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Comorbilidad y diagnóstico diferencial en Hipocondría: similitud clínica o equivalencia diagnóstica?

Autor/autores: Claudia Castañeiras Gebrikian
Fecha Publicación: 01/01/2003
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Comunicación

RESUMEN

Como la mayoría de las psicopatologías, la hipocondría muy frecuentemente se acompaña de una alta comorbilidad en su presentación clínica (ya sea como trastorno primario o secundario), y, este hecho sin duda constituye un obstáculo importante para su precisión diagnóstica.

Por otra parte, basta revisar la evolución conceptual en el entendimiento de esta psicopatología, para constatar la presencia de un importante debate sobre su clasificación diagnóstica. Este estudio forma parte de un proyecto de mayor alcance sobre la problemática hipocondríaca y tuvo por objetivo explorar y evaluar un conjunto de características "definitorias" de esta condición en distintos grupos clínicos con los que la hipocondría suele presentar comorbililidad, con el fin de avanzar en la delimitación de su entidad clínica.

Para ello se aplicó un diseño transversal de comparación entre-grupos sobre una muestra de 84 pacientes (23 pacientes con hipocondría, 16 ansiosos, 16 deprimidos, 11 con otras patologías somatomorfas y 18 pacientes con patología digestiva funcional) que fueron remitidos desde atención Primaria y presentaban preocupaciones corporales y sintomatología somática funcional. Efectivamente, los resultados obtenidos permiten constatar la presencia clínica de un componente ansioso-depresivo significativo en los pacientes con hipocondría, pero también ponen en evidencia que a la vez difieren en algunos aspectos sustantivos de estos trastornos, que los define como grupo clínico diferenciado.

Palabras clave: Comorbilidad, Diagnostico diferencial, Hipocondría, Psicopatología, Trastornos de ansiedad


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Comorbilidad y diagnóstico diferencial en Hipocondría: similitud clínica o equivalencia diagnóstica?

Claudia Castañeiras Gebrikian

Facultad de psicología. Universidad Nacional de Mar del
Plata(Argentina). Con la participación de Facultad de psicología Universidad de Valencia y Universidad Jaume I de Castellon (España).

PALABRAS CLAVE: hipocondría - trastornos de ansiedad - diagnostico diferencial - comorbilidad - psicopatología

(KEYWORDS: hypochondriasis - anxiety disorders - differential diagnosis -comorbidity - psycophatology)

página 1
 
[23/2/2003]


Resumen

Como la mayoría de las psicopatologías, la hipocondría muy frecuentemente se acompaña de una alta comorbilidad en su presentación clínica (ya sea como trastorno primario o secundario), y, este hecho sin duda constituye un obstáculo importante para su precisión diagnóstica. Por otra parte, basta revisar la evolución conceptual en el entendimiento de esta psicopatología, para constatar la presencia de un importante debate sobre su clasificación diagnóstica. Este estudio forma parte de un proyecto de mayor alcance sobre la problemática hipocondríaca y tuvo por objetivo explorar y evaluar un conjunto de características "definitorias" de esta condición en distintos grupos clínicos con los que la hipocondría suele presentar comorbililidad, con el fin de avanzar en la delimitación de su entidad clínica. Para ello se aplicó un diseño transversal de comparación entre-grupos sobre una muestra de 84 pacientes (23 pacientes con hipocondría, 16 ansiosos, 16 deprimidos, 11 con otras patologías somatomorfas y 18 pacientes con patología digestiva funcional) que fueron remitidos desde atención Primaria y presentaban preocupaciones corporales y sintomatología somática funcional.

Efectivamente, los resultados obtenidos permiten constatar la presencia clínica de un componente ansioso-depresivo significativo en los pacientes con hipocondría, pero también ponen en evidencia que a la vez difieren en algunos aspectos sustantivos de estos trastornos, que los define como grupo clínico diferenciado.

Abstract

Like most of the psychopathologies, the hypochondriasis has very frequently a high comorbidity in their clinical presentation is accompanied by (either how primary or secondary disorder), and, this fact without a doubt constitutes an important obstacle for their precision. On the other hand, it is enough revise the conceptual evolution in the understanding of this psychopathology, in order to verify the presence of an important debate on their classification. This study is part of a investigation about hypochondriasis and his aim was explore and evaluate a group of basic characteristic of this condition in different clinical groups with which the hypochondriasis present comorbidity generally, with the purpose of advancing in the limits of their clinical entity. It was applied a cross-design between-groups on one sample of 84 patients (23 patients with hypochondriasis, 16 with anxiety disorders, 16 depresive patients, 11 with other somatoforms disorders and 18 patients with digestive functional pathology). The patients were remitted from Primary Attention and they presented corporal concerns and somatic functional symptoms.

Indeed, the obtained results allow to verify the clinical presence of a significative component of anxiety and depression in the patients with hypochondriasis, but they also put in evidence that they at the same time differ nouns of these disorders, that define them like clinical differentiated group in some aspects.



Introducción.

Si bien se cuenta con abundante información y con importantes propuestas teórico-diagnósticas y de tratamiento para la hipocondría, no es menos destacable que actualmente asistimos a una significativa distancia entre los recursos téórico-técnicos que disponemos y la problemática clínico-psicopatológica que se nos presenta con este tipo de pacientes. Un aspecto que complica considerablemente la delimitación del trastorno es la elevada tasa de comorbilidad a nivel sintomatológico y diagnóstico con otros trastornos psicológicos y, particularmente, con los trastornos de ansiedad [1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17].

En este sentido, y aún sin detenernos en un análisis exhaustivo de la propuesta dada por los sistemas clasificatorios DSM-IV [18] y CIE-10 [19], lo cierto es que, las fronteras nosológicas entre la hipocondría y los trastornos de ansiedad continúa en gran medida siendo un interrogante, si bien la propuesta de considerar su pertenencia diagnóstica en una categoría general compartida, es uno de los planteamientos de mayor peso entre los actualmente vigentes [11, 16, 20, 21, 22, 23, 24].

Una premisa fundamental de las propuestas cognitivas sobre la psicopatología hipocondríaca, es que la ansiedad por la salud estaría asociada con un patrón cognitivo disfuncional, derivado de un sesgo atencional selectivo hacia estímulos de tipo somático, una percepción incrementada hacia los signos corporales, y un sesgo interpretativo a percibir la información relacionada potencialmente con la enfermedad como catastrófica y personalmente amenazante. En esta línea, autores como Salkovskis, Schmidt y Wells [12, 22, 24] son algunos de los que más claramente han replanteado la pertenencia diagnóstica actual de la hipocondría, al considerar que sería más adecuada su conceptualización dentro de los trastornos de ansiedad, argumentando que es la ansiedad por la salud el rasgo central de dicha patología. En estos términos, la hipocondría representaría el extremo final de un continuo de ansiedad centrada en la salud que activaría ciertos supuestos disfuncionales, y haría a los sujetos vulnerables a manifestar sesgos atencionales y cognitivos en el ámbito de la salud y la enfermedad [16, 20, 21, 23, 24, 25]. También hay estudios recientes que aportan evidencia acerca de las relaciones entre ansiedad por la salud, preocupación por la salud, atención selectiva e interpretación catastrófica de sensaciones físicas [26]. Salkovskis y Rimes [22] destacan dos razones básicas por las cuales se justificaría un cambio de clasificación diagnóstica para el trastorno hipocondríaco: en primer lugar porque los pacientes hipocondríacos manifiestan elevados niveles de ansiedad, y en segundo término, porque existe una alta comorbilidad entre ambos trastornos.

Este estado de la situación, no suficientemente aclarado hasta la actualidad, requiere indagar sobre ciertos aspectos teórica y clínicamente relevantes para una mejor comprensión de la hipocondría, con el fin de esclarecer su pertenencia diagnóstica y su evaluación, puesto que, de hecho, si la hipocondría es un trastorno de ansiedad, como postulan algunos investigadores, sería esperable que los pacientes hipocondríacos presenten un comportamiento psicopatológico equivalente con los ansiosos, y no sólo similar en su fenomenología clínica.

El objetivo general del estudio que se presenta fue explorar y analizar un conjunto de indicadores clínicos y psicopatológicos en un grupo de pacientes somáticos funcionales con preocupaciones por la salud (línea base), y, desde una perspectiva cognitiva, examinar una de las principales hipótesis cognitivas que, en los últimos años, se ha propuesto para explicar la psicopatología ansiosa: nos referimos concretamente a la presencia de un sesgo atencional de carácter selectivo, que, en el caso de los hipocondríacos (y, de ser entendida la hipocondría como un trastorno de ansiedad) estaría referido a estímulos relacionados con enfermedad y a la interpretación inadecuada de los signos corporales en estos pacientes. Complementariamente con este objetivo, se exploraron otros aspectos relevantes que, si bien no derivan de un autor o grupo de trabajo concreto, están en la base de la comprensión de la problemática hipocondríaca, y por lo tanto, aportarían elementos para analizar la equivalencia diagnóstica y conceptual con los trastornos de ansiedad: esto es, la presencia de esquemas salud-enfermedad disfuncionales, la preocupación patológica por la salud y al miedo a la muerte.

 

 

Materiales y método.

Muestra

El estudio empírico en el que se basa esta investigación se llevó a cabo entre junio de 1998 y septiembre del 2000, y se realizó en distintos Centros de Salud Pública de la Comunidad Valenciana (España). La muestra estuvo compuesta por 84 pacientes somáticos funcionales remitidos fundamentalmente desde atención Primaria, cuyos diagnósticos principales post-evaluación psicológica conformaron los siguientes grupos clínicos: 23 pacientes con hipocondría -edad media 37, 04 +- 9, 57; 65% mujeres-; 16 con trastornos de ansiedad, - edad media 32, 38 +- 62% mujeres-; 16 con trastornos del estado de ánimo, -edad media 39, 81 +- 10, 06; 87% mujeres-; 11 con otros trastornos somatomorfos -edad media 36, 36 +- 9, 84; 82% mujeres-; y 18 con patología digestiva funcional -edad media 39, 06 +- 67% mujeres-; todos ellos equiparados en las variables sociodemográficas consideras (sexo, edad, nivel de instrucción y estado civil).

 

 

Instrumentos, Tareas experimentales y Procedimiento

Los aspectos clínico-diagnósticos se examinaron de la siguiente manera:

A) Valoración diagnóstica

La evaluación conducente al establecimiento de un diagnóstico clínico de hipocondría o de trastorno de ansiedad respectivamente, se valoró mediante una entrevista semi-estructurada individual (criterios DSM-IV) con cada uno de los pacientes remitidos a estudio. Ante la sospecha de algún otro trastorno se realizó la evaluación diagnóstica específica, lo que dio lugar a los otros grupos clínicos incluidos en el estudio.

 

 

B) Instrumentos psicométricos para evaluar variables clínicas directamente relacionadas con el trastorno hipocondríaco.
Cuestionario de evaluación del estado actual (CEEA; Martínez, Belloch y Botella, 1997).

Explora la presencia y la intensidad de los principales indicadores clínicos (cognitivos y conductuales) relacionados con el diagnóstico de hipocondría: 1) la preocupación general por el estado de salud (PGS); 2) la preocupación por dolores y/o molestias físicas (PMF); 3) el miedo a tener una enfermedad física grave (ME); 4) la creencia de tener una enfermedad física grave (CE); 5) la autoobservación y autoexploración corporal (AC); 6) la búsqueda de información sobre enfermedades físicas (BI); 7) la tendencia a comentar a los otros significativos sus síntomas (CS); 8) las conductas de seguridad relacionadas con el rol de enfermo (RE) y 9) conductas de evitación (CE).

 

 

Indice Whiteley (derivado del cuestionario de conducta de enfermedad (Illness Behaviour Questionnaire, IBQ; Pilowsky y Spence, 1983)

Permite explorar las actitudes y creencias hipocondríacas vinculadas a la conducta anormal de enfermedad. De acuerdo con los datos aportados por sus autores [29], una puntuación igual o superior a 8 se comporta como un punto de corte sensible para detectar una elevada probabilidad de presentar conducta anormal de enfermedad.

 

 

Cuestionario de preocupación por la salud-CPS (edición experimental Castañeiras, Belloch y Botella, 1997

Evalúa la presencia de preocupaciones disfuncionales o patológicas sobre la salud (intrusividad, incontrolabilidad, estabilidad). Es una adaptación del Penn State Worry Questionnaire [30].

 

 

C) Tareas experimentales

Sesgo atencional selectivo: se exploró con una tarea experimental similar a la instrumentada por Mathews y MacLeod [31] y ampliamente utilizada en el estudio de los trastornos de ansiedad para evaluar los procesos atencionales y preatencionales (Stroop modificado). Se consideraron como variables dependientes la latencia de respuesta y el índice de interferencia en las distintas condiciones experimentales (oes/color/neutras/amenaza mínima de enfermedad/amenaza máxima de enfermedad)

 

 

Esquemas de salud-enfermedad disfuncionales: se exploró mediante una Tarea de Codificación computarizada (TC). En la investigación general esta tarea experimental (consistente en una adaptación del modelo de laboratorio desarrollado por Craik y Tulving, [32] se diseñó con el objetivo de explorar en qué medida los sujetos poseían esquemas de salud-enfermedad diferenciados, o por el contrario los límites entre ambos esquemas eran difusos. De manera que la tarea de codificación proporciona un conjunto de medidas que reflejan el funcionamiento de los esquemas subyacentes [33].

En esta tarea, las variables dependientes fueron: a) la tasa de adscripción a los estímulos, entendiendo por esto la frecuencia de las respuestas positivas/negativas a los distintos descriptores (tanto de enfermedad como de no enfermedad) y, b) la latencia de respuesta, es decir, el tiempo que los sujetos tardaban en decidir si el estímulo que se les presentaba era un indicador de enfermedad y requería atención médica o, por el contrario, consideraban que no lo era .

Cabe aclarar que en esta investigación se utilizó como material estimular, un conjunto de 30 palabras que describían sensaciones, signos o síntomas corporales con distinto poder descriptivo de enfermedad, (descriptores de amenaza mínima y descriptores de amenaza máxima), derivadas de un estudio empírico de selección de estímulos verbales asociados a hipocondría [34].

 

Análisis estadísticos.

Para las variables clínicas, las comparaciones entre los grupos se analizaron fundamentalmente mediante pruebas no paramétricas (U de Mann-Whitney) y análisis de correlación para variables nominales y ordinales; en los casos en los que las características de los datos lo permitiera (cumplimiento de los supuestos para la aplicación de pruebas paramétricas), se realizaron pruebas t. En cuanto al análisis comparativo de las variables experimentales, se aplicaron MANOVAS de medidas repetidas.

Resultados.

2. 1. análisis clínico-diagnóstico (CEEA; PSWQ-salud)

2. 1. 1. Composición intra-grupo (pacientes con hipocondría)

A continuación se presentan los resultados más relevantes de la presentación clínico-diagnóstica del grupo clínico bajo estudio (Diapositiva 1). El dato más destacado hace referencia a una tendencia tipológica que relaciona estrechamente los componentes miedo-preocupación por un lado y creencia de enfermedad por otro, como dos aspectos independientes (aspectos principales del criterio A-DSM-IV para el trastorno), a nivel tanto cognitivo como conductual.

 


Diapositiva 1. Correlaciones entre variables cognitivas y conductuales.


2. 1. 2. Comparaciones entre-grupos

De cara a facilitar la comprensión de estos resultados se ofrecen las Diapositivas 2 y 3, destacando aquellos valores en los que la diferencia entre los grupos fue estadísticamente significativa (en todos los casos se exponen las medias para cada grupo).

 


Diapositiva 2. CEEA (cognitivo-emocional).


Como se muestra en la Diapositiva 2, los hipocondríacos presentaron mayores puntuaciones medias en todos los aspectos indagados, si bien las diferencias estadísticamente significativas con los pacientes ansiosos sólo se registraron para creencia de enfermedad grave (p< 0, 05) y preocupación somática (p <0, 05).

En el nivel de las conductas relacionadas con la salud (Diapositiva 3), es interesante observar que los ansiosos tienden a la evitación conductual (al menos en el corto plazo) más que los hipocondríacos, si bien la diferencia que se registra no alcanza la significación estadística. En cambio, los hipocondríacos tienden más que los ansiosos a la autoexploración, la vigilancia corporal y a hablar sobre su salud y lo que les aqueja. También los hipocondríacos buscan significativamente más información (p< 0, 05), y realizan más conductas de seguridad relacionadas con su salud (p< 0, 05).

 


Diapositiva 3. CEEA (conductual).


2. 1. 3. Preocupaciones disfuncionales (PSWQ-S) e Indice Whiteley (IW)

Los pacientes hipocondríacos se diferenciaron claramente por la disfuncionalidad de sus preocupaciones por la salud en los indicadores de intrusividad, incontrolabilidad, carácter desproporcionado y estabilidad de las mismas, al compararlos con los pacientes ansiosos (p< 0, 07), tendencia que se mantuvo también con los otros grupos clínicos. Sin embargo, un dato por demás interesante es que, tomados en su conjunto, estos pacientes fueron los manifestaron más claramente una mayor conciencia de lo excesivo de sus preocupaciones.

En cuanto al Whiteley, es un índice ampliamente utilizado en la investigación sobre hipocondría e indaga la presencia de actitudes y creencias hipocondríacas relacionadas con una conducta anormal de enfermedad. Efectivamente, y tal como muestra la Diapositiva 4, los hipocondríacos fueron los que superaron significativamente el punto de corte clínico (=< 8) y, concretamente frente a los ansiosos, estas diferencias se manifiestaron en los factores de preocupación por el cuerpo (F1) y fobia a la enfermedad (F2).

 


Diapositiva 4.


2. 2. Nivel de análisis explicativo

2. 2. 1. sesgo atencional

Recuérdese que el Stroop se aplicó con el objetivo de identificar la presencia de un sesgo atencional selectivo, no consciente, hacia estímulos relacionados con enfermedad (contenido de amenaza para los sujetos hipocondríacos).

Los resultados no confirman la presencia de un sesgo atencional selectivo en estos pacientes, al menos, como lo mide esta tarea. La prueba plantea que si hay un sesgo atencional hacia estímulos relacionados con el contenido amenazante para el sujeto (que en este caso estaría identificado con la enfermedad), esto se reflejará en una mayor lentitud para nombrar aquellas palabras con ese contenido de amenaza, y este efecto resulta de una mayor demanda de los recursos atencionales disponibles, tal como lo plantean McNally et al. [35].

Ahora bien, los pacientes hipocondríacos presentaron efectivamente una mayor latencia de respuesta y una mayor interferencia ante los estímulos de amenaza máxima de enfermedad propuestos, pero no se diferenciaron significativamente en su ejecución de los ansiosos y, además se comportaron similarmente al resto de grupos clínicos, y dado que este sesgo parece ser específico y sensible para la psicopatología hipocondríaca en tanto trastorno de ansiedad, cabía esperar que dichos pacientes presentaran claramente ese sesgo. Estos resultados pueden visualizarse en las Diapositiva 5 y 6.


Diapositiva 5. Latencia media de respuesta a las cinco condiciones experimentales en los distintos grupos.

En cuanto a la interferencia, el MANOVA de medidas repetidas (2 × 6) indica un efecto principal de diferencias intra-sujetos entre los estímulos verbales de amenaza mínima y de amenaza máxima de enfermedad (F1, 5 = 33, 54; p< 0, 001), pero no alcanzaron significación estadística los efectos entre grupos (F1, 5 = 0, 92), ni tampoco la interacción interferencia × grupo (F1, 5 = 0, 42). Estos resultados revelan que efectivamente el contenido de la palabra estímulo tiene un efecto modulador sobre la velocidad de respuesta, es decir que los sujetos tienden a demorar más en responder a descriptores de amenaza máxima de enfermedad que a los de amenaza mínima, sin embargo no hubo diferencias estadísticamente significativas entre los distintos grupos en esta tendencia (Véase Diapositiva 6).

 


Diapositiva 6. Interferencia media (segundos) en la ejecución Stroop.


2. 2. 2. Esquemas de salud y enfermedad

2. 2. 2. 1. Tarea de codificación (TC)

Recordemos que esta tarea se diseñó y se administró con el objetivo de explorar la presencia de esquemas de salud y de enfermedad disfuncionales en los pacientes hipocondríacos evaluados, y su supuesta equivalencia con los ansiosos. Los resultados más destacados indican que:

a) Los pacientes hipocondríacos eligieron de modo positivo significativamente más descriptores de amenaza máxima de enfermedad que los ansiosos (p< 0, 05)

b) En cambio los hipocondríacos rechazaron significativamente más descriptores de amenaza máxima de enfermedad que los ansiosos (p< 0, 01).

c) Sin embargo los grupos no difirieron en su latencia de respuesta a los distintos descriptores, aunque si se observó una tendencia a la significación estadística en el mayor tiempo empleado por los hipocondríacos para determinar aquellos descriptores de amenaza máxima que indicaban enfermedad al compararlos con los ansiosos.


Discusión y Conclusiones.

Las limitaciones y dificultades que acompañan las investigaciones en el campo de la psicopatología y la psicología clínica, áreas en las que se enmarca este trabajo, requiere sin duda a ser prudentes de cara a la generalización y consistencia de nuestros resultados. De todas maneras creemos que los datos que hemos obtenido tienen relevancia de cara al estado actual del conocimiento del trastorno hipocondríaco, aunque estén basados en un número pequeño de pacientes.

No es de extrañar en nuestro estudio la falta de diferencias estadísticamente significativas entre los grupos con hipocondría, con trastornos de ansiedad y con los otros grupos clínicos respectivamente. Abunda la evidencia de comorbilidad entre hipocondría, síntomas de ansiedad, depresión y síntomas somáticos funcionales [36, 37, 38, 39, 40].

En cuanto a la conducta de enfermedad se cuenta con un importante apoyo empírico y teórico como medida que tiende a valorar la psicopatología hipocondríaca. En este sentido, el Indice Whiteley, sí resultó una medida sensible para valorar la presencia de hipocondría, fundamentalmente en los aspectos referidos a la preocupación por el cuerpo y la fobia a la enfermedad. De acuerdo con los resultados obtenidos, los hipocondríacos parecen diferenciarse por una actitud fóbica acerca del propio estado de salud, más que por su convicción de enfermedad respecto de los ansiosos. De alguna manera es probable que el componente de creencia esté modulado por el grado de implicación emocional que los hipocondríacos reconocen sobre su malestar, aunque este se exprese fundamentalmente en términos somáticos. En este aspecto, los resultados también sugieren con cierta consistencia la conceptualización de subtipos de hipocondría más que confirmar una entidad clínica homogénea y general.

En el nivel clínico-diagnóstico y comparados con pacientes que también presentaban síntomas somáticos funcionales y expresaban cierto grado de preocupación por su salud, los hipocondríacos evidenciaron claramente una preocupación patológica por la salud (PSWQ-Salud), estrechamente vinculada al temor de padecer una enfermedad grave, preocupación acompañada por estrategias de evitación cognitiva más que conductual hacia temas relacionados con la enfermedad y la muerte, así como de conductas activas de autoexploración y búsqueda de información en el dominio de su salud. Estas sí parecen ser características diagnósticas distintivas del trastorno.

La pregunta que nos planteamos de cara a esta discusión fue entonces: ¿ porqué la hipocondría es un trastorno somatoforme?, y ¿porqué la hipocondría debería ser, de acuerdo con algunas de las propuestas actuales de mayor reconocimiento, un trastorno de ansiedad?

La hipocondría presenta un importante grado de preocupación somática por el miedo a enfermar y/o la creencia de estar enfermo, preocupación basada probablemente en la atribución predominantemente somática que estos pacientes hacen de sus sensaciones y signos corporales, y que les lleva a “buscar” activamente soluciones para su problema, actividades entre las que se destacan las consultas médicas reinteradas, lo que les reporta, aunque transitoriamente, alivio para su malestar. También como somatoformes estos pacientes se destacan por su sensibilidad corporal interoceptiva.

En cuanto a su caracterización como trastorno de ansiedad, los hipocondríacos comparten con los ansiosos un patrón cognitivo disfuncional derivado de la vivencia de amenaza (en este caso la enfermedad) y que se refleja en la incontrolabilidad cognitiva (dificultad de regular los propios pensamientos) la preocupación patológica por la salud, la duda, la incertidumbre, cierta evitación cognitiva de ideaciones que operan potenciando el esquema hipocondríaco (nos referimos a pensamientos referidos a la muerte por ejemplo) y un funcionamiento atencional caracterizado por la hipervigilancia (corporal), pero, al menos cuando el ámbito es la salud, no ocurre lo mismo en el plano de las conductas, es decir, los hipocondríacos no son evitadores ante la amenaza, al menos a corto plazo, una de las principales características de la patología ansiosa.

Con relación a la supuesta equivalencia semántica y psicológica entre ansiedad por la salud e hipocondría, que se deriva de las propuestas que sugieren la conceptualización de la hipocondría como un trastorno de ansiedad, consideramos que no está suficientemente claro que el núcleo psicopatológico de la hipocondría sea un problema de ansiedad.

Nuestros datos sugieren que la disfuncionalidad cognitiva relacionada con la preocupación ansiosa, tiene que ver en los hipocondríacos con el dominio específico de la salud y la enfermedad. La hipocondría efectivamente comparte con la patología ansiosa un conjunto importante de características clínicas, pero creemos que se trata más de la consecuencia de un núcleo mórbido que se centra en la preocupación patológica por el propio estado de salud, indicador específico y diferencial del trastorno hipocondríaco.


Conclusiones II. Nivel explicativo

La perspectiva cognitiva ha enfatizado la relevancia del estudio de los procesos cognitivos que subyacen a los trastornos emocionales. Como parte de nuestra estrategia de investigación intentamos aislar alguno de los indicadores empíricos que se derivan de los principales constructos que intentan explicar psicopatológica y clínicamente la hipocondría, como el caso del sesgo atencional. Por otra parte, también decidimos incluir el análisis comparativo de algunos supuestos teóricos que aunque no han sido propuestos por un autor en particular, son sistemáticamente aludidos en el estudio de la hipocondría: nos referimos a la presencia de esquemas de salud-enfermedad disfuncionales.

Nuestros datos no confirmaron en los pacientes hipocondríacos la presencia de un sesgo atencional selectivo, no consciente y específico hacia los estímulos relacionados con amenaza de enfermedad (al menos, tal y como lo mide la Tarea Stroop). De hecho y como parte de una investigación de mayor alcance, esta tarea fue administrada simultáneamente a pacientes somáticos funcionales (hipocondríacos, ansiosos, deprimidos, otros pacientes somatoformes, pacientes con patología digestiva y controles normales), y los resultados obtenidos mostraron que la mayor latencia de respuesta (alcanzando la significación estadística) y la mayor interferencia se presentó en los pacientes somatoformes no hipocondríacos, mientras que el resto de los grupos comparados obtuvieron un comportamiento equivalente en las variables medidas, si bien los hipocondríacos como grupo efectivamente presentaron una mayor latencia e interferencia que los ansiosos ante estímulos de amenaza máxima de enfermedad.

En cuanto a la disfuncionalidad de los esquemas salud-enfermedad, los pacientes hipocondríacos también se comportaron de un modo diferencial respecto de los ansiosos. Resulta interesante el patrón encontrado para los hipocondríacos, ya que estos pacientes no parecen presentar problemas en el dominio de lo que consideran salud o enfermedad, sino que el problema estaría centrado en la diferenciación grave-no grave. Los resultados obtenidos sugieren que probablemente la disfuncionalidad hipocondríaca responda más a un nivel de procesamiento estratégico de la información que automático, aunque sin duda se requiere mayor investigación en este área de conocimiento.

Los pacientes hipocondríacos efectivamente comparten muchos síntomas con los pacientes con trastornos de ansiedad: preocupación, miedo, vigilancia, intrusividad de ideas egodistónicas, así como también presentan con frecuencia depresión subclínica. Pero a la vez difieren en algunos aspectos sustantivos: no evitan conductas relacionadas con su salud (al menos a corto plazo), sus creencias y preocupaciones son molestas por su intrusividad, pero no porque consideren que el contenido es absurdo ni vaya en contra de su sistema de valores; tampoco hacen nada por controlarlos o suprimirlos.

En definitiva, todos sus síntomas de ansiedad giran en torno a un elemento central, del que NO participan los pacientes ansiosos: la preocupación patológica por su estado de salud. Esta preocupación es específica de los hipocondríacos y los define como grupo clínico diferenciado.

Creemos que hay elementos suficientes para justificar la necesidad de una mayor investigación en el dominio de esta psicopatología antes de procurar un cambio en su pertenencia diagnóstica. Coincidimos en que su clasificación diagnóstica actual tampoco es satisfactoria, de hecho, sería importante por ejemplo encaminar la investigación de la hipocondría hacia el campo de los trastornos de personalidad.

Quizá este trabajo genere más interrogantes que respuestas en el horizonte de la psicopatología hipocondríaca, pero profundizar en ellos y en la experiencia de padecimiento de estos pacientes, puede ser un recurso valioso para un mejor entendimiento de la problemática hipocondríaca y sus posibilidades de recuperación.


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