PUBLICIDAD-

Sesgos cognitivos en el reconocimiento emocional de pacientes esquizofrénicos

  Seguir al autor

Autor/autores: Paula Melero Rueda , Carmen Moret Tatay
Fecha Publicación: 02/05/2018
Área temática: Esquizofrenia, Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

Universidad Católica San Vicente Mártir

RESUMEN

El envejecimiento parece presentar un sesgo hacia los estímulos positivos. Sin embargo, este proceso es más complejo para los pacientes mayores con esquizofrenia. Con el fin de analizar este fenómeno, se realizó un estudio experimental en el que 48 participantes se dividieron en dos grupos: un grupo experimental de 24 participantes diagnosticados con esquizofrenia y un grupo control de 24 sujetos sin trastornos. El objetivo principal fue el estudio para evaluar los componentes del tiempo de respuesta de acuerdo con la valencia emocional del estímulo. Se empleó una batería de 120 imágenes del Sistema Internacional de Imágenes Afectivas (IAPS) que presenta valencias emocionales positivas, negativas y neutrales. Los tiempos de respuesta se evaluaron en términos de análisis de varianza, así como sus parámetros inherentes al ajuste a una distribución ex-gaussiana. Los resultados mostraron respuestas más lentas en esquizofrénicos que en los controles. Además, se sugirió una desaceleración general en términos de parámetros ex-gaussianos para el grupo con esquizofrenia. Finalmente, este grupo pareció representar una mejor codificación de imágenes negativas que controles, lo que podría indicar un sesgo negativo para esta población.

Palabras clave: Esquizofrenia, tiempo de respuesta, valencia emocional, parámetros


VOLVER AL INDICE

Url corta de esta página: http://psiqu.com/1-8807

Contenido completo: Texto generado a partir de PDf original o archivos en html procedentes de compilaciones, puede contener errores de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.

SESGOS COGNITIVOS EN EL RECONOCIMIENTO EMOCIONAL DE PACIENTES ESQUIZOFRÉNICOS. UNA PROPUESTA DE INVESTIGACIÓN
Paula Melero-Rueda y Carmen Moret-Tatay.

INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas, se ha incrementado el interés de la comunidad científica en esclarecer
los mecanismos que subyacen a los fallos o distorsiones en la memoria. No es sorprendente,
dada las múltiples implicaciones en diferentes campos, desde la psicología jurídica hasta
nuestra vida diaria. En este sentido, las falsas memorias es uno de los fenómenos más
estudiados por un amplio número de investigaciones. Hacen referencia al proceso por el cual
recordamos eventos que nunca ocurrieron como reales o los recordamos de una forma
cualitativamente diferente a como en realidad sucedieron (Roediger & McDermott, 1995).
Las falsas memorias se encuentran íntimamente relacionadas con el correcto funcionamiento
de la memoria episódica y semántica. Las falsas memorias tienden a aumentar a medida que
aumenta la elaboración semántica de la información a recordar (Marsh, Ljung, Nöstl,
Threadgold y Campbell 2015). Así mismo, la disminución en el rendimiento de la memoria
episódica con la edad está asociada al aumento de las falsas memorias (Lövdén, 2003). A su
vez estas dependen también del contenido emocional que presenta el estímulo. Algunos
estudios sostienen que dicho contenido emocional disminuye las falsas memorias ya que se
codifican más detalles contextuales que ayudan a diferenciar entre estímulos reales e
imaginarios (Palmer y Dodson, 2009). Por el contrario, otras investigaciones afirman que el
contenido afectivo puede incrementar las falsas memorias puesto que conducen a sesgos
atencionales que pueden aumentar la posibilidad de reconocer un estímulo con independencia
de una exposición previa (Brainerd, Stein, Silveira, Rohenkohl, y Reyna, 2008). Otros estudios
mantienen que es la valencia del contenido emocional del estímulo (neutro, positivo o
negativo) la que influye en la reducción o incremento de los errores en la memoria (Storbeck y
Clore, 2011). Y en el lado opuesto, se defiende que es el arousal (intensidad de activación) el
que actúa sobre la codificación y por tanto el que interviene en los errores (Mirandola y
Toffalini, 2016).
La edad y los recuerdos se encuentran íntimamente ligados. Estudios recientes señalan que
conforme nos hacemos más mayores recordamos más eventos positivos que negativos
(Kennedy, Mather y Carstensen, 2004). Adultos mayores tienden a recordar una mayor
proporción de estímulos positivos que negativos en comparación con adultos más jóvenes
(Charles, Mather y Carstensen, 2003; Mather, Knight y McCaffrey, 2005). Mikels, Larkin,

Reuter-Lorenz y Carstensen (2005) realizaron un estudio sobre la memoria de trabajo donde
observaron mejores resultados en los mayores adultos ante estímulos positivos, mientras que
los jóvenes adultos presentaban un mejor recuerdo ante estímulos negativos. Además, los
adultos mayores con mayor frecuencia ignoran y olvidan las emociones e información negativa,
mientras que los adultos jóvenes presentan un sesgo hacia lo negativo (Mather y Carstensen,
2003). Los jóvenes adultos tienen una tendencia, a la hora de recordar y tomar decisiones, a
valorar y sopesar más la información negativa que la positiva (Baumeister, Bratslavsky,
Finkenauer y Vohs, 2001). Dicho de otra forma, esta corriente apostaría por un sesgo hacia lo
positivo, a los efectos de compensar los declives de la edad. En línea con lo anterior, algunos
autores como León et al (2010), estipulan que los jóvenes presentarían un sesgo negativo
como estrategia de supervivencia, que con la edad atenuaría su efecto hacia la valencia
emocional positiva.
Mather y Carstensen (2005) hipotetizaron que en el proceso de envejecimiento activo
(Organización Mundial de la Salud, 2002) hacia la adultez tardía, se ensalzan las emociones
positivas y se atiende más a la información positiva a la par que disminuye la atención hacia el
contenido y afecto negativo. Estos resultados pueden ser explicados por el incremento de la
capacidad de control emocional con la edad (Lawton, Kleban, Rajagopal y Dean, 1992), siendo
esta la primera hipótesis que trataría de explicar la dirección de estos hallazgos. En este
sentido, los adultos mayores regularían mejor sus emociones por lo que también controlan
más a donde dirigen su atención, si a lo positivo o a lo negativo. También existen otras teorías
que tratan de explicar este resultado en términos de compensación a través de lo positivo,
cómo, por ejemplo, la teoría de la selectividad socioemocional (Carstensen, 1993). Esta teoría
postula que en la vejez se produce un cambio motivacional hacia la optimización de la
experiencia emocional puesto que perciben más cerca los límites del tiempo; en consecuencia,
presentan una mayor regulación, control, y madurez emocional.
Muchas de las investigaciones en falsas memorias han centrado su estudio en la población
esquizofrénica (Mortiz, Woodward, Cuttler, Whitman y Watson, 2004). Para ello los expertos
utilizan diferentes técnicas que demuestren este fenómeno. Uno de los métodos más
ampliamente utilizados es el paradigma de Deese-Roediger-McDermott (DRM) (Deese, 1959;
Roediger y McDermott, 1995). Este procedimiento se basa en presentar listas de palabras a los
participantes para después evaluar el recuerdo de las mismas. Cada lista está asociada a una
palabra clave central que no es presentada pero que erróneamente los participantes recuerdan
(ejemplo: cama, levantarse, descansar y sueño, donde la palabra critica es dormir). En este
contexto una falsa memoria podría ser un falso-positivo (el recuerdo de palabras no vistas
anteriormente) o un falso-negativo (el rechazo de palabras presentadas previamente).
Los pacientes con esquizofrenia se caracterizan, además de por otros déficits cognitivos, por
presentar carencias en la memoria de trabajo y a corto plazo, memoria semántica, memoria
episódica, memoria de reconocimiento y evocación de recuerdos (Laws y Bhatt, 2005). Estos
déficits pueden tener un papel en la formación de falsas memorias en los pacientes. La
literatura actual se muestra muy controvertida al respecto. Algunos estudios encontraron que
los esquizofrénicos presentan una mayor tendencia a producir falsas memorias que la
población normal (Lee et al., 2006), presentando un mayor número de errores falsos-positivos
(Stirling, Hellewell, y Hewitt, 1997) y/o falsos-negativos (Mortiz et al., 2004, 2005; Mortiz,
Woodward, y Rodriguez-Raecke, 2006). Por otra parte, otros trabajos sostienen que no existe
una predisposición a la producción de falsas memorias en esquizofrénicos frente a la población
general (Elvevag, Fisher, Wickert, Weinberg, y Golberg, 2004; Mortiz et al. 2004). Otro factor
importante en este ámbito son los delirios, que algunos autores como Garety y Hemsley
(1994), afirman que predisponen a la formación de falsas memorias. Los delirios pueden ser
un reflejo de un exceso de confianza en la información que es realmente incorrecta. Pacientes
esquizofrénicos tienden más a confiar en información falsa y desconfiar de las respuestas
correctas, mientras que los sujetos controles son más cautelosos evaluando la información que
puede ser incorrecta (Mortiz et al., 2005). Diferentes estudios avalan una mayor confianza en
falsas memorias en esquizofrénicos frente a los sujetos control (Moritz y Woodward, 2002;
Moritz, Woodward, y Ruff, 2003; Moritz et al. 2006). Bhayt, Laws y Mckenna (2010) explican
estos resultados defiendo que un aumento de la confianza en las falsas memorias sustenta las
respuestas defensivas que los individuos utilizan cuando se enfrentan a evidencias que
contradicen sus falsas creencias. Peters, Hauschildt, Mortiz y Jelinek, (2013) explican que la
esencia de estos resultados se debe a la actitud liberal que demuestran los pacientes
esquizofrénicos en juzgar la información incompleta haciéndoles más propensos a creer en
falsas memorias.
Como anteriormente se menciona, la emoción juega un papel fundamental en el ámbito de las
falsas memorias. Actualmente no existe un consenso sobre los déficits de memoria en relación
a experiencias emocionales en esquizofrénicos (Peters et al., 2013). Algunos estudios
sostienen que no existen diferencias en los patrones de memoria ante palabras emocionales en
pacientes esquizofrénicos frente a la población control (Matthews y Barch, 2004), mientras que
en otros se observa una disminución en el recuerdo de estímulos positivos, negativos y/o
ambos (Hall, Harris, McKirdy, Johnstone, y Lawrie, 2007; Herbener, Rosen, Khine, y Sweeney,
2007). Un método frecuentemente utilizado para el estudio de la memoria en contenido
emocional y falsas memorias es el International Affective Picture System (IAPS) (Lang,
Bradley, y Cuthbert, 1999). Esta batería presenta una alta fiabilidad en relación a la valencia
(positiva, negativa y neutra), arousal (intensidad) y dominancia (grado de control) ejercido por
el estímulo. Véase un ejemplo de diferentes cargas emocionales en la figura 1.

Figura 1: Ejemplo de estímulos IAPS (1999) según su valencia, autorizadas por el
Departamento de Psicobiologia UNIFESP/EPM, Universidad de São Paolo, Brasil. A la izquierda
imagen con valencia neutra. En el medio, imagen con valencia negativa. A la derecha imagen
con valencia positiva.
En este estudio utilizaremos el IAPS para valorar los falsos recuerdos en esquizofrénicos según
el contenido emocional frente a un grupo control. No obstante, como muchos otros estudios
mencionan, se debe tener en cuenta que el tiempo de reacción en esquizofrénicos es más lento
(Birkett et al, 2007; Kim, Lee, Choi y Goh, 2009), que responden con una ratio de errores
mayor (Kim et al, 2009) y que la variabilidad inter e intra-sujetos en tiempo de reacción es
mayor en comparación con los sujetos control (Schwartz et al, 1989). Parte de estos
resultados son explicados por los déficits de atención que caracterizan a la esquizofrenia
(Heinrichs y Zakzanis, 1998). Por ello, el tiempo de aplicación de la tarea distractora, como se
comenta en el apartado de metodología, será de 5 minutos como también otras investigaciones han utilizado (Romeu, 2002).
Frente a la disparidad de resultados en este ámbito, el presente propuesta de investigacion
busca esclarecer en términos de una mayor, menor o igual tendencia de los pacientes con
esquizofrenia a presentar falsas memorias con respecto a la población control. La importancia
de estos resultados es más que evidente en aras de clarificar los mecanismos cognitivos y
déficits que subyacen a este trastorno además de las considerables aplicaciones en las
decisiones legales y pruebas testimoniales. Aunque los trastornos mentales solo están
vinculados entre un 5-10% a los actos de violencia criminal (Man, 1995), es importante
conocer los mecanismos subyacentes de estos trastornos con el objetivo de auxiliar a la ciencia
del derecho y procedimientos judiciales. Ciertos datos corroboran, para el caso concreto de la
esquizofrenia, la transcendencia del estudio en este campo: entre un 10 y 50% de los
pacientes esquizofrénicos son violentos en algún momento del transcurso de su enfermedad
(Steinert, 1998); con respecto a la población general estos pacientes tienen hasta cuatro veces
más posibilidades de cometer un delito violento (Fazel, Langstrom, Hjern, Grann y
Lichtenstein, 2009; Swanson et al. 2006), personas diagnosticadas con esquizofrenia se
encuentran sobrerepresentadas en la población carcelaria frente a la población general
(Iozzino, Ferrari, Large, Nielssen y De Girolamo, 2015; Teplin, 1990).

Por todo ello se considera de interés en para esta propuesta y se establecen los siguientes
objetivos:
i) Examinar el rol de la carga emocional en el sesgo de respuesta. En este caso se hace
alusión a la presencia de falsas alarmas o, lo que es lo mismo, falsas memorias según
valencia emocional del estímulo y condición experimental.

ii)Evaluar el procesamiento cognitivo, en términos de latencia de respuesta de la tarea de
reconocimiento, según la valencia emocional y condición experimental.

MÉTODO
Participantes
Para determinar el tamaño muestral más adecuado utilizaremos la siguiente formula:
=((Z^2(1-))/e^2 ) Para ello, determinaremos que el intervalo de confianza sea del 95%
(Z=1,96), p= 0,5 y el margen de error de un 5%. Con estos datos el tamaño muestral más
adecuado sería de 385 sujetos. No obstante, ante la imposibilidad de conseguir ese número de
sujetos en las mismas condiciones y controlando variables externas, lo más apropiado,
teniendo en cuenta los medios de los que disponemos, serian un total de 100 sujetos.
50 sujetos diagnosticados de esquizofrenia (DSM-5, American Psychiatric Association, 1994).
Los criterios de exclusión serian la presencia de comorbilidad con otros trastornos, la
incapacidad para completar el experimento, la presencia de un claro déficit cognitivo, y una
puntuación igual o menor a 23 puntos en la prueba Mini-Examen Cognoscitivo (MEC)
desarrollada por Lobo, Escobar, Ezquerra y Seva Díaz (1980). El punto de corte de 23 puntos
en el MEC sería elegido por ser el más ampliamente aceptado y el más frecuentemente
utilizado (Miquel y Agustí, 2011).
Otros 50 sujetos conforman el grupo control. Todos ellos dentro de un de envejecimiento
óptimo y en ausencia de cualquier trastorno mental. En cuanto al género y la edad se
intentaría mantener la máxima homogeneidad posible entre ambos grupos.
Materiales
Los estímulos que utilizaríamos serían un conjunto de imágenes del International Affective
Picture System (IAPS) (Lang, Bradley, y Cuthbert, 1999). Se utilizarrían un total de 120
imágenes que configuran tres grupos de 40 imágenes cada uno correspondientes a las tres
valencias: positiva, negativa y neutra. Para la tarea de reconocimiento seleccionaremos otras
120 imágenes donde la mitad serán las imágenes objetivo y la otra mitad imágenes
distractoras. De las 60 imágenes objetivo o target, 20 serán imágenes negativas, 20 positivas
y 20 neutras. De la misma manera, de las 60 imágenes distractoras: 20 serán negativas, 20
positivas y 20 neutras.

Procedimiento
El experimento se realizará en una sala sencilla y silenciosa donde los participantes realicen la
prueba de uno en uno. Previo al pase de la prueba, como se ha mencionado anteriormente, se
pasará el MEC para comprobar que el participante cumple con los criterios de inclusión. El
experimento consta de dos fases. En la primera fase se presentan un conjunto de 60 imágenes
seleccionadas aleatoriamente a través de un ordenador Windows mediante el programa DMDX
(Forster y Forster, 2003). Las instrucciones para los participantes en esta fase serán que
tienen que ver las imágenes como si se tratara de un programa de televisión. A continuación,
se realizará la tarea distractora de 5 minutos de duración.
En el primer minuto se le preguntará al participante por sus datos demográficos y en los cuatro
minutos restantes se les pasará una prueba atencional. La prueba atencional escogida es el
test de percepción de diferencias (CARAS-R) (Thurstone y Yela, 2012). Aunque esta prueba
está indicada para edades comprendidas entre los 6 y 18 años, resulta más ajustada para
sujetos mayores con esquizofrenia debido a los déficits atencionales que caracterizan este
trastorno. En la segunda fase del experimento se presentarán 120 imágenes, 60 de ellas ya
vistas en la fase anterior y otras 60 distractoras seleccionadas aleatoriamente. Las
instrucciones consisten en presionar un botón verde cuando reconocieran la imagen y un botón
rojo cuando perciban que la imagen es nueva o no presentada anteriormente. Cuando el sujeto
no dé una respuesta o tarde más de 2000 ms en responder, la imagen pasará y se mostrará la
siguiente. Por ello se les instruye también en que respondan lo más rápido posible.
Diseño y Análisis
Los resultados obtenidos posiblemente seguírán una curva con asimetría positiva. Con el fin de
poder realizar el tratamiento de los datos adecuados se usará un cut-off a partir de los 250 ms
y hasta los 2000 ms. De esta manera se busca asemejar la curva asimétrica positiva a la curva
normal de Gauss. El límite en 250 ms es establecido a partir de la teoría de la detección de la
señal (TDS) que establece el límite mínimo que se necesita para percibir un estímulo. Por otra
parte, el valor de 2000 ms es tomado teniendo en cuenta la lentitud de procesamiento y
déficits atencionales que caracterizan a la población con esquizofrenia.
Para el tratamiento de datos se realizará un análisis de varianza (ANOVA) de medidas
repetidas 3 x 2 x 2 donde se explore la valencia emocional (positiva, negativa y neutra), el tipo
de estímulo (objetivo o distractor) y el grupo (Esquizofrenia o control). Para ello se utilizará la
22ª versión del paquete estadístico SPSS (IBM, Armonk, NY).
PREDICCIÓN DE RESULTADOS Y SU FUNDAMENTACIÓN TEORICA
Los posibles resultados mostrarían una latencia de respuesta mayor para el grupo con
esquizofrenia en comparación con el grupo control. Esto es consistente con la amplia literatura
experimental donde con frecuencia los pacientes esquizofrénicos suelen ser hasta dos veces
más lentos que los sujetos controles (Gale y Holzman, 2000). Según investigaciones recientes
estos tiempos de respuesta más lentos se deben principalmente al componente cognitivo más
que a los elementos motrices (Kim, Lee, Choi y Goh, 2009). Particularmente se atribuye a
posibles dificultades en la toma de decisiones asociado a los déficits en el procesamiento de la
información (Krieger, Lis y Gallhofer, 2001).
Siguiendo con la latencia de respuesta, se encontrarían diferencias también entre el target y el
distractor. Esto se traduce en que los participantes serían mucho más rápidos en reconocer
una imagen ya presentada que en rechazar una imagen nueva. Este resultado respalda los
modelos clásicos de toma de decisiones, ya que, en este sentido, descartar una imagen tendría
mayor carga de demanda que seleccionar la imagen target (Ratcliff, Thapar, & McKoon, 2010;
Starns, & Ratcliff, 2010).
Con respecto a la tasa de aciertos, los resultados mostrarían diferencias significativas entre los
bloques target y distractor. Es decir, las imágenes target presentarían más errores que las
distractoras. Esto sería debido, entre otros factores, a la diferencia de tiempo transcurrido
entre que se visualiza la imagen target y se inicia la tarea de reconocimiento y entre que se
visualiza la imagen distractora y comienza la tarea; ya que cuanto mayor sea la demora,
mayor es la imprecisión y por tanto mayor es la probabilidad de producir errores (Teoría
clásica de niveles de procesamiento de Craik, 2002). Además, El proceso de reconocimiento de
una información previamente presentada es más complejo cognitivamente que el descarte de
una información nueva (teoría clásica de Baddeley, 1976).
Por último, con respecto al efecto de la valencia emocional es donde la literatura científica se
muestra más controvertida. Por ello resultaría difícil predecir y hablar de posibles resultados.
Para poder hablar de la influencia de la valencia emocional sobre las variables anteriormente
comentadas, habrá que esperar a la consecución de la investigación y sus consecuentes
resultados.
Ya de antemano, se puede prever posibles limitaciones como los efectos de los antipsicóticos
utilizados en el tratamiento de la esquizofrenia. Ciertos estudios sugieren que las falsas
memorias son más susceptibles a los efectos de la medicación de antipsicóticos y que puede
existir una relación entre la medicación y los resultados de estos estudios (Fairfield et al.,
2016). Asimismo, es importante mencionar que el desarrollo de la investigación en condiciones
de laboratorio restringe la extrapolación de los resultados a los problemas que se pueden
presentar en la vida cotidiana. Es decir, debemos tener en cuenta la escasa validez ecológica
de las conclusiones del estudio. Sin embargo, según la lógica de Sternberg (1998) el estudio
de los fenómenos debe comenzar desde lo más básico, las unidades elementales, a lo más
complejo, los sistemas que se interrelacionan. Por ello, con este estudio se pretende asistir a
los elementos simples del complejo fenómeno de las falsas memorias.

No obstante, a pesar de estas limitaciones podemos destacar dos grandes implicaciones de
esta propuesta: a nivel teórico y a nivel práctico. En primer lugar, a nivel teórico, será
importante tener en cuenta estos resultados a la hora de desarrollar modelos teóricos sobre el
procesamiento de la información y sobre el reconocimiento de estímulos. Y es que son este
tipo de investigaciones, centradas en el ámbito cognitivo, las que nos van a ayudar a
hipotetizar y teorizar sobre los mecanismos de la psique humana. En este sentido, las
implicaciones a nivel práctico también adquierirán relevancia, pues lo que se busca es poder
llevar los avances teóricos a nuestra práctica profesional. En este nivel queremos destacar las
posibles aplicaciones en materia de testimonios y declaraciones. Dentro de la psicología
jurídica, una gran área es abarcada por la psicología del testimonio que fundamentalmente se
centra en el estudio de la veracidad y exactitud de las declaraciones de testigos. De esta
manera, se busca evitar que se produzcan sesgos y falsas informaciones o falsas memorias de
manera no intencionada por el declarante pudiendo repercutir en las sentencias judiciales. Por
ello es importante este tipo de estudios para mejorar las tareas de memoria de reconocimiento
en testigos.

BIBLIOGRAFÍA
1. Aliño, J. J. L. I., Miyar, M. V., & American Psychiatric Association. (2008). DSM-IV-TR:
Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. American Psychiatric Pub.

2. Baumeister, R. F., Bratslavsky, E., Finkenauer, C., & Vohs, K. D. (2001). Bad is stronger
than good. Review of general psychology, 5(4), 323.

3.Bhatt, R., Laws, K. R., & McKenna, P. J. (2010). False memory in schizophrenia patients
with and without delusions. Psychiatry Research, 178(2), 260-265.

4.Birkett, P., Sigmundsson, T., Sharma, T., Toulopoulou, T., Griffiths, T. D., Reveley, A., &
Murray, R. (2007). Reaction time and sustained attention in schizophrenia and its genetic
predisposition. Schizophrenia research, 95(1), 76-85.

5.Brainerd, C.J.; Stein, L.M.; Silveira, R.A.; Rohenkohl, G.; Reyna, V.F. (2008). How does
negative emotion cause false memories? Psychological Science, 19, 919-925.

6.Brébion, G., Amador, X., Smith, M. J., & Gorman, J. M. (1997). Mechanisms underlying
memory impairment in schizophrenia. Psychological medicine, 27(2), 383-393.

7.Carstensen, L. L. (1993, January). Motivation for social contact across the life span: A
theory of socioemotional selectivity. In Nebraska symposium on motivation (Vol. 40, pp.
209-254).

8.Charles, S. T., Mather, M., & Carstensen, L. L. (2003). Aging and emotional memory: the
forgettable nature of negative images for older adults. Journal of Experimental Psychology:
General, 132(2), 310.

9.Elvevag, B., Fisher, J.E., Wickert, T.W., Weinberg, D.W., & Golberg, T.E. (2004). Lack of
false recognition in schizophrenia: a consequence of poor memory? Neuropsychologia, 42,
546-554.

10. Fairfield, B., Altamura, M., Padalino, F. A., Balzotti, A., Di Domenico, A., & Mammarella, N.
(2016). False Memories for affective information in schizophrenia. Frontiers in psychiatry,
7.
11. Fazel, S., Långström, N., Hjern, A., Grann, M., & Lichtenstein, P. (2009). Schizophrenia,
substance abuse, and violent crime. Jama, 301(19), 2016-2023.
12. Gale, H. J., & Holzman, P. S. (2000). A new look at reaction time in schizophrenia.
Schizophrenia Research, 46(2), 149-165.
13. Garety, P. A., & Hemsley, D. R. (1994). Delusions: investigations into the psychology of
delusional reasoning. Oxford: Oxford University Press.
14. Hall, J., Harris, J. M., McKirdy, J. W., Johnstone, E. C., & Lawrie, S. M. (2007). Emotional
memory in schizophrenia. Neuropsychologia, 45, 1152-1159.
15. Heinrichs, R. W., & Zakzanis, K. K. (1998). Neurocognitive deficit in schizophrenia: a
quantitative review of the evidence. Neuropsychology, 12(3), 426.
16. Herbener, E. S., Rosen, C., Khine, T., & Sweeney, J. E. (2007). Failure of positive but not
negative emotional valence to enhance memory in schizophrenia. Journal of Abnormal
Psychology,, 116, 43-55.
17. Iozzino, L., Ferrari, C., Large, M., Nielssen, O., & De Girolamo, G. (2015). Prevalence and
risk factors of violence by psychiatric acute inpatients: a systematic review and metaanalysis. PloS one, 10(6), e0128536.
18. Keith R. Laws, Reena Bhatt. (2005). False memories and delusional ideation in normal
healthy subjects. Personality and Individual Differences, 39(4), 775-781.
19. Kennedy, Q., Mather, M., & Carstensen, L. L. (2004). The role of motivation in the agerelated positivity effect in autobiographical memory. Psychological science, 15(3), 208-214.
20. Kim, C. Y., Lee, G., Choi, H., & Goh, J. (2009). Repeated measures of reaction times
among patients with schizophrenia. Clinical Psychopharmacology and Neuroscience, 7(1),
20-22.
21. Krieger, S., Lis, S., & Gallhofer, B. (2001). Cognitive subprocesses and schizophrenia. A.
Reactiontime decomposition. Acta psychiatrica scandinavica, 104(s408), 18-27.
22. Lövdén, M. (2003). The episodic memory and inhibition accounts of age-related increases
in false memories: A consistency check. 49(2), 268-283.
23. Lang, P. J., Bradley, M. M., & Culthbert, B. N. (1999). International affective digitized
sounds (IADS): Stimuli, instruction manual and affective ratings (Tech. Rep. No. B-2). The
Center for Research in Psychophysiology, University of Florida, USA, 83.

XIX Congreso Virtual Internacional de Psiquiatría
www.interpsiquis.com- abril 2018. Psiquiatria.com

SESGOS COGNITIVOS EN EL RECONOCIMIENTO EMOCIONAL DE PACIENTES
ESQUIZOFRÉNICOS. UNA PROPUESTA DE INVESTIGACIÓN
24. Lang, P. J., Bradley, M. M., & Cuthbert, B. N. (2008). nternational affective picture system
(IAPS):

Instruction manual and affective ratings.The center for research in psychophysiology, University of Florida.
25. Lawton, M. P., Kleban, M. H., Rajagopal, D., & Dean, J. (1992). Dimensions of affective
experience in three age groups. Psychology and aging, 7(2), 171.
26. Lee, T.M.; Chan, M.W.; Chan, C.C.; Gao,J.; Wang, K.; Chen, E.Y. (2006). Prose memory
deficits associated with schizophrenia. Schizophrenia Research, 81, 199-209.
27. León, F. G., Martínez, J. M. A., Hernández, L. M., Cruz, J. S., Meilán, J. J. G., Ramos, J. C.,
& Sáez, E. P. (2010). Emoción y memoria de reconocimiento: la discriminación de la
información negativa como un proceso adaptativo. Psicothema, 22(4), 765-771.

28. Lobo, A., Escobar, V., Ezquerra, J., & Seva Díaz, A. (1980). " El Mini-Examen
Cognoscitivo"(Un test sencillo, práctico, para detectar alteraciones intelectuales en
pacientes psiquiátricos). Revista de Psiquiatría y Psicología Médica.
29. Man, JJ. Violence and aggression. In: Bloom FE, Kupfer DJ, editors. Psychopharmacology:
The Fourth-Generation Progress. Nueva York: Raven Press; 1995. p. 1919-28.
30. Marsh J.E.; Ljung R.; Nöstl A.; Threadgold E.; Campbell T.A. (2015). Failing to gete the
gist of what's being said: background noise impairs higher-order cognitive processing.
Front Psychol, 6, 548.
31. Mather, M., & Carstensen, L. L. (2003). Aging and attentional biases for emotional faces.
Psychological science, 14(5), 409-415.
32. Mather, M., & Carstensen, L. L. (2005). Aging and motivated cognition: The positivity effect
in attention and memory. Trends in cognitive sciences, 9(10), 496-502.
33. Mather, M., Knight, M., & McCaffrey, M. (2005). The allure of the alignable: younger and
older adults' false memories of choice features. Journal of Experimental Psychology:
General, 134(1), 38.
34. Matthews, J. R., & Barch, D. M. (2004). Episodic memory for emotional and non-emotional
words in schizophrenia. Cognition and Emotion, 18, 721-740.
35. Mikels, J. A., Larkin, G. R., Reuter-Lorenz, P. A., & Carstensen, L. L. (2005). Divergent
trajectories in the aging mind: changes in working memory for affective versus visual
information with age. Psychology and aging, 20(4), 542.
36. Miquel, J. L., & Agustí, G. M. (2011). Mini-examen cognoscitivo (MEC). Revista española de
medicina legal, 37(3), 122-127.
37. Mirandola, C.; Toffalini, E. (2016). Arousal--But Not Valence--Reduces False Memories at
Retrieval. PLOS ONE, 11(3), e0148716.
38. Moritz, S., & Woodwars, T. S. (2002). Memory confidence and false memories in
schizophrenia. Journal of Nervous and Mental Disease, 190, 641-643.
39. Moritz, S., Woodward, T. S., & Ruff, C. C. . (2003). Source monitoring and memory
confidence in schizophrenia. Psuchological Medicine, 33, 131-139.
40. Mortiz S., Woodward T.S., Cuttler C., Whitman J.C., Watson J.M. (2004). False memories in
schizophrenia. Neuropsychology, 18, 276-283.
41. Mortiz, S., Woodward, T.S., Rodriguez-Raecke, R. (2006). Patients with schizophrenia do
not produce more false memories than controls but are more confidente in them.
Psychological Medicine, 36, 659-667.
42. Mortiz, S., Woodward, T.S., Whitman, B.A, Cuttler, C. (2005). Confidence in errors as a
posible basis for delusions in schizophrenia. The journal of Nervous and Mental Disease,
193, 9-16.
43. Palmer, J.E.; Dodson, C.S. (2009). Investigating the mechanisms fuelling reduced false
recall of emotional material. Cognition and Emotion Journal, 23, 238-259.
44. Peters, M. J. V., Hauschildt, M., Mortiz, S., & Jelinek, L. (2013). Impact of emotionality on
memory and meta-memory in schizophrenia using video sequences. Journal of Behavior
Therapy and Experimental Psychiatry, 44, 77-83.
45. Redondo, J., & Fernández-Rey, J. (2010). Reconocimiento de fotografías de contenido
emocional: Efectos de la valencia cuando se controla el arousal. Psicológica, 31(1).
46. Roediger, H.L., McDermott, K.B. (1995). Creating false memories: remembering words not
presented in lists. Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cognition(21), 803-814.
47. Romeu, P. F. (2002). Recuerdo de imágenes emocionales y niveles de procesamiento.
Psicothema, 14(3), 591-596.
48. Schwartz, F., Carr, A. C., Munich, R. L., Glauber, S., Lesser, B., & Murray, J. (1989).
Reaction time impairment in schizophrenia and affective illness: the role of attention.
Biological Psychiatry, 25(5), 540-548.
49. Steinert T. Schizophrenia and violence: epidemiological, forensic and clinical aspects.
Fortschr Neurol Psychiatr. 1998;66(9):391-401.
50. Sternberg, S. (1998). Discovering mental processing stages: The method of additive
factors. The MIT Press.
51. Stirling, J.D., Hellewell, J.S.E., & Hewitt, J. (1997). Verbal memory impairment in
schizophrenia. No sparing of short-term recall. Schizophrenia Research, 25, 85-95.
52. Storbeck, J.; Clore, G.L. (2011). Affect Influences false memories at encoding: Evidence
from recognition data. Emotion, 11, 981-989.

53. Swanson, J. W., Swartz, M. S., Van Dorn, R. A., Elbogen, E. B., Wagner, H. R., Rosenheck,
R. A., ... & Lieberman, J. A. (2006). A national study of violent behavior in persons with
schizophrenia. Archives of general psychiatry, 63(5), 490-499.
54. Teplin, L. A. (1990). The prevalence of severe mental disorder among male urban jail
detainees: comparison with the Epidemiologic Catchment Area Program. American Journal
of Public Health, 80(6), 663-669.
55. Thurstone, L. L., & Yela, M. (2012). Test de percepción de diferencias (CARAS-R). Tea.

XIX Congreso Virtual Internacional de Psiquiatría
www.interpsiquis.com- abril 2018. Psiquiatria.com

Comentarios/ Valoraciones de los usuarios



¡Se el primero en comentar!

La información proporcionada en el sitio web no remplaza si no que complementa la relación entre el profesional de salud y su paciente o visitante y en caso de duda debe consultar con su profesional de salud de referencia.