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Estrés y salud mental en los profesionales de la salud.

Autor/autores: Reina Caridad Rodríguez Mesa
Fecha Publicación: 01/03/2007
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

El estrés afecta a todo el personal que trabaja en el área de la salud, esta relación está determinada por el hecho de las condiciones especiales que requieren estos profesionales para trabajar con los pacientes a su cargo. La conferencia expone las consecuencias del estrés en el desempeño inadecuado de los profesionales, la insatisfacción personal y las actitudes negativas en el cuidado de sus pacientes. Estas consecuencias conducen al síndrome de Burnout, denominado así por primera vez por Freudenberg en (1974) y por Maslaw y Jackson en (1986).

La interacción particular o circulo vicioso que se establece entre el estrés y el Burnout, se determinan por la insatisfacción del profesional, que conduce a mas estrés, errores profesionales con sus consecuentes demandas judiciales y finalmente, al síndrome de Burnout con su tríada característica agotamiento emocional, despersonalización y disminución de la gratificación profesional. En la conferencia se hace referencia a las causas y a como tratarlas y prevenirlas, ya que es un trastorno que afecta la salud, la calidad de vida y la calidad profesional de quienes la sufren, número que se incrementa cada día más.

Palabras clave: Estrés, salud mental


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Estrés y salud mental en los profesionales de la salud.

Reina Caridad Rodríguez Mesa.

Ph. D, Dra. Sc Prof. Titular Consultante.
Hospital C. Q. Joaquín Albarrán Dominguez.

Resumen

El estrés afecta a todo el personal que trabaja en el área de la salud, esta relación está determinada por el hecho de las condiciones especiales que requieren estos profesionales para trabajar con los pacientes a su cargo. La conferencia expone las consecuencias del estrés en el desempeño inadecuado de los profesionales, la insatisfacción personal y las actitudes negativas en el cuidado de sus pacientes. Estas consecuencias conducen al síndrome de Burnout, denominado así por primera vez por Freudenberg en (1974) y por Maslaw y Jackson en (1986). La interacción particular o circulo vicioso que se establece entre el estrés y el Burnout, se determinan por la insatisfacción del profesional, que conduce a mas estrés, errores profesionales con sus consecuentes demandas judiciales y finalmente, al síndrome de Burnout con su tríada característica agotamiento emocional, despersonalización y disminución de la gratificación profesional. En la conferencia se hace referencia a las causas y a como tratarlas y prevenirlas, ya que es un trastorno que afecta la salud, la calidad de vida y la calidad profesional de quienes la sufren, número que se incrementa cada día más.



El estrés en el área de la salud es un tema que adquiere cada día mas importancia. Reconocido en términos generales como una tensión, que se torna incontrolable e inmanejable, por quien la sufre, genera una angustia y miedo, capaz de desencadenar diferentes tipos de reacción.

Como es conocido el estrés puede surgir de diferentes vías, pudiendo ser de tipo biológico, social, económico, político, relacionado con los negocios, la educación, el trabajo en sentido general y en específico con el tema que nos ocupa el sector salud.

Como sinónimos de estrés, se consideran y se han utilizado términos tales como conflictos, trastornos emocionales, frustración, traumas, ansiedad, y alieneación entre otros, pero se utilizan mas para el estrés que tienen que ver la vida psicológica procedentes de las áreas no laborales, para el ámbito laboral se sigue hablando en términos de estrés de forma general.

Sin embargo hay un estrés relacionado con una labor específica que es el estrés del personal que se desempeña en los servicios públicos, dado por las características de dichas labores, sobre todo por las presiones que requiere el contacto humano, para lo cual hay que poner en práctica, especiales e intensas habilidades personales, que exigen un esfuerzo del profesional en particular, con demandas emocionales que se convierten en generadoras de malestares 

Dentro del sector de la salud, todos los trabajadores están sometidos al mismo riesgo, pues tanto los médicos, como los enfermeros, los científicos, el personal docente, los técnicos, y hasta los obreros de mantenimiento, están expuestos a esta sobrecarga, aunque en sus inicios las consecuencias del estrés crónico en el personal del sector se consideraba exclusivo del personal médico y aún hoy es al personal al que mas se hace referencia en la bibliografía.

Las consecuencias del estrés se expresan tanto en el ambiente laboral, en el trabajo individual y/o de los equipos de trabajo, así como en la vida familiar y social y por supuesto en lo mas íntimo y personal de la vida del profesional en cuestión, con relación a su estado de satisfacción y bienestar y a su interés, valoración y calidad en el desempeño de sus funciones, lo que termina provocando actitudes negativas hacia el cuidado de la salud de los pacientes.  

Descrito por Freudenberg en 1974 como un síndrome con síntomas físicos, en el personal de la salud, producto de las condiciones de trabajo, el síndrome de Burnout, fue ampliamente estudiado posteriormente por Maslach y Jackson en 1986, para quienes el síndrome es casi exclusivo de los médicos.

Ampliamente divulgado y con estudios que permiten conocer mas en detalle el síndrome, se le reconoce con una tríada, que se caracteriza por:

•Sobrecarga emocional, tensión, y agotamiento

•Distanciamiento y actitudes cínicas con las personas que atiende

•Y Dudosa competencia y realización profesional.

El que aparece en otras descripciones con términos como

1. agotamiento emocional,  

2. Despersonalización 

3. Y reducida realización profesional

Este síndrome objeto de la ilustración de la portada de un Brith Medical Journal (BMJ) con el nombre de “UNHAPPY DOCTORS O MÉDICOS TRISTES fue objeto de un análisis detallado por considerarse como una epidemia que se extiende paulatinamente en los médicos de la cultura occidental

El circulo vicioso estrés Burnout, está determinado por la insatisfacción profesional que una vez sentida, genera en quien lo experimenta mas estrés, provocando errores profesionales y demandas médico judiciales que terminan en síntomas mas intensos y un síndrome de Burnout mas evidente con peores consecuencias.

En el criterio de Flórez Lozano (2002) un estudioso del tema, este cuadro constituye una preocupación para las instituciones, los responsables de las administraciones sanitarias y los usuarios, quienes perciben la apatía e indiferencia del médico, la frialdad afectivo emocional, la afectividad plana y la inexistencia de la comunicación.  

Poco a poco el estado de resentimiento es tan grande que lleva a quienes lo sufren a no respetar, o tomar en cuenta las normas éticas existentes, de modo que trae consigo mayor afectación emocional y agotamiento de los recursos de la persona en cuestión, hasta el punto de ocasionar depresión, ansiedad, trastornos psicosomáticos, y el tan presente insomnio y desgaste físico que acompaña a estos cuadros, o se presentan como elementos perturbadores únicos o, caracterizando conjuntamente con la irritabilidad y cansancio físico y mental a los cuadros neurasténicos.

La afectación no queda por supuesto solo en el marco de la actividad laboral, donde surge y se desarrolla, se extiende desde lo mas íntimo personal a la familia y a los grupos de amigos mas cercanos.


Considerado en los inicios de su descubrimiento, como las causas mas importantes, las malas condiciones materiales y organizativas de trabajo, así como el hecho de trabajar con personas afectas de dolor, sufrimiento, angustia y muerte, que demandan de un apoyo y sostén que sobrecarga al médico y al personal de enfermería, lo cierto es que existen también como elementos importantes para su desencadenamiento, la sensación de una discrepancia entre lo que el profesional de la salud entrega y lo que recibe, mas allá de la retribución material, aunque esta está incluida, pero en general la contradicción surge entre las aspiraciones del profesional y la realización concreta de la vida ocupacional diaria, elementos en los que entran a jugar un papel importante la propia personalidad del profesional y su estilo de vida, además de los otros elementos mencionados.

En mas detalle este síndrome ocasiona un cuadro que afecta todas las esferas de la vida psicológica de quienes lo sufren, tanto en lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual, siendo las manifestaciones mas frecuentes la ansiedad y la depresión expresadas de múltiples y variadas formas, que van desde el insomnio, la astenia, la insatisfacción consigo mismo, la falta de ánimo y sensación de hastío hasta la apatía completa, con una sensación de pérdida del sentido de la vida y un vacío existencial que los aplasta, y que puede conducir al abuso de sustancias tóxicas. Las expresiones psicosomáticas, caracterizadas por cefaleas, dolores musculares, alteraciones digestivas e hipertensión, así como un comportamiento que se torna desagradable con explosiones afectivas y conductas inadecuadas de poco tacto, agresividad e irritabilidad observables en la conducta, además de percibidas como intolerables, agravan el cuadro clínico. Por supuesto la atmósfera o clímax familiar se torna tenso y anómalo y una actitud irónica, negativa, sarcástica y tensa caracterizan tanto la dinámica familiar como la laboral.

A todo este cuadro le sigue un estado de conciencia del personal que lo sufre de que no puede mas, de que está desgastado en el ámbito laboral y de que no desea en muchos casos continuar trabajando, pues ya todo le da lo mimo y la realización personal que antes experimentaba ha desparecido sin esperanzas de recuperarla.

Así las cosas, las causas invocadas hoy como responsables del síndrome de Burnout, van desde las que se relacionan con la institución, las relacionadas con la personalidad del profesional, y la forma en que se enfrenta a su profesión y la desempeñan, las que proceden de los enfermos que son atendidos y los familiares que junto al enfermo padecen el dolor de las consecuencias de sus enfermedades, y otras que pueden en determinados ocasiones contribuir o agravar la situación como lo son en los últimos tiempos, el negocio que las demandas médico judiciales, han generado.


Causas relacionadas con la institución

Si bien podríamos señalar como las causas mas frecuentes relacionadas con la institución, aquellas derivadas de un ambiente sanitario poco adecuado, con estructuras en malas condiciones no apropiadas para la función que se desempeña, u obsoletas, salarios que no satisfacen al personal haciéndoles sentir que están mal pagados, pues no se relacionan siempre con los rendimientos y resultados que ellos obtienen. También son importantes las pocas posibilidades de participar en un desarrollo continuo a lo largo de la vida profesional, con la sensación de no poder estar constantemente actualizados, el poco tiempo libre para el auto estudio, la presión por la diversidad de la información y el desarrollo tecnológico, la pobre o mucha educación sanitaria de los usuarios, que los lleva a ejercer con actitudes a veces inadecuadas una presión adicional sobre el persona de la salud, así como la mala percepción que el propio personal llega a tener de su trabajo, institución, o colectivo, en un trabajo sin organización o donde la organización les hace sentir que sus criterios no valen, no son comprendidos, hay mala comunicación, sin respaldo administrativo, pues las promesas no se cumplen, tanto en lo salarial, recursos materiales, humanos, tiempo de trabajo y forma de organizarlo, además de la pobre participación en el mejoramiento de las citadas condiciones.

Todo lo anteriormente citado genera una desmotivación que se va instalando como elemento fundamental, para que este síndrome llegue a producirse.

Un elemento de gran significación en las causas mas recientes del síndrome en lo relativo a la labor médica, está el gran desarrollo tecnológico que se ubica entre el médico y el personal atendido, como si este último fuera un usuario de la tecnología, pasando su saber y conocimientos a un segundo plano, el médico no es ya aquella figura endiosada y respetada, que fuera antaño si no utiliza los sofisticados muy necesarios pero no siempre imprescindibles, medios diagnósticos para una buena conclusión clínica. De tal manera que no es nada raro que los pacientes lleguen solicitando que se les practique tal o mas cual investigación para pasar a dudar del valor de la atención si el profesional en cuestión no consideró oportuno o pertinente, la indicación del medio diagnóstico que el solicitaba.

De esta manera llegamos a las causas.


Relacionadas con el personal que se atiende

Unido a las actuales exigencias del personal que es atendido en los centros de salud, ya sea por el desarrollo tecnológico, por el nivel de conocimiento y expectativas que tanto se han incrementado, aparece la angustia que presentan pacientes y familiares acosados por la enfermedad, el dolor, la discapacidad, y/o la muerte, situación que de una forma u otra se vuelca sobre el personal de la salud, ya que razonable y concientemente son quienes pueden ayudar en esos momentos a los que sufren. Pero mas allá de esta realidad, está la identificación afectiva del profesional con el personal que atiende, lo que lo lleva a tener una sobrecarga adicional, a la que se sufre en otras profesiones. Baste decir que la mayor realización de los profesionales de la salud están en relación a la necesidad que sienten de ayudar a los demás y al gran sentido humanitario de los que la practican, razón por la que una vez complicado los pacientes o afectos de enfermedades incurables y mortales los mismos sufren mas o menos la sobrecarga que esto implica.


Propias del profesional

Muchas son las causas que se relacionan con el profesional; en lo mas individual, están aquellas que tienen que ver con el nivel de preparación de la profesión que ejerce y de los que puede adquirir de manera continua, tanto por las posibilidades que se le brinden como por las que tiene para acceder y mantenerse actualizado. Esto hace que el profesional disminuya su auto estima y su rol profesional, disminuyendo también el nivel de realización que se acompaña del temor al desempeño contribuyendo así a la aparición del cuadro.

Si a esto le sumamos la sensación de frustración o fracaso por que las expectativas personales no se resuelven en el marco de sus funciones, o no fueron coincidentes con la realidad existente, no bien evaluada por el profesional en cuestión, inadecuados estilos para afrontar las diferentes situaciones de la vida, y rasgos de personalidad insegura, pesimista, nivel elevado de auto exigencia, dificultades para la comunicación, poco nivel de socialización, con pocos amigos, poco tiempo libre o uso inadecuado de este, una vida sedentaria, consumo de sustancias tóxicas y una pobre calidad de vida personal y familiar, es seguro que sobrevendrá el síndrome de Burnout.

Como OTRAS, causas se pueden mencionar, los conflictos laborales, tanto los que se sufren con la autoridad o de relaciones entre diferentes compañeros de labor, departamentos, como sentirse devaluado por los demás, en lo que se incluyen a los pacientes y familiares, pobre evaluación y respeto por la institución en la que se trabaja, lo que puede llegar hasta la desesesperanza institucional y el nihilismo, unido o no a una administración que puede resultar incompetente de hecho o para enfrentar situaciones específicas propias de la institución.  

Para evitar y tratar el síndrome, ante el cual no podemos quedarnos con las manos atadas, se recomiendan un conjunto de medidas según las causas.

Para enfrentar los problemas que se derivan de la institución, se puede crear condiciones para que exista siempre una constante retroalimentación entre los directivos de la organización, los profesionales y trabajadores, creando así mejores condiciones de organización laboral, donde el personal se sienta tomado en cuenta en función de viabilizales y facilitarles el trabajo.

Brindar confianza al personal de manera que tenga autonomía y oportunidades de promoción superación y liderazgo social.

Mejorar las condiciones laborales tanto cuanto sea posible con la participación del personal.

Tener en cuenta la estimulación laboral, no dejando pasar cada uno de los momentos en que el trabajador se destaca o pone todo su esfuerzo y empeño para brindar lo mejor de si.

Apoyar de manera institucional la realización de talleres sobre estrés y autoestima.

Incrementar la información disponible sobre el estrés.

Crear un ambiente de empatía y comprensión sobre todo con los jefes.

Lograr un balance entre los esfuerzos que realiza el personal y la recompensas laboral.

Utilizar un estilo de dirección adecuado, a las funciones que desempeña el personal y al estrés a que está sometido.
Establecer una definición de roles que garantice la comprensión y desempeño del trabajo.

Mantener preparado al personal frente a las nuevas tecnologías.


Manejo de los factores individuales

Crear las condiciones para entrenarse en el control de las emociones.

Trabajar en los puestos según la experiencia laboral que se tenga o rodeado de personas que teniéndola constituyan un apoyo y aprendizaje.

Incrementar las redes de apoyo social, dentro y fuera de la institución.

Lograr una auto evaluación de la situación satisfactoria.

Utilizar diferentes técnicas de relajación.

Realizar de manera sistemática ejercicios de flexibilidad calentamiento y enfriamiento.

Administrar el tiempo libre para alternar con situaciones de afecto, cordialidad, relajación entretenimiento y descanso.

Reenfocar lo negativo en positivo.

Planificar diversiones y descanso.

Incrementar la actividad física.

Utilizar una dieta balanceada.

Buscar ayuda en otras personas.  

Escuchar al propio cuerpo, cuando no avisa de que estamos sobregirados.

En síntesis se debe lograr la satisfacción del personal, con alto nivel de autoestima, donde su estatus esté adecuadamente retribuido, se mantenga la motivación interna del profesional, con reconocimiento, trabajando en equipos cohesionados, sin burocratismo, y donde se potencie la creatividad, y la autonomía sin culpabilización.  
En la medida que el médico está mas satisfecho con su trabajo, los pacientes también lo están GOLEMAN 1999. ( Flores Lozano 2002)

Se consideran como poblaciones de mayor riesgo en el sector el personal de atención Primaria, los médicos, el personal de enfermería, el personal de unidades cerradas, y de atención al grave. Entre otros factores, aparece el sexo femenino, el estado civil divorciado, las edades entre los 31 y 40 años o personas muy jóvenes y la poca experiencia laboral.

También se han considerado factores de riesgo trabajar como MGI en poblaciones de 10. 000 a 20. 000 habitantes, estilos de vida rutinaria y personalidades con visión negativa frente a los acontecimientos

La frecuencia del síndrome se reporta alrededor del 53% con la sensación de haber pensado en alguna ocasión en dejar de ejercer la profesión, aunque ( Flores Lozano 2002), reporta entre el 45 y 55 % 

Como conclusión se puede arribar al criterio de que el síndrome de Burnout es un problema creciente con altas tasas de prevalencia, que afecta la salud mental, física, la calidad de vida y la eficacia profesional del personal del sector salud, las investigaciones demuestran que el problema es real y de notables proporciones, pues todo el mundo se queja y en algún momento muchos han pensado incluso en colgar la bata.

Por todas estas razones es necesario desarrollar programas de prevención e intervención que ayuden a controlar y paliar tales efectos.

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