La menopausia aparece asociada a una importante variedad de síntomas físicos, psicológicos y sociales, susceptibles de ser tratados mediante técnicas cognitivo-conductuales. Además, en esta etapa del ciclo vital pueden empezar a aparecer problemas cognitivos que más adelante podrían estar relacionados con el deterioro asociado a la vejez y que pueden prevenirse utilizando diferentes estrategias de estimulación cognitiva. Por tanto, estamos en el momento idóneo para empezar a desarrollar actuaciones preventivas en relación a estas alteraciones.
En este trabajo, se presenta una intervención grupal de 10 sesiones semanales de dos horas para tratar la sintomatología relacionada con la etapa climatérica y la prevención del deterioro cognitivo relacionado con el proceso de envejecimiento. La intervención relacionada con menopausia incluye psicoeducación, técnicas de desactivación, entrenamiento en nutrición y ejercicio físico, además de ejercicios de Kegel. En cuanto a las técnicas de prevención de deterioro cognitivo utilizaremos orientación a la realidad, entrenamiento cognitivo de la memoria y de la atención y entrenamiento en psicomotricidad. La relevancia del trabajo radica en los posibles componentes de tratamiento y de prevención de este paquete terapéutico de atención integral para diversos síntomas de la etapa perimenopáusica y para aquellos asociados al proceso del envejecimiento en las mujeres.
INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA DE LOS SÍNTOMAS DEL climaterio Y PREVENCIÓN DEL deterioro COGNITIVO
Gutiérrez, Sonia y Solera, Eva
Facultad de Educación, Universidad Internacional de la Rioja.
Rectorado Gran Vía Rey Juan Carlos I, 41, 26002, Logroño, ESPAÑA.
Delegación Madrid. Pº de la Castellana, 163. 8ª Planta. 28046, Madrid, ESPAÑA
sonia. gutierrez@unir. net, eva. solera@unir. net
RESUMEN
La menopausia aparece asociada a una importante variedad de síntomas físicos, psicológicos y sociales, susceptibles de ser tratados mediante técnicas cognitivo-conductuales. Además, en esta etapa del ciclo vital pueden empezar a aparecer problemas cognitivos que más adelante podrían estar relacionados con el deterioro asociado a la vejez y que pueden prevenirse utilizando diferentes estrategias de estimulación cognitiva. Por tanto, estamos en el momento idóneo para empezar a desarrollar actuaciones preventivas en relación a estas alteraciones. En este trabajo, se presenta una intervención grupal de 10 sesiones semanales de dos horas para tratar la sintomatología relacionada con la etapa climatérica y la prevención del deterioro cognitivo relacionado con el proceso de envejecimiento. La intervención relacionada con menopausia incluye psicoeducación, técnicas de desactivación, entrenamiento en nutrición y ejercicio físico, además de ejercicios de Kegel y técnicas de solución de problemas. En cuanto a las técnicas de prevención de deterioro cognitivo utilizaremos orientación a la realidad, entrenamiento cognitivo de la memoria y de la atención y entrenamiento en psicomotricidad. La relevancia del trabajo radica en los posibles componentes de tratamiento y de prevención de este paquete terapéutico de atención integral para diversos síntomas de la etapa perimenopáusica y para aquellos asociados al proceso del envejecimiento en las mujeres.
Palabras clave: menopausia, climaterio, mujer, intervención psicológica, síntomas climatéricos, deterioro cognitivo, vejez, estimulación cognitiva, psicomotricidad.
ABSTRACT:
Menopause is associated with a considerable variety of physical, psychological and social symptoms that can be treated using cognitive-behavioral techniques. In addition, at this stage of the life cycle may start to appear cognitive problems that later could be related to the deterioration associated with aging and that can be prevented using different cognitive stimulation strategies. Therefore, we are in proper time to begin to develop preventive actions in relation to these alterations. In the present study we present an intervention group of 10 weekly sessions of two hours to treat symptoms associated with climacteric stage and prevention of cognitive decline related to aging. The intervention related to menopause included psycho-education on menopause, relaxation techniques, nutrition and fitness exercises, Kegel exercises, and problem-solving techniques. In regard to the techniques for the prevention of cognitive decline we will use reality orientation, cognitive training of memory and attention training and psychomotor skills. The relevance of this work lies in the potential element of treatment and prevention this therapeutic package for various symptoms during the perimenopausal stage those associated with the aging process in women.
KEYWORDS: Menopause, climacteric, psychological intervention, climacteric symptoms, cognitive impairment, aging, cognitive stimulation, psychomotor skills.
INTRODUCCIÓN
Aunque el concepto de menopausia nos resulte familiar y podamos presuponer que es conocido por la sociedad, diversos estudios han demostrado el elevado desconocimiento reportado por las mujeres que se encuentran en esta etapa y que, a pesar de esta falta de información, de forma paradójica, tienden a valorarla de forma negativa [1, 2, 3].
La menopausia aparece entre los 45 y los 55 años y en nuestro país la media se encuentra en los 48. 5 años [4, 5]. Lo más importante de esta cuestión es que según los datos proporcionados por el INE, a 1 de julio de 2012, la población de mujeres en España entre los 40 y los 60 años era de 6. 913. 559 mujeres. Además, en España, la menopausia aparece de forma natural cada año en unas 270. 000 mujeres, suponiendo aproximadamente que un 20% de la población femenina española se encuentra en periodo climatérico [3]. Por ello se hace necesario aclarar términos íntimamente relacionados y éstos son: menopausia y climaterio
La menopausia se define como el cese permanente de las menstruaciones por el agotamiento de la actividad folicular ovárica [6]. Varios autores [7, 8, 9] definen el climaterio como el periodo de entre 2-6 años antes de producirse la menopausia y el periodo de años tras esta y el inicio de la senectud. Además la OMS [10] se refiere al periodo perimepáusico como aquel que comprende los años anteriores a la menopausia confirmada, es decir tras un año de amenorrea, y un año tras ésta y donde hay presencia de sintomatología relacionada con la misma. Por lo que sería más correcto hablar de síntomas climatéricos que de síntomas menopáusicos. Esta sintomatología se divide en dos grupos, por un lado estarían los síntomas primarios o propiamente derivados de la menopausia: síntomas vasomotores (sofocos y sudores nocturnos), osteoporosis y atrofia vaginal. Y por otro lado, estarían los síntomas secundarios, como son la fatiga, la depresión, la tensión, el insomnio, la irritabilidad, los dolores de cabeza y la ganancia de peso, que no están directamente relacionados con el proceso fisiológico de la menopausia, sino con características psicológicas premenopáusicas, con los diversos roles que la mujer asume en esta etapa y con el conjunto de acontecimientos vitales que suceden en este período y que pueden ser fuente de estrés [11]. Por este motivo se hace necesario destacar que la menopausia no es un trastorno en sí mismo pero que, como consecuencia del cese en la actividad ovárica, se producen una serie de alteraciones físicas y psicológicas susceptibles de ser tratadas con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las mujeres en este periodo.
Si nos detenemos en los cambios que se producen en el periodo perimenopáusico se destacan los siguientes:
Los síntomas vasomotores (comúnmente conocidos como sofocos, calores o sudores) suponen la manifestación más común y el motivo por el cual las mujeres consultan con más frecuencia a los especialistas clínicos. Suelen ser el primer síntoma que aparece [10] y las mujeres lo definen como una sensación subjetiva de calor cuya duración oscila de entre pocos segundos hasta varios minutos de intensidad y frecuencia muy variables. El factor de los que más incomoda a las mujeres es el enrojecimiento de la piel que en ocasiones se produce, lo que puede provocar vergüenza o temor de sentirse observadas [12].
La atrofia vaginal por lo general no aparece de forma tan inmediata como los síntomas vasomotores, sino tras un período de déficit estrogénico. Consiste en una disminución del epitelio vaginal, con pérdida de elasticidad y sequedad, provocando dolor en las relaciones sexuales (coitalgia o dispaurenia), aumentando el riesgo de infecciones [13].
Trastornos genitourinarios. En la postmenopausia se producen cambios en la uretra y vejiga, pudiendo aparecer síntomas de urgencia y frecuencia al orinar e incontinencia urinaria [10].
La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por la disminución de la masa ósea y deterioro microestructural del tejido óseo, que lleva a una mayor fragilidad del hueso y al consiguiente aumento del riesgo de fractura [10]. En la etapa postmenopáusica el incremento de esta enfermedad se aumenta por la reducción de hueso con relación a la edad, que se produce en ambos sexos, y por la aceleración que, en la pérdida de masa ósea, ocurre en la postmenopausia debido al déficit estrogénico [13].
Riesgos cardiovasculares. Antes de la llegada de la menopausia, las enfermedades coronarias son más frecuentes en hombres que en mujeres, pero a partir de la menopausia la tasa se equipara en ambos sexos. Por lo que tras menopausia las mujeres dejan de estar cardioprotegidas [10].
Sintomatología psicológica. La mayoría de los trabajos se han centrado en la sintomatología ansiosa y depresiva durante este periodo teniendo en cuenta que estos síntomas son secundarios al proceso de la menopausia [1].
Trastornos del sueño, que pueden ser causados por diversas causas como a la acción de los cambios hormonales, los sofocos o sudores nocturnos y a los factores psicológicos que actúan desestabilizando el sueño. Además de los patrones irregulares del sueño, causas ambientales, consumo de ciertos fármacos, existencia de dolores crónicos y el consumo de agentes tóxicos como el alcohol o la cafeína [14, 13].
Los problemas sexuales que pueden aparecer durante la menopausia se dividen en psicológicos, físicos, hormonales y sociales. Siendo los principales la disminución del deseo sexual el dolor coital, disminución de la respuesta durante el acto, y problemas con la pareja [14].
Deterioro cognitivo. Algunos autores señalan que durante la menopausia como consecuencia de la disminución de hormonas la función cognitiva puede verse afectada [15, 16, 17].
Relacionado con el último grupo de cambios producidos durante el proceso climatérico en la mujer, el deterioro de las funciones cognitivas, cabe destacar que nos encontramos en una etapa clave en el proceso de envejecimiento. En este sentido, a lo largo de la historia, diversos investigadores han tratado de definir el envejecimiento pero, como señala Lanussa [18], todos ellos consideran que se trata de una serie de cambios y alteraciones físicas, que comienzan hacia los 30 años de edad, que se producen al ir creciendo y evolucionando, y que conllevan diversos procesos de deterioro que terminan con la muerte. Sin embargo, diferentes estudios indican que nuestras pautas y estilos de vida son los que determinan cómo envejecemos, existiendo grandes diferencias individuales entre unas personas y otras [19]. De todos modos no podemos obviar que el proceso de envejecimiento conlleva diversos cambios a nivel físico, psicológico y social [20, 21, 22], siendo necesario un incremento de los recursos sociales dedicados a la atención de estas personas, con el consiguiente esfuerzo económico que esto supone para todos los países [23, 24].
A esto debemos añadir que la previsión de Naciones Unidas [24] plantea un incremento del número de personas mayores de 60 años, pasando a representar en 2050 el 22% de la población mundial. En concreto en Europa se considera que la media de edad de la población en 2060 será de 47. 6 años [25]. Además, la esperanza de vida de las mujeres es mayor que la de los hombres y España es uno de los países más envejecidos de Europa [25], por lo que es importante llevar a cabo acciones apropiadas para fomentar su calidad de vida.
Si tenemos en cuenta el temprano inicio del envejecimiento, las diferencias individuales que acabamos de comentar y la influencia de nuestro estilo de vida en el desarrollo de este proceso, podemos apreciar la importancia de promover programas preventivos para frenar o retrasar el deterioro lo máximo posible. En este sentido se han desarrollado múltiples estudios que defienden la importancia de potenciar un envejecimiento saludable [26, 27, 28, 29]. En la etapa en la que nos centramos, el climaterio de la mujer, esta idea adquiere una especial relevancia, puesto que nos encontramos en un momento de grandes cambios a nivel físico y psicológico y prácticamente a las puertas de lo que socialmente se conoce como tercera edad. Por tanto, es el momento perfecto para fomentar la “vejez saludable”, un envejecimiento activo, sin deterioro [30, 31, 32].
INTERVENCIÓN DURANTE EL CLIMATERIO
El tratamiento más conocido para la sintomatología climatérica ha sido la terapia hormonal sustitutiva (THS), algo insuficiente, pues, como se ha comentado, durante esta etapa de la vida de las mujeres intervienen más factores que los puramente fisiológicos. Además, diversos estudios han encontrado numerosos síntomas secundarios o indeseables como cáncer de mama, endometrio y ovarios, trastornos cardiovasculares, hipertensión, enfermedad tromboembólica o retención de líquidos [33, 34, 35, 36, 37].
Además la THS se encuentra contraindicada para aquellos casos en los que existan miomas uterinos, varices importantes, alteración hepática crónica, diabetes, hipertensión arterial, aumento anormal del colesterol y lípidos, obesidad y en el caso de fumadoras [12, 33, 38].
Por otro lado, se ha demostrado en varios trabajos que la THS no es eficaz en la remisión de la sintomatología ansiosa y depresiva en mujeres menopáusicas [39, 40], por lo que se hace necesaria la intervención desde una perspectiva multidisciplinar.
El abordaje del climaterio en la mujer desde la perspectiva cognitivo-conductual es relativamente reciente [41, 42, 43, 2, 1], y las intervenciones se han centrado en abarcar la sintomatología menopáusica y la mejora de la calidad de vida de las pacientes, consiguiendo en todos ellos mejoras (totales o parciales) en la sintomatología climatérica. En líneas generales estos programas de intervención se centran en los siguientes componentes: psicoeducación en menopausia; técnicas de desactivación; ejercicios de Kegel y reeducación sexual; identificación y control de preocupaciones excesivas y creencias irracionales; entrenamiento en solución de problemas y en administración del tiempo.
En la propuesta de intervención que se presenta en este trabajo se añade además un componente de intervención y prevención del deterioro cognitivo, pues, como se prevé, la sociedad continuará envejeciendo, y se establece la necesidad de plantear actividades preventivas en edades tempranas para alcanzar ese envejecimiento óptimo, que comentábamos anteriormente [31, 32]. En este sentido, desde hace décadas se han planteado intervenciones que pretenden reforzar las capacidades de reserva [44] y la plasticidad cerebral [29], con el objetivo de lograr un envejecimiento saludable [45].
De esta manera se han desarrollado diversas técnicas de estimulación cognitiva para actuar antes de que se produzca algún tipo de deterioro, potenciando al máximo las capacidades de la persona, fomentando su actividad y frenando o retrasando alteraciones posteriores [46, 47, 48]. Todas ellas han demostrado su eficacia para conseguir estos objetivos y mejorar la calidad de vida de las personas que participan en los procesos de intervención [49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60].
En concreto, en esta propuesta, nos vamos a centrar en cuatro de estas técnicas: orientación a la realidad, entrenamiento cognitivo de la memoria, entrenamiento cognitivo de la atención y entrenamiento de la psicomotricidad. Con todas ellas pretendemos cubrir los cuatro aspectos destacados por Fernández-Ballesteros [61] en el proceso de envejecimiento: físico, mental, afectivo y social.
PROPUESTA DE INTERVENCIÓN
Partiendo de los buenos resultados obtenidos utilizando las técnicas comentadas anteriormente se plantea una propuesta de intervención, orientada a disminuir y prevenir la sintomatología asociada a la menopausia y el deterioro cognitivo y formada por los siguientes componentes:
Educación del proceso de la menopausia:
La información es un factor primordial en cualquier programa de intervención [62, 63, 42], y más en la menopausia, por tratarse de un tema relativamente tabú, desconocido y centro de mitos o falsas creencias en diferentes sociedades y culturas [7, 3]. Y, como se ha comentado anteriormente, sigue siendo una etapa desconocida incluso para aquellas mujeres que están pasando por este periodo.
Relajación muscular progresiva y respiración diafragmática:
Diversos trabajos [43, 64, 65, 41, 66, 67, 68, 42, 2, 1] han demostrado que las técnicas de relajación y respiración alivian la sintomatología menopáusica, entre otros motivos por la relación encontrada entre el estrés y la aparición de sofocos, por lo que son especialmente eficaces para la reducción de los síntomas vasomotores, y por extensión mejoran el insomnio, el bienestar general y la valoración subjetiva de la experiencia del proceso menopáusico. Estas técnicas consiguen la desactivación del sistema nervioso autónomo reduciendo así la ansiedad y el estrés.
Promoción de la salud, mediante aspectos educativos en ejercicio y nutrición:
Se pretende destacar la importancia de unos hábitos saludables para la prevención de la aparición de trastornos a largo plazo estrechamente vinculados con la menopausia como son la osteoporosis y los trastornos cardiovasculares [10, 14, 69, 70].
Entrenamiento en ejercicios de Kegel y opciones para combatir la sequedad vaginal:
Para abordar los trastornos de la musculatura del suelo pélvico en la perimenopausia la técnica más utilizada son los conocidos como “ejercicios de Kegel”, incluidos en diferentes programas para fortalecer el suelo pélvico [13, 62, 71, 72].
Identificación y control de preocupaciones excesivas y creencias irracionales:
En ocasiones durante el proceso climatérico pueden darse en las mujeres una serie de creencias irracionales o preocupaciones excesivas [42, 73], representando éstas un papel muy importante en el desarrollo alteraciones emocionales y conductuales.
Entrenamiento en solución de problemas y en administración del tiempo:
Durante el proceso climatérico ya se ha comentado que las mujeres suelen adoptar múltiples roles (ama de casa, trabajadora, esposa, abuela, etc. , ), pudiendo generarse conflictos y haciendo que esta etapa sea vivida de una forma negativa, lo que unido a la posible escasez de recursos hace necesario el uso de estas técnicas para encontrar una solución acertada y para aprender a administrar el tiempo, priorizando tareas y reservando parte del tiempo para actividades placenteras y de ocio para ellas [73, 42]. Reportando a su vez alivio de la sintomatología ansiosa y/o depresiva, mejorando la calidad de vida y la autoestima de las mujeres.
Orientación a la realidad:
La orientación es la capacidad cognitiva que nos permite comprender y manejar la información temporal, espacial y personal del entorno que nos rodea.
Folsom [74] fue el primero en introducir la terapia de orientación a la realidad (ROT) para trabajar con personas mayores con deterioro o que presentaban algún estado de confusión. Más tarde, Holden y Woods [75] realizaron modificaciones para utilizarla con veteranos de guerra. Actualmente se utiliza en diversas áreas y, concretamente, en la menopausia puede ayudar a organizar el tiempo y el espacio durante la realización de actividades cotidianas, sin perder de vista la importancia de desarrollar la orientación personal para mantener la individualidad y la autoestima.
Además, los resultados obtenidos por diferentes estudios y meta-análisis indican que se trata de una técnica eficaz tanto a nivel cognitivo como conductual [76, 54, 77, 78].
Entrenamiento cognitivo de la atención
La atención es la capacidad responsable de recoger los datos más relevantes para realizar el procesamiento de información y nos permite mantenernos alerta para estar preparados ante cualquier necesidad, siendo sumamente importante para el desarrollo de los procesos cognitivos y el aprendizaje [79, 80].
En la etapa en la que nos encontramos, como en cualquier otro período del ciclo vital, resulta fundamental tener en cuenta la atención en cualquier propuesta de intervención puesto que los estudios realizados demuestran que tiene buenos resultados [79, 53, 57].
Entrenamiento cognitivo de la memoria:
La memoria, como indica Tulving [81] nos permite codificar, almacenar y recuperar la información, desempeñando una labor fundamental en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, es una de las primeras capacidades en deteriorarse, como señalan Díaz, Martín y Peraita [82]. Quizá por eso es la capacidad que más ha acaparado la atención y el interés de los investigadores.
En nuestro caso resulta especialmente importante incluirla en nuestra propuesta para tratar de prevenir y reducir desde pequeños olvidos cotidianos o despistes hasta fallos mayores de memoria.
Para abordar este tipo de situaciones se han diseñado múltiples técnicas de intervención, estando entre las más utilizadas, según Singer, Lindenberger y Baltes [83], el método de los lugares, el recuerdo nombre-cara y el recuerdo de palabras clave. Los estudios realizados sobre la eficacia de estas técnicas, tanto aplicadas individualmente como dentro de un programa de intervención, han demostrado buenos resultados en la prevención del deterioro cognitivo [84, 52, 56, 83, 85].
Psicomotricidad
Debemos tener en cuenta la importancia de la actividad física para mantenernos activos y saludables a nivel físico y cognitivo. Durante la menopausia esto resulta fundamental, dado el incremento de problemas físicos (osteoporosis, riesgo cardiovascular, etc. ) que aparecen en esta etapa y que pueden mejorar realizando ejercicio.
En este sentido, Deus [86] considera la “terapia psicomotriz” como “un procedimiento terapéutico que tiende a favorecer el dominio del propio cuerpo, la relación y comunicación con uno mismo y con los demás objetos y personas del espacio que lo rodea”. De este modo, mediante actividades sencillas contamos con un elemento más a la hora de prevenir el deterioro.
Sobre esta técnica se han realizado algunas investigaciones que indican la importancia de tener en cuenta esta área para fomentar la calidad de vida [87, 88], consiguiendo importantes beneficios a nivel físico, mental y afectivo [89, 20, 90, 91, 92, 93, 94, 95, 96, 97, 98]. Por tanto, resulta fundamental introducir la psicomotricidad, más estructurada y dirigida, en cualquier programa de intervención.
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
Para valorar la eficacia de nuestra de intervención realizaremos una evaluación antes de comenzar el programa de entrenamiento y otra después del mismo. Para ello utilizaremos los siguientes instrumentos:
Índice Menopáusico de Kupperman y Blatt (BMI, Blatt´s menopausal index; Kupperman y Blatt) [99]. El BMI está constituido por 11 síntomas, evaluados mediante una escala de intensidad de 0 a 3, donde 0 índica ausencia del síntoma y 3 intensidad máxima en el mismo. El índice menopáusico se obtiene multiplicando un factor, dado por los autores, por el índice de intensidad indicado por las mujeres. A aquellos síntomas más característicos de la menopausia (vasomotores) se les asigna un factor más elevado. El rango de puntuación oscila de 0 a 48. Un índice por debajo de 15 se considera ligero, entre 15 y 20 moderado, entre 20 y 35 de moderado a alto y por encima de 35, grave. El BMI es uno de los instrumentos más utilizados para la evaluación de los síntomas de la menopausia, hasta el punto de haberse constituido en referencia obligada para la mayoría de los investigadores de la menopausia [100]. Que aunque ha recibido críticas por algunos autores [9], se ha considerado que evaluaba al menos los síntomas que tratamos de aliviar con la presente intervención.
Escala de ansiedad y depresión en hospital (HAD) de Zigmon y Snaith [101], para detectar estados de depresión y ansiedad. Debido a que el BMI ha recibido algunas críticas acerca de la insuficiente evaluación de los síntomas psicológicos [102], se ha considerado oportuno evaluar éstos mediante otro instrumento: el HADS. Las razones de su elección son: es utilizable en el ámbito comunitario, es fácil de cumplimentar y suministra una clara distinción entre los conceptos de ansiedad y depresión [103]. Este instrumento ha sido traducido a la mayoría de las lenguas, entre ellas la española, siendo estas traducciones fiables y validadas en numerosos estudios [104]. La escala posee una buena especificidad y sensibilidad en la detección de la ansiedad y depresión en pacientes físicamente enfermos [105, 101]. Consta de dos series de siete ítems, correspondientes a las subescalas de ansiedad y depresión. Cada ítem es valorado de 0 a 3 puntos, según su intensidad. Las puntuaciones mayores de 10 en cada subescala se consideran indicativas de morbilidad. Una puntuación de 8 a 10 se interpreta como moderada y las puntuaciones inferiores a 8 indican ausencia de morbilidad.
Mini-Examen Cognoscitivo (MEC) de Lobo, Ezquerra, Burgada, Sala, y Seva [107]. Es una versión elaborada específicamente para muestras españolas a partir del Minimental State Examination [107]. Se utiliza como screening para identificar alteraciones cognitivas.
Está compuesto de 11 ítems, que permiten valorar 11 variables: orientación temporal y espacial, memoria inmediata y diferida, cálculo y concentración, denominación y repetición lingüística, lectura, escritura, abstracción, y praxia idemotora, ideatoria y constructiva-gráfica.
Cuestionario de Valoración de Calidad de vida en Mujeres de 45 a 64 años [108]. Consta de 22 ítems, evaluados mediante una escala tipo Likert de 1 a 5, en función del grado de acuerdo con el ítem. La escala recoge información de contenidos relacionados con el climaterio, ansiedad, depresión, sexualidad, apoyo social y familiar. El cuestionario ofrece una puntuación global de la calidad de vida mediante la suma de las puntuaciones parciales de todos los contenidos relacionados con el climaterio.
Se eligió este instrumento por tratarse del único cuestionario de calidad de vida específico para el climaterio que, en nuestro país, cumple los requisitos psicométricos exigibles (y porque la mejora en la calidad de vida es uno de los objetivos del estudio).
PLAN DE ACTUACIÓN:
La propuesta de intervención constará de 10 sesiones, todas ellas presenciales, cuya distribución es la siguiente (ver tablas 1, 2 y 3):
Sesión 1. Dado que en esta primera sesión se realizará la presentación del programa de intervención y de las psicólogas que lo llevarán a cabo, aprovecharemos este momento para introducir la terapia de orientación a la realidad y abordar algunos aspectos cotidianos y muy relacionados. Nos referimos a una mención breve de la fecha (día y hora), el lugar y algún dato personal de cada participante.
A continuación realizaremos la evaluación inicial con los instrumentos señalados anteriormente: índice de Kupperman y Blatt [99], para medir sintomatología menopaúsica; la escala de ansiedad y depresión en hospital (HADS) [101], para detectar estados de depresión y ansiedad; el Mini-Examen Cognoscitivo (MEC) [107], para valorar un posible deterioro cognitivo; y el cuestionario de Valoración de Calidad de vida en Mujeres de 45 a 64 años [108].
Sesión 2. En esta sesión comenzaremos explicando la importancia de la orientación a la realidad y realizando una breve exposición de datos temporales, espaciales y personales, en la que intervendrán todas las participantes. Además se ofrecerá información respecto al proceso menopáusico, la sintomatología asociada y los tratamientos en la actualidad.
Sesión 3. En la tercera sesión continuaremos con el entrenamiento en orientación a la realidad a partir de datos temporales, espaciales y personales disponibles en ese momento. Por otro lado, seguiremos proporcionando información del proceso menopáusico, centrándonos en los cambios a corto y medio plazo.
Tabla 1. Programa de intervención: sesiones 1, 2 y 3.
Sesión 4. Comenzaremos la sesión ampliando el entrenamiento en orientación a la realidad a partir de aspectos temporales (la hora del día), espaciales (características del edificio) y personales (datos familiares). También se ofrecerá información sobre las técnicas para combatir los cambios a corto plazo y se introducirán las técnicas de desactivación.
Sesión 5. En esta sesión seguiremos ampliando la orientación a la realidad con elementos temporales (día), espaciales (información del hogar) y personales (datos de los antepasados). Se continuará con las técnicas de desactivación y se mostrarán qué ejercicios y cambios posturales se deben adoptar en esta etapa, junto con consejos nutricionales para aliviar sintomatología a largo plazo.
Sesión 6. Al inicio de la sesión se llevará a cabo el entrenamiento en orientación a la realidad, comentando aspectos temporales (relacionados con la semana), espaciales (datos laborales) y personales (características identificativas). Además se explicarán los ejercicios de Kegel para tonificar la musculatura del suelo pélvico y opciones para combatir la sequedad vaginal.
Tabla 2. Programa de intervención: sesiones 4, 5 y 6.
Sesión 7. En la séptima sesión practicaremos la orientación a la realidad, haciendo referencia a información temporal (sobre el mes), espacial (centrada en el entorno) y personal (referente a las amistades).
A continuación expondremos la importancia de fomentar la atención y la memoria para prevenir la aparición del deterioro cognitivo, introduciendo técnicas específicas para potenciar estas capacidades. En concreto explicaremos en qué consiste la atención selectiva y realizaremos ejercicios sobre ella. Además, comentaremos cómo funciona la memoria y qué son los olvidos cotidianos, ofreciendo información sobre ayudas externas para reducirlos y sobre la estrategia de visualización para potenciar un adecuado funcionamiento mnésico. Posteriormente, explicaremos la importancia de trabajar la psicomotricidad para reducir el deterioro físico y nos centraremos en la realización de ejercicios para fomentar la coordinación y el equilibrio. Finalmente, propondremos como tareas para casa la práctica de los ejercicios realizados en la sesión para reforzar su aprendizaje y su introducción en la vida cotidiana.
Por otro lado, se explicará qué son las creencias irracionales y se enseñará a identificarlas.
Sesión 8. Comenzaremos la sesión con la terapia de orientación a la realidad, comentando datos temporales (sobre la estación del año), espaciales (sobre la localidad) y personales (sobre el aspecto físico). En cuanto al entrenamiento de la atención continuaremos con una explicación de los procesos de atención sostenida y la realización de actividades para mejorarlos. Respecto a la memoria, enseñaremos a las participantes a utilizar el método de los lugares para potenciar la memoria a partir de ejercicios concretos. En psicomotricidad, realizaremos ejercicios sobre el esquema corporal y la flexibilidad para potenciarlos. Por otro lado, se enseñará la técnica de parada de pensamiento y cómo desmontar una creencia irracional.
Tabla 3. Programa de intervención: sesiones 7 y 8.
Sesión 9. El inicio de la sesión se centrará en trabajar la orientación a la realidad con información temporal (año), espacial (provincia) y personal (forma de ser). Después de esto, explicaremos en qué consiste la atención dividida y propondremos algunas actividades al respecto. Posteriormente, trabajaremos la memoria a partir de la estrategia de asociación nombre-cara y de ejercicios sobre el tema. En el entrenamiento en psicomotricidad nos centraremos en fomentar la lateralidad y la motricidad fina. Terminaremos la sesión planteando la práctica de estos ejercicios en su vida cotidiana. Además, en esta sesión comenzarán a entrenar las técnicas de solución de problemas y administración del tiempo.
Sesión 10. En esta sesión comenzamos practicando orientación a la realidad a partir de la reflexión sobre aspectos temporales (pasado), espaciales (país) y personales (aficiones). A continuación reforzaremos los procesos atencionales entrenados en sesiones anteriores, con actividades sobre atención selectiva, sostenida y dividida. Posteriormente, nos centraremos en el entrenamiento de la memoria a partir de la técnica de recuerdo de palabras clave y ejercicios sobre ella. En psicomotricidad potenciaremos la motricidad gruesa y el ritmo, realizando prácticas al respecto.
Finalmente, llevaremos a cabo la evaluación del programa de intervención con los mismos instrumentos utilizados al principio: MEC, HADS, Índice de Kupperman y cuestionario de Calidad de Vida.
También se realizará una valoración subjetiva del programa de intervención por parte de todas las participantes y se les hará entrega de recetas saludables sobre todos los temas tratados.
Tabla 4: Programa de intervención: sesiones 9 y 10.
PROCEDIMIENTO Y AMBITOS DE APLICACIÓN
La propuesta de intervención planteada es susceptible de ser incorporada al plan de actividades de cualquier ayuntamiento, distrito, centro social o cultural, fundación o asociación, como ya se ha realizado en otras ocasiones son similares características [1, 2]. Se trata de una intervención que requiere pocos costes y perfectamente aplicable a mujeres climatéricas con o sin presencia de sintomatología, pues se ha diseñado para que, además de su factor terapéutico para dicha sintomatología, sea profilaxis de aquellos síntomas que no han aparecido o son subclínicos.
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