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Personalidad resistente y salud mental en VIH.

Autor/autores: Miguel Ángel Sánchez González
Fecha Publicación: 01/03/2006
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

La personalidad resistente o dureza constituye una estructura de personalidad basada en tres dimensiones: control, compromiso y reto. Numerosas investigaciones muestran que las personas con alta puntuación en escalas de dureza son capaces de afrontar situaciones de gran estrés permaneciendo sanas física y psicológicamente. Este estudio tiene como objetivo comprobar si la personalidad resistente reduce la sintomatología ansiosa y depresiva en personas con VIH.

Se analizarán publicaciones recientes y se planteará un proyecto de investigación en el que se entrenaría a un grupo de estas personas, para comprobar si el aumento de dureza implica una reducción en síntomas depresivos y ansiosos. La bibliografía muestra datos no concluyentes, ya que algunas investigaciones apoyan la hipótesis, pero no todas. Se encuentra también un efecto indirecto de la dureza, de manera que ésta influye en diversas variables (afrontamiento, apoyo) y éstas son las que reducen el distrés.

Palabras clave: Ansiedad, Depresión, Dureza, Personalidad resistente, VIH


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Personalidad resistente y salud mental en VIH.

M. Angeles Mairena García de la Torre; Miguel Angel Sánchez González; Carmen Moreno Menguiano; Ana de Cos Milas; Vanesa Gómez Macías.

Hospital de Móstoles. Madrid.

PALABRAS CLAVE: Dureza, personalidad resistente, VIH, ansiedad, depresión.

(KEYWORDS: Hardiness, HIV, Anxiety, Depression. )

Resumen

La personalidad resistente o dureza constituye una estructura de personalidad basada en tres dimensiones: control, compromiso y reto. Numerosas investigaciones muestran que las personas con alta puntuación en escalas de dureza son capaces de afrontar situaciones de gran estrés permaneciendo sanas física y psicológicamente. Este estudio tiene como objetivo comprobar si la personalidad resistente reduce la sintomatología ansiosa y depresiva en personas con VIH. Se analizarán publicaciones recientes y se planteará un proyecto de investigación en el que se entrenaría a un grupo de estas personas, para comprobar si el aumento de dureza implica una reducción en síntomas depresivos y ansiosos. La bibliografía muestra datos no concluyentes, ya que algunas investigaciones apoyan la hipótesis, pero no todas. Se encuentra también un efecto indirecto de la dureza, de manera que ésta influye en diversas variables (afrontamiento, apoyo) y éstas son las que reducen el distrés.

Abstract

Hardiness is a personality structure based on three dimensions: control, commitment and challenge. Many studies show that people who have high punctuation on hardiness scales can deal with very stressing situations while they keep healthy both physically and psychologically. This research tries to check if hardiness reduces anxiety and depression symptoms on people who suffer from VIH infection. Recent publications will be revised and a research proyect will be suggested. This proyect would include a group of people who suffer from VIH and would be trained to check if the increase on hardiness reduces anxiety and depression symptoms. There are not clear conclusions on literature, as some studies support this hypothesis, but not all of them. Moreover, it has been found an indirect effect of hardiness; this factor would influence on different variables (as social support, coping skills) and these ones would reduce distress.



En el presente estudio, se planteó la cuestión sobre la posible influencia beneficiosa de la personalidad resistente en los casos de personas con VIH. Así, se formuló la siguiente pregunta base: ¿la personalidad resistente disminuye la sintomatología ansiosa y depresiva en personas con VIH+?

Esta cuestión surge a raíz de la observación de la existencia de personas que permanecen sanas física y psicológicamente, a pesar de sufrir situaciones de gran estrés, ¿qué diferencia a estas personas del resto? ¿por qué pueden mantener el equilibrio de la salud a pesar de experimentar situaciones de gran dificultad?

Numerosos estudios muestran cómo los sucesos vitales estresantes precipitan la enfermedad somática y psicológica. Estos eventos se definen como estresantes cuando causan cambios y demandan un reajuste de la rutina normal de la persona.  

Kobasa (1979) considera la importancia de la personalidad como mediadora de los efectos perjudiciales del estrés. La autora destaca que en ocasiones, encontramos personas con alto grado de estrés en su vida, pero que no sufren enfermedad. Ante ello, se planteó estudiar en qué se diferencian estas personas de las que enferman bajo condiciones de estrés. Kobasa (1979) planteó la existencia de una diferente estructura de personalidad, a la que llamó “personalidad resistente” o “dureza”. De esta manera, según Kobasa, cuanto más personalidad resistente o más dureza presente una persona, más salud presentará bajo condiciones de estrés, siendo así la personalidad un factor mediador de los efectos perjudiciales del estrés.

La dureza se compone de tres dimensiones: control, compromiso y reto, cada una de las cuales pueden presentarse en mayor o menor medida en cada persona.

El control de refiere a la capacidad para influir en los sucesos que experimentamos. El control de decisión implica la capacidad para decidir autónomamente entre las distintas posibilidades de acción para hacer frente al estrés. El control cognitivo supone la habilidad para interpretar e incorporar distintos tipo de eventos estresantes en el propio plan de vida de una persona, desactivando así sus efectos perjudiciales. Las personas con alto grado de control presentan mayor motivación para superar situaciones conflictivas, lo cual les lleva a buscar y aprender un mayor repertorio de respuestas apropiadas ante el estrés. Este tipo de control, supone un control interno, que hace que la persona se sienta como determinante activo de las consecuencias del cambio, no como una víctima. Son conscientes de que, aunque algo se inicie por causa ajena, uno mismo es el responsable de cómo se maneja y afronta el problema.

El compromiso hace referencia a la implicación en las actividades de la vida diaria. Las personas comprometidas tiene una creencia que disminuye la amenaza percibida: el “sentido de propósito”, que previene abandonar el contexto social y a uno mismo en momentos de gran presión. Estas personas, tienen razones y habilidades para pedir apoyo a otros en momentos necesarios. Además, poseen la capacidad de reconocer sus propios valores distintivos, metas y prioridades. Tienen la capacidad de dotar de significado los hechos que les ocurren y son capaces de tomar decisiones.

El reto se refiere a la anticipación del cambio como un reto excitante para el crecimiento personal. Las personas con alto grado en esta dimensión, se sienten positivamente ante el cambio, y tienen práctica para actuar ante lo inesperado. Valoran la vida llena de experiencias interesantes, buscan el cambio, exploran el medio para saber dónde buscar recursos y ayuda para afrontar el estrés. Además, presentan predisposición para ser cognitivamente flexibles, lo que les permite integrar efectivamente la amenaza de nuevas situaciones.

Con estas características, Kobasa et al (1979) concluyen que la dureza (control, compromiso y reto) es un buen protector de la salud ante el estrés. En suma, la personas “resistentes” se implican más en prácticas de salud (alimentación equilibrada, ejercicio…) y son más efectivas en su uso del apoyo social y recursos (búsqueda de amigos, apoyo, cursos de formación…).

En cuanto al desarrollo de estas personas, los autores apuntan que las personas con dureza experimentan gran variedad de hechos y estimulación en su infancia, al tiempo que reciben apoyo para desarrollar capacidades de simbolización, imaginación y juicio. Reciben también el reconocimiento de lo que hacen y tienen modelos de dureza.

Beasley et al (2003) presentan un enfoque diferente sobre el modo en que la dureza influye sobre la salud. Estos autores de plantean también los factores que diferencian a las personas que permanecen sanas bajo condiciones de estrés, destacando en sus conclusiones la forma en que el estilo de afrontamiento puede afectar a cómo de percibe y maneja un suceso estresante. Hay muchas dudas sobre cómo actúan estos estilos, aunque se sugiere que, en general, el afrontamiento centrado en la tarea produce mejores resultados y menor disfunción psicológica que el afrontamiento centrado en la emoción.


Beasley et al (2003) recogen la idea de dos modelos de la forma en que actúa el impacto del estilo de afrontamiento y la dureza en el estrés y la salud. El modelo de efectos principales supone una variable, como el estilo de afrontamiento, que tiene efecto directo en la salud mental, independiente de los aspectos adversos del suceso. El modelo de moderador supone una variable, como el afrontamiento, que protege de los efectos negativos de los sucesos de forma interactiva con otras variables.

Sus resultados apoyan la existencia de un efecto principal y directo de la dureza, el afrontamiento centrado en la tarea, el afrontamiento evitativo y los sucesos vitales negativos sobre el estrés psicológico y somático. Tanto en hombres como en mujeres, la dureza disminuyó de forma directa las puntuaciones de estrés.

Existe, además, un efecto interactivo en las mujeres, ya que la dureza mitigó los efectos negativos psicológicos de los sucesos vitales negativos. Además, tanto en hombres como en mujeres, apareció otro efecto interactivo, ya que la dureza disminuyó el afrontamiento evitativo y el afrontamiento centrado en la emoción, influyendo así en el estrés.  

De todos modos, la literatura no muestra pruebas consistentes sobre esta interacción, existiendo además muchas dudas sobre la influencia de los distintos modos de afrontamiento.

Según el estudio de Beasley et al (2003), el afrontamiento centrado en la emoción y el evitativo ejercen un efecto directo, elevando medidas de disfunción psicológica, independientemente de los sucesos vitales estresantes. Sin embargo, el afrontamiento basado en la distracción disminuye el distrés (entendido como ansiedad y depresión), por lo que se sugiere que cierta forma de evitación podría ser positiva. En cuanto a la influencia del afrontamiento centrado en la tarea, los resultados no son consistentes, por lo que no prueban que este estilo de afrontamiento sea realmente el ideal.

Tomando en consideración todas estas reflexiones teóricas sobre la influencia de la personalidad resistente o dureza en la salud, ya sea de forma directa o indirecta, se planteó la cuestión de cómo aparece esta influencia en el caso de personas con VIH. De esta manera, consideramos la infección por VIH como una de esas situaciones de estrés ante la que las personas pueden permanecer sanas o presentar disfunciones psicológicas, según su estructura de personalidad.

Por lo tanto, se plantea la hipótesis de que en personas con VIH, la personalidad resistente será un factor protector de salud, disminuyendo los síntomas de ansiedad y los síntomas de depresión.


Método

Se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica con publicaciones recientes, utilizando las bases de datos de MEDLINE y PSYCHINFO.


Resultados y discusión

Como se ha comentado, se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica para conocer qué dice la literatura sobre esta influencia de la personalidad resistente sobre los síntomas ansiosos y depresivos en personas con VIH. Como se explica a continuación, los estudios no dejan nada claro, existiendo datos contradictorios que dejan el debate abierto. Se requiere mayor investigación para dar respuesta a esta pregunta.

Farber et al (2000) señalan la escasez de estudios sobre dureza en personas con VIH. En su estudio, estos autores concluyen que las personas con infección por VIH que presentan mayor grado de dureza tienen menor grado de distrés (entendido como ansiedad y depresión), mayor percepción de calidad de vida, más creencias positivas personales y más significado de su experiencia.

El compromiso aparece como la dimensión más relacionada con el distrés, siendo la mejor predoctora (a mayor compromiso, menor distrés). Existe una relación negativa entre la dureza y el control de resultados, lo que puede implicar que el sano reconocimiento y aceptación de las limitaciones personales, ayuda a que la persona se relaje.

Blaney (1991) señala que esta relación entre dureza y ajuste psicológico se da en las fases asintomáticas de VIH. Sin embargo, a medida que aumentan los síntomas, crece el sentimiento de amenaza y deja de ser tan determinante la dureza. Se considera de gran importancia el entrenamiento en estrategias que promuevan el estilo de personalidad resistente.

En otro estudio, Balaney et al (1991) destacan la importancia del apoyo social como principal factor moderador del estrés en enfermedades crónicas. Estos autores destacan el efecto que causan los sucesos estresantes al aumentar la ansiedad y la depresión. Este tipo de síntomas se reduce cuanto mejor es el apoyo social. La dureza se muestra en este estudio como un factor que no es predictivo de manera significativa en el nivel de distrés. Aun así, el compromiso aparece como la dimensión más implicada. Blaney et al (1991) apuntan la importancia de incluir múltiples factores al analizar los moderadores del distrés y proponen una posible influencia indirecta de la dureza. De esta manera, es probable que la dureza influya en otras variables, como el apoyo social o el estilo de afrontamiento, y que estas variables influyan en el nivel de distrés.  

Catalan et al (1992) realizaron un estudio con personas hemofílicas, entre las que los seropositivos y seronegativos presentaban igual nivel de dureza, control y ajuste social. Aun así, había diferencias importantes, ya que los seropositivos presentaban menos autoestima, más depresión y más ansiedad. Ante estos resultados, se pueden plantear distintas preguntas. Entre ellas, podemos plantear que la dureza no parece disminuir con la seropositividad. Además, existen dudas sobre la capacidad de la dureza para proteger la salud, ya que la seropositividad parece ser un factor más determinante. En el estudio de Catalan et al (1992) el ajuste psicológico depende de ser seropositivo o no. La dureza no parece tener mucho que decir.

Encontramos otro tipo de estudios que analiza la dureza y sus efectos indirectos en la salud mental. Se destaca la posible influencia de la personalidad resistente sobre el estilo de afrontamiento y el apoyo social, determinando estos factores el ajuste psicológico. Por ejemplo, el control implica el aumento de diversidad de estrategias para hacer frente al estrés, y el compromiso favorece la pedida de apoyo social eficaz.

Pernas et al (2001) realizaron un estudio sobre la influencia indirecta de la dureza en la salud mental, a través del estilo de afrontamiento. Aparece una correlación positiva entre el afrontamiento activo y la afectividad positiva (Crecimiento personal, implicación, apoyo social, autoestima). Asimismo, hay correlación positiva entre la evitación y la afectividad negativa, depresión y la ansiedad. El apoyo social se muestra como el mejor estilo de afrontamiento.

Jonson y Endler (2002) analizaron también la influencia de distintos tipos de afrontamiento. Como se ha comentado, las perosnas con infección por VIH, presentan alta ansiedad y depresión. Ante ello, parece que el afrontamiento instrumental sólo predice el distrés en las primeras fases, cuando la persona está recién diagnosticada. La preocupación emocional provoca más ansiedad y depresión, al igual que el afrontamiento paliativo, lo cual puede parecer contraintuitivo. Cuando una persona está demasiado atenta a lo que debe y no debe hacer, ser crea en ella un cierto nivel de ansiedad. Es importante saber que puede haber posibles “peligros” en una adhesión excesiva y meticulosa al tratamiento, dependiendo de cómo de afronte. La distracción, que puede estar relacionada con técnicas de afrontamiento evitativas, reduce el distrés. Entre estrategias distractoras, encontramos escuchar música o pasear.


El anterior estudio, muestra a su vez la importancia del factor optimismo. Éste disminuye a ansiedad y la depresión, fomenta el afrontamiento centrado en la tarea y disminuye el emocional. Además, el optimismo aumenta la distracción

Otras investigaciones destacan la importancia de prestar atención a un grupo de variables interrelacionadas, como predictoras del distrés. Vedhara y Nott (1996) señalan cómo los sucesos estresantes, la evitación y la preocupación aumentan la ansiedad y la disfunción psicológica. En su estudio, estos autores analizaron un grupo de variables relacionadas entres sí: autoestima, preocupación, afrontamiento efectivo y apoyo social. Estas variables se unen, constituyendo un único factor (“resilience”), que se muestra como el determinante más significativo de la salud mental en VIH. A mayor resiliencia, mejor ajuste psicológico.

Holahan y Moos (1991) señalan dos distintas formas de influencia, según el grado de los estresares. Cuando el estresor es débil, existe un efecto directo de los recursos personales (como la dureza) y el apoyo social sobre la depresión. Ante un estresor fuerte, existe un efecto indirecto, que los recursos personales y el apoyo social determinan el estilo de afrontamiento y éste determina la depresión.


Conclusiones

La dureza se presenta en la bibliografía como un posible factor protector de ansiedad y depresión en VIH, bien de forma directa o indirecta.

Aun así, los datos no son consistentes en la bibliografía, contradiciéndose en ocasiones. Se necesita mayor investigación sobre este tema para poder tomar conclusiones con un adecuado grado de certeza.


Propuesta para una investigación

A continuación se presenta un posible proyecto para una investigación en relación al tema comentado. Este proyecto sería una sugerencia para intentar aclarar algunos de los datos contradictorios encontrados en la bibliograf

SUJETOS

La muestra del estudio estará formada por 150 personas. Como criterios de inclusión se considera la mayoría de edad, la infección por VIH y el consentimiento informado. Serán personas de la sección de Medicina Interna de distintos hospitales. En cuanto a criterios de exclusión, se considera la demencia por VIH, el consumo de tóxico y cualquier disfunción que pueda dificultar el entrenamiento de 6 semanas propuesto en este estudio.

Para captar a los sujetos, se pasarán cuestionarios por los servicios de Medicina Interna, en la unidad de VIH, indagando así sobre la motivación para la participación en la investigación.

Por motivos éticos, el entrenamiento en personalidad resistente de la investigación se aplicará a todas las personas que respondan afirmativamente. Sin embargo, la muestra será seleccionada a través de un muestreo aleatorio estratificado.

Contaremos con tres estratos, cada uno con 50 participantes, correspondientes a los estadios A (estado inicial de la infección por VIH), B (estadio intermedio-sintomático) y C (diagnóstico SIDA). Esta clasificación proviene de los Centres for Disease and Control.

 

VARIABLES E INSTRUMENTOS 

Variables sociodemográficas:

Se pasará una encuesta ad hoc con la intención de obtener información sobre los participantes, a nivel descriptivo. Conoceremos así la edad, sexo, nivel de estudios, modo de transmisión de VIH y orientación sexual de los miembros de la muestra.

Perfil Clínico:

Se consultará el Historial Médico para conocer el tiempo de infección por VIH y el estadio de la clasificación CDC. Además, se conseguirá información sobre las células T CD4 y la carga viral.

VD: Niveles de ansiedad y depresión

Se utilizará la escala de ansiedad y depresión en el hospital (HADS- hospital Anxiety and Depression Scale). Esta escala es apropiada para evaluar niveles de ansiedad y depresión en personas hospitalizadas o con enfermedad crónica, como la infección por VIH. Según Remor (2002), esta escala es especialmente adecuada en el VIH debido a que no contiene ítems somáticos que pueden representar síntomas de la infección, como la pérdida de peso y apetito, el insomnio y la fatiga, por lo que es capaz de discriminar la depresión de forma efectiva.

El HADS se compone de dos subescalas de 7 ítems cada una, que evalúan ansiedad y depresión. Los ítems de cada subesacala aparecen intercalados de forma alterna.

La escala es un instrumento autoaplicado, con respuestas tipo Likert de 4 puntos (0, 1, 2, 3). La puntuación se eleva cuanto mayores sean los niveles de ansiedad y depresión.


VI: personalidad Resistente o Dureza

Como ya se ha definido anteriormente, la personalidad resistente implica una combinación de actitudes de compromiso, control y reto que ayuda a manejar situaciones estresantes transformándolas en oportunidad ara el crecimiento, en dez de experiencias debilitadoras.

Maddi et al (2002) estudiaron la validez de constructo de “dureza” analizando sus relaciones con tres tests frecuentes de personalidad y psicopatología. De pretende determinar el rol de la dureza en la estructura y los procesos de personalidad.

Al analizar el MMPI-2 y el Millon clinical Multiaxial Inventory (MCMI-II), se aprecia que la dureza, realmente, implica salud mental. Esta característica presenta correlación negativa con medidas de trastornos mentales y de personalidad en el MMPI-2 y el MCMI-II. Además, muestra correlación positiva con trastornos de la personalidad narcisista e histriónico, los cuales, según Millon, están asociados a la fuerza del yo.

En el MMPI-2, la dureza correlaciona positivamente con Fuerza del yo, dominancia, Corrección y Responsabilidad Social. Y correlaciona negativamente con Problemas laborales, Indicadores negativos de tratamiento e Infrecuencia. Parece ser que, cuanta más dureza presenta una persona, mejor piensa de sí misma.

Godoy-Izquierdo y Godoy (2004) analizan también la validez de constructo convergente de la dureza estudiando las correlaciones positivas significativas de diversas medidas:

Al analizar el NEO-PI de Costa y McCrae (1985; citado en Godoy-Izquierdo y Godoy, 2004), se observa correlación positiva entre dureza y extraversión (calidez, gregarismo, emoción positiva), Apertura (fantasía), Cordialidad (confianza) y Responsabilidad (competencia, sentido del deber). Hay correlación negativa entre dureza y neuroticismo, que implica falta de estabilidad emocional, hostilidad, depresión y vulnerabilidad al estrés.

En el cuestionario de Salud (GHQ) de Godoy (1986), los autores encuentran correlación positiva entre la dureza y la salud y el funcionamiento eficaz cotidiano. En el LUCAM (Pelechano y Báguena, 1983; citado en Godoy-Izquierdo y Godoy, 2004), existe correlación positiva entre dureza y locus de control interno, y correlación negativa con el locus de control externo, suerte, creencia de falta de determinación o responsabilidad sobre hechos. En el BDI de Beck (1961), la dureza correlaciona de forma negativa con la depresión, de igual manera que en el STAI (Speilberg at al , 1970) ocurre con la ansiedad.

Podemos concluir que la dureza presenta validez de constructo convergente, ya que correlaciona adecuadamente con elementos que están relacionados teóricamente. Así, los resultados de las últimas investigaciones muestran cómo la dureza se concibe como una fuerte salud mental.

Para la evaluación de la personalidad resistente, se utiliza la “Personal Views Survey” (PVS) de Kobasa. Tras la creación de numerosas escalas para medir este constructo, se llegó a esta escala de tercera generación, compuesta por 50 ítems tipo Likert (0, 1, 2, 3). Según Godoy-Izquierdo y Godoy (2004), la escala presenta buena validez de cosntructo y correlaciones entre las distintas dimensiones (compromiso, control, reto) y entre ellas y la escala total.

En cuanto a la versión española de la prueba, Godoy-Izquierdo y Godoy (2004) se sirvieron de una traducción de Kobasa (1993; citada en Godoy-Izquierdo y Godoy, 2004) y dos psicólogos bilingües (norteamericanos y con español de lengua materna). Los autores revisaron la traducción para garantizar igualdad de contenido de los ítems.

En la prueba española no se aprecian diferencias significativas entre hombres y mujeres, aunque las mujeres son superiores ligeramente en la escala. Aparece una posible influencia del marco cultural en la medida, sobre todo en cuanto a aspectos económicos y políticos).

La versión española de la escala muestra alta fiabilidad. Así lo refleja el método de las Dos Mitades (0. 92) y la alta consistencia interna (escala completa:0. 90; compromiso: 0. 81; control: 0. 77; reto: 0. 68). Esta alta consistencia interna muestra cómo los ítems están altamente relacionados entre sí, por lo que parece que todos miden la misma dimensión, apuntando en la línea de la unidimensionalidad del constructo de personalidad resistente.  

Variables extrañas y control

En este estudio, destacamos diferentes variables extrañas que podrían estar influyendo sobre los resultados. Para ello, se intentarían poner distintas formas de control.

Así, la constancia controlaría el efecto del entrenador, existiendo sólo uno para todas las personas. El efecto del tiempo puede afectar en el grado de ansiedad y depresión, por lo que se medirán los cambios en dureza (antes y después), para probar que ésta cambia y puede explicar los cambios en los resultados. Las distintas fases de la enfermedad de las personas se controlarán por medio del muestreo aleatorio estratificado.

Otra variable extraña interviniente sería la existencia de sucesos vitales estresantes (progreso de la enfermedad, acontecimientos familiares…). Esta variable escapa al control de este estudio, dando lugar a limitaciones. Aun así, se pasaría una escala tras la investigación, la Shedule of Recent Life Events (Holmes y Rahe, 1967; citada en Kobasa, 1979) para conocer los sucesos de modo descriptivo.

PROCEDIMIENTO

Se llevará a cabo un diseño cuasiexperimental pre-post con un solo grupo. Se descarta el diseño con grupo control debido a las limitaciones éticas de dejar a personas sin el beneficio del entrenamiento.  

Se establecen tres fases: 1) medición de dureza y de ansiedad y depresión. 2) entrenamiento en dureza. 3) medición de dureza y de ansiedad y depresión.

En cuanto al entrenamiento, Lambert el at (2003) defienden la existencia de estrategias para aumentar dureza. El control se entrena a base de ejercicios para buscar información, reducir estrés (actividades, ejercicio…) y habilidades para hacer más agradable el entorno. El reto o desafío se potencia entrenando habilidades interpersonales, la búsqueda de nuevas perspectivas de la situación y el cultivo de una actitud de curiosidad. Finalmente, el compromiso se incrementa por medio de estrategias que implican planear qué harías la próxima vez que haya estresor, la comunicación directa con las personas cercanas implicadas, replantear cómo se actuó la última vez (y cambios) y la búsqueda de significado a la experiencia (espiritual, filosófico…).

Rowe (1997, 1999) señala igualmente la efectividad de entrenamientos para afrontar el estrés. Señala la importancia de entrenar en relajación por imaginación visual guiada, estrategias para pedir y obtener apoyo social y estrategias para afrontar efectivamente estresares diarios y convertirlos en un plan “pro-activo”.

En esta investigación, se llevará a cabo un entrenamiento de 6 semanas con encuentros semanales de hora y media. Por medio de clases, discusiones y actividades, se entrenarán los aspectos señalados por Rowe (1997, 1999) y Lambert et al (2003).


ANÁLISIS DE DATOS

En cuanto al análisis estadístico de los datos, se comparará la diferencia de medias (antes-después) de los valores de ansiedad y depresión por medio del estadístico T de Student para medidas repetidas. Se utilizará el mismo estadístico para analizar los cambios en el nivel de dureza (antes-después), a modo de control, para asegurar que estos cambios pueden explicar los resultados. Los datos se procesarán por medio del programa SPSS para Windows.

 

VIABILIDAD Y LIMITACIONES

El estudio sería éticamente posible, ya que no implica dificultades en el tratamiento, respeta a las personas de la muestra y podría suponer una mejora en la salud de los participantes (si se aprueba la hipótesis).

La investigación sería materialmente posible de realizar, gracias a la existencia de cuestionarios que permiten medir las variables estudiadas.

Una posible dificultad podría ser la dependencia de la motivación de las personas para la realización del entrenamiento, ya que éste implica 6 semanas.

Aunque los materiales usados presenten validez y fiabilidad, podrían ser complementados por entrevistas exploratorias, indagando componentes como la comunicación no verbal.

Existen dudas sobre validez externa (aunque ésta mejora con el diseño cuasiexperimental), debido a la posible influencia de variables no controladas en los resultados. Por ejemplo, son variables de difícil control los sucesos vitales estresantes y el progreso de la enfermedad.


Referencias

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