El juego patológico se define como un fracaso progresivo y crónico de resistir el impulso de jugar, convirtiéndose en una conducta desadaptativa que daña y lesiona los objetivos personales, familiares y vocacionales. En la actualidad la tasa de juego patológico en pacientes psiquiátricos es cuatro veces superior a la población general, aumentando el porcentaje si existe historia personal de consumo de tóxicos.
Se presenta el caso de un paciente de 30 años de edad que presenta una adicción al juego desde hace 4 años. En el momento de llegar a la consulta se encuentra en la segunda fase de Custer, la fase de pérdida. El paciente ha aumentado la cantidad de dinero que apuesta, han aumentado las deudas y considera que el juego es la única opción para obtener el dinero. Se ha visto obligado a confesar el problema y ha decidido dejar de jugar.