El envejecimiento parece presentar un sesgo hacia los estímulos positivos. Sin embargo, este proceso es más complejo para los pacientes mayores con esquizofrenia. Con el fin de analizar este fenómeno, se realizó un estudio experimental en el que 48 participantes se dividieron en dos grupos: un grupo experimental de 24 participantes diagnosticados con esquizofrenia y un grupo control de 24 sujetos sin trastornos. El objetivo principal fue el estudio para evaluar los componentes del tiempo de respuesta de acuerdo con la valencia emocional del estímulo. Se empleó una batería de 120 imágenes del Sistema Internacional de Imágenes Afectivas (IAPS) que presenta valencias emocionales positivas, negativas y neutrales. Los tiempos de respuesta se evaluaron en términos de análisis de varianza, así como sus parámetros inherentes al ajuste a una distribución ex-gaussiana. Los resultados mostraron respuestas más lentas en esquizofrénicos que en los controles. Además, se sugirió una desaceleración general en términos de parámetros ex-gaussianos para el grupo con esquizofrenia. Finalmente, este grupo pareció representar una mejor codificación de imágenes negativas que controles, lo que podría indicar un sesgo negativo para esta población.
Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir
MENTE CRIMINAL, PERFIL PSICOPÁTICO Y SIMULACIÓN
Núria Pérez-Mengual, Mª Eugenia Gutiérrez-Marco, Synji De Paula Mulatiere, Marianne Farina y
Ángel Manuel Turbi Pinazo.
nuriaperezmengual@outlook. com
Perfil psicopático, criminal, simulación.
Psychopathic profile, criminal, simulation.
RESUMEN
La prevención de la violencia a nivel universal, así como los delitos y los actos criminales
deben ser objeto de atención prioritaria. No existe un único perfil de la persona que comete un
delito; en muchos casos se evidencia una pérdida temporal o permanente de las funciones
mentales. En este sentido, cuando existe una pérdida temporal suele estar asociado al
consumo de drogas, alcohol, estrés, u otros estados. En el presente trabajo realizamos una
revisión sobre la personalidad, diferentes patrones cognitivos de la percepción del criminal, y
más concretamente, la capacidad de juicio. Dentro del abanico de perfiles, abordaremos los
psicopáticos, y más concretamente, la simulación. Entendemos dicho acto como la declaración
de una voluntad no verdadera que se hace para que nazca la apariencia de un negocio jurídico.
La simulación puede comprender un talento natural para el psicópata en el sentido de su
capacidad de engaño y manipulación, por ello es importante estudiar más a fondo la mente del
criminal para poder encontrar, si es posible, si el sujeto dada su patología está simulando.
ABSTRACT
The prevention of violence at a universal level, as well as the crimes and criminal acts should
be an important point to take into account. It does not exist just one profile of the person that
comits a crime; in many cases it is evidenced a temporary or permanent loose of the mental
functions. In this sense, when it exists a temporary loose, it is often related to a drug use,
alcohol, stress, or other states. In the present paper a revision about the personality is carried
out, different cognitive patterns of the criminal's perception, and more specifically the
judgment capacity. Inside all various kinds of profiles, psicopathic are going to be dealth with
and the simulation too. We understand this act as a declaration of a untruthful will that is done
in order to make the appearance happen from a legal business. The simulation can consist of a
natural talent of the psicopath in his the sense of his lying capacity And manipulation, that is
why is important to investigate in more detail the offender's mind to find, if it is possible, if the
subject, is simulating.
INTRODUCCIÓN
Tal y como se expone en el informe mundial de la prevención de la Violencia (OMS, 2016), la
medición de la violencia es un tema complejo en términos de indicadores. En este sentido,
podría decirse que muchas formas de violencia resultan indetectables a los mismos, y que por
tanto más investigación es necesaria, tanto a nivel teórico como aplicado.
En primer lugar, un rol crucial sería el de los profesionales de atención primaria y en general
de la salud en la prevención de la violencia. Concretamente, destacan casos como la violencia
contra personas en situación de vulnerabilidad y la necesidad de protocolos de actuación. A
pesar de los hallazgos y el avance que se ha dado en los últimos años, los datos no pueden ser
exactos ya que existe un gran estigma y miedo en algunos casos a revelar sus experiencias
(Igareda y Bodelón, 2014; Rodríguez, 2014). Entre otras variables inherentes a este campo se
ha estipulado la falta de formación hacia los profesionales en términos de herramientas de
detección e identificación, así como la ayuda o protección necesaria hacia la víctima.
Evidentemente, no es sólo el sector de la salud el único encargado de esta problemática, pero
sí es importante que cada vez estén mejor formados para ejercer un rol proactivo en la
prevención de la misma (Corsi, 2010).
En cualquier tipo de violencia, muchas veces la atención se dirige única y exclusivamente a la
víctima, a sus factores de protección y a los de riesgo para la prevención de la misma (AndrésPueyo y Echeburúa, 2010). Por otro lado, se considera importante un enfoque centrado no solo
en la víctima, también en el agresor. El carácter de este enfoque sería preventivo, tratando de
conocer los factores que intervienen para que un agresor cometa un acto delictivo o criminal.
Autores como Botero, Pérez, Medina y Rizzo (2015), señalan la importancia de la cognición, y
más concretamente los patrones cognitivos en este campo. A continuación, se describen los
patrones cognitivos sociales en las personas con trastorno antisocial de la personalidad (TAP),
así como las características comunes en ellos. De forma general, las personas diagnosticadas
con TAP, son impulsivas y con baja responsabilidad social y personal; cuentan con escasas
habilidades de solución de problemas y una gran pobreza afectiva. La patología se caracteriza
por tener una conducta desviada y persistente marcada por el egocentrismo y la ausencia de
remordimiento. Algunos autores (Mariano, Pino, Peretti, Valenti y Mazza, 2017) señalan que, lo
que realmente les caracteriza no es el delito en sí, sino la forma en que estas personas tienen
de entender la vida y a sus iguales, ya que para ellos es como un juego en el que se puede
utilizar y manipular a las personas en su propio beneficio. Así mismo, destacan el rol de la
carga y regulación emocional. En este sentido, es importante destacar que el perfil
neuropsicológico del TAP ha sido estudiado, dando como resultados que las personas violentas
y antisociales poseen, en comparación con la resta de población normal, alteraciones
neuropsicológicas, un deterioro cognitivo significativo en atención, memoria y funciones
ejecutivas así como un deterioro interpersonal y afectivo que favorece la desviación social.
La psicopatía es un desorden de la conducta humana caracterizada por tener altos niveles de
comportamiento antisocial, así como insensibilidad y ausencia de emociones y remordimientos.
Este trastorno está típicamente evaluado a través del manual de psicopatía de Hare. Este
manual se basa en dos factores. Por un lado nos encontramos con el que describe los
comportamientos afectivos e interpersonales, mientras que por otro lado el segundo factor
refleja las características de una vida impulsiva y antisocial. Una característica clave en la
psicopatía es la falta de empatía. Existen dos tipos de empatía: la empatía cognitiva y la
empatía emocional (Nentjes, Bernstein, Arntz, van Breukelen y Slaats, 2015). La empatía
cognitiva se refiere a la habilidad y capacidad de tomar la perspectiva de la otra persona y está
estrechamente relacionada con la teoría de la mente. La empatía emocional se relaciona con la
sensibilidad, receptividad y el compartir el estado emocional de otra persona. Existen
investigaciones que demuestran que los psicópatas presentan grandes deficiencias en la
empatía emocional, como por ejemplo una falta de respuesta hacia la angustia ajena de otras
personas (Decety y Ickes, 2011; Jones, Happé, Gilbert, Burnett y Viding, 2010; Verschuere,
2016).
Durante muchos años se ha asociado la psicopatía adulta con deficiencias en la teoría de la
mente. Aunque aparentemente la teoría de la mente siempre ha estado relacionada con la
psicopatía, los resultados de los estudios no son determinantes; esto se debe a que los
estudios se han realizado con muestras pequeñas; además de que no existen investigaciones
previas de que la teoría de la mente se considere como clave en la influencia del
procesamiento automático versus el controlado. Es importante tener en cuenta esta distinción
ya que la información se procesa a través de dos vías neuronales; la afectiva subcortical que
proporciona una impresión rápida y la vía cortical, más lenta, la cual es la responsable de un
proceso deliberado y cognitivo aportando una interpretación de la información más exacta.
Como la psicopatía está asociada a una disfunción de la amígdala, se ha sugerido que los
psicópatas pueden compensar esta disfunción a través de las regiones del cerebro cortical en
la identificación de los estados de la mente. Otro factor que no se ha tenido en cuenta en
investigaciones es la influencia del estilo de procesamiento cognitivo de los criminales. La ira y
el comportamiento violento son características comunes en los ejemplos forenses.
Concretamente, los individuos de estas características suelen mostrar dificultad para ignorar
los estímulos hostiles. Además la agresión y la psicopatía están relacionados con la presencia
de características hostiles. A través de un estudio publicado por Nentjes, Bernstein, Arntz, van
Breukelen y Slaats (2015) se pretende examinar el efecto de la tendencia a la hostilidad así
como el procesamiento controlado versus el automático en la actuación de la teoría de la
mente en la psicopatía. Los resultados del estudio, en contra de lo que se esperaba, fueron
que los criminales presentaban una teoría de la mente intacta, sin ninguna deficiencia. Este
resultado puede ayudar a explicar porque los psicópatas a pesar de la ausencia de la empatía
emocional por sus víctimas tienen muy buenas habilidades para poder manipular a los otros,
una capacidad la cual requiere conocimiento sobre los sentimientos y pensamientos de otra
persona.
Además, Verschuere (2016) define que los perfiles psicopáticos suelen ir acompañados de la simulación. Cuando los criminales son instruidos a que mientan en contra de decir la verdad, se observa que los criminales hacen casi el doble de errores además de que
van mucho más lentos mintiendo comparándolo a cuándo deben decir la verdad. Esto indicaría
un coste en el acto de mentir, diferenciado de la capacidad empática. De acuerdo con la teoría
de activación, decisión, construcción y acción, el coste cognitivo de la mentira puede estar
relacionado con uno más de los siguientes componentes cognitivos: activación automática de
la verdad, la decisión de mentir, la construcción de la mentira o el actuar siendo sincero. El uso
de la mentira instruida versus el contar la verdad también excluye el componente de la
decisión; esto implica que la activación de la verdad y/o la construcción de la mentira son
suficientes para producir un destacado comportamiento en el coste de la mentira. El coste de
la mentira cognitivo observado en criminales, requiere cualificación. En primer lugar, como no
se ha podido tener en el estudio que se ha abordado un grupo control de no criminales, las
personas autoras del estudio no pueden concluir si la mentira es tan agotadora o supone un
coste elevado cognitivo como para la población normal. En segundo lugar, los criminales
mostraron más esfuerzo mental mintiendo que diciendo la verdad. Sería importante poder
extender la evaluación de la carga cognitiva de la mentira a contextos en los que esté presente
la interacción con otras personas o situaciones en los que los logros personales sean de mayor
interés. Finalmente, se puede concluir que un pequeño coste cognitivo de la mentira puede
estar asociado con la tendencia a mentir, es decir, si a la persona no le implica un esfuerzo
cognitivo muy grande, aumentan las posibilidades de mentir, por lo tanto los resultados del
estudio deberían tener una proporción equilibrada en los juicios en los que se diga la mentira y
la verdad para corroborar si, exactamente los criminales tienen más dificultades mintiendo o
diciendo la verdad.
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XIX Congreso Virtual Internacional de Psiquiatría
www. interpsiquis. com- abril 2018. Psiquiatria. com
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