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Desarrollo de un programa de educacion para la salud con pacientes de la USMC de Andujar

Autor/autores: Mónica Montiel López
Fecha Publicación: 22/12/2015
Área temática: Enfermería .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Introducción: Los hábitos saludables centrados en alimentación y actividad física son muy recomendables para evitar enfermedades influenciadas por el estilo de vida. En el proceso asistencial andaluz ?Trastorno Mental Grave? se contempla un abordaje integral e interdisciplinar de estas patologías. Aunque no se conoce con exactitud las causas de mortalidad de este tipo de pacientes si que es evidente que los síntomas negativos influyen en una mayor dificultad para llevar un estilo de vida saludable lo que acarrea un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cancerosas.

Objetivo: Aumentar las habilidades para el desarrollo de un estilo de vida saludable en los pacientes con TMG Desarrollo: Desarrollo de una actividad grupal con 12 pacientes de educación para la salud, realizado por enfermería, de 10 sesiones de 75 min. de forma quincenal con formato interactivo de exposición teórica y posterior discusión grupal.

Conclusiones: Tras la realización del programa se ha identificado diversas áreas que han mejorado en los pacientes: la mitad de los participantes han perdido peso, se han aumentado los conocimientos sobre alimentación, consumo de agua y actividad física recomendada, mayor nivel de autoestima, predisposición para cambio de hábitos de vida y mayor satisfacción con la asistencia sanitaria.

Palabras clave: salud, hábitos


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DESARROLLO DE UN PROGRAMA DE EDUCACION PARA LA SALUD CON PACIENTES
DE LA USMC DE ANDUJAR
Francisco Javier Montiel López, Mónica Montiel López
Servicio Andaluz de Salud. complejo Hospitalario de Jaen
fjmontielopez@hotmail. com
Health education, Holistic health, Health food, Motor activity, Mentally ill persons.

RESUMEN:
Introducción: Los hábitos saludables centrados en alimentación y actividad física son muy
recomendables para evitar enfermedades influenciadas por el estilo de vida. En el proceso
asistencial andaluz "Trastorno Mental Grave" se contempla un abordaje integral e interdisciplinar de
estas patologías. Aunque no se conoce con exactitud las causas de mortalidad de este tipo de
pacientes si que es evidente que los síntomas negativos influyen en una mayor dificultad para llevar
un estilo de vida saludable lo que acarrea un mayor riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares y cancerosas.
Objetivo: Aumentar las habilidades para el desarrollo de un estilo de vida saludable en los
pacientes con TMG Desarrollo: Desarrollo de una actividad grupal con 12 pacientes de educación
para la salud, realizado por enfermería, de 10 sesiones de 75 min. de forma quincenal con formato
interactivo de exposición teórica y posterior discusión grupal.
Conclusiones: Tras la realización del programa se ha identificado diversas áreas que han
mejorado en los pacientes: la mitad de los participantes han perdido peso, se han aumentado los
conocimientos sobre alimentación, consumo de agua y actividad física recomendada, mayor nivel de
autoestima, predisposición para cambio de hábitos de vida y mayor satisfacción con la asistencia
sanitaria.

INTRODUCCIÓN
Los hábitos saludables centrados en alimentación y actividad física son muy recomendables
para evitar enfermedades influenciadas por el estilo de vida.
Una de las funciones de la enfermera especialista en salud mental es la promoción de la salud
y la prevención primaria de la enfermedad. La relación entre dieta inadecuada, sedentarismo y
consumo de drogas está más que demostrado que son factores determinantes de nuestro estado de
salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el sobrepeso y la vida sedentaria como
la verdadera epidemia de este siglo en los países occidentales, y responsables de la aparición de los
problemas de salud más prevalentes en nuestra sociedad.
Por un lado, hoy en día sabemos que en los países desarrollados las principales causas de
mortalidad y morbilidad se relacionan fundamentalmente con los hábitos y estilos de vida. La dieta
inadecuada, la inactividad física y el consumo de tabaco y alcohol son factores de riesgo en la
aparición de enfermedades.
Por otro lado, padecer una enfermedad mental como la esquizofrenia o trastorno bipolar
sigue siendo desconcertante y hace que nos mostremos ante la sociedad con gran debilidad. La
probabilidad de padecer esquizofrenia a lo largo de la vida se estima alrededor del 1% de la
población de los países europeos. Son trastornos mentales que continúa siendo, a pesar de los
avances científicos, insuficientemente conocidos. (1)
Existen diferencias destacables entre sexos: en los varones la incidencia es mayor y con
menor edad para la esquizofrenia y en el trastorno bipolar es más frecuente en mujeres y aparece
con mayor edad. Implica una serie de disfunciones que afectan a la percepción, al lenguaje, al
comportamiento, a la afectividad, a la voluntad, a las habilidades sociales, etc. , es decir, afecta a su
calidad de vida. Esta es definida como la percepción personal acerca de una sensación de bienestar
y de satisfacción de las necesidades humanas para el desarrollo individual y social. Se deteriora así
su capacidad de relación con el medio, su funcionamiento social y su participación en las actividades
comunitarias. (2)

Los pacientes diagnosticados de esquizofrenia, tienen una esperanza de vida media inferior
en un 20% que la población general. La principal causa de mortalidad de los pacientes jóvenes con
este tipo de trastorno mental es el suicidio, aunque en términos absolutos, el motivo principal son
las enfermedades cardiovasculares en los países desarrollados. Es evidente que los síntomas
negativos influyen en una mayor dificultad para llevar un estilo de vida saludable lo que acarrea un
mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cancerosas. (3)
Este tipo de pacientes con trastorno Mental Grave tienen un mayor riesgo de padecer
síndrome Metabólico, hasta cuatro veces más que la población general. El síndrome Metabólico es
un conjunto de factores de riesgo "lípidos" y "no lípidos", de origen metabólico, con presencia de un
síndrome de "resistencia a la insulina" en la cual existe una alteración del metabolismo y acción de
la insulina. (3)
Entre los factores que se han propuesto como causantes de este incremento están:
- Los hábitos y estilos de vida (sedentarismo, dieta inadecuada y tabaquismo) No hay que
olvidar que los enfermos mentales son un grupo de población con un incremento en los
riesgos derivados del consumo de tabaco.
- Los efectos de algunas medicaciones psicotrópicas. (4)
- Factores de predisposición genética comunes a la esquizofrenia y a la resistencia a la
insulina.
Varios estudios(5) han demostrado que la prevalencia de la diabetes es 2 o 3 veces más alta
en personas con esquizofrenia que en la población en general.
La obesidad, la dislipemia, la hipertensión y la diabetes son alteraciones somáticas que
aparecen frecuentemente en pacientes diagnosticados de trastorno mental grave, siendo todos ellos
componentes del síndrome Metabólico. (6) (7)
Existe suficiente conocimiento para afirmar que las personas que presentan enfermedades
mentales y, en particular trastornos mentales graves, tienen asociadas tasas de prevalencia más
altas de problemas somáticos, de mortalidad para determinadas patologías y una esperanza de vida
menor que la población general, viven de media 15 años menos, relacionado esto con una mayor
prevalencia de estilos de vida no saludables; con factores de la propia enfermedad; con los
tratamientos farmacológicos y con la menor accesibilidad de estas personas a una atención sanitaria
continuada y adecuada a sus necesidades, debido principalmente al estigma. (7)
Los pacientes con enfermedad mental grave, tienen un riesgo de mortalidad 1, 5 veces mayor
que la de la población general. Esta elevada tasa de mortalidad general se atribuye al suicidio y los
accidentes, pero la evidencia(6) sugiere que en realidad podría ser causada por enfermedades
coronarias.
Además de estos factores de riesgo importantes, se ha demostrado que los pacientes que
reciben medicación antipsicótica tienen una mayor posibilidad de desarrollar síndrome Metabólico
que las personas en la población general, con estimaciones de prevalencia de síndrome metabólico
en pacientes con un diagnóstico psiquiátrico que llegan hasta el 53%. (8)
El tratamiento de la esquizofrenia ha evolucionado a lo largo de la segunda mitad del siglo
pasado, principalmente gracias al desarrollo de los fármacos antipsicóticos. A pesar del gran avance
realizado, que ha permitido la disponibilidad y uso de nuevos y diferentes fármacos, éstos continúan
constituyendo tres grupos básicos (antipsicóticos típicos,  atípicos y agonistas parciales
dopaminérgicos). Se cree que una gran parte de los antipsicóticos de segunda generación ofrecen
ventajas añadidas a los de primera generación en el tratamiento de la enfermedad mental grave. No
obstante, las propiedades farmacológicas y terapéuticas que confieren respecto a los de primera
generación no están claras, y ciertos efectos colaterales pueden todavía, afectar a la salud y calidad
de vida del paciente. (9)
Aunque algunos antipsicóticos de segunda generación reducen el riesgo de efectos adversos
extrapiramidales frente a los de primera generación, su uso se ha asociado a la aparición de
síndrome Metabólico. El incremento del apetito que provocan explica la tendencia a la obesidad por
los antipsicóticos de segunda generación (10)
Las barreras para la prestación de atención médica efectiva para los pacientes con trastorno
mental se pueden dividir en: problemas a nivel del sistema de atención, como la separación
geográfica, escasa claridad en cuanto al profesional que asume la responsabilidad de la salud física
de los pacientes con trastorno mental, la falta de integración entre la salud mental y la medicina y la
falta de continuidad de la atención.
También se deben a problemas relacionados con los profesionales sanitarios, entre otros a
considerar las quejas físicas como síntomas psicosomáticos. Por último, los factores relacionados con
el paciente, que incluyen factores de riesgo para la salud, factores relacionados con el estilo de vida,
efectos secundarios de los fármacos antipsicóticos y los propios efectos de la enfermedad mental,
como el deterioro cognitivo, el aislamiento, la falta de apoyo familiar, el aumento del umbral del
dolor o sensibilidad al dolor, desconfianza, miedo, falta de motivación, factores socio-económicos y
las dificultades en la comunicación de las necesidades de salud, entre otras. (4)
Los resultados de una investigación realizada durante los últimos 40 años que relaciona
esquizofrenia y enfermedad física, arroja el resultado de un exceso en la tasa de mortalidad en la
esquizofrenia 4 veces superior a la población general. (9)

La mayoría de las muertes en esta población se deben a enfermedades físicas; en particular,
la enfermedad cardiovascular, enfermedades respiratorias y cáncer. (4)
La insuficiencia de cuidados explica, en parte, la llamativa reducción de la expectativa de vida
de la población con esquizofrenia, que resulta, en promedio, 15 años menor a la del resto de la
población. (9)
Esta situación, que contrasta con la mejora de calidad de vida que el tratamiento
psicofarmacológico actual ofrece al paciente con esquizofrenia, constituye una grave insuficiencia en
la provisión de los cuidados requeridos por una población de alto riesgo y representa una inequidad
y desigualdad injustificable de acceso a los servicios sanitarios. (9)
Por todo ello, la prestación de cuidados integrales, como recomienda el procesos asistencial
andaluz "Trastorno Mental Grave" contribuiría a reducir los factores de riesgo del Síndrome
Metabólico y aumentar la calidad de vida de los pacientes diagnosticados de esquizofrenia y otras
enfermedades mentales graves. (3)
En los últimos años, los hábitos dietéticos en sociedades desarrolladas han evolucionado
hacia patrones menos saludables, aumentando el consumo de proteína animal y grasas saturadas,
mientras que el aporte de proteína vegetal, carbohidratos complejos y fibra ha ido disminuyendo.

Esto unido a la manera de vivir, cada vez más sedentaria, ha producido importantes cambios en la
frecuencia de enfermedades crónicas y degenerativas, en su evolución y en la mortalidad derivada.
La esperanza de vida, como hemos comentado antes, ha aumentando en los últimos años,
pero la tendencia evolutiva de los estilos de vida actuales va a condicionar la de las generaciones
futuras. El objetivo principal ha de ser el de vivir más pero con mejor calidad de vida o lo que es lo
mismo, "vivir más y mejor".
La Estrategia global sobre dieta, actividad física y salud, aprobada en la 57ª Asamblea
Mundial de la Salud de mayo de 2004, señala que, con el fin de lograr resultados en la prevención
de las enfermedades crónicas, las estrategias y las políticas de salud que se apliquen deben
reconocer el papel esencial de la dieta, la nutrición y la actividad física. (11)
La obesidad se ha convertido en uno de los problemas sociosanitarios de mayor envergadura
en los países desarrollados, en los albores del siglo XXI, con graves implicaciones socioeconómicas.
En el momento actual se considera un fenómeno relacionado con la sociedad de consumo,
aumentando claramente el número de personas afectas, y se relaciona esta circunstancia con los
cambios en los hábitos de vida, el sedentarismo desarrollado en las tareas de la vida y la continua
oferta desde la industria alimentaria de alimentos ricos en calorías vacías han modificado nuestro
mapa de la población obesa (12)
Se constituye como la enfermedad metabólica más prevalente en los países desarrollados y
los que están en vías de desarrollo. Este hecho hace que la Organización Mundial de la Salud (OMS)
en 2009 la defina como la epidemia del siglo XXI(12), y que sea reconocida como una enfermedad
social. (13)

La Sociedad Española para el Estudio de la obesidad (SEEDO)(14) propone que debe ser
entendida como una enfermedad crónica.
La obesidad resulta de un desequilibrio entre el aporte calórico de la ingesta y el gasto
energético dado por el metabolismo y la actividad física, traduciéndose esto en un incremento de
peso, definiéndose por un índice de masa corporal (IMC) 30.
Fue en 1985 en EEUU donde se reconoció la grave repercusión de la obesidad para la salud.
Fue entonces cuando tuvo lugar el consenso sobre Implicaciones de la obesidad en la salud,
apoyada por el instituto nacional de la salud (EE. UU). A partir de entonces distintos países han
desarrollado conferencias de consenso sobre la aplicación en sus propios ámbitos de las conclusiones
de los mismos.
Según datos recogidos del Instituto Nacional de estadística (INE), en su encuesta de salud de
España 2011/12, aproximadamente el 44, 2% de la población está en situación de normopeso, frente
a un 36, 7% con sobrepeso y un 17, 0% de obesidad, (14) añadiendo que el 41, 33% de la población
mayor de 18 años se declara sedentaria.
Ya en la antigüedad los griegos escribían "La muerte súbita es más frecuente entre los
pacientes obesos que en los delgados". Esto sigue vigente en nuestros días constatando de forma
explícita la trascendencia del problema. (11)

La obesidad se constituye como un factor de riesgo modificable según la OMS en 2009, (6)
afecta a la calidad de vida de las personas y sobretodo, incrementa la morbilidad y mortalidad en
enfermedades vasculares, metabólicas etc. Al disminuir el peso mejoran las cifras de glucemia y se
optimiza el comportamiento de la insulina. Estos cambios muchas veces ya se producen con
pérdidas moderadas de peso, que oscilan este un 5 y un 10%.
En base a lo anterior se plantea la realización de implantar un programa de intervenciones
enfermeras especialistas en salud mental para controlar la obesidad en pacientes con trastorno
mental grave mediante la adquisición de hábitos de vida saludables.

OBJETIVOS
Objetivo general
Evaluar la efectividad de un programa psicoeducativo de hábitos de vida saludables dirigido
por la enfermera especialista de salud mental para disminuir la prevalencia de obesidad o IMC en
pacientes con TMG y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Objetivos específicos
- Analizar en qué medida la intervención de la enfermera especialista en Salud Mental
disminuye la prevalencia de los factores de riesgo de la obesidad modificables de los
pacientes con trastorno mental grave.
- Comparar si estas intervenciones producen una mejora en la calidad de vida de los
individuos afectados.
- Analizar las modificaciones que sufren los niveles de ansiedad tras la intervención de la
enfermera especialista en salud mental.
- Aumentar las habilidades para el desarrollo de un estilo de vida saludable en los pacientes
con TMG.

DESARROLLO
Este programa psicoeducativo fue impartido por la enfermera especialista en Salud Mental.
Este programa se llevó a cabo en la USMC de Andújar en horario de tarde, con la intención de
enseñar a los miembros educación para la salud y estrategias para controlar la obesidad, mediante
la adquisición de hábitos de vida saludables siguiendo un enfoque psicoeducativo, puesto que se
trata de una experiencia didáctica estructurada.
A todos los sujetos que participaron se les exigió confidencialidad, asistencia, puntualidad y
participación.
Se desarrolló una actividad grupal con 12 pacientes de educación para la salud,  de 10
sesiones de forma quincenal con formato interactivo de exposición teórica y posterior discusión
grupal.
La duración del programa de educación para la salud ha sido de seis meses con sesiones de
aproximadamente 1h y 30 minutos, de los cuales se dedicaron aproximadamente 15 minutos a
resolver dudas de sesiones anteriores y para un breve recordatorio de lo ya hablado.
El contenido del programa (teórico-práctico) con el fin de lograr la adquisición de actitudes,
conocimientos y habilidades, está formado por:
- Presentación e información de la intervención.
- Evaluación inicial del estado nutricional.
- Relación de la obesidad y el TMG, factores de riesgo.
- Efectos de la medicación e interacciones entre fármacos y alimentación.
- Educación para la salud sobre hábitos de vida saludables, pirámide.
- Hábitos alimentarios: creencias erróneas sobre alimentación, alimentación equilibrada, dieta
mediterránea, consejos para mejorar los hábitos alimentarios.
- Importancia y fomento de actividad física
- Importancia y fomento de la higiene adecuada y del cuidado personal
- ansiedad y su control.
- Importancia y fomento de patrón de sueño saludable
- Fomento de la autoestima
- Influencia del consumo de tóxicos en el pronóstico del TMG
- Despedida, realización de encuesta para registrar los cambios producidos y el nivel de
satisfacción con el programa y aspectos que mejorarían, cambiarían o incluso añadirían.

CONCLUSIONES
En el caso de los enfermos mentales y no olvidemos que una de cada cuatro personas
padecerá alguna enfermedad mental a lo largo de su vida, estos factores de hábitos saludables
toman si cabe aún más importancia dado que son pacientes que muy frecuentemente suman al
deterioro que produce su enfermedad, la dieta inadecuada, el ser muy sedentarios y el consumo de
tabaco y otras drogas (patologías dual) y por ello debemos poner en marcha cualquier medida que
esté a nuestro alcance para mejorar esta situación.

En resumen, se aborda un problema de primera magnitud como es la obesidad, que presenta
unos datos epidemiológicos inquietantes en población general y especialmente malos en pacientes
con trastorno mental grave, en los que además se presenta acompañada de mayor riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares con unas consecuencias mortales superiores 2 o 3 veces y
donde las experiencias descritas hasta ahora son concluyentes para tomar conciencia del grave
problema y poner en marcha un programa donde se controle la obesidad.
La enfermedad mental crónica, confiere un mayor riesgo de obesidad, ya que se asocia con
inactividad, apatía, malos hábitos alimenticios, ejercicio limitado y uso de psicotrópicos, tanto los
antipsicóticos de primera generación como los de segunda pueden inducir a ganar peso.
Sin embargo, la comorbilidad física de la esquizofrenia pasa frecuentemente inadvertida, ya
que gran parte de la atención se ha centrado en la psicopatología. Por ello, no llegan a recibir
tratamiento apropiado, teniendo en
cuenta que es una población que tiene un acceso menor a los recursos asistenciales, que
consume menos cuidados sanitarios y que logra un peor cumplimiento de sus tratamientos que el
resto de usuarios de la población general.
La promoción de estilos de vida saludables requiere un abordaje multifactorial, pluridisciplinar
y multisectorial. Esto supone un compromiso por parte de todos los sectores implicados. Actuaciones
en el ámbito educativo y sanitario, participación de la industria de la alimentación, colaboración de
los medios de comunicación, etc son componentes fundamentales para aumentar la eficacia de las
medidas necesarias. Las intervenciones comunitarias son más eficaces cuando la educación viene
acompañada de medidas estructurales que facilitan y refuerzan cambios sostenibles en las
conductas.
Tras la realización del programa se ha identificado diversas áreas que han mejorado en los
pacientes: la mitad de los participantes han perdido peso, se han aumentado los conocimientos
sobre alimentación, consumo de agua y actividad física recomendada, mayor nivel de autoestima,
predisposición para cambio de hábitos de vida y mayor satisfacción con la asistencia sanitaria.

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-915º Congreso Virtual de Psiquiatria. com. Interpsiquis 2014
www. interpsiquis. com - Febrero 2014
Psiquiatria. com

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