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Aproximaciones a la temática de la intuición en actores en formación.

Fecha Publicación: 01/01/2004
Autor/autores: Arturo Piracés

RESUMEN

El tema general de esta investigación consiste en una aproximación a la temática de la intuición en actores que se están formando en la universidad. Se abordan al arte y al actor desde una epistemología evolucionista. Dentro de este amplio marco conceptual la intuición es estudiada teniendo en cuenta los paradigmas teóricos de la neuropsicología y la psicología cognitiva.

Cabe destacar además que el tema en cuestión fue considerado dentro de un contexto de aprendizaje. Básicamente, se intentará observar qué incidencia puede tener el factor intuición en la comprensión que tenga un actor, que se está formando, del conflicto central de una situación dramática planteada en un texto teatral. Para ello se trabajó con una muestra no probabilística intencional constituida por diez alumnos de la Licenciatura en Arte Dramático de la Universidad Nacional de Cuyo a quienes se les administró el inventario Millon de Estilos de personalidad. Los alumnos fueron elegidos según un criterio de evaluación. Tanto la elección como la redacción del criterio fueron realizadas por la figura de un Juez que es director de teatro y profesor titular de la cátedra a la que pertenecen los alumnos mencionados.


Palabras clave: Actores, Arte, Intuición
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Psiquiatría general .

Aproximaciones a la temática de la intuición en actores en formación.

Arturo Piracés; Ernesto Longhin.

Facultad de psicología. Universidad del Aconcagua (UDA). Mendoza, República Argentina.

PALABRAS CLAVE: intuición, Arte, Actores.

(KEYWORDS: Intuition, Art, Actors. )

 

Resumen

El tema general de esta investigación consiste en una aproximación a la temática de la intuición en actores que se están formando en la universidad.

Se abordan al arte y al actor desde una epistemología evolucionista. Dentro de este amplio marco conceptual la intuición es estudiada teniendo en cuenta los paradigmas teóricos de la neuropsicología y la psicología cognitiva. Cabe destacar además que el tema en cuestión fue considerado dentro de un contexto de aprendizaje.

Básicamente, se intentará observar qué incidencia puede tener el factor intuición en la comprensión que tenga un actor, que se está formando, del conflicto central de una situación dramática planteada en un texto teatral. Para ello se trabajó con una muestra no probabilística intencional constituida por diez alumnos de la Licenciatura en Arte Dramático de la Universidad Nacional de Cuyo a quienes se les administró el inventario Millon de Estilos de personalidad. Los alumnos fueron elegidos según un criterio de evaluación. Tanto la elección como la redacción del criterio fueron realizadas por la figura de un Juez que es director de teatro y profesor titular de la cátedra a la que pertenecen los alumnos mencionados.

Abstract

This investigation regards university dramatics students’ intuition as a theoretical approach.

Art and actor are viewed from an evolutionary perspective. Intuition is examined under theoretical paradigms of neuropsychology and cognitive psychology. Besides, intuition’s theme is considered in a learning context.

Basically, this work is an attempt to observe the influence degree of intuition factor on university dramatics student’s comprehension of a nuclear conflict inside a dramatic situation present in a theatrical play. Millon Index of Personality Styles was used on an intentional non-probabilistic sample of ten students from dramatics career in Cuyo National University. The students were chosen regarding an evaluation criteria. In methodological terms, a judge made this election and criteria mentioned above. A theater director and professor of these investigation’s students played the judge role.



Introducción

Este trabajo apunta a realizar una aproximación al tema de la intuición en actores que se encuentran en formación. De manera que será abordado en un contexto de aprendizaje como es el de la universidad a la que asisten los estudiantes que participaron de esta investigación.

Se intentará indagar, observar, explorar qué incidencia puede tener el factor intuición en la comprensión que tenga, quien se está formando para ser actor, del conflicto central de una situación dramática planteada en un texto teatral.

Por otra parte, es dable destacar que la consideración de una epistemología evolucionista sirve al propósito de darle un amplio marco conceptual al presente estudio. Asimismo, se incluye dentro de esta perspectiva al arte, al actor y en forma particular a la intuición misma.

Para su tratamiento, la intuición no sólo es enmarcada desde una perspectiva evolucionista, sino que también se consideran los aportes teóricos vinculados a la psicología cognoscitiva y la neuropsicología.

Hablando desde el punto de vista metodológico, se realizó el trabajo de campo con estudiantes del último año de la licenciatura en arte dramático. A ellos se les administró el inventario Millon de Estilos de personalidad. Dicho instrumento no mide específicamente la variable intuición, sino que la ubica como un rasgo de la personalidad; más específicamente es estimada como una actividad cognitiva ligada a fenómenos ambiguos, intangibles y de índole inconciente. A este último respecto, debe mencionarse que en esta tesina se realizan articulaciones entre conocimiento tácito, aprendizaje implícito, memoria implícita y aspectos de la evolución filo y ontogenética del ser humano.


Marco teórico

El actor, en tanto ser humano, y el arte podrían ubicarse dentro de un contexto de miles de años de evolución. “Darwin consideró la belleza del canto y el plumaje del pájaro como resultado, aparentemente, de las presiones de la selección sexual (Darwin, 1874). Siguiendo a Darwin, un número de profesionales le ha prestado atención al arte desde una perspectiva evolucionista (Aiken, 1999). Comenzaron a pensar en el comportamiento como un mecanismo evolucionado tal como lo es un ala o un brazo, una mano o una garra. El comportamiento comenzó a ser entendido como algo tan importante para el organismo como su morfología, y ambos (comportamiento y morfología del organismo) están en interacción. Evidentemente la morfología y el comportamiento evolucionaron juntos, en consecuencia la teoría evolucionista podría aplicarse tanto al comportamiento como a la anatomía animal. ” 1 “Si se considera una perspectiva evolucionista al estudiar el comportamiento, las preguntas que generalmente se realizan son si este comportamiento:

· ¿Es más o menos universal en esta especie?
· ¿Es más bien estereotipado dentro de las especies?
· ¿Aparece sin un entrenamiento especial?

Si la respuesta a estas tres preguntas es sí, entonces se asume que el comportamiento en cuestión:

- Fue probablemente formado por fuerzas evolutivas
- Es heredado
- Tiene un propósito con relación a la supervivencia, bienestar o esfuerzos reproductivos para el individuo. - “ 2

“Ellen Dissayanake propuso que tanto las manifestaciones artísticas como la apreciación del arte son comportamientos humanos universales (Dissayanake, 1988, 1992, 2000). En este sentido:

· Aparecen universalmente en la especie humana
· Requieren de poco pensamiento conciente
· No requieren de ningún entrenamiento para la respuesta emocional inicial

 

· Son relativamente estereotipados en el sentido de que la respuesta emocional es predecible dependiendo de los estímulos que la elicitan.

El arte también se ajusta a estos requisitos, tal como Dissayanake lo puntualiza:

1. El arte aparece universalmente en las sociedades humanas

2. En las sociedades preindustriales, enormes cantidades de tiempo, energía y recursos fueron dedicados al arte.

3. Las artes constituyen generalmente una fuente importante de placer

4. Los niños están naturalmente predispuestos a involucrarse con el arte en términos de moverse al compás de música que oigan, cantar, jugar con palabras, disfrazarse, inventar y actuar historias. Asimismo, las imágenes rudimentarias universalmente dibujadas por los niños son también dibujadas por gente de la prehistoria alrededor del mundo (Aiken, 1998; Fein, 1993).

Consecuentemente, dos comportamientos específicos de la especie humana, la apreciación del arte y la expresión artística, pueden ser considerados comportamientos biológicamente determinados de manera importante, y como tales, pueden ser estudiados como comportamientos que son:

- Evolucionados: es decir genéticamente predispuestos.
- Adaptativos: en términos de que contribuyen al bienestar del individuo. “3

“Si se observa al arte desde una perspectiva evolucionista, el comportamiento artístico es ampliamente observable en las actividades humanas; esto significa que el arte, en una u otra forma, es parte de cada cultura en cada tiempo y lugar. ” 4

“Para un teórico evolucionista, el que un comportamiento tenga valor adaptativo significa que ese comportamiento, actividad, o estructura orgánica es necesario para la supervivencia y/o reproducción del organismo.


Los comportamientos y estructuras orgánicas que son necesarios para la supervivencia y/o reproducción de los organismos que disponen de los mismos tienden a estar ampliamente distribuidos en las especies. Esto significa que la mayoría de los miembros de la especie bajo consideración, están predispuestos a desarrollar ese comportamiento o estructura orgánica. Así como todos los seres humanos poseen corazón, pulmones, caminan erguidos, tienen dedo pulgar, también exhiben comportamiento artístico: cantar, bailar, peinarse, pintarse las uñas, vestirse de acuerdo a la moda, hacer un arreglo floral para la mesa, seleccionar la corbata apropiada a la camisa. Si se adopta una perspectiva evolucionista para pensar acerca de la naturaleza del arte, entonces puede decirse que el arte es útil para nosotros y que el comportamiento artístico probablemente tenga la clave para comprender la naturaleza del arte.

Si una aproximación evolutiva, para examinar la naturaleza del arte, es una aproximación correcta, entonces una función utilitaria debe ser encontrada para las artes. Esto implica que, la realización de actividades artísticas como la apreciación del arte, deben tener un valor adaptativo si el comportamiento artístico es un comportamiento evolucionado necesario para nuestro éxito en la supervivencia y/o reproducción. ” 5 “Dissanayake argumenta que el arte, junto con la religión (en tanto ceremonia ritual), han sido medios para intentar imponer control sobre la naturaleza, y, como tales, han fortalecido la cooperación entre grupos, lo cual benefició a los individuos pertenecientes a esos grupos. La gente en el grupo se beneficia con la seguridad y bienestar de pertenecer a un grupo fuerte y cooperativo (Dissanayake, 1988, 1992, 2000). Los rituales elaborados y los sistemas de creencias proveen seguridad individual y promueven la cooperación y la cohesión en un mundo inseguro. Los seres humanos, entre los animales, están solos frente a su propio destino. Anticipan los peligros que pueden acosarlos. Son animales sociales que necesitan vivir en grupos, pero también el ser humano necesita pensar por sí mismo. El comportamiento artístico ha sido originado en las interacciones entre el niño y su cuidador (Dissanayake, 2000). Los niños tienen la predisposición a interactuar y responder a quienes los cuidan de manera emocional. Los vínculos emocionales, necesarios para el comportamiento cooperativo como animales sociales, dependen de los ritmos y modos implicados en la interacción niño-cuidador: las expresiones faciales normales son magnificadas; los movimientos y frases son rítmicos y pronunciados. De manera que, esta interacción es prerrequisito necesario para el desarrollo normal de los individuos como también de los individuos-en-grupo. Esta interacción que elabora un comportamiento normal y es inyectado con una cualidad emocional, provee las bases de la realización del arte y la apreciación del mismo. " 6

“Existe otra función adaptativa del arte. El arte evoca emociones, y a raíz de que la emoción es evocada por debajo del nivel del pensamiento conciente (de esta manera la emoción puede dirigir el pensamiento y la acción) el arte provee un medio de manipulación de la gente sin que la misma se dé cuenta de que está siendo manipulada (Aiken, 1998). Esta cualidad del arte le permite a los líderes controlar y focalizar al grupo, mientras que los individuos dentro del grupo piensan que lo que ellos están haciendo es lo correcto. El rédito para el líder es un acceso mejorado a la comida, el abrigo y la protección, todo lo cual es lo que un teórico evolucionista podría esperar de un comportamiento evolucionado y adaptativo. Los grupos pueden ser tribus, naciones enteras, fuerzas armadas, equipos deportivos, uniones obreras. El arte, en estos ejemplos, no es generalmente el arte de los museos, sino el flamear de banderas y estandartes como también los desfiles y paradas militares. ” 7


Sería pertinente en este punto dar cuenta de la etimología de la palabra arte. En su origen es un término que alude a lo que se mencionaba acerca de una de las funciones adaptativas del arte y de la religión (se habla aquí de religión en tanto ceremonia ritual) en el sentido de promover la cooperación y la cohesión entre los grupos: “la palabra arte proviene de un antiguo vocablo de origen pre-helénico “artao” que podría llegar a significar “aquello que debe ser juntado, unido” o bien, “algo que une”. De este modo originalmente Arte sería todo aquello que tiende a unificar, a unir partes separadas. En este sentido la palabra Arte está profundamente ligada al “símbolo” ya que éste en su etimología también estaría asociado a “vincular”, “ligar partes separadas”. 8

Respecto al símbolo, es oportuno manifestar algunas nociones que permitirán la siguiente articulación con la intuición y por carácter transitivo la ligazón de ésta con el arte. Precisamente, Millon vincula la intuición con lo intangible; de modo específico este autor dice: “las personas que obtienen un puntaje elevado en intuición:

· prefieren lo simbólico y desconocido a lo concreto y observable
· no rehúyen lo intangible
· disfrutan de las experiencias más misteriosas y las fuentes más especulativas de conocimiento. Lo intangible hace referencia a fenómenos:

Ø carentes de orden intrínsecamente distintivo y de claridad estructural
Ø ambiguos, abstractos, inmateriales, vagos, misteriosos y oscuros
Ø captados por medios inconcientes o a través de indicios sustancialmente débiles.

La preferencia por lo intangible, inestructurado y ambiguo probablemente esté asociado con acciones inspiradas por:

· posibilidades y desafíos.
· pensamientos de carácter abstracto, complejo, simbólico.
· cuestiones que dependen de la novedad, el misterio y la especulación.

Las capacidades de:

Ø manejar abstracciones
Ø trascender lo inmediato y concreto
Ø relacionar y sintetizar la diversidad
Ø representar acontecimientos y procesos mediante símbolos
Ø ponderar, razonar y prever suponen para los organismos, y desde una perspectiva evolucionista, un salto cualitativo en el potencial evolutivo para el cambio y la adaptación.

El procesamiento cognitivo, implícito o intencional, da origen a aptitudes que resultan apropiadas en circunstancias ecológicas radicalmente divergentes, las que, a su vez, pueden haber sido generadas por actos de creatividad simbólica y tecnológica de vasto alcance.

Las abstracciones cognitivas son eficaces para traer el pasado al presente y, gracias a su capacidad de prever, también traen el futuro al presente. Con el pasado y el futuro insertados en el aquí y ahora, los seres humanos pueden abarcar a la vez no sólo la totalidad del cosmos sino también su origen, naturaleza y evolución. ”9 A continuación, y en consonancia con lo que se ha escrito, podría agregarse la teoría cognitivo social de Albert Bandura. Dicha teoría “explica el funcionamiento humano como un modelo de reciprocidad triádica en el que actúan entre sí: Acontecimientos Ambientales, Factores Personales y conducta.


Según esta teoría, la naturaleza humana se define sobre la base de cierto número de capacidades básicas:

· Capacidad Simbolizadora: alude a la capacidad de utilizar símbolos como herramientas, proveyéndole al hombre de un medio poderoso de cambio y adaptación al entorno. -

A través de los símbolos los hombres confieren significado, forma y continuidad a las experiencias vividas.

A diferencia de lo sostenido por Skinner, los individuos no solucionan sus problemas ejecutando varias opciones conductuales (en términos de ensayo y error) y sufriendo las consecuencias de los errores cometidos (alto costo de supervivencia), sino que ensayan de manera simbólica posibles soluciones y las aceptan o rechazan en función de los resultados estimados antes de ponerlos en práctica. -

· Capacidad de Previsión: está arraigada en la capacidad simbólica.

Por medio de ella, las personas se motivan y dirigen sus actos de forma anticipada.

La representación cognitiva de los acontecimientos futuros puede tener un efecto causal sobre las acciones presentes.

· Capacidad Vicaria: la capacidad de aprender por medio de la observación le permite al individuo adquirir las reglas necesarias para generar y regular patrones de conducta sin tener que ir formándolos gradualmente por medio de ensayo y error.

El hombre nace con pocos patrones de comportamiento innatos a diferencia de otras especies, sin embargo posee una capacidad extraordinaria de aprendizaje. Esta plasticidad le permite desarrollar nuevas competencias y capacidades para satisfacer las demandas cambiantes que el ambiente exige a las personas a lo largo de su vida y a la especie a lo largo de su evolución.

En este panorama es difícil imaginar un sistema de transmisión social en el que se enseñe a cada nuevo miembro el lenguaje, el estilo de vida, y la cultura en general únicamente por reforzamiento selectivo de las conductas fortuitas que emita sin la participación de procesos cognitivos que, partiendo de la observación de los modelos, permite adquirir estos procesos culturales.

· Capacidad Autorreguladora: las funciones autorreguladoras se forjan a partir de las influencias externas y algunas veces éstas las mantienen. Gran parte de la conducta de los individuos está motivada y regulada por criterios externos a partir de los cuales se realiza una autoevaluación o automonitoreo de la conducta de acuerdo al grado de discrepancia que estos criterios tengan con los propios personales influyendo sobre su conducta posterior. Sin embargo, esto no contradice el hecho de que por medio de la autoinfluencia se determina en parte el curso de la conducta.


· Capacidad de Autorreflexión: alude a la capacidad de autoconocimiento. Esta le permite al hombre analizar y reflexionar sobre sus experiencias y procesos mentales, alcanzando un conocimiento genérico sobre sí mismo y el mundo que lo rodea, evaluando y modificando sus conductas y pensamientos. Entre los tipos de pensamientos que inciden sobre el comportamiento, según Bandura, no hay ninguno de influencia tan destacada como la opinión que tenga el individuo sobre su capacidad de afrontar de manera eficaz distintas situaciones. Las autopercepciones de eficacia que poseen los individuos determinan, en parte:

- Opciones que toman
- Cantidad de esfuerzo que invierten en las distintas actividades
- Grado de perseverancia ante resultados decepcionantes
- Grado de ansiedad o seguridad en sí mismos frente a una situación. “10

 

Hasta acá puede observarse a la intuición dentro del contexto del arte y, a partir de todas las relaciones establecidas, se articula con las capacidades humanas mencionadas por Millon y Bandura. Todo esto enmarcado en un paradigma evolucionista. Ahora bien, tal como manifestaba Nancy Aiken, comportamiento y morfología evolucionaron juntos a lo cual puede añadirse el concepto de la evolución del conocimiento; es decir, tal y como fue manifestado anteriormente, esta tesina incluye al tema de la intuición dentro de una epistemología evolucionista.

Esta inscribe al conocimiento como producto de la evolución. De manera más específica puede decirse que “esta epistemología comienza con la premisa que los organismos son la ejemplificación del conocimiento que es producido por variación azarosa, selección y retención, esto es, por los mecanismos de la evolución. Los organismos ejemplifican el conocimiento en el hecho que el fenotipo (manifestación externa, somática, del conjunto de caracteres hereditarios, controlados por los genes11) de éstos en si mismo es una solución a los muchos problemas duraderos que enfrentan las especies; como tal, el fenotipo es una corporización del conocimiento. La evolución es un proceso en el cual la información y la visión del ambiente es totalmente incorporada, encarnada en los procesos de supervivencia de los organismos; un ejemplo es que la característica del alimento en los animales omnívoros (el ambiente) ha producido la estructura, el lugar de los dientes para tirar y moler (corporización). Los organismos son una corporización física del conocimiento del ambiente”12. A estas nociones puede agregarse que “la adopción de una epistemología evolucionista puede ser útil al menos en dos aspectos:

1. Permite que el concepto de conocimiento se emancipe de la exclusividad del campo filosófico, proveyendo un marco de referencia biológico donde el conocimiento puede volverse un objeto de estudio que es compatible con las metodologías utilizadas en las disciplinas experimentales y fácticas.

2. Este punto de vista permite definir, de manera diferente, el controvertido problema del “realismo”.

Respecto al problema del realismo hay dos concepciones ligadas al mismo: el realismo ingenuo y el realismo crítico.

Realismo ingenuo: esta es una posición fomentada por la tradición empirista según la cual la realidad existe independientemente del sujeto cognoscente y que ésta realidad puede ser conocida por parte del sujeto a través de las impresiones sensoriales, sin prejuicios o preconceptos. Al respecto puede decirse que aunque el cerebro humano es extremadamente complejo, no tiene y no puede tener acceso a todos los datos del mundo externo: por ejemplo: no informa acerca de la existencia de la luz infrarroja y de muchas otras dimensiones de la realidad para las cuales no se han desarrollado órganos receptores.

No obstante, la información que aporta el cerebro humano probablemente sea bastante confiable y tenga una correspondencia real con el mundo externo (aunque sea en forma reducida y algo distorsionada en comparación con la totalidad de datos que haya potencialmente disponibles).

Así puede verse que el aparato de percepción no puede proveer una reproducción exacta de la realidad externa, sino que más bien da una imagen del mundo que es una versión algo simplificada de la realidad.


En conclusión: bajo la presión de los procesos selectivos específicos, se han desarrollado aquellos patrones perceptuales y cognitivos adaptados al procesamiento de la información relativa a los aspectos específicos de la realidad, que se estiman de inmenso valor para la conservación de las especies.

Realismo crítico o hipotético: según este, las posibilidades efectivas de conocer la realidad “como tal” realmente no existe: cada unidad de conocimiento, lejos de ser una copia del mundo real, siempre debe ser considerada un producto de la interacción entre el sujeto cognoscente y el objeto conocido, ambos igualmente reales (Lorenz, 1973).

Desde este punto de vista, el conocimiento puede adoptar la forma de una serie ininterrumpida de construcciones con las cuales hay un acercamiento gradual a la realidad, descubriendo sus posibilidades y propiedades a través de una serie continua de aproximaciones.

La epistemología evolucionista plantea que la realidad existe independientemente del sujeto cognoscente, y éste es el límite hacia el cual se tiende sin lograrlo.


Aspectos tácitos y explícitos del conocimiento

A partir de los estudios de Polaris en 1968, se pueden distinguir dos aspectos en el conocimiento: el conocimiento tácito que trata de temas al que no alcanza el lenguaje verbal, previos al desarrollo de éste, y el conocimiento explícito que puede expresarse verbalmente.

Desde la perspectiva evolucionista, el hecho de distinguir entre dos clases de conocimiento se da solamente en la especie humana y probablemente esto está conectado al comienzo del lenguaje y a la especialización hemisférica. Al respecto, los trabajos de Roger Sperry aportaron datos muy importantes acerca de la organización funcional del cerebro humano.

Las formas prelógicas de pensamiento, producidas en el largo proceso evolutivo, no se hallan extinguidas ni atrofiadas.

Las formas de conocimiento pre-lógico, que no puede ser verbalizado y que son esencialmente tácitas han aparecido mucho antes en el curso de la evolución, y se puede pensar que tiene raíces mucho más profundas en la estructura filogenética o de la especie.

Puede señalarse la siguiente secuencia de analogías formales si se observa el curso del desarrollo individual:

· El conocimiento tácito es el tipo de conocimiento que aparece primero en el curso del desarrollo individual. Dada la relativa lentitud del crecimiento cognoscitivo, la primera infancia se caracteriza por la presencia de un conocimiento directo e inmediato, para el cual las capacidades de verbalización, reflexión y conciencia son absolutamente secundarios.

· La elaboración progresiva del conocimiento explícito es mucho más gradual; ésta gradualidad se relaciona con la lentitud en el manejo del lenguaje y en su internalización, hasta que la persona sea capaz de usar los conceptos en forma independiente de las situaciones en que se originaron. Sin embargo, y también en el desarrollo individual, el establecimiento gradual de un conocimiento explícito se da en forma paralela a una desligazón progresiva del contexto, por parte del niño, constituyendo el fenómeno del desapego, el apartarse progresivamente de los padres para ir logrando su individualización. “13

Antes de seguir avanzando es conveniente articular lo expresado sobre conocimiento tácito, en tanto conocimiento directo e inmediato, con la intuición. Al respecto, puede manifestarse que “la intuición (etimológicamente: ver dentro) no es una simple conjetura, ni mucho menos un acertijo o intento por ensayo y error. Es intelección inmediata, directa e instantánea de algo no presente, tal como si se lo tuviera a la vista. Es espontánea, íntima, inesperada, intensamente clara y no ocurre por vía del razonamiento. En ella no se tiene conciencia del proceso por el que se llegó a esa conclusión ni de los pasos lógicos implícitos. Debido a esto, es natural que después de la intuición trabaje el pensamiento analítico, lógico y discursivo propio del hemisferio cerebral izquierdo, buscando la prueba formal y la demostración articulada de que las cosas son realmente como se han visto. Puede añadirse que la intuición es un cierto modo de ver la cosa real, un modo de conciencia. Inclusive, la intuición podría ser el camino inconciente del conocimiento.


Lo intuitivo es individual e inagotable, y para algunos de tal trascendencia que se podría decir que sería la evidencia racional la que se moviera en aproximación a la intuición. “14

De manera consistente con lo expresado anteriormente, es pertinente agregar las siguientes consideraciones de Arthur Reber. Este autor comienza postulando el siguiente “axioma acerca de la conciencia: la conciencia es la última en arribar a escena en la evolución. Las funciones cognitivas y perceptuales sofisticadas e inconcientes precedieron a la aparición mencionada por un margen considerable de tiempo”.

Antes de desarrollar varias hipótesis acerca de las funciones cognitivas implícitas y explícitas que pueden derivar de dicho axioma, serán necesarias dos aclaraciones sobre la naturaleza del argumento que será desarrollado.

 

1. Acerca del significado de “conciencia”

Existe la distinción entre conciencia como consistente esencialmente en un “darse cuenta” del mundo externo que no es uno mismo; y conciencia que trae
aparejada un “darse cuenta” de y la capacidad de jugar un rol causal en los trabajos internos de uno mismo (metaconciencia, nota del traductor).

Parece haber poca duda de que la forma de conciencia más antigua que trae aparejada un darse cuenta del ambiente, de sí mismo y de los demás, existió y aún existe en especies primitivas.

De modo similar, hay poca duda de que la última forma de conciencia en aparecer, representada como un conjunto de funciones ejecutivas con roles causales a jugar en la vida mental, encuentre una expresión única en la especie humana (metaconciencia, nota del traductor).

Weiskrantz (1985) sugirió que esta distinción podría ser captada por el hecho de que la última forma de conciencia (metaconciencia) implica el proceso conciente de monitoreo. ”15 Con respecto al proceso de monitoreo, baste recordar lo manifestado en su oportunidad como capacidad autorreguladora en la teoría de Bandura. Arthur Reber sigue diciendo que “el axioma está específicamente destinado a abarcar a esta última variedad de conciencia, aquella referida a la capacidad para autorreferenciarse y para caracterizar y explicar las funciones y acciones de uno mismo.

 

2. Acerca de las prioridades

 

Tradicionalmente el foco en psicología ha sido puesto en la conciencia implicando esto que se trataría con los procesos inconcientes por exclusión o descarte. Solamente si se fallaba en mostrar que un proceso era conciente entonces se podía concluir en que era inconciente. Un vistazo a la historia muestra esta afirmación claramente (Ellenberger, 1970; Erderlyi, 1985). Tal como lo puntualiza Kihlstrom (1990), en sus comienzos la psicología fue distintivamente caracterizada como campo de exploración científica de la conciencia.

Para resumir, las funciones inconcientes, implícitas deben de haber antecedido a las funciones concientes por un período considerable de tiempo. En consecuencia, se debería anticipar que los procesos cognitivos implícitos, en general, y el aprendizaje implícito en particular, despliegan una variedad de propiedades que se diferencian de las formas de funcionamiento mental abiertas, públicas, explícitas y concientes.


Específicamente las características que se hipotetizan sobre los sistemas implícitos son:

· Fortaleza: el aprendizaje y la memoria implícitas deben de ser robustas frente a desórdenes y disfunciones que comprometen al aprendizaje y memoria explícita.

· Independencia respecto a la edad: comparado con el aprendizaje explícito, los procesos de adquisición implícitos deben de mostrar pocos efectos respecto a la edad y el nivel de desarrollo.

· Independencia respecto al coeficiente intelectual: a diferencia de los procesos explícitos, las tareas implícitas deben de mostrar poca concordancia con las medidas de “inteligencia” evaluadas por instrumentos psicométricos estándar tales como los tests de inteligencia comúnmente usados.

· Baja variabilidad: la capacidad de adquirir conocimiento implícitamente debe de mostrar poca variación entre un individuo y otro. Las variaciones de población deben de ser mucho más pequeñas cuando se miden procesos implícitos que cuando se miden procesos explícitos.

· Son procesos en común: los procesos subyacentes al aprendizaje implícito son comunes a todas las especies.

Se debe admitir que de todos los principios enunciados, algunos tienen características especulativas, particularmente en los casos en que se carecen de fundamentos empíricos para sostener los argumentos. Se puede referir entonces que, los principios de independencia respecto a la edad e independencia respecto al coeficiente de inteligencia son los más resbaladizos. Sin embargo, los argumentos adelantados aquí tienen fuertes componentes predictivos y las vinculaciones entre estas proposiciones pueden ser sometidas a prueba.

Por otra parte, de los cinco principios que se hipotetizan, el de fortaleza es aquel en el que existe la base de datos de soporte más amplia y menos ambigua.

FORTALEZA


Si los resultados del aprendizaje implícito y el conocimiento tácito están basados en viejas estructuras y procesos evolutivos, entonces deben de mostrar más estabilidad que los procesos de adquisición y sus productos de la memoria que son encontrados en estructuras y procesos más recientemente evolucionados.

Lo inconciente debe de ser más robusto que lo conciente.

Memoria implícita

Se refiere a la memoria para información que una vez adquirida se puede manifestar teniendo efecto en el comportamiento pero que no se puede recuperar de manera conciente.

Se seleccionan aquí los descubrimientos que más sugieren el modelo evolucionista.

Las memorias implícitas pueden ser creadas en sujetos normales en condiciones de laboratorio presentándoles material de manera que el mismo quede fuera de su conciencia. Técnicas estandarizadas incluyen el uso de la presentación visual, rápida y enmascarada de los estímulos tal como se empleó en investigaciones hechas por Kunst-Wilson & Zajonc, 1980; Marcel, 1983; tareas duales en las que la información importante es presentada por un canal que no es atendido (Corteen & Wood, 1972); e investigaciones en las que los estímulos son presentados en la periferia del campo visual donde la agudeza visual es pobre.

A pesar de que hay considerable controversia en torno de estos descubrimientos, es claro que las memorias despliegan sus efectos más tarde en el comportamiento a pesar de que no pueden recuperarse. En una reciente revisión de la literatura, Greenwald (1992) concluye que muchos de los paradigmas que han sido usados para explorar el funcionamiento cognitivo y perceptual inconciente han producido datos de soporte.

La extensa literatura sobre funciones cognitivas implícitas y explícitas en varias poblaciones especiales con desórdenes neurológicos, psicológicos y farmacológicos, sostiene la disociación general de la función cognitiva bajo dos formas: una que es implícita, no reflexiva, inconciente; y la otra que es explícita, reflexiva, que puede ser puesta en palabras, es decir conciente.

Ambas categorías pueden ser también disociables a través de la línea filogenética, siendo el sistema implícito, evolutivamente más viejo, el que muestra la mayor resistencia al daño. “16

Por su parte, otro autor define a la memoria implícita en términos de “recuerdos implícitos: se encuentran fuera de la conciencia (Roediger, 1990). Es decir, existe un recuerdo o registro de experiencias pasadas del cual el individuo no puede percatarse. No obstante, los recuerdos implícitos, como saber inconcientemente el lugar de las letras en una máquina de escribir, influyen en gran medida en el comportamiento (Bower, 1990; Schacter, 1996). A su vez estos recuerdos se relacionan con la memoria procedimental o memoria de destrezas que hace referencia a recuerdos que pueden expresarse por completo únicamente como acciones; es el recuerdo de habilidades tales como la mecanografía o el balanceo de un palo de golf.

Esta memoria incluye respuestas condicionadas básicas y acciones aprendidas.


Probablemente los recuerdos de habilidades se registren en áreas “inferiores” del encéfalo, en especial en el cerebelo (Squire y cols. , 1993).

Los recuerdos de habilidades representan los elementos “automáticos” más básicos del aprendizaje y la memoria (Thompson, 1991). ”17 Como contraparte, este autor habla de “recuerdos explícitos que aluden a experiencias pasadas que se recuerdan concientemente. El recuerdo (reproducir hechos o información), el reconocimiento (identificar correctamente material aprendido antes) y las pruebas que se rinden académicamente se basan en recuerdos explícitos. Dentro de estos recuerdos se halla la memoria declarativa que se relaciona con el recuerdo de información objetiva específica, como nombres, caras, palabras, fechas e ideas. “18

Retomando a Arthur Reber, el mismo se refiere a continuación, y dentro del principio de fortaleza, al aprendizaje implícito. Vale recordar aquí que lo inherente al aprendizaje es pertinente en tanto y en cuanto la intuición ha sido estudiada dentro de un contexto de aprendizaje. Observado esto, puede manifestarse que: ”a medida que la investigación evolucionó, el aprendizaje implícito comenzó a ser visto como un proceso de adquisición de información.

Para mediados de los 70 el aprendizaje implícito fue caracterizado como un proceso en el que información compleja acerca de cualquier estímulo ambiental podría ser adquirida independientemente de la conciencia de los sujetos, es decir independientemente de que se dieran cuenta del proceso de adquisición o de tener conciencia de la base de conocimiento últimamente adquirido.

En este contexto de búsqueda e investigación hubo un redescubrimiento de lo no racional: el punto de vista general, dentro de las primeras décadas del naciente campo de la psicología cognitiva, era que los humanos son racionales, lógicos y que realizan conclusiones y toman decisiones basados en patrones coherentes de reflexión y análisis. Sin embargo, durante la década del 70, comenzó a ser cada vez más evidente que la gente no resuelve problemas, toma decisiones, o realiza conclusiones utilizando procedimientos racionales y concientes que más o menos asumía que usaba. En cierto modo, la gente aparecía como a-racional. El descubrimiento importante fue que los elementos racionales y lógicos estaban a menudo ausentes cuando la gente era observada realizando elecciones y resolviendo problemas de complejidad. Ocurría que las decisiones estaban siendo tomadas sobre la base de procesos que simplemente fallaban al ser considerados por elementos racionales. Lo que es más, la gente a menudo parecía no saber lo que sabía o qué información era aquella en la que se basaban para resolver problemas o tomar decisiones.

En una serie de estudios relacionados, Ellen Langer y sus colegas de la Universidad de Harvard, demostraron que frecuentemente la gente funcionaba de manera “inconciente” (Langer, 1978; Langer, Blank, & Chanowitz, 1978). En situaciones en las que la gente parecía actuar de acuerdo a un conocimiento explícito y concientemente desarrollado, en realidad estaba actuando sobre la base de sistemas de conocimiento implícito acerca de los cuales tenían poca o ninguna conciencia.

Con el desarrollo de investigaciones provenientes de áreas más cercanas a la tradición experimental, las nociones de aprendizaje implícito y conocimiento tácito se fueron abriendo paso dentro del pensamiento de la psicología cognitiva.

Probablemente, estimulados por el creciente interés en el conocimiento implícito, investigadores de diversas áreas comenzaron a examinar el fenómeno del aprendizaje implícito dentro de un amplio y creciente rango de condiciones experimentales.

 

Lewicki y sus colegas de la Universidad de Varsovia y más tarde en la Universidad de Tulsa, trabajando desde el punto de vista de la psicología social y la teoría de la personalidad, descubrieron la adquisición implícita de formas extremadamente complejas de información en experimentos situados en un rango que iba desde estudios de la percepción ligada a las localizaciones espaciales de los estímulos (Lewicki, Czyzewska, & Hoffman, 1987; Lewicki, Hill, & Bizot, 1988; Nissen & Bullemer, 1987; Stadler, 1989) al procesamiento de información social y características de personalidad (Lewicki, 1986), incluyendo también el desarrollo de prejuicios autoperpetuantes en la codificación de información acerca de situaciones sociales y las características de personalidad de determinadas personas (Lewicki, Hill, & Sasaki, 1989).

Para mediados del siglo 19, era bien sabido que muchos procesos perceptuales complejos eran dependientes de operaciones que yacían fuera de la conciencia. Helmholtz fue quien sostuvo esta posición con efectividad (Helmholtz, 1867). Los argumentos de Helmholtz, como los sostenidos por Carpenter (1874), Hering (1920), y Ebbinghaus (1885), fueron suficientemente fuertes para sostener la existencia de procesos inconcientes.

Después de un espacio de décadas, la relevancia de estas variedades de procesos inconcientes de codificación de información se tornó evidente con el desarrollo del interés en problemas relacionados con la automaticidad del conocimiento. El interés en la automaticidad creció con el trabajo de Hasher y Zacks y sus colegas quienes demostraron que las operaciones tales como, el codificar la frecuencia en que ocurren los eventos y la localización de los objetos en el ambiente tenía lugar automáticamente sin tomar conciencia del proceso de codificación. Esta posición tiene un componente evolutivo en el sentido de que las funciones altamente automatizadas, tales como el codificar la frecuencia en que ocurren los eventos o tomar conocimiento de las localizaciones de los mismos, deben de haber jugado un rol de importancia en la supervivencia de los primitivos organismos que los poseyeron. Hasher y Zacks también argumentaron que este proceso de codificación era un proceso cognitivo fundamental y primitivo, y que como tal, no era afectado por variables tales como edad, nivel de desarrollo, coeficiente intelectual y estado afectivo, las cuales normalmente tienen impacto considerable en el procesamiento cognitivo.

Los procesos automáticos son ejemplos clásicos de las acciones de sistemas implícitos; dichos procesos yacen fuera de la conciencia y del control conciente; éstos están “comprometidos” en los eventos ambientales y no lo están en las intenciones; además son altamente eficientes en el sentido de que ellos requieren pocos recursos atencionales. De manera significativa, los mismos permanecen independientes de factores que tienen impacto significativo en los procesos de codificación que involucran la reflexión y la conciencia. ”19

Lo observado en torno a las funciones automatizadas, tales como la codificación de la frecuencia y localización espacial de los eventos ambientales, y su importancia para la supervivencia de las especies que cuentan con las mismas, como es el caso de la especie humana, podría ser unido a tres cuestiones. La primera tiene que ver con una de las funciones adaptativas del arte. Al respecto vale la pena reescribir, en orden de lograr precisión conceptual, lo que fuera la cita número 6: “Dissanayake argumenta que el arte, junto con la religión (en tanto ceremonia ritual), han sido medios para intentar imponer control sobre la naturaleza. . . Los rituales elaborados y los sistemas de creencias proveen seguridad individual y promueven la cooperación y la cohesión en un mundo inseguro. Los seres humanos, entre los animales, están solos frente a su propio destino. Anticipan los peligros que pueden acosarlos. Son animales sociales que necesitan vivir en grupos, pero también el ser humano necesita pensar por sí mismo. ” Con esto se apunta a ver la probable relación que existe entre la intuición y esta función adaptativa, toda vez que la intuición se asocia al conocimiento tácito y dentro del mismo se está estudiando lo inherente a funciones automatizadas.


La segunda cuestión, de algún modo se vislumbra en la anterior cita cuando se habla de la “anticipación del peligro” y de la “necesidad de pensar por sí mismo”. En definitiva se está haciendo alusión a las capacidades que, según Bandura, posee el ser humano. De modo específico, se hace referencia a las capacidades simbolizadora y de previsión. La primera capacidad “le provee al hombre un medio poderoso de cambio y adaptación al entorno”, y no sólo eso, sino que también los símbolos les permiten a los hombres conferir significado, forma y continuidad a las experiencias vividas.

La segunda, “arraigada en la capacidad simbólica” le permite al hombre anticipar los peligros. La posibilidad que tiene el hombre de darle continuidad a las experiencias vividas a través de la capacidad simbólica tiene una importante ligazón con lo que es su personalidad ya que a la misma se la define como “patrones de comportamiento únicos y relativamente estables de una persona”20 Asimismo, puede añadirse otra definición de la personalidad de modo pertinente a lo que se está hablando sobre la adaptación. Millon define personalidad como ”el estilo más o menos distintivo de funcionamiento adaptativo que un miembro determinado de una especie muestra al relacionarse con su gama típica de hábitat o ambientes. ”21 Es decir, que la intuición a través del símbolo se vincula al arte (tal como se leyera oportunamente, en la cita número 8, acerca de la etimología del término arte) y también a la personalidad. Esta última relación es de valor puesto que el instrumento utilizado en la investigación de campo, el MIPS, ubica a la intuición como variable rasgo de la personalidad.

Por último, la tercer cosa ligada a las funciones automatizadas, tiene que ver con la necesidad de regularidad: “desde el punto de vista evolucionista, todo organismo, incluyendo al ser humano, posee disposiciones innatas. Entre éstas disposiciones, la más importante es la necesidad de regularidad. El organismo está provisto de un aparato de percepción relacionado con la capacidad de seleccionar regularidades del mundo externo. Todo organismo tiene reacciones o respuestas innatas. Estas respuestas pueden ser descriptas como “expectativas”, sin implicar que éstas sean concientes. El niño recién nacido espera ser alimentado, y en vista de la estrecha relación entre expectativa y conocimiento, se puede hablar de conocimiento innato. La expectativa de regularidad está conectada a la propensión innata a buscar regularidades. -“22

Luego de la vasta argumentación incluida dentro de una de las cinco características que fueron hipotetizadas para los sistemas cognitivos implícitos, se prosigue con las restantes según Arthur Reber:

 

INDEPENDENCIA RESPECTO DE LA EDAD

El argumento más simple para sostener este principio es más obvio: los niños adquieren cantidades impresionantes de información acerca de sus ámbitos físicos, sociales, culturales y lingüísticos en la más temprana edad y lo hacen de manera independiente respecto de los intentos concientes de adquirir esa información y sin mucho de conocimiento conciente acerca de lo que han aprendido.

Se debe tener en cuenta que no hay como el soporte empírico que se ha encontrado para el principio de fortaleza. En términos generales, los procesos cognitivos implícitos no han estado en el foco de los programas de investigación sistemática en psicología del desarrollo.


El trabajo en este campo en particular es tradicionalmente llevado a cabo sin tener en cuenta las clases de temas que la teoría del aprendizaje implícito ha desplegado. Existen solo unos pocos programas de investigación que proporcionan lo que podría ser visto como evidencia “semidirecta” para este principio hipotetizado en particular.

Cabe agregar que hay buenas razones para sospechar que, muchos de los problemas espinosos que aparecen en la teoría vinculada a la instrucción y muchos de los problemas prácticos que emergen en la práctica pedagógica, son el resultado de una falla en distinguir lo implícito de lo explícito.

Gran parte de la educación formal es manejada como si la adquisición de conocimiento complejo fuera un proceso explícito, conciente, a pesar del hecho de saber que mucho del conocimiento de importancia que el niño trae al ámbito educacional fue adquirido implícitamente.

INDEPENDENCIA RESPECTO AL COEFICIENTE INTELECTUAL

Sternberg argumenta que, la gente es a menudo más exitosa en condiciones de ambiente real que lo que se esperaría si se tomaran solo en cuenta los puntajes de coeficiente intelectual de tests estandarizados de inteligencia que primariamente muestran habilidades concientes y factibles de ser observadas.

Muchos estudios dan soporte a este punto de vista. Ceci y Liker (1986b), y Wagner y Sternberg (1985, 1986) reportaron casos en los que hay poca relación entre los puntajes de tests de inteligencia estandarizados y las habilidades para desempeñarse en condiciones reales complejas. Estas se sitúan en un rango que va desde, el handicap obtenido en una carrera de caballos, hasta el uso efectivo del conocimiento tácito que la gente generalmente realiza en el trabajo.

Una vez más, el punto importante aquí no es que las tareas implícitas no muestren concordancias con tareas explícitas o con el coeficiente intelectual, sino que las tareas implícitas son diferentes de manera importante respecto de las explícitas, y que estas diferencias pueden ser vistas en un contexto evolutivo.

BAJA VARIABILIDAD

Si los sistemas implícitos son evolutivamente más viejos, entonces deberían de mostrar mayor estabilidad que los sistemas explícitos más recientemente evolucionados.

Se debe admitir que la base de datos aquí es un poco pobre. La razón por la que se carece de investigación en el tema de la variabilidad es simple: ningún otro modelo de sistemas cognitivos implícitos la predice, de manera que no ha habido entonces motivación para explorar este tema.


SON PROCESOS EN COMÚN

Este tema ha sido el producto principal de la psicología animal, la psicología comparada, y la etología durante cien años.

La proposición es que los procesos subyacentes al aprendizaje implícito son comunes a todas las especies.

Subyace aquí el proceso de detección de contingencias.

Los organismos aprenden a sacar ventaja de la función que emerge cuando algunos eventos ambientales están asociados de manera contingente a otros eventos. Es decir que, los organismos adquieren poder estadístico predictivo a medida que algunos estímulos ambientales ocurren a continuación de la manifestación de otros estímulos.

El análisis filogenético revela que con el crecimiento de la sofisticación neurológica, los organismos adquieren la capacidad de detectar cada vez más y más contingencias sutiles.

Los seres humanos son capaces de detectar, respecto de otras especies, muchas más contingencias estadísticas sutiles que involucran muchos estímulos y propiedades ambientales. O bien, si se prefiere otra terminología, los humanos son capaces de aprender “reglas”.

El aprendizaje implícito es un proceso primitivo con una larga historia evolutiva, y no hay motivos para pensar que se ha perdido durante la evolución. “23


Cerebro Humano: dos hemisferios, una historia

Antes de iniciar el recorrido histórico en torno de las investigaciones vinculadas al cerebro humano, en particular de aquellas referidas a los hemisferios del mismo, conviene precisar que dicho recorrido se realiza en el marco de las aportaciones de las neurociencias, y que dicho término alude al “conjunto de disciplinas dedicadas a explorar el sistema nervioso que abarca desde la neuropsicología y la neurofisiología, hasta la neuroanatomía y la neuroquímica. Uno de los exponentes más destacados fue el neuropsicólogo Ro

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