La diabetes mellitus 2 (DM2) se ha constituido como un reto en salud, su prevalencia es significativa y su incidencia aumenta con rapidez; en parte debido a que la génesis de la enfermedad radica en el estilo de vida inadecuado. De acuerdo a la literatura, en el tratamiento de la DM2, es importante el control farmacológico así como los cambios sustanciales en estilo de vida y en esta situación, la familia juega un papel preponderante como pilar en el autocuidado. El apoyo familiar repercute en la forma como las personas aceptan la enfermedad y se adaptan a ella, y viceversa; la experiencia del padecimiento se extiende a la red social más cercana: la familia. No se sabe aún cuáles aspectos del tratamiento son los más beneficiados con el funcionamiento familiar, no obstante, hay una relación entre el cuidado que el enfermo tiene de sí y los aspectos familiares.
En esta investigación, el objetivo fue identificar la relación entre las escalas del cuestionario IMEVID para medir estilo de vida en diabéticos y la escala de Evaluación Familiar basada en el modelo de Funcionamiento Familiar de Mc Master en una muestra de 50 participantes diagnosticados con DM2, con más de un año de evolución de la enfermedad, atendidos en diferentes Instituciones Sanitarias de la Ciudad de Toluca, México. Los resultados indican relaciones estadísticamente significativas entre el funcionamiento familiar y las escalas del IMEVID.
Lic. en Psicología, Lic. en Nutrición, Maestrante en Psicología. Dra. en Investigación Psicológica. Dra. en Ciencias de la Educación.
FUNCIONAMIENTO FAMILIAR Y ESTILO DE VIDA EN PERSONAS CON DIABETES MELLITUS 2
Miriam Carolina-Velasco Fuentes1, Patricia-Balcázar Nava2, Rocío- Fuentes Ruíz3
1. Licenciada en psicología y en Nutrición, Maestrante en psicología, Universidad Autónoma del
Estado de México.
2. Doctora en Investigación en psicología, Docente- Investigador, Universidad Autónoma del
Estado de México.
3. Doctora en Ciencias de la Educación, Docente Investigador, Instituto Superior de Ciencias de
la Educación del Estado de México.
caritohdvelasco@gmail. com
Diabetes mellitus tipo 2. Funcionamiento familiar. Estilo de vida.
Type 2 Diabetes. family functioning. Life Style.
RESUMEN
La diabetes mellitus 2 (DM2) se ha constituido como un reto en salud, su prevalencia es
significativa y su incidencia aumenta con rapidez; en parte debido a que la génesis de la enfermedad
radica en el estilo de vida inadecuado. De acuerdo con la literatura, en el tratamiento de la DM2, es
importante el control farmacológico así como los cambios sustanciales en estilo de vida y en esta
situación, la familia juega un papel preponderante como pilar en el autocuidado. El apoyo familiar
repercute en la forma como las personas aceptan la enfermedad y se adaptan a ella, y viceversa; la
experiencia del padecimiento se extiende a la red social más cercana: la familia. No se sabe aún cuáles
aspectos del tratamiento son los más beneficiados con el funcionamiento familiar, no obstante, hay
una relación entre el cuidado que el enfermo tiene de sí y los aspectos familiares. En esta investigación,
el objetivo fue identificar la relación entre las escalas del cuestionario IMEVID para medir estilo de
vida en diabéticos y la escala de Evaluación Familiar basada en el modelo de Funcionamiento Familiar
de Mc Master en una muestra de 50 participantes diagnosticados con DM2, con más de un año de
evolución de la enfermedad, atendidos en diferentes Instituciones Sanitarias de la Ciudad de Toluca,
México. Los resultados indican relaciones estadísticamente significativas entre el funcionamiento
familiar y las escalas del IMEVID.
ABSTRACT
Type 2 diabetes mellitus (T2DM) has become a challenge in health, its prevalence is significant
and the incidence increases rapidly; partly because the genesis of the disease is in the inappropriate
lifestyle. According to the literature, in the treatment of diabetes type 2, it is important
pharmacological control and substantial changes in lifestyle and in this situation; the family plays a
major role as a pillar in the self-care. Family support affects how people accept the illness and adapt
to it, and vice versa; the illness experience extends to the nearest social network: family. It is not
known yet which aspects of treatment are the beneficiaries of family functioning, however, there is a
relationship between the care that the patient has of himself and family issues. In this research, the
objective was to identify the relationship between the scales of the questionnaire IMEVID to measure
lifestyle in diabetics and the Family Assessment Scale based on McMaster Family Functioning Model in
a sample of 50 participants diagnosed with type 2 diabetes with more than a year of evolution of the
disease, treated at different Health Institutions of the City of Toluca, Mexico. The results indicate
statistically significant relationships between family functioning and IMEVID scales.
I. INTRODUCCIÓN
La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es un trastorno metabólico sistémico que afecta al 9. 1% de la
población mexicana y cuya prevalencia ha aumentado en 59. 6% del 2000 al 2012
lo que corresponde a un total de 6. 4 millones de mexicanos con dicho padecimiento, pero a pesar de saberse
enfermos, sólo el 25% de los mismos tienen un control metabólico adecuado
[1].
Para que las personas con esta enfermedad logren dicho control y puedan prevenir
complicaciones, es necesario se adhieran al tratamiento, tanto farmacológico como no farmacológico
y en este tenor, la familia juega un papel preponderante como pilar en el autocuidado
[2, 3, 4]
, ya que la experiencia del padecimiento se propaga a sus redes sociales: la comunidad, el trabajo, las
amistades y en especial a la familia.
Si bien, quien debe realizar los cambios prescritos es el paciente, la familia es el entorno próximo
donde la persona se desenvuelve, por lo que se consolida como una red de apoyo para realizar las
múltiples modificaciones en el estilo de vida; que van desde la adopción de un régimen dietético, la
realización de actividad física, la toma de medicamentos o la administración de insulina según un
horario y cantidad especificados, hasta la toma de decisiones informadas basadas en conocimientos
sobre el padecimiento[1] y en general, en la forma de atender a la persona con la enfermedad, en
especial a los pacientes con mayor edad y/o menor nivel educativo.
Diversos estudios de diferentes cortes metodológicos han confirmado que el apoyo familiar que
recibe el paciente, se asocia significativamente con el control metabólico
estimaciones
[3]
[2, 4, 5]
, ya que de acuerdo a el apoyo familiar es un fuerte factor protector ante glucemias superiores a 140 mg/dl
(RM = 3. 9; IC95%).
Los estudios anteriormente indicados corroboran que un modelo exclusivamente biológico no
logra abordar completamente el proceso de salud-enfermedad, sino que es necesario trabajar desde
un enfoque ecológico para ahondar en los factores sociales y psicológicos que afectan el desarrollo del
padecimiento, muchos de los cuales se generan en la propia familia y repercuten de una u otra forma
en la salud del individuo, ya que ambos actores (familia y paciente) comparten la experiencia de padecer la enfermedad, aunque desde perspectivas diferentes; uno viviéndola y otro ejerciendo el rol de cuidador, pero ambos en interrelación.
Como es bien sabido, la familia es un ente social en cuyo núcleo se desarrollan las personas, por
lo cual constituye una estructura que contiene al ser con todo lo que a éste circunda. Si bien es muy
común hablar de las familias, es necesario entenderlas con base a la funcionalidad de sus
interacciones; ya que el conocer la dinámica familiar permitirá comprender la individualidad de sus
miembros, al igual que su devenir como unidad.
La funcionalidad se refiere al grado en que se presentan o no, ciertas características que le
permiten a la familia mantener la naturaleza del sistema, satisfaciendo las necesidades de sus
integrantes en todos los niveles, al mismo tiempo que promueve la autorrealización de cada uno de
sus miembros y los forma para la vida en sociedad
La funcionalidad familiar no debe ser considerada como algo fijo o estable, sino que puede
cambiar a lo largo del tiempo para adaptarse a las circunstancias de sus miembros[6]. Además, para
evaluarla es necesario observar que las interacciones no guardan una relación causal tangible, sino lo
que es causa puede pasar a ser efecto y viceversa[Grzona, 2008, 6].
Para Epstein, Baldwi y Bishop, creadores del modelo de Evaluación Familiar de McMaster, toda
familia funciona, sólo que pueden hacerlo de un modo óptimo, medio y hay otras que presentan
severos trastornos en su funcionamiento.
Para poder identificar el grado de funcionalidad, dichos autores retoman seis dimensiones a
partir de las cuales se desprende el modo de actuar de la familia:
Solución de problemas
Comunicación
Roles
Respuesta afectiva
Compromiso afectivo
Control conductual
Estas dimensiones poseen diferente grado de funcionalidad por sí mismas y en conjunto generan
respuestas ante el entorno, las cuales no siempre son adecuadas, es decir la familia puede responder
en crisis o en disfunción.
Cabe destacar que este modelo no evalúa todos los aspectos del funcionamiento familiar, sino
que explora aquellas dimensiones con mayor impacto en la salud física, psíquica y emocional en los
miembros de la familia
Como se ha mencionado, el adecuado funcionamiento familiar permite a sus miembros satisfacer
sus necesidades, y en el aspecto fisiológico, la "salud de la familia" contribuye a la salud o a la
enfermedad de sus miembros; Mediante el desempeño de sus tareas básicas, la familia relaciona, por
ejemplo, con la presencia o control de una patología crónica en uno o varios de sus integrantes
, ya que comparten factores de riesgo (tabaquismo, obesidad, sedentarismo, etc. ) resultantes de la
interacción familiar
Es por ello, que la familia es un importante factor a considerar en el momento de la planeación
terapéutica y la consecución de los objetivos en el tratamiento por parte del paciente, pero no se ha
observado con qué elementos del tratamiento correlaciona en mayor grado la funcionalidad familiar.
Por ello, este trabajo se enfocó en identificar si hay relación entre el estilo de vida y el
funcionamiento familiar en personas con DM2, desde la consideración de que los ambientes en los que
interactúan las personas están interrelacionados, por lo que la hipótesis inicial de este trabajo es que
el grado de funcionalidad tiene impacto en los demás entornos
de la persona con DM2. , y en este caso, en el estilo de vida
II. MÉTODO
Objetivo general
Identificar la relación entre las escalas del cuestionario IMEVID para medir estilo de vida en
diabéticos y la escala de Evaluación Familiar basada en el modelo de Funcionamiento Familiar de Mc
Master, en personas con DM2.
Participantes
La investigación se realizó con 50 participantes (hombres y mujeres) diagnosticados con DM2,
que al momento contaban con más de un año de evolución de la enfermedad, atendidos en diferentes
Instituciones Sanitarias Públicas de la Ciudad de Toluca, México.
Procedimiento
La investigación se realizó de la siguiente manera:
Se identificaron los pacientes con DM2, mediante un sondeo informal en diferentes Instituciones
que ofrecen servicios sanitarios: DIF, ISSEMYM y Seguro Popular, al inicio de la entrevista se les
informó a los pacientes el propósito del estudio y se obtuvo su participación voluntaria.
Posteriormente se aplicaron los instrumentos tanto para la evaluación del funcionamiento
familiar, como para el abordaje del estilo de vida de acuerdo a la enfermedad.
Técnica de recolección de datos
Se aplicó la escala de Evaluación Familiar basada en el modelo de Funcionamiento Familiar de
Mc Master
[Epstein, 1983, 9]
, que sirvió para determinar la funcionalidad familiar general de acuerdo a la percepción del paciente, en base al grado de funcionalidad apreciado en cada una de las seis áreas del instrumento
Solución de problemas: considera la destreza de la familia para lograr la resolución de los
conflictos en una forma que salvaguarde su funcionamiento.
Comunicación: se refiere al intercambio de información en la familia.
Roles: esta dimensión analiza los patrones de conducta, a través de los cuales la familia
designa las funciones familiares a cada uno de sus integrantes.
Repuesta afectiva: este apartado valora tanto en cantidad como en calidad, en interés que
muestra la familia en las actividades de cada miembro.
Compromiso afectivo: hace alusión a la habilidad para responder con sentimientos
adecuados a un estímulo, tanto en calidad como en cantidad.
Control conductual: son los patrones que considera una familia para manejar el
comportamiento de sus integrantes en situaciones de peligro, sociabilización y
afrontamiento de necesidades instintivas, psicológicas y biológicas.
El modo de contestar alude a que tan de acuerdo está la persona con la afirmación mencionada,
por lo que existen 4 posibles respuestas que van desde "En desacuerdo", hasta "Totalmente de
acuerdo".
Además de la puntuación individual de cada escala, se puede obtener un puntaje global del
funcionamiento, considerando a las familias funcionales como aquellas con puntaje entre 1 y 1. 9,
medianamente funcionales de 2. 1 a 2. 5, medianamente disfuncionales de 2. 5 a 3 y disfuncionales de
3. 1 a 3. 9.
Para explorar el estilo de vida de los pacientes, se aplicó el Instrumento IMEVID (Instrumento
para Medir Estilo de Vida en Diabéticos), que examina siete dominios
Nutrición.
Actividad física.
Consumo de tabaco.
Consumo de alcohol.
Información sobre diabetes.
Emociones.
Adherencia terapéutica.
[10]
En rubros que sondean la frecuencia con la que se realizan ciertas conductas, desde "Todos los
días" hasta "Casi nunca".
Para fines de la investigación se clasificó el estilo de vida actual del paciente en base al puntaje
obtenido; el cual se dividió en cuartos para analizar en qué grado las conductas realizadas se adecuan
a las medidas terapéuticas.
Así se clasificó el estilo de vida respecto al tratamiento en inadecuado (0-25 puntos),
medianamente inadecuado (2649 puntos), medianamente adecuado (50-74 puntos) y adecuado (75100 puntos).
Es importante puntualizar que ante la poca factibilidad de la observación directa de los pacientes
como método de exploración del estilo de vida, el IMEVID permite conocer los patrones de conducta
asumidos por los pacientes, sin la necesidad de ser intrusivos en la vida diaria del mismo.
Ambos cuestionarios son de auto-aplicación, con reactivos tipo Likert, y un tiempo de
contestación de 10 minutos cada uno, los cuales retoman la percepción de la persona respecto a su
dinámica familiar y a su tratamiento no farmacológico.
II. RESULTADOS
Características sociodemográficas
Se trabajó con una muestra de 50 participantes con diagnóstico previo de DM2; 30 hombres y
20 mujeres, con una media de edad de 56. 1 años (Rango= 41 a 70) para los hombres, y para las
mujeres una media de edad de 43. 5 años (Rango= 68 a 36).
El promedio de evolución de la enfermedad en los participantes es de 5. 04 años (D. E. = 3. 9),
entre los cuales el 28% presenta complicaciones propias del padecimiento. Los sujetos son atendidos
en diversas instituciones sanitarias del Valle de Toluca, México.
Procesamiento de la información
Los datos obtenidos se analizaron mediante estadísticas de tendencia central (frecuencias y valor
porcentual), para explorar la asociación ambas escalas se utilizó la correlación de Pearson.
Para asociar el estilo de vida con las sub escalas del funcionamiento familiar se aplicó una
correlación de Spearman, así como T de student para comparar los resultados de las escalas entre
sexos y grupos de edad, considerándose diferencias estadísticamente significativas cuando el valor de
P . 05.
Es importante mencionar que para el Instrumento de Funcionamiento Familiar, las dimensiones
analizadas se interpretaron de acuerdo al sentido positivo o negativo de los ítems, lo cual impacta en
el valor de la correlación.
Resultados obtenidos
Los resultados de la relación entre el estilo de vida en personas con diabetes y su funcionamiento
familiar se describen a continuación:
Se encontró correlación estadísticamente significativa, baja positiva, entre la subescala de
Manejo de las emociones en los pacientes y la del Nivel de compromiso afectivo por parte de la familia
(r=. 291, p=. 040).
La puntuación global del estilo de vida correlacionó de forma positiva, con el área de Resolución
de problemas (r=. 284, p=. 046, ).
Otras correlaciones importantes, aunque no estadísticamente significativas, son entre la de
Respuesta afectiva y la de Práctica de ejercicio (r=. 269, p= . 059), y entre la de Compromiso afectivo
y la de Estilo de vida (r=. 258, p=. 071).
Además de las correlaciones necesarias para cubrir el objetivo del estudio y con el fin de
enriquecer los resultados obtenidos, se analizaron las diferencias presentes en el Estilo de vida y en
el Funcionamiento familiar entre sexos y grupos etarios.
En cuanto a las diferencias entre sexos, los factores del estilo de vida se mantuvieron similares
en ambas categorías, exceptuando el de Consumo de tabaco, donde con valores de t=2. 187 y p=. 000,
se observó que sí existe diferencia estadísticamente significativa, ya que los hombres reportan mayor
consumo de tabaco, a pesar de las indicaciones terapéuticas.
Finalmente, respecto a los grupos etarios no se observaron diferencias estadísticamente
significativas.
IV. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos constatan la relevancia de la dinámica familiar en la adherencia
terapéutica de las personas con DM2, ya que la manera en que la familia responde afectivamente a
las necesidades del paciente, contribuye a un mejor manejo de las emociones por parte del mismo,
esto permite un mayor control anímico y por ende disminución de episodios de ansiedad, irritabilidad
y/o depresión que se ven exacerbados por un control deficiente de la enfermedad.
Del mismo, como lo constatan diversos autores, existe una estrecha correlación entre el grado
de funcionamiento familiar y el control metabólico del paciente
[7, 4, 8, 2, 5, 3]
En contraste, en algunos estudios se ha encontrado que a pesar de haber una funcionalidad
familiar adecuada, el índice de no control glicémico es alto y que no correlaciona con la dinámica
familiar, ya que mayor grado de funcionalidad, existe mayor descontrol metabólico (83. 3%), mientras
que en familias de funcionalidad moderada y severa, la tasa de descontrol se sitúo alrededor del
50%[Morales, 2001, 8].
En contraste, los resultados de este estudio exponen que el interés que la familia muestra en las
actividades del miembro con DM2, permite que éste se adhiera más al tratamiento; por ejemplo la
persona realiza cotidianamente ejercicio y aumenta la cantidad de actividad física que efectúa como
medida terapéutica, en respuesta a la empatía familiar percibida. La necesidad emocional que cubre
la familia favorece la adherencia al tratamiento y en conjunto, con otros aspectos, promueve el control
metabólico.
En general, tanto la respuesta como el compromiso afectivo de la familia repercuten en el grado
de adecuación del estilo de vida del paciente, ya que entre más comprendido y valorado se sienta,
podrá realizar mejor las adecuaciones propias del tratamiento para su enfermedad, y viceversa, una
persona que no percibe una respuesta emocional familiar acorde a sus necesidades, es más propensa
a no seguir las indicaciones y por ende, ser más susceptible a complicaciones agudas y crónicas.
Esta misma situación, sucede en personas con Diabetes tipo 1, en la cual una relación favorable
entre el paciente y su familia, así como confianza, apoyo y cuidados, favorecen el manejo de la
enfermedad si bien las características de ambos padecimientos son diferentes, los cuidados son
similares y por ende, sus necesidades también.
En cuanto a las diferencias entre sexos, el hábito tabáquico mostró una prevalencia mayor entre
los hombres, lo cual corresponde a lo observado en la última Encuesta Nacional de Adicciones: Reporte
tabaco aplicada en población mexicana, donde el 34. 6% de los varones adultos son fumadores
habituales, en comparación del 13. 5% de las mujeres de la misma edad
[13]
. Esta diferencia podría relacionarse con patrones culturales y de género propios de la sociedad mexicana, que prevalecen a
pesar de las indicaciones terapéuticas para el adecuado manejo de la DM2.
Dicha situación relacionada al no consumo de tabaco, pone de manifiesto la dificultad que guarda
la consecución del tratamiento, ya que el dejar de fumar al igual que otras indicaciones, constituye
una problemática real para las familias. Esto se debe a que el tratamiento implica una modificación al
estilo de vida del paciente y de la familia, que ha de adaptarse para apoyar al paciente, por tanto y
de forma global las adecuaciones al estilo de vida surgen ante una mejor capacidad familiar para
resolver problemas.
En contraparte, cuando las familias enfrentan circunstancias que les son difíciles de resolver,
pueden presentar síntomas como aislamiento, abandono, ira, miedo, conflicto de roles y límites, al
igual que presencia del síndrome de cuidador en alguno(s) de los integrantes y problemas económicos
que repercuten directamente en la estabilidad biopsicosocial de la pareja y de toda la familia[14].
Es decir, la condición de cronicidad puede evolucionar a situaciones de estrés sostenido que
impactan tanto en el funcionamiento familiar, como en la evolución de la enfermedad, poniendo
en peligro la integridad del paciente y de la familia completa.
Si bien, este trabajo hace alusión a la persona con DM2, la familia también puede considerarse
como un ente en necesidad de apoyo terapéutico con dos finalidades: primeramente lograr entender
la enfermedad de su miembro y asumirla como un hecho inexorable que debe afrontar como unidad,
y segundo, para poder salvaguardar la integridad de sus interacciones a pesar de la crisis que la
enfermedad podría representar.
Ante este panorama, es necesario incluir a la familia en el tratamiento de la DM2, no sólo porque
conlleva beneficios para el paciente, sino porque el impacto del diagnóstico produce alteraciones
sistémicas que requieren de una adaptación de todos los miembros para que la familia pueda seguir
funcionando adecuadamente
Y en el contexto específico de la enfermedad, para aumentar la
competencia familiar en temas de salud, a través de la integración de todos los miembros en la
orientación sobre la DM2 , los factores de riesgo compartidos, así como su control y prevención.
Lo anterior concuerda con los resultados obtenidos en otras investigaciones, que ponen de
manifiesto el papel de la familia como una red de apoyo fundamental para las personas con DM2, y
por ende como un factor protector ante glucemias elevadas y complicaciones resultantes
7, 18, 19, 4, 15]
[8, 2, 5, 3, 16, 17,
Es importante recalcar que al sólo haber entrevistado a los pacientes, los resultados obtenidos
en este estudio corresponden a la percepción de la persona con la enfermedad, lo cual no
necesariamente corresponde a la realidad sentida por la familia en su totalidad.
En específico, el paciente debe percibir que su familia es competente en las dimensiones de
compromiso y respuesta afectiva para poder brindarle apoyo en la realización de los cambios prescritos
y sostén emocional acorde a sus necesidades.
Igualmente, la familia debe tener un puntaje funcional en la resolución de problemas para poder
flexibilizar las interacciones con el fin de adoptar un estilo de vida acorde a los nuevos requerimientos
del paciente, sin dejar de lado lo deseado por los demás miembros.
El que la familia se integre en el tratamiento de la enfermedad le permitirá contribuir de una
mejor manera a la salud de la persona con DM2, además de que esta capacitación puede ayudar a
disminuir la tensión creada por la falta de información, evitar que un miembro se convierta en el
cuidador formal a través de la educación del paciente, y minimizar la carga emocional que la
enfermedad representa.
De igual forma, el que la familia se involucre permite disipar las dudas y las etiquetas peyorativas
que acompañan al paciente y a la enfermedad. Y en caso de crisis, la familia estará más cerca de un
cuerpo de profesionistas que podrá apoyarla a identificar y resolver los conflictos que surgen al interior
de la misma a causa del padecimiento.
Es así que velar por la integridad familiar es una forma de cuidar al paciente con DM2; a través
de asegurar un entorno saludable que le permita controlar su enfermedad, y viceversa, educar al
paciente para que sea capaz de autogestionar su enfermedad, apoya a la familia en el mantenimiento
de interacciones funcionales.
En general el tratamiento para una enfermedad crónica se basa en la prevención de
complicaciones, pero desde esta perspectiva, los esfuerzos estarían encaminados a cuidar al paciente
desde el núcleo familiar, no sólo evitando complicaciones, sino garantizándole calidad de vida en
familia.
Como conclusión, cabe puntualizar que la familia es un ente protector de sus miembros y su
funcionamiento, tanto en lo particular como lo general, constituye una red de soporte social,
económico y sobre todo emocional para quienes la integran.
Cuando uno de los miembros vive una situación especial, como lo es la DM2, la respuesta familiar
repercutirá directamente en el apoyo y el afecto percibido por el paciente; ya que la familia al
mostrarse flexible para poder afrontar y resolver los retos planteados por la enfermedad, da muestra
del compromiso que tiene con la persona y en conjunto, trabajando codo a codo, paciente y familia
logran transitar avante por el largo camino de la diabetes.
V. REFERENCIAS
1. Secretaría de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
México: SSA; 2012.
2. Tejada, L. , Grimaldo, B. y Maldonado, O. Percepciones de enfermos diabéticos y familiares acerca
del apoyo familiar y el padecimiento. Revista Salud Pública y Nutrición. 2006; 7.
3. Rodríguez, M. y Guerrero, J. Importancia del apoyo familiar en el control de la glucemia. Salud
Pública de México. 1997; 39: 44-47.
4.Méndez, D. , Gómez, V. , García, M. , Pérez, J. y Navarrete, A. disfunción familiar y control del
paciente diabético tipo 2. Revista Médica IMSS. 2004; 42.
5. Azzollini, S. , Bail, V. y Vidal, V. Diabetes: importancia de la familia y el trabajo en la adhesión al
tratamiento. Anuario de Investigaciones UBA: 2011; 7.
6. Bottaro, J. El funcionamiento familiar y la psicoeducación en el curso de la esquizofrenia. [Tesina
de licenciatura]. Argentina Universidad del Aconcagua; 2009.
7. McDaniel, S. , Campell, T. y Saburn, D. orientación Familiar en atención Primaria. Barcelona:
Editorial Springer- Verlag Ibérica; 1998.
8. Concha, M. y Rodríguez, C. Funcionalidad Familiar en pacientes diabéticos e hipertensos
compensados y descompensados. Theoria: 2010; 19: 41-50.
9. González, C. y González, S. Un enfoque para la evaluación del funcionamiento familiar. Revista
Mexicana de orientación Educativa: 2008; 6.
10. López, J. , Ariza, C. , Rodríguez, J. y Munguía, C. Construcción y validación inicial de un instrumento
para medir el estilo de vida en pacientes con diabetes mellitus tipo 2. Salud pública de México:
2003; 45: 259-267.
11. Jiménez, A, Gómez, V. y Alanís, G. Función familiar: Control de diabetes mellitus tipo 2. Revista
de Salud Pública y Nutrición: 2005; 8.
12. Martínez, B. y Torres, L. Importancia de la familia en el paciente con diabetes mellitus
insulinodependiente. psicología y Salud: 2007; 17: 229-240.
13. Instituto nacional de psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz. Secretaría de Salud. Encuesta Nacional
de Adicciones 2011: Reporte tabaco. México: INSP; 2012.
14. Fernández, M. El impacto de la enfermedad en la familia. Revista de la Facultad de Medicina de la
UNAM: 2004; 47.
15. Quiroz, J. Castañeda, R. , Ocampo, P. , Pérez, P. y Martínez, M. Diabetes tipo 2. Salud-competencia
de las familias. Revista Médica IMSS: 2002; 40.
16. Valadez, I. , Aldrete, M. y Alfaro, N. Influencia de la familia en el control metabólico del paciente
diabético tipo 2. Revista Salud Pública México: 1993; 35:464-470.
17. Florenzano, R Familia y salud de los jóvenes. Santiago de Chile: Ediciones Universidad Católica
de Chile; 1995.
18. Hidalgo, C. y Carrasco, E. Salud Familiar: Un modelo de atención integral en la atención primaria.
Santiago de Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile; 1999.
19. Yurss, I. atención a la familia: Otra forma de enfocar los problemas de salud en atención primaria.
16º Congreso Virtual de Psiquiatria. com. Interpsiquis
2015 www. interpsiquis. com - Febrero 2015
Psiquiatria. com
IMPORTANTE: Algunos textos de esta ficha pueden haber sido generados partir de PDf original, puede sufrir variaciones de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.
Mujeres del siglo XXI
Dina Luz Cogollo Ramos
Fecha Publicación: 01/07/2022
Intervenciones no farmacológicas en salud física en pacientes en tratamiento con clozapina
Andrea Mallorqui Molina et. al
Fecha Publicación: 20/05/2022
Eficacia coadyuvante de un programa multimodal de promoción de estilo de vida saludable en el tratamiento de la Depresión Mayor Resistente
Aurora García Robles et. al
Fecha Publicación: 20/05/2022
Análisis de los factores relacionados con la efectividad de un programa de modificación de estilo de vida en población adulta a través de árboles de decisión
Elena Gervilla García et. al
Fecha Publicación: 20/05/2022
Estilo de vida antinflamatorio y salud mental: revisión de la evidencia
Eva Garnica de Cos et. al
Fecha Publicación: 24/05/2020
Vinculación entre inflamación de bajo grado y salud mental.
David Jorge Pérez Gallego
Fecha Publicación: 24/05/2020