Internet es una ventana al mundo y un reflejo de nosotros mismos. En parte puede ser virtual pero en gran parte es muy real. El suicidio tiene también aquí su reflejo. Puede ser una herramienta de apoyo y prevención de la conducta suicida, pero también una fuente de peligro y de fomento de dicha conducta. En el presente trabajo vamos a tratar la relación entre internet y la conducta suicida desde distintos aspectos, tales como prevención, fomento, ciberacoso y cibersuicidio, suicidio colegiado, depredación, usos suicidas, efectos imitativos y solidarios a partir de la publicación de casos por los medios de comunicación. No podemos ser exhaustivos ya que internet es una herramienta viva que aporta millones de páginas web sobre esta temática. Al final del trabajo vamos a proponer el concepto de ciberemergencias como una herramienta que puede incorporarse y prevenir la conducta suicida.
Internet is a window to the world and a reflection of ourselves. Partly it may be virtual, but largely it is very real. Suicide is also here reflected. It can be a tool of support and prevention of suicidal behavior, but also a source of danger and promotion of such conduct. In the present work we will try the relationship between internet and suicidal behavior from various aspects, such as prevention, promotion, cyberbullying and cibersuicide, cooperative suicide, imitative and supportive effects from the publication of cases by mass media. We cannot be exhaustive since the internet is a living tool that provides millions of web pages on this subject. We are going to propose the concept of ciberemergencies as a tool that can be incorporated into the actions of emergency and prevent suicidal behavior.
LA PREVENCIÓN DE LA conducta SUICIDA EN INTERNET. ¿SON NECESARIAS
LAS CIBEREMERGENCIAS?
Guerra, J. y Haranburu, M.
Departamento de personalidad, Evaluación y tratamiento Psicológico. Facultad de psicología.
Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
jesus. guerra@ehu. es
conducta suicida, suicidio, Internet, Emergencias, prevención del suicidio.
Suicidal behavior, Internet, Emergencies, Suicidal prevention.
RESUMEN:
Internet es una ventana al mundo y un reflejo de nosotros mismos. En parte puede ser virtual
pero en gran parte es muy real. El suicidio tiene también aquí su reflejo. Puede ser una herramienta
de apoyo y prevención de la conducta suicida, pero también una fuente de peligro y de fomento de
dicha conducta. En el presente trabajo vamos a tratar la relación entre internet y la conducta suicida
desde distintos aspectos, tales como prevención, fomento, ciberacoso y cibersuicidio, suicidio
colegiado, depredación, usos suicidas, efectos imitativos y solidarios a partir de la publicación de
casos por los medios de comunicación. No podemos ser exhaustivos ya que internet es una
herramienta viva que aporta millones de páginas web sobre esta temática. Al final del trabajo vamos
a proponer el concepto de ciberemergencias como una herramienta que puede incorporarse y
prevenir la conducta suicida.
SUMMARY:
Internet is a window to the world and a reflection of ourselves. Partly it may be virtual, but
largely it is very real. Suicide is also here reflected. It can be a tool of support and prevention of
suicidal behavior, but also a source of danger and promotion of such conduct. In the present work
we will try the relationship between internet and suicidal behavior from various aspects, such as
prevention, promotion, cyberbullying and cibersuicide, cooperative suicide, imitative and supportive
effects from the publication of cases by mass media. We cannot be exhaustive since the internet is a
living tool that provides millions of web pages on this subject. We are going to propose the concept
of ciberemergencies as a tool that can be incorporated into the actions of emergency and prevent
suicidal behavior.
1 INTRODUCCIÓN
Internet, como otras muchas herramientas, debe estar a nuestro servicio, para sacar lo
mejor de nosotros y detectar y erradicar los aspectos negativos que también albergamos, para
prevenirlos y para cambiarlos. Es, pues, una herramienta versátil, flexible, fluida, a la que podemos
recurrir y que es imprescindible hoy día en el mundo occidental con sus múltiples aplicaciones,
informaciones, en definitiva contactos con el mundo exterior.
Con el uso masivo de la red de redes han aparecido también muchos peligros y desajustes,
tanto internos (dependencias en su uso abusivo, efectos colaterales: aislamiento, percepciones
irreales, falta de sociabilidad, etc. ), como externos (amenazas, acosos, estafas, distorsiones, etc. )
De forma preocupante también aparece el fenómeno del suicidio. Éste es un problema estigmatizado
que empieza a preocupar a la sociedad actual, y que, por lo tanto, se va sensibilizando en su
detección y prevención. No en vano el suicidio es la primera causa de muerte no natural en Europa,
por encima incluso de las muertes producidas por los accidentes de tráfico, y, según la OMS, es la
segunda causa de muerte en jóvenes (1). En España en 2010 se suicidaron 3158 personas, 2468
hombres y 690 mujeres (2).
La gran variedad de relaciones que han ido surgiendo entre internet y la conducta suicida nos
obliga a sistematizar en este trabajo los contenidos que aparecen frecuentemente. Aunque, por la
cantidad de información disponible, es imposible que sea exhaustivo, vamos a hacer a continuación
un recorrido por algunos de los contenidos que podemos encontrar en relación al suicidio, para
prevenirlo y también detectar inducciones delictivas.
Al formar parte de nuestras vidas cotidianas, internet incorpora una nueva dimensión a la
conducta suicida. Por ello, los profesionales de la salud mental, debemos tenerlo muy en cuenta en
el tratamiento y seguimiento de los problemas de salud mental. Junto con las cuestiones sobre las
ideaciones, gestos suicidas, preparaciones de ejecución de suicidios, etc. , debemos también indagar
si nuestros pacientes frecuentan este tipo de páginas web y con qué objetivo.
En principio, con el uso masivo de internet en nuestras vidas se producen varios efectos,
entre ellos podríamos citar:
1. Aumenta la cantidad de estímulos a disposición del usuario, tanto positivos como
potencialmente negativos.
2. Aumenta la percepción de irrealidad y de falta de control sobre la verdad de lo que está
pasando, efecto de observar la realidad a través de una pantalla (TV, ordenador, etc. , ).
3. Se puede utilizar como una herramienta perversa para amenazar, producir acoso,
extorsión, etc.
En relación con el suicidio, según Moreno y Blanco (3), existen más de 20 millones de
páginas webs y blogs que hablan sobre el suicidio, de las cuales más de 10 millones de blogs y más
de 500. 000 con información de promoción del suicidio. Paradójicamente, estos autores se refieren a
que menos de la mitad de estas páginas en internet se preocupan de prevenirlo, y la mayoría
pretenden fomentarlo, promoviendo métodos, música y chistes suicidas, vendiendo kits para
suicidarse y animando irresponsablemente al suicidio individual o colectivo.
También encontramos foros, direcciones twitter y páginas de chateo para promover los
suicidios, como se ha reflejado por numerosos trabajos (4, 5). Por la importancia de esta
herramienta se debería localizar físicamente al servidor, comunicarlo y hacer un seguimiento por
parte de la policía que con el permiso judicial correspondiente debería cerrar estas páginas, ya que
esta conducta en el Código Penal Español (Artículo 143: Inducción y cooperación
al suicidio), y
probablemente en el de otros países, es presuntamente constitutiva de delito por parte de los
administradores de la página.
EL suicidio COMO ESPECTÁCULO
Entramos en Google en castellano y tecleamos suicidio e internet. En el primer enlace
aparece la noticia del suicidio de un joven sueco delante de su webcam y que ha sido observado por
un gran número de personas. Parece ser que, posteriormente, este video es colgado en una página
de contenidos lúdicos y de entretenimiento (¡) y es visionado por miles de observadores (6).
El suceso ocurrió el 11 de noviembre de 2010. Un joven sueco de 21 años se suicida en
directo delante de la webcam de su ordenador delante de cientos de espectadores. Deja una nota en
la que no relata el motivo de su decisión, no parece estar mal, dice que quiere a su familia, que no
le van mal las cosas, que si renace que no sea en ese lugar. Parece ser que tomó tranquilizantes y
alcohol, estuvo chateando y pidiendo instrucciones de cómo suicidarse. Algunas personas le
intentaron convencer de la barbaridad que iba a hacer, otras le dieron ideas que él siguió al pie de la
letra: Podría utilizar el cordón de su ordenador para ahorcarse. Posiblemente la mayoría no se lo
creía y lo tomó como un juego, ¡un gran sentido de irrealidad emana de las pequeñas pantallas!,
¡estamos tan acostumbrados a las series de televisión y a las películas con muchos tiros y muertos!
Curiosamente, los servicios de rescate tardan muy poco en aparecer (minuto y medio en el video),
intentan la reanimación parece ser que con ningún resultado.
No conocemos antecedentes, posibles tentativas anteriores, motivaciones, etc. Sabemos que
cuando alguien quiere realmente suicidarse busca una situación de aislamiento y de inaccesibilidad,
e inicia un proceso letal irreversible. En este caso no se cumplen ninguna de ambas premisas: se
suicida públicamente y de una forma poco letal, aunque en este caso sí parecería que fue efectiva:
se ata con un cordón en el cuello y se deja caer estando los pies todo el tiempo en contacto con el
suelo, parece que hace esfuerzos para que el peso de su cuerpo acabe ahogándole. ¿Quería
realmente matarse? ¿Qué mensaje y a quién quería enviar? ¿Es una broma de mal gusto? ¿Estaba
sufriendo alguna alteración?
Esta noticia se deja en una página de videos descargables (Dogguie) que se denomina de
curiosidades, humor, rarezas y más, con múltiples enlaces y secciones de distinto contenido
(eróticos, relaciones, chistes, pasatiempos, etc. ).
Además es posible votar, dejar comentarios, etc. A 643 personas les gusta, 126 personas
dejan comentarios, la mayoría breves, diría de sorpresa, abundan los de incredulidad, de
espectáculo, parecido al de a que no te tiras que algunos dicen a la persona que amenaza con
precipitarse al vacío, fake (falso) dicen otros, algunos análisis pormenorizados argumentan sobre su
verdad o falsedad, a favor, en contra, entendiéndolo, rechazándolo, hasta se detecta algún caso de
intento fallido entre los comentaristas, se producen procesos de identificación con la persona, se
expresa consuelo para él y sus familiares, expresión de sentimientos y emociones a favor y en
contra, posible futura intencionalidad, vulnerabilidad, incluso oraciones, otros piden más links para
ver más casos, otro escribe una carta de despedida diciendo que a lo mejor hará lo mismo, etc.
Hablar de la muerte y del suicidio con las personas que sufren ideaciones o deseos suicidas
es positivo ya que les ayuda a clarificarse, y también a dimensionalizar el problema por parte de la
persona que escucha activamente y con ganas de ayudar, siempre que se lleve a cabo por personas
expertas y también por allegados para que puedan dar la voz de alerta en los servicios sanitarios. Si
es un profesional experto sanitario puede utilizar alguna de las técnicas terapéuticas como la
reestructuración cognitiva, terapias de apoyo, etc. Pero en este caso es sólo morbo insano y no
parece que tengan aplicación terapéutica de ninguna manera, al contrario, puede considerarse como
un factor de riesgo para personas vulnerables que lo visualicen sin protección. En primer lugar, no
hay un moderador sanitario que administre los contenidos y cualquiera puede decir cualquier cosa;
en segundo lugar, se contestan entre ellos, frecuentemente con suma irresponsabilidad.
Estas páginas deberían ser censuradas por su administrador ya que pueden producir
imitaciones, remover emociones y vivencias sin la lona de seguridad que puede ofrecer un
profesional sanitario, la familia o amigos conscientes.
Hay que tener en cuenta que generalmente el visionado de estos videos es individual y en
solitario, y las conductas de vulnerabilidad son en gran medida imprevisibles.
Tanto si fuera una broma construida como si es un caso real, no se puede hacer espectáculo
del suicidio (ni de otros problemas con sufrimiento, enfermedades mentales, etc. ). Tanto si el video
es verdadero como si está manipulado, e independientemente del tipo de intencionalidad con el que
se ha grabado, no se debe hacer público.
EL suicidio ASISTIDO Y/O GRABADO FORTUITAMENTE
Algunos suicidios se han grabado y posteriormente se han difundido, también por internet.
Algunos para dar testimonio de una demanda judicial, como en el caso de la petición de eutanasia
por parte de Ramón Sampedro, tetrapléjico y encamado durante muchos años después de un
a película "Mar adentro". Otros suicidios han sido recogidos por azar en
distintas dependencias policiales, o han sido grabados por los servicios de emergencias o por
cámaras públicas y pueden ser utilizados para ser analizados por expertos en contextos jurídicos y/o
profesionales. Pero el suicidio no puede convertirse en un espectáculo mórbido. Las amenazas y
gestos de suicidio hay que tomarlos siempre en serio. La vida es muy valiosa y, en definitiva, es lo
único que verdaderamente tenemos, no sabemos cómo puede ser interpretado ni los peligros que
puede producir el visionado de un material como éste en niños, personas jóvenes, enfermos
mentales, personas vulnerables, etc.
Podríamos preguntarnos, si la inducción al suicidio es delito, ¿podría considerarse también un
delito la transmisión pública e indiscriminada de un video con contenidos suicidas?
A veces el suicidio puede ser presentado como parte de un mensaje social. Los suicidas
"puros" se suicidan aislada y letalmente. Son personas que quieren morir porque ya no aguantan
más y su motivación única es acabar con el sufrimiento. Un suicida que se manifiesta públicamente,
por ejemplo, amenazando con suicidarse encima de un puente, o quemándose a lo bonzo, quiere,
además de, probablemente, morir, enviar un mensaje, por lo que puede buscar también su difusión
por internet. Estos supuestos suicidios públicos han sido utilizados como forma de protesta política
en muchas ocasiones, y no pueden abordarse desde un punto de vista psicopatológico. Como es el
caso del senador Elósegui que se lanzó en llamas ante el dictador Franco en el frontón de Anoeta de
San Sebastián en 1970, y cuyo objetivo final no era morir, aunque asumiera el riesgo, en sus
propias palabras no quería morir ni matar con ese gesto, sólo llevar el fuego que destruyó Gernika
ante los ojos de quien lo provocó, que paradójicamente parece que no se percató del incidente.
Frecuentemente, hasta el último momento, las actitudes hacia la vida y la muerte son
ambiguas y ambivalentes en las amenazas de suicidio. Los mensajes irán dirigidos a alguien
concreto o a la sociedad en general. Quiere que su último aliento tenga algún sentido añadido para
alguien. En estos casos, creemos que equipos de expertos y deontólogos deberían asesorar al poder
judicial para permitir o no su difusión pública.
LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO: INTERNET COMO AYUDA PARA EVITARLO
Si detectamos que alguien se quiere suicidar, ¿puede ayudar internet? Internet también
puede ser una herramienta de ayuda. Cuando nos encontramos con un amigo, allegado o familiar
que está preocupado por el autocontrol y sentido de las ideaciones suicidas y de la conducta suicida,
mientras nos calmamos y pedimos ayuda profesional, es interesante buscar en la red algún tipo de
información o consejo que nos pueda ayudar. La página sobre la prevención del suicidio promovida
por el Gobierno de Cataluña y coordinada por un equipo de profesionales de salud mental del
hospital Santa Creu i Sant Pau y el Centre Psicoteràpia Barcelona-Serveis Salut Mental (Eixample
Dreta de Barcelona) es un buen ejemplo (7). Conduce, paso a paso, antes, durante y después de los
intentos de suicidio, con evaluaciones para sopesar la gravedad, con medidas de contención, con
consejos, con actuaciones, con teléfonos y herramientas útiles.
En estas páginas aparecen buenos indicadores para que los padres, tutores, allegados, y
cualquier persona que quiera ayudar, puedan hacer una primera evaluación sobre la posible
gravedad de las conductas y de los pensamientos, y puedan pedir ayuda más experta.
Internet es una ventana al mundo mucho más flexible y fluida que otros medios como libros,
teléfonos de ayuda etc. Además, ¡siempre está ahí! Hay tanta información en internet, que se está
volviendo una práctica habitual y necesaria que cuando alguien tiene un problema, ya sea un
diagnóstico grave sobre su propia salud o cualquier otro tipo de preocupación, lo introduzca en un
buscador y empiece a conocer y profundizar, mucho más rápido que la lectura de un libro o que
preguntar a un experto conocido. Pero debido a la gran cantidad de información depositada en
internet, muchas veces contradictorias o ambiguas, para que las páginas web puedan ser realmente
útiles, además de ofrecer información sobre el tema, deben proporcionar formas de contacto con
profesionales expertos. Los teléfonos de ayuda y de emergencias pueden ser complementados por
herramientas de internet como foros, chats o el correo electrónico. Moreno y Blanco (3) citan un
estudio que comparó distintos medios de petición de ayuda ante crisis suicidas. Los datos arrojaron
que 4426 personas utilizaron líneas telefónicas, 373 pidieron ayuda online a expertos en páginas
especializadas y 954 solicitaron ayuda a través de foros especializados en los que la respuesta no es
en tiempo real. Esto refleja que junto con métodos necesarios y asentados, como los teléfonos de
ayuda, las nuevas tecnologías aportan también herramientas que cubren de forma variada la
prevención del suicidio, ya que permiten de forma anónima reflejar las preocupaciones, dan tiempo
suficiente para madurar respuestas, emociones, y permiten apoyar emocionalmente sin temor a
sentirse reconocidos y todavía más vulnerables.
EFECTOS COLATERALES DE INTERNET
Su accesibilidad y versatilidad le puede hacer también una herramienta "cuestionable y
peligrosa". La gran capacidad de interconexión social, el anonimato, también la capacidad de mentir
y simular, le hacen un instrumento con el que se debe poner especial atención sobre todo con
públicos infantiles, juveniles e inmaduros (8).
Algunos expertos han recomendado el uso de normas y guías para aumentar la seguridad de
los usuarios más desprotegidos en internet (9). En menores de edad desde luego los padres tienen
mucho que decir y hacer, en adolescentes y adultos jóvenes estando cercanos, pidiendo permiso,
siendo comprensivos con su sufrimiento y preocupaciones, no ignorándolas ni minusvalorándolas,
intentando no invadir su espacio íntimo, ya que serían rechazados, pero deben aproximarse con
cuidado y responsablemente.
Se ha reflexionado sobre el efecto y la influencia imitativa de los medios de comunicación
social, incluido internet, sobre el suicidio. No parece que se pueda establecer una relación directa de
causa-efecto y que alguien se vaya a suicidar únicamente porque tenga noticias de suicidios, si no
está previamente vulnerabilizado. Puede recoger métodos e ideas de suicidio en los medios, pero
cuando ya ha pensado o ideado suicidarse de alguna manera. No obstante, podría haber una
relación preocupante si una persona excesivamente vulnerable tiene conocimiento del suicidio de
una persona muy importante para él, alguien famoso o popular. La imitación de los héroes, conocido
como "efecto Werther" por la célebre novela de Goethe, puede ser potenciado por redes sociales y
de comunicación en personas vulnerables. Este efecto parece presente más en las tentativas que en
los intentos reales,
donde junto con la vulnerabilidad también se da un importante sentido de
irrealidad (10).
En todo caso, los medios de comunicación serios, sin menoscabar la libertad de expresión,
deben ajustarse a unas pautas deontológicas de publicación de los suicidios (11) para evitar un
indeseable efecto dominó. El peligro de la prensa sensacionalista cuyos pilares son el morbo y la
rentabilidad es evidente, sobre todo cuando abusan de la sobreexposición de la noticia en casos
llamativos o de famosos. Una cosa es la realidad y otra la comunicación social de la misma. Las
informaciones sensibles no deben causar más daño del que ya han producido. Siempre se debe
contar la verdad, no mentir o disfrazarla, pero sopesando los efectos que puede causar su
transmisión (noticias breves, no detalladas, sin más información de la necesaria, no colocadas en
primeras o últimas páginas (lugares preferentes), no poner, si no es necesario, la palabra suicidio en
el titular de la noticia, sin fotos, pensando en quien la puede leer, sin valoraciones ni justificaciones,
no crear estigmatizaciones ni etiquetajes (decir mejor muerte por suicidio que sólo suicidio), mostrar
solidaridad y consuelo por familiares y allegados, indicar la posibilidad de comunicarse con los
servicios de emergencia en caso de preocupación excesiva por lo ocurrido, dar más detalles del
rescate y de sus pormenores si el resultado ha sido positivo, si es posible, dar pautas para detectar
ideaciones e intencionalidades suicidas, etc. Dejar el verdadero análisis a los clínicos y expertos que
lo desarrollaran en los medios profesionales y científicos adecuados. Sirva el siguiente ejemplo de
los efectos paradójicos que nos podemos encontrar en este tema tan delicado. En octubre de 2012
apareció en los medios de comunicación la noticia de la muerte violenta en su domicilio de un
anciano que vivía solo. El cadáver fue descubierto por un familiar al día siguiente. La primera
hipótesis policial fue que había sido víctima de un asalto para robarle. Ante el aumento de la
delincuencia en la zona los vecinos se mostraban preocupados y alarmados. Paradójicamente, la
confirmación de que en realidad había sido un suicidio, dentro del desasosiego, tranquilizó a su
entorno (12). Las noticias deben ser siempre veraces pero deben transmitirse adecuadamente
siguiendo pautas deontológicas de no crear más daño del que ya se ha producido en la realidad que
trata de reflejar. Viejo principio instaurado por Hipócrates y que sigue teniendo vigencia.
Parece claro que no deben aparecer todos y cada uno de los suicidios que se van produciendo
(uno cada tres días en el País Vasco, nueve cada día en todo el estado, un millón al año en el
mundo) ya que se produciría alarma social, como pasó en Viena cuando se publicaron todos los
casos de suicidios en el metro durante años (13), aunque luego se redujo por la publicación de una
guía para tratar adecuadamente este tema.
Elegir aquellos suicidios que pueden interesar a la ciudadanía a veces es complejo y siempre
se deben transmitir estas noticias con la cautela y el rigor necesarios (seguir en la medida de lo
posible las recomendaciones de la OMS, ya indicadas).
Parece inevitable publicar los suicidios de famosos o gente conocida ya que al llevar una vida
pública también se hace pública su muerte, cualquiera que sea la causa.
En relación con los suicidios por desahucio, en la medida que se dan en el contexto de la
actual crisis económica, y que su conocimiento genera alarma social solidaria, sí que parece que se
debería publicar cada caso; como sucede, por ejemplo, en los casos de muertes por violencia de
género. (No para ensalzar esta salida personal sino para proteger a personas que están en la misma
situación y podrían plantearse lo mismo). De hecho de los miles de desahucios que se han producido
solo hay tres o cuatro suicidios. Esto indica que hay factores previos vulnerabilizadores y
disparadores ambientales estresantes (life events). Las personas que van a ser desahuciadas
reciben apoyo y son arropadas solidariamente.
En otros casos también es inevitable porque llaman mucho la atención social como es el caso
de suicidios de niños o por acoso laboral, escolar, o en casos de suicidios colectivos o en empresas,
ya que nos indican que se deben tomar medidas preventivas y toda la sociedad debe estar
sensibilizada.
Otros casos pasan más desapercibidos, tales como los suicidios de ancianos, de enfermos
mentales y terminales, casos dudosos que se consideran accidentes o negligencias y que no se
publican como suicidios.
En todo caso se trata de compaginar el derecho de libertad de expresión, el derecho de
información y las consecuencias que puede tener una noticia en la población, sobre todo en grupos
de riesgo o vulnerables en el tema del suicidio. Por lo que no se debe abusar innecesariamente del
supuesto de suicidio en series ficticias de TV o cine, ya que pueden tener un impacto descontrolado
o de contagio. También es importante no dar muchos detalles de cómo hacerlo, porque podrían dar
ideas a personas vulnerables. Por ejemplo, si están pensando en un método que no les haga mucho
daño sería contraproducente que reciban información de una serie de pastillas sedantes, fáciles de
conseguir y de efectos rápidos. Hay que tener en cuenta que junto con el deseo de dejar de sufrir
por un método rápido como es el suicidio, actúa también el instinto de vida, si el método elegido
produce dolor cambiará las sensaciones somáticas contingentes, las percepciones subjetivas y la
idea suicida. Será, pues, más eficaz un método indoloro.
En la España actual de la crisis económica y de los desahucios los medios de comunicación
recogen suicidios por estos motivos que promueven la solidaridad social. En este contexto social
aparece el efecto conocido como Papageno (14). Éste es un personaje de la ópera de Mozart La
flauta mágica. Es el hombre pájaro. Se dedica a vivir pacíficamente y dejar vivir. Sólo aspira a vivir
el día a día, ser feliz, no es malicioso, ni se aprovecha de los demás, ni vive amargado. Se gana la
vida cazando pájaros y quiere encontrar a Papagena, casarse y tener muchos hijos en su nido de
amor. En el tema del suicidio se referiría a una persona que ante el conocimiento del suicidio de otra
persona le produce empatía, contagio positivo, pero no como el "efecto Werther" o de contagio
negativo o imitación suicida, sino de solidaridad y apoyo, se identifica con la víctima y se posiciona
contra las causas que puede considerar injustas.
Es, por lo general, una persona resiliente, que aprende y crece con la adversidad, en este
caso de los demás, en lugar de dejarse vencer. Como el caso que ocurrió a principios de noviembre
de 2012, en el que todas las portadas de los periódicos y los titulares de la televisión informaron del
suicido de una mujer en Barakaldo (Bizkaia, España), precipitándose desde el balcón de su
domicilio, cuando la comitiva judicial iba a proceder a su desahucio por impagos en la hipoteca que
tenía contraída con una entidad bancaria (15). En la España de la crisis económica y con un repunte
del número de suicidios por esta causa, el informar de suicidios con la crudeza de la desesperanza
busca el efecto de cambiar la legislación y evitar el desahucio, que desgraciadamente empieza a ser
muy frecuente y habitual. Esta cruda información no sólo no produce un efecto imitativo, sino que
provoca el efecto de empatía y solidaridad con las víctimas y la indignación con el sistema
financiero, para que se produzca el cambio legislativo tan necesario que al menos no agudice esta
situación y que parece que finalmente se va a poner en marcha.
No obstante, siempre se debe tener mucho cuidado con la divulgación de suicidios y conducta
violenta en los medios de comunicación. Así, recientemente, se decidió finalizar una conocida y
popular serie de televisión contextualizada en los servicios médicos de un hospital, después de 300
capítulos y que fue emitida durante casi trece años. Para el final se grabaron, al menos, dos finales
uno feliz (que permitía seguir con la serie en un futuro) y otro dramático y violento que fue el que
finalmente se emitió y que cerró definitivamente la serie. Se especuló con acabar la serie con el
suicidio del protagonista principal (16). Una alternativa que nos hubiera parecido muy peligrosa
debido a la figura empática y carismática del protagonista. Aunque el final fue violento,
afortunadamente se desechó el suicidio. La violencia y el suicidio por imitación son factores a tener
en cuenta en poblaciones vulnerables y de riesgo, que están difuminadas en la población general y
que
pueden
visionar
las
escenas
indiscriminadamente,
por
lo
tanto
parece
totalmente
desaconsejable abusar de la exposición al suicidio en los medios generales de divulgación social
(11).
CIBERACOSO
Internet también puede ser una herramienta para producir acoso y violencia de varias
maneras cada vez más sorprendentes. Se ha juzgado en Holanda a unos adolescentes por incitar a
otro a asesinar a una joven, y tanto el motivo como las incitaciones se hicieron públicamente a
través de la red social de Facebook. El ciberacoso se ha puesto tristemente de moda con distintas
modalidades entre iguales y también por la facilidad con la que se puede producir el acoso por parte
de adultos a jóvenes y a niños (17).
Y en esto llegó el sexting, como modalidad del ciberacoso. Con un móvil personal que tiene
incorporados, además del SMS, acceso a internet, correo electrónico, whatsapp, cámara de video y
una cámara fotográfica sale cada joven y adolescente a la calle como una parte más de su
indumentaria. Una herramienta que se ha convertido en imprescindible en las interacciones sociales
del día a día, y que pasa también al ámbito privado. Los jóvenes graban e intercambian fotos e
imágenes propias de todo tipo, incluso con contenidos íntimos y eróticos, en principio para uso
privado, pero que en un momento determinado pueden ser difundidos públicamente sin su
consentimiento. Se produce entonces un verdadero "choque de trenes" entre valores y costumbres,
viejos y modernos, con todas sus contradicciones y desajustes. Convive una cultura de la máxima
permisibilidad, casi sin límites, con valores éticos y sociales ancestrales. Algunos jóvenes se sienten
acosados, manipulados, avergonzados y finalmente optan por el suicidio como una salida a su
sufrimiento. Es el caso de Amanda Todd, una chica de 15 años canadiense que accedió delante de
una webcam a mostrar sus pechos. El interlocutor la fotografió y extendió la foto por la red. A partir
de aquí se sintió acosada por multitud de personas
y compañeros, tanto en la red como
físicamente, lo que la llevó a un estado depresivo y ansioso. Finalmente, por el mismo medio de la
WebCam, explicó, presentando a la cámara cartulinas escritas, lo que había pasado y anunció su
intención de suicidarse, lo que materializó un mes después de la distribución de su video (18).
CIBERSUICIDIO
Este concepto engloba las relaciones entre suicidio e internet. La gran fluidez de internet le
hace que esté presente de forma inmediata en cantidad de cuestiones. Nos podemos encontrar con
personas buscando métodos, más o menos rápidos e indoloros, de acabar con sus vidas.
Especialmente cócteles y sustancias farmacológicas, de fácil acceso, que combinadas en cantidad y
cualidad puede ocasionar la muerte. También encontramos a otras personas buscando ayuda. Ya no
sé busca ayuda de forma preferente, como antaño, en el entorno de padres y profesores, tampoco
en el de compañeros y amigos directos. En internet es más fácil y directo buscar información en
todos los sentidos, enmascarados con otra identidad, los sufrimientos y las dudas quedan
parapetados en el anonimato.
Algunos especialistas creen que antes de navegar por internet la decisión de suicidarse ya
está tomada y que su uso sólo es una consecuencia de su accesibilidad actual, lo mismo que antes
se escribían notas de despedida o se avisaba a alguien, ahora se utiliza la red para comunicarse a
todos los niveles. Sin embargo, hay que tener en cuenta que su mayor fluidez hace que internet
potencie con más facilidad los efectos suicidas, no es una herramienta inocente. El "efecto de
irrealidad" que se produce al observar la vida a través de una pantalla, sea de televisión o de
ordenador, es un factor añadido a tener en cuenta.
Además, últimamente ha aparecido un fenómeno muy preocupante: utilizar la red para
promover suicidios colegiados, o bien quedando en un sitio físico concreto, teniendo incluso que
viajar para ello, y poniéndose de acuerdo; o, lo que todavía es más peligroso, coordinar los suicidios
a distancia para que se produzcan al mismo tiempo aunque en lugares distintos, lo que hace muy
difícil interceptarlos (17). Aunque a estas conductas se las ha denominado "pactos suicidas" tienen
poco que ver con lo que se conocía hasta el momento como tal (19), en el que personas del mismo
entorno
familiar
y/o
afectivo,
agobiados
por
problemas
y
limitaciones
que
consideraban
insuperables, decidían poner fin a sus vidas todos juntos. Así parejas de ancianos en los cuales uno
tenía que cuidar del otro, que padecía algún tipo de demencia grave e irreversible sin los apoyos
sociales suficientes, decidían morir juntos, considerándolo, incluso, como el último gesto de amor.
Por lo general, estos nuevos "pactos suicidas" planificados por internet los protagonizan
jóvenes, que sufren desequilibrios mentales y/o enfermedades físicas, pero también hay otras
variables importantes de vulnerabilidad que son aprovechadas por sectas y depredadores, tales
como el aislamiento social. Es el caso de los denominados hikikomori, personas que le dedican
mucho tiempo a juegos en internet, con pérdida del sentido de realidad, potenciado por un sentido
infantil de la muerte por su escaso contacto con la misma y por la banalización en los juegos
virtuales donde los personajes tienen varias vidas o las pueden acumular si realizan determinadas
tareas.
Surgen, entonces, pactos para ponerse de acuerdo y facilitarse la muerte colegiada. Una
muerte que, quizás, no se atreven a provocar en solitario. Aunque no se conocen con anterioridad
sintonizan rápidamente y se ponen de acuerdo en métodos, calendario y otros aspectos relacionados
con la acción suicida que planifican.
Aunque es difícil conocer datos concretos sobre este tipo de suicidio parece que es en Japón
donde se describen más casos. En este país oriental la muerte se maneja culturalmente de forma
distinta al mundo cristiano occidental. Según algunos datos entre 80 y 100 japoneses se suicidan
todos los días. Hasta hace poco el suicidio era una salida honorable para resolver determinados
problemas, e incluso los kamikazes como una forma suicida de estrategia militar tienen una
tradición y honorabilidad importante en esa cultura. En este sentido el concepto de vida y de suicidio
o pérdida de la vida tienen aquí particularidades culturales. Algunos padres de familia, desbordados
por problemas económicos, prefieren acabar con sus vidas ya que garantizan indemnizaciones y
apoyos sociales que de otra manera no tendrían. Llegan a la conclusión de que son más útiles
muertos, una vez que han cumplido con su ciclo vital y que creen que ya no pueden aportar nada
más estando vivos.
Otros suicidios colectivos planificados, o no, por internet todavía son más preocupantes. Se
trata de los cometidos por sectas entre sus acólitos. Muerte de familias completas siguiendo los
dictados de un líder diabólico.
También es incomprensible la actitud macabra de algunos depredadores que no quieren
suicidarse pero, fascinados por el suicidio, animan y facilitan que otros lo hagan. En algunos casos
creando páginas webs con esta intencionalidad, vendiendo "kits" de suicidio, o poniéndose en
contacto por correo electrónico con potenciales suicidas. Es el caso de William Melchert-Dinkel, un
enfermero del Estado de Minnesota (USA), que fue juzgado y condenado en 2011 por la inducción al
suicidio de dos jóvenes, aunque la policía cree que está implicado en más casos (20). En este caso
mantuvo múltiples y reiterados contactos con personas que manifestaban su intencionalidad suicida,
y con identidad falsa (nombre, edad, sexo), incluso confabulando falsos pactos suicidas, les asesoró
sobre distintos métodos, básicamente el ahorcamiento, para que pudieran acabar con sus vidas,
como si fueran casos de eutanasia.
¿Cuál era su motivación? ¿Es un sádico que disfrutaba empujando a sus víctimas a la
muerte?, o, ya que habían tomado esa decisión, como argumentaba en el juicio, se limitó a
acompañarles y asesorarles ejerciendo su libertad de expresión. ¿Por qué no intentó ir en la
dirección opuesta de evitar el suicidio? ¿Hasta donde puede llegar la libertad de expresión?, ya que
éste fue el argumento que utilizó su defensa.
Obviamente, el límite es la comisión de un delito, pero ¿Cuándo podemos fehacientemente
demostrar que se ha producido un delito basado en una interacción verbal? En este caso se
encontraron correos incitando al suicidio, se demostró que simulaba varias identidades, y llegó
incluso, con identidad de mujer, a falsamente coaligarse para también suicidarse. Desde el punto de
vista psicológico cuesta dar sentido y llegar a entender este tipo de conducta. Parece como si
albergara dentro de sí un odio inmenso hacia la humanidad, o unas ansias de controlar a los demás
para sentirse importante hasta límites perversos. Es un tipo de estrategia que utilizan los
depredadores cuando cazan en la naturaleza. Los leones y otros felinos seleccionan dentro de un
grupo de herbívoros a aquellos ejemplares más débiles (enfermos, crías, hembras parturientas, etc. )
para desencadenar contra ellos de forma selectiva e intensa su calculado ataque.
CIBEREMERGENCIAS Y PREVENCIÓN DEL suicidio EN INTERNET
Desde los servicios profesionales y de emergencias, sanitarios y sociales, podemos tomar
varias medidas concretas para la prevención del suicidio. Más pasivamente, dejar en páginas
oficiales psicológicas, por ejemplo del Colegio Oficial de Psicólogos, en páginas oficiales sanitarias,
por ejemplo de Emergencias de Osakidetza (Servicio Vasco de Salud), en páginas oficiales de
servicios y prestaciones, por ejemplo de ayuntamientos, diputaciones, universidades, gobiernos
autonómicos y central, distintas policías, etc. , enlaces para enviar mensajes de petición de ayuda
que luego pueden ser canalizados adecuadamente hacia los servicios especializados. Estas
demandas pueden ser contestadas por expertos vía correo electrónico, dando unos primeros
consejos y guiando las actuaciones de afectados y familiares, apoyando emocionalmente y dando
pautas de conducta, intentando dar sistemas de contención de la conducta suicida, y derivando
hacia centros psiquiátricos y sanitarios donde la persona pueda ser atendida adecuada y
eficazmente.
Actualmente, también la popular red social Facebook ha lanzado una nueva herramienta de
prevención, aunque solo en Estados Unidos, con un chat online con la posibilidad de conectar con
expertos que pueden ayudar. En España al poner la palabra suicidio en Google, aparece el teléfono
de la esperanza en primer lugar y el mensaje ¿necesitas ayuda? Sin embargo, no aparece ningún
link, éste podría incorporarse ya que (21) muchas personas, sobre todo jóvenes, prefieren un medio
que no tengan que hablar verbalmente y que les permita más tiempo para madurar sus respuestas,
pudiendo escribirlas. Esta iniciativa parece que se va extendiendo por varios países. Estos link
pueden suponer la diferencia entre la vida o la muerte, ya que el expresar públicamente que se está
pensando en la posibilidad de matarse puede constituir el primer paso para salir de esta crisis.
De todas maneras uno de los objetivos principales de estas herramientas en la red es
conectar a la persona con servicios sanitarios próximos a su localización en el mundo real que le
puedan ayudar a afrontar este problema.
Más activamente, de la misma manera que la policía hace un seguimiento de internet para
detectar ciberdelitos, se debería crear y gestionar por las instituciones sanitarias un servicio de
ciberemergencias para detectar esta problemática e intentar derivarla hacia el mundo real donde
especialistas, profesionales y personas sensibilizadas pudiesen contener la conducta suicida,
canalizarla, desactivarla y buscar salidas para las personas que manifiestan este tipo de sufrimiento.
También se aconseja que se establezcan en todos los centros educativos, laborales, ONGs,
asociaciones terapéuticas y centros de salud en atención primaria protocolos de detectación de la
ideación y de la conducta suicida, pasando una breve escala de cribado, quizás también con otros
problemas (22). Internet no solo proporciona a los profesionales numerosas herramientas
relacionadas con la prevención y ayuda al suicidio, como libros electrónicos, guías de utilidad clínica,
cursos y congresos online, artículos, revistas, etc. , sino también la posibilidad de cooperar cada uno
desde su ciudad o pueblo, y desde su puesto de trabajo, utilizando páginas y herramientas
institucionales. Un paso más sería coordinarlas de tal manera que se pudiera dar un servicio
preventivo allí donde físicamente se necesitase. Debemos concienciarnos, en palabras de PérezBarrero (23), de que el suicidio es la muerte de todos y que todos, especialmente los profesionales
sanitarios, debemos acometerlo.
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