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Alcoholismo, hombre y sociedad.

Autor/autores: Alejandra Magalis Martínez Hurtado
Fecha Publicación: 01/03/2005
Área temática: Adictivos, Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

El alcoholismo es considerado un fenómeno universal que constituye uno de los primeros problemas de la salud pública en la mayoría de los países, como resultado de ello cerca del 70% de la población mundial consume bebidas en diferentes proporciones y el 10% se convertirán en alcohólicos en el curso de sus vidas. Más hombres que mujeres consumen alcohol, más del 50% de ellos tiene edades que oscilan entre los 15 - 28 años; la conducta de estos enfermos afecta emocionalmente a sus familiares más cercanos y más de 75 000 adolescentes se agregan anualmente a las primeras etapas de la enfermedad.

Existe un riesgo suicida alto, de forma tal que cerca del 54% de los suicidios y el 77% de las tentativas que ocurren se relacionan con el alcoholismo. Para la autora los cuadros más comúnmente asociados son el trastorno antisocial de la personalidad y los trastornos afectivos por ansiedad, depresión y fobias. Describe como el consumo del alcohol conduce a la aparición de ! los trastornos neuropsiquiátricos, las que pueden ser agudas, como el delirium tremens, o de evolución crónica, según se observa en la psicosis de Korsakoff. La urgencia médica puede variar desde las causas puramente somáticas secundarias al consumo o a la abstinencia del alcohol, hasta otras complicaciones ocasionadas por caídas, actos suicidas y lesiones por accidentes laborales o de tránsito.

Palabras clave: Alcoholismo, Psicosis alcohólicas, Riesgo suicida, Trastornos neuropsiquiátricos


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Alcoholismo, hombre y sociedad.

Alejandra Magalis Martínez Hurtado.

Servicio psiquiatría hospital Universitario Dr. Joaquín Albarrán.
Ciudad Habana. Cuba

PALABRAS CLAVE: alcoholismo, riesgo suicida, Trastornos neuropsiquiátricos, psicosis alcohólicas.

(KEYWORDS: Alcoholism, Suicide risk, Neuropsychiatric disorders, Psychosis. )

Resumen

El alcoholismo es considerado un fenómeno universal que constituye uno de los primeros problemas de la salud pública en la mayoría de los países, como resultado de ello cerca del 70% de la población mundial consume bebidas en diferentes proporciones y el 10% se convertirán en alcohólicos en el curso de sus vidas. Más hombres que mujeres consumen alcohol, más del 50% de ellos tiene edades que oscilan entre los 15 - 28 años; la conducta de estos enfermos afecta emocionalmente a sus familiares más cercanos y más de 75 000 adolescentes se agregan anualmente a las primeras etapas de la enfermedad. Existe un riesgo suicida alto, de forma tal que cerca del 54% de los suicidios y el 77% de las tentativas que ocurren se relacionan con el alcoholismo. Para la autora los cuadros más comúnmente asociados son el trastorno antisocial de la personalidad y los trastornos afectivos por ansiedad, depresión y fobias. Describe como el consumo del alcohol conduce a la aparición de ! los trastornos neuropsiquiátricos, las que pueden ser agudas, como el delirium tremens, o de evolución crónica, según se observa en la psicosis de Korsakoff. La urgencia médica puede variar desde las causas puramente somáticas secundarias al consumo o a la abstinencia del alcohol, hasta otras complicaciones ocasionadas por caídas, actos suicidas y lesiones por accidentes laborales o de tránsito.

Abstract

The alcoholism is considerate an universal phenomenon that produce one of the first health problems, 70% of the world population consume alcohol in different proportions and 10% will be alcoholics in their life. More men that women consume, more than 50% of them have ages between 15 – 28 years old; the conduct of this patients will have emotional changes in their family and more than 75000 adolescents begin in the illness. Exist a high suicide risk about 54% of the suicides and the 77% of the tentative that happen have relation with the alcoholism. For the author the comorbility more frequently are the antisocial personality and the affective disorders for anxiety, depression and phobias. Describes how the alcohol consumption produce neuropsychiatric disorders that can be acute, like the delirium tremens, or chronics like Korsakoff psychosis. The medical urgent is produce by consume or abstinence of alcohol and another complications fallings, suicides and labor or transits accidents.



En la actualidad, el alcoholismo es considerado como un fenómeno universal que constituye uno de los primeros problemas de la salud pública en la mayoría de los países del mundo, y está catalogado como el tercer problema sanitario de gravedad, precedido solamente por las enfermedades neoplásicas y los procesos cardiovasculares.

Como es conocido, es la drogodependencia más expandida en el mundo, con la característica de ser la única sustancia adictiva institucionalizada, que la sociedad maneja con toda libertad. El alcohol reduce en aproximadamente 10 años la expectativa de vida y produce más fallecimientos que el abuso de cualquier otra sustancia. Reportan cada año más de 200. 000 decesos vinculadas con su uso1, las principales causa son el suicidio, los homicidios, el cáncer, las enfermedades cardíacas, las hepáticas y más de la mitad de los accidentes del tránsito clasificados como graves.

En países de África y Asia se han perdido gran parte de los antiguos controles sociales o religiosos que existían décadas atrás, mientras que en los países occidentales se ha desarrollado un estilo de vida caracterizado por un consumo exagerado, lo que ha dado como resultado que cerca del 70% de la población mundial consuma bebidas en diferentes proporciones y que de ellas el 10% aproximadamente pasarán a convertirse en alcohólicos en el curso de sus vidas.

Según cálculos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el alcoholismo en América Latina afecta a unos 38 millones de personas, lo que representa casi el 10% de la población adulta en una proporción de 10, 4 hombres por cada mujer, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Programa de Alcohol-Drogas-Tabaco señala que Europa está considerada como el continente con más alto consumo, producción y exportación de alcohol a nivel mundial, donde cada año fallecen más de 55 000 jóvenes por el abuso de dicho tóxico2.

En México, la magnitud del problema se pone de manifiesto en algunas estimaciones que señalan que cerca del 6% de la población adulta es alcohólica, lo que representa una cifra cercana a los dos millones de personas, las cirrosis alcohólicas están entre las 10 primeras causas de muerte y más del 35% de los accidentes de tránsito son causadas por el alcohol. En Argentina existen más de dos millones y medio de alcohólicos; el 30% de los ingresos en los hospitales generales y el 50% de los ingresos en las instituciones psiquiátricas son por alcoholismo.


En los Estados Unidos este trastorno ocupa el tercer lugar en la lista de los problemas de salud, allí se cuantifican más de 20 millones de personas alcohólicas, de las cuales cerca de cinco millones son mujeres. En esa nación los costos sociales, tanto directos como indirectos, se han estimado en más de 150 billones de dólares, valorados fundamentalmente en pérdidas en la producción, cuidados de la salud, accidentes y delitos3. Entre el 30% y el 40% de los adultos han presentado, por lo menos una vez en sus vidas, algún problema derivado del consumo de alcohol; como son los episodios de amnesia o blackout tras una intoxicación, conducción de vehículos en estado de embriaguez y ausentismo escolar o laboral debido a la intoxicación etílica. Existe una afectación considerable en su sistema de salud, pues cerca del 10% de los adultos que reciben atención médica privada son alcohólicos y entre el 15 y el 40% de los ingresos en los hospitales estatales se deben a problemas relacionados con este tóxico8.

Más hombres que mujeres consumen alcohol en la mayoría de los países, aunque estas cifras se han estado igualando durante los últimos años, en tal proporción que en algunas partes del mundo llega a ser en la actualidad de tres hombres por una mujer, lo que refleja un incremento evidente de sus cifras.

En los varones el alcoholismo es más intenso entre los 18 y 20 años, disminuye en la tercera década y se incrementa por segunda vez hacia los cuarenta. En las mujeres el comportamiento es diferente; el pico más elevado se produce más tardíamente, entre los 25 y los 29 años, disminuye ligeramente en la cuarta década, para incrementarse nuevamente a principios de la quinta.

Internacionalmente se señala que más del 50% de los alcohólicos tienen edades que oscilan entre los 15 - 28 años y más del 65% de ellos están en edad plenamente productiva; la conducta de estos enfermos afecta emocionalmente como promedio, a cinco personas, entre los que se incluyen a los padres, hermanos, cónyuges e hijos y el 80% de los divorcios tienen su origen en el alcoholismo4. El 75% de los estudiantes de nivel superior consumen bebidas alcohólicas y más de 75 000 adolescentes se agregan anualmente a las primeras etapas de la enfermedad.

De igual manera se señala la existencia de un riesgo suicida alto, de forma tal que cerca del 54% de los suicidios y el 77% de las tentativas de suicidio que ocurren en el mundo se relacionan con el alcoholismo. Está presente en el 20% de las consultas psiquiátricas. Son la 4ta causa de mortalidad. El 50% de las Cirrosis Hepáticas son de causa alcohólica. El 15% de las urgencias generales son por complicaciones. El 80% tienen conflictos familiares. El 85% de niños maltratados son hijos de alcohólicos. Del 25 - 50% de los hijos de padre / madre alcohólicos, también serán alcohólicos.


Los cuadros clínicos más frecuentes están relacionados con el abuso o la dependencia al alcohol, al efecto carencial del tóxico, a la aparición de síntomas psicóticos y a la presencia de trastornos psico-sociales derivados de la conducta adictiva. Los trastornos ocasionados con el abuso o la dependencia al alcohol son de carácter agudo y se expresan como cuadros de intoxicación o síntomas de abstinencia

Los trastornos por efectos tóxico-carencial se presentan por acción del alcohol sobre el sistema nervioso central fundamentalmente por déficit de tiamina y vitamina b12, estados reversibles en las primeras etapas, en cuya etiología se consideran los factores de malnutrición y avitaminosis.

En cuanto a la presencia de síntomas psicóticos relacionados con el consumo del alcohol se mantiene la discusión de si en realidad lo que produce la sustancia es simplemente el desencadenamiento de un trastorno subyacente y larvado5.

Por otra parte el amplio espectro de repercusiones psico-sociales incorpora circunstancias tanto familiares como laborales. En el marco familiar los conflictos van acompañados de escándalos, denuncias, agresividad verbal y física, con gran afectación a la pareja por una vivencia llena de desajustes y degradación que llevan frecuentemente al divorcio.

Gran cantidad de enfermos alcohólicos tienen antecedentes de esta enfermedad en sus familiares de primer grado, es decir, los hijos de los alcohólicos padecen con mayor frecuencia de alcoholismo, señalándose en ellos características diferenciales como el inicio más precoz, la mayor severidad clínica y peor evolución, elementos que han sido denominados alcoholismo familiar6.

Laboralmente el problema más frecuente es el ausentismo, la incapacidad laboral transitoria o permanente, como consecuencia de los numerosos trastornos físicos y los accidentes que ocasiona esta adicción.

También son frecuentes las conductas antisociales, con mayor o menor degradación en la
personalidad, así como la propensión a cometer actos delictivos, afectación del orden social, violencia doméstica, conducir en estado de embriaguez y otros delitos, los que se producen con mayor frecuencia entre adolescentes y adultos jóvenes, que entre adultos de edades más avanzadas.

Frecuentemente al alcoholismo se asocia el trastorno antisocial de la personalidad y los trastornos afectivos por ansiedad, depresión y fobias. En las mujeres predomina la llamada personalidad bordeline7 caracterizada por marcada irritabilidad, pobre control de sus impulsos y deficiente autoestima. Por otro lado también es frecuente encontrar la codependencia con marihuana, cocaína y otras drogas en hombres y sedantes – anfetaminas e hipnóticos en mujeres.


La historia familiar positiva de depresión previa al alcoholismo o a la adicción a otras sustancias, así como una historia de depresión mayor durante los períodos de sobriedad, nos orienta al uso de la terapéutica antidepresiva, la cual podrá iniciarse incluso antes del tratamiento antialcohólico.

Estudios daneses sobre adopción demostraron que el 30% de las hijas de alcohólicos criadas por su padre biológico fueron tratadas por depresión. Otros estudios han demostrado que aquellos pacientes que tienen un consumo excesivo diario e historia familiar de alcoholismo, tienen un riesgo suicida muy alto, de forma tal que cerca del 77% de las tentativas de suicidio y el 54% de los suicidios consumados están estrechamente relacionados con el alcoholismo, lo que se incrementa con otros factores como la presencia de un episodio depresivo profundo, sistemas de apoyo psico-social muy poco consistentes, la existencia de una enfermedad médica importante, el desempleo y la vida solitaria8.

La tasa de morbilidad entre los alcohólicos es muy alta, se reporta que cerca del 25% de los ingresados en los hospitales generales son por complicaciones derivadas del alcoholismo9, la tasa de mortalidad es 2, 5 veces superior a la tasa normal, las muertes por accidente son siete veces más alta que en la población general y la tasa de suicidio es también 2, 5 veces mayor que en el resto de la población. Existe una estrecha relación entre el proceso de alcoholización con diferentes manifestaciones de crisis reflejados en los casos de muertes violentas, suicidios, accidentes de tránsito, accidentes laborales, violencia hogareña y asociación a otras drogadicciones.

En relación con los mecanismos etiopatogénicos, en la instalación del alcoholismo se formulan a partir de la obtención de datos genéticos, neurofisiológicos y bioquímicos. En los estudios realizados por Goodwin con hijos adoptados cuyos padres biológicos eran alcohólicos, encontró niveles de alcoholismo cinco veces más frecuentes que aquellos en que sus padres biológicos no lo eran. Pollock señala que las hijas de mujeres alcohólicas presentan una tasa de alcoholismo superior a la de los hijos varones, mientras que Winokkour plantea una alta incidencia de alcoholismo en hijos varones de madres con trastornos afectivos, y de mujeres con trastornos afectivos hijas de padres alcohólicos10. A partir de estos análisis se ha formulado la hipótesis de que en algunas familias el alcoholismo puede representar una variedad del llamado espectro depresivo ligado al sexo.

Entre los hallazgos neurofisiológicos en muchos pacientes alcohólicos aparece, un patrón electroencefalográfico caracterizado por la presencia de ondas a lentas y ondas b rápidas, que se modifican con discretas dosis de alcohol, las que se repiten con relativa frecuencia entre sus hijos. Los estudios experimentales han identificado en las pruebas de potenciales evocados, en niños con historia de trastornos por déficit de atención y alteraciones neurocognitivas, menor amplitud en la onda P300; este hecho se ha asociado a un aumento del riesgo de convertirse en adultos con trastornos relacionados con el alcohol11.


En el proceso de uso-abuso-adicción al alcohol se ponen de manifiesto algunos factores que facilitan, o disminuyen, la magnitud de su consumo, los que se han identificado como factores de riesgo y de protección, y pueden actuar como mediadores en el grado de vulnerabilidad del sujeto.

La literatura médica de finales de la década del 70 hace referencia a la vulnerabilidad psicosocial12 vinculando los elementos de rasgos de personalidad, conflictos intra-psíquicos, distintos tipos de aprendizajes y otros factores familiares, culturales, ocupacionales y económicos, como factores de riesgo en la etiología de numerosas afecciones tanto orgánicas como psicológicas las cuales asociadas a elementos propios de la vulnerabilidad biológica como son las condiciones constitucionales, genéticas, edad, sexo y otros, favorecerían el desarrollo del alcoholismo.

En cuanto a los aspectos psicológicos determinantes o causales del alcoholismo se señalan los conflictos emocionales, los rasgos de personalidad y las teorías del aprendizaje y en relación con los factores sociales, se da gran importancia a los que son dependientes del medio donde se desenvuelve el sujeto, las tensiones que surgen como resultado de sus conflictos sociales, el desempleo, la carencia de educación, la falta de atención médica, la delincuencia y la violencia.

Las actitudes ante el alcohol como factores socioculturales pre-establecidos, son expresiones identificadas de acuerdo con las diferentes culturas, existen las culturas abstinentes, las permisivas condicionales y las permisivas incondicionales13, las primeras son conservadoras y generalmente están asociadas a patrones religiosos muy profundos, las permisivas presentan patrones culturales más liberales en cuanto a la tolerancia del consumo del alcohol, con rechazo a la embriaguez en las condicionales, y con total tolerancia y carencia de crítica ante los momentos y situaciones desencadenadas a partir de la embriaguez en las incondicionales.

Otros aspectos que deben ser analizados están relacionados con el desarrollo de la industria licorera y la categoría vitivinícola de un país, la selectividad para el consumo de substancias alcohólicas con diferentes gradaciones como son las cervezas, los vinos y los diferentes tipos de bebidas destiladas, la accesibilidad del tóxico a la población, la utilización del tiempo libre y recreaciones vinculadas o no con el consumo del alcohol y la tradición en la utilización de bebidas sustitutivas como refrescos, jugos, café, te, mate u otras ajenas al alcohol.

La disminución del nivel de propaganda para la promoción y venta de licores, la proporción de trabajadores en labores que implican riesgo alcohólico y la calidad de los servicios médicos para la atención adecuada del paciente alcohólico, también deben ser tenidas en cuenta como estrategias básicas14.

Otro aspecto a analizar es el alcoholismo en la población de riesgo, identificándose como los más proclives las mujeres y los niños-adolescentes. Según los criterios de la OMS, el consumo de alcohol en adolescentes se inicia a los 11, 7 años15, reportándose su desarrollo en varios países de la siguiente manera: en Canadá, el 40% de los adolescentes comienza a beber a los 12 años; en Inglaterra, los varones se inician en el consumo de alcohol a los 13 años; en Suiza, los jóvenes comienzan a consumirlo a los 12 años; en Colombia el 76% de ellos beben a los 17 años; en la India el 47% de los estudiantes universitarios beben una vez por semana; en Estados Unidos el 42% de los varones y el 15% de las hembras a los 17 años también beben una vez por semana.


Según datos del US Department of Health, Education and Welfare16 cerca del 75% de las muertes de los jóvenes en EE. UU. se deben a accidentes, homicidios y suicidios, los que están estrechamente relacionados con conductas antisociales, consumo exagerado de bebidas alcohólicas y estados de embriaguez frecuentes, asociación de bebidas alcohólicas con sustancias psicotropas y consumo de otras drogas.

Otro grupo de edad concebido como grupo de riesgo es el que corresponde al adulto mayor, teniendo en cuenta que el alcoholismo acelera el proceso de envejecimiento y precipita complicaciones médicas graves, sobre todo cuando se asocia a depresión, insomnio y ansiedad por ser factores que incrementan el riesgo de suicidio.

En la tercera edad existen algunos factores de riesgo, concebidos como facilitadores del alcoholismo en este grupo poblacional; entre ellos se señala el deterioro del juicio y del pensamiento abstracto, falta de control de los impulsos, empobrecimiento del lenguaje y de la habilidad para la expresión verbal, así como cambios en la personalidad, con apatía, irritabilidad y agresividad 17.

Se han señalado algunos elementos clínicos como específicos del alcoholismo en los ancianos, entre ellos se destacan los síntomas de impregnación tóxica y / o de deprivación, las ingestas a escondidas, los comportamientos inadecuados y otros síntomas inespecíficos como abandono personal, incontinencia emocional, confusión mental con deterioro y tendencia a la demencia, desconfianza paranoide, caídas y otros accidentes18

Debemos recordar que el consumo del alcohol conduce a la aparición de otras patologías pertenecientes al grupo de los trastornos neuropsiquiátricos, las que pueden ser agudas, como la intoxicación alcohólica y el delirium tremens, o de evolución crónica, según se observa en la celotipia y en la psicosis de Korsakoff. También se presentan los trastornos orgánicos, ya sea por hepatopatías y afecciones pancreáticas agudas y crónicas, las neuropatías por déficit del complejo B y las neoplasias en el trayecto del aparato digestivo.

Otro aspecto a valorar está relacionado con la urgencia en el alcoholismo, donde debe destacarse entre la urgencia médica y la intervención de urgencia. La urgencia médica puede responder a varias situaciones: desde las causas puramente somáticas secundarias al consumo o a la abstinencia del alcohol, hasta otras complicaciones ocasionadas por caídas, actos suicidas y lesiones por accidentes laborales o de tránsito, las que con frecuencia permiten iniciar un tratamiento que hasta entonces el paciente había eludido.

El síndrome de abstinencia es quizás el trastorno que más frecuentemente aparece y es el que lo mantiene atado a su condición de alcohólico: aparece tras una privación de consumo de alcohol entre 1 y 5 días, y sus síntomas pueden ser orgánicos, neurovegetativos y psíquicos, los más frecuentes son la ansiedad, sudoración, temblores, desorientación, trastornos de la percepción con ilusiones y alucinaciones visuales de inicio nocturnas y luego diurnas, trastornos de la memoria predominantemente lacunares, insomnio de conciliación o despertar precoz y déficit de conciencia con episodios nocturnos aislados en los primeros momentos hasta incrementarse con manifestaciones notorias constantes y persistentes.


Por otra parte, la intervención de urgencia está relacionada con situaciones conflictivas acompañadas de una alta carga dramática de demandas familiares19, relacionadas a actos de violencia hogareña, maltrato físico, carencia de atención a menores, u otras, que conllevan a un manejo psicoterapéutico en el cual quedará involucrada la familia.

Pero no siempre resulta fácil lograr que sea el propio paciente quien reclame esta atención médica, por lo que en la mayoría de las veces llega después de muchos años de enfermedad, cuando está seriamente complicado, en una urgencia médica, un problema legal o un grave conflicto familiar.

Según el criterio del profesor Ricardo González20 para lograr efectividad en el tratamiento al paciente alcohólico, este debe pasar por las etapas, el convenio o alianza es fundamental para iniciar el tratamiento, en él se hace evidente que dicha persona tiene necesidad de salir adelante ya que siente al alcohol como un enemigo y no como un aliado; sólo así tendrá éxito y no cuando lo haga movido por presiones ajenas a su propio deseo de curarse. Con la desintoxicación vence la dependencia biológica y mejora el estado físico de los daños producidos por el tóxico. Durante la deshabituación utilizará los recursos necesarios para romper la costumbre del consumo alcohólico y en las modificaciones del estilo de vida es necesario reactivar sus intereses familiares, laborales, recreativos, culturales, deportivos y sociales en general, experiencias asociadas a alto significado emocional que actuarán como reforzadores positivos de la conducta.


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