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Asesoramiento psicológico en Internet: Valoración crítica.

Fecha Publicación: 01/03/2008
Autor/autores: David Puchol Esparza

RESUMEN

El final de la década de los años 90 supuso la aparición de los primeros trabajos que destacaban la utilidad de Internet como herramienta potencialmente eficaz de intervención frente a una serie de trastornos clínicos. Desde ese preciso momento el número de estudios publicados ha sido muy significativo, precisando por una parte los resultados alcanzados en un primer momento y ampliando, por otra parte, el foco de interés hacia una mayor variedad de ámbitos.

Tras una década de experiencia práctica, resultados prometedores y controversias frecuentes resulta posible alcanzar algunas conclusiones que, si bien están lejos de poder se consideradas como definitivas, si nos permiten obtener una imagen mucho más ajustada a la inicialmente planteada por aquellos trabajos pioneros, alejándonos además de los estereotipos fomentados por las críticas y los no pocos recelos (comprensibles por otra parte) que se han generado a su alrededor desde entonces.

El análisis comparativo con los modelos psicoterapéuticos tradicionales, la naturaleza de la comunicación establecida, los medios técnicos empleados, las estrategias más viables, los roles asumidos durante el proceso, los ámbitos más idóneos para su aplicación o la regulación aparentemente imposible de su práctica profesional son algunos de los ejes esenciales sobre los que se articula el presente trabajo que tiene, como finalidad última, ofrecer una aproximación crítica a las posibilidades (y limitaciones) que este innovador recurso nos ofrece en la actualidad.


Palabras clave: Asesoramiento psicológico, Internet, Terapia online
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Psiquiatría general .

Asesoramiento psicológico en Internet: Valoración crítica.

David Puchol Esparza.

PALABRAS CLAVE: Asesoramiento Psicológico, terapia Online, Internet.

Resumen

El final de la década de los años 90 supuso la aparición de los primeros trabajos que destacaban la utilidad de Internet como herramienta potencialmente eficaz de intervención frente a una serie de trastornos clínicos. Desde ese preciso momento el número de estudios publicados ha sido muy significativo, precisando por una parte los resultados alcanzados en un primer momento y ampliando, por otra parte, el foco de interés hacia una mayor variedad de ámbitos. Tras una década de experiencia práctica, resultados prometedores y controversias frecuentes resulta posible alcanzar algunas conclusiones que, si bien están lejos de poder se consideradas como definitivas, si nos permiten obtener una imagen mucho más ajustada a la inicialmente planteada por aquellos trabajos pioneros, alejándonos además de los estereotipos fomentados por las críticas y los no pocos recelos (comprensibles por otra parte) que se han generado a su alrededor desde entonces. El análisis comparativo con los modelos psicoterapéuticos tradicionales, la naturaleza de la comunicación establecida, los medios técnicos empleados, las estrategias más viables, los roles asumidos durante el proceso, los ámbitos más idóneos para su aplicación o la regulación aparentemente imposible de su práctica profesional son algunos de los ejes esenciales sobre los que se articula el presente trabajo que tiene, como finalidad última, ofrecer una aproximación crítica a las posibilidades (y limitaciones) que este innovador recurso nos ofrece en la actualidad.

Introducción

De forma proporcional a la progresiva mejora en la ‘infraestructura’ tecnológica que realmente posibilita un acceso a Internet eficiente y con unos razonables costes económicos de cada vez mayores sectores sociales los propios profesionales de la salud (conscientes del empuje de este fenómeno) han comenzado a mostrarse más motivados por explorar las posibilidades que este nuevo medio podría ofrecer, más allá incluso del acceso a la información, la formación o el intercambio de ideas. En este sentido, hemos sido testigos de los tímidos inicios de una novedosa modalidad de intervención plagada de interrogantes y desafíos pero también de enormes posibilidades. . . el Asesoramiento Psicológico en Internet.

El Asesoramiento en Internet, en el ámbito de la salud mental, bien como forma principal de intervención o bien como herramienta auxiliar de la propia psicoterapia tradicional, implica la utilización de los medios tecnológicos de los que actualmente dispone Internet para promover una comunicación simultánea (videoconferencia-chat-teléfono) o diferida en el tiempo (correo electrónico) entre un profesional y un individuo (o grupo de individuos) con el fin último de contribuir (a través del asesoramiento, la información y la orientación especializada) a la resolución eficiente de una serie de problemas y/o aspectos vitales, no necesariamente de una naturaleza clínica o psicopatológica…aspecto este último clave y que constituye una de sus principales señas de identidad.

La reciente introducción de este tipo de modalidades de intervención en el ámbito de la salud mental (en su más amplio sentido) junto a la ausencia de un marco legal y administrativo homogéneo y explícito que regule la práctica profesional basada en este tipo de modalidades de actuación ha favorecido enormemente que no siempre se tenga una imagen ‘clara’ o excesivamente ajustada de los rasgos que definen realmente a lo que conocemos hoy en día por Asesoramiento Psicológico en Internet.

Por otra parte, y de una forma prácticamente paralela, el ámbito de la salud en general ha sido igualmente testigo de la eclosión de nuevas formas de intervención, tanto desde el punto de vista preventivo como terapéutico, que utilizan Internet como una estrategia fundamental de intervención.

La toma de conciencia (a lo largo de estos últimos años) de la importancia de los factores relacionados con el propio estilo de vida en la aparición (o no) de determinadas enfermedades, el impacto de las enfermedades crónicas sobre la población así como el reconocimiento de la influencia de los factores psicosociales en la prevención y tratamiento de una amplia variedad de trastornos ´físicos´ha facilitado enormemente la introducción del asesoramiento a través de Internet como una vía potencialmente útil de actuación frente a una variedad de trastornos y problemas médicos.


Claves, ámbitos y dimensiones críticas

Nos encontramos, por tanto, ante un ámbito de actuación notablemente amplio y no siempre fácil de definir con precisión, teniendo en cuenta la relativa novedad en cuanto a su empleo, la variedad de ámbitos de actuación potenciales, la diversidad de profesionales implicados en su aplicación, los múltiples tipos de destinatarios potenciales y (especialmente) la naturaleza del medio en el que se aplica…complejo, en ocasiones caótico y cambiante como pocos.  

A lo largo de los próximos apartados son analizadas diez dimensiones fundamentales que nos van a permitir delimitar los rasgos esenciales de este modelo de intervención y que, en mi opinión, van a resultar más críticas a la hora de determinar su futuro más inmediato. Unas perspectivas que pasan por consolidar los prometedores resultados iniciales frente a una variedad de trastornos, superando (al mismo tiempo) las controversias y limitaciones que han salido a la superficie tras la primera década de experiencia práctica en contextos clínicos.

01. -El Papel de los Modelos Psicoterapéuticos Tradicionales.

02. -Las Exigencias de adaptación y Especialización.

03. -Los Ambitos Específicos de actuación.

04. -Las Estrategias y Procedimientos de Intervención.

05. -Las Barreras Geográficas, Culturales y Administrativas.

06. -El Afrontamiento Eficaz de las Situaciones Críticas.

07. -La Naturaleza y Profundidad de la comunicación terapéutica.

08. -El rol del Profesional Durante la Intervención.

09. -Los Niveles de Seguridad y confidencialidad.

10. -La Regulación, Homologación y Control de la Práctica Profesional.

 

Veamos a continuación cada uno de ellas de forma específica. . .

 

01. -El Papel de los Modelos Psicoterapéuticos Tradicionales

En no pocas ocasiones, bien por un puro desconocimiento de este medio de comunicación (ignorancia e inmovilismo a partes iguales) o bien por el más puro sensacionalismo (ámbitos comerciales muy interesados en promover una nueva moda) se ha tendido a ‘equiparar’ la psicoterapia con el Asesoramiento Psicológico en Internet (Terapia Online)

En los momentos iniciales de desarrollo, se habría llegado a afirmar desde algunos sectores que la terapia Online (en el mejor de los casos) es equiparable a la psicoterapia en eficacia o (en el peor de los casos) que acabaría ‘sustituyendo’ definitivamente a los planteamientos más clásicos o tradicionales en el diagnóstico y el abordaje de los trastornos mentales desde un enfoque psicológico.

Sin embargo la realidad clínica dista mucho de estas distorsionadas e interesadas opiniones. La terapia Online no sería (en absoluto) ‘sinónimo’ de la psicoterapia clásica ni tampoco debería compararse a ésta en términos de eficacia y/o utilidad. La terapia Online es una forma de intervención que ha mostrado una razonable eficacia en la resolución de aspectos puntuales relacionados con problemas, dificultades o situaciones concretas de la vida de una persona, no necesariamente de carácter psicopatológico.

La terapia Online también constituiría un excelente ‘medio’ con el que promover información actualizada sobre diversos aspectos relacionados con la salud mental así como reducir las barreras que dificultan el acceso a información y/o servicios especializados a todas aquellas personas que (por diversas circunstancias) de otra forma no tendrían acceso real a los mismos.

La terapia Online (al menos en su filosofía original) resultaría muy similar a lo que se conoce genéricamente como ‘Coaching’ o ‘Life Coaching’, movimiento notablemente popular en Estados Unidos entre algunos sectores de la población que se encuentra basado en la resolución de problemas concretos, el favorecimiento de un máximo desarrollo personal, el asesoramiento psicológico personalizado y el entrenamiento sistemático en nuevas habilidades y/o recursos vitales. . . aunque con la flexibilidad y la interactividad que proporciona el uso de las nuevas tecnologías.  

Sólo en fechas muy recientes la terapia Online comienza a ser sistemáticamente estudiada como una vía de tratamiento en alteraciones psicopatológicas específicas y deberemos esperar a un futuro próximo para extraer conclusiones definitivas en relación a sus potencial utilidad en estos ámbitos. Si bien los resultados obtenidos hasta el momento en contextos clínicos resultan bastante prometedores en ningún caso resulta justificable afirmar que se trata de un modelo de intervención capaz de ‘sustituir’ a los modelos psicoterapéuticos más tradicionales, al menos no por el momento.


02. -Las Exigencias de adaptación y Especialización

En estrecha relación con el apartado anterior, algunos clínicos consideran al Asesoramiento en Internet como una forma ‘simplificada’ o ‘sencilla’ de la propia psicoterapia tradicional, muchos menos exigente desde un punto de vista personal y profesional o (en otros casos) tiende a ser interpretado como una forma relativamente simple de obtener beneficios económicos extra aprovechando el impulso de las nuevas modas y tendencias sociales.  

Partiendo de estas premisas, la simple ‘adaptación’ más o menos elaborada de las técnicas, modelos y principios de intervención tradicionales sería suficiente para obtener progresos terapéuticos significativos.

Sin embargo, cuando estos profesionales deciden al fin iniciar su ‘Consulta Online’ comienzan a ser conscientes de que las cosas no son tan simples y sencillas como parecían en un principio. . . sus habilidades terapéuticas tradicionales ejercen un (muy) escaso impacto en los entornos virtuales. Así por ejemplo el concepto de ‘relación terapéutica’ comienza a adquirir un nuevo ‘significado’ y las técnicas clásicas para promoverla deben ser urgente y críticamente revisadas.

La formación específica en aquellas habilidades concretas específicamente vinculadas a un entorno virtual (formación en nuevas tecnologías, escritura emocional, utilización de múltiples entornos, cuestiones deontológicas, medidas de seguridad. . . . . ) comienza a ser una realidad en países como Estados Unidos, formando ya parte de los programas de formación de postgrado especializados en Asesoramiento Online o bien como algunos modulos específicos incluídos en los programas de doctorado en psicología Clínica de las principales Universidades, conscientes cada vez en mayor medida que la terapia Online constituye un ámbito de intervención con entidad propia, que va mucho más allá de la adaptación ‘mecánica’ de los principios, técnicas, procedimientos y/o recursos que ofrece la psicoterapia más tradicional.

 

03. -Los Ambitos Específicos de Actuación

Tal y como señalé en el primer apartado el origen y desarrollo inicial del Asesoramiento en Internet se encuentra bastante mediatizado por ámbitos no estrictamente psicoterapéuticos o psicopatológicos. Sin embargo (a lo largo de los últimos años) comienzan a hacerse ‘visibles’ en la literatura especializada los resultados obtenidos tras la aplicación de esta modalidad de intervención para el tratamiento de cuadros psicopatológicos, además de observarse mucho mayor ‘interés’ por parte de las escuelas psicoterapéuticas convencionales en tratar de incorporar esta herramienta de intervención en sus prácticas habituales como estrategia de apoyo y consolidación de los procesos de cambio iniciados en la propia consulta.

Los ejemplos son múltiples e incluyen cuadros clínicos de muy diferente naturaleza como el duelo (Dyer y Thompson, 2000), los miedos especificos (Botella y cols. , 2000), la bulimia nerviosa (Robinson y Serfaty, 2001), el tabaquismo (Feil y cols. , 2003), el alcoholismo (Toll y cols. , 2003), el trastorno de pánico (Carlbring y cols. , 2003), la agorafobia (Alcañiz y cols. , 2003), los trastornos de la alimentación (Grunwald y Busse, 2003), los trastornos de ansiedad (Kenardy y cols. , 2003), los problemas adictivos (Griffiths, 2005), la demencia (Beauchamp y cols. , 2005), el estrés traumático (Hirai y Clum, 2005), la depresión (Spek y cols. , 2007), las fobias sociales (Carlbring y cols. , 2007) o el suicidio (Gilat y Shahar, 2007).

Si bien (a priori) la aplicación de procesos terapéuticos a través de Internet no debería estar mediatizada o limitada por una determinada escuela psicoterapéutica de referencia lo cierto es que ciertos paradigmas teórico-prácticos (como el cognitivo-conductual) se han mostrado especialmente ‘predispuestos’ a la integración y a la utilización con fines terapéuticos de este tipo de herramientas de intervención (Andersson y Carlbring, 2003; Manchanda y McLaren, 1998 ; Reily, 1999).

Algunas claves y rasgos muy concretos (especialmente característicos) de este paradigma de intervención en el terreno de la psicoterapia parecerían particularmente relevantes para entender la tendencia observada en la mayor parte de los trabajos publicados recientemente a emplear sistemáticamente referentes y estrategias de un claro corte cognitivo-conductual:

• El énfasis otorgado por este modelo a las técnicas de carácter psicoeducativo.

• La priorización de la dimensión lógica y racional del proceso terapéutico.

• La estructuración de las estrategias específicas de evaluación e intervención.

• El empleo sistemático y generalizado de tareas terapéuticas entre sesiones.

• El carácter dinámico, centrado en el presente y orientado a la solución de problemas.

• El fomento del rol activo, participativo e independiente del cliente durante el proceso.

Por otra parte, y en el marco más amplio de la salud en general, la importancia atribuida a los modelos de tratamiento ‘integrales’, el énfasis en las variables psicosociales, la optimización de los recursos disponibles, la influencia de los equipos multidisciplinares asi como la importancia de los enfoques preventivos y promotores de la salud habrían contado con Internet como una herramienta privilegiada de trabajo y habrían facilitado igualmente la inclusión (y la aceptación) de este tipo de estrategias en la literatura médica especializada.

Los ejemplos son igualmente variados e incluyen trastornos ‘físicos’ como el dolor de espalda (Buhrman y cols. , 2004), el insomnio (Strom y cols. , 2004), los cuidados paliativos (Bensink y cols. , 2004), la promoción de la salud (Evers, 2006), la obesidad (Liou y cols. , 2006), el SIDA (Kalichman y cols. , 2006), el síndrome de fatiga crónica (McCue y cols. , 2006), los trastornos cardiovasculares (Wu y cols. , 2006), el afrontamiento del dolor crónico y el burnout (Brattberg, 2006), el cancer (Buzaglo y cols. , 2007) o la diabetes (Gerber y cols. , 2007) por citar algunas de las referencias recientes más destacables.

En este sentido las posibilidades que ofrece el Asesoramiento Psicológico en Internet son muy relevantes y entre las que parecen haber logrado un mayor grado de consenso en relación a su eficacia y utilidad se encuentran las siguientes :

• El acceso a información de calidad relacionada con el manejo de la enfermedad.

• La resolución de dudas y consultas puntuales en relación a las opciones de tratamiento.

• El entrenamiento para el control de variables psicosociales relevantes como el estrés.

• El seguimiento terapéutico continuo y la optimización del cumplimiento terapéutico.

• La mejora de los procesos y las posibilidades de comunicación profesional-paciente.

• La priorización del rol activo del individuo en la prevención/afrontamiento de la enfermedad.

• La potenciación y promoción de los hábitos de vida saludables.

• El acceso a recursos de apoyo, presenciales o virtuales, como los grupos de apoyo.

Aunque hoy por hoy no puede afirmarse que Internet sea la estrategia fundamental de intervención o que ha conseguido poner en cuestión los modelos de actuación dominantes sí que habría logrado ya convertirse en un eficaz recurso de apoyo frente a una amplia variedad de cuadros clínicos (Anderson y cols. , 2003 ; Evers y cols. , 2005 ; Kerr y cols. , 2006 ; Korp, 2006 ; Strecher, 2007 ; Valimaki y cols. , 2007 ; Wald y cols. , 2007).


04. -Las Estrategias y Procedimientos de Intervención

Para muchas personas el conocimiento directo que tienen de la red se basaría en el uso del correo electrónico y/o la participación ocasional en chats. La eliminación masiva y diaria de los mensajes indeseados (e indeseables) o tratar de esquivar, con más o menos éxito, el ataque de centenares de virus no contribuyen precisamente a ofrecer una ‘buena imagen’ del correo electrónico. Participar en chats caóticos, plagados de conversaciones superficiales con la finalidad última de ‘pasar el rato’, tampoco permitiría vislumbrar el potencial terapéutico de este tipo de medios.

Lo cierto es que, aunque en el Asesoramiento Online se utilizan este tipo de herramientas para la comunicación con el cliente, en nada tiene que ver con el ‘empleo’ que de ellos se hace habitualmente y que contribuye al recelo que despierta entre una gran parte de los propios profesionales la posibilidad de que éstos puedan resultar de interés desde un punto de vista preventivo o terapéutico.

Probablemente la visión más simplista de lo que entendemos por Asesoramiento Psicológico en Internet tiende a considerar que éste consistiría fundamentalmente en la realización de chats (más o menos periódicos) con el cliente o un grupo de clientes ‘complementados’ con el intercambio sistemático de diversos correos electrónicos (más o menos extensos) que precisan y matizan convenientemente aquellos aspectos del proceso de intervención que requerirían de mayores niveles de concreción…monitorizando y supervisando la correcta realización de las actividades y estrategias acordadas previamente entre ambos y resolviendo las potenciales dudas o dificultades concretas que pudieran surgir a lo largo del desarrollo de la intervención.

Es cierto que la comunicación ‘sólo-texto’ a través de recursos como los anteriormente citados constituyen hoy por hoy (todavía) los medios más usuales de comunicación entre profesional y cliente a lo largo de las diferentes etapas sobre las que suele transcurrir la intervención más prototípica.  

Sin embargo (como también es justo reconocer) no se trata de los únicos medios posibles, y en muchas circunstancias concretas ni tan siquiera son considerados como los más adecuados o eficaces en este tipo de modalidades de intervención para todo tipo de individuos, situaciones o problemas.

En proporción directa a las nuevas posibilidades tecnológicas y de acceso a la propia red (siempre en constante desarrollo y evolución) comienzan a incorporarse masivamente nuevas posibilidades como el uso del teléfono, la videoconferencia, la creación de entornos virtuales de comunicación e interacción o el establecimiento de contactos ocasionales directos cara-a-cara con el cliente, que logran incrementar enormemente la efectividad del asesoramiento en su conjunto.

Lo que parecería claro es que la combinación (estratégica y sistemática) de diversos soportes comunicativos actúa de forma sinérgica, multiplicando de esta forma las posibilidades de éxito de cualquier proceso de intervención y ‘compensando’ las carencias que cualquier modalidad presenta cuando es utilizada de una forma exclusiva o independiente.

 

05. -Las Barreras Geográficas, Culturales y Administrativas

A pesar de lo que en un principio pudiera pensarse, las ‘fronteras’ en Internet continúan desempeñando un papel relevante, tanto desde un punto de vista positivo como negativo. Aunque se trataría de fronteras más simbólicas que tangibles ejercen una influencia decisiva en la actual configuración del Asesoramiento Psicológico en Internet por lo que se hace necesario que sean tenidas muy en cuenta.

En un sentido ‘positivo’, la comunicación entre países, continentes y culturas que, de otro modo, difícilmente entrarían en contacto de una forma tan cotidiana y sistemática se puede afirmar que constituye una auténtica revolución que ha contribuido enormemente al fenómeno actual de la globalización, tanto a nivel de los propios profesionales (acceso y difusión masiva de información especializada y comunicación entre profesionales) como de la población general (democratización de la información sobre la salud y acceso a servicios especializados relacionados con la salud mental superando algunas barreras tradicionales).

Sin embargo, en un sentido ‘negativo’ la práctica profesional de la terapia Online despierta notables recelos y comprensibles reticencias entre amplios sectores profesionales, algo que por otra parte y partiendo de la actual situación de ‘inseguridad’ resulta más que justificado.

En países como Estados Unidos en el que las condiciones para ejercer el consejo psicológico suelen ser más estrictas y significativamente variables entre unos estados y otros, muchos profesionales recelan de ofrecer sus servicios especializados a través de la red en la medida que esto podría suponerles problemas legales relacionados con la ‘indefinición’ que aún hoy en día se mantiene a este respecto o con la desprotección a la que se ven sometidos en aspectos relacionados (por ejemplo) con los seguros de responsabilidad civil por problemas derivados de su práctica profesional.  

Si en países como Estados Unidos, en el que el desarrollo de Internet es indudable, se plantean problemas como los anteriormente citados, al abordar la práctica profesional en países como España, en el que la situación de Internet es abiertamente mejorable (en todos los sentidos) o en países en vías de desarrollo en el que esta posibilidad es anecdótica resulta sencillo tomar conciencia de las enormes dificultades que plantea hoy la aplicación realmente generalizada de este modelo de intervención en ámbitos tan dificilmente comparables entre si, tanto desde el punto de vista tecnológico como cultural, profesional y administrativo.

Este aspecto continuaría siendo una de las asignaturas ‘pendientes’ fundamentales en aquellos esfuerzos reguladores que (en un futuro próximo) deberían abordarse definitivamente para asegurar una práctica profesional de calidad, exenta de intrusismos o de problemas legales. . . e incluso de carácter ético (Childress, 2000 ; Fisher y Fried, 2003; Manhal-Baugus, 2001; Ragusea y VandeCreek, 2003).

06. -El Afrontamiento Eficaz de las Situaciones Críticas

Una de las mayores desconfianzas entre los profesionales en relación a las posibilidades que ofrece el Asesoramiento en Internet consiste en la dudosa capacidad de este tipo de medios para el afrontamiento de crisis emocionales severas e incapacitantes…como en el caso por ejemplo de los comportamientos suicidas.

Aún aceptando el potencial práctico de Internet para tratar dificultades puntuales, se cuestiona abiertamente su utilidad real en aquellos casos más extremos y potencialmente más peligrosos para la propia integridad del individuo o de terceros. Probablemente el mayor potencial práctico del Asesoramiento en Internet frente a estas situaciones tan extremas podemos encontrarla cuando éste se convierte en un ‘eslabón’ más de un sistema mucho más amplio y sistémico de atención, apoyo y asesoramiento psicológico.

La experiencia acumulada a lo largo de los últimos años por organizaciones concretas como ‘The Samaritans’ (con niveles globales de popularidad social y eficacia en sus intervenciones muy razonables) parecería apoyar esta tesis. Se trata de un sistema global de atención especializada (realmente integral y continua) que incluye diversos soportes como el apoyo en la red (Grupos de Apoyo) o el asesoramiento a través del teléfono (Hot-Lines) y que se ha mostrado particularmente eficaz en la prevención de conductas suicidas.  

En los últimos años de funcionamiento de este servicio específico se constatarían medias anuales superiores a los 40. 000 correos electrónicos (recibidos y contestados por parte de su personal) relacionados con esta problemática, lo que demuestra su nivel de utilización -y aceptación- por parte de los usuarios, producto entre otros factores de su capacidad para ofrecer un servicio de calidad con un indudable interés y relevancia social.

Se trata, en definitiva, de un ejemplo concreto de ‘adaptación’ de una técnica de intervención que si bien por si misma y de una forma aislada resulta insuficiente en conjunción con otros procedimientos permite una aproximación al problema mucho más realista y ajustada a las exigencias de la práctica clìnica.

 

07. -La Naturaleza y Profundidad de la comunicación Terapéutica

Cualquier profesional con unos mínimos conocimientos básicos sobre psicoterapia es capaz de comprender la enorme y compleja cantidad de matices, interacciones, claves, interpretaciones, atribuciones y múltiples sutilezas técnicas relacionadas con el proceso comunicativo (tanto de naturaleza verbal como no verbal) que caracteriza y que permite entender el notable potencial transformador de esta forma de comunicación entre dos o más personas.

Partiendo de esta premisa básica parece, como poco, discutible (tal y como afirman los más críticos con este modelo de actuación) que una comunicación escrita a través de un ordenador sea capaz de ‘competir’ con el potencial terapéutico que ofrece la interacción ‘cara-a-cara’ tradicional que se produce a lo largo de las sesiones más convencionales de la psicoterapia.  

Es cierto que analizados ‘comparativamente’ no son procesos comunicativos equiparables entre sí, no tanto por la supuesta superioridad abrumadora de uno sobre otro, sino porque se trata de interacciones comunicativas cuya naturaleza es -por definición- totalmente diferente y por lo tanto tiene escaso sentido comparar (al menos de forma lineal y directa) procesos comunicativos que en su esencia presentan matices tan claramente divergentes…además de objetivos últimos perfectamente diferenciables.

En relación a la ‘simpleza’ de la comunicación a través de la red, a primera vista parece ser cierta esta afirmación, especialmente para todos aquellos que no están familiarizados con el medio. Sin embargo, todo aquel con una cierta experiencia es consciente que, a medida que sus conocimientos y su nivel de práctica aumenta, es capaz de ‘captar’ una gran cantidad de matices o sutilezas a lo largo del proceso de comunicación y es capaz igualmente de transmitir pensamientos y sensaciones con una gran carga simbólica a través de medios exclusivamente escritos.  

La naturaleza (asi como la profundidad) de los procesos de comunicación establecidos durante el Asesoramiento Psicológico en Internet resultan cuantitativa y cualitativamente diferentes de los producidos durantes las sesiones psicoterapéuticas tradicionales. Nadie parece poner en cuestión ese aspecto. La cuestión radica en determinar hasta qué punto las ventajas (asi como las limitaciones) presentes en cada modelo resultan más determinantes a la hora de abordar problemas concretos con niveles razonables de eficacia y eficiencia.

 

08. -El rol del Profesional Durante la Intervención

Si bien en los modelos psicoterapéuticos tradicionales el ‘peso’ atribuído al rol del terapeuta durante el proceso de cambio es variable en función del grado de directividad considerado como el más ‘desable’ y terapéuticamente más útil, lo cierto es que (como norma general) el terapeuta desempeña un papel fundamental o central durante las diferentes etapas sobre las que se estructura el proceso de intervención.

En unos casos este protagonismo se traduciría en la práctica asumiendo un rol mucho más directivo o prescriptivo (rol de experto), mientras que en otras circunstancias el rol ejercido tiende a ser más indirecto, mediador o facilitador de los procesos de cambio (rol de consultor).

En el Asesoramiento Online (por el contrario) el protagonismo y la relevancia del terapeuta tiende a estar más ‘diluida’ o su rol específico se encuentra más explícitamente compartido con otros recursos o posibilidades que implicarían por sí mismas un potencial terapéutico igualmente significativo y en ocasiones incluso hasta superior.

Es evidente que el profesional continúa desempeñando un papel muy importante, pero otros recursos disponibles en Internet, como los materiales de carácter psicoeducativo y de auto-ayuda, las webs con contenido especializado, las listas de distribución o la pertenencia a grupos de apoyo específicos en la red constituyen elementos igualmente valiosos durante cualquier proceso de intervención y asesoramiento.

El profesional (por lo tanto) en este contexto de intervención específico, ve de esta forma enormemente diversificado su papel o sus potenciales funciones, en unos casos mucho más relacionadas con el contacto ‘directo’ con el individuo, mientras que en otras ocasiones actuando de ‘mediador’ entre éste y los recursos potenciales que la red le puede ofrecer y que podrían contribuir a solucionar su problema.

Las posibilidades, en este sentido, son bastante diversas, por ejemplo seleccionando lecturas de interés, facilitando direcciones de grupos de apoyo online de especial relevancia, asesorándolo durante todo el proceso de forma personalizada, optimizando las nuevas experiencias de aprendizaje, promoviendo nuevas actividades ‘sociales’ online, resolviendo las dudas o las cuestiones concretas y puntuales, impulsando y asegurando la motivación para el cambio y la evolución personal. . . etc. . .


09. -Los Niveles de Seguridad y Confidencialidad

Los tópicos de la seguridad, la protección de la privacidad y la crítica confidencialidad de los datos personales en Internet son temas cruciales y fundamentales para la supervivencia o el definitivo ‘estancamiento’ de esta forma particular de intervención.

Lo cierto es que, a medida que Internet se populariza entre la población (y se multiplica el interés o la cantidad de aplicaciones cotidianas que ofrece este medio) esta particular forma de comunicación se convierte en un ‘objetivo’ más que apetecible para una gran número de individuos que ven en la red una nueva forma de extraer beneficios propios.

Un ordenador personal conectado a la red es un soporte especialmente vulnerable a la acción de terceras personas, que pueden introducirse en él de una forma relativamente sencilla y bucear en la información que éste contiene. . . unos datos particularmente sensibles en el caso de los profesionales de la salud mental.

Hoy por hoy continúa siendo un tema por resolver (y prioritario) aunque tampoco se puede decir que el profesional se encuentre totalmente ‘indefenso’ ante la curiosidad de los hackers y otro tipo de observadores no autorizados.

Existen varias herramientas y recursos muy útiles como los firewall, el uso regular de claves personales de acceso, las firmas digitales, la encriptación sistemática de todos los correos electrónicos, el uso de chats seguros. . . . No son medidas y estrategias que, hoy por hoy, aseguren la confidencialidad en un 100% de casos pero contribuyen eficazmente a crear un entorno mucho más fiable y seguro en el que desarrollar el trabajo diario.

 

10. -La Regulación, Homologación y Control

Internet (para bien o para mal y por propia definición) es un medio abierto, diverso, múltiple, fragmentado, en una constante evolución y dificilmente controlable. Estas cualidades, que por si mismas no son necesariamente negativas sino que, por el contrario, explican una gran parte de su éxito en relación a la práctica profesional del asesoramiento plantea no pocas dificultades derivadas de la imposibilidad de establecer unos criterios de calidad mínimos que nos permitan hablar del Asesoramiento en Internet como una actividad ‘homogénea’.

Diferentes profesionales (con formación académica y experiencia profesional muy diversa), diferentes modelos teóricos de referencia (no todos ellos relacionados con la salud mental), diferentes poblaciones (de ámbitos culturales muy dispares), diferentes ámbitos de actuación (con necesidades y prioridades difícilmente equiparables entre si) y diferentes estrategias de intervención (en función de los objetivos a conseguir) configuran un panorama como poco diverso que hace especialmente dificil acotar el término “Asesoramiento Psicológico en Internet” y establecer realmente su nivel de eficacia.

Junto a esta ‘diversidad’ de profesionales, ámbitos, modelos y necesidades nos encontramos igualmente con fenómenos como el propio intrusismo profesional, la ausencia de criterios de actuación realmente consensuados, la juventud de este ámbito de intervención (apenas una década) o la ausencia de un marco regulador que proporcione una cierta ‘seguridad’ tanto a los profesionales como a los propios usuarios.

En relación a este último aspecto, los esfuerzos realizados internacionalmente comienzan a hacerse visibles, aunque todavía de forma demasiado endeble y escasamente generalizada. Comienzan a surgir propuestas encaminadas a velar por una práctica profesional de calidad, así como por el establecimiento de una serie de códigos éticos o la regulación explícita (tanto administrativa como legalmente) de este tipo de modalidades de intervención.  

Sin embargo la situación global dista mucho de ser satisfactoria y se encuentra estrechamente vinculada a la clara situación de indefinición e indeterminación que todavía impera en múltiples ámbitos de la red. Una mayor, más amplia y más sistemática implicación institucional y administrativa es un prerrequisito esencial para la consecución de un nivel de regulación y calidad mínimamente aceptables, así como la mayor implicación de los propios colectivos y asociaciones profesionales.

Este es, en mi opinión, el eslabón más débil de la cadena. La falta de unos criterios realmente consensuados en un ámbito (por definición caótico) como Internet, que se combina con otro ámbito especialmente complejo y diversificado como el de los tratamientos psicológicos. Una explosiva combinación difícil de manejar, al menos por el momento.


Ventajas del asesoramiento en Internet

Junto a las diez dimensiones generales analizadas a lo largo de los apartados anteriores se hace igualmente necesario destacar (de una forma más sintética y a modo de resumen de lo expuesto hasta el momento) tanto las ventajas como los inconvenientes específicos asociados a este particular modelo de intervención, partiendo de la experiencia acumulada a lo largo de esta última década de investigación y que habrían sido destacados por diferentes autores.

La utilización sistemática del Asesoramiento Psicológico en Internet por parte del profesional, bien como la forma fundamental de intervención o bien como un complemento a sus propuestas, modelos y/o técnicas de intervención más ‘tradicionales’ presentaría algunas ventajas inherentes de indudable interés y potencial (Barak, 1999 ; Castelnuovo y cols. , 2001 ; Day y Schneider, 2002 ; Glantz y cols. , 2003 ; Griffiths y Christensen, 2007 ; Kaplan, 1997 ; Ritterband y cols. , 2003 ; Sampson y cols. , 1997) : 

• La mayor accesibilidad de los servicios independientemente del lugar de residencia.

• La reducción de las barreras y los prejuicios sociales que obstaculizan solicitar ayuda.

• La posibilidad de asesoramiento eficaz de problemas y dificultades no-patológicos.

• La reducción de los costes económicos vinculados al proceso de intervención.

• La privacidad, la confidencialidad y el anonimato facilita la apertura y la confianza.

• La mayor flexibilidad-adaptabilidad de la terapia a las limitaciones de tiempo-agenda.

• La mayor continuidad y regularidad en las comunicaciones profesional-cliente.

• Es una opción clave si la propia patología obstaculiza la posibilidad de solicitar ayuda.

• Es un medio de comunicación eficaz para personas con problemas para relacionarse.

• La transformación en la naturaleza de la transferencia puede resultar muy eficaz.

• Es un recurso excelente con el que optimizar y complementar la terapia tradicional.

• El entorno virtual es el escenario adecuado para aquel incapaz de ‘abrirse’ a terceros.

• La flexibilidad de las vías de intervención es un recurso motivador clave adicional.

• La rapidez en la transmisión e interactividad son facilitadores esenciales del proceso.

• El análisis posterior de las transcripciones escritas facilita la eficiencia y la precisión.  

• El entorno virtual puede impulsar la motivación al cambio-percepción de autoeficacia.

• La posibilidad de asesoramiento personalizado sobre una amplia variedad de temas.

• Medio muy eficaz para consultas simples, información básica y consejo psicológico.


Desventajas del asesoramiento en Internet 

El Asesoramiento en Internet, al igual que cualquier modalidad de intervención en el terreno de la salud mental, no está exento de limitaciones, obstáculos y restricciones concretas, como la investigación reciente se ha encargado de demostrar. Superada ya la fase de entusiasmo inicial la experiencia derivada de su aplicación en diversos contextos habría puesto de relieve las debilidades de un modelo que requiere, en una gran mayoría de ocasiones, su combinación estratégica con las procedimientos de actuación más tradicionales para alcanzar su pleno sentido y aprovechar su verdadero potencial.

Resumamos a continuación (de forma telegráfica) algunas de las limitaciones que es posible destacar de este modelo de intervención aplicado a través de Internet. . . tomando como referencia básica diversas investigaciones y estudios recientes que han tratado de profundizar en estos aspectos (Alleman, 2002 ; Griffiths, 2001 ; King y Moreggi, 1998 ; Pies, 2002 ; Sampson y cols. , 1997 ; Ybarra y Eaton , 2005) :

• La pérdida de información relevante relacionada con el lenguaje verbal y no verbal.

• La difícil adaptación de los modelos clásicos de cambio terapéutico al entorno virtual.

• El menor feedback visual-auditivo puede entorpecer la comunicación fluida y precisa.

• Las mayores dificultades para preservar la confidencialidad deseable cliente-terapeuta.

• El incremento de las dificultades para la realización de un diagnóstico clínico preciso.

• La seguridad de las comunicaciones puede ralentizar y/o obstaculizar el proceso.

• El nivel de formación específica de los protagonistas mediatiza el propio proceso.

• Las habilidades no verbales del profesional quedan muy limitadas en este entorno.

• Las mayores dificultades en el afrontamiento eficaz de situaciones de crisis.

• La posibilidad de trabajar las habilidades sociales del cliente son muy limitadas.

• La creación de una relación terapéutica clásica debe ser ‘sustituida’ por otras técnicas.

• La limitación de medios posibles encaminados a evaluar los progresos logrados.  

• La asincronía y demora de las intervenciones puede resultar en ocasiones perjudicial.

• La naturalidad, fluidez y espontaneidad comunicativa no son fáciles de obtener.

• La ‘adaptación’ de las técnicas tradicionales no está exenta de notables dificultades.

• El alargamiento del proceso cuando la información se obtiene sólo a través de escritos.  

• Se considera básico un determinado perfil de aquel susceptible de beneficiarse de ella.

• El insuficiente nivel de implantación en ámbitos académicos e institucionales.

• La escasa regularización y homologación de estas prácticas favorecen el intrusismo.

• La indefinición en relación a los aspectos éticos y legales vinculados al proceso.

El potencial del asesoramiento en Internet

Como he comentado con anterioridad, una buena parte de las limitaciones clásicas atribuidas al Asesoramiento en Internet, además de las estrictamente vinculadas a su ‘juventud’ y/o escasa regulación, se encuentran muy relacionadas con la modalidad de intervención aplicada.  

Cuando las interacciones profesional-cliente se basan en comunicaciones ‘solo-texto’ (chat y e-mail) es obvio que el potencial de este tipo de intervenciones se ve muy reducido, siendo fácilmente compensable cuando se incluyen otras modalidades de interacción como la videoconferencia o el audio e incluso mejor aún cuando, además de la combinación estratégica de diferentes canales de comunicación, el Asesoramiento en Internet se transforma en un eficaz complemento a los modelos tradicionales de intervención.

Más allá de las posibles ´comparaciones´ en relación a la supuesta superioridad de los modelos tradicionales de intervención frente a Internet (o viceversa) la tendencia actual parece haber superado la discutible utilidad de esa (innecesaria) dicotomia y parece centrarse en la mejor forma de incorporar ambas perspectivas en un modelo de actuación más amplio e integrador que trate de superar las limitaciones evidentes cuando son aplicados de forma independiente.

Internet, por lo tanto, podría convertirse en una herramienta fundamental con la que optimizar los procesos y técnicas de intervención convencionales, a través del potenciación de aspectos o dimensiones críticas especialmente interesantes como las siguientes : 

• La promoción de una ‘educación de base’ sobre salud mental a la población general.

• La reducción y eliminación de las barreras sociales o culturales hacia la psicoterapia.

• La potenciación de un mayor y más regular contacto terapeuta-cliente entre sesiones.

• La ampliación de las experiencias terapéuticas más allá de las sesiones presenciales.

• La optimización de la adhesión al tratamiento a través de recursos motivacionales.

• La aplicación de cuestionarios, escalas, recursos e instrumentos diagnósticos.

• La resolución inmediata de dudas, inseguridades o consultas personales.

• La monitorización y ajuste constante de las tareas terapéuticas asignadas.

• La provisión y actualización continua de materiales y recursos psicoeducativos.

• La introducción de adaptaciones, ajustes y mejoras en los planes iniciales previstos.

• La facilitación del proceso gradual de finalización de la relación terapéutica.

• La prevención de potenciales recaídas a través de contactos periódicos.

Quién sabe si en un futuro más o menos próximo asistamos a la definitiva integración de ambos paradigmas, sobre la base de la construcción y consolidación de un marco de referencia para la práctica clínica mucho más integrador, flexible y dinámico con el que ser capaces de ofrecer respuestas más precisas y eficaces a las necesidades planteadas por una sociedad en permanente evolución y ante la que el ámbito de la salud mental y sus profesionales no puede permitirse el lujo de permanecer ajeno si no desea verse definitivamente excluído de esta nueva realidad social y cultural.


Conclusión

En poco más de una década Internet ha sufrido una transformación espectacular, con importantes implicaciones a nivel social, cultural y económico. De ser un medio minoritario, empleado por un puñado reducido de profesionales sin más interés que el puro intercambio de información muy especializada se ha convertido en una herramienta de información, comunicación y/o entretenimiento utilizada diariamente por millones de personas en todo el mundo.

Este hecho, sin duda, ha provocado importantes avances en numerosos ámbitos, incluída la salud mental, abriéndose nuevas posibilidades y caminos para la investigación, el acceso y el intercambio de información relevante, la comunicación entre los profesionales, la educación de la población en relación a la salud mental, la disponibilidad y la difusión de nuevas posibilidades de tratamiento, el acceso a nuevos servicios especializados de información y asesoramiento o la irrupción de novedosas modalidades y procedimientos de intervención específicos como el Asesoramiento Psicológico en Internet.

Junto a estas indudables ventajas en la red también perduran no pocos interrogantes y desafíos que todavía permanecen en buena medida por esclarecer. Los estereotipos erróneos y excesivamente simplistas, la difusión masiva de información interesadamente distorsionada, las prácticas profesionales poco éticas, la excesiva indefinición legal y administrativa de algunas modalidades concretas de intervención, el problema de la confidencialidad y seguridad de la información, los mecanismos de regulación y control de la acreditación de los profesionales, la seguridad en la red frente a las amenzas de los virus o los hackers, los intereses comerciales. . . constituyen aspectos que, junto a las ventajas anteriormente citadas, es justo reconocer que forman igualmente una parte integrante de lo que hoy en día conocemos por Internet.

Apostar explícitamente en la actualidad por cual de las ‘dos caras’ o realidades paralelas que en la actualidad conviven en Internet en relación a sus aplicaciones en el ámbito concreto de la salud mental terminará por ‘imponerse’ definitivamente parece una opción arriesgada. . . quizás demasiado.  

Lo que sí que parece más que evidente es que Internet apenas está dando sus tímidos primeros pasos. Probablemente hoy en día no seamos capaces de imaginar lo que dentro de una década entenderemos por Internet, sus utilidades y aplicaciones futuras, que muy posiblemente en poco (o en nada) se parecerán a lo que hoy en día conocemos.

Buena parte de su desarrollo futuro dependerá de todas aquellas innovaciones tecnológicas que multiplicarán, de una forma exponencial, las posibilidades de acceso a este medio así como la cantidad y calidad de las aplicaciones que será posible obtener a través de su utilización sistemática.  

Un progreso tecnológico que nos permitirá (en buena medida) paliar las dos grandes ‘barreras’ que presenta Internet en la actualidad como son -por una parte- la velocidad y seguridad en la transferencia de la información (que hoy limita el acceso, consulta y/o descarga de materiales para aquellos que no disponen de velocidades de conexión elevadas) y -por otra parte- los costes asociados de conexión, que impediría el acceso de mayores sectores de la población a este medio de comunicación e información.

Ahora bien, y sin negar la importancia del ‘factor tecnológico’, buena parte de su utilidad real en el ámbito concreto de la salud mental pasará necesariamente por planificar e implementar (en colaboración con todos los agentes y sectores implicados) mecanismos, estrategias e iniciativas que promuevan y consoliden a Internet como una verdadera herramienta de información y de comunicación de calidad, realmente fiable, válida, segura y científicamente fundamentada. . . unos aspectos que configuran en esencia su gran aspiración y tras los que se ocultaría su verdadero potencial. . . un potencial que todavía permanece, en mi opinión, por explorar.


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