La disfuncionalidad de los vínculos afectivos, las relaciones desadaptativas e interferentes, así como la asimetría de la relación con subordinación emocional y la necesidad cronificada del otro/a constituyen los principales descriptores sintomáticos de una Dependencia Sentimental. A pesar de la dificultad de concretar los rasgos diferenciadores de un perfil-tipo al uso, lo cual es sumamente controvertido en modelos etiológicos con base adictiva, se constata que la voracidad de cariño/amor, la incapacidad para romper ataduras, la hiperestimulación, así como el tropismo hacia relaciones intensas difiere según el tipo de dependencia sentimental.
OBJETIVO: Explorar la interdependencia emocional en una muestra de dependientes sentimentales, así como evaluar perfiles sus diferenciales.
MÉTODO: La muestra está integrada por 225 dependientes sentimentales (99 dependientes emocionales, 74 bidependientes y 52 codependientes) a los que se les ha aplicado el inventario de Relaciones Interpersonales y Dependencias Sentimentales (IRIDS-100) de Sirvent y Moral (2007), así como el inventario de Dependencia Interpersonal de Hirschfeld et al. (1976). Nuestro interés investigador se centra en la escala de Interdependencia del IRIDS-100 que valora el apego dependiente en la interrelación para lo cual se apoya en tres factores: la necesidad excesiva del otro, los síntomas de abstinencia y craving en su ausencia y la naturaleza desiderativa de los estímulos y experiencias junto al otro/a. RESULTADOS: Se confirma la existencia de diferencias significativas (p<. 05) en todos los indicadores evaluados salvo en el indicador de Aserción de autonomía (F=. 013). Los dependientes emocionales presentan mayor Craving (F=19. 346), siendo la Búsqueda de sensaciones el descriptor diferencial de los bidependientes (28. 346).
DISCUSIÓN: A partir del análisis comprehensivo de las implicaciones clínicas y psicosociales de tales resultados se enfatiza el interés de profundizar en el estudio integral de las Dependencias Sentimentales.
Universidad de Oviedo y Fundación instituto Spiral (Oviedo y Madrid)
INTERDEPENDENCIA AFECTIVA EN DEPENDIENTES SENTIMENTALES
María de la Villa Moral, Carlos Sirvent*, Pilar Blanco*, Leandro Palacios*, Cruz Rivas*, Rocío García*, Raquel
Delgado*, Gloria Campomanes*, Benjamín Salvador* y Lucía Quintana*
Facultad de psicología. Universidad de Oviedo, *Fundación Instituto Spiral
mvilla@uniovi. es
RESUMEN
La disfuncionalidad de los vínculos afectivos, las relaciones desadaptativas e interferentes, así
como la asimetría de la relación con subordinación emocional y la necesidad cronificada del
otro/a constituyen los principales descriptores sintomáticos de una Dependencia Sentimental. A
pesar de la dificultad de concretar los rasgos diferenciadores de un perfil-tipo al uso, lo cual es
sumamente controvertido en modelos etiológicos con base adictiva, se constata que la voracidad
de cariño/amor, la incapacidad para romper ataduras, la hiperestimulación, así como el tropismo
hacia relaciones intensas difiere según el tipo de dependencia sentimental. OBJETIVO: Explorar
la interdependencia emocional en una muestra de dependientes sentimentales, así como evaluar
perfiles sus diferenciales. MÉTODO: La muestra está integrada por 225 dependientes
sentimentales (99 dependientes emocionales, 74 bidependientes y 52 codependientes) a los que
se les ha aplicado el inventario de Relaciones I nterpersonales y Dependencias Sentimentales
(I. R. I. D. S. -100) de Sirvent y Moral (2007), así como el inventario de Dependencia Interpersonal
(I. D. I. ) de Hirschfeld et al. (1977). Nuestro interés investigador se centra en la escala de
Interdependencia del IRIDS-100 que valora el apego dependiente en la interrelación para lo cual
se apoya en tres factores: la necesidad excesiva del otro, los síntomas de abstinencia y craving
en su ausencia y la naturaleza desiderativa de los estímulos y experiencias junto al otro/a.
RESULTADOS: Se confirma la existencia de diferencias significativas (p<. 01) en todos los
indicadores evaluados salvo en el indicador de Aserción de autonomía (F= , 008). Los
dependientes emocionales presentan mayor Craving / Abstinencia (F=18, 841), siendo la
Búsqueda de sensaciones el descriptor diferencial de los bidependientes (29, 674).
DISCUSIÓN:A partir del análisis comprehensivo de las implicaciones clínicas y psicosociales de tales
resultados se enfatiza el interés de profundizar en el estudio integral de las Dependencias
Sentimentales.
"Cuidado, responsabilidad, respeto y conocimientos son mutuamente interdependientes"
Erich Fromm
INTRODUCCIÓN
Todos presentamos un cierto nivel de interdependencia a nivel relacional y afectivo. En las
relaciones humanas la propia complejidad de los vínculos interactivos se fundamenta en parte
sobre el dilema individuo-sociedad. Baste recordar a este respecto que, de acuerdo a los
presupuestos de Ortega y Gasset en El hombre y la gente (1954), la convivencia se manifiesta
a modo de relaciones interindividuales y de relaciones sociales, de manera que aquéllas son
acciones o comportamientos específicamente humanos dados por la compañía y/o la
comunicación, mientras que las segundas son acciones que se originan en la presión social y
vienen dadas por lo usos, formas de conducta en esencia irracionales, extraindividuales e
impersonales. De este modo, el dilema individuo-sociedad se supera cuando se advierte que lo
social no se opone a lo individual, sino que es por contraste con lo interindividual. Desde la
perspectiva psicosocial adoptada en este estudio, se incide en la imposibilidad de disociación de
individuo y sociedad y en el reconocimiento explícito de la retroalimentación intersubjetiva y
dialógica que fluye entre ambos. Asimismo, dada la función relacional de las emociones,
coincidimos con Picard (1983) en que han de valorarse códigos emocionales integrados por un
conjunto de actitudes socialmente conformadas y con referentes a códigos de carácter cultural
(Bateson, 1971) y trasmitidos mediante el proceso de socialización a través de agencias como la
familia, la escuela y los medios de comunicación de masas.
Investigar sobre la naturaleza relacional humana es una actividad calificada por Rodríguez
(1993, p. 65) como "un acontecimiento excéntrico y una tarea nada fácil", dado el enraizamiento
y diversificación de las creencias asociadas a semejante objeto de estudio. Multitud de creencias,
algunas de ellas abiertamente discrepantes, están latentes respecto al dominio complejo e
inespecífico que le corresponde, el ser humano en interacción. A nivel investigador, han de
implicarse en este diversificado campo de estudio los vínculos relacionales, las prácticas sociales,
la intersubjetividad, así como la construcción de los significados sociales (Ibáñez, 1990, 1997)
a partir de las redes de interacción social. Nos socializamos en grupo y desarrollamos nuestra
esfera afectiva mediante una nutrición emocional (en términos sistémicos) proporcionada por los
grupos de pertenencia primarios y secundarios.
Las realidades del mundo actual se han ido volviendo cada vez más complejas, según Morin
(1994), de manera que, en los últimos años, dadas las interrelaciones e interconexiones de los
constituyentes psicológicos, sociales, biológicos, políticos, culturales y ecológicos, ha se
sugerirse una nueva manera de abordar comprehensivamente la realidad en planos como el
relacional. Según Nicolescu (1996), entre los objetos de estudio hay ciertas dimensiones,
"niveles de realidad" a partir de una "lógica arborescente", en los términos de Morin (1994).
Somos seres relacionales que nos vinculamos a los demás, necesitamos de los otros para conformar
una identidad personal y social que nos defina. Dado el carácter dialéctico de la realidad social
somos parte del entretejimiento de relaciones de relaciones de muy diferente tipo (superación de
la conceptualización en términos de objetos independientes), de modo que existimos como seres
relacionales (Gergen, 1992, 1996). Necesitamos de los demás para conformar nuestras
identidades, así como agentes de los procesos de socialización y psicologización que nos
convierten en personas. Así, a través de la vinculación a los otros se va creando y reformulando
la identidad grupal y social, que no es sino la base de la propia identidad personal, a través de
la pertenencia a grupos primarios y secundarios que actúan como agencias por excelencia de
enculturación, socialización y personalización. Desde un posicionamiento fenomenológico, se
defiende que la única manera posible de aprehender la realidad es a través de la subjetividad
de los individuos, lo que lleva al concepto de la intersubjetividad, a modo de puesta en común
de las diferentes subjetividades (Schütz, 1972).
Como presupuestos de partida, en semejante proceso psicosocial de (re)constitución de nuestra
esfera relacional, desde una perspectiva interaccionista en las relaciones humanas se debe tomar
en consideración el carácter socialmente organizado de la experiencia humana, presupuesto en
virtud de cual se incide en el proceso de organización social de la experiencia humana,
enfatizándose la importancia concedida en el desempeño de roles, por ejemplo en las relaciones de
pareja. Se estima que las formas y el contenido de la vida social son productos de la acción e
interacción humana mediante las que se proponen soluciones consensuadas a los problemas de sus
vidas cotidianas. El presupuesto de que el ser humano es un agente activo que inicia transacciones
con el ambiente social y no social que le rodea, respondiendo selectivamente a él regula los
vínculos. En este sentido, se otorga una gran importancia a la intersubjetividad, así como a
interpretaciones individuales y sociales del proceso interaccional. Así, el mundo al que reaccionan
los seres humanos y sobre el que actúan es un mundo simbolizado, de modo que el mundo exterior
no existe independientemente de nosotros. A la vez que el ser humano es un agente libre, activo y
propositito su actividad se ve fuertemente constreñida por fuerzas externas y por la posición que
ocupa como miembro de la sociedad y de diferentes grupos. Como dice Stryker (1977, p. 317),
cada uno es constitutivo del otro: no existe individualidad fuera de la sociedad, ni hay sociedad
sin las acciones de los individuos. Como expusimos en otras oportunidades (Moral, 2010; Moral,
Sirvent y Blanco, 2011), en nuestra presentación ante los otros en la vida cotidiana en sentido
goffmaniano todos tenemos/ejercemos un quantum tanto de autoafirmación como de
interdependencia, autoengaño y deseabilidad social.
En circunstancias como las actuales, si atendemos a variables contextuales, se constata que el
mundo relacional se complejiza debido a que abundan desregulaciones varias que afectan a la
expresión de las emociones y de los sentimientos (Greenberg, 2000; Greenberg y Goldman,
2008; Nussbaum, 2008; Verdú, 2013) y a la propia esfera identitaria (Moral, 2001, 2005a,
2005b, 2008). En este sentido, Goleman (1995) destacaba que existe un claro descenso y/o
desadaptación de la competencia emocional en las últimas décadas, lo cual en aplicable en
ciertas condiciones a arquetipos sentimentales como el amor. Bajo la influencia de la penetrante
idealización romántica de los vínculos, así como por la acción de la incertidumbre y la
complejidad, en la cultura occidental el amor confluente, término acuñado por Giddens (1995)
en su texto La transformación de la intimidad: sexualidad amor y erotismo en la sociedades
modernas, designa una modalidad de amor ligada a las transformaciones en la esfera pública y
privada que implicó la revolución sexual. Como en una suerte de sinécdoque de los cambios
sociohistóricos descritos en la conceptualización del amor Mora (2010) lo resume como el
tránsito del amor cortés al sexo sin amor. En este creciente proceso de individualización la
experiencia de la intimidad ha tendido a vivirse de una forma más intensa (Duch y Mèlich, 2009).
Últimamente, la consideración de las emociones como sentimientos o sensaciones que nos
suceden, y frente a los que somos receptores pasivos, ha cedido terreno a una estimación de la
mayor complejidad y diversidad de las mismas, con intrincadas relaciones con creencias, deseos,
motivos y actitudes, tal y como manifiesta Hansberg (1996).
Bajo las señas identificativas de un amor postmoderno Bauman (2005) nos habla de la fragilidad
de los vínculos humanos, con relaciones interpersonales fugaces y conexiones superficiales y
mercantilizadas. Semejante amar líquido se vincula a afirmaciones de independencia personal,
lo cual conduciría a plantear el amor romántico como una potencial amenaza. Dada la tendencia
al individualismo como seña identificativa de las sociedades occidentales u occidentalizadas de
principios de siglo XXI se contagian los vínculos interpretándose que las relaciones sólidas frente a las líquidas-
pueden hacer mella en la autonomía personal (véase Beck y Beck-
Gernsheim, 2006; Castells y Subirats, 2007). La valoración positiva de aspectos como la libertad,
la autonomía y la autoafirmación personal podría entrar en conflicto con la vivencia idealizada
del amor, aunque en esencia como si de un miedo a la libertad (en sentido frommiano) se tratara,
en relaciones dañinas los vínculos se contaminan y se vuelven interdependientes, dado el uso
de una libertad negativa basada en la dificultad de gestionarla óptimamente. De acuerdo con
Álvarez (2009, 2015), la interdependencia tiene en cuenta el contexto y las relaciones, así como
el trasfondo de significados de nuestra capacidad emocional, cognitiva y conductual. Así, el
individuo presenta opciones relacionales diversas mediante las que se puede o bien fortalecer
su autonomía o incrementar su interdependencia.
En la literatura psicosociológica el análisis del componente de intimidad entre los miembros de la
pareja se revela como fundamental ya que se relaciona con el aumento continuo de la
reciprocidad de autorevelaciones y de las experiencias compartidas (Levinger, 1988; Rubin,
1973), unido a un cada vez mayor compromiso y proceso de interdependencia (Altman y Taylor,
1973; Levinger y Snoek, 1972). Este hecho es vinculado por Yela (1996) al resultado del balance
costos/recompensas (Levinger, 1979) e influido por procesos como la disonancia cognitiva
(Festinger, 1957), el nivel de comparación de alternativas (Thibaut y Kelley, 1959) o la
autopercepción atributiva (Bem, 1972), responsables del mantenimiento de la relación.
La importancia de satisfacer las necesidades afiliativas es un hecho constatado en la literatura
sobre el tema y actúa como rudimento de la propia gregariedad, como constató Schachter
(1961), entre otros. Sin embargo, en diversas circunstancias, algunos vínculos de apego e
interaccionales devienen en patológicos al desvirtuarse los procesos subyacentes. En estos casos
esa interrelación puede derivar en apego dependiente con la manifestación de síntomas
psicopatológicos de merma de la autonomía personal, necesidad excesiva del otro, síntomas de
abstinencia y craving en su ausencia, naturaleza desiderativa de las experiencias y otros signos
patognomónicos varios.
Concebida la interdependencia como dependencia recíproca si bien, en este sentido, puede
constituir la base de unos vínculos psicosociales saludables en los que la comunicación, el afecto,
las necesidades intenciones se retroalimenten de las demás personas significativas para
nosotros, la interdependencia afectiva puede entorpecer la capacidad individual de autonomía y
reafirmación personal. En las relaciones de pareja la interdependencia óptima ha de basarse en
el respeto de la individualidad de cada uno, así como en la aportación de las contribuciones
afectivas y los apoyos saludables que beneficien al vínculo. En cambio, tal y como la concebimos
asociada a las Dependencias Sentimentales, la interdependencia afectiva es un fenómeno
silente, poco estudiado y de elevada prevalencia que emerge en forma de equivalentes
sintomáticos tales como depresión reactiva, trastorno obsesivo, síndromes desadaptativos, etc.
Además, los problemas asociados a la interdependencia suelen tener un impacto sociofamiliar
dramático y un potencial autodestructivo que estimamos debe ser tenido muy en cuenta (véase
Sirvent et al. , 2004).
La disfuncionalidad de los vínculos afectivos, las relaciones desadaptativas e interferentes, así
como la asimetría de la relación con subordinación emocional y la necesidad cronificada del
otro/a constituyen los principales descriptores sintomáticos de una Dependencia Sentimental.
Específicamente, en los dependientes sentimentales (dependientes emocionales, bidependientes y
codependientes) resultan de sumo interés los vínculos afectivos que se forjan y fortalecen en el
seno familiar, dado que se ha constatado la influencia de las carencias afectivas en la infancia y de
otros antecedentes familiares de similar índole en el proceso constitutivo de unos vínculos afectivodependientes (Moral y Sirvent, 2008).
En su conjunto, la conceptualización de las Dependencias Sentimentales o Afectivas se realiza
mediante el análisis de diversos planos que afectan al nivel de las relaciones de pareja y a la propia
esfera personal e interpersonal. De acuerdo con nuestro modelo etiológico esto se concreta en
indicadores tales como (Sirvent, 2004, 2006; Moral y Sirvent, 2008, 2009): a) la avidez con la
que precisa disponer de la presencia del otro del que se experimenta un enganche emocional por
muy frustrante que sea la relación; b) la necesidad del otro/a de manera imperiosa y acuciante,
con subordinación volitiva; c) la necesidad de la aprobación de los demás y una preocupación
excesiva por agradar a la persona de la que se depende; d) manifestaciones de abstinencia
(sufrimiento devastador caso de ruptura o ausencia) y craving (anhelo de estar en pareja),
indicativas del carácter toxicofílico del vínculo; e) el fantaseo excesivo al comienzo de la relación
que les suma en un estado de euforia cuando la empiezan y de idealización excesiva de sus
parejas; f)
la búsqueda de nuevas sensaciones descrita como la necesidad de estímulos y
experiencias nuevas o intensas al objeto de alcanzar un nivel óptimo de
excitación; g) la acomodación situacional ante una situación relacional que requeriría de un posicionamiento
activo; h) el autoengaño como incapacidad del sujeto para darse cuenta de los efectos adversos
de la relación; i) el empleo de la manipulación y de estrategias de negación y no afrontamiento;
j) la recreación de sentimientos negativos e inescapabilidad emocional
con vivencia autodestructiva asociada a la relación; k) el asimétrico intercambio recíproco de afecto asociado
a un persistente vacío emocional; l) la adopción de posiciones subordinadas en las relaciones,
asociado a una progresiva autoanulación personal, una empobrecida autoestima y autoconcepto
negativo; m) la manifestación de sentimientos de desvalimiento emocional y un estado de ánimo
medio disfórico con oscilaciones en función de la propia evolución de su situación interpersonal;
n) conflictos identitarios y en los límites relacionales, control y dominio y juegos de poder; o) la
manifestación de antecedentes personales indicativos de ciertas carencias afectivas en la
infancia o apegos ansiosos junto a posibilidades de haber sufrido maltrato emocional y/o físico,
p) factores de heterocontrol (orientación rescatadora, sobreprotección con pseudoaltruismo y
abnegación; sobrecontrol y focalización en el otro/autodescuido), y entre otros indicadores
básicos como criterios patognomónicos de primer orden,
q) la adopción de posiciones subordinadas en las relaciones, asociada a una progresiva autoanulación personal, una
empobrecida autoestima y un autoconcepto negativo.
De forma sintetizada, se incide en la disfuncionalidad de los vínculos afectivos, las relaciones
desadaptativas e interfirientes, el patrón crónico de demandas afectivas frustradas, el intercambio
no equilibrado de afectos, la asimetría de la relación con subordinación emocional o la necesidad
cronificada del otro como principales descriptores sintomáticos de una Dependencia Sentimental.
Específicamente, en lo relativo a la interdependencia, a pesar de la dificultad de concretar los
rasgos diferenciadores de un perfil-tipo al uso, lo cual es sumamente controvertido en modelos
etiológicos con base adictiva, se constata que la voracidad de cariño/amor, la incapacidad para
romper ataduras, la búsqueda de sensaciones y la hiperestimulación, las preocupaciones relativas
a la anticipación de una posible separación de sus parejas (abstinencia y craving), así como el
tropismo hacia relaciones intensas son característicos de los dependientes sentimentales.
Objetivos e hipótesis de investigación
Una vez fundamentado lo anterior, como objetivo general del estudio se plantea estudiar los
perfiles sintomáticos de Interdependencia (Dependencia pura, Búsqueda de sensaciones y
Craving / Abstinencia) por subtipo de Dependencia Sentimental (Dependencia Emocional,
Bidependencia y Codependencia). Asimismo, se propone determinar la prevalencia y severidad
de la interdependencia afectiva en tales subpoblaciones clínicas.
Como hipótesis de trabajo se propone que se confirmará la existencia de diferencias significativas
en los perfiles sindrómicos en función del subtipo de dependencia sentimental. En concreto, la
sintomatología clínica en los factores explorados será mayor en los dependientes emocionales y
los bidependientes respecto a los codependientes.
MÉTODO
Participantes
En esta investigación se empleó un diseño no experimental transversal cuantitativo de tipo
descriptivo correlacional (Hernández, Fernández y Baptista, 1998). Se han seleccionado muestras
clínicas y de comparación mediante un diagnóstico llevado a cabo por el equipo multidisciplinar de
psicoterapeutas (psicólogos, médicos y psiquiatra) de la Fundación Instituto Spiral en Oviedo y
Madrid y por profesionales externos mediante acuerdo inter-jueces. En este estudio han participado
225 pacientes, de los cuales el 44, 2 (n=99) están filiados como dependientes emocionales (DE),
el 22, 8 (n= 52) como codependientes (CDP) y el 33, 0 (n=74) como bidependientes (BDP).
De los sujetos diagnosticados como dependientes emocionales, el 73, 1% son mujeres y el 26. 9%
restante hombres. De acuerdo a la estratificación por edades, la media se halla en 38, 84 años
(DE=9, 554) con un rango de edad de 20 a 61 años. Casi la mitad de los mismos están solteros
(44, 9%) y más de un tercio declara haber tenido dos matrimonios/parejas (33, 3%). Se
manifiesta que el 16, 9% está diagnosticado de depresión y ansiedad, un 9, 9% de depresión, un
8, 5% de ansiedad, así como respecto al historial de drogodependencias el tabaquismo (5, 7%),
el consumo de psicofármacos (4, 3%) y el uso de alcohol y cocaína (2, 9%) representan las
principales adicciones.
La subpoblación de bidependientes está integrada por 74 sujetos diagnosticados, con edades
comprendidas entre los 17 a 55 años (media=36, 87 años), de los cuales el 55, 6% (n=35) son
varones. Un 67, 6% (n=50) son solteros y ejercen labores de obrero cualificado el 28, 6% (n=21),
con nivel cultural de Bachiller (27%), casi un tercio (30, 6%) con un historial de al menos tres
parejas con las que se ha convivido.
Se han seleccionado 52 casos de codependientes de la muestra de familiares de pacientes en
tratamiento (79, 5% mujeres y 20, 5% hombres, media de edad 49, 4 años). La ocupación más
habitual es la categoría de labores domésticas (45, 6%, n=23) y obrero cualificado (19, 3%,
n=11). El setenta por ciento de los codependientes que integran la muestra están casados y un
16, 0% (n=10) separados. En relación a sus experiencias de pareja un porcentaje del 61, 3%
(n=31) declaran tener/haber tenido la experiencia de compartir su vida con una única pareja.
Instrumentos de evaluación
La evaluación de las dependencias sentimentales es sumamente compleja, ya no sólo por la
dificultad de definición operacional del propio constructo, sino por la escasez de instrumentos de
evaluación que cuenten con las garantías psicométricas exigibles. Los autores hemos construido el
inventario de Relaciones Interpersonales y Dependencias sentimentales I. R. I. D. S. -100 (anterior
T. D. S. -100) de Sirvent y Moral (2007) compuesto por 100 ítems evaluados mediante escala Likert
de cinco puntos (Muy Desacuerdo a Muy de Acuerdo). Según la estructura factorial obtenida por
rotación varimax está integrado por 7 subescalas (Interdependencia, acomodación situacional,
Autoengaño, Sufrimiento, identidad y límites relacionales, Antecedentes personales y
Heterocontrol) y 23 factores sindrómicos. En este estudio se ha priorizado el análisis de la Escala
de Interdependencia que valora el apego dependiente en la interrelación para lo cual se apoya
en tres factores: la necesidad excesiva del otro, la búsqueda de sensaciones y los síntomas de
abstinencia y craving en su ausencia junto a la naturaleza desiderativa de los estímulos y
experiencias junto al otro/a (véase Cuadro 1). El inventario I. R. I. D. S. -100 es fiable (Alfa de
Cronbach= , 976 para una muestra total de 880 sujetos con valores que oscilan entre , 878 para
la escala de Sentimientos Negativos y , 847 para la escala de acomodación Situacional), válido,
consistente, y diferencia cuatro tipos de dependencia interpersonal: Relacional,
Emocional, Bidependencia y codependencia. En concreto, en este estudio con una muestra clínica de 225
pacientes se ha hallado un valor del alfa de cronbach de , 947 (T2 de Hotelling = 5225, 361) y
específicamente de , 903 (T2 de Hotelling = 246, 154) en la escala de Interdependencia en la que
centraremos nuestro análisis.
Cuadro 1. Factores de la escala de Interdependencia del I. R. I. D. S. -100 (Sirvent y Moral, 2007).
I . FACTORES DE RELACIÓN INTERPERSONAL PERTENECIENTES A LAS escala DE
INTERDEPENDENCIA DEL I. R. I. D. S. -100 (Sirvent y Moral, 2007)
1. FACTORES DE INTERDEPENDENCIA vinculados a la escala de Interdependencia:
1. 1. Dependencia pura: Necesitar al otro/a de manera imperiosa y acuciante,
subordinándose volitivamente, de forma parecida a como precisa un adicto la droga.
1. 2. Búsqueda de sensaciones: Necesidad de estímulos y experiencias nuevas o intensas al
objeto de alcanzar un nivel óptimo de excitación.
1. 3. Craving/ Abstinencia: El craving (el "ansia" en castellano) es un Intenso deseo o anhelo
del otro/a o de las sensaciones y emociones que se experimentaban junto a dicha persona.
La sintomatología de abstinencia se traduce en síntomas deprivativos en ausencia del otro/a
como ansiedad central y periférica, insomnio, depresión, somatizaciones, recelo y
suspicacia, etc.
Como cuestionario de anclaje se ha empleado el inventario de Dependencias Interpersonales
(I. D. I. ) de Hirschfeld, Klerman, Harrison, Gough, Barret, Korchin y Chodoff (1977) adaptado a
población española. Se refiere a la dependencia interpersonal como un conjunto de
pensamientos, creencias, sentimientos y comportamientos que giran en torno a las necesidades
de asociarse estrechamente a otras personas. En este estudio se ha hallado un valor del Alfa de
Cronbach de , 806. Está integrado por 48 afirmaciones medidas mediante escala Likert (No
característico de mí a Muy característico de mí) en las que se exploran cuestiones relativas a
apego adulto y dependencia emocional, autonomía en las tomas de decisiones, habilidades
interpersonales, etc. A partir del análisis factorial del instrumento de evaluación empleado se
han obtenido tres factores: dependencia emocional de otra persona, Falta de confianza social
en uno mismo y autonomía.
Procedimiento y análisis de datos
Dado nuestro interés investigador en la temática de las dependencias relacionales se estableció
un acuerdo de colaboración entre dos Unidades de Investigación, el grupo de análisis de las
Dependencias Relacionales de la "Fundación Instituto Spiral" y la Unidad de Investigación
Psicosocial para el estudio de las Dependencias Relacionales de la Universidad de Oviedo. Mediante
un riguroso diagnóstico diferencial respecto a otras patologías (apego ansioso, trastorno de
personalidad límite, sociotropía, etc. ) realizado por un equipo multidisciplinar, mediante el
procedimiento de doble ciego y acuerdo inter-jueces, se han diagnosticado los casos de pacientes
dependientes emocionales, bidependientes y codependientes. La recogida de la información se ha
llevado a cabo por profesionales de "Fundación Instituto Spiral" dentro del programa terapéutico
contando con suficientes garantías metodológicas (asignación de un código identificativo,
confidencialidad, etc. ).
En este estudio descriptivo el procesamiento y da tratamiento estadístico de los datos se ha llevado
a cabo mediante el programa SPSS versión 18. 0 y se han efectuado análisis descriptivos
(distribución de frecuencias, medias y desviaciones típicas, etc. ) y de frecuencias, así como de
comparación de medias (ANOVAs) con estadísticos post-hoc.
RESULTADOS
En primer lugar, se ofrecen los resultados de los análisis descriptivos básicos (Media, Desviación
típica, Mínimo y Máximo) por subtipo de población clínica (bidpendientes, codependientes y
dependientes emocionales) en la escala de Interdependencia, así como en los factores clínicos que
la conforman (Dependencia pura, Búsqueda de sensaciones y Craving / Abstinencia) (véase Tabla
1). tabla 1. Descriptivos básicos por subtipo de población clínica.
escala de Interdependencia y Factores
Media Desviación típica
Mínimo
Máximo
Interdependencia
afectiva
3, 4786
2, 7683
3, 5139
, 59064
, 76042
, 51416
2, 42
1, 46
2, 54
4, 83
4, 96
5, 00
3, 4974
2, 9521
3, 6087
, 72060
, 79077
, 57809
2, 00
1, 22
2, 22
4, 78
5, 00
5, 00
3, 6250
2, 5440
3, 3819
, 69347
, 85001
, 67965
2, 50
1, 20
1, 90
5, 00
4, 90
5, 00
3, 1488
2, 8600
3, 5546
, 60173
, 85833
, 58131
2, 00
1, 40
2, 00
4, 60
5, 00
5, 00
Dependencia Pura
Búsqueda de
Sensaciones
Craving / Abstinencia
Bidependiente
Codependiente
Dependiente
emocional
Bidependiente
Codependiente
Dependiente
emocional
Bidependiente
Codependiente
Dependiente
emocional
Bidependiente
Codependiente
Dependiente
emocional
Los resultados descritos se exponen gráficamente en los correspondientes gráficos de barras
(véase Gráficos 1 y 2).
Gráfico1. Puntuaciones medias en Interdependencia afectiva, Dependencia pura, Búsqueda de
sensaciones, Craving / Abstinencia por subtipo de dependencia sentimental (Gráfico de barras
agrupado).
Gráfico 2. Puntuaciones medias en Interdependencia afectiva, Dependencia pura, Búsqueda de
sensaciones, Craving / Abstiencia por subtipo de dependencia sentimental (Gráfico de barras
apilado).
La ausencia, presencia y severidad de los síntomas analizados también es objeto de análisis, de
modo que se ofrecen en la tabla 2 los rangos correspondientes, así como el porcentaje de casos
adscritos a cada nivel por subtipo de dependencia sentimental. Se constata la importancia nuclear
de la Interdependencia afectiva en el diagnóstico de estos trastornos, especialmente en los casos
de la dependencia emocional y la Bidependencia, así como la intensidad de la presencia de
dependencia pura en ambos trastornos y la severidad de los síntomas de Búsqueda de sensaciones
en los bidependientes y de Craving / Abstinencia en los dependientes emocionales, todo ello en
comparación con el menor valor diagnóstico en la subpoblación comparativamente con los otros tipos de dependencia sentimental.
de codependientes
tabla 2. Rangos de medias y grados de severidad por subtipo de población clínica.
escala de Interdependencia
Ausente
Presente
Intenso/Muy
intenso
y Factores
rango
Interdependenci
Bidependient
<
a afectiva
e
1, 4%
Codependien
<
te
22, 0%
Dependiente
<
emocional
0, 0%
Dependencia
Bidependient
<
Pura
e
8, 7%
Codependien
<
te
17, 6%
Dependiente
<
emocional
2, 1%
Bidependient
<
e
2, 0%
Codependien
<
te
38, 0%
Dependiente
<
emocional
4, 3%
Bidependient
<
e
7, 0%
Codependien
<
te
28, 0%
Dependiente
<
emocional
4, 1%
Búsqueda
de
Sensaciones
Craving
Abstinencia
%
2, 22
rango
%
2, 222, 92
20, 6%
2, 22
2, 222, 92
3, 1%
2, 22
2, 22
2, 22
2, 22
2, 30
2, 30
2, 30
2, 40
2, 40
2, 40
2, 222, 92
rango
%
2, 93-5, 00
78, 0%
2, 93-5, 00
44, 9%
2, 93-5, 00
11, 5%
88, 5%
2, 22-2, 89
2, 90-5, 00
14, 4%
76, 9%
2, 22-2, 89
2, 90-5, 00
31, 4%
49, 0%
2, 22-2, 89
2, 90-5, 00
10, 6%
87, 2%
2, 30-2, 80
2, 81-5, 00
112, 5%
86, 5%
2, 30-2, 80
2, 81-5, 00
28, 0%
34, 0%
2, 30-2, 80
2, 81-5, 00
15, 9%
79, 8%
2, 40-2, 80
2, 81-5, 00
18, 6%
74, 4%
2, 40-2, 80
2, 81-5, 00
32, 0%
40, 0%
2, 40-2, 80
2, 81-5, 00
11, 4%
88, 6%
INTERDEPENDENCIA AFECTIVA EN DEPENDIENTES SENTIMENTALES
Cuadro 1. Intensidad de La Interdependencia y factores de relación según tipo de dependencia.
escala / Factor
DEPENDENCIA
CODEPENDENCIA
BIDEPENDENCIA
EMOCIONAL
Interdependencia
++++
++
++++
Dependencia pura
++++
++
+++
Búsqueda
+++
+
++++
++++
++
++++
de
sensaciones
Craving
/
Abstinencia
+ Ligero
++ Acusado
+++ Intenso ++++ Muy intenso
A objeto de contrastar la hipótesis planteada en función de la cual se prevé que se hallarán
diferencias significativas en interdependencia afectiva y en los factores clínicos explorados entre
las subpoblaciones clínicas, se ha llevado a cabo una prueba de comparaciones de medias para
muestras independientes mediante el procedimiento de ANOVA de un factor. En este sentido, se
ha confirmado la existencia de diferencias significativas (p<. 01) en todos los indicadores
evaluados del I. R. I. D. S. -100, de modo que los dependientes emocionales presentan mayor
Craving / Abstinencia (F= 18, 841), siendo la Búsqueda de sensaciones el descriptor diferencial
de los bidependientes (F= 29, 674) (véase tabla 3 y Gráfico 3). Asimismo, se han evaluado las
diferencias significativas en los factores explicativos del I. D. I. de Hirschfeld et al. (1977)
hallándose que los dependientes emocionales y los bidependientes presentan mayor
dependencia emocional de otra persona (F = 9, 202) y Falta de confianza social en uno mismo
(F = 6, 222), si bien no existen diferencias significativas en el indicador de autonomía entre las
subpoblaciones clínicas objeto de estudio, tendencia ya hallada por nuestro equipo investigador
(véase Moral y Sirvent, 2009, 2010; Sirvent y Moral, 2009).
tabla 3. Comparaciones de medias en los factores del IRIDS-100 y del IDI por subtipo de
población clínica.
escala de Interdependencia
y Factores del I. R. I. D. S. -100
Interdependencia afectiva
Dependencia Pura
Búsqueda de Sensaciones
Craving / Abstinencia
Factores del I. D. I.
dependencia emocional de otra
persona
Falta de confianza social en uno
mismo
Autonomía
F
Comparaciones de medias posthoc (Tukey-b)
26, 024
16, 195
29, 674
18, 841
CDP < DE, BDP
CDP < DE < BDP
CDP < BDP < DE
9, 202
CDP < DE, BDP
6, 222
CDP < DE, BDP
, 008
n. s.
Gráfico 3. Comparaciones de medias (Gráfico de líneas múltiple).
DISCUSIÓN
En sentido laxo, en todos nosotros está presente un nivel de interdependencia en el plano
socioafectivo que nos vincula a los demás. A nivel psicosocial, se constata la importancia de la
interacción social y la conducta social humana que es descrita como una conducta intencional,
cultural, simbólica y motivada por las emociones. Lo cierto es que debemos tener claro que "por
el simple hecho de ser humanos deseamos vínculos con los demás" (Schaeffer, 1998, p. 30). En
cambio, la interdependencia afectiva, tal y como la concebimos en este estudio como criterio
definitorio de las dependencias sentimentales, constituye un proceso silente y morboso (como
indicio o casi de enfermedad) de elevada prevalencia en las relaciones de pareja conflictuadas. Así,
la mayoría de investigadores sitúan la prevalencia de la adicción al amor entre el 3 y el 6% de
la población adulta en general (Freimuth et al. , 2008; Krueger y Kaplan, 2001; Kuzma y Black,
2008; Sussman, Lisha y Griffiths, 2010; Timmreck, 1990). Tales trastornos cursan con
manifestaciones de interpendencia afectiva, marcadamente asimétrica, con un reparto
desequilibrado de los costes y beneficios en el plano emocional.
La base etiológica de las dependencias sentimentales no se fundamenta en exclusividad sobre lo
caracterológico o lo relacional, sino que las representaciones sociales sobre el amor e incluso
indicadores macrocontextuales afectan a los desórdenes afectivos.
Es por tanto, la disfuncionalidad, saliencia e intensidad de los afectos toxicofílicos, junto a la interpretación
sociocultural de los mismos, un elemento clave de esa vinculación a los otros que se convierte en
dependencia. Y es que las emociones aparecen en un contexto determinado, sin el cual ellas
mismas no existirían tal y como las interpretamos y, por tanto, representan una parte indisoluble
de las situaciones en las que se generan, de acuerdo con Gergen (1996). De ahí la pertinencia
de constatar los cambios en la manifestación de los afectos que estamos experimentando en
nuestros días. En la actualidad, paradójicamente, junto a la exacerbación del individualismo y la
liquidez de las relaciones en el sentido expuesto por Bauman (2005), se constata una dinámica
de creciente interdependencia, con el incremento e intensificación de las interacciones con costes
recíprocos para los sujetos implicados en tales vínculos. De este modo, en la actualidad las
relaciones de pareja se hallan sometidas a unas singularidades, presiones y simbolismos que las
caracterizan, máxime ante unas condiciones relacionales de cambios en los estilos de expresión
de los afectos y sentimientos (Freitas-Magalhães, 2007; Greenberg y Goldman, 2008; Hicks y
Hicks, 2008; Nussbaum, 2008) propias de la globalización de las emociones, en el sentido
expresado por Castro (2012), características de este nuevo arte de amar y depender (Chaumier,
2006).
Proponemos que a partir del análisis comprehensivo de las implicaciones clínicas y psicosociales
de la importancia nuclear de la interdependencia se abunde en el interés de profundizar en el
estudio integral de las Dependencias Sentimentales. A nivel preventivo y rehabilitador se
constata la importancia de unas adecuadas habilidades, destrezas, recursos, competencias, etc. ,
a nivel emocional y afectivo como herramientas de autoconocimiento y vinculación interpersonal,
de gran trascendencia en los trastornos objeto de análisis en este estudio. A efecto de nuestro
interés investigador, por lo general, las personas dependientes sentimentales suelen mostrar
una afirmación en el otro/a mal entendida que les conduce a una suerte de simbiosis afectiva,
lo cual a los efectos obstaculiza su propio proceso de autoafirmación y autonomía emocional. El
anhelo de estar con la pareja de la que dependen e incluso la anticipación de su ausencia, sobre
todo en dependientes emocionales y bidependientes, torna el vínculo dañino y disfuncional. Todo
ello estaría mediado por sus déficits motivacionales, los desajustes identitarios, los conflictos en
autogestión emocional y otros descriptores sintomáticos descritos.
En suma, al aludir a los objetivos psicoterapéuticos y la intervención integral en dependencia
sentimental, tal y como expusimos en otra oportunidad (Moral y Sirvent, 2014, pp. 52-53):
"Nuestra propuesta de intervención en dependencias sentimentales se basa en la
aplicación de un modelo integrativo guiado por la experiencia clínica, la reflexión teórica
y el sometimiento a reevaluación e investigación etiológica comprehensiva de los
constructos objeto de estudio (. . . ) Abogamos por la necesidad de potenciar la realización
de estudios integradores mediante los que se consolide su entidad gnoseológica.
Una actuación fundamental es de carácter evaluativo y comprehensivo, así como de
intervención psicosocial y comunitaria, promoviendo cambios actitudinales y en las
representaciones sociales sobre los roles atribuidos a los miembros de la pareja. Para
ello, potenciar la toma de conciencia de la situación e ir descubriendo coparticipadamente
las pautas disfuncionales permite redimensionar cognitivamente la condición de
dependencia, autoengaño, entrega y sobreimplicación incondicional, reiteración,
identidad deteriorada, etc. , como principales descriptores de tales problemáticas".
Como líneas prospectivas de investigación en esta temática, se incide en la importancia de
profundizar en el estudio comprehensivo de la psicopatología del amor en las relaciones de
pareja (Sophia, Tavares y Zilberman, 2007), así como en el análisis integral de las emociones y
los sentimientos (Retana y Sánchez, 2010; Manassero, 2013; Zaragoza, 2013). Modificar las
representaciones estructurales de las creencias amorosas y la interdependencia en las relaciones
de pareja resulta de gran interés, dada la importancia de incidir en la promoción de la salud
relacional (Ali y Chamorro-Premuzic, 2010; Fossas, 2014; Wolfe, Crooks y Hughes, 2013) como
base de una buena gestión de nuestros afectos.
BIBLIOGRAFÍA
1. Ali, F. y Chamorro-Premuzic, T. (2010). The dark side of love and life satisfaction: Associations
with intimate relationships, psychopathy and Machiavellianism. Personality and Individual
Differences, 48(2), 228-233.
2. Altman, I. y Taylor, D. A. (1973). Social Penetration: the development of interpersonal
relationships. Monterrey, California: Brooks-Cole.
3. Álvarez, S. (2009). Access to opportunities in multicultural Societies and the relevance of
public expression. Social & Legal Studies, 18(4), 543-559.
4. Álvarez, S. (2015). La autonomía personal y la autonomía relacional. análisis Filosófico,
35(1), 13-26.
5. Bateson, G. (1971). Introduction: The Science of Mind and Order. In G. Bateson, G. (1973).
Steps to an Ecology of Mind. London: Paladin Books.
6. Bauman, Z. (2005). Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Madrid:
Fondo de Cultura Económica.
7. Beck, U. y Beck-Gernsheim, E. (2006). El normal caos del amor. Barcelona: Paidós Contextos
El Roure.
8. Bem, D. J. (1972). Self-perception Theory. En L. Berkowitz (Dir. ). Advances in Experimental
Social Psychology, Vol 6 (pp. 1-62). New York: Academic Press.
9. Castells, M. y Subirats, M. (2007). Mujeres y hombres. ¿Un amor imposible? Madrid: Alianza
Editorial.
10. Castro,
A.
(2006).
Teorías implícitas del liderazgo, contexto y capacidad de conducción. Anales de psicología, 22, 88-97.
11. Chaumier, S. (2006). El nuevo arte de amar. Madrid: Alianza Editorial.
12. Duch, L. y Mèlich, J. C. (2009). Ambigüedades del amor. Madrid: Trotta.
13. Festinger, L. (1957). A Theory of Cognitive Dissonance. California. Standford
University
Press.
14. Fossas, F. J. (2014). De las dependencias a la autonomía. Integral: vivir mejor en un mundo
mejor, 409, 60-65.
15. Freimuth, M. , Waddell, M. , Stannard, J. , Kelley, S. , Kipper, A. , Richardson, A. , & Szuromi, I.
(2008). Expanding the scope of dual diagnosis and co-addictions: Behavioral addictions.
Journal of Groups in Addiction & Recovery, 3, 137160.
16. Freitas-Magalhães, A. (2007). The Psychology of Emotions: The allure of human face. Oporto:
University Fernando Pessoa Press.
17. Gergen, K. J. (1992). El yo saturado: dilemas de identidad en el mundo contemporáneo.
Barcelona: Paidós.
18. Gergen, K. J. (1996a, or. 1994). Realidades y relaciones: aproximación a la construcción social
de la realidad. Barcelona: Paidós (Realities and Relationships. Soundings in Social
Construction).
19. Giddens, A. (1995). La transformación de la intimidad: sexualidad, amor y erotismo en las
sociedades modernas. Madrid: Cátedra.
20. Goleman D. (1995a). Emotional intelligence. New York: Bantam.
21. Greenberg, L. S. (2000). Emociones, una guía interna: cuáles sigo y cuáles no. Bilbao:
Desclée de Brouwer.
22. Greenberg, L. S. , & Goldman, R. N. (2008). Emotion-Focused couples therapy: the dynamics
of Emotion, Love, and Power. Washington, D. C. : American Psychological Association.
23. Hansberg, O. (1996). La diversidad de las emociones. México: Fondo de Cultura Económica.
24. Hernández, R. , Fernández, C. y Baptista, L. (1998). Metodología de la Investigación. México,
D. F. : McGraw-Hill Interamericana.
25. Hicks, E. y Hiscks, J. (2008). El increíble poder de las emociones: atrévete a dejarte guiar por
los sentimientos. Barcelona: Urano.
26. Hirschfeld, R. M. A. , Klerman, G. L. , Harrison, M. , Gough, H. G. , Barret, J. , Korchin, S. J. , &
Chodoff, P. (1977). A measure of interpersonal dependency. Journal of Personality
Assessment, 41(6), 610-618.
27. Ibáñez, T. (1990). Aproximaciones a la psicología social. Barcelona: Senday.
28. Ibáñez, T. (1997). Why a critical social psychology? En T. Ibáñez y L. Íñiguez (Eds. ). Critical
social psychology (pp. 27-41). London, UK: Sage.
29. Krueger R. B. , & Kaplan, M. S. (2001). The paraphilic and hypersexual disorders: An
overview. Journal of Psychiatric Practice, 7, 391403.
30. Kuzma, J. M. , & Black, D. W. (2008). Epidemiology, prevalence, and natural history of
compulsive sexual behavior. Psychiatric Clinics of North America, 31, 601611.
31. Levinger, G. (1979). A Social Exchange view on the dissolution of pair relationships. En R. L.
Burgess and T. L. Huston (Dirs. ). Social Exchange in developing relationships. New York.
Academic Press.
32. Levinger, G. (1988). Can we picture love? En R. J. Sternberg and M. L. Barnes (Dirs. ). The
Psychology of Love (pp. 139-159). New Haven. Yale University Press.
33. Levinger, G. y Snoek, J. D. (1972). Un nuevo enfoque en la atracción interpersonal. En J. R.
Torregrosa (Comp. ). teoría e Investigación en la psicología Social actual (pp. 435-471).
Madrid. Instituto de la Opinión Pública.
34. Manassero, M. A. (2013). Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del
comportamiento. En V. Mellado, L. J. Blanco, A. B. Borrachero y J. Cárdenas (Eds. ). Las
emociones en la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias y las matemáticas (Vol. I) (pp. 318). Badajoz: DEPROFE. UEX.
35. Mora, J. M. (2010). Del amor cortés al sexo sin amor. Carthaginensia: Revista de estudios e
Investigación, 26(49), 81-106.
36. Moral, M. V. (2001). Regreso al sujeto: emergencia de un nuevo (des)orden psicosociológico.
En J. L. Caramés, C. Escobedo y J. L. Bueno (Eds. ). La innovación en Humanidades (pp. 127138). Oviedo: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo.
37. Moral, M. V. (2005a). La rebelión de las emociones y los sentimientos: abordaje psicosocial
de las dependencias afectivas y la adicción al amor en mujeres maltratadas.
Dependencia Emocional: educación y prevención (pp. 51-89). León: ADAVAS-Asociación de
Ayuda a Víctimas de Agresiones Sexuales y Violencia Doméstica.
38. Moral, M. V. (2005b). Comportamientos adictivos en la relación interpersonal: Claves
psicosociales interpretativas. Adicciones, 17, suplemento 1, 108-109.
39. Moral, M. V. (2008). Crítica a la visión dominante de salud-enfermedad desde la Psicología
Social de la Salud: Patologización preventiva de la vida cotidiana. Boletín de psicología, 94,
85-104.
40. Moral, M. V. (2010). Engaño y deseabilidad social. I Encuentro Profesional sobre la Mentira y
el Autoengaño en la sociedad actual. Fundación Instituto Spiral. Madrid, 7 de octubre de 2010.
41. Moral, M. y Sirvent, C. (2008). Dependencias sentimentales o afectivas: etiología, clasificación
y evaluación. Revista Española de Drogodependencias, 33(2), 150-167.
42. Moral, M. V. y Sirvent, C. (2009). Dependencia afectiva y género: Perfil sintomático diferencial
en una muestra de dependientes afectivos españoles. Interamerican Journal of Psychology,
43(2), 230-240.
43. Moral, M. V. y Sirvent, C. (2014). Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en
Dependencias Sentimentales. Revista Española de Drogodependencias, 39(3), 38-56.
44. Moral, M. V. , Sirvent, C. y Blanco. P. (2010). Autoengaño y distorsiones de la conciencia del
problema en dependientes afectivos. Ponencia presentada en el 11º Congreso Virtual de
psiquiatría, psiquiatría. com Interpsiquis 2010, Febrero-Marzo 2010, 1-21.
45. Morin, E. (1994). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa.
46. Nicolescu, B. (1996). La transdisciplinarité manifeste. Mónaco: Éditiones du Rocher.
47. Nussbaum, M. C. (2008). Paisajes del pensamiento: la inteligencia de las emociones.
Barcelona: Paidós.
48. Ortega y Gasset, J. (1954). El hombre y la gente. Madrid: Revista de Occidente.
49. Retana, B. E. y Sánchez, R. (2008). Rastreando en el pasado. . . formas de regular la felicidad,
la tristeza, el amor, el enojo y el miedo. Universitas Psychológica, 9(1), 179-197.
50. Rodríguez, A. (1993). La imagen del ser humano en la psicología Social. Psicothema, 5(Supl.
1), 65-79.
51. Rubin, Z. (1973). Liking and Loving: an invitation to Social Psychology. New York: Hold,
Rinehart y Winston.
52. Schachter, S. (1961). psicología de la afiliación. Estudios experimentales de las fuentes de la
gregariedad. Buenos Aires: Paidós.
53. Schaeffer, B. (1998). ¿Es amor o es ad
IMPORTANTE: Algunos textos de esta ficha pueden haber sido generados partir de PDf original, puede sufrir variaciones de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.