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Rasgos de personalidad de adolescentes involucrados en Bullying.

Autor/autores: Ma. del Rocío Valadez Sierra, María de los Dolores. Figueroa Varela , Claudia Aline Chávez Damián, Maria Dolores Valadez Sierra
Fecha Publicación: 30/03/2014
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Introducción: La violencia escolar entre pares conocida como bullying en México preocupa a
la sociedad en general. Los rasgos de personalidad desarrollados en un menor, impactarán en su
estilo de vida e interacciones sociales futuras. El objetivo de investigación fue identificar, en
adolescentes escolarizados en Tepic Nayarit, México, rasgos de personalidad de menores
involucrados en bullying.
Método: Se efectuó un diseño trasversal y descriptivo, con muestreo probabilístico aleatorio
simple, de estudiantes de escuela secundaria. Se aplicó el test Bull-S para detectar roles del
bullying, así como el cuestionario de personalidad EPQ-J, basado en la teoría de Eysenck. Se
adaptaron los baremos del EPQ-J, para determinar si los rasgos tendían a ser de psicoticismo,
neuroticismo o extraversión.
Resultados. El 48% de los 256 menores, juega un rol (víctima, agresor o provocador). Los
varones se asocian más a estos roles que las mujeres con una relación seis a uno. En provocadores
el rasgo de personalidad más alto ( = 60. 25) es psicoticismo, al igual en las víctimas ( = 55. 32);
en agresores es el neuroticismo ( = 62. 81). La falta de sinceridad es alta en agresores ( = 62. 31).
Sólo hay diferencias significativas en relación al neuroticismo, en los menores agresores y víctimas
(z=0. 81).
Conclusiones: El psicoticismo: no acatar normas sociales comportándose de forma imprevista
ante determinadas situaciones, se presenta independientemente del rol jugado en Bullying. Los
adolescentes pueden considerar que sus acciones no sean agresivas o violentas en sí mismas,
justifican su conducta como un acto lúdico `natural', no definiendo los límites de estos juegos.

Palabras clave: Bullyng


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RASGOS DE personalidad EN ADOLESCENTES INVOLUCRADOS EN BULLYING
Figueroa Varela Ma. del Rocío*, Chávez Damián Claudia Aline* y María de los Dolores Valadez
Sierra**
* Área Académico de Ciencias Sociales y Humanidades, Programa de psicología de la Universidad
Autónoma de Nayarit.
** Centro Universitario de Ciencias de la Salud. Universidad de Guadalajara.
marofiva@hotmail. com
Bullying, Rasgos de personalidad, adolescencia mexicana.
Bullying, Personality traits, Mexican adolescence.

RESUMEN:
Introducción: La violencia escolar entre pares conocida como bullying en México preocupa a
la sociedad en general. Los rasgos de personalidad desarrollados en un menor, impactarán en su
estilo de vida e interacciones sociales futuras. El objetivo de investigación fue identificar, en
adolescentes escolarizados en Tepic Nayarit, México, rasgos de personalidad de menores
involucrados en bullying.
Método: Se efectuó un diseño trasversal y descriptivo, con muestreo probabilístico aleatorio
simple, de estudiantes de escuela secundaria. Se aplicó el test Bull-S para detectar roles del
bullying, así como el cuestionario de personalidad EPQ-J, basado en la teoría de Eysenck. Se
adaptaron los baremos del EPQ-J, para determinar si los rasgos tendían a ser de psicoticismo,
neuroticismo o extraversión.
Resultados. El 48% de los 256 menores, juega un rol (víctima, agresor o provocador). Los
varones se asocian más a estos roles que las mujeres con una relación seis a uno. En provocadores
el rasgo de personalidad más alto ( = 60. 25) es psicoticismo, al igual en las víctimas ( = 55. 32);
en agresores es el neuroticismo ( = 62. 81). La falta de sinceridad es alta en agresores ( = 62. 31).
Sólo hay diferencias significativas en relación al neuroticismo, en los menores agresores y víctimas
(z=0. 81).
Conclusiones: El psicoticismo: no acatar normas sociales comportándose de forma imprevista
ante determinadas situaciones, se presenta independientemente del rol jugado en Bullying. Los
adolescentes pueden considerar que sus acciones no sean agresivas o violentas en sí mismas,
justifican su conducta como un acto lúdico `natural', no definiendo los límites de estos juegos.


ABSTRACT:
Introduction: School violence among peers in Mexico known as Bullying concerns society at
large. Personality traits developed in the adolescent impact their lifestyle and future social
interactions. The research objective was to identify the personality traits of adolescent students
involved in bullying in Tepic Nayarit, Mexico, .
Method: A descriptive cross-sectional design, with simple random probability sample of high
school students was performed. The Bull- S test was applied to detect bullying roles as well as the
personality questionnaire EPQ -J of Eysenck. The scale of the EPQ -J, was adapted to determine if
the traits tended to be psychoticism, neuroticism or extraversion.

Results: The 48 % of the 256 children, plays a role (victim, aggressor or provocateur) . Males
are more associated to these roles than women with a relationship six to one. In provocative
adolescents, personality trait higher ( = 60. 25) is psychoticism, as same the victims ( = 55. 32).
Aggressors trait is neuroticism ( = 62. 81). Insincerity is high in defense ( = 62. 31). Only was
significant difference in neuroticism, between bullies and victims (z = . 81).
Conclusions: The psychoticism: not abide by social norms behaving unexpectedly in certain
situations, may present regardless of the adolescent role has played in Bullying interaction. Teens
may feel that their actions are not aggressive or violent in themselves, justifying their behavior as a
'natural' playful act, and not defining the limits of these games.


INTRODUCCIÓN
Los roles de bullying en la escuela
La adolescencia es una etapa de grandes cambios y transformaciones, se ha definido que
esta fase del desarrollo humano abarca desde los 11 hasta los 19 años. La definición de adolescencia
depende de las diferentes culturas y el desarrollo individual de cada persona, cuando se atraviesa
esta etapa, en el ser humano se produce una combinación que afecta para alcanzar cierta madurez
esperada a nivel físico, emocional y cognitivo (UNICEF, 2011). En esta etapa está reconocido que el
grupo de pares es el colectivo social de mayor referencia para los adolescentes; cuando se tiene un
buen grupo de referencia y en el ambiente escolar se pueden desarrollar todas las potencialidades,
la o el adolescente podrá continuar con su desarrollo armónico.
La agresividad es una característica innata de todos los seres humanos, la agresión es parte
del equipo biológico que tenía la función de protección del humano y de su territorio. Cuando hay
una reacción espontánea y breve para protegernos del peligro que nos acecha se puede llamar
agresión benigna, pero cuando tiene la intención de dañar se le llama violencia (Ostrosky, 2011).
Esta agresión que tiene una función adaptativa, se puede convertir en una reacción
comportamental con la intención específica de daño hacia los demás o a sí mismo. La agresión no
necesariamente es de carácter violento, la violencia es una conducta que tiene un carácter de
intencionalidad para hacer un daño de tipo físico ó psicológico (Muñoz, 2008. . Estas conductas
violentas pueden ser cometidas por los adolescentes al no manejar adecuadamente su agresión. Los
adolescentes al tener estas conductas, pueden considerar la violencia como una forma de manipular
su mundo y de expresión de sus impulsos.

Estas conductas, es un contexto escolar, se ha denominado Violencia Escolar o Bullying. En
este escenario, la agresión se puede convertir en un modo para dominar o buscar el reconocimiento
de su grupo de pares, de solución de conflictos o bien de actos en los que sólo se desfoga la
impetuosidad y energía física de los jóvenes.
La conducta agresiva que se manifiesta entre escolares o"bullying", en específico, es una
forma de conducta agresiva, intencionada y perjudicial, cuyos protagonistas son jóvenes que asisten
a las escuelas. La mayoría de los agresores o bullies actúan por un abuso de poder y un deseo de
intimidar y dominar a otro compañero al que consideran su víctima ocasionándoles daño,
presentándose esta problemática entre el 24 y 40% de los asistentes a un centro escolar (Méndez y
Cerezo, 2010; Olweus 2001).
El bullying es un problema que al practicarse trae con esto diversas consecuencias tales
como: el bajo nivel de aprendizaje, malas relaciones con los demás personas o compañeros, baja
autoestima, problemas psicológicos, daños físicos, como también un suceso más grave como el
suicidio (Rodríguez, 2005).
Bajo este panorama de conflictos entre estudiantes, los escolares que intervienen en estos
actos de violencia se identifican en diferentes roles: Acosador o agresor; Víctima y Espectador o
testigo.
Víctima: Alumnos que reciben las agresiones, hostigamiento, intimidaciones físicas,
psicológicas y sociales, de uno o más alumnos que se identifican como hostigadores, este tipo de
víctima pasiva representaría un 7, 11% de los protagonistas de roles de bullying (Bertoldi, 2008).
Son individuos sensibles, se muestran temerosos, ansiosos, inseguros, tranquilos, pasivos y
sumisos. Se presentan débiles físicamente en comparación con sus pares (Landázuri, 2007).
Agresor o acosador: Es un alumno/a que ejerce agresiones físicas, psicológicas y sociales a
otro alumno/a que es considerado más vulnerable, mayoritariamente de manera pasiva. Pueden ser
físicamente más fuertes, competentes y eficaces, sobre todo en las peleas en comparación con las
víctimas. Sienten grandes deseos de dominar, subyugar y amenazar a otros (Olweus, 2006).
Víctima/agresor. Las víctimas no juegan exclusivamente este papel, sino que se pueden ir
hacia el extremo opuesto y convertirse en bullie. Estos alumnos mantienen ambas características,
tanto de la víctima como del hostigador (Bertoldi, 2008). Las víctimas provocadoras presentan un
conjunto de comportamientos de tipo ansioso y pasivo conjuntamente. Comportándose semejantes
a las víctimas, pero reaccionan con ansiedad, como los agresores.
Espectadores: Este grupo son la mayoría, muchos apoyan y se identifican con el agresor
solo porque es individuo que agrede y se considera como el más fuerte (Olweus, 2006). Bertoldi
(2008) señala que "los espectadores indiferentes" consideran que esta situación o problema es
propia de la víctima y del agresor, quedando los mismos al margen de la dinámica, con la falsa
creencia de que no pueden hacer nada al respecto, porque este problema sólo lo pueden solucionar
ellos.
El bullying en México
De acuerdo con algunos estudios, en México el 65% de los niños y niñas en edad escolar han
declarado haber sufrido este fenómeno y ocupa el primer lugar a nivel internacional, con mayores
casos de bullying en el nivel de secundaria (Rodríguez, 2012), al reportarse que 20 millones de
estudiantes de nivel secundaria en México se han involucrado en un incidente violento (Muñoz
2012). Estimando la ONU que se alcanza a poco más de siete por ciento del estudiantado, mientras
que el porcentaje de estudiantes de sexto grado de primaria que declaran haber sido víctimas de
robo en su escuela es de 40. 24 por ciento (ONU, 2007).
Se supone que el Estado debe proporcionar lugares seguros para el desarrollo armónico de su
capital humano y social, que es la infancia, sin embargo, las instituciones educativas se han
convertido en zonas de grandes conflictos. Los porcentajes de escolares que han sido insultados o
amenazados en centros educativos asciende a 25. 35 %; el de golpeados, 16. 72 %, y de quienes
han vivido algún episodio de violencia, 44. 47%. La edad más frecuente en la que se presentan
actitudes violentas de los niños, según las estadísticas, es entre los siete y 14 años (Juvenil, 2011).

Gallo (2010) al realizar un estudio entre la relación del tipo de psicopatología y el acoso
escolar en una muestra de niños de las escuelas públicas de la Ciudad de México encontró de un
total de 1 092 alumnos que contestaron el Test Bull-S (que evalúa si se presenta el Bullying), que el
23. 94% de los encuestados, de promedio 9. 6 años, estuvo implicado en el fenómeno de acoso
escolar y con los siguiente roles activos: víctimas 8. 97%, agresores 12. 27%, víctimas -agresores
2. 7%.
La personalidad de los y las adolescentes
La personalidad es un elemento clave para entender la conducta de los individuos ante
diferentes situaciones así como de la forma que en que se relacionan con los demás. Puede haber
rasgos que culturalmente se identifiquen como positivos o negativos en cada persona (Corominas,
2007).
Una persona puede tener estos rasgos o características como por ejemplo dependencia,
ansiedad, agresividad y sociabilidad etc. en mayor o menor grado que otros (Corominas, 2007).
Eysenck (1996) postula que la personalidad es una organización más o menos estable y
duradera en donde se conjuntan aspectos como carácter, temperamento, intelecto y aspectos
físicos. En su modelo de personalidad define los rasgos y tipos que se desarrollan le permiten una
adaptación a las diversas situaciones a un ser humano, y que estos elementos tienen una
interacción dinámica que se estabilizar a partir del tránsito de la adolescencia. Eysenck comenta que
hay tres dimensiones básicas de personalidad: extroversión, neuroticismo y psicoticismo.
Bajo este modelo de Eysenck, en una investigación con estudiantes de 8 a 16 años de edad
se encontró que este grupo etario presentó alta puntuación en psicoticismo, recordando que no se
asocia a una psicopatología sino a una dimensión de personalidad que les haría más susceptible a
comportarse de una forma no adecuada ante ciertas situaciones
Se considera que el agresor o bullie tiene las características de personalidad de carácter
agresivo e impulsivo. Suelen mostrar escasas habilidades sociales. Carecen de sentimiento de
culpabilidad (Moreno, 2007). Por lo general son o han sido objeto de maltrato en el ámbito social o
familiar; no se sienten queridos y tratan de suplir esa carencia utilizando la violencia con el fin de
alcanzar cierto protagonismo y descargan sobre sus compañeros sus frustraciones e impulsos.
(Calderón, 2008).

Cerezo (2006) menciona que los adolescentes bullies muestran alta tendencia al psicoticismo
y las víctimas alta tendencia a la introversión y baja autoestima.
No todos los sujetos establecen pautas de relación interpersonal de la misma manera, incluso
una misma persona reacciona de manera diferente según las circunstancias que la rodean, aunque
parece que podemos encontrar ciertos patrones estables, con independencia del lugar y momento
de la relación.


Objetivo de investigación
En las situaciones de aprendizaje escolar se generan con frecuencia dinámicas de agresión y
victimización que parecen contribuir a la conformación de patrones estables de conducta, que
pueden tener repercusiones posteriores en la salud mental, por ello, se definió el objetivo de la
investigación, de Identificar, en los adolescentes asistentes a una escuela secundaria ubicada en
Tepic, Nayarit, México, los rasgos de personalidad que tienen los y las adolescentes que se
involucran en el fenómeno del Bullying.

MÉTODO
El estudio que se llevó a cabo es con un enfoque de investigación cuantitativo, trasversal y de
tipo descriptivo.
Muestra
Participaron en la investigación estudiantes entre los 12 y 14 años, que cursaban
nivel secundario de un centro educativo público ubicado en la ciudad de Tepic, Nayarit durante el curso
académico 2011-2012. El tamaño de la muestra, fue de 256 adolescentes, de una población total
de 500 estudiantes, tanto de turno vespertino como matutino. La hipótesis de investigación se
estableció en el sentido de que no existían diferencias significativas entre los rasgos de personalidad
de los niños asociados a los diferentes roles del bullying.
Instrumentos
Se utilizó el Test Bull S para detectar roles de bullying, elaborado por Cerezo Ramírez (2006).
El test es desociometría, tiene la finalidad de identificar alumnos implicados en relaciones de
agresividad, rechazo o aislamiento y aspectos situacionales de las relaciones de agresividad entre
iguales (Ramírez, 2011). Su aplicación es colectiva y un puntaja de 25 o más indica que juega un rol
específico.
Para identificar los rasgos de personalidad, se aplicó el test EPQ-J, que es la versión para
aplicarse en población entre 8 a 15 años, evaluándose las dimensiones de psicoticismo,
neuroticismo, extraversión y sinceridad. Se reporta una confiabilidad del instrumento que va desde
0. 69 hasta 0. 84, medido por alpha de Cronbach (Eysenck y Lara Cantú, 1992). Tiene 81 reactivos y
es de respuestas dicotómicas. El puntaje de corte es el decil 70, para definir si preponderantemente
se puede asociar a un tipo específico de personalidad.


Procedimiento
Se solicitaron las anuencias para la investigación tanto del plantel directivo como de los
padres o tutores de los menores. En primera instancia se procedió a aplicar el Test Bull-S, con el fin
de identificar a los menores y los roles asociados a bullying, posteriormente se aplicó el Test de
rasgos de personalidad, mismo al que ya se había aplicado para ajustar los baremos para la
población estudiada. Una vez definidas las tablas pertinentes y los puntos de corte, posteriormente
se efectuaron los análisis estadísticos.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los menores participantes, de edad entre 10-12, fueron

110 mujeres y 146 mujeres. De acuerdo con los resultados del Test Bull-S se encuentra que 64 (18%) de los y las menores son
considerados por sus pares como Bullies o agresores. A 59 se les asocia como víctimas (16%) y 51
son considerados como víctimas provocadores (14%) haciendo un total de 174 adolescentes de los
360 menores inscritos, cabe mencionar que si bien no se encuestaba a todos los adolescentes, aun
así podrían ser identificados que jugaban algún rol, dado que es un test sociométrico, esto significa
que el 48% de los menores están asociados al fenómeno del Bullying participando con un rol, como
se observa en la Gráfica 1.
Estos datos coinciden con lo que ya habían reportado Gallo en 2010, al observar un gran
porcentaje de menores involucrados en el Bullying en los centros escolares de México.

Gráfica 1. Roles de Bullying efectuados por adolescentes, de acuerdo a la
nominación hecha por sus pares

De estos 174 casos detectados que jugaban un rol, al revisar su perfil de personalidad de
acuerdo con los marcado por la prueba EPQ-J, se encuentra que el 46. 4% (31 casos) de los y las
menores percibidos como Bullies presentan un perfil arriba del decil 70, en la escala de sinceridad,
esto significa que sus resultados no son fiables, ya que buscan mostrar una mejor imagen de sí
mismos en los reactivos de este test; así también se encuentra que hay más casos asociados al
neuroticismo en los menores nominados para el rol de bullie.
Esto se aprecia también al revisar la Gráfica 2, que muestra que los niños nominados como
bullies muestran más casos con rasgos de neuroticismo. Estos datos están acordes a lo reportado
por Moreno en 2007, en donde describe que si bien los agresores son agresivos e impulsivos son
porque tienen escasas habilidades sociales y tratan de suplir esa carencia utilizando la violencia con
el fin de alcanzar cierto protagonismo al descargar sobre sus compañeros sus frustraciones. O bien,
al ser chicos sobreprotegidos con dificultades de adaptación adoptan la postura de no respetar las
normas, llegando a recurrir a la amenaza e incluso a la violencia. Estos datos son contrarios a los
hallados por Ramírez (2011) quien acota que hay mayores rasgos de psicoticismo en los niños con
conductas de bullie, Eysenck en 1978 describe el rasgo de personalidad psicoticismo con alto
puntaje a adolescentes fríos, agresivos, impulsivo, poco empáticos.
Los 59 menores nominados como víctimas, tienden también a dar puntajes altos en la escala
de sinceridad y presentan más casos con rasgos de psicoticismo. En contrapartida, hay más casos
de rasgos de psicoticismo en los y la menores que son nominados como provocadores, como se
observa en la tabla 1.

tabla 1. Número de menores involucrados con un rol y con puntajes arriba de
decil 70 en prueba de Eysenck
N

%

E

%

P

%

S

%

Bullies

64 casos

33

51. 5

20

31. 2

33

51. 5 31

46. 4

Víctimas

59 casos

19

32. 2

21

35. 5

28

47. 4 20

33. 8

Provocadores 51 casos

24

47

16

31. 3

28

54. 9 23

45

174
Total

casos

N: neuroticismo

E: extraversión

P: psicoticismo

S: sinceridad

Nota: el porcentaje está en relación al número de casos detectados en cada rol.
Algunos de los menores puntuaban en 2 o 3 escalas arriba de 70 puntos, lo que
indica que aún no se estabiliza su personalidad.
En la tabla 2, se puede revisar los estadísticos descriptivos de los rasgos de personalidad
obtenidos por estos menores.


tabla 2. Medias y desviaciones estándar de Rasgos de personalidad de menores con un rol en
bullying.
Neuroticismo

Media
Desviación estándar

62. 81
25. 98

Extraversion

Psicoticismo

Sinceridad

Agresores o Bullies
45. 46
59. 35
26. 18
26. 66

62. 31
26. 90

Víctimas
Media
Desviación estándar

46. 58
27. 45

Media
Desviación estándar

59. 47
26. 99

51. 05
55. 32
25. 49
28. 26
Víctimas-provocadores
47. 23
60. 25
27. 02
28. 16

52. 14
28. 78
58. 33
27. 08

Fuente: datos obtenidos de los instrumentos aplicados en la investigación

Con el fin de determinar la aceptación o rechazo de las hipótesis planteadas en esta
investigación, se efectuó la Prueba de Chi para revisar la confiabilidad de los datos y si las
diferencias de medias entre los puntajes obtenidos entre niños bullies y víctimas era significativa.
La hipótesis de que no hay diferencias en las medias, se rechaza con un Alpha de 0. 5, lo cual
indica que no hay diferencias significativas en los rasgos de psicoticismo, extraversión o
neuroticismos en los niños bullies y víctimas al obtener un puntaje para Chi de 0. 036 con tres
grados de libertad.
Dado que la literatura científica había encontrado mayores rasgos de psicoticismo en
menores con la conducta de bullie, se efectuó la Prueba Z, obteniendo un puntaje de 0. 81, volviendo
a rechazar la hipótesis de que haya diferencias significativas entre los puntajes obtenidos en las
demás escalas que miden rasgos de personalidad en los diferentes grupos de menores. Sin embargo
en este mismo estadístico, al someter las diferencias de medias en los rasgos de
neuroticismo obtenidos por los bullies y las víctimas, se encuentra que al obtener un puntaje de 3. 36
que es mayor que 1. 96 en nivel de significancia de . 05, indica que sí hay diferencias en neuroticismo, mas
no en los puntaje de psicoticismo entre estos dos grupos de menores asociados a roles de bullying.

CONCLUSIONES
El que se tenga una incidencia de 48% violencia entre pares en los menores de la institución
escolar estudiada coincide con los datos que se reportan a nivel regional y nacional. Esta no es una
cifra agradable, pero denota la realidad de las interacciones violentas que viven las y los
adolescentes en su escuela.
Aun cuando la diferencia significativa es en relación al neuroticismo (que les identifica con
rasgos de ansiedad, sentimientos de culpa, baja autoestima, labilidad emocional, timidez,
vergüenza, preocupación y emotividad) entre víctimas y agresores, el que los adolescentes
percibidos como víctimas provocadoras muestren más altos índices de psicoticismo (con rasgos de
agresividad, indiferencia, manipulador, orientados a logros, impulsividad, hostilidad, egocentrismo,
falta de empatía, creatividad y falta de conformismo) puede hablarnos de la problemática social en
la que están inmersos, ya que en este rasgo se entiende que no se tienen en cuenta las normas
sociales ni el sentido común, sino que se tiende a salir de las normas establecidas comportándose de
forma imprevista ante determinadas situaciones. Esto habla de que existen ya otras influencias en
los jóvenes que les están llevando a conductas con mayor carga de agresividad en su relación entre
pares, que no es necesariamente de un aspecto de personalidad, sino que posiblemente los aspectos
externos a sí mismos, les estén definiendo lo que se espera de ellos y están actuando en
consecuencia.
Así también se puede entender que los jóvenes participantes de este estudio consideren que
sus acciones no sean agresivas o violentas en sí mismas, sino que minimicen su conducta por la
escalada de violencia social en la que están inmersos y justifiquen su conducta como un acto lúdico
"natural", no definiendo los límites de estos juegos.
Es importante entonces, definir políticas educativas que permitan la regulación de este
fenómeno, con el fin de no naturalizar la violencia y se tenga un marco de referencia para que todos
puedan convivir en paz y armonía. Así también es importante continuar estudiando sobre este
campo con el fin de que se defina si hay perfiles o tipos de personalidad específicos en los y las
adolescentes o si bien lo dinámico de su interacción social y su especial vulnerabilidad, ante los
cambios físicos y de rol que se les están presentando, definen nuevas formas para reconocer e
identificar a este grupo etario del desarrollo humano.

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