PUBLICIDAD

Me Gusta   0 0 Comentar  0 0
  DESCARGAR

Evaluación de las "necesidades asistenciales" en pacientes esquizofrénicos atendidos en un hospital de día.

Fecha Publicación: 08/06/2010
Autor/autores: Celso Iglesias García , Juan Carlos Illescas Escobar, Ramón Lucio Pellón, Susana Santamarina Montila, María José Alonso Villa

RESUMEN

El presente trabajo estudia las necesidades asistenciales de un grupo de pacientes diagnosticados de psicosis Esquizofrénica y tratados en un hospital de Día. Se estudiaron 36 pacientes que atendidos en un hospital de Día integrado a un Servicio de psiquiatría de área. Por medio de la escala HoNOS se evaluaron las áreas de salud en las que se presentaban necesidades no cubiertas y posteriormente se realizó una revisión de la literatura existente con el fin de determinar las intervenciones terapéuticas eficaces.

Las necesidades no cubiertas se pueden clasificar en tres dimensiones principales: daño (psicopatología y deterioro cognitivo), autonomía personal y participación social. Se plantea una modelo de actuación multimodal (psicofarmacológico y psicoterapéutico).


Palabras clave: Evaluación de necesidades; Esquizofrenia; Hospital del día.
Tipo de trabajo: Comunicación
Área temática: Psiquiatría general .

Evaluación de las "necesidades asistenciales" en pacientes esquizofrénicos
atendidos en un hospital de día.
FUENTE: PSIQUIATRIA. COM. 2001; 5(4)

Celso Iglesias García, Juan Carlos Illescas Escobar, Ramón Lucio Pellón, Susana, Santamarina Montila
y María José Alonso Villa.
Servicio de psiquiatría hospital Valle del Nalón. Servicios de Salud Mental del Principado de Asturias (España).
Dirección para correspondencia:
Celso Iglesia García
Jefe de Servicio de Psiquiatría
Servicio de psiquiatría Valle del Nalón
C/ Jove y Canella 1, Langreo 33900. Asturias (España).
Tel. : +34 985 67 53 00
E-mail: icelso@yahoo. es
PALABRAS CLAVE: Evaluación de necesidades, esquizofrenia, hospital del día.
KEYWORDS: Need assessment, Schizophrenia, Day hospital. )

Resumen
El presente trabajo estudia las necesidades asistenciales de un grupo de pacientes diagnosticados de Psicosis
Esquizofrénica y tratados en un hospital de Día. Se estudiaron 36 pacientes que atendidos en un hospital de Día
integrado a un Servicio de psiquiatría de área. Por medio de la escala HoNOS se evaluaron las áreas de salud en
las que se presentaban necesidades no cubiertas y posteriormente se realizó una revisión de la literatura
existente con el fin de determinar las intervenciones terapéuticas eficaces. Las necesidades no cubiertas se
pueden clasificar en tres dimensiones principales: daño (psicopatología y deterioro cognitivo), autonomía personal
y participación social. Se plantea una modelo de actuación multimodal (psicofarmacológico y psicoterapéutico).
Abstract
The present paper reports the health needs of a group of schizophrenics patients. 36 patients with schizophrenia
attending to a psychiatric Day hospital were interviewed with the HoNOS scale. In a second phase we reviewed
the existing evidence about the effectiveness of the different therapeutic approaches. We found health needs in
three main areas: impairment (psichopatholoogy and cognitive deficit), activity and participation. We propose a
multimodal therapeutic program (psychothreapeutic strategies on a suitable psychopharmacologic base).

Introducción
En la actividad clínica tradicional, el paciente transmite al médico una serie de informaciones que, tras un proceso
de análisis informal, determinado por la experiencia y conocimientos del profesional, le son devueltos en forma de
impresión diagnóstica y propuesta terapéutica (1). Para que el resultado del proceso sea óptimo, el profesional
debe hacer encajar, al menos, tres elementos: las expectativas del paciente, la evidencia científica existente y las
posibilidades del sistema sanitario.
La exigencia de introducir rigor en el proceso de análisis de la demanda y su transformación en propuestas
asistenciales (2), ha propiciado la aparición del concepto de necesidad asistencial entendido como la diferencia
entre lo que en términos de salud "es" y lo que "debería ser" (3, 4); es decir, en qué medida el estado de salud es
susceptible de ser mejorado con los conocimientos y medios disponibles (capacidad de beneficio) (5, 6, 7, 1). A
partir de este concepto se ha desarrollado la metodología de evaluación de necesidades asistenciales, que puede
ser definida como: un conjunto de procedimientos sistemáticos realizados con el fin de establecer prioridades y
tomar decisiones relativas a mejoras en programas u organizaciones y asignación de recursos (3).
El presente estudio trata de evaluar las necesidades asistenciales de un grupo de pacientes diagnosticados de
psicosis esquizofrénica y atendidos en un hospital de día, con el fin de tener una base racional para planificar
actuaciones que cumplan los criterios de adecuación y eficacia. En una primera parte se evalúa la situación de
salud de los pacientes y en la segunda se revisan las posibilidades de actuación terapéutica a la luz de la
evidencia científica.

Pacientes y métodos
La investigación fue realizada sobre los pacientes esquizofrénicos que acuden a un hospital de Día que forma
parte de un Servicio de psiquiatría de área. El Servicio atiende a una población de referencia de 85. 000 habitantes
y, además del hospital de día, cuenta con una Unidad de Hospitalización Psiquiátrica para enfermos agudos de 8
camas y un Centro de Salud Mental. No existen en el área de captación establecimientos asistenciales de media o
larga estancia o residenciales; todos los pacientes estudiados residían en un domicilio particular.
La muestra está compuesta por 36 pacientes, de los cuales 28 (77, 8%) eran hombres y 8 (22, 2%) mujeres. La
edad media fue de 37, 3 años (D. E. = 9, 67) con un rango de edades comprendido entre los 21 y los 70 años. Otras
características sociodemográficas se muestran en la tabla 1. Todos los pacientes estaban diagnosticados de
alguna forma de psicosis esquizofrénica, siendo la forma paranoide la más frecuente (80, 6%).

tabla 1. Características sociodemográficas de los pacientes
esquizofrénicos en tratamiento en hospital de Día.

La evaluación fue realizada a partir de la información aportada por el paciente, la familia y las notas del personal
de enfermería del hospital de Día. Se recogió la información sociodemográfica y clínica del paciente en un
cuestionario "ad hoc" y los datos relativos a necesidades asistenciales se obtuvieron mediante la administración
de la escala HoNOS (8, 9); la escala HoNOS está compuesta por 12 ítems que evalúan otros tantos aspectos de la
situación del paciente agrupados en cuatro categorías: conducta, deterioro, situación clínica y situación social.
Para el tratamiento estadístico de los datos se utilizaron métodos descriptivos y se analizó la homogeneidad de las
distintas variables de la escala HoNOS mediante un análisis de conglomerados jerárquicos que permite reunir en
un mismo grupo a las variables de una escala que presentan resultados semejantes entre sí y diferentes a los de
los otros grupos.

En la tabla 2 se muestran los resultados obtenidos en las distintas áreas recogidas en la escala HoNOS. Los
problemas que se presentan con más intensidad son: los síntomas mentales no psicóticos ni depresivos y las
dificultades para la socialización. Solo en tercer lugar aparecen síntomas psicóticos (delirios y/o alucinaciones). En
el polo contrario, encontramos que las conductas autoagresivas y las condiciones de vida son las áreas
representadas con menor intensidad.

tabla 2. Valores promedio y desviación estándar (D. E) de las
distintas áreas evaluadas en la escala HoNOS.

Mediante el "análisis de conglomerados" de las variables cuyo resultado promedio fue mayor de 1, se obtuvo la
matriz de correlaciones entre las variables de la escala HoNOS restantes (Tabla 3) en la que se observa que las
variables psicopatológicas (delirios y alucinaciones y otros problemas mentales no depresivos) aportan
información homogénea susceptible de ser resumida en una sola dimensión, lo que nos permite clasificar las
necesidades asistenciales más importantes de nuestra muestra de pacientes esquizofrénicos atendidos en Hospital
de Día en cinco áreas: problemas con las relaciones; psicopatología no afectiva (psicótica y no psicótica);
deterioro de la capacidad cognitiva; síntomas depresivos y limitación en las actividades de la vida cotidiana.

tabla 3. Matriz de correlaciones entre variables incluidas.

Discusión
En primer lugar se debe considerar que la evaluación de necesidades está siempre dirigida a aumentar el
conocimiento de la situación de salud una población concreta (1), ya que los resultados están mediatizados por
circunstancias concretas y cambiantes (características de los pacientes y recursos asistenciales locales). De lo
anterior se desprende que, a pesar de la gran utilidad del método, no es posible la generalización de los
resultados a otros ámbitos que presenten condiciones diferentes (10). A pesar de lo anterior, nuestros datos
coinciden con los de otros estudios realizados en ámbitos geográficos diferentes (11, 12) al considerar los
aspectos psicobiológicos y cognitivos y sociofamiliares como necesidades primordiales; diferenciando en nuestro
caso, una dimensión psicopatológica no afectiva (psicótica y no psicótica) y otra dimensión depresiva con entidad
propia (12, 13).
En el presente estudio llama la atención que no aparezcan necesidades prioritarias en dos áreas como la laboral y
la física. Es un hecho conocido que los pacientes con trastorno mental severo y los esquizofrénicos en particular
tienen una alta tasa de desempleo, incluso en los casos en que existe un interés manifiesto por el trabajo (14,
15). En nuestro caso, la escasa presencia de necesidad en el área laboral puede deberse a dos características
peculiares: en primer lugar, a la existencia de una cobertura importante de este aspecto, derivada de una política
asistencial que prima la integración laboral desde el inicio de la enfermedad y que se lleva a cabo en estrecha
colaboración con las administraciones local y regional; y, en segundo, porque en la evaluación se consideró como
necesidad cubierta la integración de la persona en cualquier actividad remunerada, independientemente que esta
no estuviese a la altura de las expectativas que pudiera tener el sujeto antes de contraer la enfermedad. En
cualquier caso, en el aspecto laboral existen datos claros que indican que el empleo (más el empleo apoyado o
normalizado que la formación prelaboral o actividad ocupacional) mejora la evolución de los esquizofrénicos
incrementando la autoestima, disminuyendo los síntomas y reduciendo la dependencia (16, 17).
Los enfermos con trastornos mentales severos suelen tener tasas altas de enfermedad física (18). En nuestro
caso, sin embargo, los problemas físicos o la discapacidad derivada de ellos no fueron valorados como una
necesidad importante. Este hecho, pudiera deberse a que todos los pacientes que ingresan en el hospital de Día
ya están recibiendo atención psiquiátrica ambulatoria, lo que probablemente da lugar a que en la trayectoria
asistencial previa, que en la mayoría de los casos incluye algún ingreso hospitalario, se hayan atendido
adecuadamente los problemas de salud física que pudiera presentar el paciente.

Como se ha comentado previamente, todo proceso de evaluación de necesidades asistenciales lleva aparejada la
determinación de estrategias terapéuticas efectivas (capacidad de beneficio). En el caso del abordaje de los
síntomas psicóticos, sabemos que los antipsicóticos convencionales se han mostrado útiles en la esquizofrenia en
el control del síndrome delirante-alucinatorio, en la disminución de recaídas y en la mejoría del funcionamiento de
los pacientes. Aún así, su perfil de efectos secundarios (sedación, trastornos del movimiento, parkinsonismo,
convulsiones, hipotensión, mareos, incremento de peso) los convierten en un tratamiento imperfecto (19, 20, 21).
En cuanto a la clozapina la revisión sistemática de los estudios realizados con esta sustancia indica que mejora la
satisfacción de los pacientes y es más efectiva que los antipsicóticos típicos en cuanto a la reducción de los
síntomas, aunque aún está por determinar claramente su efecto sobre el funcionalismo a largo plazo (22). El resto
de antipsicóticos atípicos puede ofrecer eficacia antipsicótica con menos efectos secundarios; no obstante, no han
demostrado una total equivalencia en cuanto a efectividad con la clozapina y sus afectos a largos plazo aún han
de ser estudiados cuidadosamente (23, 24, 25). Las comparaciones indirectas por métodos de meta-regresión no
aclaran si existen diferencias entre los distintos antipsicóticos atípicos cuando se utilizan a dosis equivalentes
(26).
En cuanto al abordaje de los síntomas no psicóticos, existen datos que muestran que el tratamiento con
quetiapina resulta más eficaz para el control de la ansiedad que los antipsicóticos convencionales (27, 28). En el
campo de la patología afectiva nos encontramos con que los antidepresivos tricíclicos han demostrado su eficacia
para el tratamiento de la depresión residual y secundaria de la esquizofrenia (29). Aunque los nuevos
antidepresivos suelen utilizarse de manera preferente por su mejor perfil de efectos secundarios, existen pocos
datos sobre su empleo en el tratamiento de la depresión en la esquizofrenia y sobre sus posibles interacciones con
las medicaciones antipsicóticas (30). En los últimos años han aparecido estudios abiertos cuyos datos sugieren la
eficacia de los nuevos antipsicóticos para el control de los síntomas afectivos (31, 32, 33). En teoría el
tratamiento con antipsicóticos atípicos debería redundar en una menor la incidencia de los distintos síndromes
depresivos que pueden aparecer en el curso de la enfermedad esquizofrénica.
Existen estrategias de abordaje psicológico que han demostrado efectividad tanto para el tratamiento de los
síntomas positivos como los negativos en la esquizofrenia. En el ámbito de los síntomas positivos, técnicas como
la terapia cognitivo-conductual cuando se aplica por profesionales experimentados a pacientes receptivos, produce
una disminución sustancial del riesgo de recaídas (34). Las técnicas de economía de fichas son efectivas en el
tratamiento de los síntomas negativos, aunque resulta poco claro si los resultados son reproducibles, clínicamente
significativos y si se mantiene más allá de la duración activa del programa (35).
En cuanto a la rehabilitación cognitiva, ya Bellack (36) se preguntaba si sería posible en la esquizofrenia y, de ser

así, si sería eficaz. Desde estas posturas escépticas se ha pasado a dar una importancia cada vez mayor al papel
del déficit cognitivo en esta enfermedad, debido a su impacto en la discapacidad y a la posibilidad de que se
comporte como un factor limitante para el trabajo de rehabilitación (37, 38). En el momento actual existen datos
suficientes para afirmar que el déficit cognitivo que aparece en los enfermos esquizofrénicos es modificable; pero
las investigaciones sobre la eficacia de los programas de rehabilitación psicológica en la esquizofrenia se
encuentran en fase preliminar, sin aportar aún argumentos concluyentes (39, 40). En los últimos años ha cobrado
importancia la relación entre antipsicóticos y déficit cognitivo. Mientras que los antipsicóticos clásicos no parecen
afectar al déficit neuropsicológico (41), existen datos que orientan hacia la aparición de mejoría de las funciones
cognitivas en pacientes esquizofrénicos en tratamiento con antipsicóticos atípicos (42, 43). Gallhofer et al (44)
encontraron que la risperidona y la clozapina preservaba las funciones cognitivas mejor que los antipsicóticos
convencionales y, posteriormente, en un estudio comparativo realizado por el grupo Canadiense de Investigación
en cognición y esquizofrenia, se observó que la olanzapina producía un incremento sustancial en las capacidades
cognitivas de los sujetos, superior al observado con risperidona y haloperidol (45). A pesar de que estos
resultados son prometedores, los datos deben ser valorados con prudencia, debido a los problemas metodológicos
inherentes a los estudios neuropsicológicos en la esquizofrenia: algunos relacionados con la complejidad del
concepto esquizofrenia (validez de constructo) y otros referidos al método neuropsicológico. (46, 47).

También existen dudas en cuanto la eficacia de las estrategias de entrenamiento en habilidades de la vida
cotidiana. Algunos estudios rigurosos realizados en este ámbito han tenido resultados que no permiten asegurar la
eficacia del tratamiento, por lo que para que estas técnicas continúen formando parte de los programas de
rehabilitación sería deseable que se hiciese sobre la base de los resultados positivos obtenidos en ensayos
metodológicamente correctos (48).
En cuanto a las habilidades sociales, nuestros datos abundan en la consideración de que se trata de una
dimensión independiente (49) que precisaría de un abordaje específico. La eficacia de los programas de
entrenamiento en habilidades sociales en el tratamiento de personas esquizofrénicas ha sido documentada en
algunos estudios (50, 51, 52, 53, 54, 55). Sin embargo, los resultados no son tan satisfactorios cuando se evalúa
la eficacia en relación con la generalización (transferencia de habilidades adquiridas en la terapia a situaciones de
la vida cotidiana) y duración de los efectos de la terapia (53, 56). U trabajo reciente (57) demuestra que la
aplicación de un programa de entrenamiento en habilidades sociales centrado en el ámbito laboral mejoraba la
capacidad de integración (búsqueda y mantenimiento de trabajo) que se mantenía con contactos periódicos
breves tras la intervención; sin embargo, otros autores continúan defendiendo que la mejora de habilidades
sociales que se consigue con los programas específicos de entrenamiento, no tiene un efecto claro en la
prevención de recaídas, psicopatología o estatus laboral (58). Otro elemento a tener en cuenta viene dado por
Hemsey (59), quien postula que la retirada y el aislamiento social de los pacientes esquizofrénicos, serían formas
de evitar situaciones sociales demandantes que sobrecargan el sistema cognitivo de los sujetos creándoles un alto
grado de estrés. Si esta hipótesis se demuestra cierta, la mejoría en las funciones cognitivas mediada por el
tratamiento con nuevos antipsicóticos y la rehabilitación cognitiva facilitaría indirectamente la integración social
del esquizofrénico.
En conclusión, los datos anteriores, nos permiten plantear un modelo asistencial para el hospital de Día que,
siguiendo el esquema de discapacidad planteado por la OMS (60), encaje las cinco áreas detectadas por la escala
en tres dimensiones: daño (psicopatología no afectiva, psicopatología afectiva y déficit cognitivo), la actividad
individual (actividades de la vida cotidiana) y participación social. La diversidad sintomatológica y la existencia de
distintas posibilidades terapéuticas eficaces sugieren la necesidad de un modelo de tratamiento multimodal que
incluya distintas técnicas psicosociales rehabilitadoras, conjuntamente con un tratamiento psicofarmacológico que
permita conseguir una mejoría sintomatológica global sin deteriorar o, incluso mejorando, el déficit cognitivo.

Bibliografía
1. Wright J; Williams R y Wilkinson JR. Development and importance of health needs assessment. British Medical
Journal 1998; 316:1310-1313.
2. Soriano FI. Conducting need assessment. A multidisciplinary approach. SAGE Publications. California. 1995.
3. Witkind BR y Altschuld JW. Planning and conducting needs assessments. A practical guide. SAGE Publications,
Inc. California. 1995.
4. Kaufman R. Planning educational systems: A results-based approach. PA: Technomic. Lancaster. 1988.
5. Murray V; Walker HW; Mitchell C y Pelosi AJ. Needs for care from a demand led community psychiatric service:
a study of patients with major mental illness. British Medical Journal 1996; 312:1582-1586.
6. Marshall M. How should we measure need? Concept and practice in the development of a standardised
schedule. Philosophy, Psychology, and Psychiatry 1994; 1:27-36.
7. Wing J; Brewin CR y Thornicroft G. Defining mental health needs. En: Measuring mental health needs, de
Thornicroft G, Brewin CR y Wing J, Gaskell, London. 1992: 1-17.

8. Wing JK; Beevor A y Curtis RH. Health of the Nation Ooutcome Scales. Trainers Guide. College Research Unit.
London. 1996.
9. Uriarte JJ; Beramendi V; Medrano J; Wing JK; Beevor AS y Curtis R. Presentación de la traducción al castellano
de la escala HoNOS (Health of Nation Outcome Scales). psiquiatría Pública 1999; 11(4): 93-101.
10. McCrone P; Leese M; Thornicroft G; Schene A; Knudsen HC; Vázquez-Barquero JL; Tansella M; Becker T y
EPSILON Study Group. A comparision of needs of patients with schizophrenia in five European countries. Acta
Psychiatrica Scandinavica 2001; 103:370-379.
11. Altamura AC. Multidimensional (pharmacokinetic and clinical-biological) approach to neroleptic response in
schizophrenia with particular reference to drug resistance. Schizophrenia Research 1992; 8:187-198.
12. Meltzer HY. Outcome in schizophrenia: beyond symptoms reduction. Journal of Clinical Pychiatry 1999; 60
(suppl 3): 3-8.
13. Sáiz Ruiz J y Díaz Marsá M: Síndromes depresivos en la enfermedad esquizofrénica. En: Esquizofrenia
enfermedad del cerebro y reto social, de Sáiz Ruiz J, Masson, Barcelona. 1999:
14. Sheperd G; Murray A y Muijen M. Relative values: the different views of users, family carers and professionals
on services for people with schizophrenia. Sainsbury Centre for Mental Health. London. 1994.
15. Hatfield B; Huxley P y Mohamad H. Accomodation and employment: a survey into the circumstances and
expressed needs of users of mental health services in a northern town. British Journal of Social Work 1992;
22:60-73.
16. Cook A y Razzano L. Vocational rehabilitation for persons with schizophrenia: recent research and implications
for practice. Schizophrenia Bulletin 2000; 26:87-103.
17. Crowter RE; Marshall M; Bond GR y Huxley P. Helping people sith severe mental illness to obtain work:
systematic review. British Medical Journal 2000; 322:204-208.
18. Phelan M, Stradins L, Morrison S. Phisical health of people with severe mental illness. British Medical Journal
2001; 322:443-444.
19. Thornley B; Adams CE y Awad G. Chlorpromazine versus placebo for schizophrenia (Cochrane Review). En:
The Cochrane Library, de Oxford: Update Software. 2000:
20. Sultana A; Reilly J y Fenton M. Thioridazine for schizophrenia (Cochrane Review). En: The Cochrane Library,
de Oxford: Updated Software. 2000.

21. Huerta M. Déficit Cognitivo y su tratamiento. En: Guia terapéutica de las esquizofrenias, de Chinchilla A,
Masson, Barcelona. 2000.
22. Wahlbeck K; Cheine M y Essali MA. Clozapine versus typical neuroleptic medication for schizophrenia
(Cochrane Review). The Cochrane Library. Oxford: Update Software. 2000.
23. Gilbody SM; Bagnall AM; Duggan L y Tuunainen A. Risperidone versus other atypical antipsychotic medication
for schizophrenia (Cochrane Review). The Cochrane Library. Oxford: Update Software. 2000.
24. Kennedy E; Song F; Hunter R; Clarke A; Gilbody S. Risperidone versus other atypical antipsychotic medication
for schizophrenia (Cochrane Review). Cochrane Library. Oxford: Update Software. 2000.
25. Tuunainen A; Wahlbeck K y Gilbody SM. Newer atypical antipsychotic medication versus clozapine for
schizophrenia (Cochrane Review). The Cochrane Library. Oxford: Update Software. 2000.
26. Gueddes J; Freemantle N; Harrison P y Bebbington P. Atypical antipsychotics in the treatment of
schizophrenia: systematic overview and meta-regression analysis. British Medical Journal 2000; 321:1371-1376.
27. Emsley R; Oosthuizen P; Niehaus D y Stein D. Anxiety symptoms in schizophrenia: the need for heightened
clinician awareness. Primary Care Psychiatry 2001; 7:25-29.
28. Cutler AJ. Quetiapine, Evidence in reducing anxiety in Schizophrenia. APA. 2001.
29. Siris SG. Diagnosis of secondary depression in schizophrenia: implications for DSM-IV. Schizophrenia Bulletin
1991; 17:75-98.
30. American Psychiatric Association (APA). Directrices para la práctica clínica en el tratamiento de pacientes con
esquizofrenia. Edika med. Barcelona. 1998.
31. Ghaemi SN; Cherry EL; Katzow JA y Goodwin FK. Does olanzapine have antidepressant properties? A
retrospective preliminary study. Bipolar Disorders 2000; 2:196-199.
32. Guille C; Sachs GS y Ghaemi SN. A naturalistic comparison of clozapine, risperidone, and olanzapine in the
treatment of bipolar disorder. journal of clinical psychiatry 2000; 61:638-642.
33. Sanger TM; Grundy SL; Gibson PJ; Namjoshi MA; Greaney MG y Tohen MF. Long-term olanzapine therapy in
the treatment of bipolar i disorder: an open-label continuation phase study. journal of clinical psychiatry 2001;
62:273-281.
34. Jones C; Cormac I; Mota J y Campbell C. Cognitive behaviour therapy for schizophrenia (Cochrane Review).
The Cochrane Library. Oxford: Update Software. 2000.
35. McMonagle T y Sultana A. Token economy for schizophrenia (Cochrane Review). The Cochrane Library.
Oxford: Update Software. 2000.
36. Bellack AS. Cognitive rehabilitation for Schizophrenia: Is it possible? is it necessary?. Schizophrenia Bulletin
1992; 18:43-50.
37. Kuperberg G y Heckers S. Schizophrenia and cognitive function. Current Opinion in Neurobiology 2000;
10:205-210.

38. Bell MD y Bryson G. Work rehabilitation in schizophrenia: does cognitive impairment limit improvement?
Schizophrenia Bulletin 2001; 27:269-279.
39. Penadés R; Boget T; Salamero M; Catarineu S y Bernardo M. Alteraciones neuropsicológicas en la
esquizofrenia y su modificación. Actas Españolas de psiquiatría 1999; 27(3): 198-208.
40. Hayes RL y McGrath JJ. Cognitive rehabilitation for people with schizophrenia and related conditions (Cochrane
Review). The Cochrane Library. Oxford: Update Software. 2000.

41. Sharma T. Cognitive effects of conventional and atypical antipsychotics in schizophrenia. British Journal of
Psychiatry 1999; 174:44-51.
42. Weinberger DR y Gallhofer B. Cognitive function in schizophrenia. International Clinical Psychopharmacology
1997; 12 (Suppl 4):29-36.
43. Harvey P y Keefe SE. Studies on cognitive changes in patients with schizophrenia following novel antipsychotic
treatment. American Journal of Psychiatry 2001; 158:176-184.
44. Gallhofer B, Lis S, Meyer-Lindenberg A, Krieger S. Cognitive dysfunction in schizophrenia: a new set of tools for
the assessment of cognition and drug effects. Acta Psychiatrica Scandinavica 1999; Suppl 1999:118-128.
45. Purdon SE; Jones BDW; Stip E; Labelle A; Addington A; David SR; Breier A y Tollefson GD.
Neuropsychological Change in Early Phase Schizphrenia during 12 months of treatment with Olanzapine,
Risperidone, or haloperidol. archives of general psychiatry 2000; 57:249-258.
46. Keefe RSE. The contribution of neuropsychology to psychiatry. american Journal of Psychiatry 1995; 152:615.
47. Leal Cecós C y Sanjuán Arias J. Evolución reciente del tratamiento de la esquizofrenia. Actas Españolas de
psiquiatría 2001; 29 (suppl. 1):63-72.
48. Nicol MM; Robertson L y Connaughton JA. Life skills programmes for chronic mental illnesses (Cochrane
Review). The Cochrane Library. Oxford: Update Software. 2000.
49. Straus J; Carpenter WT y Bartko JJ. The diagnosis and understanding of schizophrenia III. Speculations on the
process that underlie schizophrenic symptoms and signs. Schizophrenia Bulletin 1974; 11:61-67.
50. Bellack AS y Hersen M. Chronic psychiatric patients: Social skills training. En: Behavior therapy in the
psychiatric setting, de Hersen M y Bellack AS, Williams & Wilkins, Baltimore. 1978:
51. Hersen M. Modification of skill deficits in psychiatric patients. En: Research and practice in social skills
training, de Bellack AS y Hersen M, Plenum Press, New York. 1979:
52. Wallace Ch; Nelson CJ; Liberman RP; Aitchinson RA; Lukoff D; Elder JP y Ferris Ch. A review and critique of
social skills training with schizophrenic patients. Schizophrenia Bulletin 1980; 6:42-63.
53. Curran JP; Monti PM y Corriveau DP. Treatment of schizophrenia. En: International hadbook of behavior
modification and therapy, de Bellack AS, Hersen M y Kazdic AF, 1985:
54. Brenner HD y Pfammatter M. Psychological therapy in schizophrenia: what is the evidence? Acta Psychiatrica
Scandinavica 2000; 102:74-77.
55. Heinssen RK; Liberman RP y Kopelowicz A. Psychosocial skills training for schizophrenia: lessons from the
laboratory. Schizophrenia Bulletin 2000; 26:21-46.
56. Marder SR; Wirshing WC; Mintz J; McKenzie J; Johnston K; Eckman TA; Lebell M; Zimmerman K y Liberman
RP. Two-year outcome of social skills training and group psychotherapy for outpatients with schizophrenia.
American Journal of Plsychiatry 1996; 153:1585-1592.
57. Tsang HW y Pearson V. Work-related social skills training for people with schizophrenia in Hong Kong.
Schizophrenia Bulletin 2001; 27:139-148.
58. Bustillo J; Lauriello J; Horan W y Keith S. The psychosocial treatment of schizophrenia: an update. American
Jouranl of Psyhciatry 2001; 158:163-175.
59. Hemsey DR. La Esquizofrenia: modelos expllicativos. En: Manual de psicopatología, de Belloch A, Sandín B y
Ramos F, McGraw Hill, Madrid. 1995: 503-533.
60. American Psychiatric Association (APA). Directrices para la práctica clínica en el tratamiento de pacientes con
esquizofrenia. Edika med. Barcelona. 1998.
61. World Health Organization. The International Classification of Impairments, Activities and Participation.
Geneva. 1998.


IMPORTANTE: Algunos textos de esta ficha pueden haber sido generados partir de PDf original, puede sufrir variaciones de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.

Comentarios de los usuarios



No hay ningun comentario, se el primero en comentar

Articulos relacionados