En el presente trabajo se presentan diversas sugerencias sobre el origen de algunos síntomas psiquiatricos desde una perspectiva evolutivo biológica. De esta manera se describen el paranoidismo, algunos rituales obsesivos y algunas fobias como conductas instintivas arcaicas que se presentan a consecuencia de insuficiencias en funciones superiores de tipo cognitivo.
Se discute con mayor detalle el problema de las alucinaciones verbales en relación con el origen del lenguaje. Se presenta como hipótesis el origen motor del lenguaje a partir de sonidos y verbalizaciones que acompañaban enfatizando a actos motores especialmente los más complejos como la fabricación de herramientas. Por lo tanto se sugiere que las alucinaciones verbales pueden aparecer como fenómenos arcaicos ante la insuficiencia o inhibición de la conducta derivadas por ejemplo del autismo e incomunicación social y el deficit cerebral.
Se expone tambien otra teoria interesante sobre el origen del lenguaje y sus alucinaciones verbales como trastorno psicótico del mismo: El lenguaje habria comenzado por las canciones de cuna y arrullo de las madres que sujetaban al niño con la mano izquierda para que escuchara su latido cardiaco, mientras que la mano derecha trabajaba en acción sincrónica. De aquí la lateralización cerebral.
Sugerencias para un estudio de psicopatologia evolucionista.
(Reflections on an evolutionary psychopatological study. )
Agustín Jimeno Valdés.
Profesor titular de la Facultad de Medicina de Valladolid.
[20/2/2004]
Resumen
En el presente trabajo se presentan diversas sugerencias sobre el origen de algunos síntomas psiquiatricos desde una perspectiva evolutivo biológica.
De esta manera se describen el paranoidismo, algunos rituales obsesivos y algunas fobias como conductas instintivas arcaicas que se presentan a consecuencia de insuficiencias en funciones superiores de tipo cognitivo.
Se discute con mayor detalle el problema de las alucinaciones verbales en relación con el origen del lenguaje. Se presenta como hipótesis el origen motor del lenguaje a partir de sonidos y verbalizaciones que acompañaban enfatizando a actos motores especialmente los más complejos como la fabricación de herramientas. Por lo tanto se sugiere que las alucinaciones verbales pueden aparecer como fenómenos arcaicos ante la insuficiencia o inhibición de la conducta derivadas por ejemplo del autismo e incomunicación social y el deficit cerebral.
Se expone tambien otra teoria interesante sobre el origen del lenguaje y sus alucinaciones verbales como trastorno psicótico del mismo: El lenguaje habria comenzado por las canciones de cuna y arrullo de las madres que sujetaban al niño con la mano izquierda para que escuchara su latido cardiaco, mientras que la mano derecha trabajaba en acción sincrónica. De aquí la lateralización cerebral.
Abstract
This article provides a series of suggestions about the origin of several psychiatric symptoms from an evolutionary, biological standpoint. Among them paranoidism, some obsessive rituals and fobias are described as archaic, instinctive modes of behaviour which result from the failure of higher brain functions of a cognitive type.
The question of verbal hallucinations and their relation to the origins of language is discussed in greater detail. An hypothesis is presented regarding the motor origins of language: sounds and verbalisations may have been first produced as a means of accompanying and stressing motor actions, especially the more complex ones such as the making of tools. Thus it is suggested that hallucinations appeared as archaic phenomena ensuing from inadequate or inhibited behaviour derived from, say, autism and lack of social communication as well as from brain impairment.
Another interesting theory is described to explain the origins of language. In it, verbal hallucinations are considered a psychotic disorder of language. According to this theory, language can be traced back to the lullabies of mothers, who would have been holding their babies in their left hand (so as to have them hear their heart beating) while at work by performing sinchronised actions with their right hand. As can be inferred, this hypothesis also accounts for cerebral lateralisation.
Introducción
En buena epistemología de la ciencia una hipótesis es una afirmación que puede ser falsada o confirmada mediante la experimentación o la observación. Una conjetura, en cambio es una afirmación de contenido plausible dentro de una doctrina pero que no es accesible a una comprobación o refutación directa. En las siguientes páginas no nos atrevemos siquiera a denominarlas como conjeturas, que precisaría descripciones más detalladas y completas, si no simplemente sugerencias; es decir comentarios susceptibles de evocar sucesos y permitir una cierta discusión, sin perder de vista naturalmente su posible utilidad, al menos en el camino obligado, pero complejo de la comprensión de nuestros pacientes.
Se trata por lo tanto del intento de relacionar algunos síntomas psicopatológicos con avatares de la evolución psicobiológica humana; es decir del proceso de hominización. Cabe una doble vertiente:
1. La consideración de algunos síntomas observados actualmente en algunos trastornos psíquicos desde el punto de vista de:
1. 1 Su origen en el tiempo evolutivo.
1. 2 El porqué de su origen respecto las leyes generales evolutivas; es decir la selección natural en la Síntesis moderna del darwinismo (neodarwinismo)
1. 3. El porqué de su permanencia en el tiempo evolutivo y el porqué de su carácter patológico.
2. La consideración de funciones actuales normales o reputadas como positivas- adaptativas y el cómo surgieron en el tiempo evolutivo.
2. 1 Consideración de si surgieron precisamente como síntomas (o variantes) anómalos en el contexto del momento.
2. 1 Consideración de si fueron en primer lugar los ambientes cambiantes lo que promocionaron esas nuevas funciones.
2. 3. Balance de pérdidas o ganancias respecto dichas funciones emergentes y su interacción con el medio.
Problemas pues sumamente complejos pero a la vez enormemente sugestivos.
Por ello mismo quiero dar en este momento las gracias al Dr. Salvador Porras y sus colaboradores que me han seducido para la redacción de estas líneas para presentarlas dentro del congreso virtual de psiquiatría de Interpsiquis. Evidentemente por razón de ser las páginas que siguen unas meras reflexiones preliminares solo abordaré algunos de los problemas y métodos presentados en el párrafo anterior, animando a los lectores a continuar reflexionando por su cuenta.
Herramientas de estudio
El cognitivismo evolucionista; es decir el estudio del origen evolutivo de las funciones cognitivas, es un tema de moda en ámbitos de la biología, la sociobiología y de la filosofía de la ciencia. Muchos autores, se ocupan profundamente de ello e incluso existen revistas dedicadas al tema, entre otras Human Nature que puede encontrarse en Internet Desde hace años el tema convive a la par de la moda que hemos más bien sufrido últimamente sobre el problema de la conciencia o de (mente - cerebro) y digo sufrido porque se han dedicado a ello con ahínco famosos procedentes de áreas ajenas a la psicología o la neurobiología con más fortuna comercial que enjundia doctrinal. Me cito a mí mismo relatando que hace poco tiempo realicé una estancia de trabajo y curso en el departamento de filosofía de la ciencia de la universidad de Giessen – en Alemania - donde trabajan dos importantes investigadores del tema: Voland y Irrgang. ( Curiosamente el nombre del segundo significa camino erróneo ¡!! )
Por mi parte recojo parte de lo expuesto por estos autores a lo que añado lo que a veces me han sugerido mis propias reflexiones. Son sugerencias de mi cosecha que fácilmente pueden ser identificadas.
Una segunda fuente sobre el tema la debemos a los sociobiólogos. De la misma manera que estudian la ventaja evolutiva que supusieron la aparición de las normas morales y del pensamiento religioso emanado de las mismas en el proceso de hominización, pueden considerarse estas mismas funciones desde el punto de vista de síntomas o disfunciones en un momento dado pero que "tiran" hacia delante la hominización aun a costa de este inestabilidad permanente que caracterizan a la especie humana, y tanto más en estos aspectos que atañen a los hábitos de creencias o de costumbres.
Examinaré algunos síntomas desde este punto de vista.
El paranoidismo
Definamos como paranoide el temor ante cualquier presencia humana no conocida. En la situación de horda o clan primitivo entendemos que todo el grupo estaba ligado por lazos de sangre, que cada persona podía a conocerse personalmente al no superar el grupo unas cien personas. Por ultimo que la pertenencia al grupo podía identificarse fácilmente por detalles respecto a la indumentaria, jerarquía u otros atributos. Por lo tanto cualquier ser humano que no pudiera ser identificado claramente por todos estos signos como perteneciente al clan era inmediatamente clasificado como un potencial enemigo y suscitaba en principio una reacción de defensa.
Si tal persona se aproximaba excesivamente, si realizaba algún gesto brusco o si el encuentro ocurría en un lugar próximo al hogar o cabaña donde se albergasen esposas o hijos, el temor era tanto más acusado. Así pues entre la respuesta de mero temor y la respuesta de ataque se libraba en un intervalo de tensiones en las que sin duda la experiencia subjetiva del sujeto tendría una gran importancia. La angustia de la duda por otra parte no podría ser mantenida durante mucho tiempo y mientras tanto podría precipitarse otra reacción instintiva: la de huida.
Nos parece sin embargo que frente a estas tres respuestas preprogramadas posibles de ataque, huida y otras similares como la de bloqueo absoluto (hacerse el muerto ) o tempestad de movimientos ( crisis histérica) va surgiendo en el hombre primitivo otro programa más especifico humano que es el de la curiosidad instintiva por la que el extraño asimilable a cualquier otro estimulo extraño, era observado en un intento de conocimiento. La observación incluye tocar, oler y estimular.
Los relatos de exploradores de todos los tiempos que entraban en contacto con tribus “primitivas” avalan monótonamente estos tipos de reacción. Desde Colón sometido con sus compañeros al manoseo, olisqueo y muestreo durante un tiempo hasta que la tensión era rota en general por un gesto de aquiescencia del jerarca de mayor categoría presente. Este gesto por cierto era la mayor parte de las veces el de una sonora carcajada.
Surge inmediatamente la pregunta de si el paranoidismo de nuestros pacientes obedece a estas pautas o como alternativa a la misma cuestión, si puede aceptarse que una persona sana en situación desconocida, país, costumbres, ambiente o un simple barrio o un local nuevo. . . produce respuestas de este mismo tipo. Extrañeza, tensión y en principio desconfianza; en su caso curiosidad que produce la situación extraña. Para mi que sí. Es más, seguramente uno de los alicientes de la gran afición actual a los viajes exóticos yace en esta tensión y estimulo derivado de la ansiedad o aun paranoidismo latente y que es suscitado en estas circunstancias. De no ser así no puedo comprender a esos turistas alemanes que se arredran solos por los desiertos africanos; o a los incautos o quizás protomártires que se acercan a la guerrilla colombiana . . . .
Quiero citar aunque sea como mera anécdota la distinta consideración emocional (transmitida también por las sagas y los cuentos ) del bosque entre el hombre de la horda y el clan y el hombre del estado y de la ley. Ejemplo las descripciones de Tácito en su Germania. Los bosques “espesísimos” eran amedrantadores para los romanos y en cambio eren refugio seguro para el indígena germánico. Claro que actuaba básicamente el avistamiento del enemigo fácil en campo abierto y difícil en el bosque. La calvicie de las mesetas castellanas también refleja el odio al bosque del “conquistador” Las breñas boscosas del Norte ofreció siempre buen refugio. Yo he tenido la experiencia de ese temor al bosque oscuro y ancestral en Alemania. Bosques de Hayas (altas y luminosas ) o de robles ( oscuros y ocultadores) Aun hoy día el bosque es para el nórdico cobijo próximo a la madre tierra. Para el sureño oscuridad y peligro.
No cabe duda que la vida ordinaria del hombre actual tiende a ser rutinaria y monótona salvo el estrés laboral que requeriría otro tipo de disgresiones. De forma que la tensión o suspicacia paranoide corresponde sin duda a un programa arcaico de conducta que puede aceptarse se presentiza o desencadena como programa arcaico cuando por el defecto psicótico decaen los programas cognitivos superiores.
Por extensión mostrenca puede claramente entenderse que todas las situaciones de angustia sea cualesquiera su origen tenderán también a desencadenar los programas paranoides y eso deriva en la afirmación de que el paranoidismo como otros tantos síntomas (yo opino que todos ) son inespecíficos y pueden encontrarse en el ámbito de cualesquiera cuadros psiquiátricos.
Una pregunta posterior se referiría a donde debe situarse el punto de corte entre el paranoidismo sano equiparable a la cautela o a la prudencia y el paranoidismo patológico. La respuesta puede encontrarse también mediante las premisas generales del evolucionismo. Dependerá siempre de que sea adaptativa o no; mas no cabe duda de que quepan distintas estrategias adaptativas que puede coincidir en una meta y resultados comunes si van acompañadas de otras características. Citaré a un líder triunfante por el paranoidismo - Calvino- y otro triunfante por su valentía imprudente y también agresiva, sea Sadam Hussein o cualquier dictador similar, sea Stalin también, frente a ellos el triunfador por el cálculo y el conocimiento, sea Fernando el Católico.
Así pues el paranoidismo mecanismo de defensa pero primitivo y propio de los débiles en la inteligencia y el conocimiento. Todo aproximadamente y en la mayoría de los casos naturalmente.
Las vivencias de significación anormal
Las más comunes son las paranoides y por ello pueden darse por descritas en el párrafo anterior, sin embargo no abarca ésta todas las posibilidades de la significación anormal. Frente a la significación numinosa o negativa es tan frecuente o más la significación anormal positiva, iluminación, aparición, fusión con la conciencia universal, inspiración por el dios del momento. . . vivencias de ser elegido o de poder sobrenatural. . .
Que duda cabe que todo ello y más si va acompañado de alucinaciones verbales que lo refuerzan, como órdenes imperativas, comunicaciones de lo secreto, adivinaciones del porvenir etc. . . Han de actuar como estímulos importantes de la conducta. Es la conducta del líder, del fundador de religiones, del iluminado que arrastra a las masas y por lo tanto en determinados momentos y persona claramente identificable como síntoma adaptativo, síntoma progresivo afianzado por lo tanto en la evolución sin más consideraciones.
No cabe duda que la clave del triunfo yace en la adecuación del complejo delirante subsiguiente respecto a las necesidades y esperanzas de las masas que rodean al iluminado. Debe colmar las expectativas, éstas deben ser relativamente plausibles dentro del contexto cultural. La estrategia de una buena profecía consiste naturalmente en que prediga sucesos probables por la misma estructura del universo y de la esencia de las cosas. Otra parte de la estrategia consiste en la realización de numerosas profecías con lo que aumenta la probabilidad de que se cumpla alguna de ellas.
Que estos síntomas aparezcan en una psicopatía o en una psicosis seria indiferente respecto al tema que nos ocupa. En numerosos escritos nuestros ya he mantenido que la investigación no debe dirigirse a diagnósticos o cuadros clínicos si no a síntomas individuales. Las razones profundas de ello solo serian accesibles por otra parte a reflexiones sobre la epistemología de la psiquiatría.
Rituales obsesivos
Al lado del paranoidismo los rituales obsesivos de comprobación, limpieza y ordenación del territorio y objetos en rededor brindan una fácil explicación etológico-evolutiva. Fue señalada en primer lugar por Rappoport que precisamente con sus consideraciones abrió el campo de estudio de la psicopatologia evolucionista.
No cabe duda de que se trata de pautas arcaicas de conducta observables no solo en mamíferos sino hasta en insectos pasando por todos los demás grupos taxonómicos.
La expulsión de los residuos o su colocación en estercoleros suficientemente lejos del territorio de residencia. La búsqueda de elementos extraños en objetos, residuos olores y sabores que señalaran la presencia de animales o materias extrañas potencialmente nocivas. . . Todas estas pautas suelen tener un mecanismo también instintivo conductal que “para o frena” la acción cuando ha cumplido su objetivo. En general estas señales se relacionan con algún detalle que señalice el cumplimiento del objetivo de la acción y que haya sido así grabado evolutivamente. Estudios minuciosos en las conductas de insectos o aves muestran cómo si se destruyen o anulan estos marcadores que actúan como señal de finalización o frenado, la conducta puede repetirse indefinidamente. En los enfermos de TOC tales señales dejarían de ser percibidas, o bien los rituales de conducta de limpieza u ordenación surgen incompletos y por lo tanto constituyéndose en patología.
Esta hipótesis se refuerza por la constatación cada vez más evidente de la existencia de lesiones, o al menos insuficiencias funcionales en el modulo cerebral frontal, que como más moderno y encargado de organizar conductas prospectivas y voluntarias es más sensible a las noxas patogénicas. Al fallar sus funciones y siguiendo las bien establecidas reglas de la organización jerárquico funcional del sistema nervioso (como formando parte de las leyes que rigen los sistemas complejos) se presentan en primer plano y de forma sustitutiva funciones más arcaicas y de tipo instintivo que constituyen precisamente los rituales TOC.
Esta hipótesis por otra parte permite, además de la “comprensión del síntoma “el establecimiento de estrategias de superación. Así los modernos tratamientos cognitivo conductales apuntan al establecimiento y rigidificación de pautas, rituales que por una parte aceptan el síntoma y por otra limitan su extensión en el espacio, el tiempo y la repercusión emocional. Se trata de la creación de nuevas estereotipias organizadas sobre los patrones instintivos y modulados o mejorados por un aprendizaje que proporciona automatismos adecuados. No quiero dejar de reseñar que hemos aprendido algunas de estas estrategias de uno de nuestros maestros: la profesora Lillo Süllwold de Frankfurt.
Con ello las antiguas hipótesis y tratamientos psicoanalíticas deben pasar al cajón de los recuerdos.
Fobias. El problema de las fobias desde el punto de vista de la psicopatologia evolutiva es tan sencillo o más de comprender que el anterior. No cabe duda de que su raíz está también en pautas universales e instintivas de alarma ante el peligro a partir de objetos o señales que posteriormente pueden haber adquirido en la evolución cultural la categoría de símbolos.
Recordemos que la emoción concomitante ante el objeto fobógeno no es en general de miedo o angustia propiamente dicho. Predomina el asco (ante las deyecciones orgánicas, los fluidos viscosos que recuerdan el moco o el vómito. . . ) o síntomas afines a la despersonalización como en el vértigo, las vivencias en la agorafobia. . . emociones que tienden a evitar el contacto, la exposición, la visión incluso en imagen o en recuerdo.
Así que el color rojo - como la sangre - indica en todas las culturas y en todos los tiempos prohibición o peligro. El azul que evoca el cielo o el verde que nos recuerda las planta y su maravillosa función clorofílica de la que depende toda vida en la tierra, son y simbolizan la paz o el bienestar o en el caso de los semáforos el paso libre. . . Es evidente por lo tanto la capacidad protectora de las reacciones fóbicas ante los estímulos antedichos y por lo tanto evidente también su origen filogenético en el sentido de programas instintivos de conducta, en este caso de evitación.
De la misma manera puede afirmarse que el sabor amargo y por lo tanto desagradable de los alcaloides tiende a evitar su consumo y a señalar su peligrosidad; así como el dulce de los azucares lo señala coma sustancia apetecible y necesaria. Se trata pues de auténticos “aprendizajes” filogénicos que se presentan en bandeja a cada individuo o fenotipo.
Las fobias animales son aún más claramente comprensibles. La fobia a la serpiente o a la araña ambas silenciosas y potencialmente mortales, ha de tener también un origen filogénico. En cambio los mamíferos, como grupos próximos ( pertenecemos a ellos !!) en principio no producen fobias, incluso sus cachorros suelen desencadenar emociones positivas de cariño y afecto, o que desencadenan en su caso miedo, precisamente al ser capaz el hombre de comprender intuitivamente la mayor parte de las gestos-señales de los mamíferos significantes de amenaza, reto o ira que anuncian proximidad de ataque.
La extensión patológica de las fobias puede así explicarse por mecanismos individuales (ontogénicos) de aprendizaje o por afloramiento excesivo de conductas fóbicas ante un déficit funcional de los sistemas superiores jerárquicamente como describíamos en el caso de los rituales obsesivos.
Un caso curioso de reflexión lo brindan las setas, algunas comestibles y sabrosas otras venenosas quizás sabrosas también. . . . En este caso la evolución ha sido incapaz de señalar o distinguir las venenosas de las comestibles. Por ello algunas culturas resuelven la cuestión declarando a todas peligrosas y por lo tanto a evitar. Aquí solo el conocimiento científico aporta soluciones fiables. La intuición y la cultura popular como es sabido conducen todos los años a peligrosas intoxicaciones. Aún así la fobia a las setas está bastante extendida.
Depresiones
El núcleo sintomático de la depresión en clave filogenia es el enlentecimiento psicomotor que conduce o es la negación de la acción. Otras denominaciones para lo mismo y por todos utilizadas es el bloqueo, inhibición, o incluso disociación como un ejercicio consistente en la evasión de la escena. En todos los casos lo que se produce es la evitación de dar una respuesta. No cabe duda que supone una forma protectora frente a posibles respuestas desadaptativas cuando la situación es confusa, compleja y no queda claro cual sea la conducta más adecuada o bien cuando sencillamente sea preferible la abstención ante una situación sencillamente insoluble. Se trata pues de una extensión de la pauta arcaica de conducta consistente en el bloqueo motor o psicomotor; en la conducta instintiva de “hacerse el muerto” y que se encuentra en todas los niveles taxonómicos incluidos desde los insectos, pasando por aves y reptiles hasta los mamíferos. Además la presentación ante el agresor de una expresión compungida, sumisa o triste opera como una señal estimulo desencadenante muchas veces de la parada o bloqueo de la agresión, lo cual opera sin duda también en la interacción social humana.
Ha debido ser la depresión, pues una conducta también arcaica y de defensa ante un agresor más poderoso o ante una situación insoluble o difícil. Por lo tanto perdura como pauta de respuesta que podrá juzgarse como patológica o no en razón de sus desencadenantes, de su intensidad etc. pero que no cabe duda es pauta preformada y fija en el caudal de programas de la especie.
Fenómenos disociativos
Los fenómenos disociativos desencadenados como respuesta a un estrés agudo, bien puramente psíquico, (grave discusión o noticia) como físico ( un accidente, terremoto etc) son sin duda fenómenos protectores ante un estrés o situación que no admite una respuesta racional constructiva, bien por falta de tiempo o bien por falta de recursos. En una situación dramática como las antedichas, o situaciones de guerra o en un incendio en lugar cerrado, es evidente que la disociación de la consciencia puede ser mucho más protectora que por ejemplo una reacción de huida “alocada” es decir instintiva pero no planificada.
Pensemos en concreto en el incendio de una sala de espectáculos con salidas estrechas. El riesgo de muerte en una avalancha, como tantas veces ha sucedido en diversos lugares del mundo, es mucho mayor que la disociación que consigue “un tiempo de espera” hasta la recuperación plena de la consciencia. Además de proporcionar una demora para la organización de la respuesta, la disociación protege al sujeto de una angustia excesiva o intolerable merced al mecanismo de la “huida psíquica” dentro del propio yo. Así conductas histéricas tan frecuentes en e la psiquiatría de urgencia en los hospitales deben entenderse como tales mecanismos de defensa “también filogenicamente preformados” y que merecen tanto nuestra atención investigadora, como nuestro respeto personal y clínico.
Así la disociación puede enumerarse al lado de los demás mecanismos de lucha, huida o sobrecogimiento (hacerse el muerto y bloqueo total) Sin duda la existencia de este archivo-programa de conducta en el S. N. C. forma parte del acervo de conductas aprendidas y fijadas a lo largo de la evolución y debido naturalmente a su eficacia y potencial adaptativo.
Otros síntomas psicóticos
Dejo para el final algunas cuestiones más difíciles, controvertibles e inseguras pero que constituyen tema de mi particular interés. Como decíamos el objeto a considerar no debe ser la entidad nosológica sino algunos síntomas particulares:
Sinestesias: Se presentan en los pródromos de algunas psicosis; en las intoxicaciones por psicodélicos y también son posibles en algunas situaciones de gran impacto emocional o de ansiedad. Ahora sabemos que también algunas personas normales sobre todo las mejor dotadas para la creación artística plástica, puede tener esta capacidad, síntoma o fenómeno. Consiste en la asociación automática de una percepción (o mejor sensación) a otro estimulo procedente de otro canal sensorial. Huxley en su “Las puertas de la Percepción” (Una obra clásica sobre la autoexperimentación con psicodélicos) describe en admirable prosa el encanto que le produce el hecho de que bajo los efectos de la mescalina al observar un ramo de violetas oye (alucinatoriamente) una maravillosa música de cámara.
Algunas personas como decía pueden ser sinestésicas como característica individual. Pueden por ejemplo asociar un numero con un color determinado, o un significado con un color (por ejemplo todas las palabras que significan vegetales son vistas en grafía verde. . . ) ello favorece enormemente la percepción y el recuerdo naturalmente.
Puede aceptarse que en todas las personas existen “subconscientemente” tendencias hacia este tipo de asociaciones y si decimos o leemos la palabra verde, tendemos a ver las letras en ese color verde. Es sumamente interesante una prueba cognitiva basada en esta función: La prueba de Stroop. En ella el probando debe discriminar el color de una palabra del significado (de un color distinto) de la misma. Se acepta que la discriminación exige un esfuerzo cognitivo y que por lo tanto en situación de decadencia de la función tienda a asociarse con más firmeza, el color de las letras con el significado de la palabra; es decir, a fallar la prueba. Es decir existiría una asociación arcaica (filogénica) entre el color de una palabra escrita con el color de los objetos significados por la misma.
Existen también lo que puede llamarse en neologismo psicopatológico que improviso sobre la marcha, “sinestaxias” consistentes en que un estimulo sensorial se asocia automáticamente a una descarga motora. La descarga motora automática puede también desencadenarse paralelamente a un pensamiento o acompañando a una verbalización bien expresada o bien interna. Me refiero por ejemplo a los gestos semiautomáticos que puede hacer un orador al hablar. Si nos fijamos bien observaremos que con frecuencia tienen que ver con el contenido del discurso.
Al describir un golpe se da un golpe con la mano - en el aire - al relatar una carrera, el orador si está de pie da unos pasos sobre el estrado. O bien la verbalización imita el mismo ruido o efecto sonoro que produce la acción motora. ¿Quién al dar un golpe con una vara sobre un objeto no dice a la vez Zas? ¿Y qué son las onomatopeyas? En los TBO de los niños con frecuencia se omite toda palabra y en el recuadro o burbuja aparece solamente la onomatopeya; es decir, imitación del ruido, del acto que realiza el protagonista. ¿Por qué no aceptar que en clave filogénica este ruido se imita con la boca y finalmente se convierte en una palabra? Por supuesto que todo ello parece o es a la vez un recurso oratorio que mejora la expresión y la comunicación por el gesto. Así pues, bajo una meditación filogénica-evolutiva podemos pensar a la inversa: que primero fue el gesto que mimetizaba un acto o conducta y luego el gesto se acompañó de una vocalización. La vocalización seguía la secuencia motora del acto enfatizándole y reforzándole. Sugiero que esta situación podría darse precisamente en el trabajo de la fabricación de herramientas. En concreto las herramientas líticas que precisaban secuencias de golpes medidos y exactos que producían cada uno determinado sonido que era acompañado, reforzado e imitado por la verbalización. En una situación posterior ese sonido sustituiría simbólicamente a la secuencia motora y con ello se inauguraría el lenguaje que según Bühler consta de una función expresiva, el ruido acompañando al golpe, y otra comunicativa: el ruido sustituyendo al golpe. Aquí el círculo funcional entre la percepción- pensamiento- acción de Weizsäcker tiene una vez más su aceptación.
Así la secuencia motora que exige un acto complejo, fabricar una herramienta, sirvió como modelo “cerebral” para el establecimiento de la secuencia lingüística en la que se describe en principio ese mismo acto. A partir de ello puede especularse que una argumentación o pensamiento complejo o lógico sigue también la misma pauta: el encadenamiento de diversas secuencias a momentos que van guardando entre sí ciertas reglas de concatenación; es decir, ciertas reglas sintácticas. . . . y la sintaxis es algo así como el esqueleto o armadura interna del pensamiento y del lenguaje. Incluso en situación actual a veces una sarta de sonidos pueden servir como nemotécnica para recordar una sarta de movimientos. Recordemos los gritos de salida en una competición deportiva, o los que parecen acompañan obligatoriamente a los golpes de kárate. Incluso podríamos citar aquí el "Ole" en los toros ante una acción motora conseguida.
Esta teoría o la que expondré después me parece puede sustituir con creces a la habitual sobre el origen del lenguaje basado en la necesidad de comunicación en el grupo de caza. Los lobos cazan admirablemente bien en grupos coordinados y no precisan el lenguaje; basta la comunicación gestual. Así pues el lenguaje la posible lectura y el pensamiento son siempre motores, en voz alta o al menos voz susurrada pero en la que se realizan los movimientos articulatorios correspondientes. Solo mucho más tarde, tanto en la filogenia y por lo tanto en la historia, y en la ontogenia, la maduración desde el niño al consumado lector, se consigue una lectura meramente interna, sin verbalización; es decir un pensamiento meramente interno, sin verbalización.
La relación entre pensamiento y motricidad en el marco de nuestra teoría, es fácil de comprobar en la lectura. Los lectores poco avezados - se dice que todos hasta San Agustín o Erasmo - leían en voz alta; y en consecuencia su lenguaje interno también se vocalizaba o de forma total o al menos iniciada o susurrada. ¿No es esto lo que observamos al comienzo del deterioro orgánico cerebral senil? ¿No comienza éste por la anciana que comienza a hablar solo a la par que realiza sus actividades cotidianas ( ¿Dónde he puesto las gafas. . . . . ) ¿No es esto lo que observamos en nuestros psicóticos alucinados verbalmente? El hecho estaba descrito hasta la saciedad por los clásicos, cito a Hecaen Ajuriagurra, Goldstenin y Lhermitte por citar solo a los que me vienen a la memoria en este momento. En las alucinaciones verbales ocurre, quizás, en primer lugar una vocalización motora automática y la percepción de la misma (No por el oído sino por vía propioceptiva. . . . ) constituye la alucinación. Los contenidos de la alucinación verbal son pues aquellos mismos del lenguaje interior, de este diálogo que todos realizamos con nosotros mismos de forma continua y espontánea y que es el propio pensamiento y origen de la conducta.
Así que los primitivos - en la lectura - y los primitivos en el habla (estamos ya en la filogenia) . . . hablarían siempre acompañándose con una conducta motora y a la inversa, quizás, toda conducta motora ( voluntaria . . . ) iría acompañado de una verbalización. Retornemos de nuevo al párrafo anterior sobre las semejanzas “melódicas” entre un acto motor complejo y el lenguaje. Explicaríase así parcialmente por este mecanismo el origen del lenguaje y explicaría la alucinación verbal por lo tanto como un arcaísmo filogénico; es decir dentro de nuestro tema de reflexión: Comprensión de los síntomas como regresiones funcionales a épocas filogenias arcaicas, debidos, claro está a la decadencia de la función actual o madura.
Es más: la asociación entre lo motor, y lo sensorial permite todavía alguna precisión más. En algunos casos podemos descubrir una asociación concreta entre determinado tipos de estímulos sensoriales y determinados tipos de verbalizaciones palabras o sonidos. Estas afinidades o asociaciones nos parecen obvias precisamente por la existencia en uno y otro caso de algún elemento común o similar. A este respecto referiré un experimento de Köhler bien conocido: si se presenta a los probandos una figura geométrica angulosa y otra con curvas y redondeces y se les dice que una figura se llama “macumba” y la otra “tanaké”, se comprueba que con una altísima probabilidad la forma redondeada se asocia con macumba y la angulosa con tanaké. Una palabra es explosiva y aguda evidentemente y la otra suave y redonda. . . ¿Por qué las palabras acentuadas en su pronunciación en la última silaba se llaman agudas? Tienen sin duda su extremo afilado y pueden pinchar con él. ¿No hace el ruido de golpear la piedra un sonido agudo y el de manejar madera o plumas unos sonidos sordos y graves???
Todavía pueden describirse más asociaciones entre lo motor y lo verbal. Los niños - todavía primitivos en el arte de la escritura, mordisquean sus lápices, o mascan chicle como forma de estimular la precisión de su mano. Si observamos a alguien que corta con unas tijeras una cartón o paño de cierta longitud no es raro comprobar que simultáneamente abre y cierra la boca . . . . imitando el movimiento de las tijeras. Y al colocar la llave en una cerradura difícil he podido observar alguna vez cómo la boca toma una forma parecida al agujero de la llave. Todo ello en situaciones de dificultad, de tensión o bien de déficit funcional general o parcial. .
¿Que hacen los afásicos en sus intensos intentos de comunicarse cuando las palabras no acuden a sus bocas. . . . ? Así, pues, podríamos pensar que el psicótico que tiene dificultades para la ejecución motora por su defecto neurobiológico la sustituye; es decir, desencadena en su lugar de forma automática e inconsciente su acompañante verbal; las verbalizaciones que podrían corresponder a ese acto o conducta no realizada; por ello mismo parte fundamental de la rehabilitación del psicótico es la instauración de terapias ocupacionales o laborales disminuyendo el tiempo de estar pasivo en el cual precisamente y como es sabido se producen en gran parte las alucinaciones verbales, síntoma, sin duda, el más característico. El más de primer rango del esquizofrénico. ¡Cuánto nos gustaría que Kurt Schneider pudiera leer estas líneas. . . . . .
Todas estas asociaciones encuentran su comprensión neurobiológica en el hecho de que las áreas del “giro angular” donde confluyen los tres grandes lóbulos cerebrales (parietal, temporal y occipital) son áreas de integración-discriminación de alto nivel en que el se involucran funciones perceptivas, motoras y lingüísticas.
¿Acaso estas disfunciones o síntomas no están también próximas a la percepción delirante? En ellas un detalle sensorial (por ejemplo el color rojo de una silla) es asociado con la idea de la muerte, y el sujeto al observar dicha silla nos afirmará: “en esa silla me van a decapitar esta tarde. ” El rojo es una vez más la sangre. El psicótico pues alude a simbolizaciones arcaicas aun sin ser consciente de ello. No solo pues el paranoidismo como ideación primitiva si no la simbolización en su más lato sentido y por este camino la metáfora lingüística o plástica y de aquí la capacidad creadora de algunos psicóticos.
Así pues el potencial cognitivo jerárquicamente superior discrimina, separa, delimita y precisa; la decadencia en la función o dicha función en el primitivo, asocia, engrana, interrelaciona, simboliza, apocopando a veces los eslabones intermedios llegando por ello a ser incomprensible.
Está en juego lo que Zubiri llama la hiperformalización de la realidad, consistente en el hecho de que nuestra percepción parcela cada vez más el mundo en objetos y hechos independientes que constituyen las cosas y las funciones cuando en realidad el universo es un conjunto sincitial o proceso continuo; es decir, Heráclito tal como recuerda tan enfáticamente nuestro buen amigo Salvador Porras en este mismo Congreso. Es por lo tanto el lenguaje de nuevo el que adscribiendo palabras a parcelas de la realidad, trocea a ésta creando entidades lingüísticas y cognitivas, pero que no tienen una "realidad en sí". Esta parcelación es completamente arbitraria y es de suyo totalmente ilimitada. Los entes lingüísticos en contra de la admonición de Occam pueden ser indefinidamente multiplicados y luego adviene la absurda pretensión de encontrar seres reales para tanto ser ideal especulado sobre las fantásticas, pero peligrosas posibilidades del lenguaje-pensamiento humano Viene aquí a cuento citar a Goethe que escribió: “Las cosas son diferencias que nosotros ponemos”. A continuación convendría de nuevo citar a Goethe otra vez: “El autentico maestro se muestra en la restricción”; u otro tanto de lo mismo, y permítasenos aprovechar aquella magnifica suerte que tuvimos en nuestra generación de estudiar largos años latín: “Non multa sed multum” (“Quien tenga oídos para oír que oiga”)
Una función primordial y primaria en esta diferenciación o parcelación del mundo consiste naturalmente en la distinción entre el yo y el mundo; entre lo pensado y lo percibido, entre el sujeto y el objeto. Pues bien, la borrosidad de los limites entre sujeto y objeto, entre pensado y percibido etc. . . . son características que describen muy bien algunas disfunciones del psicótico.
Para él - en la situación apocalíptica de Conrad por ejemplo, - todo el mundo es el yo; o tiene que ver con el yo, y todo lo que pienso es verdad o se realizará. . . . El yo psicótico falla en esta función cognitiva de diferenciación o hiperformalización viviendo con ello en un universo sincitial análoga a la del bebe en el seno materno, o al primitivo en su horda. Los deseos se realizan o “son lo mismo” que la realidad.
Todos conocemos las doctrinas de Crow acerca de la relación entre esquizofrenia y lenguaje y como los defectos del mismo son la base funcional del psicótico. “La esquizofrenia es el precio que paga el hombre por tener el lenguaje” De acuerdo, pero queda por comprobar el cómo y el porqué. Mis páginas anteriores son meramente conjeturas sobre el problema.
Creo que puedo terminar estas consideraciones sobre el lenguaje presentando una teoría sobre el origen del mismo que es poco conocida y que posee para mí no solo un importante fundamento, sino también una bellísima ternura y poesía. Desgraciadamente no puedo citar el nombre de su autor por haber perdido mi ficha bibliográfica al respecto. Ruego por ello que si alguien lo conoce me lo comunique. Dice esta teoría que el lenguaje lo crea la mujer. Esta se queda en casa cuidando al niño y al fuego y haciendo la comida. Para que el niño esté tranquilo tiene que sujetarlo con la mano izquierda de forma que el oído del niño quede junto al corazón de la madre cuyo latido percibido por el niño prolongando la percepción del latido continuo que percibió antes de nacer. Por lo tanto queda libre la mano derecha que manipula la cuchara de la olla y el atizador del fuego. Así la mano derecha es la ejecutora y activa. . . . Simultáneamente susurra y canturrea al compás desde luego de su trabajo y según lo que antes describimos. (¿Cómo son las canciones del trabajo desde el Missisipi al barrer de la era castellana?) Así pues el origen de la lateralización derecha y la simultaneidad motora en la mano, en el canto, en el ritmo y luego en el lenguaje. . . . un lenguaje que no hacía al principio más que marcar el movimiento y tranquilizar al niño. . . El primer lenguaje fue por lo tanto canto y poesía a la par del trabajo, luego en el ocio se constituyó en danza. . . . .
Comentarios finales
Todo lo anterior debe acogerse, lo repito una vez más como meras sugerencias que pueden irse precisando y extendiendo en reflexiones posteriores.
Como última consideración en este momento señalo que evidentemente puede establecerse un árbol jerárquico taxonómico de los diversos síntomas aludidos que muestren tanto su nivel de complejidad como sugerencias sobre el momento de aparición. Quiero decir que unos síntomas han de ser arcaicos, ubiquitarios y comunes con animales incluso muy simples, y otros serian específicamente humanos. Si desde este punto de vista establecemos un orden, es evidente que colocaríamos como más arcaico la angustia. El miedo, como el dolor, son mecanismos primarios de defensa que se inauguran con la sensibilidad inconsciente; es decir marcando meras formas de reacción, negativa ante lo deletéreo y positiva ante lo necesario.
Según avanza el perfeccionamiento de las funciones cognitivas el miedo ha de estar cada vez más fijado, más especificado; en objetos, primero externos y reales, luego en el hombre o en animales capaces de representación interna, si les hubiere, en ideas.
Los síntomas ligados al lenguaje como las alucinaciones auditivas verbales evidentemente son exclusivos del hombre dotado del lenguaje. El lenguaje con las tres funciones Bühlerianas (expresión, comunicación, proposición) es la única función específicamente humana y que nos diferencia del animal. Por eso no encontraremos esquizofrenias en los animales.
Por el momento basten las presentes sugerencias en un tema tan interesante como difícil. Espero ávidamente las opiniones de los lectores.
Bibliografía
Bayer Klaus: “ Evolution – Kultur – Sprache. Eine Einführung. ” ( Ediciones de la Univ. de Bochum. )Brockmeyer. 2. Edición. Bochum 1996.
Se trata de una densa y sugestiva obra dentro del pensamiento sociobiológico. Reseño el título de los capítulos:
Conceptos básicos de la teoría de la Evolución.
Evolución y cultura.
Cerebro y consciencia.
La evolución de la comunicación
El lenguaje humano.
La evolución de la capacidad lingüística.
La evolución de las Lenguas.
G. E. Berrios. ” The History of Mental Symptoms” Cambridge Univ. Press. 1995.
No se trata de la historia natural o evolucionista de los síntomas si no de la historia de su descripción y conceptualización a lo largo sobre todo del siglo XIX. No obstante es una obra interesantísima también respecto el tema de este trabajo al describir las observaciones princeps que llevaron a los conceptos habituales de la psicopatologia y por lo tanto ayudándonos rastrearlos en el proceso de hominización. Además presenta una inmensa bibliografía en la que reseña, podemos aceptar todas las obras importantes de casi dos siglos de psiquiatría.
Dennet C. Daniel. “Contenido y Conciencia”Ed. Gedisa. Barcelona 1996.
Dentro de los autores más conocidos sobre el tema de Consciencia y cerebro que estuvo de moda en años pasados, seguramente al compás de la década del cerebro que acaba de terminar, es Dennet y quizás con Crick el menos especulativo por lo que le cito aquí. La cuestión de la conciencia respecto el tema que nos ocupa es, naturalmente, consistirá en identificar cual es el valor añadido adaptativo que aporta, y para ello es imprescindible conocer lo más exactamente posible sus funciones, que en este caso se centran en la definición más arcaica de la consciencia como portadora del “acto intencional”. Citar a los investigadores solo más importantes que se han ocupado de la consciencia excede totalmente las dimensiones del presente trabajo de mera reflexión e introducción.
Irrgang, B. “Lehrbuch der Evolutionären Erkenntnistheorie· ( Manual de teoría evolucionista del conocimiento. ) De. Reinhardt. Coleccion UTB. München, Basel. 1993.
Se trata de un denso y magnifico libro que trata tanto de los aspectos históricos de las ideas acerca de la cuestión como los nuevos conocimientos desde la teoría de la evolución, la autoorganización y doctrinas de los sistemas complejos. Reseño los títulos de algunos capítulos:
Conocimiento (Cognición) como adaptación en forma de realismo hipotético.
Los nuevos paradigmas: Autoorganización y adjetivación desde la perspectiva del observador.
La sociobiología como punto de partida de la ética evolucionista.
La misión de la filosofía en un programa interdisciplinario de investigación sobre teoría evolucionista del conocimiento.
García Porrero, J. ( Editor) “Genes, Cultura y Mente” Una reflexión multidisciplinar sobre la Naturaleza Humana en la década del cerebro. ” Publicaciones de la Universidad de Cantabria. 1999.
Se trata de un volumen que recoge las lecciones de un curso de verano en Laredo de la Universidad de Cantabria en la que participaron entre otros: Prof. P. Gómez Bosque, J. Flórez, E. Perez Pellón, José Mª Izquierdo y A. Jimeno Valdés
Vilayanur S. Ramachandran y Edward M. Hubbard. “Escuchar colores; saborear formas” Investigación y Ciencia: Julio 2003. Pag. 21 a 27.
Se trata de un artículo depurado y luminoso como todos los de Investigación y Ciencia, que bajo ropaje de divulgación presenta los últimos avances y pensamientos sobre cuestiones harto puntuales. Este artículo describe el fenómeno de las “Sinestesias” tanto en situaciones normales como patológicas, conjeturando las estrechas relaciones entre la percepción por los diversos canales sensoriales y la motricidad. De éste artículo he tomado muchas ideas de las descritas en éste trabajo sobre el origen del lenguaje y que brindan apoyo a las conjeturas relativas al origen filogénico de las alucinaciones verbales, síntomas principales de las esquizofrenias.
Las citas que siguen están tomadas de la bibliografia aportada en los Seminarios sobre psicología y psicología Evolucionista del Departamento de Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Giessen. ( Prof. B Kanitscheider, Voland E , Irregang, C. )
Buss D. M. Evolutionary Psychology. Allyn and Bacon Voston 1999
Voland, E. “ Das Verhalten des Menschen” en Enciclopedia Brockhaus. Leipzig – Mannheim. 1999.
Miller, G. F. “Sexual selection for cultural displays” in Edit. Dunbar, R. C- Power C. (The Evolution of Culture. An Interdisciplinary View. Edinburg. U. P. 1999.
La comprensión del origen filogénico de los síntomas psiquiátricos exige conocimiento sobre como se explica hoy día la “anamorfosis” es decir la ascensión en complejidad de los seres vivos y por extensión de toda la Naturaleza, a partir de los presupuestos básicos de las leyes fisicoquímicas, especialmente de las termodinámicas, integradas en las teorías de la Complejidad o del Caos y el Orden. Dado que son bien conocidas algunas obras en español, cito únicamente algunas originales de especial importancia, en mi opinión. :
Haken, H. ; Wunderlin, A. “Die Selbsstrukturierung der Materie”. Braunsweig 1991.
Peitgen, H. O. “ Chaos, Bausteine der Ordnung”. Berlin, Springer, 1994.
Kanitscheder, B. “Von der Mechanistischen Welt zum kreativen Universum” Darmstadt: WBG, 1993.
Esta obra del profesor de filosofía de la ciencia de Giessen y citado anteriormente, presenta el problema desde las dos vertientes, que desde Aristóteles se centraban en la búsqueda de las causas eficiente ( la causalidad desde las estructuras inferiores – en complejidad - ) o finales ( la causalidad desde las estructuras o planes superiores –en complejidad también ) Los conocimientos actuales en estas interesantísimas materias que concilian de una vez la teleología tan evidente en los seres vivos con el aparente azar de lo inanimado, acaban identificando lo causal eficiente con las afinidades fisicoquímicas, o la final con los “atractores” del sistema; es decir las estructuras complejas que por el mero hecho de ser posibles según las primeras se hacen probables y por ello mismo se tornan existentes dado un tiempo suficiente. Tuve la suerte de permanecer como becario un tiempo en este departamento lo que supuso para mí, que siempre reputé, por mi pensamiento físico predominante, como incomprensible el “motor de la evolución” dentro del neodarwinismo, supuso una comprensión sino cabal si suficiente dados los actuales conocimientos de tan abstruso problema.
Voland, E. “Grundriss der Soziobiology” G. Fischer. Stuttgart, Jena. 1993.
Por ultimo refiero la dirección en la red del citado departamento de Filosofía de la Ciencia de Giessen ( Republica Federal Alemana )
< w. w. w. uni-giessen-de>
R. Riedl: “ Biologia del Conocimiento. Los fundamentos filogénicos de la razón” Labor Universitaria. 1ª ed. 1983. Traducido del alemán,
El autor es
IMPORTANTE: Algunos textos de esta ficha pueden haber sido generados partir de PDf original, puede sufrir variaciones de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.