Los programas de promoción de salud no fueron suficientes para responder a la propuesta de la OMS, para el año 2000. En nuestro país se manifiesta de manera clara con los datos aportados por las instancias gubernamentales. En la complejidad de esta cuestión emerge una dimensión que en nuestra línea de investigación adquiere relevancia: la formación de los profesionales de la salud, en particular la Médica ya que se les reconoce la función social de instalar el cuidado, preservación, prevención y recuperación de la salud, a través de la acreditación de competencias capaces de generar comportamientos saludables en la población y modificar aquellos que no lo son.
De los análisis curriculares se recogieron resultados que marcan vacancia de contenidos y formación pedagógicodidáctico apropiada del área de psicología Médica, psiquiatría, neurociencias. Un ejemplo: escasos espacio curricular para la formación de competencias en educación sexual, falta especificidad de los contenidos, tanto disciplinares como pedagógico-didácticos. Esto se evidencia aún más con los resultados que estamos obteniendo en el desarrollo del proyecto H11/657, ejemplo: encuesta semiestructurada, n=396, muestra heterogénea de adolescentes y jóvenes de ambos sexos, estudiantes de medicina, en los que no aparecen cambios de tendencias saludables en sus comportamientos. Los docentes universitarios necesitan operar en estas cuestiones, necesitando acceder a una formación docente específica, para instalar competencias apropiadas en la enseñanza de la medicina, donde los contenidos de la psicología Médica, psiquiatría y neurociencias deben ocupar espacios significativos, que generen integración curricular, transversales y desde el inicio de la carrera de Médico.
Departamento de Pedagogía Médica- Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata