En el presente estudio se investigó la tendencia de los psicólogos clínicos a presentar el Síndrome de Burnout. La muestra estuvo compuesta por un total de 20 psicólogos clínicos de Viña del Mar, los cuales respondieron al cuestionario de Maslach, se extrajeron de éste resultados repartidos entre tres subescalas: agotamiento emocional; despersonalización; y Realización Personal, para así conocer la presencia o ausencia de este síndrome en ellos.
De acuerdo a los resultados obtenidos, se decidió rechazar la hipótesis experimental, siendo una de las causas la no representatividad de la muestra del presente estudio. Los porqués de esta situación lo dejaremos en manos de las discusiones finales del presenta trabajo.
Síndrome de burnout en los psicólogos clínicos.
Scarlett Marfull Villanueva.
Viña del Mar. Chile
PALABRAS CLAVE: síndrome de Burnout, cuestionario de Maslach.
(KEYWORDS: Syndrome of Burnout, Questionnaire of Maslach. )
Resumen
En el presente estudio se investigó la tendencia de los psicólogos clínicos a presentar el síndrome de Burnout. La muestra estuvo compuesta por un total de 20 psicólogos clínicos de Viña del Mar, los cuales respondieron al cuestionario de Maslach, se extrajeron de éste resultados repartidos entre tres subescalas: agotamiento emocional; despersonalización; y Realización Personal, para así conocer la presencia o ausencia de este síndrome en ellos. De acuerdo a los resultados obtenidos, se decidió rechazar la hipótesis experimental, siendo una de las causas la no representatividad de la muestra del presente estudio. Los porqués de esta situación lo dejaremos en manos de las discusiones finales del presenta trabajo.
Abstract
In the present study investigated the tendency of the clinical psychologists to present the Syndrome of Burnout. The sample was composed by a total of 20 clinical psychologists of Viña del Mar, which they responded al questionnaire of Maslach, they were extracted of this results distributed among three subescales: emotional Exhaustion; Despersonalitation; and Personal Execution, for thus know the presence or absence of this syndrome in them. According to the results obtained, was decided to reject the experimental hypothesis, being one of the causes the not representativity of the sample of the present study. The reasons of this situation we will leave it in the hands of the final discussions of the presents work.
Introducción
Síndrome de Burnout.
“Se trata de un síndrome clínico descrito en 1974 por Freudemberg, psiquiatra, que trabajaba en una clínica para toxicómanos en Nueva York. Observó que al año de trabajar, la mayoría de los voluntarios sufría una progresiva pérdida de energía, hasta llegar al agotamiento, síntomas de ansiedad y de depresión, así como desmotivación en su trabajo y agresividad con los pacientes”. ( Freudemberg, 1974 en psicología Online, 2004).
De acuerdo a Edelwich y Brodsky ( Edelwich y Brodsky 1980 en Cisoc 2004), proponen cuatro fases por las cuales pasa todo individuo con burnout: Entusiasmo, caracterizado por elevadas aspiraciones, energía desbordante y carencia de la noción de peligro. Estancamiento, que surge tras no cumplirse las expectativas originales. frustración, núcleo central del síndrome y momento en que comienzan a surgir problemas emocionales, físicos y conductuales. Y apatía, que sufre el individuo y que constituye el mecanismo de defensa ante la frustración.
En las mismas fechas, la psicóloga social Cristina Maslach(1982), estudiando las respuestas emocionales de los profesionales de ayuda, calificó a los afectados de “Sobrecarga emocional” o síndrome del Burnout (desgate). Esta autora (1982) lo describió como un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal que puede ocurrir entre individuos que trabajan con personas”( Cairo 2002 en mujeres de empresa, 2004).
Ahora bien si analizamos la definición propuesta anteriormente, podemos desglosar estas tres subescalas: “Cansancio emocional: sensaciones de sobreesfuerzo físico y hastío emocional producidas como consecuencia de las continuas interacciones que los trabajadores deben mantener entre ellos, así como con los “clientes”. Despersonalización: el desarrollo de actitudes pseudocomprometidas hacia las personas a quienes los trabajadores prestan sus servicios. Reducida realización personal: pérdida de confianza en la realización personal y la presencia de un negativo autoconcepto, muchas veces inadvertido. (Maslach 1982 en Cisoc, 2004).
Cuestionario de Maslach.
Añadiendo a lo anteriormente dicho Maslach y Jackson (Maslach, Jackson en Cisoc, 2004) postulan que el síndrome ocurre exclusivamente en las profesiones de ayuda, y se desarrolla desde un punto inicial de gran motivación e implicancia personal, en la pérdida del interés hacia las personas con las que trabajan, los colaboradores y la institución en general.
En síntesis se habla de Burnout como “un estado de agotamiento mental, físico y emocional, producido por la involucración crónica en el trabajo en situaciones emocionalmente demandantes" (Pines, Aronson 1988 en Cisoc, 2004), dándose especialmente en individuos que se involucran de sobremanera en su ámbito laboral.
Ahora bien, si nos preguntamos si se puede medir el síndrome de Burnout, la respuesta sería afirmativa. De acuerdo a Moreno (2001), este síndrome se puede medir por medio de cuestionario Maslach, que de forma autoaplicada, mide el desgaste profesional. Se complementa en 10-15 minutos y mide los 3 aspectos del síndrome: Cansancio emocional, despersonalización, realización personal. Se consideran puntaciones bajas, por debajo de 34. El cuestionario mas utilizado en la escala de Maslach de 1986. Esta escala tiene una alta consistencia interna y una fiabilidad cercana al 0, 9. Se trata de un cuestionario autoadministrado, constituido por 22 ítems en forma de afirmaciones, sobre los sentimientos y actitudes del profesional en su trabajo y hacia los pacientes. (Moreno 2001 en diez minutos, 2004)
De acuerdo al instrumento anteriormente mencionado, se averiguó que “la adaptación española se debe a la psicóloga Filgueira, en 1992, con el “Cuestionario de burnout para profesionales sanitarios, y en Chile los investigadores Esparza, Guerra y Martínez validan en una muestra de 153 profesionales de la salud su aplicación en nuestro país en 1995, denominándolo: “Cuestionario de actitudes hacia el trabajo”. Aunque el diagnóstico también es clínico, a nivel colectivo, la mayoría de los estudios de prevalencia se harán en base a este cuestionario”. (Psicodrama, 2004)
A nivel mundial los indicadores de prevalencia son aterradores. “Ramón Ferrer reporta cifras de un 75 % de médicos residentes con síndrome de burnout y lo correlaciona con el impacto que produce a nivel de la atención médica, principalmente en los elevados índices de errores y negligencias médicas que, en sus formas más sutiles, pasan por dar altas prematura a cierto tipo de pacientes”. (Ferrer R. , 2002 en psicodrama , 2004).
Según Nyssen(2003), variadas investigaciones a nivel extranjero, reportan altas cifras del síndrome de burnout. Debido a que en la mayoría de estos trabajos se utilizan estandarizaciones en el instrumento de medición propuesto, los resultados en general son comparables. Una síntesis de estos datos extraídos de diferentes autores en un estudios realizados rescatados en psicodrama (2004), se presentan a continuación:
40, 4 % de médicos anestesistas presentan burnout (N=151), Bélgica (Nyssen AS et al, 2003) ; 55 % de médicos espacialistas presentan altos niveles de stress (N=1453). El factor “satisfacción laboral” observado en un 81 % de los encuestados es considerado un factor protector, Alemania (Visser MRM. , et al 2003) ; 76 % de médicos residentes en medicina interna presentaron criterios para burnout, (N= 115), hospital del programa residencial en medicina interna de la Universidad de Washington, Estados Unidos (Shangfelt TD. , et al. 2002) ; 65, 82 % de médicos de atención primaria, (N=255), de la provincia de Cáceres, presentó puntajes elevados en alguna de las tres escalas del inventario Burnout de Maslach en su versión castellana, España (Prieto AI. , et al). estrés profesional moderadamente superior al término medio en enfermeras (N= 150), con baremos del MBI (Maslach) que alcanza el percentil 60 en cansancio emocional, 60 en despersonalización y 45 en realización personal. Factores como el bajo nivel de satisfacción laboral, una actitud disfuncional de excesiva necesidad de probación y una insuficiente valoración social percibida por la enfermera se relaciona con mayores niveles de estrés profesional. Badajoz, España (De la Peña E. , et al. , 2002); 74 % de asistentes sociales se ubican en condición limítrofe respecto de presentar niveles patológicos de ansiedad. Otros estudios con trabajadoras sociales reportan cifras entre 37 y 72 %. Los síntomas incluyen cansancio y extenuación física (51 %) y cansancio emocional (38 %). La supervisión está considerada como la mejor forma de soporte social, ya sea como asistencia de casos o ayuda para un mayor desarrollo de habilidades, Australia (Lloyd C. , et al. 2002)
“En general las cifras fluctúan entre 15 % y 47 % o más. El interés de los investigadores se centra en detectar sintomatología específica como destaca en el estudio de García et al. , en Murcia, España, en el que describe que el 17 % de las enfermeras presentaban problemas físicos frecuentes tales como cefaleas, dorsalgias, resfríos, insomnio, taquicardia y falta de apetito”. (Navarrete M. , Arellano M. , 1999 en psicodrama, 2004)
“Por otro lado se pretende definir un perfil de riesgo como lo plantea A. Martínez en 1995 en Guadalajara, para un N = 249: “Mujer, 44 años, sin pareja estable, 19 años de antigüedad en la profesión, 11 en la institución, profesional de atención especializada, con más de 21 pacientes a su cargo diarios, dedicando más de un 70 % de su tiempo a ellos (36 a 40 hrs. semanales)” (Navarrete M. , Arellano M. )
Ahora bien, de acuerdo a los hallazgos, de este síndrome en nuestro país, podemos extraer lo siguiente:
En el estudio de Esparza, Guerra y Martinez, en la V Región publicado en 1995, y que significó además, la validación en Chile de la adaptación española del instrumento de Maslach, para un N = 153 de asistentes sociales, enfermeras, psicólogos, matronas, médicos, psiquiatras, odontólogos, se reportó que la mayoría de ellos manifiestan el síndrome, en cada uno de los factores: (Psicodrama 2004) 87 % de los encuestados, presentan fuentes de tensión en el trabajo; 84 % insatisfacción laboral; 60 % agotamiento emocional; 68 % degradación de la autoimagen. En este mismo estudio: 49 % de las enfermeras con burnout; 42 % de los odontólogos con burnout; 60 % de los psiquiatras “proclives al síndrome”; 33 % de los psicólogos “proclives al síndrome”
En esta misma investigación, se demuestra que las mujeres presentan mayores tasas de prevalencia del síndrome en relación a los hombres, mientras que éstos tienen mayores índices de proclividad al cuadro, con lo cual reaparece, en parte, el perfil al que apuntaban los investigadores mexicanos, señalado anteriormente. (Navarrete M. , Arellano M. , 1999 en psicodrama, 2004)
Rosales en la región de Coquimbo, Chile, en 2000, en un estudio de prevalencia mixto, tanto para salud como educación, informa de un 49 % de profesionales de la salud como “proclives al síndrome” y un 28 % “con burnout” para una muestra de 321 enfermeras, médicos, matronas, asistentes sociales, odontólogos y psiquiatras (Rosales C. , 2000, en psicodrama, 2004)
Respecto del burnout en psicoterapeutas remitimos al estudio de Farber en 1985, en donde se reporta una incidencia general del 6 %, incluyendo en la subescala de “fatiga emocional moderada” (experiencia subjetiva) de un 19 %; en la subescala de nivel moderado de “despersonalización”, un 24 % y en el nivel moderado de “éxito personal” un 37 % (Guy J. , 1995 en psicodrama, 2004)
Con esto, se demuestra que las cifras resultan ser bajas, no obstante esto es solo de manera aparente, ya que no se explicita qué instrumentos de medición se utilizaron. De acuerdo a los estudios realizados en relación a qué trabajos son más proclives a padecer síndrome de Burnout, los psiquiatras y odontólogos están siendo los profesionales que se encuentran en la cabecera.
En otro estudio multicéntrico realizado por Cebria y col. , se investigaron los rasgos de personalidad que podrían asociarse con puntuaciones altas en las escalas de burnout (Maslach Burnout Inventory) en médicos de atención primaria, realizándose encuestas a 528 médicos. Se halló que el 40% de los encuestados presentaba algún síntoma de burnout y de estos, el 12. 4% manifestaba niveles muy altos de "quemazón" profesional. Se encontró además, que algunos rasgos de la personalidad como la baja estabilidad emocional, la tensión y la ansiedad se asocian de manera significativa al burnout, existiendo algunas diferencias entre estos factores internos por sexo. (Cebria, Col 2001 en Navarro 2002)
Ahora bien, luego de haber expuesto ciertos estudios, quisiéramos centrarnos en las controversias de este concepto, de acuerdo a un estudio realizado, por Barría (Barría 2002 en psiquiatría, 2004), acerca del síndrome de burnout en asistentes sociales del Servicio Nacional de Menores de la Región Metropolitana de Chile, ha sido criticado fundamentalmente por su dificultad para distinguirlo de otros problemas relacionados con el trabajo, tales como depresión, estrés laboral, e insatisfacción laboral (Maslach, 1993). Otra dificultad que plantea es que el término síndrome de Burnout ha sido empleado en sentido muy amplio para referirse a diversas situaciones en el trabajo; Pines y Aronson (citados por Manassero et al. , 1995), por ejemplo, diferencian síndrome de Burnout del tedio que produce el trabajo, término que utilizan para aludir a un síndrome de hastío laboral general en todas las profesiones, sean o no de servicios humanos.
Así Barría, continúa diciendo que el parecido del síndrome de Burnout con el estrés laboral ha sido la crítica central. De hecho, Maslach (1981) y Freunderberger (1974) consideran al síndrome de Burnout, como una prolongación del estrés laboral debido a la excesiva demanda de recursos personales, suponiendo que el estrés es caracterizado por una generalización del estado anímico de la persona (depresión o ansiedad) en todas las situaciones de vida. En cambio, Etzion (1987) plantea que síndrome de Burnout es el proceso latente de erosión psicológica producido por una prolongada exposición a estrés laboral, haciendo por tanto una diferencia entre estrés y síndrome de Burnout. Este último se referiría al quiebre en el proceso de adaptación al empleo que va acompañado de síntomas multifuncionales crónicos, síntomas disfóricos, que pueden ser similares a los registrados en el síndrome de la depresión. Rodríguez (1995), señala que desde la perspectiva psicosocial, el síndrome de síndrome de Burnout no debe identificarse con estrés psicológico, sino que debe ser entendido como una respuesta a fuentes de estrés crónico que surgen de las relaciones sociales entre los profesionales y los usuarios de los servicios. De acuerdo con Lee y Ashforth (1996), siguiendo con la perspectiva psicosocial de Maslach, el síndrome de Burnout correspondería a una tercera fase del estrés, la fase de agotamiento; también señalan que el síndrome de Burnout ocurre cuando los efectos acumulativos del estrés son demasiados severos y no permiten la adaptación del sujeto.
Sin embargo, para Goolsby y Rhoads (citados por García de los Fayos, 2000) el síndrome de Burnout es claramente diferente al estrés laboral, porque ocurre en esencia a profesionales de ayuda, en cambio el estrés laboral podría ocurrir a cualquier profesional. Del mismo modo, Manassero et al. (1995) plantean que el síndrome de Burnout tiene un carácter eminentemente idiosincrásico, ya que se refiere a una particular forma de trabajo, trabajos de servicios humanos y relación con clientes, pacientes, alumnos, atendidos, que implican un envolvimiento emocional y una exposición diaria a muchas personas con distintas problemáticas de dolor, sufrimiento o dificultades. (Barría 2002 en psiquiatría, 2004).
Así, sobre el problema en cuestión, podemos decir, que pese a que el síndrome de Burnout no es nuevo, recién hoy en día se le ha dado una mayor importancia en relación al estudio de sus causas, síntomas y consecuencias, que tienen repercusiones tanto personales, profesionales y familiares, es decir, en la sociedad. Podría decirse, que las soluciones son aplicables en tanto se crea conciencia sobre la real envergadura del problema (Síndrome de Burnout).
La investigación a realizar, tendrá un alcance significativo en el plano de la psicología, debido que hoy en día, muchos psicólogos, en especial clínicos, están siendo afectados por este síndrome, sin que la sociedad dimensione a lo que conlleva. La herramienta de los psicólogos son ellos mismos, por esto deben estar con una tolerancia y muy buena disposición hacia el cliente; deben dejar sus problemas atrás, y ser empáticos, con quien necesita ayuda. Esto puede llevar a una sobrecarga de trabajo, y por ende, se desata este síndrome. Por ello, esta investigación, si bien es cierto no pretenderá reemplazar, rechazar, ni hacer nuevos experimentos referentes al tema, si ayudará, en cierta medida, a que la sociedad, ya no la considere como un mero “síndrome”, sino que, unirnos a todos ellos, que han planteado anteriormente, que el síndrome de Burnout, debe ser considerado, como una enfermedad.
“Este síndrome se consideró como “la plaga” del siglo XX. Se estima que alrededor de dos tercios de todas las enfermedades están relacionadas a este síndrome. Estas estadísticas muestran que es un factor importante a considerar que él, interacciona con otras variables biológicos, psicológicos y sociales, dando lugar a numerosas enfermedades físicas y mentales” (Recinto Universitario de Mayagüez, 2002 en upmr, 2004). Por ende, es primordial saber que medidas debe tomar la sociedad en general, y los psicólogos, en particular, para prevenir esta “plaga”.
Así, para clarificar un poco más acerca de qué estamos hablando cuando hacemos mención a este concepto, en la presente investigación, se puso a prueba las hipótesis de estudios anteriores que afirman altas tasas de prevalencia del síndrome de Burnout en profesiones de ayuda, con población de psicólogos clínicos. Se hipotetizó que el síndrome de burnout en los psicólogos clínicos es mayor a un 75% (porcentaje que se encuentra sobre la media, es decir 50%, considerando dos desviaciones estándar como normal: entre 30% y 70%), con el objetivo de medir, a través del cuestionario de Maslach, la tendencia que tienen los psicólogos clínicos, a poseer dicho síndrome.
Método
Participantes:
En una investigación de tipo cuantitativa, se realizo un diseño no experimental, transeccional o transversal y de carácter descriptivo. El universo de estudio estuvo conformado por psicólogos clínicos (N), siendo la variable dependiente (Y) el síndrome de Burnout (variable nominal) y la variable Independiente (X), los psicólogos clínicos. La selección de la muestra fue realizada de manera no probabilística y de conveniencia. El tamaño de la muestra fue extraído de forma intencionada entre los psicólogos clínicos de Viña del Mar, quedando conformada por un total de 20 psicólogos clínicos de ambos sexos de dicha ciudad(n).
Instrumento
El instrumento aplicado fue el inventario de Burnout de Maslach y Jackson (1981), adaptada al castellano por Ferrando y Pérez (1996) y Seisdedos (1997).
Se trata de un cuestionario autoadministrado, que contiene 22 preguntas formuladas de manera afirmativa sobre los sentimientos personales y actitudes en el trabajo y hacia las personas que tiene que atender. El Maslach Burnout Inventory (Maslach & Jackson, 1997 en psiquiatría, 2004) Se completa de 10-15 minutos y mide los 3 aspectos del síndrome: agotamiento emocional, despersonalización, realización personal. Se consideran puntaciones bajas, por debajo de 34. Esta escala tiene una alta consistencia interna y una fiabilidad cercana al 0, 9. agotamiento emocional, que mide sensaciones de fatiga, que aparecen como consecuencia de la actividad laboral. Se define como falta de energía y destrucción de los recursos emocionales con la vivencia de que no queda nada que dar u ofrecer a los demás, surgiendo ansiedad, impaciencia, irritabilidad y actitudes suspicaces. Corresponde a los ítems 01, 02, 03, 06, 08, 13, 14, 16, 20. La despersonalización, que evalúa respuesta de tipo impersonal y actitudes negativas hacia los usuarios. Se define como el desarrollo de una actitud y concepto de sí mismo negativo, con la pérdida de la autoestima e incapacidad de enfrentar situaciones ya vividas y resueltas con eficacia. Corresponde a los ítems 05, 10, 11, 15, 22. Y el Reducido logro personal, que evalúa sensaciones de satisfacción, éxito y competencia en el desempeño laboral cotidiano. Se define como imposibilidad de satisfacer las expectativas previas de cara a la profesión, lo cual confiere al trabajador una sensación creciente de incompetencia. Corresponde a los ítems 04, 07, 09, 12, 17, 18, 19, 21. Las respuestas se presentan en una escala tipo Likert de 7 puntos, con un valor de 0 a 6. donde: 0= nunca, 1= alguna vez al año o menos, 2= una vez al mes o menos, 3= algunas veces al mes o menos, 4= una vez por semana, 5= algunas veces por semana, 6= todos los días.
“El burnout es un síndrome con dimensiones independientes, y que debe asignarse una ponderación específica a cada dimensión. ” (Seisdedos 1997 en psiquiatría, 2004)
Procedimiento
Una alumna de tercer año de psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez, en un estudio realizado durante el segundo semestre de 2004, administró el cuestionario de Maslach a una población de 20 Psicólogos clínicos de Viña del Mar. El instrumento fue aplicado de forma individual, contestado de manera totalmente voluntaria y sin presiones de tiempo, acudiendo a la institución donde trabajaba. La aplicación duró aproximadamente 15 minutos.
Específicamente los pasos a seguir fueron: en primer lugar se recopilaron datos necesarios para empezar con la presente investigación. Posterior a ello se formularon los objetivos e hipótesis a seguir. Luego, se les administró a 20 Psicólogos clínicos de Viña del mar el cuestionario de Maslach, acudiendo a cada uno de ellos personalmente y que éste fuera contestado de manera totalmente voluntaria y sin presiones de tiempo. A ello se le agregó después la recopilación de información obtenida en cada uno de los cuestionarios y el análisis estadístico de los resultados. Se clasificó de acuerdo a las subescalas de este cuestionario, se extrajeron porcentajes de Psicólogos clínicos de viña del mar que presentan síndrome de burnout (presencia), y si la hipótesis experimental se aprobaba o rechazaba y sacar conclusiones en cuanto a representatividad.
Ahora bien, desde el punto de vista ético la presente investigación procedió de la siguiente forma: Al momento de acercarme a los psicólogos de manera particular, di a conocer cuál era el objetivo al momento de administrarle el cuestionario de Maslach, dejándoles en claro que era sólo con fines Universitarios, de aspecto voluntario y, por sobre todo, anónimo resguardando su privacidad.
Resultados
Para evaluar la variable en estudio, síndrome de Burnout , se realizó una prueba de proporciones con muestra única grande (distribución t, gl=infinito), para establecer la representatividad de la muestra: Ho: P=75%. Es decir, el síndrome de Burnout en los psicólogos clínicos es igual a un 75%. Ha: P>75%. Es decir, el síndrome de Burnout en los psicólogos clínicos es mayor a un 75%. Es bueno mencionar que el 75% es el porcentaje que se encuentra sobre la media, es decir 50%, considerando dos desviaciones estándar como normal, entre 30% y 70%. En la subescala de despersonalización, se observó que el 50% de los integrantes de muestra poseía puntajes sobre 33, y el otro 50% 33 o menor. En la subescala de agotamiento emocional, se observó que el 50% de los integrantes de nuestra muestra poseía puntajes sobre 33, y el otro 50% 33 o menor. Finalmente en la escala de Realización Personal, se observó que el 100% de los integrantes de nuestra muestra poseía puntajes bajo o igual a 33 (ver figura 1).
Posteriormente al juntar estas tres escalas, obtuve que 7 personas de los 20 psicólogos clínicos de nuestra muestra presenten síndrome de Burnout y 13 de ellos no. Al realizar los cálculos en relación a la prueba de proporciones con muestra única grande obtuve: n=20 psicólogos clínicos; P=75% (0. 75) Q=25% (0. 25). Con un &=0. 05 y un t&=1. 729 (dirección de una cola positiva). Pm (presencia de Burnout)= 7 personas de la muestra (35%, 0. 35) y Qm (ausencia de Bburnout)=13 personas de la muestra (65%, 0. 65). Pmenor * n >o = 5: 0. 35 * 20 = 7, entonces 7 > o = 5. opm= VPu Qu/n = 0. 096. Efecto de prueba Pm- Pu= 0. 35-0. 75= -0. 4. Estadistico de la prueba: tpm = Pm-Pu / opm= -0. 4/0. 096= -4. 166 EE. De acuerdo a ello: tpm >t&= 4. 166>1. 729. Es decir que de acuerdo a los resultados, se rechaza la hipótesis estadística y la de investigación. Ya que la probabilidad de que ocurra que el síndrome de Burnout en los psicólogos clínicos es mayor a un 75% es menor, debido a la existencia de una gran diferencia entre el resultado muestral y la hipótesis planteada. Además el valor p es pequeño en relación a &=0. 05, es decir que Pm es tan inusual o más inusual que el 35%, cuando la verdadera proporción de la población, Pu es 75%, todo lo cual es menor a un 95% de nivel de confianza.
Figura 1
Discusión
Con el presente estudio se observa que “la importancia de investigar el síndrome de burnout viene unida a la necesidad de estudiar los procesos de estrés laboral, dado el interés de las organizaciones por la calidad de vida laboral de sus empleados, sobre todo por el ausentismo laboral, rotación de personal, aumento licencias médicas y la disminución de la calidad de trabajo” (Maslach, 2001).
Asimismo, es importante estudiarlo dado que “la mayor incidencia del síndrome de Burnout se da en profesionales de servicios que prestan funciones asistenciales o sociales, el deterioro de su vida laboral tiene efecto sobre su vida personal y social (Gil-Monte, 1999).
Otra de las justificaciones para el estudio del burnout, es el creciente aumento en Chile en la última década de las instituciones de servicio del sector público en que la calidad de la atención es una variable crítica para el éxito de éstas instituciones (Mideplan, 2000).
En la presente investigación, visualicé que la hipótesis no fue representativa, bueno ahora viene la pregunta, ¿Por qué?. Eso es lo que yo también me he estado cuestionando, y las inferencias que hago al respecto pueden ser variadas. En primer lugar, podemos mencionar que la no representatividad de la muestra puede haber sido influida por los distractores ambientales que existían al momento de administrar el cuestionario, o por “auto” presiones de tiempo por parte de los encuestados (Psicólogos clínicos de viña del mar). Otro de los motivos pudo haber sido que la muestra era muy pequeña en relación con el estudio en cuestión, y esto fue debido a los escasos recursos y escasa disponibilidad de tiempo que poseíamos, así si volvemos a estudios anteriores expuestos en la introducción, observamos que éstos presentan muestras sobre cien individuos, comparando este número con nuestra muestra, se observa claramente diferencias en cantidades.
En resumen, el rechazo de la hipótesis estadística y de investigación y la no representatividad de la muestra en la población de psicólogos clínicos, da a conocer la existencia de un sesgo en el procedimiento de muestreo que produce lo ocurrido en el presente estudio.
Así, finalizando, quiero dejar las siguientes interrogantes ¿Cómo creen ustedes que un psicólogo podría evadir el síndrome de Burnout, sabiendo que han datos duros que demuestran la prevalencia de este en ellos?¿Creen ustedes que el síndrome de Burnout debe ser considerada como una enfermedad? ¿Por qué?. El criterio para responder dichas preguntas se los dejamos en sus manos.
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La Salud mental y el síndrome de Burnout en profesionales sanitarios en tiempos del COVID-19
Samuel David Barbosa Ardila et. al
Fecha Publicación: 21/05/2021