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Epidemiología de la depresión en el adulto mayor en un área de salud.

Autor/autores: Raúl Rodríguez Alvarez
Fecha Publicación: 01/01/2002
Área temática: Depresión, Trastornos depresivos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Se realizó una investigación descriptiva transversal a partir de una muestra aleatoria simple de personas de 60 años y más.

Formada por 319 ancianos pertenecientes al universo de senescentes del área de salud Previsora, distribuido en seis consultorios del medico de la familia, se aplicó la técnica psicométrica de Zun a la muestra y se obtuvieron dos grupos: uno formado por los 204 adultos mayores sin depresión y otro compuesto por los 115 restante con algún grado de depresión que representan un 36, 1% de prevalencia, le fue aplicada la encuesta a ambos grupos para caracterizarla según variable demográficas y bio psico sociales.

Las conclusiones principales fueron: a mayor edad mayor proporción de deprimidos, es más frecuente la depresión en el sexo femenino, un factor precipitante de este cuadro es la perdida del conyugue, la participación en los círculos de abuelo es muy baja tanto para los senescentes deprimidos como para los que no lo están.

Palabras clave: depresión, personas mayores


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Epidemiología de la depresión en el adulto mayor en un área de salud.

Alejandro Alvarez Rodríguez ; Raúl Rodríguez Alvarez.

Hospital Psiquiátrico Provincial Docente "Cdte René Vallejo"
Camagüey.

página 1
 
[otros artículos] [7/2/2002]


Resumen

Se realizó una investigación descriptiva transversal a partir de una muestra aleatoria simple de personas de 60 años y más.

Formada por 319 ancianos pertenecientes al universo de senescentes del área de salud Previsora, distribuido en seis consultorios del medico de la familia, se aplicó la técnica psicométrica de Zun a la muestra y se obtuvieron dos grupos: uno formado por los 204 adultos mayores sin depresión y otro compuesto por los 115 restante con algún grado de depresión que representan un 36, 1% de prevalencia, le fue aplicada la encuesta a ambos grupos para caracterizarla según variable demográficas y bio psico sociales.

Las conclusiones principales fueron: a mayor edad mayor proporción de deprimidos, es más frecuente la depresión en el sexo femenino, un factor precipitante de este cuadro es la perdida del conyugue, la participación en los círculos de abuelo es muy baja tanto para los senescentes deprimidos como para los que no lo están.

Abstract

A transversal descriptive study of a simple sample of elderly people in their sixties or older, was carried out in order to determine the morbidity of senescents due to depression in a study area, to identify the relationship between depression and life satisfaction and, to assess the insertion of the depressed elderly people in the community. A sample consisting of 319 elderly people, ranging from sixty years or older, was chosen at hazard out of the universe of all the senescents of Previsora Health Care Area in Camaguey City, distributed in six different family doctor offices. The Zun psychometric technique was applied, thus having two main groups: the first composed of 204 elderly people without symptoms of depression and the second with the other 115 that did show certain degree of depression, which represents 36, 1% of prevalence. An inquiry was also given to both groups aimed at obtaining a demographic and bio-psychosocial characterization. The main conclusions were that the older the people, the greater the proportion of depressed people; depression is more frequent in females, and finally, that the loss of spouse is an outstanding precipitating factor. It is also remarkable that this age group, including depressed as well as non-depressed subjects, showed to have poor participation in the so-called "Circulos de Abuelos" (Elderly Partnership).



Introducción

Los demógrafos tienen bien establecidos que existen pirámides de población (1) con su estructura correspondiente por edades y sexos para países en vías de desarrollo con predominio de población joven y para países desarrollados con predominio de población vieja, a su vez consideran con mucho acierto , en sentido general que existen enfermedades de corte predominante endógeno que son propias de edades avanzadas como pueden ser las cardiopatías, las respiratorias crónicas, el porciento predominante del cáncer y en el campo de la psiquiatría fundamentalmente las Demencias con todo su gama de co-morbilidad y formas de presentación.

En la población cubana, a medida que se han ido mejorado los niveles de salud y la consecuente expectativa al nacer (2) aumentan los adultos mayores, por lo que el panorama de salud gradualmente apunta mas hacia las enfermedades propias de edades de adultos mayores, lo que justifica investigar el comportamiento de la morbi-mortalidad en este grupo etareo para situarnos delante de los que ya tenemos y se avecina aun incrementar.

Publicaciones revisadas señalan que existe una tendencia mundial al incremento de población de edad avanzada (3) en personas mayores de 60 y de 80 años (4). Según la organización mundial de la salud, en el año 2000 el mundo contaba con 600 millones de ancianos (5).

 

Datos aportados por el Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de nuestro país y el MINSAP a la OMS, resultados del censo del 1970; este último organismo internacional con sede en Ginebra, Suiza, elaboró una serie de información técnica que pronosticó para Cuba en el 2000 un 13, 4% de personas con más de 60 años y para el 2025 un 20, 1% (6). Datos oficiales obtenidos en la Delegación Provincial del Comité Estatal de Estadísticas nos revelaron que el país tiene un 16, 1% de personas mayores de 60 años y que un 15, 8% de la población de esta provincia (Camagüey) tiene esa edad (7) que en cifras absolutas asciende a
124 560 personas; para observar como ha ido creciendo la población mayor de 60 años en Cuba baste señalar que en 1990 representó el 11, 9%, en 1995 un 12, 4% (8). Todos los que nos movemos en el humanista campo de la salud mental sabemos que depresión y ansiedad son los síntomas más frecuentes en la práctica psiquiátrica y como se expresa: “La depresión es un problema de adultos mayores, muy presente y muy actual”. (9)

En 1982 dijo Zermeño (10) que la depresión en el adulto mayor alcanzaba la cifra de 150 millones de personas en el planeta, y en 1992 en España, Antonuccio informó que la depresión cubría entre el 60 y 80% del total de procesos mentales en las personas de 60 y más años (11); en ese mismo año Warner W. comprobó que el 30% de los gerontes que acuden a consulta lo hacían por depresión (12).

Hemos realizado este estudio porque es referido a un segmento de población que crece en Cuba y en la mayor parte del mundo y reposa sobre un síntoma–síndrome muy frecuente en la demanda de atención de psiquiatría en la población general y en ese específico grupo etareo.

 

Objetivos

General:
Realizar un estudio epidemiológico de la depresión en el adulto mayor en el Área de Salud Previsora en Camagüey, Cuba.

Específicos:
Caracterizar demográficamente los sujetos estudiados de acuerdo a las variables edad, sexo, escolaridad, y estado civil.
Determinar la morbilidad por depresión en los senescentes del área en estudio.
Identificar la relación de la depresión en la tercera edad con: la satisfacción con la vida, el validismo, participación en la comunidad, conviventes, relaciones intrafamiliares, enfermedades asociadas y uso de medicamentos.
Describir algunos síntomas asociados a la depresión en la tercera edad.

 

Método

Tipo de estudio: Descriptivo, transversal.

Universo: 4925 personas de 60 y más años pertenecientes al Área de Salud Previsora, municipio de Camagüey.

Muestra: Se extrajo una muestra aleatoria simple de tamaño 319.

Criterio de exclusión de la muestra: Diagnóstico de demencia y no desear la participación en la investigación.

Variables:
Variables socio-económica-demográfica:
Edad
Sexo
Grado escolar
Estado Civil
Enfermedades Asociadas
Personas conviventes
Calidad de las relaciones intrafamiliares
Medicamentos que consume
Validismo
Formas de participación en la comunidad
Estado de satisfacción
Síntomas acompañantes de la depresión

Variables de la técnica psicometría de Zun:
• Se siente triste o afligido
• Llora o tiene deseos de llorar
• Duerme mal de noche
• En las mañanas se siente peor.
• Le cuesta trabajo concentrarse.
• Le ha disminuido el apetito.
• Piensa frecuentemente en una misma situación.
• Ha disminuido su interés sexual.
• Considera que su rendimiento en el trabajo es menor.
• Siente palpitaciones, u opresión en el pecho.
• Se siente nervioso, angustiado o ansioso.
• Se siente cansado o decaído.
• Se siente pesimista, piensa que las cosas le van a salir mal.
• Está más irritable o se enoja con frecuencia.
• Se siente inseguro con falta de confianza en sí mismo.
• Siente que le es menos útil a su familia.
• Siente miedo alguna cosa.
• Se siente apático como si las cosas que antes le interesaban ahora le son indiferentes.

Calificación de la Técnica de Zun para identificar nivel de depresión.
Se usaron las variables ya señaladas y la valoración del nivel de depresión se hizo acorde a la siguiente escala:
Puntaje -- Clasificación
20 a 35 -- Normal
36 a 45 -- Reacción de ansiedad (Depresión leve)
46 a 65 -- depresión media o Moderada
66 a 80 -- depresión Severa

 

Técnica y Procedimiento:
A la muestra representativa calculada de tamaño 319 se le aplicó la encuesta (ver anexo) destinada a obtener dos grupos fundamentales de información: la información sobre cuantos de ellos presentaron algún grado de depresión, aplicando la técnica de Zung y así quedó dividida la muestra de estudio en dos segmentos; 115 deprimidos y 204 no deprimidos. La información obtenida identificó como se comportaron las variables socio-económica-demográfica tanto en los 115 con algún grado de depresión como en los 204 en que no se encontró depresión.
La encuesta elaborada se aplicó a cada uno de los senescentes que estaban en la muestra, en una ocasión, en horario matutino.
Las preguntas de la encuesta están ajustadas a satisfacer los objetivos planteados, elaboradas con lenguaje claro y sencillo y validada con anterioridad.

Diseño estadístico:
Se empleó el programa EPIDAT para la obtención de la muestra con un grado de confiabilidad de 95% y un alfa de 0, 05. Fueron seleccionados 6 locales del Médico de la Familia, en 5 de ellos se trabajó con 53 ancianos y en uno con 54 según indicó el programa. A los 319 ancianos muestreados se le aplicó la encuesta.

Captura del Dato:
El dato primario se obtuvo a través de la encuesta anexa que fué aplicada por el autor de la investigación.

Presentación de los resultados:
Los resultados se presentan en tablas estadísticas y se discuten con la literatura revisada.

Definiciones operacionales:
Anciano, adulto mayor, senescente: Se considera a la persona de 60 años y más.
Tercera edad: 60 a 74 años
Cuarta edad: 75 a 89 años
Longevo : 90 a 99 años
Centenario : 100 y más años

Familia: Grupo de personas unidas por al menos uno de los siguientes criterios: cohabitacional, afectivo o consanguíneo.
A los efectos de este estudio se tomaron como prioritario el cohabitacional y el afectivo.

Depresión:
Es un estado de ánimo abatido, cuyo síntoma fundamental es la tristeza que se expresa tanto por la comunicación verbal como por la conducta o manifestaciones somáticas.
Tiene diferentes grados de severidad que en este trabajo se clasifican sobre la base de la técnica de Zung. Se puede presentar en los niveles de funcionamiento neurótico y psicótico.
La depresión (según algunos autores) es vista como un síntoma cuando la tristeza aparece aislada y se considera un síndrome (a nuestro juicio lo mas acertado) cuando tiene otros síntomas acompañantes. (25)

Relaciones intrafamiliares:
Buenas: funcionamiento familiar adecuado(familia funcional).
Regulares : Es aquella donde el funcionamiento familiar esta perturbado por un determinado motivo.
Malas : Funcionamiento familiar inadecuado (familia difuncional).

Validismo:
Completo: Es cuando la persona se vale por sí sola.
Parcial: Es cuando la persona en un determinado momento necesita la ayuda de otro individuo para poderse valer.
Nulo: Es cuando la persona necesita en todo momento de otro individuo para poderse valer.

Unión consensual: Anciano que tenga pareja estable, sea casada legalmente o no.

Resultados

En la muestra que se estudió tenemos un predominio de 183 mujeres y 136 hombres, con relación a la edad más del doble pertenecen al grupo de 70 y más años con relación a ambos grupos restantes porque las cifras son 171 versus 148 (formado por la cifra 73 más 75) respectivamente (Cuadro No. 1), vale destacar que las diferencias numéricas en cuanto a sexo no son significativas estadísticamente.

 
Cuadro 1: depresión en el adulto mayor. Estudio Epimediológico en un área de salud. Distribución de los adultos mayores según Edad y Sexo. Area previsora. Año 2000


Al observar el estado civil con el sexo debemos destacar que las mujeres son mayoría en la categoría de solteros, divorciadas y viudas mientras que los hombres imperan en la condición de “unión consensual” .

Otro elemento que se investigó fue el grado de escolaridad según los grupos etáreos seleccionados; los valores mayores se centran en los niveles primario y secundario con bajas cifras absolutas y relativas para los extremos: iletrado, preuniversitario, técnico medio y universitario.

El nivel de depresión según la técnica de Zung se clasificó en: ninguna, leve o ligera, moderada y severa, para ambos sexos predominó la depresión moderada con 15, 4% y 21, 9% hombres y mujeres respectivamente pero teniendo en cuenta en sentido general los tres grados de depresión se observa que el 29, 4% de los senescentes masculinos y el 41% de las feminas estaban deprimidos y en ambos sexos se detectó un 36, 1% de deprimidos (cuadro No. 2). Solo 13, 7% de los ancianos de 60 a 64 años estaban deprimidos y ninguno de ellos con nivel severo, el 49% de los ancianos de 65-69 años estaban deprimidos con un 20% en la categoría leve y el 47, 4 % de los mayores de 69 años tenían depresión pero con 27, 5 % de nivel medio y de los 4 en total evaluados con depresión severa hubo tres de este grupo etáreo (Cuadro No. 3), el Chi cuadrado resultó significativo con un valor esperado menor que cinco. Los ancianos no deprimidos resultaron 204 y el 65, 7% de ellos estaban en unión consensual dejando el resto para otros estados civiles, el 66% de los deprimidos leves son viudos, el 80, 3% de los deprimidos moderados son viudos y el 75% de los severos también han enviudado.

 
Cuadro 2: Distribución de los adultos mayores según nivel de depresión y sexo.


Cuadro 3: Distribución de los Adultos Mayores según nivel de depresión y edad.


El nivel de depresión con el nivel escolar no resultó significativo en orden estadístico paramétrico porque muchos valores esperados no eran permisibles .

El estado de insatisfacción crece a medida que aumenta la depresión, incluso de forma significativa porque el 4, 9% de los no deprimidos están insatisfechos, pero el 16, 0% de los deprimidos leves lo están, así como 39, 3% de los moderados y el 100% de los que sufren de depresión severa (Cuadro No. 4).


Cuadro 4: Distribución de adultos mayores según grado de satisfacción.


La mayor parte de los ancianos estudiados tienen validismo completo, no obstante debe destacarse que el 37, 7% de los deprimidos moderados tienen un validismo parcial (uno de ellos nulo); de los 4 deprimidos severos solo uno tiene validismo parcial.

Se pone de relieve que la forma de participación en la comunidad más frecuente de los ancianos, tanto en los deprimidos como los que no lo están, son las reuniones; en las actividades de los C. D. R. y círculos de abuelos a medida que la depresión se profundiza menos es la participación .

El 91, 2% de los ancianos que no tienen depresión, tienen convivientes, en el 64, 7% de estos, el conviviente es el conyugue; la mayoría de los que tienen depresión leve viven con los hijos (36, 6%) y sólo el 26% reside junto al conyugue; al referirnos a los que tienen una depresión moderada el 42, 6% tienen hijos a su lado pero el 34, 4% están solos y de los 4 que sufren una depresión severa hay tres que están solos y uno tiene compañía que no es el conyugue ni hijo, ni nieto.

Revisamos las relaciones intrafamiliares y observamos que son calificadas de buenas en el 87, 3% de los que no tienen depresión y en el 64, 3% de los que tienen una depresión leve, en el 59, 0% de los que tienen una depresión moderada y ninguno de los 4 adultos mayores que tienen una depresión severa son valorados con buenas relaciones en el seno familiar, por lo que a medida que se profundiza la depresión disminuye la calidad de la acción intrafamiliar y viceversa (Cuadro No. 5).


Cuadro 5: Distribución de los adultos mayores según relaciones familiares y nivel de depresión.


Las enfermedades asociadas más frecuentes tanto en los deprimidos como en los no deprimidos son la cardiovasculares en primer termino seguidas por las de Sistema Osteo-Mio-Articular, esto se hace más evidente en los que tienen una depresión de nivel moderado.

Los medicamentos más usados por esta muestra de ancianos estudiada son en orden decreciente los antihipertensivos (33, 9%), los psicofármacos (31%), los cardiotónicos (9, 1%) y los analgésicos (8, 5%), teniendo en cuenta tanto a los deprimidos como a los que no lo están, lo que si resulta interesante es que sólo el 10% de los deprimidos ligeros, el 31, 1% de los moderados y el 25% (1 de 4) de los severos reportaron el uso de psicofármacos.

El deseo de llorar como síntoma asociado se presentó en aproximadamente la cuarta parte de los adultos mayores que no están deprimidos, en el 92% de los que tienen una depresión ligera y en el 100% de los que sufren una depresión moderada o severa.

La ansiedad está presente en la tercera parte de los ancianos que no puntearon como deprimidos, sobre todo en poca cuantía; se manifiesta en el 98% de los deprimidos leves de cuantía poca o regular (46% y 46% respectivamente) en mayor medida, y en los deprimidos moderados o severos hay predominio considerable de ansiedad valorada como de “ regular” o “mucha”.

A medida que se profundiza la depresión aumenta proporcionalmente el grado de astenia referida por el anciano.

El insomnio resultó ser un síntoma prácticamente permanente en el anciano deprimido y a medida que se profundiza el nivel de depresión se incrementa la intensidad de la depresión.

Discusión

Ya en 1978 el hospital Psiquiátrico de la Habana publicó que: “Los estudios epidemiológicos en el campo de la medicina y la Salud Mental en particular han sido priorizadas en las investigaciones ya que por ellos el MINSAP logra una mejor utilización de sus recursos. Las estadísticas de morbilidad forman parte de los estudios epidemiológicos y deben constituir una premisa para la misma. Por medio de estos estudios conocemos que las enfermedades depresivas ocupan una de las primeras causas de ingreso en nuestros hospitales Psiquiátricos. ” (26).

Nosotros encontramos que el 41% de las feminas de la muestra y el 29, 4% de los masculinos están deprimidos y las cifras que arrojó la Dra. Norma Rodríguez en 1980 en su tesis, con diferente metodología, fueron de 62, 4% y 37, 6% respectivamente (27) y por otra parte la Dra. Nidia Rieva en 1985 en un estudio institucional de corte geriátrico encontró un 57% de pacientes mujeres deprimidas (28), investigaciones realizadas señalan un 20% de la población general portador de algún tipo de trastorno afectivo y, en sentido estricto, esa misma fuente estima que entre un 10 y un 15% puede padecer depresión (29), hemos revisado literaturas que insisten en la disparidad de los resultados de los estudios de depresión en los adultos mayores (30) pero que coincide con nuestro criterio en señalar que la depresión puede ser el mayor problema psicopatológico que afecta a la población geriátrica (31) y da una prevalencia de 0, 6% a 29, 7% en este trabajo obtuvimos en ambos sexos 36, 1% (Cuadro No. 2).


Cuadro nº 2: Distribución de los adultos mayores según nivel de depresión y sexo.


Concediéramos que algunas de estas discrepancias pueden ser debidas a las escalas que se usan para medir depresión, a las dificultades para diferenciar síntomas aislados de la esfera afectiva con un estado depresivo tanto más cuando se trata de grupos geriátricos que tienen enfermedades físicas, comprobado en nuestro trabajo y por otros autores (31) la presencia además de síntomas disfóricos sustanciales asociados a su deterioro de la salud somática (32) y las dificultades para diagnosticar depresión en pacientes con demencia (33) aunque esto último no ocurrió en este trabajo porque esto fue un criterio de exclusión de la muestra basado en trabajos que revisamos al respecto (34); de todas formas compartimos los criterios de otros autores (35) (36) de que la depresión es el problema de salud mental más relevante a nivel mundial después de los 60 años al igual que Meyers (37) que da cifras de 30% de prevalencia en U. S. A. ; Eblen (38) en Venezuela da cifras de prevalencia de 40, 4% y Morales Carmona en México(39) encuentra a la depresión como el síntoma más frecuente en su estudio; aquí en Cuba Díaz Rizo y colaboradores (40) reportaron un 31% de prevalencia de depresión en el adulto mayor y es la cifra que más se acerca a la obtenida en el presente trabajo.

A medida que aumenta la edad se incrementa el % de deprimidos (Cuadro No. 3), en el grupo 60-64 años solo se detectaron 13, 7 de deprimidos ligeros y moderados y ninguno severo, en el grupo 65-69 se observó 32, 0% de deprimidos; en otros trabajos (27) aquí en Camagüey encontraron en esa edad un 15, 4% en el año 1980 y en este trabajo el grupo de70 años y más se identificaron un 47, 4% de deprimidos con mayoría en el nivel moderado (27, 5%) y los 4 severos pertenecen a esté grupo etáreo, de manera que teniendo en cuenta que tenemos un Chi Cuadrado significativo vale decir que a mayor edad hay mayor riesgo de depresión en el senescente


Cuadro nº 3: Distribución de los Adultos Mayores según nivel de depresión y edad.


La mayor frecuencia de deprimidos la encontramos en los viudos al igual que otro autor (28) y a diferencia de otro que encontró predominio de casados (27) pero estos dos últimos trabajos se hicieron con otra metodología en pacientes ingresados; en tal sentido otros autores reportan el mismo criterio nuestro de que la pérdida del conyugue es un factor precipitante de depresión (35) (36) (41) (42) (43) (44) (45) (46) (47).

Revisamos la escolaridad de la muestra de ancianos que se estudió y los resultados fueron lógicos: la mayoría se centró en los niveles de primaria y secundaria porque estas personas tenían entre 20 y 30 años al inicio de la Revolución por lo que ese era el grado escolar que tenían o que alcanzaron en “seguimiento”, “superación” o “facultad” obrero campesino; por otra parte, gracias a la campaña contra el analfabetismo efectuada en 1961 sólo en la muestra hubo 5 iletrados; pero si debe tenerse en cuenta de los siete universitarios de la muestra ninguno está deprimido y como dato adicional conocimos que están activos en el trabajo; por lo que se sienten útiles para sí y para la sociedad; otro autor(27) encontró en 1980 2, 6% de iletrados, 1% más que en está investigación. En primaria, secundaria, preuniversitario y universidad las diferencias entre unos resultados y otros son del orden de las décimas en cifras porcentuales.

La satisfacción con la vida, que se expresa en el cuadro No. 4, da resultados que expresan una relación directa entre la profundidad de la depresión y la insatisfacción; pero aquí cabría pensar ¿Cuál es la causa y cuál es consecuencia? ; ¿Se está insatisfecho porque se está deprimido o viceversa? nos impresiona más posible la primera variante. No obstante los 4 que tienen una depresión severa están insatisfecho con la vida.


Cuadro nº 4: Distribución de adultos mayores según grado de satisfacción.


No consideramos que el validismo sea un aspecto que en esta muestra constituya un factor influyente en la aparición de la depresión, tal como fue investigado aquí.

Los adultos mayores; estudiados en este trabajo; tienen como su principal participación en las actividades de la comunidad la asistencia a las reuniones; tanto los deprimidos como los que no lo están; pero a medida que la depresión se va haciendo más profunda es menor la participación en las actividades de la comunidad; resulta preocupante que en está muestra sólo 9 ancianos participan en círculos de abuelos y 7 de ellos no tienen depresión diagnosticada; durante toda su vida el hombre debe prevenir enfermedades ajustando su estilo de vida a tales efectos pero es en la llamada tercera edad que esto resulta decisivo e impostergable; y se reconoce por muchos que el ejercicio físico es la medida más importante y necesaria para esta finalidad (48) (49) (50) (51); en otro orden de cosas; no puede verse tan poco al círculo de abuelo con el perfil estrecho del lugar donde el anciano va solamente hacer ejercicios, es el lugar donde se logra la socialización y la comunicación, tan imprescindibles para la salud mental (52) (53) (54) (55).

La convivencia con el conyugue resultó un factor protector para la aparición de depresión en el senescente; otros trabajos cubanos lo reconocen porque invocan las pérdidas y la soledad como un elemento desencadenante de depresión en el viejo (56) (57) (58).

En la tesis de Maestría (9) según criterio operacional de unanimidad de grupos focales se recogió que “quedarse solo” es un aspecto al que suele deberse la depresión en una persona mayor; se coincide con un autor mexicano (59).


También se encontró en la tesis de referencia que los ancianos piden un mejor trato de los hijos y en este trabajo se encontró que un 36% de los deprimidos leves y un 42, 6% de los moderados conviven con los hijos; aspecto que concuerdan por lo que hasta este momento, por lo visto, vivir con los hijos no resulta una variable protectora para la aparición de depresión en el anciano; habida cuenta que ambos trabajos son hechos en la misma área aunque con métodos diferentes y llegan a la misma conclusión por vías distintas, cabe esperar a medida que las relaciones intrafamiliares son mejores hay menor incidencia de depresión en el anciano y cuando son regulares o malas se incrementan el porcentaje de depresión (Cuadro No. 5); no hemos encontrado literatura que aborde este aspecto de igual forma.


Cuadro nº 5: Distribución de los adultos mayores según relaciones familiares y nivel de depresión.


Tanto Henry Ey (60) como Mayer W. Gross (61) en sus textos se refiere a que el comienzo de una enfermedad Psiquiátrica en el anciano puede manifestarse por: ansiedad, tristeza, anorexia, falta de sueño, pérdida de peso, alteraciones neurovegetativas como hipertensión arterial, temblores, trastornos digestivos, etc. ; alteraciones en el comportamiento; en la orientación y en la memoria.

En esta investigación las enfermedades cardiovasculares y las del Sistema Osteo-Mio-Articular son en ese orden las más frecuentemente observadas tanto en los ancianos que no tienen depresión como es los que presentan algún grado de la misma y de igual forma aparece en la tesis de grado de la Dra. Nidia Riera en el año 1985 (28); en este sentido un autor ya citado (47) expresó que un 86% de la población mayor de 65 años tiene una o más enfermedades crónicas; la cifra que obtuvimos para los deprimidos y no deprimidos unidos fue de un 75, 5% de enfermedades crónicas (sumando respiratorias, cardiovasculares, soma, Génito urinarias y otras).

Los medicamentos más usados por los ancianos tanto deprimidos como no deprimidos en orden decreciente fueron los antihipertensivos, los psicofármacos, los cardiotónicos, y los analgésicos que tiene relación lógica con la frecuencia de enfermedades asociadas a la depresión; pero resulta interesante que un 90% de los deprimidos ligeros; un 68, 9% de los deprimidos moderados y un 25% de los severos (1 de 4) no reportan el uso de psicofármacos; la astenia, la anorexia, la pérdida de peso y el diagnóstico del estado depresivo que estaba debajo de la línea de flotación del ice berg ha salido a la vista por medio de la técnica de Zung aplicada; en el caso del deprimido severo fuimos a la encuesta y se trata de uno de los tres ancianos que viven solos.

Se estudiaron los síntomas asociados a la tercera edad y vimos como el deseo de llorar está presente en el 92% de los que tienen una depresión ligera y en el 100% de los que sufren una depresión moderada o severa; por lo que consideramos que el deseo de llorar se observa en prácticamente la totalidad de los deprimidos y en la cuarta parte de los ancianos que no están deprimidos; y explicamos esto último porque existen muchas frustraciones con la vejez sin necesidad de llegar a establecerse una depresión clínica o incluso psicométrica.

A medida que aumenta la depresión también aumenta la ansiedad y eso lo interpretamos como la frecuente coexistencia de estos dos síntomas y sobre todo en las entidades depresivas de corte involutivo.

La astenia y la depresión resultaron síntomas acompañantes prácticamente permanentes de la depresión y sobre todo a medida que se profundiza la depresión se incrementan la intensidad tanto de uno como del otro síntoma.

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