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¿Qué relación hay entre filosofía y psiquiatría?

Autor/autores: María Isabel Rodríguez Fernández
Fecha Publicación: 01/01/2004
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Este trabajo trata de responder a la pregunta de qué tiene que ver la filosofía con la psiquiatría, tratando de buscar qué aspectos pueden tener en común, en cuáles puede haber un intercambio fructífero entre ambas disciplinas y de qué forma la psiquiatría puede enriquecerse al buscar las fuentes del conocimiento del ser humano en las que toma parte la filosofía desde la epistemología hasta las cuestiones sobre el sentido que tiene la vida, qué es el ser humano, qué es la libertad, en qué consiste la relación entre seres humanos, qué es la persona, etc.

¿Puede enriquecernos este intercambio con la filosofía? En este artículo trato de afirmar que esto es así y que incluso buscando las raíces de nuestro conocimiento nos topamos con la filosofía como el origen de toda ciencia y con una filosofía personal que subyace a nuestro quehacer diario y a nuestra interacción con el enfermo y cómo hacemos y por qué hacemos lo que hacemos.

Palabras clave: Epistemología, Filosofía, Sentido de la vida


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¿Qué relación hay entre filosofía y psiquiatría?

María Isabel Rodríguez Fernández.

Médico psiquiatra, Master en psicoterapia.

PALABRAS CLAVE: Filosofía, Epistemología, Sentido de la vida.

(KEYWORDS: Philosophy, Epistemology, Life Meaning. )

 

Resumen

Este trabajo trata de responder a la pregunta de qué tiene que ver la filosofía con la psiquiatría, tratando de buscar qué aspectos pueden tener en común, en cuáles puede haber un intercambio fructífero entre ambas disciplinas y de qué forma la psiquiatría puede enriquecerse al buscar las fuentes del conocimiento del ser humano en las que toma parte la filosofía desde la epistemología hasta las cuestiones sobre el sentido que tiene la vida, qué es el ser humano, qué es la libertad, en qué consiste la relación entre seres humanos, qué es la persona, etc. ¿Puede enriquecernos este intercambio con la filosofía? En este artículo trato de afirmar que esto es así y que incluso buscando las raíces de nuestro conocimiento nos topamos con la filosofía como el origen de toda ciencia y con una filosofía personal que subyace a nuestro quehacer diario y a nuestra interacción con el enfermo y cómo hacemos y por qué hacemos lo que hacemos.



¿Cuál es la relación existente entre la psiquiatría y la filosofía? ¿Y para qué sirve plantear esto? Estas y otras similares pueden ser las preguntas de muchos al ver el título de este trabajo. A muchos quizás les parezca de entrada una propuesta que no tiene nada que ver con nuestra práctica habitual, por lo que en este trabajo se tratará de mostrar campos comunes a ambas disciplinas y áreas de posible intercambio que pueden enriquecernos como psiquiatras y como científicos.

La Filosofía tiene mucho que ver con nuestro mundo científico aunque ya nuestra ciencia lo haya olvidado. Está en las raíces de la psiquiatría al igual que en las de cualquier otra ciencia. Cuando las demás ciencias se separan de la filosofía se va produciendo un grado creciente de especialización en el que cada vez es más difícil un diálogo interdisciplinar entre ellas y de las mismas con la filosofía (11). Inicialmente la filosofía se pregunta sobre el por qué de las cosas y de la existencia humana y con el tiempo la parte de la filosofía que se dedicaba a estudiar lo que es el hombre y más concretamente su alma o psique se desmiembra de la filosofía y surge la psicología (15). La psicología estudiando la mente y los comportamientos del hombre acaba descubriendo el mundo de la enfermedad mental y por lo tanto acaba teniendo relación con la psiquiatría.

Partiré de las definiciones (15) de Filosofía como: el “conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano“. Otras definiciones son: “fortaleza o serenidad de ánimo para soportar las vicisitudes de la vida“, “manera de pensar o de ver las cosas“. Dentro de la Filosofía se distingue la Filosofía natural que sería “la que investiga las leyes de la naturaleza“.

Partiendo de estas definiciones podemos empezar a vislumbrar si tiene o no que ver con nuestro trabajo científico, ya que tratamos de establecer de una manera racional unas leyes o principios generales sobre el ser humano, sus pensamientos, conductas, sentimientos, etc. Y a partir de este estudio determinar si hay o no enfermedad mental cuando hay una alteración de los principios o leyes que definen la normalidad.

En los tratamientos psicoterapéuticos vemos un intento (entre otros) de ayudar a encontrar “fortaleza o serenidad de ánimo” para que la persona que acude cómo paciente se pueda enfrentar a sus problemas y dificultades, pero también eso mismo lo tenemos que hacer cada uno de nosotros con nuestras propias vidas como terapeutas. Pues sería muy complicado diagnosticar y tratar la enfermedad mental de otro si uno no encuentra un equilibrio en sí mismo.

Cada ser humano tiene una “manera de pensar o de ver las cosas” o filosofía personal. Dicha filosofía personal existe tanto para el terapeuta como para el paciente. Como telón de fondo está nuestra concepción del mundo, del ser humano y de nosotros mismos de una manera más o menos consciente o más o menos explícita, y lo mismo en la persona que tenemos delante. Y esas concepciones del mundo se encuentran en el diálogo con el otro. Sean o no compatibles se manifiestan en lo que sucede en la consulta, y el conocimiento de su estructura subyacente puede ser de gran ayuda en la relación médico-paciente por facilitar la comprensión del otro, de nosotros mismos y de la dinámica de la relación que se va creando.

A partir de lo dicho se puede decir para empezar que hay tres dimensiones relacionadas con la filosofía en nuestro quehacer cotidiano como psiquiatras: la filosofía que subyace a nuestro método de hacer ciencia y como consecuencia en nuestra concepción de enfermedad mental y de su tratamiento, nuestra filosofía personal y la filosofía personal de nuestro paciente. Todo ello inserto en un sistema social y cultural que tienen que ver con los tres aspectos citados y que a lo largo de la historia condiciona que haya una influencia más o menos inmediata de los autores y planteamientos filosóficos de su tiempo en la forma de plantear la psiquiatría (por ejemplo en el caso de Freud es clara la influencia y los paralelismos con el pensamiento de Nietzsche, y en la psiquiatría existencial el peso de Heidegger, Husserl, Sartre, Kierkegaard, etc. ).

Es importante no subestimar la filosofía en relación con la psiquiatría para entender diferentes aspectos de nuestra experiencia profesional y así darnos cuenta de cómo la reflexión filosófica puede enriquecer y fundamentar más sólidamente nuestra actividad científica.

Entre otras cuestiones, éstas son las más pertinentes para un diálogo de la psiquiatría con la filosofía. Dichas cuestiones y otras de relevancia se explicarán con más profundidad y detalle a continuación estructurándolas en las siguientes temáticas: las relacionadas con los métodos y fundamentos de nuestra ciencia (epistemología), los problemas mente-cuerpo y mente-cerebro, los fundamentos de la psicopatología, las relaciones entre la filosofía y la psicoterapia, la búsqueda de respuestas que afectan a la vida del hombre, el tema de la filosofía personal, las cuestiones éticas, las cuestiones antropológicas y la propuesta de la filosofía como mediadora en un diálogo interdisciplinar entre diferentes ramas del saber.

Por último mostraré un listado de asociaciones que se ocupan de estas temáticas en diferentes lugares del mundo y que tienen previstos dos congresos al respecto en el próximo año en Barcelona y en Heidelberg lo cual muestra que en el mundo existe un interés real por el diálogo entre ambas disciplinas.


Cuestiones fundamentales en el diálogo entre psiquiatría y filosofía

1) Método y fundamento de nuestra ciencia (epistemología): Las ciencias aplican sus métodos de estudio de la realidad con un fundamento y una estructura que se llama epistemología. La epistemología es la “doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico“ (15); es la disciplina que nos dice cómo estudiar la realidad para que los resultados que obtengamos sean extrapolables al resto del mundo a partir del estudio de unos pocos o para saber si interpretamos de forma adecuada lo que observamos y si tiene que ver realmente con lo que está sucediendo. Estos son problemas ampliamente tratados por la filosofía, pero poco conocido por los científicos.

Y no debemos olvidar que todo método científico se basa en ciertos postulados filosóficos (11)

El conocimiento de la epistemología nos puede ayudar a conocer los límites de cada enfoque científico y de nuestra forma de ampliar nuestro conocimiento sobre la psique humana, además de la validez de los procedimientos empleados para tratar las enfermedades mentales.

La filosofía puede ayudar a los que investigan en psicología y psiquiatría a hacer distinciones conceptuales, sugerir nuevas teorías empíricas acerca de conexiones causales entre fenómenos (14)

En esta cuestión es importante destacar la crítica de Husserl, según el cual el método científico empleado en las ciencias de la naturaleza no puede ser extrapolado sin más al estudio del psiquismo, ya que éste no es reductible a la realidad material. Si esto es así, podemos estar incurriendo en un error de base que tal vez nos esté llevando a un conocimiento y unas teorías equivocadas acerca de la mente humana y de las enfermedades mentales. Husserl propone el método fenomenológico como alternativa al empirismo y racionalismo que han dominado en la investigación en la psicología (6) En coincidencia con las ideas de Husserl hay autores que apoyándose en el pensamiento de Heidegger defienden que la experiencia humana es diferente de otros fenómenos existentes en nuestro mundo. Nosotros damos sentido al mundo en el que vivimos, construimos nuestro mundo en función de cómo vivimos en él. Los seres humanos tienen una manera particular de escuchar, ver, de experimentar el mundo, de experimentar el tiempo y el espacio. Y no estamos separados del mundo sino inmersos en él, pero esto también depende del contexto sociocultural en el que estamos. Heidegger usó el término “ser-en-el-mundo” y argumentó que la experiencia humana no es comprensible plenamente sin comprender el mundo en el que está inmerso y configura su sentido. Conceptualizar nuestra vida mental como algo que sucede sólo dentro de nuestra cabeza no hace justicia a la realidad de la experiencia humana vivida, esto niega la importancia del contexto. La psiquiatría necesita un contacto más estrecho con la filosofía (2, 5). Veremos que estas ideas no tienen mucho que ver con nuestra experiencia cotidiana como psiquiatras a pesar de su sensatez.

También hay que destacar las reflexiones de T. Kuhn (10) en torno al tema de los paradigmas científicos según las cuales, la ciencia avanza por la sustitución de unos paradigmas científicos por otros y a veces la consideración o éxito de éstos depende más de consideraciones de carácter extracientífico.

2) Los problemas mente-cuerpo y mente-cerebro

Dichos problemas son tema de intenso debate filosófico por no estar aún resueltos aunque actuemos como si lo estuvieran.

El problema de la relación mente-cerebro concierne de forma directa a la psiquiatría (9). En la psiquiatría se manifiesta la necesidad de considerar la experiencia mental subjetiva junto a los aspectos objetivos de la función cerebral. Ambos aspectos se tienden a ver separados por la existencia de teorías que explican la enfermedad mental desde un origen biológico y o desde una perspectiva psicológica o funcional. Pero la formación médica y psiquiátrica actual no proporciona una base suficiente de conocimientos para la aproximación conceptual y terminológica para la apertura a alternativas metodológicas y epistemológicas que sólo pueden encontrarse a partir de una reflexión filosófica. Binswanger afirmó que el problema mente-cuerpo era un artefacto de numerosas tradiciones filosóficas anteriores a Heidegger y atribuye la crisis de la psiquiatría moderna a esa herencia filosófica (5).

Algunas posiciones filosóficas sobre el tema son las dualistas, las monistas, las funcionalistas y las que tratan de integrar diferentes perspectivas:


- Dualismo interaccionista que defienden K. Popper y Eccles al afirmar que las propiedades mentales producen efectos causales sobre el cerebro que a su vez ha de tener un mínimo grado de complejidad para posibilitar los procesos mentales citados, que serían propiedades emergentes.

Los modelos dualistas parten de afirmar la existencia de la conciencia y de la materia, pero niegan que ninguna de ellas pueda ser reducida a la otra, son dos realidades que interactúan entre sí. Por ello el dualismo necesita buscar la explicación de cómo pueden relacionarse dos cosas que son esencialmente distintas. Para ellos la mente no puedes ser reducida a materia, pero tienen grandes dificultades para explicar como es la interacción con ella, por lo que finalmente dicha interacción sigue siendo para ellos un misterio (17).

- Monismo:

- Materialista: en él se explican los procesos mentales de una manera reduccionista, sólo en función de fenómenos cerebrales. Lo único que existe desde este punto de vista es el universo físico descrito por la física y las ciencias naturales y como consecuencia resulta imposible hallar ahí conciencia o mente (17). Este es el modelo dominante en la psiquiatría actual. Un ejemplo es el filósofo Searle (16) el que aún admitiendo la existencia de fenómenos mentales concluye que son consecuencia de reacciones que suceden dentro del cerebro, aunque admite que aún hay numerosos misterios empíricos de cómo funciona con detalle el cerebro que seguramente podrían explicar cómo funciona la conciencia. Y supone que cuando conozcamos más en profundidad el cerebro podremos explicar totalmente el funcionamiento de la mente.

- Idealista: sostiene la mente y el cuerpo no son entidades ontológicamente distintas, sino formas diferentes del espíritu (17). En tal caso el reduccionismo sería inverso al del monismo materialista.

- Funcionalismo de Putnam (13): Se caracteriza por el estudio de los aspectos funcionales o adaptativos de la conciencia y no los aspectos estructurales y los enfoques teóricos. Los procesos mentales se conciben como instrumentos de la persona para conseguir una mejor adaptación al ambiente. Y afirma que las consecuencias específicas mentales del cerebro no pueden explicarse totalmente por un nivel puramente físico. Aún así su perspectiva también es desde un reduccionismo materialista.

- Intentos de integración: Resulta interesante la propuesta de integración de Kandel (8) entre los modelos biológicos y psicoanalíticos, de tal manera que los conceptos que son afirmados como reales por el psicoanálisis encontrarían un sustrato neurobiológico. Además también propone una hipótesis explicativa de los mecanismos neurobiológicos que generan cambios a través de la psicoterapia.

Otra propuesta de integración entre las diferentes perspectivas de la psicología actual es la del estudioso de la conciencia Ken Wilber, un autor de gran peso en EEUU con sus propuestas de una psicología integral (17).

 

3) Los fundamentos de la psicopatología.

Para hacer una psicopatología válida hay que partir de una formulación clara de las preguntas que expresen nuestros principales problemas¿Vemos al paciente como realmente es? ¿O simplemente proyectamos sobre él nuestras teorías y expectativas? ¿Cómo podemos saber que lo estamos viendo en su mundo real? Al hombre no se lo puede conocer aplicando ningún esquema teórico a priori.

El existencialismo trata de responder a estas cuestiones en un esfuerzo por comprender al hombre eliminando la escisión entre sujeto y objeto. Binswanger llama a esta escisión “el cáncer de toda psicología hasta el momento presente”. Es importante darnos cuenta de que nos encontramos con una persona que existe y es, y no con un sujeto abstracto o con un objeto. Husserl proporciona con su método fenomenológico la posibilidad de ir más allá del método de conocimiento objetivista del ser humano y de trascender la escisión sujeto-objeto (11).

En relación con la búsqueda de los fundamentos de la psicopatología hay incluso quién afirma que la filosofía es una herramienta útil y necesaria para “el análisis crítico que debe acompañar todo esfuerzo por profundizar en el conocimiento psicopatológico” (13). Hecho que tiene que ver con la utilización de una epistemología adecuada en el conocimiento del ser humano que ocupa el lugar de paciente.

Según plantea Novella (13) hay una fragmentación en el discurso psicopatológico por las dicotomías que se plantean: orgánico-psicógeno, proceso-desarrollo, etc. Siendo la realidad de la psicopatología más compleja que los planteamientos de dichas dicotomías.

Jaspers expresa muy lúcidamente la importancia de partir de una reflexión filosófica en psicopatología: “aquel que se ha esforzado en reflexionar filosófica y críticamente se encuentra protegido ante muchos falsos planteamientos, discusiones irrelevantes y prejuicios inhibitorios que suelen presentarse a menudo en psicopatólogos sin formación filosófica. En segundo lugar, la formación filosófica tiene una incidencia positiva en la actitud personal del psicopatólogo, tanto en su praxis como en el espectro de posibilidades explicativas al que puede acceder” (7).

 

4) psicoterapia y asesoramiento filosófico.

Muchos psicoterapeutas han tomado conciencia de que existen importantes lagunas en nuestro conocimiento del ser humano tanto en el mundo de la asistencia como en el de la investigación en psicoterapia.

También hay un acercamiento desde la filosofía al terreno de la psicoterapia en el movimiento llamado Asesoramiento Filosófico que consiste en la aplicación práctica de la filosofía mediante del diálogo para resolver problemas o conflictos de la vida cotidiana que podrían llevar a un trastorno mental en caso de no ser solventados. Es evidente que hay aspectos semejantes en este planteamiento al de algunas escuelas de psicoterapia (Psicoterapia Existencial, logoterapia, etc. ) aparte de que probablemente pueda ser un método coadyuvante en el tratamiento y prevención de enfermedades mentales. Además este es probablemente un medio de ayuda con cuyos métodos se puede enriquecer la reflexión sobre lo que es la psicoterapia y sus métodos de acercamiento al ser humano, por ejemplo haciendo un esfuerzo por diferenciar los problemas de los trastornos para delimitar así el campo de acción de cada procedimiento de ayuda (evitando así la psicopatologización de los problemas) y viendo la enfermedad desde la vivencia subjetiva del paciente (por ejemplo valorando el sentido que para él adquiere su trastorno) y no exclusivamente, desde perspectivas abstractas (1, 12)


5) Búsqueda de respuestas a preguntas que afectan a la vida del hombre.

En la medida en que estas preguntas le afectan pueden generar enfermedad cuando no halla respuestas, en forma de angustia, ansiedad y malestar. Dichas preguntas son las que conciernen al sentido de la vida, al origen de nuestra existencia, al misterio de la muerte. En otras palabras, a todo lo concerniente a las preguntas últimas que podemos encontrar en nuestras mentes y en la de nuestros pacientes y que con frecuencia les atormentan, llegando incluso a generar una verdadera crisis existencial que puede desembocar en una depresión existencial. Frankl denomina neurosis noógena a la neurosis relacionada con una falta de sentido de la existencia y propuso para tratarla una terapia a la que llamó logoterapia. Logos es sentido, sería la terapia para el sentido de la existencia, la terapia que ayudaría a encontrar un propósito a la vida y por tanto una fuente de motivación para seguir adelante (4)

 

6) Filosofía personal que se encontraría detrás de nuestra visión del mundo y sería el fundamento de lo que hacemos y de por qué lo hacemos. La ausencia de dicho fundamento nos puede conducir a funcionar como autómatas programados por un sistema científico y, su presencia y conciencia del mismo nos puede ayudar a trabajar con mayor creatividad y flexibilidad, a la vez que con mayor libertad para avanzar sobre una base más segura.

 

7) Cuestiones éticas en psiquiatría: derechos de los pacientes, autonomía, confidencialidad, derecho a rechazar tratamientos y hospitalización, competencia, abusos potenciales, uso de la psiquiatría para fines políticos en países en que se ha tachado a disidentes del sistema de enfermos mentales (URSS), genoma, tratamientos a niños, consentimiento informado, cuestiones espirituales y religiosas en la psicoterapia, etc. (3, 14).

 

8) Cuestiones antropológicas: la visión de lo que es la persona también condiciona la manera en la que como científicos nos aproximamos a ella y decidimos con qué procedimientos tratamos sus enfermedades y sobre todo en el tipo de relación que establecemos con el otro y cómo accedemos a su subjetividad. Entre las cuestiones antropológicas sería también esencial considerar los factores culturales y sociales que influyen en el individuo y en su visión del mundo y de los otros.

 

9) Filosofía como instrumento de integración o de mediación entre las diferentes perspectivas sobre el ser humano para luchar contra los reduccionismos: antropología, sociología, neurobiología, psicología individual. Y también para integrar diferentes enfoques de la psicopatología.

Un ejemplo del esfuerzo para la integración y el diálogo fue el Círculo Eranos (1933-1988), un grupo de estudio de la consciencia formado por psicoanalistas, antropólogos, mitólogos, filósofos y biólogos entre los que estaban autores tan destacados como Carl Gustav Jung, Mircea Eliade, James Hillman, Eric von Neumann, Henri Corbin o Joseph Campbell.

 

Factores que dificultan la reflexión filosófica en la psiquiatría actual (13)

1) crisis de la filosofía en busca de una sustantividad propia que es consecuencia de la fragmentación de saberes (ciencias) a partir de la filosofía que inicialmente los aglutinaba. Esto sucede por la sospecha de que la filosofía ya no se ocupa de ninguna área específica del conocimiento a través de una metodología concreta. Esta cuestión parece no haber sido aún resuelta de una manera satisfactoria.

2) Tecnificación y especialización progresiva de la medicina y medicalización de la psiquiatría que provoca una unidimensionalidad biológica incapaz de integrar las diferentes dimensiones del ser humano. Hay, de hecho una hegemonía creciente de la orientación biológica que en algunos casos se ha denominado Neokraepelinismo sobre el que el autor Double (3) hace una clara descripción explicando que sería la aplicación del modelo biomédico a la psiquiatría pues concibe la psiquiatría como una rama de la medicina, en la que se han de aplicar los mismos métodos científicos que en el resto de la medicina. Además entiende que hay un límite claro entre enfermedad y salud mental, que el concepto de enfermedad mental está claramente definido, que el interés de los psiquiatras debe limitarse a los aspectos biológicos de la enfermedad mental. Que los criterios diagnósticos han de ser codificados y legitiman y validan la investigación que confirma la existencia de dichos criterios y que las técnicas estadísticas deben dirigirse a incrementar la validez y fiabilidad de dichos criterios diagnósticos.

Se llama Neokraepelinismo a esta posición por volver sobre las ideas del psiquiatra Kraepelin (vivió entre finales del siglo XIX y principios del XX) que entre otras eran el afán en la clasificación de las enfermedades mentales y la búsqueda de su sustrato neurobiológico.

Con la actitud Neokraepeliniana caemos en el reduccionismo al contemplar al ser humano desde un solo punto de vista (biologicista), omitiendo otros. El predominio del modelo biomédico enfatiza que el tratamiento psicofarmacológico puede ser una panacea para múltiples problemas, pero no tiene en cuenta otras etiologías del sufrimiento psíquico y de los problemas que forman parte de la existencia y por ello se produce un proceso de medicalización de los problemas de la vida cotidiana (la timidez se medicaliza y se etiqueta de fobia social susceptible de tratamiento farmacológico).

Como alternativa Double enfatiza la necesidad de complementar dicho enfoque con perspectivas procedentes de la psicología y la sociología. Plantea como alternativa el modelo biopsicológico de Meyer quien afirma que la frontera entre las personas sanas y enfermas mentalmente es fluida porque las personas sanas pueden enfermar cuando son expuestas a un trauma suficientemente severo y que una mezcla desafortunada de noxa ambiental con conflicto psíquico puede causar enfermedad mental. Meyer afirma además que los mecanismos mediante los que emerge la enfermedad mental en un individuo son mediados psicológicamente, y destaca la oportunidad de la postmodernidad para que los doctores redefinan sus roles y responsabilidades. Meyer también destaca la importancia de reconocer las incertidumbres de la práctica clínica y dicha incertidumbre también crece al tomar conciencia del paciente como persona.

La exclusiva atención a aspectos somáticos de un hipotético trastorno subyacente, puede llevar a negar la identidad del paciente como persona convirtiéndola en un cuerpo que necesita un tratamiento. Adolf Meyer insistió en mantener un enfoque filosófico en la psiquiatría, para mantener su interés en comprender realmente a la persona. La psiquiatría necesita retornar a un modelo biopsicosocial para limitar sus excesos y reconocer las incertidumbres de la práctica clínica. En este sentido hay autores que han denominado a esta nueva dirección como post-psiquiatría, que es una alternativa propuesta por Bracken y Thomas (2) en base a las carencias y limitaciones existentes en la psiquiatría actual y cuyas principales afirmaciones son:

- Está disminuyendo la confianza en la técnica y la ciencia para resolver problemas humanos y sociales.

- Esto genera retos para la medicina y dentro de ella para la psiquiatría.

- Es necesario tomar conciencia de los contextos culturales y sociales, anteponer la ética a la tecnología y hacer un esfuerzo por minimizar las intervenciones coercitivas.


Conclusión

De todo lo expuesto puede deducirse la importancia del diálogo entre la filosofía y la psiquiatría, pero hay una importante resistencia al diálogo entre Departamentos de psiquiatría y Filosofía por lo que muchos asuntos relacionados con la Salud Mental han sido escasamente discutidos por filósofos y expertos en bioética. Pero en los últimos años está habiendo un interés creciente desde el mundo de la filosofía por la psicopatología y las enfermedades mentales, por ejemplo en temas referentes a la personalidad múltiple (cuestionan la teoría de la unidad de la mente y del self), la identidad personal, la filosofía de la mente y la filosofía de la ciencia, etc. Se está volviendo al punto de partida de Jaspers y otros para los que la filosofía y la psiquiatría estaban estrechamente interrelacionadas (14).

Hay una gran falta de formación en temas filosóficos básicos en los programas de formación de los psiquiatras. Tal vez porque resulte más cómodo no plantearse el por qué de lo que se hace y de cómo se investiga, siendo lo más fácil aplicar mecánicamente métodos que se dan por válidos a priori sin someterlos a crítica o tratar de analizar si son los más adecuados al tipo de investigación que llevamos a cabo. Así, acabamos muchas veces cayendo en una especie de pensamiento mágico por el que creemos que la aplicación de una serie de cuestionarios y mediciones, combinados con técnicas estadísticas concretas nos conducen irremediablemente a una verdad.

Todo esto lleva a una falta de reflexión y de búsqueda más allá de lo ya conocido en el mundo de la psiquiatría, o bien, a una falta de conocimiento de sus límites en la comprensión del ser humano. Incluso se van arrastrando prejuicios o se hace caso omiso a errores que son ya una pesada herencia del pasado. En conclusión, podríamos atrevernos a afirmar que, sin haber llegado a saber pensar, nos estamos atreviendo a hacer una ciencia sin someter a una crítica rigurosa sus afirmaciones, métodos e intervenciones.


Filosofía y psiquiatría en el mundo

En diferentes partes del mundo se evidencia un interés por el diálogo entre la psiquiatría y la filosofía que se ha materializado en la creación de distintas asociaciones, programas de formación e incluso congresos de ámbito internacional.

Asociaciones:

- Asociación Española de Historia y Filosofía de la Psiquiatría

- Asociación Española para la Práctica y el Asesoramiento Filosóficos www. gksdesign. com/asepraf/

- Association for the Advancement of Philosophy & Psychiatry que se formó en 1989 en EEUU a raíz de un encuentro en el que se discutieron cuestiones filos´ficas en el congreso de la APA (American Psychiatrist Association) www3. utsouthwestern. edu/aapp/

Tienen una publicación propia que es la revista Philosophy, Psychiatry, & Psychology (PPP)

- European Society for Philosophy & Psychology www. eurospp. org/

- Gelsellschaft für Philosophie und Wissenschaften der Psyche (Alemania) www. suesske. de/bgpwp_bd1. htm

- International Network for Philosophy and Psychiatry

- Philosophy Special Interest Group en el Royal College of Psychiatrist en U. K. Tiene más de 1000 miembros entre los que están filósofos, psiquiatras, psicólogos y abogados. Hacen un congreso anual sobre “Psicopatología, Filosofía y Neurociencia” www. rcpsych. ac. uk/college/sig/phil. htm

- The Society for Philosophy and Psychology (SPP) www. hfac. uh. edu/cogsci/spp/spphp. html

Han organizado recientemente el congreso Philosophy, Phenomenology and Psychiatry en Goteborg (Alemania) en Noviembre del 2003 en cooperación con la Nordic Network for Philosophy, Medicine and Mental Health y el Departamenteo de Filosofía de la Universidad de Göteborg

- The Southern Society for Philosophy and Psychology sun. soci. niu. edu/~sspp/ Realizan un congreso anual

- Swedish Association for Philosophy and Psychiatry (Svensk Förening för Filosofi och Psykiatri, SFFP) www. phil. gu. se/sffp. html

 

Próximos Congresos relacionados con el tema: - First Joint Conference of the Society for Philosophy & Psychology and the European Society for Philosophy & Psychology July 3 – July 6, 2004, Barcelona, Spain www. ub. es/grc_logos/spp_espp_04/

- Time, Memory and History. 7th International Conference on Philosophy, Psychiatry and Psychology (PPP2004). Heidelberg, Tyskland, 23-26 september 2004 psychiatrie. uni-hd. de/kongress/ppp2004/ppp2004. html


Bibliografía

1. - ASEPRAF (Asociación Española para la Práctica y el Asesoramiento Filosófico)
Disponible en URL: www. asepraf. org

2. - Bracken P. , Thomas P. Post-psychiatry: a new direction for mental health.
BMJ 2001; 322:724-7

3. - Double, D. The limits of psychiatry. BMJ 2002; 324: 900-904

4. - Frankl, V. E. El hombre en busca de sentido. Barcelona, Ed. Herder, 1988, 9ª edición

5. - Ghaemi, S. N. Rediscoverig existential psychotherapy: The contribution of Ludwig Binswanger. American Journal of Psychotherapy, 2001; Volume: 55:51-64

6. - Husserl, E. La crisis de las Ciencias Europeas y la fenomenología Trascendental. Barcelona, Editorial Crítica, 1991

7. - Jaspers, K. psicopatología General. México, Fondo de Cultura Económica, 1996

8. - Kandel, E. R. Biology and the future of Psychoanalisis: a new intellectual framework for psychiatry. American Journal of Psychiatry, Apr 1999; 156: 505-524

9. - Kendler, K. S. A psychiatric dialogue on the mind-body problema. The American Journal of Psychiatry, Jul 2001; 158: 989-1000

10. - Kuhn, T. S. La estructura de las revoluciones científicas. Madrid, Fondo de Cultura Económica, 1981, 7ª Edición

11. - May R. , Angel E. , Ellenberger H. F Existencia. Nueva dimensión en psiquiatría y psicología. Madrid, Ed. Gredos, 1977

12. - Mundt Ch. Philosophy Practice: An Alternative to Counseling in Psychotherapy by Shlomit C. Shuster is reviewed. American Journal of Psychiatry, Jun 2002; 159: 1075

13. - Novella, E. J. psiquiatría y Filosofía: un panorama histórico y conceptual. Frenia, Revista de Historia de la psiquiatría, Vol. II, 2002; Fascículo 2: 7-31

14. - Perring Ch. The Rise of Philosophy of Psychiatry. 1998
Disponible en URL: www. philosophers. co. uk/archive/philopsych. htm

15. - Real Academia Española. Diccionario de la lengua española. vigésima segunda edición, 2001

16. - Searle, J. Mentes, Cerebros y Ciencia. Madrid, Ediciones Cátedra, 2001, 4ª Edición

17. - Wilber, K. Una visión integral de la psicología. México, Editorial ALAMAH, 2000

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