Este estudio empírico ha consistido en recopilar datos sobre los rasgos de personalidad situacional, así como las estrategias de superviviencia en pacientes con síndrome de fibromialgia y fatiga Crónica. Los instrumentos utilizados son: cuestionario de personalidad Situacional (Fernández Seara y Mielgo Seisdedos, 1998) y el cuestionario de Estrategias de Afrontamiento (Rodríguez, Cano y White, 2004).
La muestra consta de 342 pacientes de los hospitales y asociaciones de pacientes, por un lado, 217 sujetos mayores de 60 años, el 79 % son mujeres y, por otro lado, el 53 % de la muestra presenta sintomatología de dolor. Esta muestra ha sido seleccionada en el País Vasco con un muestreo aleatorio. El estudio es un análisis multivariante para establecer principalmente las relaciones entre rasgos de personalidad y estrategias de afrontamiento en combinación con varias variables como la edad, las actividades de la vida diaria, la presencia de dolor, los signos de fatiga.
“Afrontamiento en personas mayores
con Sindrome de fibromialgia y fatiga Cronica”
López Paz, J. F.
Universidad de Deusto
Abstract:
Coping in older people with Fibromyalgia Syndrome and Chronic Fatigue
This empirical study has been to collect data on situational personality traits as well as coping strategies in patients with Fibromyalgia Syndrome and Chronic fatigue. The instruments used are: Situation Personality Questionnaire (Fernandez Seara, and Seisdedos Mielgo, 1998) and Coping Strategies Questionnaire (Rodriguez Cano and White, 2004). The sample consists of 342 patients from hospitals and associations of patients with this condition, on the one hand, 217 subjects older than 60 years, 79% are women and, on the other hand, 53% of the sample table symptomatic pain. This sample has been collected in the Basque Country with a random sampling. The study is mainly a multivariate analysis to establish the relationships between personality traits and coping strategies in combination with several variables such as age, activities of daily living, presence of pain, signs of fatigue.
Key words: Coping, Fibromyalgia Syndrome, Chronic Fatigue, older people.
Resumen
Este estudio empírico ha consistido en recopilar datos sobre los rasgos de personalidad situacional, así como las estrategias de superviviencia en pacientes con síndrome de fibromialgia y fatiga Crónica. Los instrumentos utilizados son: cuestionario de personalidad Situacional (Fernández Seara y Mielgo Seisdedos, 1998) y el cuestionario de Estrategias de Afrontamiento (Rodríguez, Cano y White, 2004). La muestra consta de 342 pacientes de los hospitales y asociaciones de pacientes, por un lado, 217 sujetos mayores de 60 años, el 79 % son mujeres y, por otro lado, el 53 % de la muestra presenta sintomatología de dolor. Esta muestra ha sido seleccionada en el País Vasco con un muestreo aleatorio. El estudio es un análisis multivariante para establecer principalmente las relaciones entre rasgos de personalidad y estrategias de afrontamiento en combinación con varias variables como la edad, las actividades de la vida diaria, la presencia de dolor, los signos de fatiga.
Palabras clave: Afrontamiento, síndrome de fibromialgia, fatiga Crónica, personas mayores.
Visión general del descubrimiento de las enfermedades de fibromialgia y fatiga Crónica.
Los pacientes deben a menudo aprender a afrontar determinados síntomas como el dolor que les puede llegar a producir insatisfacción, impedimento físico y cambios destacados en las actividades de su vida cotidiana asociados tanto con la propia enfermedad como con su tratamiento (Boothby et al. , 1999; Taylor et al. , 2001; Sallinen, Kukkurainen & Peltokalio, 2011). Las enfermedades como el síndrome de fibromialgia y el síndrome de fatiga Crónica requieren habilidades especiales de afrontamiento y cuidado de la salud.
La fibromialgia no es una enfermedad nueva. Su origen, las denominaciones que ha recibido y las explicaciones con respecto a ella se han dado sufriendo numerosas modificaciones y alteraciones durante el siglo pasado.
A mediados del siglo XIX, los médicos establecieron la distinción entre los síntomas del reumatismo articular (artritis) y los del reumatismo muscular (fibromialgia). La descripción de este reumatismo muscular incluía una sensación de tirantez, de desagarro y de pinchazos con agarrotamiento y falta de movilidad en las partes afectadas.
Con el cambio de siglo, los médicos opinaron que los puntos sensibles y de dolor se debían a la inflamación de los tejidos. El tratamiento inicial se centro en eliminar la inflamación y los nódulos hísticos. No olvidemos que durante siglos los médicos y los terapeutas no especializados han dado masajes y han defendido que estos nódulos, palpables al tacto, eran una fuente de dolor.
Hasta la actualidad, los médicos les indican a sus pacientes que, en la fibromialgia, los nódulos musculares son los causantes del dolor; pero, la realidad es que nunca han existido pruebas concluyentes. Hemos ido adquiriendo conciencia acerca de los síntomas asociados, como la fatiga, los trastornos del sueño, los dolores de cabeza, la irritación intestinal y los trastornos del estado de ánimo (Slatkowsky-Christensen, Mowinckel & Kvien, 2009; Wilson, Whitehead & Burrell, 2011).
Durante los últimos 25 años, la investigación sobre la fibromialgia se ha centrado en el sistema nervioso. Por ejemplo, sabemos que las anormalidades en el sueño son muy frecuentes en la fibromialgia, así como cuando se padece el síndrome de fatiga crónica, dolores de cabeza, dolor crónico de espalda y depresión. Es indiscutible que el sistema nervioso central desempeña un papel importante para comprender la fibromialgia.
El dolor a estas personas les provoca espasmos musculares, y éstos interfieren en el flujo de oxígeno al músculo. Unos niveles de oxígeno bajos conducen a una acumulación de ácido láctico en el músculo, lo que causa más dolor. Los puntos de dolor característicos, situados en la unión de los músculos con los huesos constituyen el único lugar susceptible de servir de ayuda en una exploración física (Peng, 2004; Rodham, Rance & Blake, 2010).
Por otro lado, la expresión “síndrome de fatiga Crónica” y la definición del síndrome clínico son relativamente recientes. Sin embargo, la entidad clínica que engloba es mucho más antigua. En el siglo XIX se contemplaba la descripción de una serie de síndromes caracterizados por la fatiga, una disminución del tono nervioso, inapetencia, un mal estado general, que se incluyen en el término general de neurastenia.
A principios del siglo XX, se recurre al término fibrositis para la descripción del lumbago, acompañado de modificaciones inflamatorias del tejido subcutáneo. Ya en 1970 se identificó el síndrome fibrósico que describió e identificó los puntos dolorosos específicos, la fatiga y las anomalías del sueño.
El proceso asociado al síndrome de fatiga Crónica puede iniciarse antes de los 20 años; no obstante, la prevalencia aumenta con la edad, siendo máxima entre los 60 y 80 años.
En la actualidad, el diagnóstico se basa exclusivamente en los síntomas y en el examen clínico. Aunque, sin duda, es necesario excluir otras opciones o enfermedades como el lupus eritematoso, polimiositis, osteomalacia, poliartritis reumatoide, entre otras (Moss-Morris, 2005; Vallejo, Rivera & Esteve-Vives, 2010).
Sin embargo, el síndrome de fatiga Crónica en ocasiones es difícil de diagnosticar y, en especial, puede confundirse con la encefalomielitis miálgica (enfermedad vírica).
El objetivo de estudio para el afrontamiento de estas enfermedades crónicas.
El afrontamiento de estas enfermedades crónicas requiere ser enfocado atendiendo a los múltiples factores que inciden sobre dicha enfermedad. Las actividades de la vida diaria, por ejemplo, a menudo cambian, necesitan ser modificadas en su forma de proceder o, simplemente, algunas de ellas deben ser abandonadas. Al mismo tiempo, se presentan nuevos temores como la preocupación a la propia evolución de la enfermedad y, sin duda, puede también ser necesario cambiar los planes de futuro. Estas enfermedades generalmente no tienen cura con un tratamiento específico (Neerinckx et al. , 2000; Jasón et al. , 2003; Stand, Mease & Williams, 2009).
Tanto los pacientes como los profesionales de la salud nos enfrentamos con destacadas dificultades asociadas con la enfermedad crónica y su tratamiento. Importantes temas de afrontamiento son comunes en el amplio rango de enfermedades crónicas como es la percepción de control, el rechazo o adhesión, el apoyo social, . . . (Bockian et al. , 2000; Cano García y Rodríguez Franco, 2003). La mayoría de los esquemas teóricos utilizados para la conceptualización del afrontamiento se basan en el modelo transaccional de estrés. Este modelo fue originalmente introducido por Lazarus y Folkman (1986, 1999), y plasma un número importante de factores y procesos implicados en el afrontamiento del estrés asociados con las enfermedades crónicas. Estos factores incluyen variables disposicionales tales como la personalidad del individuo, los roles sociales, las características biocomportamentales que pueden afectar en su respuesta a estresores.
Las patologías que nos ocupan se asocian fundamentalmente con cuadros de dolor, fatiga persistente, trastornos del sueño, neuroendocrinos y psicológicos. El proceso se cronifica y provoca generalmente una importante alteración de la calidad de vida de estas personas enfermas (Soriano y Monsalve, 1999; Mayer, 2000).
Un posible instrumento (instrumentación) de evaluación de la situación, cuadro y evolución, de la enfermedad del paciente debe reunir las siguientes características:
Ser adecuado para medir aspectos subjetivos, ya que son subjetivos tanto la percepción de la amenaza como la de los recursos para hacerle frente;
Ser fácilmente comprensible para la mayoría de enfermos graves y en situación de fin de vida, ya que muchos de ellos se encuentran débiles, fatigados y, en algunos casos, padecen pérdidas o deterioros cognitivos;
No ser invasivo ni plantear o sugerir a los enfermos nuevos problemas o posibilidades amenazadoras en las que no han pensado;
Ser sencillo y rápido de administrar;
Poderse aplicar repetidamente, sin pérdida de fiabilidad, con el fin de obtener datos longitudinales comparativos, y permitirnos conocer, evolutivamente, hasta qué punto son eficaces nuestras intervenciones para mejorar el bienestar de los enfermos y disminuir su sufrimiento. Es preciso recordar que las percepciones de los pacientes son variables y pueden cambiar con rapidez.
El objetivo e intencionalidad del profesional de la salud va orientado a reducir la intensidad del sufrimiento, en este caso de la persona mayor, incrementando su bienestar personal. Para ello, será necesario: primeramente, identificar en cada momento, aquellos síntomas somáticos o/y alteraciones psicológicas que son percibidos por el paciente como una amenaza importante, estableciendo su grado de priorización amenazadora desde el punto de vista del paciente. En el caso de las alteraciones psicológicas, éstas pueden tener su origen en problemáticas cognitivas o afectivas, de las que merecen especial atención las espirituales. En segundo lugar, compensar, eliminar o atenuar dichos síntomas. Se trata del clásico control de síntomas si bien referido en especial a aquellos síntomas que preocupan a cada paciente concreto y convenientemente ampliado a los de carácter psicológico o social. Si no es posible conseguir dicho control, en todo caso y paralelamente, será necesario tratar de atenuar la intensidad de amenaza que representan para el paciente. En tercer lugar, detectar y potenciar, en la medida de lo posible, los propios recursos del enfermo, con el fin de disminuir, eliminar o prevenir su sensación de impotencia. Complementariamente, será necesario aumentar, hasta donde sea posible, su percepción de control sobre la situación y los síntomas. Es importante señalar que los clínicos eficaces manifiestan que, en muchos casos, los pacientes poseen recursos suficientes para hacer frente a la amenaza que supone la proximidad de la muerte y la sucesión de pérdidas que conlleva. En cuarto lugar, en el caso de que el estado de ánimo del paciente presente características ansiosas, depresivas u hostiles, habrá que utilizar las técnicas específicas adecuadas, farmacológicas y/o psicológicas, para modificarlo o compensarlo, y evitar que se cronifique y se convierta en patológico, lo cual sólo debería ocurrir en una minoría de casos. El sufrimiento per se no es patológico, sino sólo un fenómeno humano normal, modulado por el contexto cultural, la situación y la capacidad de afrontamiento. En quinto lugar, si se considera que el paciente se encuentra bien adaptado a su situación, se analizará la conveniencia de utilizar, con carácter preventivo, algunas estrategias que impidan la ulterior aparición de estados de ánimo ansiosos, depresivos u hostiles (Stand, Mease & Williams, 2009; Moreno et al. , 2010). Asimismo se planteará, en este caso, la posibilidad de proporcionar al paciente estimulación positiva y reforzante susceptible de incrementar su bienestar. En otras palabras, siempre que sea posible, no se tratará sólo de eliminar o paliar el sufrimiento del enfermo sino de aumentar su gama de satisfactores proporcionando, obviamente sin mentir, esperanza, alegría y gusto por disfrutar el tiempo que le quede de vida. En sexto lugar, consideramos que el instrumento más adecuado de que disponen todos los miembros de un equipo interdisciplinar para conseguir los objetivos intermedios que se deducen de nuestro modelo, en especial facilitar el proceso de adaptación y disminuir la vulnerabilidad del enfermo, será el counselling en el cual convergen las estrategias sugeridas antes por otros autores (comunicación asertiva, apoyo emocional, …) aunque va mucho más allá de ellas. Y, finalmente, debemos señalar que, en muchas ocasiones, también podremos combatir directamente el sufrimiento de los enfermos mediante estrategias como la información, la distracción, la reevaluación cognitiva, la relajación o la hipnosis, entre otras, susceptibles de atenuar o alejar la sensación de amenaza (Johnson, Zantra & Davis, 2006; Lledó-Boyer et al. , 2010).
En consecuencia, el objetivo de nuestro estudio es reconocer la relación que existe entre los rasgos de personalidad y el estilo de afrontamiento en aquellas personas mayores diagnosticadas con las enfermedades crónicas de fibromialgia y fatiga Crónica.
Nuestra investigación viene guiada por la creencia de que estos pacientes pueden presentar mayor tendencia a puntuar alto en el rasgo de ansiedad y bajo en los rasgos de Eficacia, Control Cognitivo, Liderazgo y Deseabilidad Social cuando de forma habitual padecen cuadros de dolor o/y fatiga. Así mismo, consideramos que estos pacientes pueden presentar mayor tendencia a un afrontamiento adaptativo cuanto mayor es su evolución en número de años.
3. Metodología de investigación
El presente trabajo de investigación ha contado con una muestra de 342 pacientes diagnosticados con el síndrome de fibromialgia y síndrome de fatiga Crónica que acudieron a hospitales del País Vasco y Navarra, así como aquellos que pertenecían a las Asociaciones de Pacientes con fibromialgia en ambas provincias.
Los sujetos fueron incluidos en la investigación de forma aleatoria conforme a una citación médica previa en el caso de los hospitales y, en el caso de las asociaciones, por asignación aleatoria atendiendo a listados confidenciales. Todos ellos presentan un informe médico donde aparecen diagnosticados con dichas patologías.
La muestra total de los sujetos son adultos que cubren el intervalo de edad entre los 33 y 84 años, siendo el 79 % mujeres. El grupo muestral, en la segunda fase del estudio, que nos interesa es aquella que corresponde con los mayores de 60 años (3ª y 4ª edad) y que representa el 55, 8 % de la muestra total. Este colectivo de mayores, a su vez, presenta habitualmente un cuadro sintomático de dolor asociado a esta patología en un 53 % y una sintomatología de fatiga en un 79 %.
Patología
Muestra
Fibromialgia
227
Fatiga Crónica
115
Total
342
Cuadro 1: muestra asociada a cada patología (Fibromialgia y fatiga Crónica).
La evolución de la enfermedad en esta muestra de mayores se presenta repartida entre 0 y 17 años en diversos intervalos (0-5 años, 6-10 años, 11-17 años).
El nivel educativo en un 65 % se sitúa en la Educación básica, en un 25 % en el Bachillerato y escasamente el 10 % alcanza estudios universitarios.
3. 1. Instrumentos de evaluación
En este trabajo de campo hemos aplicado fundamentalmente dos instrumentos asociados a los objetivos ya plasmados: por un lado, el cuestionario de personalidad Situacional (CPS) y, por otro, el Coping Strategies Questionnaire (CSQ).
El cuestionario de personalidad Situacional (Fernández Seara, Seisdedos y Mielgo, 1998) consta de 233 items y comprende 15 rasgos de personalidad y 3 estilos o tendencias de comportamiento. Las variables de personalidad subyacentes a las 15 escalas tienen su correspondencia con parecidas denominaciones en otros tests de personalidad, por ejemplo, EPI de Eysenck, CEP de Pinillos, 16PF de Catell, . . . Y, estos autores han contribuido con 5 factores de buena estabilidad en la personalidad como son el ajuste, el liderazgo, la independencia, el consenso y la extraversión.
El cuestionario de Estrategias de Afrontamiento (Rosenstiel & Keefe, 1983) adaptado por Rodríguez Franco, Cano García y Blanco Picabia (2004). Consta de 8 escalas de 6 items cada una: distracción, reinterpretación de la sensación dolorosa, autoverbalizaciones de afrontamiento, ignorar la sensación dolorosa, rezos y esperanza, catastrofización, incremento del nivel de actividad e incremento de las conductas dirigidas a disminuir el dolor. En un análisis factorial de segundo orden agrupan las estrategias de afrontamiento atendiendo a la denominación de adaptativo y desadaptativo (fe y plegarias, y catastrofización).
3. 2. Procedimiento de investigación
Los sujetos que componen la muestra de pacientes con síndrome de fibromialgia y síndrome de fatiga Crónica fueron entrevistados la primera vez en las Consultas Externas de los distintos hospitales remitidos por el equipo médico y en los despachos de las asociaciones por citación telefónica previa y aleatoria, en distintas provincias (Vizcaya, Guipúzcoa, Alava y Navarra).
Muestra: sintomatología
Dolor
No dolor
Totales
33 – 59 años
83
68
151
60 – 74 años
95
37
132
75 – 84 años
41
18
59
Totales
219
123
342
Cuadro 2: Pacientes diagnosticados de síndrome de fibromialgia y síndrome de fatiga Crónica
que padecen o no sintomatología de dolor atendiendo a la variable edad.
Las entrevistas fueron realizadas oralmente, por un lado, para recoger los datos referidos a las variables de identificación (edad, sexo, residencia, estado civil, situación laboral, nivel educativo, años de evolución de la enfermedad, cuadro sintomático, actividades de ocio y formativas y su frecuencia). Por otro lado, y en un segundo momento debido al nivel cultural de aproximadamente los dos tercios de la muestra, se aplicaron también oralmente ambos cuestionarios. Estas entrevistas se realizaron individualmente y con la previa aceptación voluntaria de participación en el estudio.
4. Resultados del estudio empírico
Los datos recogidos en la presente investigación fueron sometidos al estadístico alfa de cronbach con el fin de determinar el nivel de fiabilidad de los mismos. A continuación, se presenta el cuadro diferenciando la muestra total de la muestra relativa a las tres franjas de edad: adultos, mayores de 60 años y mayores de 75 años (cuadro 3).
Pruebas aplicadas
N
33 - 59 años
60 - 74 años
75 - 84 años
%
Alfa-Cronbach
Elementos
CPS
342
151
132
59
44, 15 %
38, 59 %
17, 26 %
0, 747
0, 697
0, 721
18
CSQ
342
151
132
59
44, 15 %
38, 59 %
17, 26 %
0, 819
0, 776
0, 803
8
Cuadro 3: estadístico de fiabilidad (alfa de Cronbach) asociado a las pruebas CPS y CSQ.
Constatamos que en la muestra total de la investigación el índice de fiabilidad es alto tanto en lo que corresponde al cuestionario de personalidad Situacional como en el de Estrategias de Afrontamiento. Se sitúan aproximadamente entre el 0, 70 y 0, 80 lo cual significa que en ambas pruebas se refleja un nivel óptimo de consistencia interna.
En el caso de la muestra de adultos (33-59 años) constatamos que el índice de fiabilidad se sitúa entre el 0, 747 y 0, 819. En el caso de las personas de tercera edad, el índice se sitúa entre el 0, 697 y 0, 776. Y, en el caso de las personas de cuarta edad, el índice se sitúa entre el 0, 721 y 0, 803.
El índice en los tres subgrupos muestrales y para ambas pruebas indica que su consistencia interna es significativamente óptima. Y, sin duda, este dato nos posibilita seguir avanzando en los resultados y análisis relativos a la muestra diana, especialmente, los mayores de 60 años (tercera y cuarta edad).
Atendiendo a las hipótesis contempladas en la primera fase de nuestro estudio, seleccionamos diversos rasgos, tendencias de comportamiento y estilos de afrontamiento:
En el caso del cuestionario de personalidad Situacional (CPS) seleccionamos, por un lado, los siguientes rasgos: ansiedad, Eficacia, Control Cognitivo y Liderazgo; y, por otro lado, la siguiente tendencia de comportamiento: Deseabilidad Social.
En el caso del cuestionario de Estrategias de Afrontamiento (CSQ) seleccionamos los estilos de afrontamiento: adaptativo y desadaptativo.
Muestra - Síntomas
Dolor
No Dolor
Totales
33 – 59 años
83
68
151
60 – 74 años
95
37
132
75 – 84 años
41
18
59
Totales
219
123
342
Cuadro 4: Pacientes diagnosticados con el síndrome de fibromialgia o fatiga Crónica que padecen sintomatología o
no de dolor atendiendo a la clasificación por grupos de edad.
En las tres submuestras del estudio podemos comprobar que la sintomatología de dolor aparece en más del 50 % de los pacientes: el subgrupo de adultos presenta un 54, 96 %, el subgrupo de tercera edad presenta un 71, 96 % y el subgrupo de cuarta edad un 69, 49 %. Es decir, constatamos que en torno al 70 % de las personas mayores de esta muestra refieren dolor en su sintomatología habitual. Y, por otro lado, en relación al síntoma de fatiga no se constatan destacadas diferencias a lo largo del ciclo vital pero sí, en cambio, cuando nos referimos al síntoma dolor; en consecuencia, así lo hemos reflejado en el cuadro 4.
A continuación presentamos cuadros de datos derivados del análisis Multivariante atendiendo a algunos de los rasgos del cuestionario de personalidad Situacional y estilos de afrontamiento relativos al cuestionario de Estrategias de Afrontamiento. Los datos se refieren exclusivamente en las muestras de los mayores de 60 años (tercera y cuarta edad) atendiendo a la primera fase ya mencionada.
Muestra 65 – 74 años
CPS – Fibromialgia
Suma de Cuadrados tipo III
gl
F
Nivel significación
Ansiedad
Eficacia
Síntoma Dolor Control Cognitivo
Liderazgo
Deseabilidad Social
1, 371
3, 214
1, 769
2, 001
3, 331
1
1
1
1
1
5, 441
2, 665
1, 907
1, 234
2, 445
0, 016
0, 127
0, 059
0, 228
0, 651
Ansiedad
Eficacia
Evolución Control Cognitivo
Liderazgo
Deseabilidad Social
2, 090
3, 112
1, 756
2, 997
9, 030
1
1
1
1
1
2, 886
3, 226
2, 667
2, 565
5, 331
0, 099
0, 026
0, 211
0, 031
0, 339
Ansiedad
Síntoma Dolor Eficacia
& Control Cognitivo
Evolución Liderazgo
Deseabilidad Social
4, 110
3, 971
1, 983
2, 345
6, 754
1
1
1
1
1
2, 998
3, 001
1, 046
0, 461
1, 975
0, 013
0, 028
0, 124
0, 341
0, 087
Cuadro 5. 1: análisis Multivariante aplicado a la muestra de 3ª edad atendiendo a las variables Dolor, Evolución y rasgos diversos del CPS en la patología de fibromialgia.
Podemos constatar que es significativo, en el caso de los mayores de tercera edad con fibromialgia, el síntoma de dolor o evolución para el rasgo de ansiedad. Y, vuelve a ser significativo en los rasgos de ansiedad y eficacia atendiendo conjuntamente el síntoma dolor y evolución de la enfermedad (cuadro 5. 1).
Muestra 65 – 74 años
CPS – fatiga Crónica
Suma de Cuadrados tipo III
gl
F
Nivel significación
Ansiedad
Eficacia
Síntoma Dolor Control Cognitivo
Liderazgo
Deseabilidad Social
1, 345
0, 346
3, 221
1, 665
0, 776
1
1
1
1
1
2, 449
4, 616
2, 883
1, 227
1, 049
0, 019
0, 312
0, 519
0, 312
0, 156
Ansiedad
Eficacia
Evolución Control Cognitivo
Liderazgo
Deseabilidad Social
2, 474
0, 178
2, 343
1, 455
1, 309
1
1
1
1
1
3, 686
1, 232
2, 871
2, 099
1, 566
0, 113
0, 066
0, 177
0, 291
0, 129
Ansiedad
Síntoma Dolor Eficacia
& Control Cognitivo
Evolución Liderazgo
Deseabilidad Social
1, 777
1, 320
2, 491
2, 005
1, 391
1
1
1
1
1
1, 004
3, 210
1, 872
1, 003
2, 081
0, 021
0, 331
0, 214
0, 134
0, 168
Cuadro 5. 2: análisis Multivariante aplicado a la muestra de 3ª edad atendiendo a las variables Dolor, Evolución y rasgos diversos del CPS en la patología de fatiga Crónica.
En el caso de los mayores de tercera edad con fatiga Crónica, comprobamos que presentan nivel significativo exclusivamente para el rasgo de ansiedad, por un lado, en el síntoma de dolor y, por otro lado, al combinar el dolor con la evolución de su patología (cuadro 5. 2). No aparecen niveles significativos en los rasgos de eficacia, control cognitivo, liderazgo y deseabilidad social.
Muestra 75 – 84 años
CPS – Fibromialgia
Suma de Cuadrados tipo III
gl
F
Nivel significación
Ansiedad
Eficacia
Síntoma Dolor Control Cognitivo
Liderazgo
Deseabilidad Social
1, 117
1, 036
0, 991
1, 302
3, 871
1
1
1
1
1
2, 004
1, 991
0, 356
3, 512
2, 019
0, 043
0, 049
0, 167
0, 113
0, 411
Ansiedad
Eficacia
Evolución Control Cognitivo
Liderazgo
Deseabilidad Social
4, 111
2, 917
0, 541
0, 662
1, 377
1
1
1
1
1
2, 453
2, 099
1, 451
2, 074
2, 551
0, 086
0, 199
0, 211
0, 066
0, 236
Ansiedad
Síntoma Dolor Eficacia
& Control Cognitivo
Evolución Liderazgo
Deseabilidad Social
1, 523
1, 711
0, 921
4, 024
6, 401
1
1
1
1
1
0, 522
0, 659
1, 974
3, 033
1, 787
0, 022
0, 315
0, 711
0, 277
0, 188
Cuadro 5. 3: análisis Multivariante aplicado a la muestra de 4ª edad atendiendo a las variables Dolor, Evolución y rasgos diversos del CPS en la patología de fibromialgia.
En el cuadro 5. 3, constatamos que, por un lado, el rasgo de ansiedad es significativo para el síntoma dolor y para la conjunción de dolor y evolución de la enfermedad de fibromialgia; y, por otro lado, la eficacia presenta nivel significativo exclusivamente para el síntoma dolor. Estos resultados van asociados a las personas de cuarta edad de nuestra muestra.
Muestra 75 – 84 años
CSQ – fatiga Crónica
Suma de Cuadrados tipo III
gl
F
Nivel significación
Ansiedad
Eficacia
Síntoma Dolor Control Cognitivo
Liderazgo
Deseabilidad Social
2, 311
2, 091
2, 873
4, 117
0, 919
1
1
1
1
1
1, 885
2, 351
4, 471
6, 323
0, 183
0, 032
0, 048
0, 055
0, 253
0, 661
Ansiedad
Eficacia
Evolución Control Cognitivo
Liderazgo
Deseabilidad Social
1, 237
0, 881
2, 665
1, 929
3, 221
1
1
1
1
1
2, 336
2, 003
2, 384
0, 144
2, 911
0, 047
0, 531
0, 078
0, 133
0, 156
Ansiedad
Síntoma Dolor Eficacia
& Control Cognitivo
Evolución Liderazgo
Deseabilidad Social
1, 992
2, 967
0, 338
4, 331
0, 123
1
1
1
1
1
0, 727
1, 013
0, 474
2, 711
0, 656
0, 017
0, 152
0, 373
0, 193
0, 068
Cuadro 5. 4: análisis Multivariante aplicado a la muestra de 4ª edad atendiendo a las variables Dolor, Evolución y rasgos diversos del CPS en la patología de fatiga Crónica.
El rasgos de ansiedad es significativo en los tres niveles de análisis, es decir, con el síntoma dolor, la evolución y la interrelación dolor-evolución para los mayores de cuarta edad con patología de fatiga Crónica. En este cuadro 5. 4, igualmente podemos constatar que resulta significativo para el síntoma dolor el rasgo de eficacia. Por tanto, deducimos que es significativo el rasgo de eficacia para los mayores de 75 años en ambas patologías.
Muestra 65 – 74 años
CQS – Fibromialgia
Suma de Cuadrados tipo III
gl
F
Nivel significación
Afront. Adaptativo
Síntoma Dolor
Afront. Desadaptativo
7, 022
5, 331
1
1
2, 115
3, 466
0, 361
0, 029
Afront. Adaptativo
Evolución
Afront. Desadaptativo
3, 227
4, 011
1
1
1, 898
1, 216
0, 465
0, 272
Afront. Adaptativo
Síntoma Dolor
&
Evolución Afront. Desadaptativo
0, 717
3, 043
1
1
1, 133
4, 018
0, 331
0, 086
Cuadro 5. 5: análisis Multivariante aplicado a la muestra de 3ª edad atendiendo a las variables Dolor, Evolución y rasgos diversos del CSQ en la patología de fibromialgia.
En relación a las puntuaciones obtenidas en el parámetro de afrontamiento, comprobamos que, en la muestra de pacientes con fibromialgia y pertenecientes a la tercera edad, únicamente aparece un nivel significativo en el afrontamiento desadaptativo para el síntoma dolor. El resto de parámetros es no significativo (cuadro 5. 5).
Muestra 65 – 74 años
CQS – fatiga Crónica
Suma de Cuadrados tipo III
gl
F
Nivel significación
Afront. Adaptativo
Síntoma Dolor
Afront. Desadaptativo
1, 267
2, 333
1
1
2, 314
3, 411
0, 531
0, 018
Afront. Adaptativo
Evolución
Afront. Desadaptativo
3, 112
9, 017
1
1
0, 663
5, 241
0, 155
0, 032
Afront. Adaptativo
Síntoma Dolor
&
Evolución Afront. Desadaptativo
2, 254
1, 716
1
1
1, 347
0, 222
0, 063
0, 007
Cuadro 5. 6: análisis Multivariante aplicado a la muestra de 3ª edad atendiendo a las variables Dolor, Evolución y rasgos diversos del CSQ en la patología de fatiga Crónica.
Tal y como aparece reflejado en cuadro 5. 6, el parámetro de afrontamiento desadaptativo es significativo en los tres niveles (dolor, evolución e interrelación de dolor y evolución) para los pacientes de fatiga Crónica en la tercera edad. En cambio, el afrontamiento adaptativo es no significativo en todos los casos.
Muestra 75 – 84 años
CQS – Fibromialgia
Suma de Cuadrados tipo III
gl
F
Nivel significación
Afront. Adaptativo
Síntoma Dolor
Afront. Desadaptativo
1, 311
4, 007
1
1
0, 991
2, 130
0, 159
0, 122
Afront. Adaptativo
Evolución
Afront. Desadaptativo
0, 344
1, 277
1
1
0, 661
0, 112
0, 611
0, 132
Afront. Adaptativo
Síntoma Dolor
&
Evolución Afront. Desadaptativo
4, 221
1, 312
1
1
2, 014
1, 621
0, 298
0, 073
Cuadro 5. 7: análisis Multivariante aplicado a la muestra de 4ª edad atendiendo a las variables Dolor, Evolución y rasgos diversos del CSQ en la patología de fibromialgia.
La muestra de pacientes con fibromialgia de cuarta edad refleja, a través del CQS, que no es significativo ni el afrontamiento adaptativo ni el afrontamiento desadaptativo. Esta falta de significatividad se extiende tanto al síntoma de dolor, a la evolución como a la interacción de ambos, es decir, en ninguno de los tres niveles (cuadro 5. 7).
Muestra 75 – 84 años&
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