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Delirio celotípico en el alcoholismo crónico.

Autor/autores: O. Sobrino Cabra
Fecha Publicación: 01/03/2006
Área temática: Adictivos, Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Las ideas de celos son extraordinariamente frecuentes en el alcoholismo crónico. Si hay algún rasgo caracteriológico fundamental y común a todos los bebedores es la carencia de autodisciplina. Como el alcohol acentúa todavía más esta incapacidad de refrenar los propios impulsos e instintos, resulta que el carácter y la intoxicación alcohólica se favorecen recíprocamente, acentuando cada vez más la actitud hedonista.

La acción del alcohol es cuantitativa, provoca una disminución del control y estimula los automatismos y cualitativa al ejercerse electivamente sobre las funciones sexuales. Los alcohólicos con delirio celotípico son enfermos peligrosos, especialmente cuando se hallan en estado de embriaguez aguda. En su odio a la mujer, llegan con relativa frecuencia al uxoricidio o a la producción de graves lesiones. A propósito de un caso clínico, se aborda sobre el origen de las ideas de celos en los bebedores, el carácter patológico del alcoholismo y las consideraciones médico-legales.

Palabras clave: Delirio celotípico, alcoholismo


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Delirio celotípico en el alcoholismo crónico.

R. Sala Cassola; O. Sobrino Cabra; F. García Sánchez; C. García Blanco; A. de Cos Milas.

HOSPITAL DE MÓSTOLES AREA 8 (MADRID).

Resumen

Las ideas de celos son extraordinariamente frecuentes en el alcoholismo crónico. Si hay algún rasgo caracteriológico fundamental y común a todos los bebedores es la carencia de autodisciplina. Como el alcohol acentúa todavía más esta incapacidad de refrenar los propios impulsos e instintos, resulta que el carácter y la intoxicación alcohólica se favorecen recíprocamente, acentuando cada vez más la actitud hedonista. La acción del alcohol es cuantitativa, provoca una disminución del control y estimula los automatismos y cualitativa al ejercerse electivamente sobre las funciones sexuales. Los alcohólicos con delirio celotípico son enfermos peligrosos, especialmente cuando se hallan en estado de embriaguez aguda. En su odio a la mujer, llegan con relativa frecuencia al uxoricidio o a la producción de graves lesiones. A propósito de un caso clínico, se aborda sobre el origen de las ideas de celos en los bebedores, el carácter patológico del alcoholismo y las consideraciones médico-legales.



Introducción

La idea de la infidelidad conyugal puede ser susceptible de ser provocada por varias causas, aunque es extraordinariamente frecuente en el alcoholismo crónico.
Según Bonhoeffer pertenecen al hábito psíquico de los bebedores crónicos.  

Kraepelin reunió los casos más intensos bajo el nombre de delusión de celos de los bebedores, advirtiendo, que no se trata de una enfermedad nueva y peculiar, sino sólo del desarrollo especialmente intenso de un síntoma patológico, que pertenece al alcoholismo crónico. (1)

Para Schroeder es un complejo, un fenómeno parcial de distintos estados patológicos, aunque transitoriamente, o incluso durante mucho tiempo, pueda mantenerse en el primer plano y poseer una especial importancia práctica. Para Krafft-Ebing, el 80% de los alcohólicos casados son celosos. (2)


Dificultad en el dignóstico inicial

Los pacientes alcohólicos suelen afirmar que no beben o que lo hacen moderadamente, cuando no existen borracheras frecuentes. La cantidad de alcohol que ha de consumirse para producir alteraciones crónicas es muy variable de unos individuos a otros y resulta difícil establecer el límite entre el uso y el abuso de alcohol.

Se disimulan también muchas veces las ideas de celos. El motivo de ellos consiste en tratarse de cuestiones íntimas que no agrada publicar. En ocasiones, el enfermo oculta sus celos porque sabe ya, por experiencia, que son considerados por otras personas como patológicos.

El problema fundamental radica en averiguar, en cada caso concreto, si el paciente ha sobrepasado o no su grado de tolerancia para el alcohol.
Lo mejor es tratar de determinar objetivamente la cantidad de alcohol que consume el enfermo.


Origen de las ideas de celos en los bebedores

Si hay algún rasgo caracteriológico fundamental y común a todos los bebedores es la carencia de autodisciplina, lo que W. von Baeyer ha llamado Ungebundenheit, es decir disolución, libertinaje, falta de firmeza.
Como el alcohol acentúa todavía más esta incapacidad de refrenar los propios impulsos e instintos, resulta que el carácter y la intoxicación alcohólica se favorecen recíprocamente, acentuando cada vez más la actitud hedonista.

Por otra parte, el alcohol exalta la libido y disminuye la potencia sexual. Kraft-Ebing atribuyó una gran importancia, en la génesis de los celos, a esta desproporción entre el querer y el poder. Sin embargo, no parece ésta la causa de los celos, ya que éstos aparecen a menudo antes de iniciarse la impotencia, cuando los pacientes llevan todavía una vida sexual muy activa.

Parece que los enfermos no hacen más que proyectar en sus mujeres, e incluso en las de las demás personas, la propia exaltación de la libido y la propia degradación moral.
Schroeder cree que el aumento de la sexualidad debe considerarse como un síntoma de déficit, como un signo de debilidad, causado, en primer lugar, por la reducción del contenido de las representaciones y la pérdida de la inhibiciones, lo cual sería una consecuencia tanto de la intoxicación alcohólica continuada como del marasmo general y de eventuales lesiones cerebrales condicionadas orgánicamente en el curso del alcoholismo crónico.
Lagache dice que la acción del alcohol es cuantitativa, es decir, provoca una disminución del control y estimula los automatismos, pero también cualitativa al ejercerse electivamente sobre las funciones sexuales. (3)

Según la hipótesis psicoanalítica, las ideas de celos, por una parte, y el propio alcoholismo, por otra, serían un expresión de tendencias homosexuales reprimidas.
Según la hipótesis consitucionalista, las ideas de celos dependen de una constitución paranoide, donde el alcohol no las produce, sino que se limita a una acción liberadora, es decir, existe una disposición hereditaria.


A propósito de un caso clínico

MOTIVO DE CONSULTA

Varón de 60 años sin antecedentes psiquiátricos previos, que acude derivado por el médico de atención primaria de zona por consumo de alcohol de años de evolución, problemas de pareja y presencia de celos patológicos.

ANTECEDENTES PERSONALES

SOMÁTICOS - No alergias medicamentosas conocidas. - Intervención quirúrgica en rótula tras traumatismo a la edad de 5 años. Desde entonces no puede doblar la pierna izquierda, aunque no presenta repercusión en su vida diaria. - Intervención quirúrgica en ojo derecho con pérdida parcial de visión a la edad de 13 años. - Intervención quirúrgica de hernia de hiato. - Ex-fumador desde hace 13 años. - Dependencia al alcohol.

PSIQUIÁTRICOS

No presenta.

ANTECEDENTES FAMILIARES

Padre y dos hermanos del paciente presentan consumo abusivo de alcohol. Hermano con retraso mental que vive con otro de sus hermanos.

BIOGRÁFICOS

Tiene cuatro hermanos varones. Según refiere el paciente, el menor presenta retraso mental y otros dos presentan consumo abusivo de alcohol. Se casa a la edad de 27 años. Tiene un hijo varón de 33 años, casado y padre de una hija de 3 meses. Hija de 29 años casada y embarazada de 7 semanas. Ha trabajado en fábrica de carpintería y desde hace 11 años a raíz de cierre de la misma, ha estado en varios lugares como carpintero. Cobra una ayuda familiar y actualmente hace arreglos puntuales. Convive con su mujer.

HISTORIA DEL CONSUMO DE ALCOHOL

Inicio de consumo de alcohol a los 16 años “era fácil beberme unas 20 cañas con los amigos”. El consumo habitual es de unas 4 copas por la mañana de anís o hierbas, media botella de vino al mediodía y unos 4 cubatas. Refiere que el consumo máximo ha consistido en unas 7 copas por la mañana, media botella de vino en la comida y 15 cubatas por la noche. El consumo siempre tiene lugar en el bar de delante de su casa.

Manifiesta temblores continuos durante todo el día y que disminuye con el consumo de alcohol. Asimismo, presencia de náuseas por las mañanas e insomnio ocasional. Disminución del consumo de alcohol desde hace 1 mes, a raíz de alteraciones analíticas importantes y recomendación por parte de su médico. Actualmente desaparición de náuseas matutinas y persistencia del temblor aunque de menor intensidad e insomnio.

HISTORIA DEL delirio CELOTÍPICO

El paciente refiere que desde la edad de 29 años no tiene relaciones sexuales con penetración, aunque no presenta problemas con la masurbación. Explica que la causa “es un pellejito que lo tengo cogido”. Refiere que no ha acudido al médico por vergüenza con la edad que presenta. Manifiesta que su mujer no le ha ayudado en dicho aspecto. “ Un día estábamos en la cama y no podía hacer el amor con ella y le daba placer con las manos, esperaba que me ofreciése ayuda para ir al médico y ella me respondió que de ésta forma ella ya obtenía orgasmo”.

Explica que se retira cuando sus amigos conversan sobre sexo y en ocasiones comenta “me he despertado en mitad de la noche para coger un cuchillo y cortarme el pellejito”. Refiere que “me lo he tragado sólo y el mal carácter puede ser debido también a esto”. Manifiesta “sabía que mi mujer tenía una relación, no se si con un hombre o una mujer, porque nunca me ha pedido hacer el amor con ella”.

Explica que un día la vio bajar del coche de un hombre hace aproximadamente veinte años y desde entonces empezó a desconfiar. Su mujer le dijo que solamente había una relación de amistad. El paciente empezó a investigar, desconfiar y sospechar de las llamadas telefónicas. Actualmente refiere “se me ha metido en la cabeza que mi mujer se acuesta con una compañera de trabajo”. Niega tener pruebas.

Refiere que hace 3 meses, el paciente había consumido unas 3 copas, vino y unos 6 cubatas de “gin tonic” y al regresar a casa empezaron a discutir. “Le dije que era una puta y una tortillera”. Niega agresividad física.


PERSONALIDAD

SIN ALCOHOL: “consciente, reconozco más las cosas, simpático”
CON ALCOHOL: “pierdo el control y soy agresivo solo de boca, insulto, nunca la he pegado. Un día la empujé y todavía me acuerdo de ello”

 

ENFERMEDAD ACTUAL

Se le pregunta porque después de tantos años acude ahora solicitando ayuda. Responde que “ya no puede más y mi hijo ha hablado muy seriamente conmigo que no puedo continuar así”.  
Refiere “me he vuelto rencoroso, no me fio de nadie y creo que tiene que ver con el alcohol”, “ahora veo que la bebida es mala y quiero hacer el amor con mi mujer y morir en paz, como un hombre”.
Manifiesta que cuando consume alcohol piensa que su mujer la está engañando y cuando no bebe no lo piensa. Afirma que la bebida és su problema.

Refiere que desde la última entrevista, hace tres días, no ha consumido alcohol, excepto un botellín de cerveza sin alcohol en el bar.  

EXPLORACIÓN PSICOPATOLÓGICA

Consciente y orientado auto y alopsíquicamente. Abordable. Colaborador. Animo eutímico. No presencia de apatía, anhedonia. Labilidad emocional. Manifiesta nerviosismo, inquietud, aumento del temblor y taquicardia ocasional. Niega náuseas y vómitos. No presencia de alteraciones sensoperceptivas. Ideación delirante celotípica. No ideas de muerte, ni ideación autolítica. No agresividad verbal, ni física en el momento actual. No alteraciones del apetito. insomnio ocasional.

ENTREVISTA CONJUNTA DE PAREJA

La mujer refiere “ha sido una persona muy posesiva, si voy a tomar café con alguna amiga me dice que soy tortillera. Paso que daba, paso que tenía que controlarme”.
Afirma que el paciente presenta heteroagresividad verbal y física contra objetos, da puñetazos o tira cosas. Nunca ha tenido miedo de él y niega auto o heteroagresividad física.

TRATAMIENTO

- Clorazepato Dipotásico 45 mg DMD
- Hidroxil 1/8horas
- Acido fólico 1/24horas
- El paciente ha acudido al Servicio de Urología y está a la espera de realizar intervención quirúrgica por fimosis.


Inicio, progresión y consecuencias del delirio celotípico

Las ideas de celos pueden aparecer, en los bebedores habituales, de modo insidioso y lento, acentuándose durante los estados de embriaguez aguda, o puede quedar y persistir más o menos tiempo, como una idea delusoria residual, después de una episodio agudo alucinatorio o delirante.

Lo más frecuentes es que se inicien durante los estados de embriaguez aguda. Es entonces cuando el enfermo insulta groseramente y maltrata a su mujer y a sus hijos. Sin embargo, muchas veces, al pasarse la borrachera, se arrepiente y pide perdón.

Con los progresos del alcoholismo, estas ideas se van fijando con más fuerza. Los disgustos y las escenas violentas se repiten cada vez con mayor frecuencia e intensidad. Los intervalos de arrepentimiento se hacen más raros y más breves, hasta que acaban por desaparecer. En el disgusto que le producen al bebedor los propios celos encuentra una disculpa para beber más.  

Con la libido exaltada, solicita constantemente a su mujer, a la que obliga a toda clase de prácticas sexuales anormales. Si ella se presta de buen grado a tales prácticas es porque es una lujuriosa. Si no se presta, es porque va con otros hombres. En todas partes empieza a encontrar pruebas de infidelidad conyugal: una cama deshecha, el cambio de unas palabras con un hombre, al ver que tras la mujer se apea del autobús un hombre y que éste emprende la marcha en la misma dirección que ella, el supuesto parecido del hijo con cualquier hombre. . . son confirmaciones irrebatibles de su convicción delusiva.

La vida desordenada de los alcohólicos y su incapacidad de rendimiento le hace abandonar sus negocios o a perder sus puestos de trabajo. Las dificultades económicas originadas aumentan los disgustos conyugales. La mujer ha de trabajar y dirigir la casa, pero el enfermo no tolera que se merme su autoridad. Acusa a su esposa de tener amantes en su puesto de trabajo, de haberle perdido el respeto, de despreciarle y de querer mandar en él. El sentimiento de ser engañados y despreciados por su mujer e hijos hace reaccionar a los enfermos muy a menudo con una extraordinaria violencia y brutalidad. Con insultos, amenazas y golpes tratan de hacer confesar a su mujer las supuestas infidelidades.

Los alcohólicos con delirio celotípico son enfermos muy peligrosos, especialmente cuando se hallan en estado de embriaguez aguda. En su odio a la mujer, llegan con relativa frecuencia al uxoricidio o a la producción e graves lesiones.

Como dice Kraepelin, se ignora demasiado la gran peligrosidad de estos enfermos porque a menudo, en una consideración superficial, su capacidad de juicio parece estar completamente intacta y porque sus ideas delusivas se mueven muchas veces en el terreno de lo posible, incluso de lo probable. (4)


Consideraciones médico- legales

Los alcohólicos con ideas de celos son enfermos extraordinariamente peligrosos para sus mujeres, para sus hijos y para sí mismo.
Desde el punto de vista médico-legal, los enfermos con presencia delirio celotípico tiene mucha importancia porque su agresividad va dirigida hacia los demás y su estado de perturbación psíquica está oculto muchas veces tras una aparente normalidad. Precisamente en el diagnóstico precoz de la perturbación psíquica radica el problema fundamental.
Están aquí en pugna por un lado, el derecho inviolable a la libertad de un hombre normal y, por otro, la seguridad de una mujer y de unos hijos, a los que no debe dejarse abandonados ante la violenta impulsividad de un enfermo.


Bibliografía

(1) Kraepelin, E (1915): Psychiatrie, IV. Leipzig, J. A. Barth

(2) LLopis, B (1955): “Las ideas de celos de los bebedores”, Curso de neuropsiquiatría forense y criminología, Madrid, Marbán

(3) Llopis, B. (1954): “La psicosis única” Archivos de Neurobiología

(4) Kraepelin, E (1999): Cien años de psiquiatría, Madrid, Asociación Española de Neuropsiquiatría

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