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Trabajo con el alcohol en el tratamiento de adicción a la cocaína de Proyecto Hombre Asturias.

Autor/autores: Ernesto Lois
Fecha Publicación: 01/03/2009
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Tanto en lo descrito en la literatura sobre el tema, como en la práctica clínica, se constata que los usuarios que acuden a un tratamiento para la adicción a la cocaína, pueden presentar un uso o abuso de alcohol. La ingesta de alcohol como detonante del "craving" puede producir perdida de control y vuelta al consumo de cocaína. El cocaetileno es el metabolito resultante del consumo simultáneo de alcohol y cocaína y su toxicidad es mayor que la de ambas sustancias por separado. Nos planteamos, por lo tanto como hipótesis, que el consumo abusivo de alcohol o asociado al de cocaína, puede ser una de las causas más importantes en las recaídas de personas con problemas de cocainomanía.

Los resultados mostraron que el 66, 2% de los usuarios tienen necesidad de tratamiento con respecto al uso del alcohol y que dicho consumo es problemático o está asociado al consumo de cocaína. El 75% han cumplido adecuadamente el "plan" planteado sobre su consumo de alcohol y el 100% de los que consiguieron finalizar el tratamiento con un Alta terapéutica habían cumplido el "plan" previsto. De los 11 usuarios que no llevaron a cabo dicho "plan", 10 han tenido además de consumos de alcohol consumos de cocaína. Podemos confirmar, por lo tanto, la hipótesis de que el consumo de alcohol en personas con abuso o asociación del mismo al consumo de cocaína (cocaetileno), influye en el consumo y posible recaída en el consumo de cocaína y que existen ciertos indicadores que pueden predecir dichos consumos.

Palabras clave: Addiction relapse, Alcohol, Clasificación, Classification, Cocaethylene, Cocaetileno, Cocaína, Cocaine, Indicadores predictivos., Perfil de los usuarios, Predictive indicators, Profile of users, Recaída


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Trabajo con el consumo de alcohol en el tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto Hombre Asturias

Helí Álvarez Rodríguez, Juan A. Álvarez García, María García García, José Manuel Rodríguez Baranga
y Ernesto Lois Ibañez.
Proyecto Hombre Asturias. phasturtac2@terra. es

Índice
RESUMEN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
SUMMARY. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
OBJETIVO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
HIPÓTESIS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
METODOLGÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
DESCRIPCIÓN DEL tratamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
PERFIL GENERAL DE LA POBLACIÓN ATENDIDA EN EL TAC, SEGÚN LA memoria DE PROYECTO HOMBRE
ASTURIAS 2007. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
ANÁLISIS DE LOS DATOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
RESULTADOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
DISCUSIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

Trabajo con el consumo de alcohol en el tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto Hombre Asturias

Resumen
Tanto en lo descrito en la literatura sobre el tema, como en la práctica clínica, se constata que
los usuarios que acuden a un tratamiento para la adicción a la cocaína, pueden presentar un
uso o abuso de alcohol. La ingesta de alcohol como detonante del "craving" puede producir
perdida de control y vuelta al consumo de cocaína. El cocaetileno es el metabolito resultante del
consumo simultáneo de alcohol y cocaína y su toxicidad es mayor que la de ambas sustancias
por separado.
Nos planteamos, por lo tanto como hipótesis, que el consumo abusivo de alcohol o asociado al
de cocaína, puede ser una de las causas más importantes en las recaídas de personas con
problemas de cocainomanía.
Trabajaremos con varios objetivos: valorar si la clasificación que hemos utilizado es válida y
describe el perfil de consumo de alcohol de los usuarios del tratamiento para la adicción a la
cocaína (TAC) de Proyecto Hombre de Asturias, describir el perfil de los usuarios del TAC en
relación a su consumo de alcohol y valorar la evolución de las personas que han seguido un
"Plan de trabajo" con el alcohol establecido con el terapeuta y que han finalizado el
tratamiento, constatando si los indicadores son predictivos de la evolución.
Para ello hemos contado con una población de 92 personas pertenecientes a los tres programas
con los que cuenta el tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto Hombre de
Asturias, de los cuales 50 cuentan con un "Plan de trabajo" en relación al consumo de alcohol
durante el tratamiento y 30 han finalizado dicho tratamiento.
Se ha establecido una clasificación para describir el perfil de los usuarios del TAC, según los
instrumentos utilizados para la Evaluación de los sujetos, y según la clasificación, se han
establecido unas indicaciones terapéuticas. Posteriormente, tras un periodo de abstinencia de
alcohol, se ha realizado un "plan" individualizado para que el usuario con un apoyo terapéutico
pueda poner en práctica su consumo de alcohol y prevenir así posibles recaídas.
Los resultados mostraron que el 66, 2% de los usuarios tienen necesidad de tratamiento con
respecto al uso del alcohol y que dicho consumo es problemático o está asociado al consumo
de cocaína. El 75% han cumplido adecuadamente el "plan" planteado sobre su consumo de
alcohol y el 100% de los que consiguieron finalizar el tratamiento con un Alta Terapéutica
habían cumplido el "plan" previsto. De los 11 usuarios que no llevaron a cabo dicho "plan", 10
han tenido además de consumos de alcohol consumos de cocaína. Podemos confirmar, por lo
tanto, la hipótesis de que el consumo de alcohol en personas con abuso o asociación del mismo
al consumo de cocaína (cocaetileno), influye en el consumo y posible recaída en el consumo de
cocaína y que existen ciertos indicadores que pueden predecir dichos consumos.

Palabras clave: cocaína, alcohol, cocaetileno, recaída, perfil de los usuarios, clasificación,
indicadores predictivos.

Trabajo con el consumo de alcohol en el tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto Hombre Asturias

Summary
Both bibliography and clinical practice prove that users that request treatment for cocaine
addiction may present alcohol use or abuse. Ingestion of alcohol as a detonator of craving may
lead to a loss of control and return to cocaine use. The cocaethylene is the resultant metabolite
of the simultaneous use of alcohol, and cocaine and its toxicity is greater than the potential
toxicity of both substances taken separately.
We suggest as hypothesis that the abusive alcohol use or its use combined with cocaine may be
one of the most important causes of the addiction relapse of people with cocaine addiction.
We have several targets: Evaluating if the classification we have set is suitable for describing
the alcohol use profile of the patients of the Cocaine Addiction Treatment (CAT) in Proyecto
Hombre de Asturias, describing the profile of CAT users in relation to the alcohol use and
evaluating the evolution of patients that have followed an alcohol "treatment plan" established
with the therapist and have finished the therapy, checking if the indicators are predictive of
their evolution.
In order to undertake it we have used a representative sample of 92 patients from the three
different programs of the CAT of Proyecto Hombre de Asturias. 50 patients following a
"treatment plan" relating to alcohol use during the therapy and 30 has finished that treatment.
We have set a classification to describe the profile of the users from the CAT, according to the
tools used for the evaluation of the patients and, according to this classification, we have set
certain therapeutic indications. Later, after a period of abstaining from alcohol use, we have
made an individualistic "plan" so that the patient with therapeutical support can carry out its
alcohol use and, this way, preventing addiction relapse.
The results demonstrated that a 66. 2% of the patients need alcohol use treatment and that this
use is problematic or it is related to the cocaine use. A 75% has successfuly achieved the "plan"
related to alcohol use. A 100% of the patients that could finished the treatment with a
terapeutic discharge had followed the "plan" traced. 10 patients of the 11 that did not followed
that "plan" have presented both alcohol and cocaine use.
In conclusion, we can confirm the hypothesis: The alcohol use by people that abuse of alcohol
or combined with cocaine use (cocaethylene) influences the use and a possible cocaine
addiction relapse, and that there are several indcators than can predict that uses.

Key words: Cocaine, alcohol, cocaethylene, addiction relapse, profile of users, classification,
predictive indicators.

Trabajo con el consumo de alcohol en el tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto Hombre Asturias

Introducción
Los datos aportados en los últimos años por el Observatorio Europeo de las drogas y las
Toxicomanías sugieren un incremento en la prevalencia de uso de cocaína, de su disponibilidad
y de los problemas generados por su consumo en la mayoría de los países europeos.
Concretamente, en nuestro país se ha venido experimentando un aumento del consumo tanto
experimental como más regular de la misma.
Dicho incremento es especialmente llamativo en los jóvenes, y afecta a todos los grupos de
edad de ambos sexos (Bobes, J; Saiz, P. A; González, M. P; Bascarán, M. T, 2001). La droga cuyo
consumo se asocia con más frecuencia al de cocaína es el alcohol (Flanner y cols. , 2004),
seguida del cannabis y de la heroína (muchos adictos a opiáceos consumen también cocaína).
El alcoholismo también se asocia con frecuencia a la dependencia de cocaína y no siempre es
fácil determinar si el consumo de alcohol es primario o secundario (Rounsaville y cols. , 1991;
Kleinman y cols. , 1990). En series clínicas de cocainómanos se encuentran porcentajes de
alcoholismo que duplican los hallados en series de adictos a opiáceos. Los pacientes que hacen
uso concurrente de alcohol y cocaína tienen tasas más altas de trastornos físicos múltiples y de
infecciones que los alcohólicos o cocainómanos puros (Salloum y cols. , 2004). En la clínica es
muy frecuente que los cocainómanos refieran episodios de consumo de cocaína que están
precedidos o se acompañan muy pronto de alcohol con el que pretenden «modular» los
efectos, el estado de ánimo y los síntomas ansiosos que produce la cocaína.
Todos los datos indican que la cocaína y el alcohol son dos sustancias que se complementan. La
mayoría de los consumidores afirma que la cocaína les ayuda a controlar los efectos del alcohol,
la consumen para seguir `bebiendo' sin embriagarse. De esta forma los efectos del alcohol
quedan latentes, se postergan. Ese efecto de la cocaína como sustancia que "controla al
alcohol" sugiere una cierta obligatoriedad de consumo de alcohol en algunos espacios ya sean
recreativos o laborales. El alcohol es, por tanto, una sustancia clave en la lógica del consumo de
cocaína (Calafat, A; Juan, M; Becoña, E; Fernandez, C; Gil, E; Llopis, J. J, 2001)
Además de la complementariedad química y funcional también puede haber una relación
simbólica entre esas dos sustancias. Y posiblemente está estimulado por una industria
recreativa a la que el consumo de alcohol le aporta los mayores beneficios. La cocaína permite
beber sin entrar en la embriaguez y por tanto ayuda a consumir mucho más alcohol, a cambio
el alcohol transfiere a la cocaína parte de su poder totémico y ancestral al convertirla en su
aliada de la fiesta.
A pesar de que el alcohol es una sustancia clave en las relaciones sociales, tiene prestigio y se
estimula su consumo, la embriaguez crea una imagen negativa. Las personas que se embriagan
son excluidas, se les ve como personas que han perdido el control, que no saben donde tienen
su límite. En la mayoría de locales con control de aforo se impide el que accedan personas que
presentan un cierto estado de embriaguez. Por todo ello la cocaína es una aliada inmejorable
(Calafat, A; Juan, M; Becoña, E; Fernandez, C; Gil, E; Llopis, J. J , 2001)
Los pacientes que solicitan tratamiento por consumo de cocaína y abuso de alcohol, presentan
peculiaridades respecto de los que sólo consumen cocaína. La ingesta de alcohol como
detonante del "craving" y conducta de búsqueda compulsiva de cocaína, influye en haber una
mayor perdida de control del consumo, más problemas sociales, más conductas de riesgo y
antisociales (Pastor, Llopis y Baquero, 2002).
El consumo de alcohol y cocaína incrementa la morbilidad psiquiátrica y empeora el pronóstico
de la dependencia de ambas sustancias, el abordaje terapéutico es más complejo y el
cumplimiento terapéutico es menor (Avila Escribano, J. J; Villaverde Diaz, R, 2007).
Algunos estudios sobre percepción de riesgo y tendencias en población general comienzan a
mostrar las peculiaridades del uso de cocaína. Todo parece indicar que el uso de cocaína y
alcohol se complementa dentro de la escena de consumo. En estos momentos nos encontramos

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con que ya han aparecido a nivel asistencial las repercusiones del consumo abusivo de cocaína
y alcohol de forma que en los últimos años se viene observando un grupo de pacientes, cada
vez más amplio, que solicitan tratamiento por problemas con la cocaína y que,
simultáneamente, realizan consumos abusivos de alcohol.
Este grupo de pacientes presenta peculiaridades que les diferencian de aquellos que consumen
cocaína aisladamente y que se caracterizan por:
o

Mayor percepción de control sobre el consumo que en otras adicciones. En especial en
lo que se refiere a la ingesta de alcohol.

o

percepción de problemas con la cocaína pero no con el alcohol. En cambio su historia
de consumo lleva al diagnóstico de abuso/dependencia de alcohol.

o

Progresivo incremento en las cantidades consumidas en cada episodio, pero no tanto
en la frecuencia de los episodios de consumo.

o

La ingesta de alcohol aparece como detonante del craving y conducta de búsqueda
compulsiva de cocaína.

o

Mayor pérdida de control del consumo comparado con sujetos que no asocian cocaína y
alcohol.

o

Aparición de conductas con rasgos antisociales tras el consumo.

o

Mayores consecuencias sociales, laborales, familiares y conductuales con incremento de
las conductas de riesgo a nivel sexual, grandes gastos, ludopatía, peleas, problemas de
pareja y separación, frecuentar ambientes de prostitución, sexo compulsivo y relaciones
sin protección (Pastor, Llopis y Baquero, 2002).

La presencia de un metabolito denominado Cocaetileno, resultante del consumo simultaneo de
alcohol y cocaína, podría explicar, la mayor toxicidad y compulsividad de estos episodios
(Pastor, R; Llopis, J. J; Baquero, A, 2002).
Esta sustancia hace que aumente el riesgo coronario e inmunotóxico de la cocaína y se asocia a
más efectos secundarios y a mayor mortalidad.
Este consumo simultáneo tiene mayores consecuencias que el consumo de estas dos drogas
por separado. La ingesta de alcohol provoca incremento del craving de cocaína con mayor
gravedad en los episodios de consumo, mayor perdida de control e intoxicación más grave
(Pastor, R; Llopis, J. J; Baquero, A, 2002). Tras la coexposición alcohol-cocaína, el cocaetileno se
encuentra rápida y principalmente en hígado, pulmón y riñón. Unos minutos más tarde, este
metabolito es detectado en otros tejidos como el cerebro, el corazón o el bazo. Esta distribución
temporal sugiere que la formación del cocaetileno ocurriría principalmente en el hígado para
posteriormente ser distribuido por el resto del organismo (Dean et al. , 1997).
La interacción alcohol-cocaína interfiere en el patrón de degradación tanto del alcohol (Farré et
al. 1993) como de la cocaína (Pan y Hedaya, 1999), incrementando, de esta forma, el potencial
tóxico de ambas sustancias. La presencia en el organismo de cocaetileno se ha podido asociar
con convulsiones, cardiotoxicidad, daño hepático, repercusiones en el sistema inmunitario y
letalidad (Pirozhkov et al. , 1993; Andrews, 1997).
En este sentido, el uso/abuso de ambas sustancias se ha relacionado con déficits cognitivos en
memoria, atención, orientación y asimetrías sensoriales. Además, se han observado deterioros
más marcados a medida que avanza el consumo, llegando a imposibilitar el adecuado
funcionamiento del sujeto (Singer et al. , 2000).

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En comparación con las intoxicaciones por cocaína, los pacientes atendidos en servicios de
urgencias por consumo de alcohol y cocaína, presentaban cuadros clínicos más graves, tasa
cardiaca y presión arterial más elevada, estado mental más deteriorado, así como mayor
frecuencia de intubaciones y mayor severidad del tratamiento requerido (Vanek et al. , 1996;
Signs et al. , 1996).
Existen concentraciones de cocaetileno más significativas cuando el alcohol se administra
previamente a la cocaína (Pastor, R; Llopis, J. J; Baquero, A, 2002).
Por otro lado, el consumo de alcohol deriva frecuentemente en recaídas de pacientes
cocainómanos en fase de recuperación y por ello la abstinencia de ambas sustancias es un
objetivo inseparable en el tratamiento de la cocainomanía (Caballero, L. 2005).
Por todo ello se valora el uso de fármacos aversivos del alcohol pautados bajo consentimiento
informado y también la posibilidad de la utilización de fármacos antagonistas opiáceos que
limiten el consumo de alcohol y eviten la perdida de control una vez iniciada la ingesta, como
puede ser el caso de tratamientos farmacológicos con naltrexona para reducir el "priming" y
limitar las consecuencias de la ingesta de ambas sustancias adictivas (Pastor, R; Llopis, J. J;
Baquero, A 2002).
Los interdictotes o aversivos son medicamentos (cianamida cálcica y disulfiram) que por inhibir
la metabolización del alcohol, producen, si se consume éste, síntomas desagradables. Este
tratamiento no debe utilizarse de forma aislada, sino integrado en programas amplios de
intervención. Ofrecen al enfermo una fórmula de autocontrol y de apoyo a la sobriedad que
sirve como ayuda para que éste no ceda a los impulsos de consumo que se producen al
comienzo de la abstinencia (Crespo, C; O´Ferral, C; Gavira, C, 1997)
El disulfiram puede reducir el consumo de cocaína por, al menos, un doble mecanismo: control
de la ingesta alcohólica que acompaña al consumo de cocaína (y que, con frecuencia, lo
dispara) e incremento de los niveles de dopamina por inhibición de la dopa-beta-hidroxilasa
(que, por un lado, disminuiría el «craving» y, por otro, asociaría efectos displacenteros y
aversivos a la cocaína) (Hameedi y cols. , 1995; McCance-Katz y cols. , 1998). Quizá hay otros
mecanismos que no se han dilucidado todavía porque la investigación clínica no es completa
(Carroll y cols 1993; Higgins y cols 1993; Hameedi y cols. , 1995; Carroll y cols 1998; Carroll y
cols. , 2000; Vocci y Elkashef, 2005).
Al evitar el consumo de alcohol es obvio que se eliminan también los problemas derivados de la
síntesis de cocaetileno (McCance-Katz y cols. , 1993). Se ha mostrado que se obtienen mejores
resultados cuando el disulfiram se asocia a psicoterapia (Carrol y cols. , 1998) y se mantiene un
año (Carrol y col. , 2000).
Desde el punto de vista práctico, aquellos pacientes en los que el consumo de alcohol precede
al de la cocaína parecen los candidatos más claros a tratamiento con disulfiram. Este
tratamiento requiere consentimiento informado y vigilancia del posible desencadenamiento de
síntomas psicóticos por el fármaco (Caballero, L. 2005).
Tanto en lo descrito en las publicaciones revisadas referidas a las consecuencias derivadas de la
interacción entre alcohol y cocaína y en particular sobre las acciones del cocaetileno, como en
la práctica clínica, se constata que muchas recaídas de personas en tratamiento para la adicción
a la cocaína se producen tras el consumo de alcohol.
En el año 2000 se inicia en Proyecto Hombre de Asturias un tratamiento para la adicción a la
cocaína de tipo ambulatorio dada la demanda específica sobre esta sustancia, y viendo que el
tratamiento para la misma, era en algunos aspectos distinto al de otras adicciones tratadas
hasta el momento. Desde el inicio, se puso como una de las condiciones de tratamiento la
abstinencia de consumo de alcohol durante el mismo, alegando varios motivos:

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o

El consumo de alcohol puede inducir al consumo de otras sustancias como la
cocaína.

o

El consumo de alcohol puede hacer que el usuario no muestre la sobriedad
necesaria para aprender a enfrentarse a sus propias carencias y dificultades sin la
utilización de alguna sustancia que altere su forma de ser.

o

El usuario puede sustituir una sustancia (cocaína) por otra que el puede considerar
menos perjudicial (alcohol) para conseguir los mismos efectos que buscaba en la
cocaína.

Durante varios años hemos trabajado con la abstinencia, haciendo un trabajo muy importante
de tipo teórico y analítico de las situaciones pasadas, presentes y futuras de los usuarios,
preparándolos para el momento en que una vez finalizado el tratamiento se enfrentaran al
consumo o no de alcohol, sustancia, por otro lado, muy utilizada en la población, percibida con
poco riesgo, y donde la presión social para su consumo es muy alta. Empezó a observarse en el
tratamiento para la adicción a la cocaína (TAC) que uno de los motivos de recaída una vez
finalizado el tratamiento por los usuarios, era el consumo abusivo o descontrolado de alcohol
que propiciaba la vuelta al consumo de la sustancia principal, la cocaína.
Por este motivo, nos planteamos la posibilidad de iniciar el consumo de alcohol de una forma
controlada desde el tratamiento, en el último tramo del mismo, para ayudar a los usuarios a
realizar un entrenamiento adecuado y tutelado por el programa.

Objetivo
Valorar si la clasificación que hemos utilizado es válida y describe el perfil de los usuarios a
tratamiento.
Describir el perfil de los usuarios del tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto
Hombre Asturias, en relación a su consumo de alcohol.
Valorar la evolución de los usuarios del TAC, que una vez clasificados, han seguido un "plan de
trabajo" sobre el alcohol y que han finalizado el tratamiento. Y constatar si los indicadores son
predictivos de la evolución.
Para ello necesitamos establecer indicadores de evaluación, clasificar a los usuarios dentro de
dichos indicadores (descripción del perfil) y correlacionar los indicadores y la evolución que
tienen.

Hipótesis
Este trabajo se desarrolla para intentar verificar, si el consumo de alcohol influye en las recaídas
de aquellas personas con abuso o dependencia a la cocaína que a su vez muestran, un abuso o
dependencia del alcohol o una ingesta simultanea de alcohol y cocaína (cocaetileno).

Metodolgía
La descripción se hará de todos los usuarios del TAC (TRATAMIENTO DE ADICCIÓN A LA
COCAINA) de Proyecto Hombre, que han seguido la evaluación, clasificación y planteamiento
indicado por el terapeuta en relación con su consumo de alcohol, lo hayan puesto o no en
marcha. Vamos a trabajar con los usuarios que tenemos a tratamiento desde mayo de 2007
hasta abril de 2008. Fue en 2007 cuando se pone en marcha en el TAC, esta manera de
trabajar con el consumo de alcohol en personas con problemas de adicción a la cocaína, ya que

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hasta el momento se planteaba la abstinencia de todos los usuarios, independientemente de su
problemática, hasta el Alta terapéutica.
Para describir el perfil de los usuarios utilizaremos la información recogida en las variables de
todos ellos, mientras que para describir la evolución solo utilizaremos la información recogida
de aquellos usuarios que hayan finalizado el tratamiento en cualquiera de los programas del
TAC.
Las variables recogidas corresponden a un número de 92 usuarios de los cuales 69 pertenecen
al Programa Ambulatorio, 4 al Programa de Apoyo y 19 al Programa CRA.
La experiencia clínica, nos ha mostrado que los usuarios, en su mayoría, una vez finalizado el
tratamiento, consumían alcohol sin ningún control ni apoyo terapéutico, y esto hacía que un
porcentaje no determinado, tuviera problemas nuevamente con la cocaína.
Esto nos ha llevado a observar cual es el perfil, en relación al consumo de alcohol , de los
usuarios que reciben ayuda en un programa de tratamiento para la adicción a la cocaína (TAC)
de Proyecto Hombre de Asturias y ver la evolución que tienen hasta la finalización del mismo.
De la observación mencionada de los usuarios del TAC y de los instrumentos de evaluación y
seguimiento con que contamos en Proyecto Hombre se deducen tres tipos de perfil en relación
con el consumo de alcohol:
o

Perfil "sin problemas": usuarios que no han manifestado problemas de consumo de
alcohol a lo largo de su vida, ni asociación de su consumo con el de cocaína.

o

Perfil "cocaetileno": usuarios en los que se da una asociación entre el consumo de
ambas sustancias (cocaína y alcohol), formando el denominado complejo "cocaetileno".

o

Perfil "con problemas": personas con adicción o abuso previos de alcohol (concomitante
o no al consumo de cocaína).

Estimamos que para cada uno de estos tres perfiles el tipo de intervención en relación con el
alcohol debe ser diferenciado y, en la medida de lo posible, individualizado, teniendo en cuenta
también, la evolución y cumplimiento de los objetivos que presente el usuario. Se plantearían
tres tipos de intervenciones:
o

Perfil "sin problemas": planteamiento de consumo moderado de alcohol (situaciones
habladas, y cantidades supervisadas en ambientes de no riesgo).

o

Perfil cocaetileno: se plantearía establecer un programa de bebida controlada o la
abstinencia de alcohol en función de las características personales de cada usuario.

o

Perfil "con problemas": se plantea la abstinencia de alcohol.

Se considera adecuado en un tratamiento para la adicción a la cocaína mantener abstinencia al
alcohol, al menos en un periodo de tiempo indicado por el terapeuta, ya que neurológicamente,
debe haber un tiempo sin consumo que permita la "recomposición cerebral" (sistema de
recompensa, etc. ), además de posibilitar un estilo de vida saludable y de soporte, relaciones
adecuadas, superación de los retos de la vida sin uso de sustancias, etc. También se tomará la
decisión terapéutica, con acuerdo del usuario, de la toma pautada de cianamida cálcica o
Disulfiram.
Se definieron indicadores de evaluación en relación con el alcohol que servirán al terapeuta
para clasificar al usuario en uno de los tres supuestos, y desde ahí, hacer posteriormente la
indicación más adecuada para cada uno. Esta indicación se concretará en un "plan" entre el
usuario y el terapeuta, en el que se tendrán en cuenta otros aspectos, como la historia pasada,

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las habilidades adquiridas, . . . A lo largo del proceso terapéutico se contrastará el "plan" con la
evolución del usuario.
Los indicadores de evaluación que utilizaremos serán:
o

EuropASI: es un instrumento heteroaplicado que consiste en una entrevista
relativamente breve, semiestructurada y realizada para proporcionar información sobre
aspectos de la vida del usuario que han podido contribuir a su drogodependencia. La
entrevista consta de siete áreas que son independientes entre sí y que integran
múltiples aspectos: médico, empleo/soportes, alcohol, drogas, legal, familiar/social y
psíquica. Diversos estudios han mostrado la fiabilidad y validez de esta prueba (Roa,
1995; Sandi y Avila, 1990). Si la puntuación en cada área es igual o superior a 4 se ve
necesidad de tratamiento en el mismo, y dicha puntuación en el apartado del
alcohol indicaría la exclusión del grupo "sin problemas".

o

MAST (MICHIGAN ALCOHOLISM SCREENING TEST): es uno de los instrumentos más
utilizados para evaluar abuso de alcohol. Se trata de un cuestionario de 25 ítems
diseñado para proporcionar una visión rápida del posible abuso de alcohol y de los
problemas relacionados con éste. El MAST ha sido probado con éxito en diversos
contextos y poblaciones. La corrección es totalmente cualitativa. Según la versión
original 5 ó más respuestas afirmativas en la puntuación del mismo indicarían
problemas con el alcohol y por lo tanto exclusión del grupo "sin problemas" de nuestra
clasificación.
También el MAST sería un instrumento válido para tomar decisiones acerca de la
posibilidad de empezar el tratamiento con Disulfiram. Más de 5 respuestas afirmativas
podrían aconsejar esta posibilidad.

o

El cuestionario de habilidades sociales de Mariana Segura, es un instrumento
autoaplicado que nos indicaría la capacidad del usuario para afrontar situaciones de
forma asertiva.

o

en la "Ficha de primeros contactos TAC", que es un instrumento heteroaplicado,
realizado en las primeras entrevistas con el usuario. Se observarán principalmente los
apartados: "la teoría acerca de la existencia del problema" y "situaciones de riesgo".

o

SOCRATES (STAGES OF CHANGE READINESS AND TREATMENT EAGERNESS SCALE):
Se trata de un cuestionario de 19 ítems para valorar la motivación para el cambio del
usuario y el deseo de ir a un tratamiento. Está compuesto por tres factores:
reconocimiento, ambivalencia y primeros pasos. La corrección del test nos indica en
que momento se encuentra el usuario en cada uno de los tres factores.

Una vez iniciado el "plan" individualizado de cada usuario se revisará con el terapeuta a lo largo
del tratamiento:
o

grupo "sin problemas": Se establecen dos momentos de seguimiento para el consumo
de alcohol moderado, uno en el primer trimestre y otro en el segundo de la fase C
(ultima fase del tratamiento).

o

grupo "cocaetileno": para la mayoría de estos casos el planteamiento sería de
abstinencia, excepcionalmente se podría plantear el acceso a un "programa de bebida
controlada", con registros de unidades de bebida y seguimiento del mismo. Si no se
consigue el objetivo de beber controlado se pasaría al usuario a un programa de
abstinencia.

Trabajo con el consumo de alcohol en el tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto Hombre Asturias

o

Grupo" con problemas": se plantea la abstinencia. El beber controlado no es
considerado un programa viable para los enfermos alcohólicos (Crespo, C; O`Ferral, C;
Gavira, C, 1997).

La finalidad de un programa de bebida controlada es conseguir consumos moderados exentos
de riesgo.
Los datos de diferentes estudios señalas que los programas de bebida controlada no estarán
indicados para pacientes con una dependencia grave. Aquellos pacientes con una dependencia
leve o moderada, sin patología médica o psiquiátrica añadida que contraindique el consumo de
alcohol y con un apoyo sociofamiliar adecuado serán los principales beneficiarios de este tipo de
programas.
Las dos o tres semanas previas al tratamiento el paciente debe permanecer abstinente. Si el
paciente no consiguiera la abstinencia deberíamos replantearnos la idoneidad del programa y
valorar uno libre de alcohol.
En un programa de bebida controlada deberíamos:
o

Limitar el consumo pactando previamente un límite que se considere seguro para el
usuario, siempre por debajo de 12 UBE (unidades de bebida)/semana en el hombre de
7 UBE/semana en las mujeres y nunca más de 4 UBE en un mismo día.

o

Registrar los consumos y las circunstancias en los que se realizan, ya que además de
aportarnos información sobre el consumo, permite al paciente identificar las situaciones
que se relacionan con consumos no controlados y de esta manera evitarlas o trabajar
estrategias que permitan su abordaje sin alcohol o con un consumo no problemático.

o

Cambiar de patrón de consumo. Algunas estrategias para conseguirlo pueden ser;
cambiar las bebidas de alta graduación por otras de menor grado alcohólico, cambiar
de bebida habitual, evitar combinaciones de alcohol con bebidas azucaradas o
carbonatadas ya que provocan por las características de su absorción picos de
alcoholemia mas rápidos y intensos, beber despacio, alternar bebidas alcohólicas con
zumos o refrescos y sobre todo realizar consumos en el contexto de actividad de ocio
amplia donde el alcohol no sea el punto focal.

o

Entrenar habilidades que permitan afrontamiento del estrés, actitud asertiva y
prevención de recaídas.

Establecer recompensas al alcanzar objetivos pactados. (G. Rubio y col. , 2000)
Descripción del tratamiento
El tratamiento para la adicción a la cocaína (TAC) de Proyecto Hombre Asturias consta de tres
programas diferentes: Programa ambulatorio, programa de apoyo y programa CRA
(APROXIMACIÓN DE REFORZAMIENTO COMUNITARIO).
EL Programa Ambulatorio, va dirigido a personas mayores de 18 años, de ambos sexos,
que, o bien abusan de cocaína como forma exclusiva de consumo o bien lo hacen acompañada
de otros estimulantes (anfetaminas, speed. MDMA. . . ), u otras sustancias como alcohol o
cannabis. Se realizará en un marco ambulatorio para la totalidad de los usuarios, contemplando
excepcionalmente la posibilidad de realizarlo de manera residencial inicialmente, siempre que el
perfil o los apoyos sociales no se ajusten adecuadamente.
Centrar la acción terapéutica en el objetivo de abstinencia siempre que sea posible, incidiendo
para ello en cambios saludables del estilo de vida, manteniendo y mejorando la integración

Trabajo con el consumo de alcohol en el tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto Hombre Asturias

social y laboral del usuario y dotándole de las capacidades y habilidades necesarias para
prevenir posibles recaídas. Se establece el marco terapéutico en términos de ayuda mutua,
donde el trabajo grupal constituye un punto fuerte en la estructura metodológica del programa.
El proceso terapéutico está estructurado en etapas o fases: Evaluación, fase A de integración
grupal, fase B de conocimiento y fase C de consolidación, con objetivos diferenciados y
evaluables, tanto por el usuario como por el equipo terapéutico.
Durante el tiempo de tratamiento se realizaran analíticas de orina para reforzar la abstinencia
de cocaína y otras sustancias.
El acompañamiento y orientación familiar, cuando éste sea posible, se realizará durante todo el
tratamiento y constituye uno sus pilares.
El tiempo de tratamiento estimado de manera general, se sitúa en torno a los dieciocho meses
y finalizará con el Alta terapéutica, una vez cumplidos los objetivos propuestos.
Objetivos del tratamiento:
1. Lograr que el usuario conozca el efecto adictivo de la cocaína, así como ayudarle a
controlar la conducta impulsiva que mantiene la dependencia e impide la abstinencia;
aprendiendo a identificar qué situaciones, pensamientos y estados emocionales pueden
prevenir o aproximarles al consumo.
2. Posibilitar los procesos de cambio a nivel comportamental, emocional y cognitivo que sean
necesarios para lograr la abstinencia con respecto a las drogas.
3. Reequilibrio del estilo de vida: fortalecer las estrategias globales de afrontamiento.
Promover cambios en el sujeto que progresivamente le acerquen a un mayor bienestar
biopsicosocial y a un estilo de vida más saludable.
Programa de apoyo. Tiene los mismos objetivos y características similares a las del programa
ambulatorio. En este programa se incluirían usuarios que, tras la primera fase de Evaluación, se
considere que por una serie de circunstancias personales, laborales, psicológicas, de edad, . . .
sea aconsejable un tratamiento individual y adaptado en tiempo y objetivos a sus características
particulares.
Se realizarán analíticas de orina para reforzar la abstinencia si se considera conveniente.
En los casos que exista posibilidad, se trabajara con la familia, amigos o pareja que deseen
acompañarlo.
El programa finalizará así mismo, con el Alta terapéutica, una vez cumplidos los objetivos
planteados inicialmente.
Programa CRA (APROXIMACIÓN DE REFORZAMIENTO COMUNITARIO) (S. T. Higgins y A.
Budney, 2006) Es un tratamiento para la adicción a la cocaína que ha tenido muy buenos
resultados en otros países donde se ha aplicado, sobre todo en Estados Unidos. La Universidad
de Oviedo junto con la Asociación Proyecto Hombre de España y avalado por el Plan Nacional
sobre drogas (Ministerio de Sanidad) está desarrollando un proyecto para implantar esta
terapia en nuestro país.
En Proyecto Hombre Asturias se lleva implantando este programa desde hace tres años de
forma aleatoria a los usuarios que piden tratamiento para su adicción a la cocaína.
El objetivo fundamental del mismo es la abstinencia de la cocaína. Para ello, los usuarios han
de hacer cambios en el estilo de vida en cuatro áreas fundamentales: relaciones familiares,

Trabajo con el consumo de alcohol en el tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto Hombre Asturias

actividades de ocio, relaciones sociales y área vocacional. La duración del mismo es de un año y
al usuario se le realizan análisis de orina para reforzar la abstinencia.
Una variedad del programa ha sido la unión del método de CRA más una terapia de incentivos,
donde los usuarios pueden ganar puntos canjeables por determinados reforzadores que
contribuyen a alcanzar los objetivos del programa, a cambio de mantenerse en el tratamiento
sin consumir cocaína. Las analíticas y las sesiones irán distanciándose en el tiempo a medida
que va discurriendo el tratamiento. (Secades-Villa, R; García-Rodríguez, O; Álvarez-Rodríguez,
H; Rio Rodríguez, A; Fernández Hermida, J. R; Carballo, J. L; 2007)
Perfil general de la población atendida en el TAC, según la memoria de Proyecto
Hombre Asturias 2007
Se trata de un varón, nacido y residente en Asturias, con edad entre 27 y 33 años, soltero
(60, 9%). De los que han tenido familia propia, casi la mitad han roto con su pareja (42, 2%).
Tienen 3 hermanos y los que tienen o han tenido pareja son padres de un niño que vive con
ellos o está a cargo de la madre.
Ha obtenido el graduado escolar (86, 1%) y ha abandonado los estudios a los 18, 2 años, debido
a que quería ganar dinero y no le gustaba estudiar. Por esta edad es consumidor de alcohol y
hachís. Comienza a trabajar a los 17, 4 años. Más de la mitad (61%) mantienen la actividad
laboral cuando empieza su proceso de rehabilitación en nuestro tratamiento. Su trabajo
principal se sitúa en el sector de la construcción en los varones y en la hostelería y el comercio
para las mujeres.
Empiezan a consumir por motivos de ocio y de presión grupal. Consume cocaína a los 19, 9 años
y su fuente de ingresos proviene de su sueldo durante toda la drogodependencia. Ha dependido
de la cocaína unos 4, 3 años antes de iniciar el proceso de rehabilitación, consumiéndola de
forma esnifada. Ha sido consumidor de cocaína, alcohol y hachís y en menor medida de éxtasis
y speed.
El 60% nunca había intentado dejar las drogas con ayuda profesional anteriormente y los
motivos para iniciar el tratamiento han sido los problemas familiares y querer cambiar de vida.
Un 23, 5% tiene juicios pendientes.
El estudio que vamos a realizar incluye a todos los usuarios que integran los tres programas
del TAC en un periodo de tiempo y de los que hemos obteniendo información a través de las
siguientes variables:
o

Puntuación de "problemas con el alcohol" del EuropASI.

o

Puntuación del MAST.

o

Uso o no de aversivo (Colme o Antabus).

o

clasificación en: "sin problemas", cocaetileno, "con problemas". Esta clasificación la
hace el equipo terapéutico una vez realizada la fase de Evaluación en función de los
resultados obtenidos.

o

Indicación terapéutica; incluiría las variables: consumo moderado, plan de bebida
controlada y abstinencia de consumo de alcohol. Tras un periodo de tiempo de
abstinencia el terapeuta indicará al usuario que modo de consumo es el más adecuado
a su situación, teniendo en cuenta la clasificación, su historia pasada, sus antecedentes
familiares y toda la información que tiene sobre su proceso y sus habilidades
personales.

Trabajo con el consumo de alcohol en el tratamiento para la adicción a la cocaína de Proyecto Hombre Asturias

o

Planteamiento o "plan": consumo moderado, plan de bebida controlada y abstinencia.
El equipo terapéutico conjuntamente con los objetivos y las expectativas del usuario
acordará con él que modalidad de consumo de alcohol va a realizar. No siempre el
planteamiento coincidirá con la indicación terapéutica (sobre todo en el supuesto del
cocaetileno), ya que algunos usuarios no quieren plantearse la abstinencia y quieren
"probarse" llevando a cabo planes de bebida controlada. Es fundamental que el
planteamiento sea acorde con la intención real del usuario, ya que lo importante es
que este aprenda a utilizar el alcohol de forma adecuada, no ligado a ciertos ambientes
o contextos, sea capaz de controlarse y cuente en todo momento con ayuda
terapéutica, que le facilite el feedback y el análisis de las situaciones a las que se
enfrenta.

o

Estilo de consumo: Plantea tres variables: "cumple adecuadamente las indicaciones",
"no cumple adecuadamente las indicaciones" y "se modifica el plan previsto". Si el
planteamiento no funcionara, se renegociarían cambios en el mismo.

o

Evolución: En este apartado planteamos si el usuario finaliza el tratamiento con un Alta
terapéutica (cuando la persona ha llevado a cabo los objetivos planteados al inicio del
tratamiento), un Alta Voluntaria (el usuario decide abandonar el tratamiento sin
completar los objetivos planteados al inicio del tratamiento), una Expulsión (decisión
del equipo terapéutico de no continuar la terapia con el usuario por incumplimiento del
contrato terapéutico) o una derivación a otro tratamiento (si se considera que el
tratamiento no está siendo adecuado para que el usuario consiga los objetivos
terapéuticos planteados)

análisis de los datos
El paquete estadístico utilizado fue el SPSS-12. Se llevaron a cabo diferentes análisis
descriptivos y de frecuencias para describir las características de los participantes.

Resultados
Puntuaciones medias y desviación típica en el EuropASI y MAST.
Puntuación OH EuropASI
Puntuación MAST

N
90
87

Media
3, 83
5, 78

Desv. Tip.
1, 850
4, 802

La puntu

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