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La salud mental, la violencia y el nuevo paradigma social.

Autor/autores: Ester Delfina Lafont
Fecha Publicación: 01/03/2005
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

El fenómeno de la violencia, es contemplado en este trabajo como la el emergente de una profunda crisis del paradigma socio-productivo, provocada esencialmente por factores económicos y sociales: la mundialización y la crisis del proceso de trabajo. Este incremento de violencia, pone de manifiesto un fuerte movimiento social instituyente que cuestiona la eficacia de las estructuras institucionales que caracterizan a este sistema social (gobierno, educación, trabajo, justicia, familia) que caracteriza al paradigma liberal.

Siguiendo esta línea interpretativa, estaríamos transitando un primer movimiento disruptivo que pone en cuestión la ineficacia de las instituciones sociales en su misión de dar respuesta a las necesidades de crecimiento de la comunidad y más específicamente de la población juvenil. La violencia desmesurada surge entonces según este enfoque, como una expresión de una comunidad que asume el poder de la protesta, el rechazo y la desilusión. Las políticas públicas y de salud mental y los profesionales de la salud, deberían dirigir sus esfuerzos a la modificación de las causas de la violencia y a la promoción de dispositivos reflexivos para actores sociales de la comunidad, con el propósito de construir entre todos un nuevo paradigma social que contemple en sus bases fundantes, un fuerte contenido ético cultural y una participación de la comunidad en las grandes decisiones que definen el rumbo de los gobiernos democráticos.

Palabras clave: Crisis, Salud mental, Violencia


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La salud mental, la violencia y el nuevo paradigma social.

Ester Delfina Lafont.

Presidenta de la Asociación Civil Proyectarg.
Buenos Aires. Argentina

PALABRAS CLAVE: Violencia, crisis, Salud Mental.

 

Resumen

El fenómeno de la violencia, es contemplado en este trabajo como la el emergente de una profunda crisis del paradigma socio-productivo, provocada esencialmente por factores económicos y sociales: la mundialización y la crisis del proceso de trabajo. Este incremento de violencia, pone de manifiesto un fuerte movimiento social instituyente que cuestiona la eficacia de las estructuras institucionales que caracterizan a este sistema social (gobierno, educación, trabajo, justicia, familia) que caracteriza al paradigma liberal. Siguiendo esta línea interpretativa, estaríamos transitando un primer movimiento disruptivo que pone en cuestión la ineficacia de las instituciones sociales en su misión de dar respuesta a las necesidades de crecimiento de la comunidad y más específicamente de la población juvenil. La violencia desmesurada surge entonces según este enfoque, como una expresión de una comunidad que asume el poder de la protesta, el rechazo y la desilusión. Las políticas públicas y de salud mental y los profesionales de la salud, deberían dirigir sus esfuerzos a la modificación de las causas de la violencia y a la promoción de dispositivos reflexivos para actores sociales de la comunidad, con el propósito de construir entre todos un nuevo paradigma social que contemple en sus bases fundantes, un fuerte contenido ético cultural y una participación de la comunidad en las grandes decisiones que definen el rumbo de los gobiernos democráticos.



Fundamentación

En diferentes partes del mundo la temática de la violencia está despertando el interés de grupos y organizaciones relacionadas con la salud, la educación y la política. Es a partir de esta preocupación general por el incremento de la violencia en las comunidades, que la Asamblea Mundial de la Salud (1996) declara la violencia en el mundo, como un tema importante para todas las comunidades. Desde ese momento, la violencia se ha convertido en un problema para las políticas de salud pública fundamentado en el incremento de la violencia en todas sus formas, el número de victimas y la magnitud de las secuelas que produce en la salud mental de la población.

Este fenómeno, se inicia en los años 80, coincidiendo con el empeoramiento de la situación socio-económica de América Latina, la irrupción del tráfico y el consumo de drogas, el uso abusivo del alcohol, el desempleo y la desigualdad. Estas características inician un período histórico donde se ha naturalizado la violencia prioritariamente en las grandes ciudades del mundo. Día a día, se legitima la fuerza como medio para resolver frustraciones y diferencias y es desde la legitimidad de estos modelos que la violencia se traslada a los integrantes de la comunidad.

La violencia, alcanza hoy dimensiones cada vez más impactantes en las urbes del mundo (prioritariamente en el Continente Latinoamericano) y representa un riesgo para la vida y la salud de las personas (1) Es precisamente en estas ciudades, en donde las características del proceso de urbanización desigual reproduce una diversa calidad de vida en la población, y es esta sociedad de la exclusión la que genera una verdadera expansión de violencia, un mundo de todos contra todos; una sociedad competitiva y autoritaria que niega la diversidad (2)

La muerte de hombres, mujeres y niños por causas asociadas a la violencia, es según las estadísticas, la responsable de los índices crecientes de la mortalidad general y de los altos porcentajes de años de vida perdidos por esta causa. Nos referimos en este punto, no sólo a las vidas perdidas por accidentes, sino las que se realizan por el alto número de homicidios en incremento desde 1990. Estos crecieron en un 40% en la década del 90’; hay 30 homicidios por cada 100. 000 habitantes por año (6 veces la tasa de criminalidad moderada de países como Noruega, Suecia, Holanda y otros) América Latina es la segunda área geográfica con mayor criminalidad del mundo (el Sahara Africano es la primera) (3)

En esta ponencia se comparte con Hijar Medina, el carácter socio -cultural del fenómeno de la violencia, asumiendo que ésta no se trata de un hecho natural sino social y como tal, es factible de prevenir, modificar o evitar. Es desde este enfoque que el contexto determinado por un momento histórico social-cultual y económico específico, propicia el despliegue de síntomas o efectos violentos que se ponen de manifiesto a través de las conductas de los adolescentes (4) La violencia de mayor recurrencia en los jóvenes del mundo es la denominada violencia directa.


Desarrollo de la ponencia

Esta presentación se desarrollará en dos apartados.

1. La violencia en la comunidad, su enfoque teórico y la Salud Mental.
2. La violencia en la comunidad, la crisis y el inicio de un nuevo paradigma en salud mental.

LA VIOLENCIA EN LA COMUNIDAD, SU ENFOQUE TEÓRICO Y LA SALUD MENTAL

-La temática de la Violencia y la Salud Mental

Adherimos al criterio de Hijar Medina “que postula a la salud mental como un estado de equilibrio positivo entre el individuo y el medio ambiente, y que lo que interesa especialmente es promover las dimensiones que preservan dicho equilibrio a pesar de la emergencia de sucesos desestabilizadores”.

La Salud Pública (5), se caracteriza fundamentalmente por la importancia que concede a la prevención de la salud mental en las situaciones de violencia. El punto de partida de la Salud Pública, es la sólida convicción de que el comportamiento violento desmesurado y sus consecuencias, pueden prevenirse y basa su perspectiva, en los requisitos rigurosos del método científico, pasando del planteo del problema a la solución.

· Pasos metodológicos de la prevención.

Con la intención de poder ordenar el aporte de este trabajo, mencionamos los pasos planteados por la Unidad de Salud del Ministerio de Salud (1995)

1. • Obtención de tantos conocimientos básicos acerca de todos los aspectos de la violencia.
2. • Investigación de por qué se produce la violencia; es decir, llevar a cabo estudios para determinar.
3. • Búsqueda de posibles formas de prevenir la violencia, usando la información descrita en un paso anterior.
4. • Ejecución de acciones que en diversas circunstancias resulten efectivas, acompañadas de una difusión amplia de información y de una evaluación de la eficacia en relación con los costos de los programas.

Teniendo en cuenta los pasos metodológicos enunciados, podemos plantear que el sentido de esta primera parte de la ponencia está dirigido a brindar un aporte al análisis de la violencia, tratando de ampliar el panorama sobre sus causas, y enunciar sus factores correlativos y en la segunda se abordará este fenómeno como un hito en el cambio del paradigma social y se intentan propuestas a llevar a cabo por la Salud Mental y por los profesionales de la salud mental.

- Etiología de la violencia

Se acuerda con el enfoque teórico que concibe a la etiología de la violencia como pluricausal y con diversas vías de acceso a la misma y para definirla tomamos las palabras de J. Galtung (6) "La violencia esta presente cuando los seres humanos se ven influidos de tal manera que sus realizaciones efectivas, somáticas y mentales, están por debajo de sus realizaciones potenciales". Retomamos la aclaración que hace este autor de la violencia en términos de la diferencia entre realización y potencialidad:

"La violencia es un acto que tiene como consecuencia la no realización de la satisfacción de las necesidades efectivas, somáticas y mentales del individuo por causa de otro”.
J Galtung (1995)

La violencia está edificada dentro de la estructura social y se manifiesta como un poder desigual, y consiguientemente, como oportunidades de vida distintas. Los recursos están desigualmente distribuidos y (. . . ) por encima de todo está desigualmente repartido el poder de decisión acerca de la distribución de los recursos" “En sentido amplio (. . . ) la fórmula general que está detrás de la violencia estructural es la desigualdad".


Galtung, identifica la violencia “como la imposibilitación o impedimento de la persona, de su realización por una serie fenómenos “evitables” dentro de una sociedad. ” Según este enfoque esta carencia de elementos para su realización induce a que en algunas ocasiones esa persona entre a formar parte del grupo generador de actos violentos que impedirán la realización de otros, desarrollando así una cadena interminable de violencia en escala, tanto ascendente como descendente vertical y horizontal.

-Tipología de la violencia

La violencia es considerada por Galtung, (1995) como un ejercicio de poder y como tal, puede manifestarse en cualquier esfera de nuestra vida, en lo cultural/ económico/ político / doméstico.

En un primer intento de clasificación y retomando la clasificación de este autor podemos afirmar que la violencia, como la paz, puede ser directa, estructural y cultural, considerándose a las mismas conectadas entre si:

“La violencia directa sirve de indicador del nivel de violencia estructural y cultura y la violencia estructural, es a menudo violencia directa del pasado, de conquistas o represiones que han permanecido hasta nuestros días”
Galtung J. (1998) (7)

Galtung (1998) plantea que la violencia estructural y la violencia cultural son influyentes en la violencia directa, que por ser manifiesta es la que más impacta en el mundo perceptivo de la comunidad y más de una vez es la estrella predilecta en los medios de comunicación.
Cuando decimos violencia estructural hablamos de la explotación, represión, marginación, fragmentación, malestar social y pobreza, es decir problemas derivados de la propia estructura del país. Esta violencia, es distinta en cada país, ya que la estructura interna de los países es diferente una de los otros, más allá de las similitudes que en la actualidad tienen los países de Latinoamérica en cuanto al tema de la violencia y los padecimientos políticos-económicos-sociales que en mayor o menor medida los aquejan a los inicios del tercer milenio.

La violencia estructural está integrada por formas sociales de discriminación (incluido el daño) contra individuos o grupos. Aquí se incluyen las violencias originadas en las diferencias de género, la discriminación hacia grupos étnicos, las acciones negativas hacia el medio ambiente y el desempleo.

· La violencia directa la violencia manifiesta

Consideramos que la violencia directa es aquella que se puede ver y que está muy relacionada a la agresión y a la coacción. Este tipo de violencia se clasifica según esté la violencia vinculada al individuo, al grupo o al estado.

— Individuo: Se caracteriza fundamentalmente por tener origen en la sociedad y por manifestarse de modo interpersonal. Se incluyen aquí los fenómenos asociados a la denominada seguridad ciudadana tales como las violencias anómica, doméstica y contra los niños que implican el ejercicio de la violencia directa. Incluye tanto fenómenos de violencia desorganizada, actualmente más visibles, como son todos los fenómenos asociados a la violencia común, y otros menos visibles como la violencia organizada, asesinatos, asalto, homicidio, atentado, linchamiento, tortura. La denuncia de este tipo de violencia ha aumentado considerablemente sobre todo en Latinoamérica.

— Grupo: Son frecuentes los asesinatos en serie, donde un individuo priva de su vida a otros, normalmente siguiendo un mismo patrón de conducta, asesinato en serie, racismo, guerras civiles, terrorismo. Dentro de la violencia grupal directa, se encuentra también la violencia colectiva: Es el tipo que se produce cuando la sociedad colectivamente, o grupos significativamente importantes de ella, participan activa y públicamente de la violencia directa.

— Estado: Este tipo de violencia que se ejerce desde las instituciones legitimadas para el uso de la fuerza cuando en la práctica de sus prerrogativas impide la realización de las potencialidades privativas a las personas. Como bien lo ha indicado Galtung (1995) se diferencia de la violencia estructural por su menor grado de abstracción y, en ese sentido, por la posibilidad de ser atribuida a alguna institución específica.

· Fenómenos vinculados a la violencia directa individual

La violencia directa e individual, se caracteriza fundamentalmente por tener origen en la sociedad y por manifestarse de modo interpersonal y en ésta se incluyen aquí los fenómenos asociados a la denominada seguridad ciudadana.


Con el propósito de profundizar en las causas o aspectos complementarios de dichos efectos se considera significativo observar el alto nivel de correlación sistemática y significativa entre:

1) La violencia y el consumo de alcohol: Los mayores índices de estos fenómenos están significativamente asociados con la violencia. De acuerdo con las recientes estimaciones la incidencia de dependientes de alcohol en América Latina es tres veces mayor que en el resto del mundo y dobla la dependencia de alcohol registradas por las poblaciones de los países anteriormente socialistas y de los miembros de la Organización de cooperación Y Desarrollo Económico (OCDE) (8)

2) La violencia y la incidencia de problemas neuropsiquiátricos: Según Londoño (9) la región de Latinoamérica, presenta anomalías en la incidencia de problemas nueropsiquiátricos vinculados a la violencia en sus múltiples facetas. Dicha incidencia es un 45% mayor a la del resto del mundo y mucho mayor a la que se esperaría para su nivel de desarrollo.

3) La violencia y la droga: Según el estudio realizado en el Cono Urbano de la Provincia de Buenos Aires (2002) (que se realizó sobre 358 presos en comisarías de la provincia), el 89% son jóvenes (la edad promedio es de 25 años), cerca del 70% de los delincuentes consume alcohol y/o drogas. Casi el 80% de los jóvenes que cometen graves delitos lo hacen a causa de la droga y en particular por las enormes deficiencias en la educación (10)

4) La violencia y la problemática de la delincuencia (11) : Si consideramos la temática de la violencia vinculada a la problemática del delito en la Argentina en abril de 2001 la Dirección General de Políticas para la proyección del Delito, Ministerio de Seguridad Bonaerense dibujó el perfil de los detenidos durante el 2000: joven, adicto y desocupado.

5) La violencia y la desocupación: La criminalidad Latinoamericana está constituida en gran parte por delincuentes jóvenes en los que se puede observar las siguientes características las altas tasa de desocupación juvenil (superior al 20%) y el aumento del número de familias desarticuladas (12)

6) La violencia y la ausencia de confianza: El desarrollo del grado de confianza de los individuos en sus respectivos ambientes familiares y sociales es cuanto menor el grado de confianza de los individuos en su entorno familiar y comunitario, mayor es la correlación con la incidencia de la violencia. El 52% de los jóvenes delincuentes apresados en el cono urbano de la Provincia de Buenos Aires no confía en ninguna de las instituciones (13)

7) La violencia y la disolución familiar: La violencia golpea en todos los niveles de la sociedad a causa de la disolución familiar, (14) En EE. UU. una investigación sobre 60. 000 jóvenes delincuentes detectó que el 70% venían de familias desarticuladas, con un sólo cónyuge al frente. En Uruguay se encontró que el 64% de los jóvenes internados provenían de familias desarticuladas.

8) La violencia y la educación: El 93% de los detenidos por delitos graves en la provincia de Buenos Aires (Argentina) no completó la escuela primaria (2003)

9) La violencia y la discriminación: La discriminación étnica esta sustentado por un argumento estructural más utilizado en todos los tiempos, ha sido el de garantizar la pureza racial seleccionado una tipología aceptada y a partir de ésta surgen sentimientos de discriminación y actos de violencia que están dirigidos a los pobres, las mujeres, los ancianos, los homosexuales, los minusválidos, los extranjeros. Cada sociedad, en distintos tiempos prioriza el orden de los ítems mencionados de acuerdo con la necesidad. En la medida en que estas cuestiones discriminatorias cuenten con el apoyo de la violencia cultural y estructural de un país se incrementará la violencia en dimensiones impensadas Quizás, en Occidente, los gráficos más patéticos de ello puedan ser lo llevados a cabo por la Inquisición de la Iglesia Católica y el Clan Hitler.

10) La violencia y la injusticia: La justicia actual carece de eficiencia y despierta en el colectivo joven profunda desconfianza. Con relación a este tema cito al presidente del Consejo General de la Abogacía (2004) subrayó que "el modelo de justicia actual está agotado, no sólo en España, sino probablemente en todo el mundo". A su juicio, "hasta ahora lo que se ha estado haciendo son 'parcheos', grandes reformas de las leyes, etc. ”. Las cárceles, además, no sólo no rehabilitan sino que siguen siendo en su mayoría, a pesar de algunos esfuerzos personales, inhumanas, denigrantes y corruptoras. La imagen que sigue teniendo la ciudadanía de la administración pública de la justicia es deplorable". Y concluye: “Hay que buscar nuevas formas y caminar a un nuevo modelo de justicia más acorde con los intereses de los ciudadanos".


11) La violencia y las armas de fuego: Uno de los factores que han incrementado los índices de violencia en el país, son las armas de fuego. Si bien las armas deberían estar inscriptas ante el Ministerio de Seguridad Pública, se sabe que hay muchísimas más en manos de las personas. Incluso de colegiales.

Estos aspectos que se encuentran articulados y correlacionados entre sí, caracterizan en mayor o menor medida la situación actual de las comunidades del mundo y en forma prioritaria a Latinoamérica. El escenario actual de este siglo se encuentra plagado de tensiones y de conflictos, y éstos se encuentran vinculados a dos procesos que caracterizan el paradigma neoliberal y son aquellos que conocemos con el nombre de globalización y fragmentación (económica, política, social, etc. )

LA VIOLENCIA EN LA COMUNIDAD, LA crisis Y EL INICIO DE UN NUEVO PARADIGMA.

- La Decadencia del Sistema Neoliberal y la violencia en la comunidad

Retomando la definición dada por Galtung (1998), cuando enuncia que la violencia, significa una diferenciación entre realización y potencialidad, podemos decir que la discriminación laboral y educativa, la carencia de asistencia social, el incremento de la pobreza, el alto número de miembros de la comunidad que no alcanzan a cubrir las necesidades básicas, marca una franja importante entre la potencialidad de esta comunidad y las posibilidades de realización que los mismos tienen en la sociedad.

La ausencia de equidad, el incremento de leyes que separan aun más las brechas entre los ciudadanos con recursos y los que no los tienen, presentan a su vez un panorama social en el cual es posible reconocer la violencia en sus múltiples expresiones. Son varias las generaciones que han crecido y siguen creciendo con el desarraigo y la falta de expectativas. Desde esta misma mirada podemos suponer que irresponsabilidad con las generaciones futuras constituye también un tipo de violencia que recién hoy se comienzan a visualizar. Las desigualdades internas y la brecha existente entre estos países y los del Norte desarrollado son cada vez más grandes y ha conducido a formarse hoy, sociedades sin futuro.

A partir de este enfoque, consideramos que el crecimiento desmesurado de la violencia es en gran parte, producto de una relación conflictiva que surge de intereses y poderes gestados en el modelo liberal, que no encuentran otra solución social que la expulsión laboral y la discriminación social –educativa de la comunidad de bajos recursos (15) al que se suma un problema que excede las clases sociales y que es el terrible obstáculo que encuentran los jóvenes, al no poder insertarse satisfactoriamente en la sociedad.

Silvia Bliechmar (16) caracteriza con una profundidad inconmensurable uno de las violencias menos visibles de semejante desvastación del hombre diciendo “Más allá de la crisis económica más allá de todas las violencias que se padecen en la actualidad, el pensamiento sufre un proceso de desmantelamiento que nos deja inermes para enfrentar la resolución de este dolor al cual nos vemos arrojados “.

El neoliberalismo ha exacerbado la polarización de la sociedad en todas sus dimensiones ya que el ajuste estructural, con su programa de integración a la economía internacional y austeridad del sector público, ha reducido radicalmente las posibilidades de crecimiento equitativo y satisfacción de las necesidades sociales.

Para la mayoría de los latinoamericanos, esta apertura neoliberal es una gran pesadilla, la caída del ingreso real, el creciente desempleo y el acelerado retiro de las redes de seguridad social han dejado a los latinoamericanos con pocas alternativas. Estos tipos de violencia tendrán que ser clasificados como violencia estructural y cultural, son temas prioritarios que se deben incorporar en las políticas públicas y en las Políticas Públicas y de Salud Mental.

Las contradicciones del desarrollo neoliberal, son tan profundas que hasta el desarrollo de la comunidad internacional ahora reconoce su importancia como un camino para responder a la presente crisis y buscar una ruta progresiva de transición hacia un mundo mejor. Estos cambios están aun en proceso de comprensión por las disciplinas que abordan el análisis de los efectos de estos cambios en la subjetividad de los hombres. En relación a esta situación De Souza (17) plantea que hubo “mutación civilizatoria, cambios de paradigmas o acontecimientos significativos que produjeron cambios profundos en la sociedad que no pudieron ser acompañados o comprendidos cabalmente aún por el Psicoanálisis”.

 

- La vigencia de los paradigmas

En cuanto a la vigencia de los paradigmas éstos pueden durar siglos y hasta milenios sin cambio alguno, dependiendo de que se empiecen a acumular crisis que hagan insostenibles el Paradigma en turno. En la ciencia, un Paradigma es un conjunto de realizaciones científicas "universalmente" reconocidas, que durante un tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica. En el campo de las ciencias, esto es una secuencia en espiral un paradigma inicial forma un estadio de ciencia normal -sigue una crisis que desestabiliza el paradigma, se crea una revolución científica nueva, se establece un nuevo paradigma que forma una nueva ciencia formal normal. Y a empezar de nuevo, pero con un paso adelante. Cuando una comunidad tanto científica como religiosa o política da por sentado un Paradigma, se crea un espacio - tiempo lineal en donde nada cambia de verdad y se establece como verdad inmutable y la evolución se estanca. El Paradigma no sólo nos envuelve sino nos controla, nos define, nos delimita todo lo que percibimos, y creemos que esa es la verdad. Define lo que es realidad y descalifica las demás opciones.

- El inicio de un nuevo paradigma.

El mundo se encuentra en una profunda crisis, dado que día a día se van deteriorando los países centrales con el incremento de comunidades desesperanzadas y violentas. Este malestar ha provocado un fuerte movimiento de resistencia ante un mundo sin futuro, e irrumpe provocando una explosión de violencias de todo tipo, que marcan un hito en la decadencia del paradigma neoliberal y una incipiente gestación, aun caótica, de un nuevo paradigma en las sociedades del mundo.

La crisis de los paradigmas y de los valores sociales que representan el paradigma liberal, es una de las fuentes de la falta de horizontes de los jóvenes de estas comunidades y uno de los componentes explicativos de la eclosión de la violencia (18) Este cambio posee algunos rasgos generales que caracterizan la identidad del mismo.

· La variante es la velocidad y la profundidad del cambio. Esto se esta dando en todos los niveles tanto social, como espiritual, conceptual, político, económico.

· La crisis total en lo científico, religioso, social, político, económico y cultural tanto de la sociedad como del individuo.

· La violencia en todas sus expresiones. Individuales, estructurales y

· culturales.

· La violencia ejercida por un lado para poder acceder al modelo esperado en el Paradigma liberal que se dramatiza en la dimensión del delito (homicidios, delitos, saqueos, secuestros) donde los que delinquen se encuentran motivados por encontrar soluciones prácticas e inmediatas que les permitan acceder a los bienes que representan el éxito en la sociedad liberal o cometen acciones de violencia endógena, para evitar la angustia de no poder acceder a ese lugar o modelo esperado (drogas, alcohol, anorexia, suicidios).

· La violencia que como fuerza instituyente se expresa contestatariamente a las instituciones sociales: bancos, escuelas, gobierno, sindicatos, juzgados, empresas multinacionales, ministerios etc. Esta fuerza instituyente asume el poder de la protesta, el rechazo y la desilusión de la comunidad ante la ineficacia y la violencia estructural y cultural del sistema neoliberal.

” Necesitamos uno nuevo paradigma que nos permita movernos de una cultura dominada por la violencia, a una cultura de pacificación, creatividad y paz: eso es el paradigma de democracia para la tierra. ”Shiva Vandana (19)

Siguiendo esta línea interpretativa, estaríamos transitando un primer movimiento disruptivo que pone en evidencia la caducidad de las instituciones sociales en su misión de dar respuesta a las necesidades de crecimiento integral de la comunidad y más específicamente de la población juvenil y a los derechos humanos de los ciudadanos del mundo. La violencia desmesurada surge entonces según este enfoque, como una modalidad dependiente de los efectos que provoca en los ciudadanos el sistema liberal y la imperiosa necesidad de romper las estructuras que la sostienen.

En una época en donde la globalización se impone con violencia inaudita desde la hegemonía neoliberal, es necesario promover una ética de la resistencia, de la interpelación y de la construcción de alternativas pensadas por los movimientos populares una ética asentada en la vuelta del sujeto viviente y a la integración. Una integración que requiere de la intuición, de la síntesis de la aproximación holística y que se asiente en la cooperación, en la asociación y en la calidad y en la acción en redes, definiendo como red a un conjunto de procesos de producción en la que cada componente actúa transformando a los demás. La red es un patrón de vida, la vida como autoorganización, creación de si mismo basada en el amor.


“El amor es la emoción que constituye en dominio de acciones que nuestras interacciones recurrentes con otro, hacen al otro un legítimo otro en la convivencia. Las interacciones recurrentes en la agresión interfieren y rompen la convivencia. . . ” Maturana (1992) (20)

- La Salud Mental, la Violencia y el Nuevo Paradigma

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, el tratamiento de la violencia social excede en la actualidad los alcances de las políticas focales y requiere de una comprensión integral que no sea resuelta con medidas superficiales, sino que se redefinan políticas públicas que apunten reformular las estructuras sociales impuestas por la globalización que afectan la salud de sus ciudadanos. Es fundamental dirigir el esfuerzo de las políticas públicas a modificar las causas no manifiestas de la violencia social y no contentarse con medidas represivas sobre sus fenómenos aparentes. Estas líneas de acción deberían tender como intención la rápida construcción creativa del un nuevo paradigma social que contemple un fuerte contenido ético cultural como eje transversal de sus acciones públicas y la incorporación de dispositivos para promover la participación ciudadana en las grandes decisiones públicas que definen el rumbo de los gobiernos democráticos.

Es necesario volverse consciente del entorno y de la sociedad que nos rodea, de sus creencias de sus verdades, requiere de una verdadera apertura de conciencia y deseo de progresar, de evolucionar que encuentre en dispositivos grupales legalizados por el estado, una nueva forma de vivir en la sociedad que promueva la emergencia de la reflexión de los ciudadanos y se concrete en caminos nuevos de resolver los problemas de la realidad que rompan con el pensamiento únicista del modelo neoliberal.

Esta creación de un nuevo paradigma social requiere de la participación de los implicados en la defensa de sus derechos y el reclamo de sus necesidades humanas y en la construcción protagónica del nuevo paradigma social.

Es a partir de la reflexión sobre la realidad social donde se desplegara la suficiente criticidad, como para promover la ruptura de las estructuras y valores neoliberales, de sus costumbres individualistas y egocéntricas que tanto han dañado las redes humanas, y afectado la salud mental de la comunidad y la posibilidad de construir proyectos esperanzados.

Es necesario recobrar la confianza en las capacidades reflexivas, críticas y auto correctivas del hombre, sin dejar de lado, que dicho paradigma requiere de un fuerte contenido ético- cultural que le devuelva al mundo el respeto por la vida.

Seguramente la construcción de este nuevo paradigma necesitará de generaciones enteras para superar el largo estado de crisis corrosiva en que nos encontramos en este momento en los albores del nuevo siglo XXI a partir de animarnos a reconstruir decisiones colectivas sobre la realidad. Esta propuesta supone una apuesta de opción, de creatividad, de no saber quizás exactamente cuáles son los referentes teóricos que nos están impulsando y desconocer también hacia donde vamos. Solo sabemos que como adultos deberíamos hacer algo frente a la devastación de la esperanza que padece nuestro colectivo joven en todas las latitudes del mundo.

Se requiere “de un nuevo paradigma de complejidad que oponga y asocie a la vez, que conciba los niveles de emergencia de la realidad sin reducirlos a las unidades elementales y a las leyes generales” (UBILLA, P. , 2002)

Las líneas de acción de las políticas de salud mental

Las líneas de acción de las políticas de salud mental deberán estar enfocadas a la generación de redes solidarias que dé respuestas a las necesidades de la comunidad, redes que generen efectos sinérgicos, expandiéndose a lo largo y ancho de la sociedad, “redes asociativas que integren y potencien las diferencias y los aportes de los sujetos participantes, redes que multipliquen la información, redes que permitan el desarrollo de la autoestima y de las potenciales de cada uno, redes que impulsen procesos participativos de la investigación, planificación y evaluación, redes que construyan y refuercen poderes sociales, redes que favorezcan el protagonismo y que implementen acciones basadas en la igualdad social, la justicia y el desarrollo de una cultura que luche contra todas las formas de dominación y exclusión” (21)

 

“La creación es la alternativa que la vida opone a los componentes letales de la crisis”
R. Kaes (1980) (22)


· El lugar de los profesionales de la salud mental

Dentro de este gran proceso de cambio los profesionales de la salud, deberíamos integrarnos en esta transformación social del nuevo paradigma no sólo como sujetos sociales y ciudadanos, sino como sujetos generadores de nuevos espacios en los que desarrollemos nuestra función social como profesionales al servicio de la salud mental; donde nos animemos a romper las formas convencionales y generemos nuevos dispositivos de abordaje psiquiátrico – psicológicos que promuevan la superación de las estructuras patologizantes de nuestra sociedad.

Espacios sociales, en los que instrumentemos al sujeto (23) para abrirse a la libertad del cuestionamiento, a la reivindicación del desorden que precede a las nuevas formas constructivas, a trabajar sobre la incertidumbre sin apaciguarla y promover la no linealidad del pensamiento sin impulsar al caos y ni a la locura.

Desde este enfoque nuestra función como profesionales de la salud, está muy vinculada a poder dar contención a estos aspectos individuales y sociales, a favorecer la ruptura de las estructuras enfermas tanto subjetivas como sociales, a cuestionar la lógica tanática que prioriza el mundo de los objetos y no la valoración de los sujetos, y a fomentar el desarrollo de las potencialidades éticas y solidarias de la población asistida.


Conclusiones

A pesar de que la violencia siempre ha estado presente, el mundo no tiene que aceptarla como una parte inevitable de la condición humana. , siempre ha habido violencia, pero también siempre han surgido sistemas —religiosos, filosóficos, jurídicos y comunales— para prevenirla o limitar su aparición.

Es posible prevenir la violencia y disminuir sus efectos sobre la salud mental de la población y cambiar los factores culturales y estructurales de la sociedad que contribuyen a producir respuestas violentas. Es fundamental definir políticas que aborden los causales de la violencia social para lo cual es necesario generar dispositivos de trabajo grupal que incluyan a la población joven y a representantes de todos los sectores sociales y públicos sin dejar de lado instancias del Estado, de la Sociedad Civil y del Sector Privada. Cada sector tiene un papel importante que desempeñar al abordar el problema de la violencia y conjuntamente, las estrategias adoptadas por cada uno tienen el potencial de producir reducciones importantes de la violencia.

 

"Nunca la democracia fue tan necesaria como ahora y será la multitud quien cree nuevos circuitos de cooperación y colaboración que estreche naciones y continentes y permita ilimitados encuentros. La multitud puede concebirse como una red abierta y expansiva donde todos las diferencias puedan ser expresadas libre y equitativamente".
Negri y Hardt (24)

En esta tarea transformadora los profesionales de la salud deberemos hacer todos los cambios necesarios en los dispositivos clínicos para que podamos escuchar no sólo los cambios provocados por el actual malestar en la cultura en el aparato psíquico del inconciente (Carpintero, 2003), sino también de los procesos de transformación de la cultura y sus efectos de devastación sobre la subjetividad de los hombres.

Por último, podríamos sintetizar que estamos viviendo hoy, a inicios del nuevo milenio, una eclosión de violencias de todo tipo, que dan cuenta de la urgencia de los hombres de este siglo por romper las estructuras caducas del paradigma anterior y unirse para compartir representaciones colectivas respetuosas del hombre y que nos permitan se hacedores de una realidad ética, justa y solidaria.


Referencias

(1) DE SOUZA, MINAYO, M. C. “A violencia Social sob a Perspectiva de Saúde Publico”. En Cuaderno Saúde Publico. Nº 10, Río de Janeiro. 1994.

(2) UBILLA PILAR Redes de vida, remolinos de esperanza. Navegando en la complejidad. Articulo elaborado para CEAAL.  www.  revistatrabajosocial. com. /articuloN2. htm.

(3) HIJAR MEDINA, M. “La violencia y sus repercusiones en la salud; reflexiones teóricas y magnitud del problema en México”. En Revista de Salud Pública. Inst. Nacional de Salud Pública. México, print issn 0036-3634. Año 2000.

(4) MÓRTOLA ADRIANA K. , CECCHI, NÉSTOR, ALAZRAKI
EMILIANO “Violencia de las instituciones o institución de la violencia. (2002) www. google. com. ar/search?q=cache:SSjnXwRtukUJ:www. discapacitados. org. ar/notas/nota4. html+violencia+de+las+instituciones+e+instituciones+de+la+violencia&hl=es

(5) La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la violencia como:“ El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.

(6) GALTUNG, J. Investigaciones teóricas. 1995.

(7) GALTUNG, J. Conflict transformatición by peaceful means, en Fisas V. Cultura de paz y gestión de conflictos, 1998.

(8) MÍGUEZ, H. “Epidemología de la alcoholización en la Argentina”. En Revista Argentina de psiquiatría Vertex. Suplemento epidemiología en Salud Mental. Volumen XIV, Sup. II, segundo semestre 2003. < www. geocities. com/hugomiguez>

(9) LONDOÑO, JUAN LUIS “Violencia, psychis y Capital Social” Notas sobre América Latina y Colombia. Segunda Conferencia Latinoamericana sobre Desarrollo Económico Banco Mundial Y Universidad de los Andes. Santa Fe de Bogota, julio de 1996.

(10) Documentación de la DINAJU Citado en “La juventud en Argentina 2003”. Hoja Mural de Datos Estadísticos Nº 2.

(11) Delincuencia-Conjunto de infracciones de fuerte incidencia social cometidas contra el orden público.

(12) GELVAN de VEINSTEN, S. “El desempleo . Su incidencia en la identidad y la violencia personal y social. Un desafío para el orientador “En psicología y Psicopedagogía. Publicación virtual de la Facultad de psicología y Psicopedagogía de la USAL. Año II Nº 7 Septiembre 2001

(13) KRUGMAN, P. “El juego de la confianza”. En The New Republic, traducción del Diario Clarín. Buenos Aires, 27 septiembre 1998. < http:/www. old. clarin. com. ar/suplementos/economico/1998/09/27/o-01901e. htm>

(14) BAIG, J. “Aumenta el crimen juvenil en la Argentina”. En BBC en Argentina, 29 de julio de 2002- 23:40 GMT.

(15) Citamos que en el estudio “Tendencias mundiales del empleo juvenil, 2004” preparado por el Departamento de estrategias de empleo de la OIT, agrega que si bien sólo el 25% de la población en edad laboral de los 15 a los 64 años son jóvenes, estos representan 47% de las 186 millones de personas desempleadas en el mundo en 2003. Pero el problema va más allá del desempleo: el informe dice también que son jóvenes 130 millones de los 550 millones de trabajadores pobres que no logran superar junto con sus familias la línea de pobreza de 1 dólar diario. Estos jóvenes luchan por sobrevivir, y a menudo se ven obligados a trabajar en condiciones insactifactorias en la economía informal.

(16) BLEICHMAR, SILVIA “La inteligencia humana y el osito para poder dormir”. Pagina 12. 22 de agosto de 2002 wwwpagina12. com. ar. Periódico Argentino.

(17) DE SOUZA, N. (2004) “Reflexiones, desde hoy, Siglo XXI, Tercer Milenio, acerca del poder, los ideales y el psicoanálisis” Trabajo presentado en el 3º Congreso de psicoanálisis – XIII Jornadas, Montevideo 2004.

(18) SANCHEZ, E. Medios de difusión y sociedad. Notas críticas y metodológicas. CEIC/ Universidad de Guadalajara, México. 1992.

(19) SHIVA VANDANA. Cambio de paradigma, la reconstrucción de una seguridad real en un tiempo de inseguridad. La democracia de la tierra.


(20) MATURANA HUMBERTO-FRANCISCO VARELA. De máquinas y seres vivos. Autoopoiesis: la organización DE LO VIVO, Santiago DE Chile. Ed. Universitaria. 1995-Humberto Maturana Emociones y lenguaje en educación y política, Santiago de chile, Hachette- comunicación 1992.

(21) VUKOVIK PEDRO. Las proyecciones de la crisis y las estrategias de desarrollo en América Latina, en América Latina, Crítica del neoliberalismo, México. CPENA 1992, BIT. En Ana María Ezcurra 1997.

(22) KAES R. ”Crisis, ruptura y superación” Paidos, Buenos Aires, 1980.

(23) CARPINTERO, ENRIQUE “Para pensar el giro del psicoanálisis, los nuevos dispositivos psicoanalíticos” en “Salud Mental y derechos humanos” Subjetividad, sociedad e historicidad. Ediciones de Madres de Plaza de Mayo. 2004, Bs. As.

(24) NEGRI Y HARDT” Multitude, war and democracy in the age of empire” “Multitud, guerra y democracia en la era del imperio” citado en el diario citado en el diario Clarín en la entrevista exclusiva: “Negri, en el centro de la tormenta global “el 27 de agosto del 2004.

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