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Síndrome de Burnout en el personal de enfermería del Servicio de Emergencia del Hospital Universitario de Caracas.

Autor/autores: Rosana Tomassi
Fecha Publicación: 01/01/2002
Área temática: Ansiedad, Trastornos de ansiedad y relacionados con traumas y factores de estrés .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Este estudio estuvo dirigido a identificar si existía Síndrome de Burnout entre el personal de enfermería del Servicio de Emergencia del hospital Universitario de Caracas. Se empleó el Maslach Burnout Inventory (MBI) para evaluar cansancio emocional, despersonalización y realización profesional.

Asímismo se evaluaron los síntomas físicos de estrés y los estresores laborales, mediante el "Cuestionario de Respuestas ante Situaciones Estresantes" y un Focus Group con el instrumento "Eventos Estresores". Para Burnout, se obtuvieron valores de niveles medio: X=19, 06 (Sd=10, 63) en cansancio emocional, x=6, 82 (Sd=4, 72) en despersonalización y x=37, 36 (Sd=7, 48) en desarrollo profesional. Los síntomas físicos de estrés se encontraron en nivel medio con x=4, 45 (Sd=3, 7). Los estresores laborales más frecuentes fueron sobrecarga de trabajo, ambigüedad de rol y conflicto de rol. Los valores indican que la población estaba en proceso de desgaste por Burnout, lo que sugiere la conveniencia de intervenirla.

Palabras clave: Burnout, Enfermería, Estrés, Maslach Burnout Inventory (MBI)


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Síndrome de Burnout en el personal de enfermería del Servicio de Emergencia del hospital Universitario de Caracas.

(Burnout síndrome among the nursery personnel from the Emergency Room at the hospital Universitario de Caracas. )

Maria Antonieta Lombardi*; Rosana Tomassi**.

* Jefe del Departamento de Ética y Social de la escuela Experimental de Enfermería, Facultad de Medicina, Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela

** Colaboradora independiente

PALABRAS CLAVE: Burnout, Estres, Enfermería, Maslach Burnout Inventory (MBI).

(KEYWORDS: Burnout, Stress, Nursery, Maslach Burnout Inventory (MBI). )

 

Resumen

Este estudio estuvo dirigido a identificar si existía síndrome de Burnout entre el personal de enfermería del Servicio de Emergencia del hospital Universitario de Caracas. Se empleó el Maslach Burnout Inventory (MBI) para evaluar cansancio emocional, despersonalización y realización profesional. Asímismo se evaluaron los síntomas físicos de estrés y los estresores laborales, mediante el "Cuestionario de Respuestas ante Situaciones Estresantes" y un Focus Group con el instrumento "Eventos Estresores".

Para Burnout, se obtuvieron valores de niveles medio: X=19, 06 (Sd=10, 63) en cansancio emocional, x=6, 82 (Sd=4, 72) en despersonalización y x=37, 36 (Sd=7, 48) en desarrollo profesional. Los síntomas físicos de estrés se encontraron en nivel medio con x=4, 45 (Sd=3, 7). Los estresores laborales más frecuentes fueron sobrecarga de trabajo, ambigüedad de rol y conflicto de rol. Los valores indican que la población estaba en proceso de desgaste por Burnout, lo que sugiere la conveniencia de intervenirla.

Abstract

This study was aimed at identifying if Burnout Syndrome existed among the nursery personnel at the Emergency Service department of the University hospital of Caracas. The Maslach Burnout Inventory (MBI) was used to evaluate emotional fatigue, despersonalization and professional fulfillment.

Like the physical symptoms of stress and work related stressors were evaluated through the "Questionnaire of Responses to Stressful Situations" and a focus group with the tool "Stressful Events". For burnout, medium level results were obtained: x=19, 06 (Sd=10, 63) emotional fatigue, x=6, 82 (Sd=4, 72) despersonalization and x=37, 36 (Sd 7, 48) professional fulfillment. Physical symptoms of stress were at a medium level with x=4, 45 (Sd=3, 7). The most frequent work related stress factors were work overload, role ambiguity and role conflict. The results indicate that the population is being eroded by burnout which suggests the suitability of intervention.



Introducción

Son múltiples los desajustes que pueden darse en una organización hospitalaria, debido tanto a fuerzas externas como a las características personales de cada sujeto para adaptarse a los estímulos del medio. Como consecuencia de estas últimas puede surgir la experiencia de estrés, con consecuencias graves y a veces irreparables para la salud individual y organizacional.

Una consecuencia crónica del estrés laboral en el personal hospitalarios es un conjunto de síntomas al que se le conoce como síndrome de burnout(1) o desgaste psíquico, característico en los profesionales de ayuda.

Este síndrome ha sido conceptuado(2) como un constructo cuyos síntomas son:

a) agotamiento emocional, que es un sentimiento de carencia de energía para el trabajo; b) despersonalización, el cual es un proceso de endurecimiento del profesional hacia el sujeto receptor de su servicio que da lugar a sentimientos y actitudes negativas y cínicas; y c) falta de realización profesional, como una actitud y juicios negativos hacia sí mismos y con su labor.

El estudio de este síndrome se ha realizado desde dos perspectivas diferentes: una clínica, que lo explica como un estado al que ha llegado el sujeto como consecuencia del estrés laboral(3) y otra, la psicosocial, que lo explica como un proceso en el que confluyen el entorno laboral y las características personales del sujeto(4).

Este es el primer estudio que se realiza en nuestro país sobre la presencia del síndrome de burnout en personal asistencial. Para este trabajo se asume la perspectiva psicosocial del modelo teórico que plantea que el proceso del síndrome de burnout se inicia con el desarrollo de bajos sentimientos de realización profesional paralelos a sentimientos de agotamiento emocional, mientras que las actitudes de despersonalización les siguen y son consideradas estrategias de defensa ante su experiencia crónica.

El síndrome de burnout es desencadenado por aquellos eventos que son percibidos como estresores crónicos en el desenvolvimiento laboral, los cuales han sido categorizados, entre otros, por Peiró y Salvador (5) y, para esta investigación, han sido reagrupados en dos grandes categorías: a) eventos estresores laborales, que engloban todos los factores identificados como estresantes dentro del ámbito laboral, y b) eventos estresores extralaborales, los cuales integran los factores estresantes que ocurren fuera del ambiente de trabajo, sea en la familia como en la comunidad.

La incorporación de estresores originados en la comunidad, ausente en las distintas taxonomías propuestas(5 y 6) se debió a que hay evidencias de su importancia en enfermeras de nuestro país. (7)

Por otro lado, variables de carácter personal pueden fungir de facilitadores o inhibidores del síndrome de burnout. Estas son las características demográficas (edad, sexo, estado. civil y otras), las de personalidad (tipo y formación) y las estrategias de afrontamiento que utilice el individuo. (3, 8 y 9)

En este estudio se pretendió determinar la presencia y el nivel del síndrome de burnout entre el personal de enfermería del Servicio de Emergencia del hospital Universitario de Caracas, entre los meses de Abril y Mayo de 1999, simultáneamente con la detección de síntomas físicos de estrés, de los eventos estresores con mayor incidencia y de las características demográficas cuya relación con el síndrome de burnout ha sido estudiada por otros autores.


Método

Se realizó un estudio de campo transversal, descriptivo y correlacional en la población de las enfermeras (47) de los distintos turnos del Servicio de Emergencia del hospital Universitario de Caracas, durante los meses de abril y mayo de 1999.

Con el fin de conocer las variables demográficas se determinaron los datos personales de identificación, tales como sexo, edad, estado civil y familiar, formación y escalafón.

Para la determinación del síndrome de burnout o desgaste psíquico se usó el instrumento “MBI Encuesta al Personal de Servicios Humanos”(2), validado para el presente trabajo. Este nos permitió recolectar la información necesaria sobre los datos personales de identificación, incluyendo los demográficos, y sobre el síndrome de burnout con sus indicadores “cansancio emocional”, “despersonalización” y “realización profesional”.

Posteriormente se aplicó el cuestionario “Respuestas ante situaciones de estrés”(10) para conocer los síntomas físicos de estrés que pudiera presentar la población.

Finalmente, para la evaluación de los estresores se utilizó una “Guía de entrevista profunda diseñada y previamente validada.

Los datos obtenidos a través de los instrumentos fueron analizados con métodos específicos para datos cuantitativos según cada caso.

Para los indicadores del síndrome de burnout, “cansancio emocional”, “despersonalización” y “realización profesional” se aplicó el análisis por agrupamiento en tendencias centrales, media y desviación estándar y se consideraron las categorías de interpretación “baja” (<Q1), “media” (Q1 a Q3) y alta (>Q3)).

Se realizó un análisis descriptivo simple, de frecuencia relativa por porcentaje, en el que se incluyeron las variables demográficas, los eventos estresores y los síntomas físicos de estrés.

Con el propósito de conocer el nivel de asociación existente entre las diferentes variables del estudio, se usó el análisis descriptivo de relación con el coeficiente de correlación de Spearman y se consideraron valores significativos aquellos que presentaron probabilidades entre 0, 01 y 0, 05.


Resultados

Los resultados correspondientes al síndrome de burnout se resumen en la tabla Nro. 1, en la que las respuestas de las enfermeras se presentan en frecuencia y porcentajes categorizados por cuartiles, en cada uno de los síntomas.

 


Tabla 1: Distribución por respuestas al síndrome de burnout de las enfermeras del Servicio de Emergencias del hospital Universitario de Caracas. Abril-Mayo 1. 999


Los síntomas físicos de estrés se encontraron en nivel medio con x=4, 45 (Sd=3, 7). Los resultados se resumen en la tabla Nro. 2, en la que las respuestas de las enfermeras se presentan en frecuencia y porcentajes categorizados por cuartiles, en cada uno de los síntomas. En la tabla Nro. 3 los síntomas físicos de estrés son presentados en frecuencia y porcentajes por turno de trabajo.

 


Tabla 2: Distribución por respuestas al estrés como síntomas físicos de las enfermeras del Servicio de Emergencias del hospital Universitario de Caracas. Abril-Mayo 1. 999






Tabla 3: Distribución de síntomas físicos de estrés presentados por turnos de trabajo de las enfermeras del Servicio de Emergencias del hospital Universitario de Caracas, Abril-Mayo 1. 999

 





Tabla 4: Distribución de eventos estresores laborales reportados en porcentajes por turnos de trabajo de las enfermeras del Servicio de Emergencias del hospital Universitario de Caracas, Abril-Mayo



Tabla 5: Distribución de eventos estresores extralaborales, en porcentajes por turnos de trabajo de las enfermeras del Servicio de Emergencias del hospital Universitario de Caracas, Abril-Mayo 1999


En la tabla Nro. 4 se presentan los eventos estresores laborales que fueron reportados, por su frecuencia en cada turno de trabajo y en la totalidad de la muestra y en la tabla Nro. 5 se muestran los eventos estresores extralaborales. En ambas tablas se resaltan los valores más significativos.

Los resultados obtenidos mediante el uso del análisis descriptivo de relación no paramétrica de Spearman se presentan a continuación. un asterisco (*) aquellos valores con probabilidades de 0, 05 y con dos asteriscos (**) los valores con probabilidades de 0, 01; el signo positivo o negativo (+ o -) se refiere a la dirección de la correlación.

En lo que se refiere a los datos personales de identificación se encontró que para el personal de enfermería masculino es más importante dar a conocer sus habilidades y destrezas en el desempeño de sus tareas (61485; 0, 290 *). Mientras que las enfermeras mujeres necesitan ser tomadas en cuenta para la toma de decisiones en la organización para la que prestan sus servicios (0, 325*), además de más y mejores relaciones interpersonales con sus compañeros de trabajo (0, 390*) y de sentir que se las trata con equidad (0. 326*).

A mayor edad la necesidad de relacionarse disminuye, ya que el personal de enfermería de menor edad presentó correlación negativa con la variable relaciones interpersonales. (61485; 0, 316*).

Entre los solteros se evidenció que perciben el número de pacientes que tratan como un evento estresor importante (61485; 0, 733**), mientras que los casados o en pareja y los viudos presentaron correlaciones significativas con la percepción que son mal remunerados en su trabajo (0, 391**).

Uno de los hallazgos más interesantes fue la relación encontrada entre la variable situación administrativa del cargo y el evento de relaciones interpersonales con los compañeros de trabajo. Cuando el personal de enfermería se siente seguro en el trabajo, ya que el cargo que se desempeña es asignado (propio), tiene peores relaciones interpersonales con sus iguales (61485; 0, 406**).

Entre los eventos estresores, los de mayor significación estadística en este estudio son los que se relacionaron con el contenido del puesto de trabajo, donde hay una incompatibilidad entre las expectativas que tienen y las demandas que se les hace sobre las conductas del personal de enfermería, expresándose en:

Ambigüedad de rol se relacionó positivamente con otros aspectos de la organización: con la organización de la institución (0, 302*), el clima de ella (0, 302*), y la posibilidad de participar en la toma de decisiones (0, 359*). También se relacionó positivamente con la necesidad de tener más y mejores relaciones en el trabajo (0, 335*) y negativamente con la subvariable realización profesional ( 61485; 0, 329*).

conflicto de rol al igual que el anterior, se relacionó positivamente con la organización de la institución (0, 590**), el clima de ella (0, 590**), y la posibilidad de participar en la toma de decisiones (0, 404**). También el conflicto de rol se relacionó positivamente con riesgo laboral (0, 307*).

Otra relación importante es aquella que tiene que ver con las relaciones interpersonales que se pueden o se quieren establecer en el trabajo, las cuales presentaron correlación positiva con el sentimiento de equidad. Para el personal de enfermería es de suma importancia el que se les trate con equidad (0, 308*).


También se encontró una relación positiva entre la subvariable relaciones interpersonales con los supervisores de enfermería y el sentimiento de no ser tratados con igualdad (0, 308*); para este grupo es importante el apoyo social que necesitan por parte de sus supervisores.

Con respecto al síndrome de burnout se evidenció que la variable cansancio emocional mantuvo una correlación positiva con la variable síntomas físicos de estrés, por lo cual mientras más cansados nos encontramos más síntomas presentamos (0, 570**).

En cuanto a la variable despersonalización se encontró una correlación negativa con sobrecarga de trabajo por exceso de número de pacientes que se atiende diariamente (0, 336*).

En la variable realización profesional se encontró una correlación negativa con ambigüedad de rol (0, 329*).


Discusión

síndrome de burnout

La medición del síndrome de burnout dió valores medios a altos para los tres indicadores que lo conforman: cansancio emocional, despersonalización y realización profesional. A pesar de los valores significativos para las dos primeras subvariables, la alta realización profesional no nos permite afirmar que estamos en presencia del síndrome de burnout. Sin embargo, no se pueden desatender estos resultados si se considera al síndrome de burnout como un proceso dinámico y multifactorial, tal y como lo afirman Price y Murphy, al asumir que el síndrome de burnout es un proceso de adaptación a las situaciones de estrés laboral, que comprenden los tres indicadores mencionados (4).

Llama la atención la diferencia encontrada en cuanto a la realización profesional, los valores más altos se observaron en el turno de la mañana, quizás debido a que estos enfermeros están en mayor contacto con los médicos y profesionales del staff, mientras que los del turno de la tarde se relacionan más directamente con los residentes en formación, con los que se reportaron dificultades en las relaciones interpersonales, al referir en múltiples ocasiones que eran estos los que maltrataban a los pacientes y sus familiares. En cuanto a los resultados obtenidos en la noche, para este indicador, podemos afirmar que estos tienen jornadas de trabajo más largas y por eso pueden estar asumiendo actitudes más distanciadas de las posibilidades de desarrollo profesional.

Los niveles bajos obtenidos en el indicador despersonalización sugieren que los enfermeros están manejando adecuadamente las estrategias de afrontamiento, como ya hemos planteado con anterioridad, o por el contrario no logran evaluar desde lo interno sus propias actitudes respecto a los pacientes, ya que como lo refiere Granell(11), el venezolano no presenta trato distante con sus semejantes, y cuando esto se presenta es en estadios tardíos del proceso. El nivel más alto de despersonalización se observó en uno de los turnos nocturnos, lo cual nos permite afirmar que estos enfermeros se defienden de las largas jornadas de trabajo con un distanciamiento de los usuarios y sus familiares.

Son significativos los valores altos de cansancio emocional reportados por el turno de la tarde, esto puede ser explicado por las condiciones de trabajo de estos enfermeros, quienes tienen simultáneamente una mayor responsabilidad, un menor apoyo por el personal médico adjunto, y una relación más directa con los residentes en formación que los enfermeros del turno de la mañana.


Al concluir el análisis de nuestros resultados pudimos observar como éstos son comparables a los presentados en la Encuesta al personal MBI de servicios (2) para la población española y para la población norte americana, en cuanto a los valores de medias (x) y desviaciones estándar (Sd), lo cual nos permite afirmar que el instrumento de medición utilizado (MBI, Maslach Burnout Inventory) es confiable para aplicarlo en nuestro país, tal como se encontró en un trabajo anterior realizado en el hospital San Juan de Dios de Caracas (7).

Datos de identificación

En el análisis de las variables demográficas se encontraron datos relevantes en lo que se refiere al nivel académico y su relación con el cargo administrativo, donde se destaca el hecho de que la asignación de cargos administrativos es de nivel inferior a lo que les correspondería por grado de instrucción, lo cual nos pone frente a un posible facilitador de la percepción de una baja realización profesional, uno de los indicadores del síndrome de Burnout.

Eventos estresores

Con respecto a los eventos estresores se encontró que en cuanto al ambiente físico, hay referencias significativas acerca de lo inadecuado de la disposición del espacio físico para la atención de necesidades y expectativas laborales. Se considera importante este hallazgo porque se ha reportado que “el disconfort físico percibido por el sujeto en el lugar de trabajo también es un predictor significativo del síndrome de quemarse por el trabajo” (4).

En cuanto a las demandas laborales, se halló que la sobrecarga laboral es reportada como un estresor frecuente, discriminada entre la atención a un número excesivo de pacientes y la escasez de los recursos necesarios. El hecho de que el servicio estudiado tuviera doce camas y un mínimo de siete enfermeros por turno, indicaría que no hay motivos concretos para quejarse por exceso de pacientes, ya que está establecida la necesidad de una enfermera por cada dos camillas de observación; sin embargo, algunos aspectos organizacionales podrían explicar esta percepción de sobrecarga de trabajo, como lo es el que el número de camas siempre es inferior al número de pacientes que requieren y reciben atención en este servicio.

También ocurre que el número de enfermeros por turno que realmente trabajan, con frecuencia es inferior al adscrito, como resultado de la aplicación del Acta Convenio. Esta Acta Convenio, documento suscrito por el gremio con el hospital, es vista por el gremio de enfermería como un beneficio contractual obtenido por ellos, y plantea lo siguiente:

“… consagrada en la Segunda Convención Colectiva de Trabajo suscrita entre el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, sus organismos autónomos adscritos a ese Ministerio y la Federación del Colegio de Enfermeras de Venezuela, en los términos que a continuación siguen: Se respetará y acordará la concesión de los diez (10) días continuos no acumulables de descanso trimestral, cada noventa días de servicios ininterrumpidos; para las áreas de infecto-contagiosos y transmisión sexual, radiología y radioterapia, hemoterapia, hemodinamia, hemodiálisis, sala de partos, resonancia magnética, medicina nuclear, áreas quirúrgicas, neurocirugía, cuidados intensivos: infantiles y adultos, emergencias, central de suministros, traumatología, salud mental, psiquiatría, epidemiología y retenes patológicos…”

 

Esta situación puede producir una sobrecarga de trabajo para aquellos enfermeros en función, ya que a los enfermeros que pudieran encontrarse de vacaciones o de reposo por enfermedad se les agregarían los que gozan de este beneficio gremial.

Además se pudo observar la existencia del procedimiento de “la raya roja”, un instrumento de premiación de un día libre por cada treinta días de llegada puntual de los enfermeros en uno de los turnos de trabajo de la noche, cuya aplicación también genera una mayor carga para los profesionales en funciones genera mayor sobrecarga de trabajo para los profesionales en función.

Observamos que en este grupo, los enfermeros sienten estar sometidos a una sobrecarga de trabajo, por el número de pacientes que atienden, pero no reconocen que los días libres de que gozan, sean por el acta convenio o por “la raya roja”, los sobrecargan.

Tanto es así que expresaron molestia hacía algunas compañeras que están realizando un trabajo que sustenta la conveniencia de eliminar el Acta Convenio, pues consideran que sí se llegará a eliminar este beneficio gremial empeorarían sus condiciones de trabajo.

La sobrecarga de trabajo percibida ha sido reportada en la literatura como una de las variables desencadenantes del síndrome de burnout (8, 12 y 13).

Uno de los estresores más referido y comentado en esta investigación es la ambigüedad de rol, relevante porque existen numerosas referencias que destacan su importancia en el desarrollo del síndrome de burnout (3, 5, 8, 14, 15, 16 y 17). El grupo estudiado siente estar sometido a muchas contradicciones, por una parte conocen y saben lo que deben hacer, pero por otra sienten que no se les permite hacerlo.

En este sentido, se lamentan de que en ocasiones, al sugerir a los médicos que es necesario atender a un paciente, como parte de sus deberes laborales, los enfermeros son desatendidos o, incluso, “regañados” por esto. Por ello se sienten inhibidos, en ocasiones, de cumplir con esta función. Esto produce no solo la incertidumbre propia de la percepción de la ambigüedad de rol, al sentirse inhabilitadas para cumplir con sus funciones de atender al paciente, provocando la aparición de estrategias negativas de afrontamiento, las cuales pueden dar origen a los síntomas de cansancio emocional y hasta de despersonalización.

Encontramos hallazgos significativos en todo lo que se refiere a relaciones interpersonales en el lugar de trabajo. El señalamiento a la incapacidad de mantener relaciones interpersonales satisfactorias y la presencia de conflictos entre los integrantes del equipo de salud, tiene una relación clara con la percepción del estrés laboral. En nuestro país se han realizado estudios con personal de enfermería donde se presentaron mayores niveles de estrés laboral cuando se identifican conflictos entre los miembros del equipo de trabajo (18).

Esto nos permite asegurar que la afiliación y la cohesión grupal pueden ser moduladoras del síndrome de burnout.

Además se ha determinado que un apoyo social percibido como deficiente por los trabajadores en el ámbito laboral, también es determinante del síndrome de burnout. En trabajos de alta exigencia como es el ejercicio de la profesión de enfermería, el apoyo de los compañeros y de los supervisores para resolver situaciones de extrema urgencia es importante. Cuando no podemos relacionarnos adecuadamente y no podemos aportar sugerencias para el mejor desenvolvimiento de las tareas comunes en el equipo de salud, se presentan sentimientos de cansancio emocional y baja realización profesional, producto de la inseguridad y poca cohesión entre los equipos de trabajo (19, 20 y 21). )


En nuestro contexto, Granell y colaboradores (11) afirman que las relaciones sociales y afectivas de los venezolanos son muy poderosas. . . . “Esta necesidad de contacto y calor humano está presente en todos los contextos y es parte fundamental de las relaciones de trabajo. . . ”. También afirman que “. . . el obrero venezolano es muy sensible al trato diferencial. . . ”. La necesidad de los venezolanos de mantener nexos afectivos en el ambiente de trabajo y la sensibilidad que de ella se deriva, muy superior a la reportada en otros países, debe ser considerada muy cuidadosamente en estudios como el nuestro.

Por otra parte, cuando los enfermeros señalan la mala calidad del servicio que se les presta a los usuarios y a sus familiares, al afirmar que estos son maltratados por sus colegas, al igual que por los médicos, podrían estar revelando el no poder reconocer los errores en sí mismos, pero sí en los otros. Pudiera ser que sean ellos quienes, en algunos momentos, maltratan a los usuarios y a sus familiares, pero como mecanismo de defensa proyectivo se reconocen como “los mejores del grupo”, “yo sí sé hacer las cosas pero los otros no”, dándose el fenómeno conocido como “mejores entre los pares”, muy frecuente en la literatura sobre el tema.

Incluso se han encontrados reportes en la literatura científica de que los profesionales que ejercían su profesión en lugares cercanos a su grupo de apoyo presentan menos agotamiento emocional que los que se encontraban lejos de su hogar (22 y 23).

Estos señalamientos son importantes, para ser tomados en cuenta en futuras investigaciones dirigidas a planes de intervención.

En lo que se refiere a la percepción de su posibilidad de desarrollo de la carrera, los dos señalamientos más importantes los hicieron con relación a la desigualdad entre la responsabilidad que tienen y la remuneración, que perciben como baja, y al alto nivel de responsabilidad que les exigen en el cumplimiento de sus tareas. Estamos en presencia de un desencadenante importante, porque cuando al final de un período de trabajo no pueden sentirse autosuficientes para satisfacer las necesidades básicas, se desarrolla un sentimiento de baja realización profesional. También puede percibirse que el resultado final no se corresponde con el esfuerzo realizado.

Además, cuando la posibilidad de ser promovidos, a pesar de haber realizado esfuerzos importantes para estudiar y crecer como profesionales no se logra, se desarrollan sentimientos de impotencia que desembocan en un sentimiento de agotamiento emocional, tal como se reporta (4, 8, 24 y 25).

Si bien los resultados obtenidos para las variables eventos estresores extra laborales, tanto familiares como comunitarios, no tienen la misma magnitud que la reportada para los eventos estresores laborales, es importante señalar como estos eventos pueden ser considerados como un factor detonante del estrés laboral.

Por estas razones, hemos de ratificar la importancia de comprender los eventos estresores como la interacción de múltiples factores. No se puede aislar al ser humano de su contexto, se hace imposible estudiar los eventos estresores laborales sin tomar en cuenta otros factores moduladores que pueden ser determinantes en la generación de tensión y malestar en situaciones laborales, así como la diversidad de estímulos estresores que actuando sobre las personas potencian su respuesta al estrés, a la hora de planificar las intervenciones.


Como hasta ahora la población estudiada percibe estar sometida a altas exigencias laborales, mantenemos nuestra consideración inicial de que se trata de un grupo de alto riesgo para la presentación de síntomas físicos de estrés y del síndrome de burnout.

Síntomas físicos de estrés

Los hallazgos referentes a los síntomas físicos de estrés nos muestran que hay niveles medios de los mismos, con x=6, 82 y Sd=4, 72. Esto quiere decir que la muestra en estudio comienza a presentar respuestas al estrés con síntomas psico-fisiológicos importantes. La muestra se dividió en dos grupos extremos: un primer grupo con pocos síntomas, entre 2 a 4 síntomas por persona, mientras que se encontró un segundo grupo que reportaron presentar 10 o más síntomas físicos por persona; si bien no podemos afirmar la presencia de enfermedades, pensamos que esto ha de ser tomado en cuenta, ya que podemos encontrarnos frente a un grupo muy cercano a presentar consecuencias críticas. Estos resultados son semejantes a los reportados por Feldman y col. (10), en una población del mismo hospital.

En cuanto al tipo de síntoma físico presentado por los enfermeros, podemos observar como ellos se agrupan en tres categorías según la frecuencia con que presentan: a) síntomas relacionados con el exceso de tensión muscular, como son el dolor de cabeza y la tensión muscular propiamente dicha, b) síntomas relacionados con manifestaciones de ansiedad y angustia como son boca seca, excesiva sudoración, taquicardia y nudo en la garganta, y c) síntomas de orden cognitivos que pueden asociarse con cansancio emocional como son los olvidos, la dificultad para concentrarse y pérdida del hilo de las ideas. Estos síntomas son iguales a los reportados en estudios semejantes realizados en Cuba, presentados por Grau y col. en un seminario en agosto de 1. 999, en Caracas.

Como ya hemos afirmado con anterioridad, esta población presenta síntomas importantes de estrés laboral con niveles moderados, lo cual los hace vulnerables para sufrir de consecuencias graves para la salud.

Índice de asociación de las variables y subvariables estudiadas

El estudio de correlaciones arrojó algunos resultados que podrían ser interesantes con respecto a posibles relaciones entre los datos de identificación y los eventos estresores percibidos, así como entre distintos estresores.

A la luz de los resultados obtenidos en cuanto al sexo, las enfermeras reportaron necesitar que se les tome en cuenta en las decisiones importantes, mientras que los enfermeros necesitan demostrar sus habilidades y destrezas en la profesión. Esto puede ser explicado por los patrones de socialización diferentes para los roles femeninos y masculinos. En el rol femenino se observa la interdependencia y la habilidad en las relaciones interpersonales, además en el cuidado de otros; por el contrario el rol masculino asume que el hombre no debe expresar emociones y debe orientarse al logro descuidado de la interdependencia y la habilidad en las relaciones interpersonales, y su mayor necesidad es la de demostrar lo que saben hacer.

Otro resultado notable fue la relación encontrada entre la situación administrativa del cargo con el tipo de relaciones interpersonales con los compañeros de trabajo, por lo que parece que a mayor estabilidad en el cargo (Ley de carrera administrativa) y mayor edad es menor la necesidad de aceptación y apoyo interpersonal con los pares, hecho que puede ser interpretado como un facilitador del síndrome de burnout, especialmente del indicador despersonalización, ya que la indiferencia hacia el otro puede conducir a la aparición de trato cínico y distanciado propio de esta dimensión.


Se halló una correlación positiva entre ambigüedad de rol y las tres dimensiones que constituyen la variable otros aspectos de la organización, como son organización de la institución, clima organizacional y posibilidad de participar en las tomas de decisiones.

Estos resultados se pueden explicar por la necesidad del trabajador venezolano de pertenecer a estructuras organizativas con jerarquías rígidas y claras que delimiten sus funciones laborales, tal como describe Granell y col (11).

Es interesante que, simultáneamente, a pesar de evidenciarse que estas enfermeras necesitan más y mejores relaciones con sus compañeros de trabajo, estas se correlacionen positivamente con ambigüedad de rol.

Esto podría deberse a que se desea apoyo y seguridad de parte de los iguales para contrarrestar el malestar generado por el no saber que se espera de nosotros (ambigüedad de rol).

Por otra parte se encontró que la variable conflicto de rol se correlacionó positivamente con la variable riesgo laboral, porque los enfermeros piensan que los médicos conocen cual es la enfermedad del paciente y no se lo informan para que ellos puedan protegerse. Este hallazgo fue reportado en múltiples ocasiones, cuando los enfermeros se quejaban de que los médicos al recibir al paciente saben si son portadores del síndrome de inmunodeficiencia (HIV) y no se lo informan a ellos, situación que les hace sentir no ser tratados con equidad.

El indicador cansancio emocional del síndrome de burnout presentó una correlación positiva con la variable síntomas físicos de estrés, lo cual es de esperarse por la relación fenomenológica de ambos conceptos, mientras más cansados se sienten, más síntomas físicos presentan, como tensión muscular (4).

La correlación negativa encontrada entre la subvariable despersonalización y la sobrecarga de trabajo puede deberse al hecho de que, en una eficaz estrategia de afrontamiento y debido a la gran necesidad del venezolano de tener apegos afectivos (11), los enfermeros logran no distanciarse de los pacientes y sus familiares, a pesar de sentirse extenuados, por la compensación afectiva que logran con ello.

La correlación negativa encontrada entre los indicadores realización profesional y ambigüedad de rol resulta lógica, ya que sí no esta claro lo qué se espera del enfermero, éste no puede desempeñarse adecuadamente en sus labores, y ello le lleva a sentir que no puede realizarse como profesional creándose una sensación de incapacidad individual y colectiva que puede reflejarse en la calidad de asistencia que prestan.


Conclusiones y recomendaciones

En trabajos de corte transversal como este no es posible realizar un análisis riguroso del síndrome de burnout, sin embargo, se llegó a las siguientes conclusiones:

1. La coherencia de los resultados de este trabajo, así como su semejanza con los de trabajos reportados en otros países, nos permiten concluir que el Instrumento (Maslach Burnout Inventory) utilizado para la medición del síndrome de Burnout es aplicable en el contexto hospitalario de nuestro país.

2. Los valores obtenidos para los tres indicadores del síndrome de burnout (cansancio emocional, despersonalización y realización profesional) se hallan en el rango medio (cuartil Q1 - Q3), lo cual nos permite afirmar que la población estudiada se encuentra en proceso de desgaste psíquico. Por ello, conociendo los riesgos que el síndrome de burnout comporta tanto para las personas que lo presentan, como para la organización a la que pertenecen, y considerando lo expuesto en la literatura por Grau y Chacón y Gil-Monte y Peiró es conveniente atenderlo preventivamente, con medidas concretas.

3. La muestra está representada mayoritariamente por el sexo femenino y por dos grupos etarios bien polarizados: uno, entre los 31 y 35 y otro, entre los 46 y 50 años. Estas características demográficas son similares a las encontradas en la literatura estudiada. Entre los enfermeros de este estudio predomina un nivel académico de técnico universitario superior, y trabajan en un solo turno de trabajo. los que lo hacen en dos turnos no trabajan más de cuarenta horas semanales.

4. Según el número de síntomas presentado por cada persona, la muestra se divide en dos grupos extremos: uno que presentó entre 2 a 4 síntomas y otro, que presentó once síntoma. Estos hallazgos han de considerarse de suma importancia si lo asociamos a los resultados obtenidos para los tres indicadores del síndrome de burnout.

5. Los síntomas físicos que se presentaron con mayor frecuencia fueron: tensión muscular, dolor de cabeza, cólicos estomacales, taquicardia, boca seca, dificultad para concentrarse, olvidos, pérdida del hilo de las ideas.

6. Los eventos estresores ó desencadenantes mayormente percibidos por estos enfermeros fueron la sobrecarga de trabajo, sea ésta por exceso de pacientes o por falta de recursos para realizar el trabajo adecuadamente, y la ambigüedad de rol, ya que sienten que saben qué y cómo hacerlo pero no lo pueden hacer porque no se lo permiten los demás miembros del equipo de salud. Además sienten que se les coloca en gran riesgo, ya que no se le informa de las patologías contagiosas de los pacientes.


7. Se evidencia una diferencia en la manera de percibir los eventos estresores de acuerdo con la edad, el sexo y el estado civil de los enfermeros.

8. El valor negativo de la correlación entre sobrecarga laboral y despersonalización plantea una aparente contradicción que pudiera explicarse en el marco cultural de los trabajadores venezolanos, los cuales necesitan de apegos afectivos. Esto podría ser explicado por la capacidad de afrontar adecuadamente el problema, o por el contrario no son capaces de reconocer su carencia. Por lo tanto, es un aspecto importante a considerar en los planes de intervención.

9. La ambigüedad de rol es un evento estresor que deberá ser considerado con especial atención, debido a las correlaciones positivas que se obtuvieron con relaciones interpersonales y con la toma de decisiones, y a la correlación negativa con realización profesional, con el fin realizar intervenciones ajustadas a la realidad venezolana.

A la luz de los hallazgos obtenidos en esta investigación se recomienda:

1. Realizar trabajos de intervención con el personal de enfermería del equipo de salud, para reforzar o modificar, por un lado, sus estrategias de afrontamiento, y por el otro, los aspectos concretos de sus condiciones laborales; a fin de minimizar las consecuencias tanto en el ámbito individual como organizacional del síndrome de burnout.

2. Estudiar con sumo cuidado los reforzadores motivacionales a implementarse, para evitar que se transformen en eventos estresores.


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