Los trastornos conversivos se presentan como síntomas o déficit de funciones motoras o sensitivas que asemejan una enfermedad neurológica sin una base orgánica que justifique el cuadro clínico. Se considera que el enfermo no los produce de manera deliberada y son causados por factores psicólogicos. Ante estos trastornos, es necesario realizar una evaluación exhaustiva del paciente y un buen diagnóstico diferencial ya que del 25 al 50% de los pacientes diagnosticados como tal reciben finalmente el diagnóstico de un trastorno no psiquiátrico que justifica sus anteriores síntomas. Se presenta el caso de un paciente varón de 60 años que es derivado por su MAP por sospecha de un trastorno conversivo. Como únicos antecedentes psiquiátricos presenta un trastorno de adaptación hace 17 años. En la entrevista el paciente refiere haber comenzado hace 15 días de manera brusca con dificultades para recordar nombres de objetos de uso cotidiano, niega otra sintomatología previa o actual mostrando una actitud indiferente ante su estado. La mujer del paciente aporta datos sobre sintomatología depresiva anterior al cuadro descrito por problemas en el ámbito laboral y apunta a rasgos neuróticos de personalidad del paciente. Destaca que el paciente fumador de cajetilla y media al día desde hace 20 años no fuma desde el inicio del cuadro descrito. Se decide derivar al paciente al Servicio de Urgencias para descartar patología orgánica causal donde observan en TAC craneal lesión compatible con ictus isquémico hemisférico izquierdo e ingresan al paciente en el Servicio de neurología.
Centro de trabajo: CSM Mieres Ciudad: Mieres Provincia: Asturias
TRASTORNO CONVERSIVO VS trastorno NEUROLÓGICO. A PROPÓSITO DE UN CASO
Aida González Suárez1
, Esther Torio Ojea2
, Omar W. Muquebil Ali Al Shaban Rodriguez3
, Adela
Alonso Huerta1
, Sergio Ocio León1
, Mario J. Hernández González1
, Manuel Gómez Simón1
, Danny
Frias Ortiz4
, M. Covadonga Huergo Lora5
, Jaime R. López Fernández1
1 Centro de Salud Mental de Mieres, Mieres
2 hospital Universitario Central de Asturias, Oviedo
3 Centro de Salud Mental de Luarca, Luarca
4 Centro de Salud Mental El Coto, Gijón
5 hospital Vital Alvarez Buylla, Mieres
aidags88@gmail. com
RESUMEN
Los trastornos conversivos se presentan como síntomas o déficit de funciones motoras o
sensitivas que asemejan una enfermedad neurológica sin una base orgánica que justifique el
cuadro clínico. Se considera que el enfermo no los produce de manera deliberada y son causados
por factores psicólogicos. Ante estos trastornos, es necesario realizar una evaluación exhaustiva
del paciente y un buen diagnóstico diferencial ya que del 25 al 50% de los pacientes
diagnosticados como tal reciben finalmente el diagnóstico de un trastorno no psiquiátrico que
justifica sus anteriores síntomas.
Se presenta el caso de un paciente varón de 60 años que es derivado por su MAP por sospecha
de un trastorno conversivo. Como únicos antecedentes psiquiátricos presenta un trastorno de
adaptación hace 17 años. En la entrevista el paciente refiere haber comenzado hace 15 días de
manera brusca con dificultades para recordar nombres de objetos de uso cotidiano, niega otra
sintomatología previa o actual mostrando una actitud indiferente ante su estado. La mujer del
paciente aporta datos sobre sintomatología depresiva anterior al cuadro descrito por problemas
en el ámbito laboral y apunta a rasgos neuróticos de personalidad del paciente. Destaca que el
paciente fumador de cajetilla y media al día desde hace 20 años no fuma desde el inicio del
cuadro descrito.
Se decide derivar al paciente al Servicio de Urgencias para descartar patología orgánica causal
donde observan en TAC craneal lesión compatible con ictus isquémico hemisférico izquierdo e
ingresan al paciente en el Servicio de neurología.
INTRODUCCIÓN
El trastorno de conversión es una patología con síntomas o déficits de funciones motoras o
sensitivas que asemejan a una enfermedad neurológica pero sin existir la misma o sin poder
explicarse por ella. A su vez, el paciente no los produce deliberadamente ni es consciente de lo
que le ocurre.
EPIDEMIOLOGÍA
La incidencia de este trastorno se oscila entre 11 y 300 casos por cada 100. 000 habitantes
aumentando su prevalencia en poblaciones específicas.
A su vez, se ha visto una proporción mayor de mujeres que de hombres entre los pacientes
diagnosticados de este trastorno, de al menos 2:1.
ETIOLOGÍA
Según autores psicoanalíticos, el trastorno conversivo surge al convertir en un síntoma físico la
ansiedad causada por un conflicto intrapsíquico inconsciente. El problema real, origen de la
inestabilidad psíquica, se reprime y no es registrado por la conciencia, lo que se denominaría
“ganancia primaria”. A su vez, los síntomas físicos sirven al paciente para comunicar de una
forma no verbal una necesidad de tratamiento o consideración, consiguiendo un control o
manipulación sobre los demás. Esto es conocido como “ganancia secundaria”.
Atendiendo a la teoría del aprendizaje condicionado, puede considerarse el síntoma conversivo
como parte de una conducta aprendida mediante el condicionamiento clásico. El paciente habría
aprendido dichos síntomas en su infancia, usándolos como vía de escape ante una situación
difícil de superar.
COMORBILIDAD
Es frecuente encontrar trastornos comórbidos asociados al cuadro, entre los que destacan el
trastorno depresivo mayor, los trastornos de ansiedad y los trastornos por somatización. Hay
autores que apuntan que entre el 54 y 88% de los pacientes con síntomas conversivos presentan
síntomas depresivos. También se han descrito en pacientes diagnosticados de esquizofrenia pero
no es un hallazgo frecuente. En lo relativo a trastornos de personalidad, es habitual que
acompañen a un trastorno de conversión, especialmente el de tipo histriónico y el dependientepasivo.
CUADRO CLÍNICO
Los síntomas neurológicos que podemos encontrarnos ante estos trastornos pueden involucrar
cualquier aspecto del sistema nervioso central que esté bajo el control consciente. Por lo cual,
los pacientes pueden consultar por causas tan variadas como convulsiones no-epilépticas,
movimientos involuntarios, parálisis, demencia psicógena, retención urinaria, mutismo,
alucinaciones, dolor, ceguera, sordera, analgesia/anestesia, pérdida de lenguaje o una alteración
de cualquiera de los sentidos. Como ya se ha comentado, es frecuente la comorbilidad con otros
trastornos por lo que en la presentación del cuadro a menudo, los síntomas conversivos se
acompañan de síntomas propios del trastorno depresivo o del trastorno de ansiedad.
Frente a toda esta presentación clínica podemos encontrarnos con lo que se conoce como “la
belle indiferénce”. El paciente muestra una actitud indiferente frente a unos síntomas graves, no
aparenta estar preocupado por su situación clínica. La presencia o ausencia de esta actitud no
es patognomónica del trastorno conversivo, pero si es frecuente observarla en el mismo.
DIAGNÓSTICO
Los trastornos de conversión o disociativos los encontramos clasificados en la CIE 10 dentro de
los F44. Para diagnosticar cualquiera de los trastornos la CIE 10 establece que deben cumplirse
tres condiciones:
1. Presentar las características clínicas que se especifican en cada trastorno aislado.
2. ausencia de un trastorno somático que pueda explicar los síntomas tras realizar las
exploraciones clínicas complementarias.
3. Evidencia de una génesis psicógena, en la forma de una clara relación temporal con
acontecimientos biográficos estresantes y problemas o relaciones personales alterados
(aunque sean negados por el enfermo).
Dentro Del DSM-V están incluidos entre los trastornos de síntomas somáticos y trastornos
relacionados. Conviene como criterios diagnósticos:
A. Uno o más síntomas de alteración de la función motora o sensitiva voluntaria.
B. Los hallazgos clínicos aportan pruebas de la incompatibilidad entre el síntoma y las
afecciones neurológicas o médicas reconocidas.
C. El síntoma o deficiencia no se explica mejor por otro trastorno médico o mental.
D. El síntoma causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u
otras áreas importantes del funcionamiento.
En definitiva, para establecer el diagnóstico de trastorno conversivo es preciso realizar una
minuciosa y exhaustiva evaluación del paciente para valorar factores que hayan podido precipitar
el cuadro conversivo, así como para la correcta identificación de patologías orgánicas que puedan
explicar la sintomatología. En este contexto, se deben realizar todos los exámenes pertinentes
orientados según la presentación sintomática del paciente. Debemos recordar, que se ha
calculado que entre un 25 y 50% de los pacientes previamente diagnosticados de trastorno
conversivo reciben, finalmente, un diagnóstico de trastorno médico no psiquiátrico que
justificaría su sintomatología previa. Por lo cual, es de crucial importancia el seguimiento del
caso en busca de indicios de causa orgánica subyacente o conflictos psicológicos previamente
desconocidos y tener en cuenta que una respuesta inicial a placebo no confirma un origen
conversivo.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Como ya ha sido explicado, la premisa fundamental y uno de los principales problemas es excluir
una enfermedad orgánica. Una vez descartada, se establece un diagnóstico diferencial con la
simulación, los trastornos facticios, los trastornos por somatización y la hipocondría. En los dos
primeros, el paciente es consciente de lo que le pasa, al contrario que en los cuadros conversivos.
De igual manera, en un trastorno por somatización la variedad de síntomas afecta a más
sistemas que el neurológico, suele ser de comienzo precoz y conducir a un gran deterioro de la
funcionalidad del paciente. Por último, el paciente hipocondriaco se caracteriza por su gran
convicción de padecer una enfermedad somática, centrándose en mayor medida en esa
seguridad que en los propios síntomas que además no son exclusivamente neurológicos.
PRONÓSTICO
Los trastornos conversivos suelen remitir espontáneamente al cabo de unas pocas semanas o
meses, en especial aquellos que tienen un comienzo agudo a raíz de un acontecimiento biográfico
traumático. Contrariamente, pueden presentarse estados más crónicos, en particular, si su inicio
tuvo relación con problemas insolubles o dificultades personales. A su vez, las recidivas son
frecuentes, alternándose intervalos asintomáticos interepisodios.
TRATAMIENTO
Aunque la mayoría se resuelven espontáneamente, esta recuperación puede verse facilitada por
la psicoterapia de apoyo orientada a la introspección o la psicoterapia conductual. A su vez,
podemos usar un tratamiento farmacológico para el control de la posible sintomatología
asociada.
CASO CLÍNICO
Se presenta el caso de un paciente varón de 63 años que acude a consulta en un Centro de
Salud Mental previa derivación de su médico de cabecera quien alude como motivo sospecha de
trastorno conversivo en paciente con sintomatología depresiva.
Psicobiografía
El paciente está casado, no tiene hijos y trabaja como encargado técnico en una empresa desde
hace 26 años y le queda un año para recibir la jubilación. Desde el inicio del comienzo de los
síntomas que propician la consulta, se encuentra en situación de interrupción laboral.
Es el segundo de una fratría de 5 hermanos, 2 de ellos fallecidos por cáncer de colon y de
próstata respectivamente. Su padre ha fallecido hace 28 años a causa de un fallo respiratorio y
su madre de 87 años, está viva e institucionalizada en una residencia.
Antecedentes familiares
Niega antecedentes familiares psiquiátricos. Como antecedentes familiares somáticos destaca
que su madre ha padecido un tumor mamario y padece cáncer de colon con buena evolución en
las últimas revisiones.
Antecedentes personales
Padece habitualmente de cefaleas para las que su Médico de atención Primaria le pauta un
analgésico con buena respuesta. Intervenciones quirúrgicas: intervenido por quiste en cuerdas
vocales hace más de 10 años y por neoplasia protática hace 4 años, actualmente bajo el control
de su Médico de atención Primaria sin alteraciones en la última analítica realizada hace menos
de 6 meses. No refiere otros antecedentes médicos de interés. Como antecedentes psiquiátricos
encontramos que hace 20 años acudió a este mismo Centro de Salud Mental por sintomatología
ansioso-depresiva reactiva a dificultades en el ámbito laboral. Tras recibir tratamiento
antidepresivo y ansiolítico durante unos meses la sintomatología cedió y el paciente fue dado de
alta sin ningún tratamiento. Posteriormente, y hasta la actualidad, refiere no haber consultado
a ningún profesional de la salud mental en la esfera pública o privada, ni recibido tratamiento
psicofarmacológico. Si ha precisado tratamiento ansiolítico en ocasiones de mayor estrés, por
estresantes personales o laborales, que le pautaba su Médico de atención Primaria.
Entre sus hábitos tóxicos el paciente refiere ser fumador de 1 cajetilla al día desde hace 20 años
pero haber cesado el consumo tabáquico desde hace 15 días. Niega consumo de alcohol u otros
tóxicos.
Historia actual
En la entrevista el paciente comenta que desde hace 15 días presenta cierta dificultad para
encontrar algunas palabras. Niega otra sintomatología concomitante. No relaciona dicha clínica
con ningún factor desencadenante y muestra una actitud totalmente indiferente hacia su estado.
Refiere llevar una vida tranquila, niega problemas familiares, laborales o sociales y cambios
biográficos recientes.
Su mujer, al contrario, expone que desde hace un tiempo nota al paciente más ensimismado,
bajo de ánimo, tendente al aislamiento, ansioso, con problemas de sueño y contantemente
preocupado por su trabajo. Según verbaliza, recientemente su empresa ha sido traspasada, ha
cambiado de dueño y por consiguiente las condiciones laborales, suponiendo las mismas una
fuente de estrés para su marido quien solo piensa en que llegue pronto la jubilación.
El paciente, que se encuentra presente en el momento que su mujer realiza esta declaración,
reconoce dichos problemas y los racionaliza, “solo me queda un año” “en breves me jubilo”, “lo
puedo aguantar”.
La mujer niega completamente que su marido presente en el domicilio esta actitud, lo define
como una persona con una visión sombría del futuro, tendente a preocuparse en exceso, con un
nivel elevado de ansiedad y con poca tolerancia emocional a las contrariedades.
A la exploración solamente destaca una alteración de su discurso en torno a una latencia de
respuesta aumentada que podría correlacionarse con la dificultad que el paciente refiere para
encontrar determinadas palabras. No presenta un lenguaje repetitivo ni alteraciones de la
compresión. El resto de la exploración es normal.
Dado que previamente al diagnóstico de trastorno conversivo es necesario descartar una
patología somática causal, se decide derivar al paciente al servicio de urgencias del hospital de
referencia indicando lo mismo.
En dicho Servicio el paciente es valorado por el Servicio de neurología, le realizan una
exploración física y neurológica donde hayan lo ya referido y solicitan bioquímica sanguínea
incluyendo pruebas de función hepática y tiroidea, hemograma con VSG, un estudio básico de
coagulación, EKG, RX de tórax y sedimento de orina no encontrándose alteraciones relevantes
en ninguna de las pruebas mencionadas. A su vez, solicitan TAC de cráneo con los siguientes
resultados: “Lesión hipodensa localizada a nivel de la región putaminal - Cápsula interna rodilla
anterior izquierda compatible con lesión isquémica establecida localizada a dicho nivel. Pequeña
lesión hipodensa de similares características localizada en porción posterior centro semioval
izquierdo en relación con infarto de pequeño vaso. No se aprecian lesiones expansivas ni
sangrados intracraneales. Sistemas ventriculares normales”. Por este motivo, diagnostican al
paciente de un accidente cerebrovascular isquémico izquierdo, deciden antiagregarlo, ingresarlo
y solicitarle más pruebas complementarias que se citan, junto a sus resultados, a continuación.
Ecografía Doppler de TSA: Mínimos cambios ateromatosos en la bifurcación carotídea derecha.
RM Cráneo: Lesión hiperitensa en T2 y FLAIR , localizada en la región de ganglios de la base y
centros semioval izquierdo, que en la secuencia difusión b1000 presenta un área de hiperseñal
extensa, de unos 3 x 1cms, con hiposeñal en ADC, en relación con infarto agudo isquémico. Se
observa un área de adyacente, de localización anterior, hiperintensa en T1, hipointensa en
FLAIR, T2 y muy hipointensa en T2 gradiente, sugestiva de área de sangrado subagudo o
crónico, que puede ser por un episodio vascular previo. Múltipes lesiones hiperintensas de la
sustancia blanca periventricular y de centros semiovales y en región pontina, en relación con
desmielinización o hipoxia-isquemia.
Ecocardiograma: normal
Holter: 2 pausas de 2, 6 segundos en vigilia
Al alta el paciente presenta una mejora de la fluencia del lenguaje con disnomia ocasional y
compresión conservada. En la actualidad, se encuentra aún pendiente de ser estudiado por el
Servicio de Cardiología por las alteraciones presentadas en el Holter y por el Servicio de
Hematología para realizar un estudio de hipercoagubilidad sin haber necesitado, hasta el
momento, nueva valoración por nuestro servicio.
CONCLUSIONES
El diagnóstico de un trastorno conversivo es una condición desafiante que requiere una
evaluación exhaustiva del paciente y prestar una especial atención a la aparición de nuevos
síntomas que deben ser estudiados. No debemos olvidar el alto porcentaje de pacientes que tras
recibir dicho diagnóstico, finalmente, son diagnosticados de un trastorno médico que justificaría
sus síntomas y la influencia del retraso diagnóstico en la demora de su tratamiento y evolución.
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