El objetivo de esta investigación es evaluar y describir los estilos de personalidad de adultas mayores y examinar si éstos varían según el nivel de apoyo social. Para ello, se consideró una muestra de 212 mujeres ancianas de la ciudad de Mar del Plata, Argentina. Para determinar los estilos de personalidad se utilizó la adaptación española del MIPS (Millon, 2001) y los niveles de apoyo social se establecieron mediante la escala de apoyo social (Conde y Franch, 1984), y se aplicó un cuestionario para obtener datos socio-ocupacionales y educativos.
Los resultados evidenciaron diferencias significativas en la mayoría de los estilos de personalidad según el nivel de apoyo social. Estos resultados permitieron describir un perfil de personalidad relativamente homogéneo, exhibiendo un funcionamiento equilibrado y un balance entre los estilos opuestos de la personalidad en este grupo. Los hallazgos de este estudio pueden considerarse un aporte al estudio de la personalidad n o patológica en la vejez, extendiendo el modelo de Millon.
Evaluación de los estilos de personalidad mediante el MIPS en adultas mayores.
(Evaluation of personality styles by means of MIPS in elderly women. )
Sebastián Urquijo; Deisy Krzemien.
Grupo de Investigación psicología Cognitiva y Educacional.
Facultad de psicología. Universidad Nacional de Mar del Plata.
PALABRAS CLAVE: Estilos de personalidad, apoyo social, MIPS, Adultas mayores.
(KEYWORDS: Personality styles, Social support, MIPS, Elderly women. )
Resumen
El objetivo de esta investigación es evaluar y describir los estilos de personalidad de adultas mayores y examinar si éstos varían según el nivel de apoyo social. Para ello, se consideró una muestra de 212 mujeres ancianas de la ciudad de Mar del Plata, Argentina. Para determinar los estilos de personalidad se utilizó la adaptación española del MIPS (Millon, 2001) y los niveles de apoyo social se establecieron mediante la escala de apoyo social (Conde y Franch, 1984), y se aplicó un cuestionario para obtener datos socio-ocupacionales y educativos. Los resultados evidenciaron diferencias significativas en la mayoría de los estilos de personalidad según el nivel de apoyo social. Estos resultados permitieron describir un perfil de personalidad relativamente homogéneo, exhibiendo un funcionamiento equilibrado y un balance entre los estilos opuestos de la personalidad en este grupo. Los hallazgos de este estudio pueden considerarse un aporte al estudio de la personalidad n o patológica en la vejez, extendiendo el modelo de Millon.
Abstract
The objective of this research is to evaluate and to describe personality styles in elderly women and to examine if they vary according to social support’s level. For this, it was considered a sample of 212 old women from Mar del Plata city, Argentina. In order to determine personality styles, the Spanish adaptation of MIPS (Millon, 2001) was used, and social support’s levels were established using the Social Support Scale (Conde and Franch, 1984), and a questionnaire was applied to collect socio-occupational and educative data. Results showed significantly differences in the most of the personality styles according to the social support’s level. These results let to describe a balanced performance and a balance between the opposed personality styles in this group. The findings of this research may be considered as a contribution to the study of the no pathological personality in elderly, expanding the Millon’s model.
Introducción
El estudio de la personalidad y de las diferencias individuales en la edad avanzada se ha convertido en una de las problemáticas centrales y prometedoras de la investigación gerontológica actual. La personalidad y el envejecimiento son ambos procesos dinámicos. En la búsqueda de un marco teórico que permita describir la personalidad normal en la vejez en términos no sólo estructurales sino dinámicos, rescatando su unidad, complejidad y su carácter multidimensional, consideramos el modelo de estilos de personalidad propuesto por Theodore Millon.
Es reconocido el aporte de Millon en la comprensión no sólo de la personalidad patológica sino de la normal. Desde la publicación en 1969 (en español en 1976) de su original obra psicopatología moderna: Un enfoque biosocial de los aprendizajes erróneos y de los disfuncionalismos, y las posteriores reformulaciones teóricas, Millon y colaboradores han propuesto una ciencia compleja de la personalidad, la cual -como el autor sostiene- requiere de la articulación de cuatro componentes fundamentales: 1) un modelo teórico comprensivo, 2) una nosología, 3) una evaluación diagnóstica, y 4) una estrategia de intervención clínica. Su modelo representa un esfuerzo en este sentido, integrando coherentemente una teoría de la génesis y evolución de la personalidad, un sistema de clasificación de prototipos de personalidad y sus variantes patológicas o trastornos psiquiátricos, un prolífero conjunto de instrumentos de evaluación, y adecuadas estrategias para una psicoterapia integrativa personológica.
En la tradición de las concepciones multirrasgo de la personalidad, y en expresa alternativa a la perspectiva factorial -modelos bio-factoriales de Cattell y Eysenck, modelos léxico-factoriales como los Cinco Grandes Factores de McCrae y Costa-, Millon (1, 2) ha formulado el modelo de las polaridades de estilos de personalidad que atiende a dos principios: uno, la complejidad y multideterminación de la personalidad; y dos, la aplicación en el ámbito clínico.
Millon ha contribuido a la elaboración de las últimas ediciones del Manual diagnóstico y estadístico de Trastornos Mentales (3), en un intento de correspondencia conceptual, especialmente en cuanto al Eje II de los Trastornos de personalidad. Sin embargo, se trata de un modelo dimensional de la personalidad y representa un esfuerzo en describir el carácter saludable por fuera del campo de la psicopatología (4). Este enfoque considera diversas características y estilos interpersonales existentes en la población normal.
Este modelo responde a una perspectiva integradora biosocial, evolucionista, cognitiva y ecológica, reuniendo aportes de las neurociencias, las teorías psicodinámicas y de las relaciones objetales, la psicología cognitiva y comportamental y los modelos humanísticos. Primero, desde una concepción bio-social -con los conceptos de anclaje biológico y aprendizaje experiencial- y posteriormente desde 1990 -introduciendo una perspectiva evolucionista ecológica- el modelo de Millon considera las variaciones de la personalidad como fenómenos adaptativos entre las fuerzas organísmicas y ambientales.
Para este autor, la personalidad es “una totalidad intrínseca de dominios interactuantes” (5, p. 57) y el ámbito privilegiado de una integración bio-psico-social. Millon concibe la personalidad como resultante de conjuntos de disposiciones en interacción dinámica que al combinarse dan origen a diversas configuraciones denominadas estilos de personalidad (6). El estilo de personalidad alude al proceso de evolución filogenético y desarrollo ontogenético de estrategias y aprendizaje adaptativo al medio. En este proceso evolutivo de interacción entre factores biogénicos -la dotación biológica- y psicogénicos -experiencia y estimulación social-, se van desarrollando “modos característicos de adaptación” o “estilos adaptativos” de percibir, pensar, sentir, actuar y relacionarse (1, 6). De este modelo se derivan 12 pares de estilos de personalidad normal, que se los describe según tres dimensiones:
· metas motivacionales: indica que la conducta es inducida por propósitos específicos y evalúan la orientación de la persona a obtener refuerzo del medio. Compuesto por tres polaridades: la primera, placer-dolor, establece la orientación del sujeto a estar motivado por el deseo de obtener un refuerzo positivo (Apertura) o a evitar una estimulación negativa procedente del medio (Preservación). La segunda, activo-pasivo, evalúa la disposición a modificar el mundo (Modificación) o a acomodarse a él (Acomodación). La tercera, si mismo-otros, se centra en la fuente del refuerzo, determinando si la motivación se basa principalmente en metas subjetivas (Individealismo) o en los demás (Protección).
· modos cognitivos: hace referencia a los estilos de procesamiento de información del entorno y de uno mismo. Se compone de cuatro polaridades. La primera evalúa la fuente de información preferida: uno mismo (Introversión) o los otros (Extraversión); la segunda evalúan la estrategia usada para recolectar la información, puede ser guiarse por la observación (Sensación) o por la abstracción (Intuición). La tercera evalúa si el procesamiento de la información se basa principalmente en el intelecto (Reflexión) o en las emociones (Afectividad), y por último, si se tiende a asimilar la nueva información a los contenidos previos (Sistematización) o a generar nuevo conocimiento (Innovación).
· comportamientos interpersonales: alude a los diferentes modos de relación con los demás, en vista a las metas que los motivan y las cogniciones que han formado. Está compuesto por cinco polaridades: La primera se refiere a la sociabilidad, pudiendo ser distante (Retraimiento) o sociable (Comunicatividad), la segunda alude a la tendencia a la inseguridad (Vacilación) o a la confianza en sí mismo (Firmeza) en situaciones sociales; la tercera evalúa la tendencia a la autonomía (Discrepancia) o al convencionalismo (Conformismo); la cuarta se refiere a la orientación a la sumisión (Sometimiento) o a ejercer el dominio (Control); por ultimo, la quinta expresa la tendencia al descontento consigo mismo y con los demás (Insatisfacción) o a la cooperación y complacencia (Concordancia).
En la tabla 1 se presentan los estilos de personalidad según las polaridades que componen cada dimensión de la personalidad.
Tabla 1. Descripción de los estilos de personalidad según Millon
Este autor considera que los mismos procesos intervienen en la conformación de los estilos normales y los trastornos de personalidad, planteando una continuidad dimensional entre la personalidad sana y patológica (4).
La personalidad emerge resultante de la interdeterminación de cómo la persona interactúa con su medio y cómo se relaciona consigo mismo. Si en este complejo proceso de desarrollo personal se manifiesta un patrón de comportamiento caracterizado por la creciente capacidad de adaptación al medio, diremos que se trata de una personalidad sana. Los trastornos de personalidad representan estilos de funcionamiento mal adaptados atribuibles a deficiencias, desequilibrios o conflictos en la capacidad del individuo de relacionarse con las demandas que enfrenta (6).
Otra de las aportaciones de Millon es la construcción de instrumentos de evaluación derivados de su modelo teórico, garantizando la articulación entre los constructos y su medición, la uniformidad y la calidad psicométrica de los instrumentos (8). El instrumento para evaluar la personalidad normal adulta, desarrollado por Millon, es el Millon Index of Personality Styles, MIPS, (6).
La gran mayoría de los estudios que evalúan la personalidad normal en adultos mayores, lo hacen desde una perspectiva factorial -basados en los modelos bio-factoriales de Cattell y Eysenck, y en modelos léxico-factoriales como los Cinco Grandes de McCrae y Costa- (9-14). Algunos estos estudios se han centrado en determinados rasgos tradicionales de personalidad (neuroticismo, extraversión, optimismo, pesimismo, etc. ).
Entre las escasas investigaciones que evalúan la personalidad desde el modelo de Millon, un diseño prospectivo en adultas mayores mostró una disminución en dependencia y autocrítica, y un aumento en confianza, conformismo y tolerancia con el avance de la edad (15). En la población hispana, se halló que las personas a partir de la adultez tardía, se caracterizan por una orientación a los otros y por los rasgos de reflexión, introversión, conformismo, sistematización, sensación y control (16). Sin embargo, aún no existen estudios que evalúen la personalidad en envejecentes, según el modelo dimensional de Millon.
Ahora bien, desde una perspectiva contextualista y transaccional, se asume que las motivaciones, pensamientos y comportamientos de una persona están influidas por el contexto social, y se supone que la interacción social afecta la presencia y desarrollo de distintas características de personalidad (17). En este sentido, este trabajo preliminar, el cual es parte de una investigación en curso, propone evaluar y describir los estilos de personalidad en adultas mayores mediante el MIPS y determinar si éstos varían según el nivel de apoyo social.
Métodos
Participantes
La muestra estuvo conformada por 212 mujeres entre 60 y 95 años de edad de la ciudad de Mar del Plata, Argentina. La mayoría de los participantes eran amas de casa (97. 2%), jubiladas (78. 3%), con estudios primarios (73. 1%), viudas (52. 4%) o casadas (35. 8%). La media de edad fue de 71, 75 años con un desvío estándar de 6. 85. Las participantes fueron seleccionados intencionalmente de distintas instituciones dedicadas a la tercera edad: el 50% de la muestra se integra por sujetos procedentes del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI); un 14. 2 % corresponde al Programa Universitario de Adultos Mayores (PUAM), y otro tanto al Servicio de atención Primaria a la Tercera Edad del hospital Privado de Comunidad de Mar del Plata (SATE); el 9. 4 % proviene de salas de espera de diferentes instituciones y/o consultorios de salud, el 7. 1% corresponde a Centros de Jubilados, el 3. 3% a la Asociación Cristiana Femenina, y casi un 2% fueron entrevistados en su hogar particular. Se incluyeron participantes exentos de sintomatología neurológica, invalidez cognitiva y/o inmovilidad física, y se excluyeron personas institucionalizadas. Las características descriptivas de la muestra aparecen en la tabla 2.
Tabla 2. Características socioeducativas y ocupacionales de la muestra
Diseño
Estudio descriptivo correlacional y trasversal.
Instrumentos
Se aplicaron los siguientes instrumentos para la recolección de datos:
1. cuestionario de datos socio-ocupacionales y educativos.
2. inventario Millon de Estilos de personalidad, MIPS (6) en su adaptación española (8, 18). El cuestionario ofrece una completa medida de la personalidad no patológica en adultos. Consta de 180 ítems respecto de los cuales el participante debe determinar si le son aplicables (formato de respuesta verdadero/faso), agrupados en doce pares de escalas bipolares teóricamente pero no en sentido psicométrico, puesto que los polos opuestos de cada escala se miden separadamente; es decir, una puntuación baja en una escala no implica necesariamente una puntuación alta en su par opuesto (polaridad A-B). Las escalas integran tres dimensiones de personalidad: 1) Metas motivacionales: apertura-preservación, modificación-acomodación, individualismo-protección; 2) Modos cognitivos: extraversión-introversión, sensación-intuición, reflexión-afectividad; sistematización-innovación; 3) Conductas interpersonales: retraimiento-comunicatividad, vacilación-firmeza, discrepancia-conformismo, sometimiento-control, insatisfacción-concordancia. Cuenta con buenos índices de confiabilidad promedio basada en la consistencia interna en todas las escalas: α = . 77 (α = . 76 para mujeres adultas); método de división por mitades: . 82 ( . 80 para mujeres adultas); confiabilidad test-retest: r = . 85. La adaptación española del MIPS confirma sus propiedades psicométricas adecuadas (α = . 72; método de división por mitades: . 71). Posee amplia validez interna y externa, siendo las relaciones convergentes y divergentes entre las escalas de acuerdo con la naturaleza de los constructos que se miden y la teoría. Dispone de dos índices de validez: Impresión Positiva (IP), destinada a identificar a las personas que intentan dar una impresión demasiado favorable; e Impresión Negativa (IN), orientada a identificar las personas cuyas respuestas tienden a ser asociadas con una autopercepción negativa de sí mismas; y cuenta con un índice de ajuste (IA).
3. escala de Evaluación del apoyo social (Conde y Franch, 1984), del Departamento de Salud Mental de California. Consta de seis preguntas de cuatro opciones de respuesta en una escala ordinal, que proporciona información objetiva sobre la frecuencia y calidad de las relaciones interpersonales en diferentes contextos de la vida diaria y el apoyo recibido. Se interpreta en función de una escala de puntuaciones, la cual oscila entre 10 y 30 puntos, y permite describir tres niveles de apoyo social: 1. <15: bajo, 2. 15-30: medio y 3. >30: alto.
Procedimiento
Primero, se realizó un estudio piloto para adaptar el cuestionario MIPS a la población anciana femenina. Las participantes que expresaron su consentimiento respondieron a los cuestionarios en una entrevista individual de 50 minutos. Los datos fueron analizados a través del paquete estadístico SPSS e interpretados integrando aportes de la psicología Cognitiva, psicología de la personalidad y gerontología.
Resultados
Estilos de personalidad
Para describir los estilos de personalidad presentes en la muestra, se han utilizado puntuaciones de prevalencia (PP) en el análisis de los datos, tomando como referencia la población de mujeres adultas (6). Las PP superiores a 50 indican la pertenencia de la persona al grupo poseedor del estilo de personalidad, cuanto mayor es esta puntuación, mayor es la frecuencia e intensidad de la posesión de tal estilo.
Como se muestra en la tabla 3, el perfil promedio del MIPS para la muestra de mujeres mayores fue el siguiente: en general, las puntuaciones promedio superiores en este grupo corresponden a las escalas acomodación, afectividad, sensación, Conformismo y Retraimiento. También se destaca la elevación relativamente moderada en las escalas Individualismo, Concordancia, Insatisfacción, Apertura, introversión y Vacilación. Los puntajes promedio más bajos se observan en las escalas Comunicatividad, extraversión, Firmeza e Innovación. Se obtuvieron puntuaciones promedios medios en las escalas Preservación, Reflexión, Sistematización, Discrepancia y Control.
A continuación se detallan específicamente los resultados en cada una de las dimensiones de la personalidad según los PP promedio superiores o iguales al punto de corte:
· Metas Motivacionales. La muestra presenta los siguientes estilos de personaldiad: acomodación, Apertura -aunque también el estilo opuesto Preservación en menor medida- y se destaca el equilibrio entre el par Individualismo y Protección.
· Modos Cognitivos. Los estilos presentes son: introversión y sensación como medios de reunir información; afectividad -aunque también en menor medida el par opuesto Reflexión- como principales estrategias de procesamiento de la información.
· Conductas Interpersonales: El grupo muestra: Conformismo -y su estilo opuesto Discrepancia en menor medida-, Retraimiento, Vacilación, Control -aunque escasamente-, y se desataca el equilibrio de las escalas opuestas Concordancia e Insatisfacción.
Con respecto a las escalas de validez, el punto de corte que establece el MIPS para considerar que los participantes tendieron a dar una impresión positiva (IP) o negativa (IN) para un nivel educativo alto es de 5 o más para ambas escalas, mientras que para un nivel educativo bajo, es de 4 o más para IP y de 6 o más para IN. La muestra no evidencia intento de dar una IP (M= 3. 8; DS = 2. 3) ni una IN (M = 2. 9; DS = 2. 2) en las respuestas al test. Además, el índice de ajuste para esta muestra resultó de un valor promedio de T = 46. 63 (DS = 13. 48), siendo el valor de corte T 35.
Tabla 3. Medias y desviaciones estándar de los valores de prevalencia (PP) obtenidos en las escalas del MIPS
Se observa que el perfil de personalidad de este grupo no muestra importantes discrepancias entre los puntajes promedio obtenidos en las escalas bipolares del MIPS, oscilando éstos entre aproximadamente los 40 y 60 puntos (pocos estilos se acercan a los 70 puntos) y las desviaciones de la media no son pronunciadas, presentando puntajes cercanos al nivel de corte (PP 50). Esto evidencia la posesión de ambos rasgos de cada polaridad, en un relativo equilibrio (Figura 1).
Figura 1. Perfil de los puntajes promedio de los valores de prevalencia obtenidos en las escalas del MIPS en la muestra de mujeres mayores
Apoyo social
La media obtenida por la muestra en la escala de Evaluación del apoyo social fue de 17. 31, con una desviación de 3. 37. El 40. 6% presenta un nivel medio (2), el 31. 6% muestra un nivel bajo (1), y el 27. 8% evidencia un nivel de integración social alto (3), como se observa en la tabla 4.
Tabla 4. Frecuencia de la variable apoyo social
Por ultimo, se aplicó un análisis de varianza unidireccional sobre las medias de puntuaciones en los estilos de personalidad, verificando previamente el cumplimiento de los supuestos paramétricos, a fin de conocer si éstos difieren según el nivel de apoyo social.
Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los siguientes estilos de personalidad: preservación, acomodación, extraversión, introversión, sensación, retraimiento, comunicatividad, vacilación, firmeza, discrepancia e insatisfacción. Las diferencias significativas en uno de los estilos de cada polaridad del MIPS no siempre se corresponden con igual o parecido nivel de significación en el estilo opuesto de la polaridad. Los estilos de personalidad preservación, acomodación, introversión, sensación, retraimiento, vacilación.
discrepancia e insatisfacción presentan las puntuaciones más elevadas en el nivel de apoyo social bajo; mientras que los estilos extraversión, comunicatividad y firmeza obtienen sus puntuaciones más altas en el nivel de apoyo social alto. La tabla 5 presenta los datos estadísticos.
Tabla 5. Diferencias de media y desviación típica en los estilos de personalidad según los tres niveles de apoyo social
Discusión
Esta investigación se orientó a describir la personalidad en mujeres ancianas. Los resultados muestran un perfil de personalidad caracterizado por un equilibrio relativo, evidenciado por la presencia balanceada de los estilos opuestos de la mayoría de las polaridades del MIPS. Este balance indica la existencia de combinaciones relativamente homogéneas de estilos de personalidad, exhibiendo un comportamiento equilibrado y armonioso en los aspectos motivacionales, cognitivos y relacionales, y permitiendo inferir un funcionamiento adaptativo frente las situaciones de vida, en este caso, en la vejez femenina.
Como Millon (6, p. 21) expresa, “cada constructo bipolar de los estilos de personalidad representa un continuo y no un extremo” (. . . ) “ningún puntaje puede interpretarse prescindiendo de su posición relativa y configuracional respecto de los puntajes obtenidos en otras escalas, especialmente en aquellas que pertenecen al mismo sector del perfil”. De esta manera, se entiende que conviene hacer un análisis considerando el aspecto dimensional y bipolar de las escalas del MIPS. En este sentido, a continuación se describe el comportamiento de la muestra a partir de la interpretación del perfil de personalidad y según las polaridades que componen cada dimensión en el modelo de Millon:
Metas motivacionales:
· En la primera polaridad apertura - preservación, las puntuaciones semejantes, con una leve elevación de la escala apertura, indicaría que este grupo mejorar su calidad de vida, buscar refuerzos positivos del medio como también evitar el displacer. Es decir, se observa tanto la orientación a promover y enriquecer sus vidas en la búsqueda de satisfacción como a la preservación del nivel de estabilidad logrado. La posesión tanto de rasgos de apertura como de preservación muestra actitudes destinadas a mantener la seguridad psicoemocional y física mediante una retroalimentación negativa, sin que ello limite el interés por experiencias que mejoran la calidad de vida.
· En la segunda polaridad modificación - acomodación, las mujeres mayores se orientan más a acomodarse al medio que a intentar modificarlo. Se observa una moderada tendencia a amoldarse pasivamente a las situaciones de vida como estrategia adaptativa. Suelen mostrarse, en general, prudentes, con moderada preferencia a esperar, y sin una distinguida intención de intervenir activamente en el curso de los hechos.
· En la tercera polaridad individualismo - protección, el equilibrio observado entre ambas tendencias en este grupo indica una conciliación entre la orientación hacia uno mismo y hacia los demás. Las ancianas muestran interés en atender las necesidades de los demás y mantener relaciones interpersonales como también en satisfacer sus propias necesidades y autorrealizarse. Este grupo parece guiarse, en parte, por sí mismas a la hora de tomar decisiones pero también depende de la opinión de los demás, recurre tanto a sus propias experiencias como a los aportes del entorno social, y a la vez, suelen preocuparse por su propio bienestar tanto como por el de los otros.
Modos cognitivos:
· En la primera polaridad, extraversión – introversión, este grupo de mujeres ancianas muestra una moderada orientación a recurrir a sus propios pensamientos y estados internos como fuente de información.
· En la segunda polaridad sensación - intuición, se observa una predisposición levemente mayor a recibir información tangible y empírica más que intangible y abstracta. Este grupo muestra una relativa preferencia a acciones pragmáticas, a guiarse por la realidad concreta y la experiencia directa, aunque también otras veces puede confiar también en el conocimiento conceptual como fuente de ideas.
· En la tercera polaridad reflexión – afectividad, el grupo muestra una orientación relativamente mayor a formar sus juicios según sus estados emocionales y experiencias afectivas más que guiarse por el pensamiento racional. Es decir, la modalidad de procesamiento de información se basa más bien en las valoraciones personales combinadas con respuestas empáticas y en estados emocionales relativos a las experiencias subjetivas.
· En la cuarta polaridad sistematización – innovación, no se observa una tendencia marcada hacia la posesión notable de uno de estos estilos. Este grupo no parece presentar una tendencia determinada a usar la imaginación y generar nuevas ideas como tampoco a adherirse a las ideas previas y valerse sólo de los conocimientos ya adquiridos, aunque prevalece la sistematización.
Conductas Internacionales:
· En la primera polaridad retraimiento – comunicatividad, las adultas mayores presentan una moderada orientación a mantener más bien reducidos vínculos sociales, a reservar sus sentimientos y pensamientos para sí mismas o expresarlos en su medio más inmediato, a exhibir una actitud discreta y a participar en no muchos grupos sociales.
· En la segunda polaridad vacilación – firmeza, se observa una orientación leve a mantener el dominio propio, la ecuanimidad y la estabilidad en situaciones sociales, y parece predominar una actitud por lo general dependiente de la aceptación de los demás, cooperativa y amistosa.
· En la tercera polaridad discrepancia –
conformismo, se presentan ambos rasgos personales, con una leve inclinación al conformismo. Este grupo parece gustar de acatar las normas convencionales y las costumbres tradicionales, lo cual se relaciona con las características de responsabilidad y cumplimiento de las obligaciones. Sin embargo, también estas mujeres pueden actuar de modo independiente, conforme a lo que consideran conveniente, y dispuestas a aceptar las consecuencias de su acción, dependiendo de la situación.
· En la cuarta polaridad sometimiento – control, tampoco aquí se observa una tendencia marcada hacia uno de estos estilos, es decir, este grupo no exhibe un comportamiento dominante y controlador de las situaciones o personas, ni tampoco actitudes sumisas y de desvalorización personal. Parece tratarse de un grupo con escasas características de sometimiento y de voluntarismo o ambición.
· En la quinta polaridad insatisfacción – concordancia, el equilibrio entre ambos estilos opuestos, muestra una actitud de agrado hacia sí mismo y hacia los demás, es decir, un comportamiento agradable y respetuoso de los intereses ajenos pero sin someterse a ellos. Se trata de un grupo que parece valorase a sí mismo tanto como los vínculos con otros, presentaría un estado anímico estable en la relación consigo mismo y con los demás, capaz de establecer relaciones afectivas caracterizadas por la franqueza y cordialidad, y de hallar satisfacción en la soledad como en compañía de otros.
En la tabla 6 se presentan la descripción de los estilos preponderantes, cuyas PP son superiores al punto de corte (PP 50), que conforman el perfil de personalidad de este grupo de adultas mayores.
Tabla 6. Perfil de personalidad de las adultas mayores
Los estilos de personalidad parecen ser susceptibles del nivel de apoyo social, ya que se observaron diferencias significativas en once estilos según los distintos niveles de apoyo social, sobretodo entre los niveles bajo y alto. Las mujeres ancianas que presentan un escaso apoyo social se caracterizan por los estilos de personalidad preservación, acomodación, introversión, sensación, retraimiento, vacilación. discrepancia e insatisfacción.
Es decir, estas mujeres se caracterizan por tender a evitar situaciones de exposición social, acomodarse al curso de los hechos, orientarse a sus propios estados internos y pensamientos, a los datos empíricos y concretos, cooperativas, independientes y con escasa valoración personal. Al contrario, aquellas ancianas con un nivel de apoyo social alto se caracterizan por ser extravertidas, comunicativas y firmes, es decir, están orientadas hacia los demás, se muestran vivaces, gustosas de participar socialmente e integrar grupos, y con una actitud de dominio propio y con confianza en sí mismas.
En la actualidad, existen estudios sobre el modelo de Millon de los estilos y dimensiones de la personalidad normal en variadas muestras como adolescentes, estudiantes universitarios, adultos, grupos con diferentes niveles educativo y diversas ocupaciones, tanto miembros de la comunidad como grupos marginados, estudios de género (4).
Pero aún es escasa la investigación en el caso de los adultos mayores y adultos muy mayores. Los hallazgos de este estudio pueden considerarse un aporte al estudio de la personalidad normal en la vejez, extendiendo el modelo de Millon.
Se espera contar con nuevas investigaciones que aborden la personalidad en la edad avanzada desde el modelo de Millon, que puedan aportar a los resultados del presente estudio, los cuales deben comprenderse en el contexto particular de este estudio, sin pretender generalizaciones. Cabe referir que las conclusiones se han realizado sobre el perfil de personalidad promedio del grupo abordado, lo cual no implica que necesariamente todos los participantes respondan a este perfil.
Por ultimo, dado el creciente aumento del envejecimiento poblacional, resulta importante -no sólo teóricamente sino en cuanto a la intervención clínica- profundizar el conocimiento de los aspectos de la personalidad del adulto mayor ya que pueden estar en la base de las explicaciones concernientes a las posibilidades de adaptación en la vejez.
Agradecimientos
Este trabajo es parte de un estudio realizado en el marco de una Beca Doctoral de Investigación otorgada por el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) de la República Argentina.
Referencias
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