental han sido desarrolladas y perfeccionadas. Mayor número de profesionales cualificados ejercen en la actualidad en este ámbito. Numerosas campañas de sensibilización se han puesto en marcha en estos últimos años. La información científica, fácilmente accesible, se ha multiplicado exponencialmente en apenas una década. Sin embargo, a pesar de estos avances innegables, muy poco parece haber cambiado en relación a la imagen pública que de los trastornos mentales se tiene entre amplios sectores sociales, independientemente de que se reconozca de una forma explícita.
Este trabajo se centra en los medios de comunicación como uno de los factores clave que, en mi opinión, nos permiten comprender una buena parte de esta situación actual. Su capacidad de influencia es descrita partiendo de la identificación, definición y análisis de los principales estereotipos que, sistemáticamente, son transmitidos a traves de múltiples formatos. La especificación de los principales "tópicos" en relación a la enfermedad mental, los mecanismos a través de los cuales logran modelar las actitudes sociales y las consecuencias prácticas que de todo ello se deriva nos permite entender hasta qué punto el inmediato acceso a la información, asi como su abundancia, por sí solo no garantiza la calidad de la misma y en demasiadas ocasiones produce efectos indeseables de difícil solución.
Medios de comunicación, salud mental y locura.
David Puchol Esparza.
Psicólogo
PALABRAS CLAVE: comunicación, Información, Salud Mental, Estereotipos, Actitudes.
(KEYWORDS: Communication, Information, Mental Health, Stereotypes, Attitudes. )
Resumen
Nuevas y más eficientes herramientas de prevención y tratamiento en el terreno de la Salud Mental han sido desarrolladas y perfeccionadas. Mayor número de profesionales cualificados ejercen en la actualidad en este ámbito. Numerosas campañas de sensibilización se han puesto en marcha en estos últimos años. La información científica, fácilmente accesible, se ha multiplicado exponencialmente en apenas una década. Sin embargo, a pesar de estos avances innegables, muy poco parece haber cambiado en relación a la imagen pública que de los trastornos mentales se tiene entre amplios sectores sociales, independientemente de que se reconozca de una forma explícita. Este trabajo se centra en los medios de comunicación como uno de los factores clave que, en mi opinión, nos permiten comprender una buena parte de esta situación actual. Su capacidad de influencia es descrita partiendo de la identificación, definición y análisis de los principales estereotipos que, sistemáticamente, son transmitidos a traves de múltiples formatos. La especificación de los principales “tópicos” en relación a la enfermedad mental, los mecanismos a través de los cuales logran modelar las actitudes sociales y las consecuencias prácticas que de todo ello se deriva nos permite entender hasta qué punto el inmediato acceso a la información, asi como su abundancia, por sí solo no garantiza la calidad de la misma y en demasiadas ocasiones produce efectos indeseables de difícil solución.
Introducción
¿Con qué frecuencia resulta posible constatar la presencia en los medios de comunicación considerados tradicionales (prensa-radio-televisión) de historias relacionadas con la inserción laboral con éxito de un enfermo mental? ¿información realista sobre los psicofármacos, más allá de supuestas adicciones o de efectos milagrosos? ¿explicaciones claras sobre las diferencias y similitudes entre los principales profesionales que trabajan en el ámbito de la salud mental? ¿claves que permitan entender lo que es (y lo que no es) la psicoterapia? ¿noticias (alejadas de sensacionalismos) sobre los principales avances de la investigación? No resulta sencillo seguir la pista de este tipo de informaciones, en el caso de que en algún momento se produzcan.
Por el contrario ¿con qué frecuencia solemos encontrarnos con noticias vinculadas a la última agresión protagonizada por un esquizofrénico contra su madre? ¿asesinatos perpetrados por perturbados? ¿retratos cinematográficos de enfermos mentales como enajenados, aislados y/o incontrolables por su violencia y comportamiento criminal? ¿profesionales de la salud mental convertidos prácticamente en simples caricaturas que muy poco (o nada) tienen que ver con su actividad real?. En este caso, desafortunadamente, no resulta difícil encontrar múltiples ejemplos.
Nos encontramos, por tanto, en una aparente paradoja. La información científica que en estos ultimos años se ha logrado sistematizar en relación a la verdadera naturaleza de los trastornos mentales y las posibilidades eficaces de intervención no resulta comparable a ningún otro momento histórico. El mérito es indudable. Los avances, aunque lejos de ser definitivos, resultan espectaculares.
La eclosión de Internet en esta última década resulta esencial para comprender buena parte de estos logros. El acceso a la información y la diseminación de los resultados de la investigación son casi instantáneos. Sin embargo todo esto no parece “traducirse” en resultados concretos. Los estereotipos permanecen arraigados entre muy amplios sectores. El desconocimiento entre la población general es mayoritario. La discriminación del enfermo mental es una realidad que no por bien conocida resulta menos preocupante.
Para entender esta aparente contradicción resultaría quizás especialmente útil diferenciar entre la información que actualmente se encuentra “disponible” para los profesionales de la salud mental de aquella otra a la que tiene acceso la inmensa mayoría de la población. No cabe duda de que Internet habría “democratizado” en cierta medida las posibilidades de acceso al conocimiento científico. Sin embargo la brecha digital resulta todavía demasiado evidente para una inmensa mayoría de la población, especialmente entre aquellos sectores con una menor capacidad crítica frente a los medios de comunicación más tradicionales.
El proceso de “traducción” del conocimiento científico a un lenguaje claro y comprensible para todos no resulta, precisamente, una tarea sencilla (libre de tentaciones) y el protagonismo de los medios de comunicación tradicionales resulta hoy por hoy, si cabe, más crítico que nunca. Desafortunadamente este potencial “educativo” que los medios de comunicación podrían llevar a cabo en relación a este tipo de temáticas poco, o nada, tiene que ver con la situación real y el rol ejercido en la actualidad por este tipo de medios…enormemente dominante pero abiertamente cuestionable casi en una idéntica proporción.
Entender que (para la inmensa mayoría de la población) los medios son la única fuente de información sobre la salud mental, comprender su enorme capacidad para modelar las actitudes sociales e identificar los principales estereotipos y mitos (sistemáticamente) transmitidos desde y por los medios serían las tres claves esenciales que, en mi opinión, nos van a permitir entender buena parte de los prejuicios, la discriminación y la estigmatización que sufre el concepto de enfermedad mental hoy en día.
Estereotipos mediáticos sobre los trastornos mentales
A simple vista los medios de comunicación no parecen especialmente interesados en transmitir una imagen ajustada y realista sobre la enfermedad mental, aquellos que la padecen y/o los profesionales implicados. La imagen resultante sería mucho más rigurosa y veraz pero (al mismo tiempo) muchísimo menos “vendible” e impactante para su audiencia y/o sus propios intereses comerciales.
Las etiquetas, las simplificaciones, los reduccionismos, el amarillismo, el sensacionalismo o la distorsión (más o menos consciente) de la información ‘copan’ con increíble eficacia la gran mayoría de los medios de comunicación actuales convirtiendo a la información realista en una pura anécdota, de difícil localización y sin apenas capacidad de influencia sobre las opiniones y las actitudes de la audiencia.
En relación al proceso de estigmatización social destacan particularmente la influencia de siete grantes estereotipos ‘mediáticos’ que, si bien se encuentran presentes en los diversos medios, a través del cine alcanzarían verdaderamente su máxima ‘expresión’ e intensidad dramática. Identificarlos y describir brevemente la esencia de cada uno de ellos (junto a sus implicaciones prácticas) son los objetivos de los siguientes apartados.
01. -El Enfermo Mental como Individuo manipulador, Obsesivo y Peligroso
· Estereotipo Esencial: La percepción de la persona con algún tipo de sensible desequilibrio emocional como alguien particularmente frío, maquiavélico, esquivo, opaco, perverso y/o con intenciones no siempre confesables resulta una ‘etiqueta’ especialmente atractiva.
· Implicaciones Prácticas: La consideración del enfermo como ‘alguien’ esencialmente difícil de comprender (y en quien poder confiar realmente), alimenta la incomunicación y el abismo. El distanciamiento y la evitación de posibles problemas o conflictos son algunas de las pautas de comportamiento “coherentes” con esta particular visión.
· Ejemplo Cinematográfico: Fatal Attraction (1987).
02. -El Enfermo Mental como genio Chiflado Desvinculado de la Realidad
· Estereotipo Esencial: Salvo muy meritorias excepciones (A Beautiful Mind, 2001) la visión simplista del enfermo mental ‘inteligente’ como alguien intensamente desvinculado de su entorno y atrapado ‘irremediablemente’ en su propio mundo resulta bastante común.
· Implicaciones Prácticas: La atribución de cualidades ‘extraordinarias’ y/o de una supuesta incapacidad (absoluta) de interacción social no facilita la normalización y la integración real de este tipo de personas.
· Ejemplo Cinematográfico: The Animal (2001).
03. -El Enfermo Mental como Individuo Cómico, Bufón y Circense
· Estereotipo Esencial: Algunas ‘peculiariedades’ muy concretas de determinados trastornos mentales (obsesiones, estereotipias, fobias. . . ) desvinculadas de su contexto y/o su sentido real han sido sistemáticamente utilizadas como un fácil recurso para provocar la risa más burda.
· Implicaciones Prácticas: La vulgarización, la ridiculización y/o la minimización de problemas clínicos muy concretos contribuye sensiblemente a distorsionar la verdadera esencia así como la naturaleza y la capacidad de impacto de algunos trastornos sobre la vida de una persona.
· Ejemplo Cinematográfico: Analyze That (2002).
04. -El Enfermo Mental como Individuo Incontrolable, Caótico y Rebelde
· Estereotipo Esencial: La perspectiva ‘tradicional’ del enfermo mental como un individuo especialmente desestructurado, con graves problemas de sociabilidad y con unas muy escasas posibilidades de adaptación no por simplista resultaría menos extendida socialmente.
· Implicaciones Prácticas: La ‘asociación’ entre el trastorno mental y la incontrolabilidad e impredictibilidad de la conducta, los pensamientos o las propias emociones se convierte en casi autómatica y (muy) resistente a cualquier intento de cambio significativo.
· Ejemplo Cinematográfico: One Flew Over the Cuckoo’s Nest (1975).
05. -El Enfermo Mental como Psicópata, Criminal y Homicida Maníaco
· Estereotipo Esencial: El gran eje de los falsos estereotipos mediáticos se articularía sobre la supuesta peligrosidad y/o violencia ‘intrínseca’ de los enfermos mentales que los transformaría en ‘máquinas’ violentas con tendencias homicidas y criminales.
· Implicaciones Prácticas: La interesada y generalizada difusión del distorsionado ‘vínculo’ (practicamente automático para muchos) entre la locura y el comportamiento violento explica que la mayoría de la población considere la ‘distancia’ como la mejor opción posible…de forma comprensible por otra parte.
· Ejemplo Cinematográfico : American Psycho (2000).
06. -El Enfermo Mental como Individuo Desamparado, Condenado y Marginado
· Estereotipo Esencial: Extremo aislamiento social, incapacidad para el rendimiento laboral o intelectual, exclusión, ausencia de capacidades y/o recursos propios o la carencia de rasgos positivos serían todos ‘atributos’ generalmente vinculados con el enfermo mental y con su capacidad para relacionarse eficazmente con su entorno.
· Implicaciones Prácticas: Lastres como los anteriores envuelven su realidad cotidiana y se convierten en una ‘profecía’ que sabotea cualquier posibilidad de recuperación real. Esta visión fatalista cuestionaría la utilidad real (y el propio sentido práctico) de cualquier intento de recuperación/rehabilitación y por tanto negaría sus posibilidades de integración social.
· Ejemplo Cinematográfico : Don’t Say a Word (2001).
07. -El Enfermo Mental como Víctima de los Profesionales de la Salud Mental
· Estereotipo Esencial: Tan sólo casos muy puntuales (Ordinary People, 1980) serían capaces de escapar a la tentación de presentar al ‘entorno’ que rodearía el tratamiento del trastorno mental como un mundo especialmente oscuro, distante, incierto, frío e incluso potencialmente abusivo.
· Implicaciones Prácticas: Dejarse seducir por estos equívocos ‘mensajes’ promueve el recelo a solicitar ayuda profesional, bien por la desconfianza generada en relación al propio profesional, a los métodos que emplea (y los perjuicios atribuidos) o al beneficio último de todo el proceso.
· Ejemplo Cinematográfico Asylum (1996)
Más allá incluso de la victimización del propio enfermo mental, lo cierto es que la figura del profesional de la salud mental es especialmente sensible a los estereotipos…oscilando desde aquellas visiones más optimistas-idealistas (‘Three Faces of Eve’) hasta las percepciones irónicas-cómicas (como en la propia serie televisiva ‘Frasier Crane’) los comportamientos eticamente cuestionables-reprobables (‘Prince of Tides’) o incluso la visión extrema del profesional como un criminal-perturbado (‘Silence of the Lambs’).
Como resulta fácil suponer la difusión de estas imágenes generaría desde expectativas no justificadas (por excesivamente optimistas) hasta miedos irracionales que (en todo caso) en nada ayudan al propio individuo, a los profesionales implicados y mucho menos a la erradicación de prejuicios y concepciones falsas.
Mecanismos de influencia de los medios de comunicación
Los grandes estereotipos mediáticos anteriormente definidos sintetizan, en mi opinión, una buena parte del sistema de creencias y de las actitudes (más o menos explícitas y/o abiertamente confesables) mantenidas por grandes sectores de la población actualmente, a pesar de los ‘esfuerzos’ realizados en estos últimos años con la intención de tratar de minimizarlos en la medida de lo posible.
Estos estereotipos nos permitirían comprender las razones, argumentos y motivaciones que posibilitan la supervivencia de la propia estigmatización de la enfermedad mental que se exterioriza (finalmente) a través de procesos ‘sutiles’ pero enormemente dañinos como el menosprecio, el aislamiento social, la incomunicación e incomprensión, el temor, la desconfianza, la inadaptación laboral o el ancestral vacío asistencial tan definitorio de este ámbito concreto de actuación.
Ahora bien, cabría preguntarse ‘cómo’ los diferentes medios de comunicación (en el más amplio sentido de este término) consiguen transmitir (de una forma tan eficaz) este tipo de mensajes a la población general. Precisamente sobre el análisis básico de estos grandes ‘mecanismos’ de influencia se habría centrado una buena parte de la investigación científica llevada a cabo en los últimos años que trata de profundizar en la comprensión de los procesos implícitos responsables en gran parte de la tradicional marginalización de la enfermedad mental así como en el papel atribuible a los medios de comunicación social.
Con la intención de ofrecer una muestra representativa de este tipo de estudios en los próximos apartados se definen brevemente quince de estos procesos de influencia (junto a sus referencias bibliográficas esenciales) identificados a lo largo de estos últimos quince años y que parecen ejercer un papel más dominante…
01. -La Perspectiva Cinematográfica de la enfermedad Mental
· Investigación: Homicidal maniacs and narcissistic parasites: stigmatization of mentally ill persons in the movies. hospital and Community Psychiatry , 42 (10) , 1044-1048.
· Autor y Fecha: S. Hyler ; G. Gabbard y I. Schneider (1991). · Conclusión: La visión mayoritaria transmitida a través de las películas en relación a la enfermedad mental se reduciría a una serie sensiblemente limitada de estereotipos muy distorsionados y esencialmente simplistas o poco ajustados a la verdadera realidad. Entre ellos los autores destacan entre los más dañinos al maníaco homicida, el iluminado o lo que definen muy gráficamente como “zoo specimen”. Destacan igualmente el papel que deberían jugar los propios profesionales de la salud mental a través de su colaboración más sistemática con las campañas de sensibilización específicamente diseñadas para luchar contra el estigma, así como la labor potencial de asesoramiento con la propia industria cinematográfica.
02. -La Influencia de la Difusión de Episodios Violentos sobre las Actitudes Sociales
· Investigación: The effect of violent attacks by schizophrenic persons on the attitude of the public towards the mentally ill. Social Science and Medicine , 43 (12) , 1721-1728.
· Autor y Fecha: M. Angermeyer y H. Matschinger (1996).
· Conclusión: El grado real de rechazo y/o desconfianza hacia los enfermos esquizofrénicos se encuentra enormemente ‘mediatizado’ por la difusión pública, sensacionalista y muy sistemática de episodios violentos aislados protagonizados por estos enfermos. A través de las encuestas realizadas se pudo constatar como la atribución de las etiquetas de ‘peligroso’ e’ impredecible’ hacia estos enfermos se encontraban muy significativamente relacionadas con la cobertura periodística realizada sobre sucesos muy puntuales protagonizados por esquizofrénicos. Además el propio deseo de ‘distanciamiento’ hacia ellos se incrementa considerablemente cuando son dados a conocer a la población este tipo de hechos, una actitud que tiende a atenuarse lentamente con el paso del tiempo.
03. -La Perspectiva sobre la Salud Mental y la Locura en las Películas Infantiles
· Investigación : Images of madness in the films of Walt Disney. Psychiatric Bulletin , 20 , 618-620.
· Autor y Fecha : A. Beveridge (1996).
· Conclusión : La visión distorsionada de la naturaleza de la enfermedad mental no es fenómeno exclusivo de los medios de comunicación y el cine dirigido esencialmente a los adultos. Un análisis selectivo de los films de Walt Disney ‘confirmaría’ igualmente la visión estereotipada de la enfermedad mental, articulada fundamentalmente sobre los concepto de extravagancia así como de peligrosidad inherente de este tipo de personas. Las implicaciones prácticas sobre su capacidad de influencia (a edades especialmente tempranas) en la formación de las actitudes, los valores y las creencias resultan fáciles de deducir.
04. -La Presencia Específica de la Salud Mental en los Medios Escritos
· Investigación : Mental health and the national press. London : Health Education Authority Publications.
· Autor y Fecha : G. Ward (1997).
· Conclusión: La gran mayoría de la actual cobertura periodística (directa o indirectamente) relacionada con la salud mental tiende a vincularse (muy sensiblemente) con la violencia y el crimen, con un claro predominio negativista, reduccionista y/o estigmatizante. La presencia de noticias ‘positivas’ resultaría (en el mejor de los casos) minoritaria y en todo caso irrelevante en comparación al predominio absoluto del sensacionalismo.
05. -La Capacidad de Impacto Real de los Medios de Comunicación
· Investigación: Public opinion on psychotropic drugs: Analysis of the factors influencing acceptance or rejection. Journal of Nervous and Mental Disease , 185 (3) , 151-158.
· Autor y Fecha: O. Benkert ; M. Graf-Morgenstern ; A. Hillert y cols. (1997).
· Conclusión: El rechazo a los psicofármacos parece arraigado entre amplios sectores. Este trabajo trataba de identificar las creencias implícitas responsables de esta desconfianza en comparación con otro tipo de drogas. El miedo a los efectos secundarios y el temor a ‘perder el control’ son identificados como los dos grandes factores determinantes. Curiosamente el conocimiento real sobre los mismos así como la experiencia (directa o indirecta) con ellos era muy limitado. Sin embargo se pudo constatar como la imagen transmitida a través de los medios de comunicación resultaba crítica a la hora de modelar-influir sobre las actitudes entre aquellos que, abiertamente, rechazaban este tipo de sustancias.
06. -Los Tópicos Centrales sobre Salud Mental en los Programas de Televisión
· Investigación: Television, madness and community care. Journal of Community and Applied Social Psychology , 8 (3) , 213–228.
· Autor y Fecha: D. Rose (1998).
· Conclusión: Tras un sistemático análisis (tanto cuantitativo como cualitativo) la autora concluye que las temáticas más recurrentes y que parecerían gozar -por lo tanto- de una mayor popularidad en los programas de máxima audiencia de la televisión británica relacionadas con la salud mental y la locura son la conducta violenta y la peligrosidad implícita atribuible a este tipo concreto de personas.
07. -Las Fuentes de Información sobre Salud Mental en la Población Universitaria
· Investigación: The relationship of the media to attitudes toward people with mental illness. Journal of Humanistic Counseling, Education and Development , 38 (2) , 98-110.
· Autor y Fecha: D. Granello ; P. Pauley y A. Carmichael (1999)
· Conclusión: Entre la población universitaria (al igual que sucedería con el resto de la sociedad) la principal -y casi en exclusiva- fuente esencial de información sobre los aspectos básicos relacionados con la salud mental son los medios de comunicación, a pesar de que el acceso a la información científica por parte de este colectivo (en teoría) estaría menos limitado por barreras de carácter educativo y/o cultural.
08. -La identificación de los Temas Recurrrentes en las Películas de Televisión
· Investigación: Mental illness depictions in prime-time drama: Identifying the discursive resources. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 33 (2) , 232-239.
· Autor y Fecha: C. Wilson ; R. Nairn ; J. Coverdale y cols. (1999).
· Conclusión: El análisis selectivo de un conjunto de programas dramáticos de una máxima audiencia en televisión confirma el dominio muy significativo de la imagen negativa y asociada (de una forma generalizada) al crimen y a los actos violentos y/o antisociales. En concreto un total de quince de los veinte personajes identificados eran descritos como violentos (bien hacia si mismos o hacia los demás). Otras ‘cualidades’ complementarias atribuidas a estos personajes incluían la vulnerabilidad, las dificultades sociales, la peligrosidad o la impredictibilidad en su comportamiento y sus acciones con su entorno próximo.
09. -El Papel de los Hábitos Televisivos en el Desarrollo de Actitudes Tolerantes
· Investigación: Television viewing habits and their relationship to tolerance toward people with mental illness. Journal of Mental Health Counseling , 22 , 162-175.
· Autor y Fecha: D. Granello y P. Pauley (2000).
· Conclusión: Los autores, tras la realización de este estudio, parecen constatar tres realidades muy concretas en relación al papel ejercido por la televisión sobre la formación de creencias y actitudes hacia la salud mental : 01. -La televisión es la fuente de información crítica para una gran mayoría de la población 02. -Aquellos individuos que en una mayor medida ‘consumen’ televisión se muestran significativamente menos tolerantes y comprensivos con respecto a los enfermos mentales y sus problemáticas específicas 03. -El tipo de programas de televisión que consumen es determinante en la formación y consolidación de actitudes intolerantes.
10. -La Imagen de la Salud Mental y la Locura Transmitida a Través de la Literatura
· Investigación: Literature and psychiatry: the case for a close liaison. Australasian Psychiatry , 10 (4) , 393-399.
· Autor y Fecha: K. Bokey y G. Walter (2002).
· Conclusión : Este trabajo establece los potenciales nexos de unión entre la literatura y la psiquiatría partiendo de un triple punto de vista : 1) Su capacidad de influencia sobre la génesis y consolidación de las actitudes-creencias sociales 2) Su capacidad para afectar negativamente la imagen pública de los trastornos mentales 3) Su capacidad para enriquecer la propia práctica profesional en el ámbito de la salud mental.
11. -Las Consecuencias de la Iniciativas Psicoeducativas sobre las Actitudes Sociales
· Investigación: Effects of a documentary film about schizophrenia on psychiatric stigma. Schizophrenia Bulletin , 29 (2) , 383-391.
· Autor y Fecha: D. Penn ; C. Chamberlin y K. Mueser K. (2003).
· Conclusión: La emisión de un documental que transmitía una imagen muchísimo más ajustada a la realidad (alejada de sensacionalismos) de los esquizofrénicos contribuyó a mejorar sensiblemente la imagen global de los mismos entre aquellos que lo visionaron. Este estudio parece apoyar (al menos de una forma parcial) la potencial utilidad práctica de las campañas de sensibilización en los medios de comunicación para reducir el estigma generalmente asociado a la esquizofrenia.
12. -La Cobertura Mediática sobre los Aspectos Relacionados con la Salud Mental
· Investigación : media coverage of mental health care in the UK, USA and Australia. Psychiatric Bulletin , 27 (9) , 331-333.
· Autor y Fecha : B. Huang y S. Priebe (2003).
· Conclusión : Más de un centenar de artículos en prensa escrita fueron analizados y valorados. Una inmensa mayoría de ellos destilaban (bien explícita o bien implícitamente) un carácter negativista, simplista y muy estereotipado. Tan sólo entre aquellas referencias vinculadas a los congresos médicos y a las noticias de investigación se pudo encontrar referencias positivas relacionadas con la salud mental, por lo que los autores las apuntan como vías para promover visiones más realistas en este ámbito.
13. -La Vision Negativa del Profesional de la Salud Mental
· Investigación : The Psychiatrist's Image in Commercially Available American Movies. Acta Psychiatrica Scandinavica , 111 (4) , 316-319.
· Autor y Fecha : N. Gharaibeh (2005)
· Conclusión : Tras la revisión cuantitativa de 106 películas americanas en las que aparece la figura del psiquiatra/terapeuta los autores destacan algunas cifras que resultarían, como poco, bastante significativas y que en nada ayudan a la imagen social de este tipo de profesionales: Abusos/incidentes sexuales 23. 7% ; Abusos/incidentes no sexuales 30. 5% ; Traspaso de límites/ barreras éticas 44. 9% ; Incompetencia clínica 47. 5%
14. -Las Consecuencias de los Estereotipos sobre los Enfermos Mentales
· Investigación : media portrayal of mental illness and its treatments: what effect does it have on people with mental illness?. CNS Drugs , 20 (2) , 99-106.
· Autor y Fecha : H. Stuart (2006)
· Conclusión : Esta revisión va más de la identificación de los mensajes negativos dominantes en los medios actuales y centra su atención en las repercusiones que estos ejercen sobre los propios enfermos mentales. Como sería lógico esperar los resultados se relacionan con una reducción en los niveles de autoestima así como un claro impacto negativo sobre aspectos esenciales con la recuperación como las búsqueda (o no) de ayuda profesional o la adherencia al tratamiento farmacológico prescrito. De igual forma es destacado el papel crítico desempeñado por los medios de comunicación en la consolidación del estigma y la discriminación pero, igualmente, se pone énfasis en el potencial positivo de este tipo de medios como herramienta de educación y sensibilización social.
15. -El rol de los Nuevos Medios y Herramientas de Comunicacion : Internet
· Investigación : Internet information-seeking in mental health: population survey. British Journal of Psychiatry , 189 (3) , 273-277.
· Autor y Fecha : J. Powell y A. Clarke (2006)
· Conclusión : Algunas claves de interés se desprenderían de esta investigación reciente: 01. -El protagonismo de Internet en la búsqueda de información relacionada con la salud mental es creciente y muy significativo, particularmente entre aquellos que presentan (o han presentado) problemas psicológicos.
02. -El uso de Internet no necesariamente se encuentra vinculado con la utilización práctica de la información encontrada o con la confianza total en su rigurosidad.
03. -Internet comparte el protagonismo con otras fuentes de información, entre las que destacarían los medios de comunicación considerados ‘tradicionales’ lo que reduciría -en mi opinión- su posible papel determinante en la formación de actitudes sociales, en la medida que su acceso es limitado (todavía) entre amplios sectores de la población.
Conclusión
Este trabajo ha pretendido ofrecer una panorámica global en relación al papel fundamental que en la actualidad ejercen los medios de comunicación social en la formación y en la evolución de las creencias, mitos y actitudes sociales vinculadas a la salud y la enfermedad mental, los propios enfermos así como en los profesionales que ejercen su actividad en este ámbito de actuación.
La investigación realizada a lo largo de estas últimas décadas, especialmente aquella vinculada con el estudio de los procesos de estigmatización social, ha sido especialmente numerosa por la importancia atribuida a este fenómeno y las implicaciones prácticas que se derivan de todo ello. Algunas conclusiones esenciales parecen haber alcanzado un razonable nivel de consenso entre los profesionales implicados:
· El incremento del conocimiento científico en relación a la naturaleza de la enfermedad mental, las posibilidades de intervención eficaz y el papel desempeñado por los profesionales no necesariamente implica que esa información sea fácilmente accesible para la población y que, por lo tanto, influya positivamente sobre las procesos de discriminación y estigmatización social.
· Los medios de comunicación tradicionales han sido, son y (probablemente) continuarán siendo la fuente fundamental (y en muchas ocasiones exclusiva) de información de la población sobre este tipo de temáticas, ejerciendo una capacidad de influencia que va mucho más allá de la simple transmisión de información y que logra modelar decisivamente los sistemas de creencias así como las actitudes sociales y los valores implícitos de una gran mayoría de la población.
· El mensaje predominante en los medios de comunicación en relación a la salud mental continua siendo negativo, reduccionista, estereotipado y simplista. Las connotaciones negativas no sólo quedarían limitadas a los enfermos mentales (etiquetados como antisociales, violentos o inadaptados) sino que engloban a los propios profesionales (cuyas representaciones oscilarían desde la idealización hasta la marginalización o incluso criminalización) y hasta a determinados tratamientos (demonizando a los psicofármacos o reduciendo a lo absurdo a terapias concretas como el psicoanálisis).
· En los últimos años han sido puestas en marcha campañas de sensibilización social que convierten a los medios de comunicación en el gran objetivo central de las intervenciones que persiguen erradicar los procesos de estigmatización social. Aunque meritorias (sin duda) su utilidad práctica a medio y a largo plazo ha sido abiertamente cuestionada, en la medida que (comparativamente) apenas logran hacerse un hueco significativo entre la tónica dominante en los medios de comunicación, siendo su capacidad real de influencia (en el mejor de los casos) bastante limitada.
Parece evidente, tomando como referencia la investigación más reciente, que los medios de comunicación lejos de ser un aspecto complementario o anecdótico merecen ocupar un papel relevante en el ámbito de la salud mental, no tan sólo porque (en la práctica) se constituyen en auténticos ‘filtros’ de la información que llega realmente a la población, sino que en última instancia el predominio tan abrumador de los mensajes erróneos y estigmatizantes impacta negativamente sobre el ámbito de la salud mental, tanto a un nivel individual como social, profesional y administrativo…convirtiendo prácticamente en estéril cualquier posible avance en la comprensión, prevención y tratamiento sobre este tipo de problemas.
Es igualmente el momento adecuado, en mi opinión y constatada ya su importancia, de ir más allá de lo que ha sido la tónica dominante en estos últimos años en relación a la investigación sobre el rol de los medios de comunicación (identificación y clasificación de los estereotipos dominantes)…apuntando hacia un objetivo más ambicioso, aunque notablemente más complejo, como es la identificación de aquellas claves, estrategias y recursos que posibiliten finalmente la transformación sistemática de los medios de comunicación en herramientas fundamentales (y verdaderamente prioritarias) para la lucha eficaz contra los procesos de estigmatización social de la enfermedad mental.
Referencias bibliográficas
Allen R, Nairn R. (1997). media depictions of mental illness : An analysis of the use of dangerousness. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry , 31 (3) , 375-381.
Anderson M. (2003). 'One flew over the psychiatric unit': Mental illness and the media. Journal of Psychiatric and Mental Health Nursing , 10 (3) , 297-306.
Angermeyer M, Matschinger H. (1996). The effect of violent attacks by schizophrenic persons on the attitude of the public towards the mentally ill. Social Science and Medicine , 43 (12) , 1721-1728.
Antoniou J. (2004). Does crime literature contribute to the stigmatisation of those with mental health problems?. Psychiatric Bulletin , 28 , 95-97.
Austin L, Husted K. (1998). Cost-effectiveness of television, radio, and print media programs for public mental health education. Psychiatric Services , 49 (6) , 808-811.
Benkert O, Graf-Morgenstern M, Hillert A y cols. (1997). Public opinion on psychotropic drugs: Analysis of the factors influencing acceptance or rejection. Journal of Nervous and Mental Disease , 185 (3) , 151-158.
Beveridge A. (1996). Images of madness in the films of Walt Disney. Psychiatric Bulletin , 20 , 618-620.
Bokey K, Walter G. (2002). Literature and psychiatry: the case for a close liaison. Australasian Psychiatry , 10 (4) , 393-399.
Bolton J. (2000). Mental illness and the media. Psychiatric Bulletin , 24 , 345-346.
Butler J, Hyler S. (2005). Hollywood portrayals of child and adolescent mental health treatment: implications for clinical practice. Child and Adolescent Psychiatric Clinics of North America , 14 (3) , 509-522. ,
Byrne P. (2003). Psychiatry and the media. Advances in Psychiatric Treatment , 9 , 135- 143.
Carll E. (2003). Psychology, news media, and public policy: promoting social change. American Behavioral Scientist , 46 , 1591-1593.
Corrigan P, Watson A, Gracia G, et al. (2005). Newspaper stories as measures of structural stigma. Psychiatric Services , 56 (5) , 551-556.
Coverdale J, Nairn R. (2006). A research agenda concerning depictions of mental illness in children's media. Academic Psychiatry , 30 (1) , 83-87.
Coverdale J, Nairn R, Claasen D. (2002). Depictions of mental illness in print media : A prospective national sample. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry , 36 (5) , 697-700.
Cross S. (2004). Visualizing madness mental illness and public representation. Television and New media , 5 (3) , 197-216.
Cutcliffe J, Hannigan B. (2001). Mass media, 'monsters' and mental health clients : the need for increased lobbying. Journal of Psychiatric and Mental Health Nursing , 8 (4) , 315-321.
Dechant E, Beresin E, Bostic J. (2002). From elephant man to Jerry Springer: the rise of the psychological tele-spectacle. Academic Psychiatry , 26 , 262-266.
Diefenbach D. (1997). The portrayal of mental illness on prime-time television. Journal of Community Psychology , 25 (3) , 289–302.
Duckworth K, Halpern J, Schutt R, et al. (2003). Use of schizophrenia as a metaphor in US newspapers. Psychiatric Services , 54 (10) , 1402-1404.
Francis C, Pirkis J, Blood R, et al. (2003). media reporting of specific mental illnesses in the context of crime: implications for mental health literacy. Medical Journal of Australia , 179 (11/12) , 1-15.
Gabbard G, Gabbard K. (1999). Psychiatry and the cinema. Washington : American Psychiatric Press.
Gharaibeh N. (2005). The psychiatrist's image in commercially available american movies. Acta Psychiatrica Scandinavica , 111 (4) , 316-319.
Grinfeld M. (1998). Psychiatry and mental illness: are they mass media targets?. Psychiatric Times , 15 (3).
Gould M, Jamieson P, Romer D. (2003). media contagion and suicide among the young American. Behavioral Scientist , 46 , 1269-1284.
Granello D, Pauley P. (2000). Television viewing habits and their relationship to tolerance toward people with mental illness. Journal of Mental Health Counseling , 22 (2) , 162-175.
Granello D, Pauley P, Carmichael A. (1999). The relationship of the media to attitudes toward people with mental illness. Journal of Humanistic Counseling, Education and Development , 38 (2) , 98-110.
Greenberg H. (2000). A field guide to cinetherapy: On celluloid psychoanalysis and its practitioners. American Journal of Psychoanalysis , 60 (4) , 329-339.
Grinfeld M. (1998). Psychiatry and mental illness: are they mass media targets?. Psychiatric Times , 15 (3).
Harris R. (2004). media representation of people with mental health problems. Nursing Times , 100 (34) , 33-35.
Huang B, Priebe S. (2003). media coverage of mental health care in the UK, USA and Australia. Psychiatric Bulletin , 27 (9) , 331-333.
Hudson A. (1997). Literature and medicine: narratives of mental illness. Lancet , 350 , 359–361.
Hyler S. (2003). Stigma continues in Hollywood. Psychiatric Times , 20 (6).
Hyler S, Gabbard G, Schneider I. (1991). Homicidal maniacs and narcissistic parasites: stigmatization of mentally ill persons in the movies. hospital and Community Psychiatry , 42 (10) , 1044-1048.
Jamieson P, Jamieson K, Romer D. (2003). The responsible reporting of suicide in print journalism. American Behavioral Scientist , 46 , 1643-1660.
Karlinsky H. (2003). Doc Hollywood north: part I. The educational applications of movies in psychiatry. Canadian Psychiatric Association Bulletin , 35 (1).
Karlinsky H. (2003). Doc Hollywood north: part II. The clinical applications of movies in psychiatry. Canadian Psychiatric Association Bulletin , 35 (2)
Kutner L, Beresin E. (1999). media training for psychiatry residents Academic Psychiatry , 23 , 227-232.
Lawrie S. (2000). Newspaper coverage of psychiatric and physical illness. Psychiatric Bulletin, 24 , 104–106.
Lawson A, Fouts G. (2004). Mental illness in Disney animated films. Canadian Journal of Psychiatry , 49 (5) , 310-314.
Lieberman C. (2001). Examining the media's influence from a psychiatrist's perspective. Psychiatric Times , 18 (6).
March P. (1999). Ethical responses to media depictions of mental illness: an advocacy approach. Journal of Humanistic Counseling, Education and Development , 38 (2) , 70-80.
Nairn R. (1999). Does the use of psychiatrists as sources of information improve media depictions of mental illness?. A pilot study. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 33 (4) , 583-589.
Nairn R, Coverdale J. (2005). People never see us living well: an appraisal of the personal stories about mental illness in a prospective print media sample. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry , 39 (4) , 281-287.
Nairn R, Coverdale J, Claasen D. (2001) From source material to news story in New Zealand print media: a prospective study of the stigmatising process in depicting mental illness. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry , 35 , 654-659.
Penn D, Chamberlin C, Mueser K. (2003). The effects of a documentary film about schizophrenia on psychiatric stigma. Schizophrenia Bulletin , 29 (2) , 383-391.
Powell J, Clarke A. (2006). Internet information-seeking in mental health: population survey. British Journal of Psychiatry , 189 (3) , 273-277.
Rose D. (1998). Television, madness and community care. Journal of Community and Applied Social Psychology , 8 (3) , 213–228.
Rosenstock J. (2003). Beyond a beautiful mind: film choices for teaching schizophrenia. Academic Psychiatry , 27 (2) , 117-122.
Salter M. (2003). Psychiatry and the media: from pitfalls to possibilities. Psychiatric Bulletin , 27, 123-125.
Salter M, Byrne P. (2000). The stigma of mental illness : how you can use the media to reduce it. Psychiatric Bulletin , 24 , 281-283.
Sharp C, Smith J, Cole A. (2002). Cinematherapy: metaphorically promoting therapeutic change. Counselling Psychology Quarterly , 15 , 269–276.
Sieff E. (2003). media frames of mental illness: The potential impact of negative frames. Journal of Mental Health , 12 (3) , 259-269.
Solomon G. (1995). The motion picture prescription: watch this movie and call me in the morning. Santa Rosa: Aslan Publishing.
Stark C, Paterson B, Devlin B. (2004). Newspaper coverage of a violent assault by a mentally ill person. Journal of Psychiatric and Mental Health Nursing , 11 (6) , 635-643.
Stout P, Villegas J, Jennings N. (2004). Images of mental illness in the media: identifying gaps in the research. Schizophrenia Bulletin , 30 (3) , 543-561.
Stuart H. (2003). Stigma and the daily news : evaluation of a newspaper intervention. Canadian Journal of Psychiatry , 48 (10) , 651-656.
Stuart H. (2006). media portrayal of mental illness and its treatments: what effect does it have on people with mental illness?. CNS Drugs , 20 (2) , 99-106.
Villani S. (2001). Impact of media on children and adolescents: a 10-year review of the research. Journal of the Academy of Child and Adolescent Psychiatry, 40 (4) , 392–401.
Wahl O. (1992). Mass media images of mental illness : a review of the literature. Journal of Community Psychology , 20 , 343-352.
Wahl O. (1992). Messages about mental illness from the serial killer novel. Journal of the California Alliance for the Mentally Ill , 4 , 43-44.
Wahl O. (1995). media madness: Public images of mental illness. New Brunswick: Rutgers University Press.
Wahl O. (2000). Obsessive-compulsive disorder in popular periodicals. Community Mental Health Journal , 36 , 307-312.
Wahl O. (2003). Depictions of mental illnesses in children's media. Journal of Mental Health , 12 (3) , 249-258.
Wahl O. (2003). News media portrayal of mental illness. Implications for public policy. American Behavioral Scientist , 46 (12) , 1594-1600.
Ward G. (1997). Mental health and the national press. London : Health Education Authority Publications.
Wedding D, Boyd M. (2005). Movies and mental illness: Using films to understand psychopathology. Boston : McGraw-Hill College.
Wedding D, Niemiec R. (2003). The clinical use of films in psychotherapy. Journal of Clinical Psychology , 59 (2) , 207-215.
Wedding D, Niemiec R. (2003). The clinical use of films in psychotherapy. Journal of Clinical Psychology , 59 (2) , 207-215.
Wilson C, Nairn R, Coverdale J, et al. (1999). Mental illness depictions in prime-time drama: identifying the discursive resources. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry , 33 (2) , 232-239.
Wilson C, Nairn R, Coverdale J, et al. (2000). How mental illness is portrayed in children’s television: a prospective study. British Journal of Psychiatry , 176 (5) , 440–443.
IMPORTANTE: Algunos textos de esta ficha pueden haber sido generados partir de PDf original, puede sufrir variaciones de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.
Encuentro "Vivir con miedos"
Literariamente: Literatura y salud mental
Fecha Publicación: 20/12/2024
Proyecto COMPASS
Adamed Laboratorios
Fecha Publicación: 25/11/2024
"Solo necesito que me aceptes": La salud mental en la adolescencia
Adamed Laboratorios
Fecha Publicación: 24/10/2024
La ética del cuidado
Literariamente: Literatura y salud mental
Fecha Publicación: 22/10/2024
HÉCTOR ABAD FACIOLINCE y MERCEDES NAVÍO.
Literariamente: Literatura y salud mental
Fecha Publicación: 03/10/2024
Proyecto UNATI. Los efectos del alcohol a partir de los 50 años
Adamed Laboratorios
Fecha Publicación: 01/10/2024