El Programa Constructivista de Prevención se sustenta en la hipótesis de la susceptibilidad y en el constructivismo. Además tiene en cuenta ciertos supuestos teóricos como que las iniciativas de prevención tendrán que dirigirse a la población en la adolescencia temprana, que los grupos de adolescentes tienen características de ritos de iniciación en las que los miembros coinciden en costumbres y opiniones y compiten con otros grupos o que la independencia del hijo repercute en los padres que a menudo sienten temor y angustia ante la separación.
Tiene como objetivos principales el incrementar los factores de protección y resiliencia y reducir los factores de riesgo de las drogodependencias. El programa de prevención se lleva a cabo a través del grupo Autobiográfico. Este grupo se basa en actividades de construcción de la historia de vida. El grupo tiene la consigna de redactar por escrito los temas autobiográficos que se le indican, entre los que se encuentran: Qué sé y qué me preocupa de las drogodependencias, cómo tomo decisiones, cómo resuelvo los problemas o cómo realizo las criticas.
Un Programa constructivista de prevención de drogodependencias para adolescentes.
(A constructivist program of prevention within drugdependences for teenagers. )
Fernando Mansilla Izquierdo.
Centro de prevención del alcoholismo y tabaquismo. Ayuntamiento de Madrid.
Correspondencia:
Fernando Mansilla. Avda. Manzanares nº160 28019-Madrid.
PALABRAS CLAVE: Programa de prevención, grupo Autobiográfico, Constructivismo, adolescencia.
(KEYWORDS: Prevention Program, Autobiographic Group, Constructivism, Adolescence. )
página 1
[2/2/2003]
Resumen
El Programa Constructivista de prevención se sustenta en la hipótesis de la susceptibilidad y en el constructivismo. Además tiene en cuenta ciertos supuestos teóricos como que las iniciativas de prevención tendrán que dirigirse a la población en la adolescencia temprana, que los grupos de adolescentes tienen características de ritos de iniciación en las que los miembros coinciden en costumbres y opiniones y compiten con otros grupos o que la independencia del hijo repercute en los padres que a menudo sienten temor y angustia ante la separación.
Tiene como objetivos principales el incrementar los factores de protección y resiliencia y reducir los factores de riesgo de las drogodependencias.
El programa de prevención se lleva a cabo a través del grupo Autobiográfico. Este grupo se basa en actividades de construcción de la historia de vida. El grupo tiene la consigna de redactar por escrito los temas autobiográficos que se le indican, entre los que se encuentran: Qué sé y qué me preocupa de las drogodependencias, cómo tomo decisiones, cómo resuelvo los problemas o cómo realizo las criticas.
Abstract
The Constructivist Prevention Program is based on the theory of susceptibility and constructivism. Also, it takes into account cetain theoretical suppositions such as that prevention initiatives must be directed to the population during early adolescence, that adolescecent groups have characteristics of initiation rites where members coincide in habits ans opinions and compete with other groups or that a child´s independence affects its parents who frequently experience fear and anguish by the separatión.
The main objetives of de program are to increase the protective and resiliency factors and reduce the drug dependency risk factors.
The prevention program is carried out through the Autobiographic Group. This group is based on life history construction activites. The group writes down the autobiographical subjects indicated to them, among which: What do I know about drug dependences and what concerns me, how do I make decisions, how do I resolve problems or make criticisms.
Introducción
El concepto de prevención primaria en drogodependencia no ha sido consensuado, lo que ha dificultado la definición de objetivos, de metodologías; así como la elaboración de programas y de su puesta en marcha (1).
Aún así, se han ido realizando programas de prevención y se han ido trazando diversas formas de intervención.
También se afirma que en prevención faltan conceptos claros y definidos tanto en teoría como en metodología. Al mismo tiempo se acepta la multicausalidad del fenómeno de la drogodependencia. De forma que la falta de fundamentación teórica es, en ocasiones, contestada desde una perspectiva empírica, diciendo que lo que tiene un valor efectivo es la experiencia acumulada (2).
Pero los programas de prevención tienen que estar apoyados en determinados presupuestos teóricos, que permitan relacionar las actuaciones que expanden con los resultados esperados y de esta forma se aclararía su interpretación (3).
Se ha señalado que los programas de prevención deberían ser diseñados para acrecentar los factores de protección y reducir los factores de riesgo con la finalidad de que el individuo no consuma (4).
Por eso, el desarrollo de los programas de prevención se tiene que sustentar, por un lado, en la epidemiología y, por otro, en la etiopatogenia. El ideal de estas áreas de investigación sería conseguir evidencias y explicaciones acerca de los procesos que estimulan o inhiben el consumo de drogas, y proporcionar datos y teoría para guiar los programas de prevención.
De cualquier modo, las intervenciones preventivas han ido evolucionando desde las técnicas alarmistas hasta los modelos educativos de refuerzo de la autoestima, pasando por la toma de decisiones, el desarrollo de sentido crítico, la resistencia a la presión de grupo y la habilidad para el aumento de la capacidad interna y externa (1).
Es preciso tener en cuenta que existe un cierto consenso en el hecho de que la forma más eficiente de afrontar los desordenes relacionados con el consumo de drogas es actuar sobre los individuos antes de que comiencen los problemas (5), y que los programas de prevención se llevan a cabo para que ejerzan impacto sobre uno o más de los factores de riesgo, y por lo tanto, en diferentes ámbitos y con distintas estrategias.
De ahí, que la definición de estrategias y ámbitos de intervención en prevención deba surgir de la hipótesis sobre los elementos que configuran los factores de riesgo y protección para el consumo de tóxicos.
Las teorías etiológicas de la drogodependencia que se han venido formulando han dado lugar a un arsenal estratégico para ser utilizado en prevención (6) (7).
Hasta este momento, las estrategias han recorrido la difusión de información, la educación afectiva, el ofrecimiento de alternativas, la adquisición de habilidades de resistencia social, el aprendizaje de competencias a través del entrenamiento en habilidades sociales (8). Incluso se han añadido la promoción de la salud y de la calidad de vida, el fomento de valores, la influencia en la cadena de consumos y la intervención en crisis (9).
Programa
2. 1 modelo y Supuestos Teóricos
El Programa de prevención, se apoya, por un lado, en la hipótesis de la susceptibilidad (10) que comparte la característica de ser multifactorial, pues contempla aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Postula que cada individuo tiene un distinto nivel de susceptibilidad para que el uso de droga se transforme en abuso y dependencia. Y tiene en cuenta la combinación de algunos elementos: susceptibilidad del sistema de recompensa, susceptibilidad al proceso de separación-individuación, susceptibilidad a los acontecimientos vitales estresantes y a la presión del grupo de iguales y disponibilidad del tóxico; y los factores de protección: vinculación, red y apoyo social y autoconcepto.
Por otro lado, el Programa de prevención se sostiene sobre el constructivismo que se basa en la premisa de que el ser humano realiza esfuerzos activos para interpretar la experiencia, buscando propósito y significado (constructo) a los acontecimientos que le rodean (11). Por tanto, el constructivismo parte de una visión del ser humano como agente proactivo, en relación dialéctica con su entorno e integrado en su medio social (12). Es decir, que para el constructivismo, los humanos crean y construyen activamente su realidad personal (13).
Además se establecen ciertos supuestos teóricos:
1º. La variable del sistema de recompensa sirve para explicar, en parte, la drogodependencia, pero carece de repercusión en la confección de los programas preventivos actuales (6). Sin embargo, determinar la base biológica de la conducta adictiva abriría la puerta de nuevos métodos de prevención.
2º. Las iniciativas de prevención tendrán que dirigirse a la población en la adolescencia temprana porque la edad crítica para el inicio del consumo está entre los 12 y los 15 años (14) y la influencia del grupo de iguales en el consumo suele ser decisiva antes de los 15 años (15), es decir antes de llegar a la segunda etapa de separación-individuación (16). O antes de finalizar el actual Primer ciclo de la Educación Secundaria Obligatoria (17).
3º. Es sabido que los niños con cuidados infantiles inadecuados se ven abocados a una cierta inestabilidad afectiva, que suele verse acompañada por trastornos de carácter emocional y del comportamiento. Estos niños, con frecuencia, muestran cierta incapacidad para vincularse con sus padres y una actitud antiautoritaria hacia los adultos (18).
Además, hay que observar que la familia ha cambiado y que no sólo ha diversificado sus formas de organización, sino que también se han modificado sus funciones. En el modelo familiar, se han producido variaciones en los roles de los padres, en las pautas de crianza y en la ampliación del periodo de permanencia del hijo en el seno de la familia (19).
Aún así, los padres continúan siendo pieza clave en la transmisión no sólo de valores sino también como modelos de identificación (1), por lo que se debería reforzar el rol parental para que los padres desplieguen estrategias que les permitan expresar su capacidad afectiva hacia los hijos.
4º. Los programas de prevención tendrían que introducir en su diseño módulos para reducir el número o la intensidad de los acontecimientos vitales estresantes por los que atraviesa el adolescente. De modo que se debería preparar al adolescente para afrontar las fuentes de estrés que tienen lugar durante la adolescencia con los cambios físicos, psicológicos y socioeducativos. Y también se le tendría que apoyar en la integración en el grupo de iguales y en la búsqueda de un modelo de comportamiento adulto.
5º. Se podría intervenir con los padres para fomentar el autoconcepto. El autoconcepto interno es la imagen que la persona se forma de sí misma y el externo es la imagen que los demás proyectan de nosotros y que influye en la persona de forma positiva o negativa. Sería conveniente la intervención sobre el autoconcepto ya que en la medida que éste se fomenta, la imagen que se dará a los otros se modificará y como consecuencia la valoración que los demás harán de nosotros también cambiará (20).
Por eso, una responsabilidad de padres es dar sentido a la valoración de sus hijos, porque el autoconcepto se forma con las valoraciones que de ellos hacen personas significativas.
6º. La independencia y autonomía del hijo repercute en los padres que a menudo sienten temor y angustia ante la separación.
El adolescente sólo conseguirá ser independiente cuando esa angustia de los padres no le suponga un efecto inhibidor (21). Se debería preparar a los padres para situaciones inevitables de separación e independencia y para reconocer sus actitudes ante los hijos. También se tendría que estimular a los adolescentes a crecer con autonomía dentro de las normas y límites establecidos por sus progenitores y a crear espacios para establecer una comunicación directa y auténtica.
7º. Los grupos de adolescentes tienen características de ritos de iniciación en las que los miembros siguen las modalidades del grupo, coinciden en costumbres y opiniones, y compiten con otros grupos. Además, su lealtad a los ideales del grupo les generan conflictos de autoridad (22).
Los adolescentes intentan aumentar su compromiso y confianza con el grupo, incrementando aquellas cualidades que les dan status. Éste lo pueden conseguir por inteligencia, por carisma o por habilidades especiales (23). Pero a su alrededor se le ofrecen múltiples modelos imitables. Y con frecuencia se presenta la droga como signo de madurez, de independencia, de rebeldía, de acceso a un status superior dentro del grupo (24). Los adolescentes que suelen rechazar normas y valores, tienen un alto índice de riesgo para iniciarse en el consumo (25).
Se ha observado la influencia tanto del grupo de iguales (26) como de la calidad de las relaciones interpersonales en la drogodependencia (27). El grupo ejerce una presión decisiva para el comienzo del consumo, ayuda a consolidar la dependencia e influye en las recaídas (28). Ya que el grupo es el que hace que la droga esté disponible, enseña cómo debe utilizarse, genera actitudes, valores y razones que justifican su uso, y define la droga como elemento de pertenencia (29). El grupo de iguales predice el 95% de la varianza en el consumo de droga (30)
Por todo ello, los programas de prevención tendrían que desarrollar redes de apoyo social, promocionando grupos y asociaciones juveniles y de padres con la intención de fomentar valores y alternativas. Es decir, creando situaciones en las que sea factible encontrar ayuda mutua, entendida como reciprocidad de ayuda práctica y psicológica entre personas que comparten circunstancias vitales (31).
De todos estos supuestos se deduce la necesidad de formar a padres y adolescentes para la prevención, y que ésta debería ser un hecho cotidiano.
2. 2 Objetivos
2. 3 Metodología y Estrategias
Este Programa de prevención de Drogodependencias emplea, además de estrategias de generación de alternativas, el entrenamiento en habilidades sociales y la educación afectiva. El programa se realiza de forma grupal, con adolescentes y padres en un número de cinco o seis triadas.
De manera que padre, madre y adolescente conforman la unidad clave para la prevención (32).
Los miembros del grupo son seleccionados a través de las Asociaciones de Padres de Alumnos (A. P. As. ). Estas Asociaciones tienen un papel importante para la fase de sensibilización y preparación de los padres.
Los miembros que participaran en el Programa de prevención serían los alumnos de 1º de ESO con sus padres. Para ello en la clase se realizaría un sociograma que nos informaría de las relaciones del grupo. Y nos permitiría formar grupos heterogéneos en sus relaciones.
El grupo Autobiográfico que planteamos está basado en el propuesto por Birren y Hedlund (33, con algunas modificaciones.
El grupo Autobiográfico tiene dos características: la primera, que promueve la autoconciencia porque integra la experiencia, de manera que sus contenidos se hacen accesibles a la conciencia, y la segunda que facilita la apertura por el intercambio mutuo de acontecimientos de importancia histórica y afectiva. Lo que conduce a abrir caminos alternativos en la biografía personal (34).
Se trata de un grupo conducido por dos coordinadores, con una metodología combinada: por un lado participativa y exploratoria, y por otro directiva; cada coordinador realiza una función.
El grupo tiene la consigna de redactar por escrito, en un máximo de dos folios, los temas autobiográficos que se le indican.
Se ha señalado que la redacción de escritos autobiográficos o narrativa personal tiene una función terapéutica benéfica (35). Porque la mera formulación y confidencia de una historia que da significado a pérdidas y al dolor personal es en sí mismo un poderoso catalizador para la cura (36).
La temporalidad consiste en reuniones semanales de dos horas de duración y con dos sesiones por módulo.
En la Sesión 1ª se le propone al grupo la caracterización de la familia (37). Es decir, se solicita a cada miembro del grupo que escriba durante quince minutos un boceto breve de cómo ve él a su familia. Los comentarios individuales posteriores pueden proporcionar una idea de algunas de las áreas de convergencia y divergencia en términos de constructos familiares.
En la primera sesión de cada módulo los participantes comentan los fragmentos de las redacciones autobiográficas que han escrito individualmente durante la semana, en respuesta al título que se le había sugerido y se comparte lo escrito para revelar las diferencias y las similitudes entre los miembros de la familia. En la segunda sesión la triada familiar se debe poner de acuerdo para elaborar y escribir conjuntamente el tema.
En el grupo la confrontación de experiencias sobre los diversos temas posibilita una situación abierta y un campo donde pueden emerger los comportamientos negados por la persona que en sus relaciones habituales permanecen ocultos. Además se puede facilitar un cambio de identificaciones que permita comprender la pauta de comportamiento de cada miembro de la triada.
Esto ocurre porque se dispone de un tiempo y espacio donde se pueden ventilar los conflictos. Y donde es posible reproducir situaciones en las que se ponen en contacto la familia internalizada y el grupo externo de convivencia. De modo, que padres y adolescentes pueden compartir temores, deseos y esperanzas, cuando proporcionan fragmentos escritos con sus experiencias.
2. 4 Contenidos (Tabla)
La narrativa personal es una visión en primera persona que tiene cierto grado de organización, temporalidad y de coherencia temática. Es una manera de recapitular la experiencia pasada o de construir una experiencia presente o futura (38).
El presupuesto psicológico básico de estas narraciones personales es que la estructura de la vida del ser humano es intrínsecamente narrativa en su forma; la gente constituye y es constituida por las historias que cuenta (39). Los sujetos dan significado o construyen sus propias historias o narraciones para explicar los problemas y situaciones (40).
Se ha examinado la tematización de la historia vital personal en una autoimagen estructurada (41), así como la relación entre la historia vital y la identidad personal (42). Lo que ha dado a conocer que las narrativas personales pueden posibilitar la comprensión de uno mismo y de su historia vital.
De manera que con las narraciones personales se les abrirá la oportunidad de ser conscientes de cómo crean o construyen su realidad (43), y de valorar otros caminos y alternativas para que puedan construir otras narraciones.
El programa consta de once módulos diseñados para que cada módulo sea aplicado en dos sesiones.
Es un requisito princeps que la consigna se formule de modo que los miembros del grupo y la triada tengan que responder en primera persona, porque de este modo se eleva el nivel de compromiso, se pone en juego la identidad y se abre el campo a la autoexploración y a la autoexpresión (44).
La mayor parte de los módulos del programa tiene relación con el proceso evolutivo del individuo y con la negociación de los constructos familiares (45). Aunque también es necesario destacar el módulo específico sobre el problema de las drogas.
Sin embargo, se prevé la posibilidad de introducir algún módulo que preocupe a los miembros del grupo, pero de manera que se adapte a la idiosincrasia y preocupaciones de los participantes en el Programa.
2. 5 Técnicas
La intervención inspirada en el constructivismo no se distingue por sus procedimientos específicos ni por sus técnicas de cambio, sino por la conceptualización del problema, del proceso de cambio y de la alianza terapéutica (12).
El constructivismo concibe el proceso de cambio de acuerdo con el mantenimiento de la identidad. Y la relación de ayuda como una colaboración de experto a experto en la que se negocia un nuevo significado o construcción que va a permitir al sujeto seguir avanzando con un sentido más amplio por las alternativas que elija (12).
Para lograr esto, se sugieren entre otras técnicas, además de la caracterización de la familia citada anteriormente, la planificación de experimentos personales con predicciones claras, el cuestionar creencias inadecuadas, la práctica de habilidades nuevas, el autorregistro de hábitos o conductas, la reformulación, la dramatización familiar, la paradoja, el flujo de conciencia y el cuestionamiento circular, que se van acomodando a las circunstancias del desarrollo del grupo. En definitiva, suelen ser efectivas todas las técnicas que sirvan para reconstruir el propio pasado y discernir en él nuevos constructos que apunten hacia un futuro más esperanzador (46).
3. Discusión
Este Programa de prevención es Universal, es decir, dirigido a la población en general (47).
En la investigación sobre la etiología de las drogodependencias se han examinado multitud de variables que podrían ser utilizadas en la intervención preventiva. La mayoría de los programas consideran un número de variables dispar (48) (6).
El Programa de prevención basado en las consecuencias preventivas de la hipótesis de la susceptibilidad contempla ocho variables y determina como metodología el grupo Autobiográfico. La estrategia de la tarea para casa facilita la posibilidad de interacción, de negociación y de acuerdo.
Es sabido que está aumentando la realización de programas de prevención dirigidos a padres (49). Este Programa tiene una visión multifamiliar, pero no se trata de una escuela de Padres como en la mayoría de los Programas de prevención de Drogodependencias. Su ámbito de intervención es la triada: padre, madre y adolescente conjuntamente. No se incluye a los hermanos para evitar la conflictividad del subsistema fraternal.
En este Programa la prevención gira alrededor de la necesidad de apoyar a padres y adolescentes. De manera que padres, madres y adolescentes se constituyen como un conjunto de personas que comparten algunos problemas similares. Además pueden valorar y comparar su modo de actuar con el de los otros miembros del grupo.
Este programa no pretende alcanzar soluciones utópicas sino más bien generar un clima de confianza y comunicación, donde pueda admitirse un cambio de actitud estable, ya que lo permite el carácter global y experiencial del contenido temático.
En definitiva, los programas de prevención pueden no tener un efecto directo sobre el comportamiento, pero quizá sean beneficiosos con sólo modificar alguna característica del individuo. De ahí, la conveniencia de potenciar la calidad de vida del ser humano en su integridad, en lugar de que la acción preventiva sea dirigida exclusivamente a evitar una conducta en particular (50).
TABLA
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