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Síndrome de Estocolmo doméstico.

Autor/autores: Laura Suárez
Fecha Publicación: 01/01/2002
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

En las postrimerías del siglo XX la violencia en sus más diversos manifestaciones sigue siendo uno de los problemas más acuciantes de nuestros tiempos. Se establecen pautas de comportamientos, pautas específicas, que se habitualizan. Estas pautas determinan roles o formas de comportamiento, que van desde el nacimiento del ser humano y se interrelacionan con el orden social y cultural. El individuo comienza a gestar su personalidad y sus pautas de comportamientos conforme al medio, la familia, la escuela, el estado y la religión.

A pesar de que en la actualidad las cifras de incidencia en lo relativo a la violencia contra la mujer ejercida por esposos o compañeros sentimentales, o en el marco de relaciones afectivas de otro tipo, están ganando en publicidad progresivamente con respecto a épocas anteriores, lo cierto es que aún queda mucha realidad por conocer. El abuso crea y mantiene en la pareja una dinámica de dependencia debido a su afecto asimétrico sobre el equilibrio de poder, siendo el vínculo traumático producido por la alternancia de refuerzos y castigos. Creemos que en los casos que nos ocupan, en los que circula la agresión y esta es sostenida, estaríamos en presencia de relaciones de tipo narcisistas. Creemos que en los casos que nos ocupan, en los que circula la agresión y esta es sostenida, estaríamos en presencia de relaciones de tipo narcisistas. En este tipo de parejas, ambos manifiestan las mismas perturbaciones básicas, solo que con signos inversos. Se presentan estadísticas de Argentina y otros paises. Corroboración de los aspectos teóricos sobre un caso clínico.

Palabras clave: Estocolmo


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Síndrome de Estocolmo doméstico.

Jorge López Risso; Stella Maris Gómez; Laura Suárez; Sergio Brenan.

Primer Autor: Dr. Jorge López Risso

Institución: C. M. Forense

Dirección: N. Avellaneda 334, pta baja dto 1
CP: 5500
Ciudad: Ciudad Mendoza
Provincia: Mendoza
País: Argentina

 

Resumen

En las postrimerías del siglo XX la violencia en sus más diversos manifestaciones sigue siendo uno de los problemas más acuciantes de nuestros tiempos.

Se establecen pautas de comportamientos, pautas específicas, que se habitualizan. Estas pautas determinan roles o formas de comportamiento, que van desde el nacimiento del ser humano y se interrelacionan con el orden social y cultural.

El individuo comienza a gestar su personalidad y sus pautas de comportamientos conforme al medio, la familia, la escuela, el estado y la religión.

A pesar de que en la actualidad las cifras de incidencia en lo relativo a la violencia contra la mujer ejercida por esposos o compañeros sentimentales, o en el marco de relaciones afectivas de otro tipo, están ganando en publicidad progresivamente con respecto a épocas anteriores, lo cierto es que aún queda mucha realidad por conocer.

El abuso crea y mantiene en la pareja una dinámica de dependencia debido a su afecto asimétrico sobre el equilibrio de poder, siendo el vínculo traumático producido por la alternancia de refuerzos y castigos.

Creemos que en los casos que nos ocupan, en los que circula la agresión y esta es sostenida, estaríamos en presencia de relaciones de tipo narcisistas.

Creemos que en los casos que nos ocupan, en los que circula la agresión y esta es sostenida, estaríamos en presencia de relaciones de tipo narcisistas.

En este tipo de parejas, ambos manifiestan las mismas perturbaciones básicas, solo que con signos inversos.

Se presentan estadísticas de Argentina y otros paises.

Corroboración de los aspectos teóricos sobre un caso clínico.

Abstract

In the twilights of the XX century the violence in its most diverse manifestations continues being one of the most pressing problems in our times.

Rules of behaviors settle down, specific rules that woud be frecuent. These rules determine lists or behavior forms that you/they go from the human being birth and they are interrelated with the social and cultural order.

The individual begins to gestate his personality and his rules of behaviors according to the means, the family, the school, the state and the religion.

Although at the present time the figures of incidence in the relative thing to the violence against the woman exercised by husbands or sentimental partners, or in the mark of affective relationships of another type, they are winning progressively in publicity with regard to previous times, the certain thing is that it is still a lot of reality to know.

The abuse believes and it maintains in the couple a dependence dynamics due to its asymmetric affection on the balance of power, being the traumatic bond taken place by the alternation of reinforcements and punishments.

We believe that in the cases that occupy us, in those that the aggression circulates and this it is sustained, we would be in presence of relationships of type narcisistas.

We believe that in the cases that occupy us, in those that the aggression circulates and this it is sustained, we would be in presence of relationships of type narcisistas.

In this type of even, both manifest the basic, alone same interferences that with inverse signs.

They are presented statistical of Argentina and other countries.

Corroboration of the theoretical aspects on a clinical case.



Introducción

En las postrimerías del siglo XX la violencia en sus más diversos manifestaciones sigue siendo uno de los problemas más acuciantes de nuestros tiempos.

La mayor parte de la conducta humana se aprende por observación mediante modelado.

El modelo es uno de los medios más poderoso para transmitir valores, actitudes, patrones de pensamiento y conductas sociales.

Cuando el modelo social está impregnado de egoísmo, autoritarismo, avasallamiento, simulación, se está cimentando las bases de una sociedad violenta.

Bajo estas condiciones es de esperar una asimetría en las relaciones humanas, en las cuales uno es el dominador y otro el dominado.

En la sociedad el individuo se encuentra inmerso en el campo de las relaciones de poder.

Estas relaciones operan sobre él, lo cercan, lo marcan, lo someten, lo obligan, etc. El cuerpo se convierte en una fuerza útil, cuando es a la vez cuerpo sometido y cuerpo productivo.

La disciplina es la relación de docilidad-utilidad.

Esta disciplina es un arte del cuerpo humano que atañe a la formación de un vínculo que en el mecanismo que lo hace obediente.

Se establecen pautas de comportamientos, pautas específicas, que sé habitualizan. Estas pautas determinan roles o formas de comportamiento, que van desde el nacimiento del ser humano y sé interrelacionan con el orden social y cultural.

Toda cultura tiene una configuración sexual definida, tiene sus propias pautas de comportamiento. Este orden social es un producto del hombre, realizado en el curso de su externalización, no se da ni deriva de datos biológicos, existe únicamente por la actividad humana, no forma parte de la naturaleza de las cosas y no puede derivar de leyes de la naturaleza, este surge de las necesidades del hombre.


A través de la institucionalización del Orden Social, el individuo educa (socializa), a las nuevas generaciones, mientras más se institucionalizan las decisiones y el comportamiento más previsible y más controlado se vuelve el individuo.

El individuo comienza a gestar su personalidad y sus pautas de comportamientos conforme al medio, la familia, la escuela, el estado y la religión.

Es decir el hombre adquiere normas de conducta o pautas de comportamiento que las introyecta en su vida, entonces se hace difícil en ciertos comportamientos o actos poder cambiar las costumbres.

Entre estos comportamientos se dan relaciones que pueden girar en torno del poder absoluto de uno de los miembros sobre los otros, lo cual implica una Jerarquía (Poder).
Estas pautas incorporadas a la personalidad y a las creencias de los individuos, reproducen dentro de ellos las estructuras sociales de poder y opresión que afectan a los seres humanos.

Una de las formulaciones más generales que nos han inculcado es la del "Sexo Débil/Sexo Fuerte".
Si nos remontamos a la Historia, en el Siglo XVIII las familias han sido organizaciones extensas de parientes, en las cuales se reconocía el trabajo de todos, hombres y mujeres trabajaban a la par y producían lo que necesitaban. Pero con el advenimiento de la Revolución Industrial, los objetos de consumo fueron producidos masivamente por las fábricas, se apartó entonces el ámbito de trabajo, la vida doméstica y se operó una diferenciación entre lo público y lo privado.

Se organizó una forma de supervivencia según una división social de las labores que renovó la ideología de la inferioridad femenina.

El hombre saldría a la calle a buscar trabajo, a luchar por el poder, a discutir sus ideas y proyectos. El hogar aislado y tranquilo sería el lugar en el que la mujer desarrollaría las tareas de mantenimiento cotidiano y la crianza de los hijos.

Allí el hombre encontraría el refugio, comodidad y muchos servicios que ya no tendría que compartir, pues él vendría cansado de la calle.

La salida del hombre de la economía hogareña para pasar al ámbito industrial y comercial, separó los sexos y los identificó según el sitio de trabajo, dando origen a otro mito: " Cosas de hombres-Cosas de mujeres".

El género femenino quedó asociado con lo doméstico y lo privado.

El género masculino asumió el espacio externo como propio, la competencia laboral, y la responsabilidad principal de responder a las necesidades familiares trabajando duro.
Así el desempeño del hombre fuera de la casa, o sea en lo público logró éxitos, este desempeño comenzó a ser una medida de masculinidad, ser un verdadero hombre consistía en ganar plata y mantener bien la familia, con lo que comenzó a gestar el poder masculino.


La mujer quedó confinada a la casa, los niños y las labores consideradas femeninas, negarse a ello es exponerse a ser censurada por una grave falta social.

*Las familias patriarcales se organizan en roles muy rígidos den torno a una sola persona.

El resto de la familia no puede cuestionar su comportamiento la jerarquía está dada por el padre cabeza de familia, este es quien va a imponer su personalidad a los demás miembros de la familia, este es el primer agente socializador del niño en especial el varón.

El niño deberá asimilar las normas de comportamiento masculinas, las cuales quedarán grabadas a lo largo de su vida, tales como tener carácter fuerte, triunfador, dominante, no mostrar tus sentimientos, ser el proveedor económico, etc.

Al varón se lo educa para la competencia desde la niñez, a través de juegos, en los cuales sé prioriza el desempeño y el éxito alcanzado, es la imagen de la figura paterna.

El hombre está atrapado en la paradoja de la masculinidad debido a la socialización y dichos valores no son consistentes en el mundo donde deben actuar.


Mujeres maltratadas

A pesar de que en la actualidad las cifras de incidencia en lo relativo a la violencia contra la mujer ejercida por esposos o compañeros sentimentales, o en el marco de relaciones afectivas de otro tipo, están ganando en publicidad progresivamente con respecto a épocas anteriores, lo cierto es que aún queda mucha realidad por conocer.

Varios son los factores que han contribuido a que los contornos del fenómeno se expongan a la luz pública denunciado por la mujer, diversos son también los elementos que ayudan a que el silencio de la víctima sea un obstáculo en la búsqueda de vías de solución para numerosos casos de violencia contra las mujeres.

Entre los elementos que se mantienen en la mujer en silencio sobre el maltrato que ésta sufriendo, se pueden contar diversos procesos paralizantes relacionados y generado por el miedo, la percepción de una ausencia de vías de escape o salida por parte de la víctima, y la carencia de recursos alternativos, sobre todo en el caso de mujeres con hijos que no vislumbra, por causas variadas, un apoyo externo viable.

Sin embargo, mujeres que trabajan o tienen cierta independencia económica, continúan en relaciones donde sufren violencia. Estas mujeres, que desarrollan actividades, siguen conviviendo con agresores, y no intentan abandonar la relación. Al contrario este tipo de mujeres más independientes, tienden a desarrollar un vínculo más afectivo y más fuerte con el agresor, retirando sus denuncias, defendiendo sus razones, o deteniendo procesos judiciales en marcha al declarar a favor de sus agresores antes de que sean condenados.

Algunos teóricos, explican estos acontecimientos apelando a claves afectivas o emocionales que aparecen en el contexto del entorno traumático. Dutton y Painter(1981) han descripto un escenario en el que dos factores, el desequilibrio del poder y la intermitencia en el tratamiento bueno-malo, generan en la mujer maltratada el desarrollo de un lazo traumático que la une con el agresor a través de conductas de docilidad.

Según estos autores el abuso crea y mantiene en la pareja una dinámica de dependencia debido a su afecto asimétrico sobre el equilibrio de poder, siendo el vínculo traumático producido por la alternancia de refuerzos y castigos.

Según otros estudios, es la incertidumbre asociada a la violencia repetida e intermitente un elemento clave en el camino hacia el desarrollo del vínculo, pero no su causa única.

Se da en estas relaciones un tipo de estado disociativo que lleva a la víctima a negar la parte violenta del comportamiento del agresor, mientras desarrolla un vínculo con el lado que percibe más positivo, ignorando así sus propias necesidades y volviéndose hipervigilante ante las de su agresor. - (Graham y Rawlings-1991).


Existe un vínculo interpersonal de protección, construido entre la víctima y su agresor, en el marco de un ambiente traumático y de restricción estimular, a través de la inducción en la víctima de un modelo mental (red intersituacional de esquemas mentales y creencias). "

En toda pareja existe una historia compartida, un antes y un después. Aquí intervienen mitos familiares y sociales, que pasan a constituir la ideología de la pareja.

En toda relación se constituye un encuentro, todo vínculo significa la unión de una persona con otra y esto nos remite a la idea de juntar, sujetar o ligar. Esta definición sugiere la idea de una relación estable, toda relación matrimonial está asociada a la fantasía de ser estable en el tiempo y el espacio.

Todo vínculo se realiza mediante acuerdos y pactos inconscientes. Los acuerdos resultan de aspectos compatibles desde cada uno de los espacios mentales de los sujetos y surge como una combinación entre ambos.
Puget y Berestein, señalan que los acuerdos inconscientes forman la estructura profunda reguladora de la relación de pareja: Indican la manera y el tipo de objeto a elegir. Proveen un código de sentidos implícitos que sostiene al modelo relacional latente.
Establecen el conjunto de leyes que regulan lo permitido y lo prohibido par una pareja.

Esta diferencia no es meramente un asunto de términos sino de concepciones y a nuestro entender toca uno de los puntos más importantes y centrales del estudio de una pareja. Se refiere a la pregunta básica de porque se unen dos personas. ¿Es el otro ser solo un objeto para la depositación del ideal del yo? ¿Una pantalla para la identificación proyectiva? ¿Cualquier persona podría ser objeto de dichas idealizaciones y proyecciones? Sí pensamos en parejas debemos pensar en términos de intercambios posibles.

Entonces en lugar de pensar en el otro como objeto de idealización o pantalla de proyección, tal vez tengamos que pensar que cuando nos aproximamos al vinculo de pareja descubrimos una estructura relacional construida por dos sujetos que provienen de estructuras que los preceden y que se unen para generar novedosas “recreaciones”, en las cuales en mayor o menor medida el pasado se hará presente.

En todo vínculo matrimonial habrá siempre algún tipo de cotidianeidad, de modalidad de relaciones sexuales, proyectos vitales compartidos y promesas de tendencias monogámicas. A su vez y de acuerdo con las características personales y los modelos parentales, cada uno de los miembros que componen un vínculo matrimonial, habrá de cumplir con el modelo de constitución de pareja.

Todas estas características constituyen aspectos, que nos ayudaran a intentar comprender, porque ciertos vínculos patológicos, permanecen en el tiempo.
Intentamos investigar hasta que punto es el mismo sujeto el que provoca y fortalece el comportamiento patológico del otro, ya que los cónyuges con perturbaciones análogas, se impulsan recíprocamente en su comportamiento patológico y se acostumbra a este juego inconsciente.

Toda pareja, desde el momento de la elección, adopta un conjunto de reglas que constituyen un lenguaje y un estilo que les es propio.


Mecanismos que originan el maltrato

Dentro de los mecanismos que pueden explicar el vínculo patológico debemos analizar también el grado de confianza que existe. ¿ De que depende que haya o no-confianza?, pues depende de la historia de esa pareja y de la historia personal de cada uno.

Esto permite al victimario que, al estar seguro de la solidez del vínculo con el otro, se atreva a descargar la hostilidad producida por cualquier frustración ajena a la pareja, en la pareja.

Creemos que en los casos que nos ocupan, en los que circula la agresión y esta es sostenida, estaríamos en presencia de relaciones de tipo narcisistas.

Es fundamental para comprender esas relaciones se conozca con detenimiento que entendemos por narcisismo primitivo, arcaico, o antisocial.

Debemos pues a nivel conductual incluir los siguientes comportamientos dentro del mismo, tales como: prepotencia, caprichos, intolerancia, berrinches, tratar de demostrar que sé es el mejor, el más grande, ser vengativo, tratando de alcanzar la “belleza perfecta, el poder ilimitado, la eterna juventud y la felicidad permanente”.

Este narcisismo que denominamos primitivo y que también podríamos denominar infantil siempre tiene motivos, por lo general inconsciente para actuar en forma agresiva y vengativa.

En este tipo de vínculos, predomina el miedo a quedar aislado ante la amenaza de separación de pérdida del otro.
Toda separación despierta vivencias de desesperación. Para evitar tales sensaciones se recurre a asegurar la permanencia del vínculo a toda costa
Este tipo de relaciones esta sostenido por la idealización y se intenta considerar la menor cantidad de indicios diferenciales, con un intento de negar las particularidades de cada uno.

No hay respeto por las diferencias entre lo propio y lo ajeno. Cuando esta aparece, se intenta aniquilar al otro en cuento diferente, se transforma o expresa en conductas agresivas, que impactan y paralizan.


Se busca la indiscriminación, y el borramiento de un yo respecto de otro, restándole toda posibilidad de considéralo con deseos, necesidades y proyectos propios. Para el narcisista en el matrimonio no hay más que dos posibilidades, o se entrega al consorte o éste se le entrega a él, pero siempre uno de los dos debe renunciar a favor del otro a sus puntos de vista, su opinión y sus aspiraciones.

No existen aquí proyectos propios. El proyecto vital está sujeto a una sumisión total y reducido al de uno solo. Todo es compartido, al menos ilusoriamente, ya que el narcisista dá por supuesto que su consorte comparte todos sus sentimientos, aspiraciones y fantasías. Uno de los miembros transforma al otro en un complemento de sí mismo, anulando su capacidad de pensar y de autonomía; se lo limita en su vida afectiva, sumiéndolo en una pérdida de identidad y singularidad. Lo incomprensible de la situación es que el otro yo se pliega.

¿Hasta donde la imagen que la mujer busca mantener ante sus hijos y el grupo social en el que se encuentra inserta, la lleva a olvidar defender su integridad física o psíquica, con pérdida de su autoestima. ? La autoestima de ambos integrantes de la pareja dependerá del reconocimiento mutuo, es decir que la autoestima se eleva con el reconocimiento positivo y disminuye con el rechazo y el desprecio.
En toda situación en la que el otro intente pensar por separado, intentar enfrentar situaciones discriminatorias tanto de ideas como de conductas que las del partener, los sentimientos que surgen son de violencia, irritación u hostilidad.

La compañera complementaria del narcisista tiende a considerarse desprovista de valor, como que no merecen que se las quiera, tienen un bajo sentimiento de sí misma y tendencias autodestructivas, ya que generalmente se han acostumbrado desde la infancia a ser desvalorizadas.
Buscan un compañero a quien idealizar en el que proyectan su yo ideal para identificarse con él.

Tienden a anticiparse a todos los deseos de su cónyuge, está dispuesta a renunciar a todo, sin ninguna exigencia por su parte. Vivirá para él.

En este tipo de parejas, ambos manifiestan las mismas perturbaciones básicas, solo que con signos inversos. Es característico mantener en “secreto estos aspectos. La función del secreto se relaciona con evitar castigo, retaliación, vergüenza por lo que se está viviendo, por el compañero que ha sido elegido, es decir hace referencia al narcisismo que prima en este tipo de vínculo.

Él yo del sujeto que sufre las agresiones de su consorte, intenta ocultar un aspecto de la realidad que rechaza o pretende desconocer
Cuando nos referimos a maltrato no solo estamos haciendo referencia al físico, donde la agresión son los golpes, sino también y fundamentalmente al psicológico que es el producido por conductas del partenaire que desvalorizan, minimizan y destruyen la autoestima de su pareja.
Para poder observar este tipo de conductas desviadas en el resto del mundo, se han obtenidos algunas estadísticas que a continuación describimos.

 

Estadísticas en Argentina y otros países

Una fuente importante de datos acerca de la violencia contra la mujer, lo dio el Servicio de atención telefónica de MBA sobre un total de 40. 000 llamadas entre septiembre de 1989 y marzo de 1995 (según el M. de Salud y acción Social subsecretaría de acción comunitaria) donde se encontraron los siguientes resultados, el 97, 4 % de la población afectada es una mujer residente en la Capital y Gran Buenos Aires, el 63% de las mujeres maltratadas están entre los 15 y 44 años de edad, el 28% está entre los 45 y 60 años, el 74% de las mujeres maltratadas lo fueron por sus parejas, el 50 % de los golpeadores tienen trabajo estable el 20% de las llamadas fueron de emergencia, el resto de contención.

Las mujeres más vulnerables serian las embarazadas. Esta apreciación coincidiría con los datos enviados por una encuesta nacional de Estados Unidos de 1985 con una base igual a 6. 002 amas de casa, allí se observó que el riesgo de maltrato en las mujeres embarazadas era un 60% mayor que en las no embarazadas.

En la mayoría de los casos los episodios violentos aparecerían muy precozmente en la relación de pareja, durante el noviazgo o el primer año de convivencia y se desencadenarían a consecuencia de diversos factores entre los que sobresalen, la imposición inmediata de una relación de poder “quien lleva los pantalones”, los celos y la necesidad de control por parte del varón y en algunos casos “estilos familiares” diferentes y estos se profundizan cuando la pareja convive o tiene una relación muy intensa con la familia del varón.
Cuando las agresiones comienzan más tarde, después del quinto año de convivencia generalmente se dan hechos externos que actúan como disparadores: cambios de domicilio, cambios en la situación laboral, ella comienza a trabajar o aparecen terceras personas, como por ejemplo la infidelidad del marido o por el desarrollo de la relación en la que va descubriendo comportamientos sexuales, expectativas, respuesta de la otra persona, frustraciones personales que tienen que ver con etapas de la vida, etc.

Resulta importante considerar que en casi todas las historias al menos en aquellas en las que el maltrato aparece casi al inicio de la relación se percibe una verdadera “naturalización “ de la violencia en la que implícita o explícitamente la mujer ha aceptado la potestad “correctiva” y decisoria de su compañero sobre sus palabras, sus acciones, y hasta su personalidad, su forma de conducirse, de vestirse, sus relaciones, etc.

Es frecuente ver una historia de sumisión y maltrato en las víctimas que han tenido a menudo familias con esas características.

Otro elemento presente en la historia del maltrato son las familias de los varones que determinan la internalización de modelos violentos de relación como “lo normal”.

Las entrevistadas en su mayoría manifiestan que sus golpeadores no suelen dejar marcas porque no quieren tener problemas con la policía”.
Estas personas no son violentas fuera del hogar y son consideradas como “personas buenas y pacientes” por sus familiares y amigos.
Otro de los mitos normalmente aceptado es que los episodios de violencia se conducen cuando el agresor se encuentra alcoholizado o drogado pero la mayoría de las entrevistadas manifiestan que los episodios de violencia se producen con o sin la presencia de alcohol, en ese sentido las mujeres aseguran que no estando ebrio también son víctimas de violencia de tanta o mayor magnitud a la que sé da estando alcoholizado.


Corroboración de los aspectos teóricos del S. E. D en un caso clínico

En nuestro diario desempeño en el Cuerpo Medico Forense, se han estudiados numerosas parejas que llegan a la consulta derivadas ya sea por los Juzgados de Instrucción frente a la denuncia de uno de los integrantes de la pareja por situaciones de violencia, o bien, ante la presentación de algún familiar o vecino, que teme la derivación de los episodios agresivos en consecuencias mayores a las presenciadas.

Decidimos seleccionar un caso clínico, en el que intentamos definir ciertas características personales de los integrantes del conflicto.


Presentación de un caso clínico

Roxana, paciente de 30 años, concurre a este C. M. F. por lesiones calificadas por parte de su concubino.

Él era divorciado, lo que le significó la no aceptación y el rechazo por parte de sus padres a la relación, por tratarse de una familia muy conservadora. Esta situación, fue utilizada por su compañero, y la llevaron a ponerla en contra de toda su familia y escaparse de su casa, para irse a vivir con él.

Luego de realizar los estudios psiquiátricos y psicológicos que nos llevaron a determinar la personalidad de la victima, pudimos establecer la hipótesis que la misma ha justificado los episodios de violencia respecto a sí misma, tal como con sus hijos. Es por esta característica, que decidimos incluir esta paciente en este trabajo, ya que consideramos que la alianza establecida con el agresor puede llegar a la justificación de situaciones de violencia extrema, como es el caso que nos ocupa, llegando a determinar tanto en esta paciente como en otras, riegos vitales.

Se trata de una personalidad dependiente, insegura, necesitada de aprobación donde la autoestima esta dada por las evaluaciones provenientes del medio y no por sus propias evaluaciones.

· “Yo terminé el secundario y me dieron el diploma de perito Mercantil, que para mí era algo muy importante, pero para mi familia no era así, era un acontecimiento más. Yo me sentía muy sola y recuerdo los festejos como algo muy triste para mi. . . . . . . . . . ”

Se caracteriza por una personalidad de base insegura, introvertida, con baja autoestima, con dificultad para relacionarse con los demás, lo que dificulta e inhibe sus contactos sociales. Estos rasgos se ven reforzados por una educación autoritaria, punitiva y poco continente.

Presenta una personalidad tímida, retraída,

· “Me acuerdo que los primeros días de clase, cuando iba a 1er año, yo no sabía viajar en micro sola, u siempre me acompañaba mi hermana Rosa, Cuando tuve que hacerlo sola, como yo no conocía el centro me desorientaba y empezaba a caminar hasta que encontraba la calle que buscaba. No me animaba a preguntar a dónde quedaba.

· “En el colegio siempre estaba calladita, en el aula. Como no dejaban ver ni salir con mis compañeras, no tenía muchas amigas. Yo recuerdo que cuando llegaron los 15 ellas siempre se juntaban a contar como lo habían pasado, y yo las escuchaba de lejos”

· “En la escuela me sentía muy sola, las otras compañeras conversaban de los cumpleaños de 15 a los que habían ido y yo no podía intervenir porque no me dejaban ir, sólo podía escuchar los comentarios que ellas hacían”

· “En la facultad me sentía muy sola, porque no me hacía de amistades. Los otros tenían más tiempo para estudiar (ella debía trabajar para poder pagarse sus estudios, porque una ley familiar) y por eso se podían juntar, yo tenía que estudiar sola. En realidad me quedaba muy poco tiempo para estudiar y por eso no me iba bien. Ellos como se juntaban se conocían mucho más”


Muestra una gran descalificación de logros y escaso reconocimiento de sí misma, con sentimientos de inseguridad e inferioridad.

· “Me acuerdo que yo tenía las piernas muy flaquitas de niña y mis compañeras y mi hermano se reían de mí por eso.

· “Me daba vergüenza que mi desarrollo físico fuera más tardía que el de mis compañeras. Ellas tenían pechos que se notaban y yo no”

Existía en ella la creencia que a través de una figura externa, iba a lograr la estima interna, de la que ella carecía por sí misma. Esto la llevaba a idealizar un futuro novio que la iba hacer nacer a una nueva vida, rescatándola de su soledad.

· “Para las fiestas de Navidad y Fin de Año, yo siempre me sentía mal, porque no tenía nadie que se acordara en forma especial de mí, es decir no tenía un novio (yo ya tenía 18 años, pero todavía no me daban permiso para salir) y esto me producía una gran pena. ”

· “Yo estaba muy celosa de la novia de mi hermano, mi cuñada Marcela, porque era menor que yo, se iba a casar, salía a bailar con sus amigos y a todos lados y yo siempre en mi casa”

· “Yo siempre soñaba con conocer a un muchacho con el que me pusiera de novia, y con el que pudiera ser feliz y salir de mi casa.

Frente a un medio con alto nivel de exigencia, ella responde con un marcado sobreesfuerzo, intentando cumplir con las demandas, sintiendo que debe asumir un rol perfecto e ideal aunque esto no sea posible, y cuando no lo logra se siente culpable, lo que justificaría las agresiones desde el exterior.

Busca esforzarse por mostrar una imagen que genere aceptación y reconocimiento social

· “Cuando cobraba los sueldos, mi mamá me pedía la mitad para que yo les ayudara y con lo que me quedaba yo siempre les hacía regalos a mis hermanas, sobrinos, madre y también compraba cosas para la casa, por lo que casi nunca me quedaba dinero suficiente para comprarme ropa o algo para mi “

· “. . . . también le pasaba dinero a mi hermana Angela que estaba casada y embarazada y luego, cuando nació su hija, me puso de madrina, por lo que me sentía más obligada a ayudarla. Mi cuñado me pedía dinero y se lo prestaba. En una oportunidad sacó un crédito, yo le firmé la garantía, nunca lo pagó y tuve que hacerme cargo yo”


Su percepción interna de la figura femenina es menoscabada, limitada, obediente, sumisa, en contraposición a un rol masculino caracterizado por: omnipotencia, poder, libertad, capacidad de mando, dueño de reglamentar las situaciones hogareñas, etc.

· “En mi casa los varones podían hacer cosas que las mujeres no podían. Esa era la razón por la cual yo no podía tener una bicicleta, porque mis padres consideraban que las mujeres no podían andar en bicicleta. . . . . . . . . ”

Las figuras que revisten autoridad, desde su niñez hasta ahora han sido vistas como prohibitivas, castigadoras, poco continentes, no comprensivas, punitivas, descalificadoras, lo que se refleja en su realidad actual.

· “En mi casa mientras nosotros estuviéramos, debíamos obedecerlos y eso implicaba no salir, no tener novios, amigos y estar en la casa con ellos, Debíamos quedarnos en la casa cuando ellos se iban de vacaciones a San Luis. . . . . . . . . ”

· “Cuando mi papá venía de trabajar yo tenía que traerle las chinelas, para que sé refresque. Sólo se prendía el televisor cuando él llegaba porque durante el día estaba apagado porque se gastaba mucha luz, entonces se veía el noticiero, una película que él elegía, cenábamos y nos íbamos a dormir.

· Nosotras debíamos obedecerlo y eso implicaba no salir, no tener novios, amigos, y estar en la casa con ellos y quedarnos en la casa cuando ellos se iban de vacaciones a San Luis.
Tiende a idealizar situaciones y personas. Esta característica la lleva a establecer vínculos dependientes, simbióticos, con una marcada sobre valoración del otro al que le debe todo su respeto, en menoscabo de sus características personales, las que van desapareciendo de su mundo interno y son reemplazadas por aquellas que le adjudica la persona idealizada, las que generalmente son negativas, desvalorizante y sin ningún tipo de reconocimiento. Esto es manejado por el ser idealizado para lograr total y absoluta dependencia que le va quitando libertad, valores, capacidad de pensamiento lógico.

· “Me había enamorado de un chico que era de aspecto un poco feo, pero yo lo veía hermoso. Vivía cerca de mi casa e iba al mismo colegio que iba yo, pero él iba a 4to año (ella a 2do). Yo esperaba la hora en la que él se tomara el micro para irme en el micro con él, pero nunca me dijo nada y yo, sin embargo, me imaginaba un futuro con él. Cada vez que lo veía me ponía nerviosa, el corazón me palpitaba fuerte. Cuando se terminaban las clases seguía pensando en él y esperaba que empezaran para volverlo a ver”.


Observamos en su personalidad una tendencia al ocultamiento de ciertas situaciones, que provienen de experiencias transmitidas desde su medio familiar.

· “Mi mamá hacia las cosas a escondidas de mi papá. A veces sacaba crédito en el almacén y no le contaba a mi papá porque si mi papá se enteraba se enojaba y estaba varios días sin hablar con nadie”

La relación que establece con el victimario es extremadamente dependiente, siendo éste el que le provee seguridad e identidad. Estableciendo vínculos muy sometido, dominada por éste, sumisa a sus criterios; cortando lazos con otras figuras del exterior.

· “Cuando conocí a J era todo lo que yo había soñado. Amable, me trataba con mucha ternura y me comprendía. Siempre me aconsejaba lo que tenía que hacer, y yo siempre le hacía casa, porque él sabía más que yo. . Me daba muchísimo cariño y yo me sentía protegida, muy querida y comprendida por él.

· En mi casa siempre me amenazaban que sin no hacer esto, cuando venga J. Lo vamos a echar.

· No me importaba nada, solo quería estar con él. . . . Empezamos a ser inseparables.

· Cuando me quedo embarazada decidimos irnos a vivir juntos (no me podía casa porque J. Estaba separado)

· J. Me colmaba de amor, ternura, controlaba todo mi embarazo.

· Como habíamos tenido problemas en mi casa porque a él no lo aceptaban porque estaba separado, él me decía que no volviera a casa, porque a él no lo querían

· Como estoy embarazada, él me dice que deje de trabajar, que nos vamos a arreglar con lo que él gana (trabajaba en una gomería)

Tanto en este caso como en muchos otros, el detonante de las conductas agresivas suelen ser hechos externos que sirven como disparadores de la violencia que ha permanecido controlada, encubierta o expresada de modo más solapado

· A J lo despiden del trabajo, el dinero empieza a faltar y J suele ponerse muy nervioso.

· Él estaba muy alterado, no soportaba que los chicos lloraran, se enojaba mucho porque no podíamos juntar dinero. Eso hacía que se pusiera violento, por eso por ahí me pegaba, pero era porque estaba muy preocupado por solucionarnos los problemas que teníamos. El no quería que nos faltara nada.

· No podemos pagar el alquiler y yo estoy nuevamente embarazada. Con toda la tensión que pasamos tengo muchos dolores y tengo que hacer mucho reposo.


En el caso que nos ocupa, cuando el hombre percibe una situación de abandono o de descuido hacía él, esto pasa a ser sentido como ruptura de la unión simbiótica, desencadenando, más episodios violentos.

· “Yo ya no tenía mucho más tiempo para hacer las cosas, me dedicaba mucho tiempo a los niños, descuidaba a Jorge. Entonces él me decía que él estaba primero que los chicos, que él también necesitaba cariño, que ya no lo mimaba como antes. Se ponía nervioso con frecuencia. . . . . . Se alteraba mucho, si los chicos lloraban se enojaba

· Mi marido no soportaba que alguien desperdiciara el alimento que a él tanto le costaba ganar. Entonces les pegaba a los chicos para que comieran. Pero era por su bien, para que no se desnutrieran.

· N (el hijo) empieza a leer y a escribir y J le exigía que hiciera las cosas bien, y en ocasiones le pegaba chirlos fuertes en la cara para que reaccionara y entendiera las cosas, porque N se ponía nervioso y se bloqueaba.

· Esto no sé si debemos ponerlo:

· Un día cuando llega a casa F y él bebe estaban llorando y N haciendo la tarea. J intenta ayudarlo, pero N no le contesta, entonces nos pide a todos que lo dejemos solo con N. Yo lo siento llorar y después se calla. J lo deja encerrado en la pieza y dice que no lo tenemos que molestar. Yo no entré a ver porque él no quería y yo no quería desobedecerlo ni hacer nada para que se pusiera mal. Después cenamos y nos fuimos a dormir.

Al otro día cuando le pregunto, me dice que N se puso muy mal y tuvo que pegarle, y que no sabe como se pegó en el estómago y que él creyó que se había desmayado, pero que había ido a verlo y no había reaccionado. Que no tenía que decir nada que ya él lo iba a solucionar, pero que N había muerto y lo tenían que ocultar porque sino a él lo iban a llevar preso.

Yo no quería que le pasara nada, teníamos otros dos hijos, por eso calle todo.

Por ahí pienso que tal vez el hecho no debemos explicarlo, porque puede dar lugar a la polémica como en el caso Maturano.

Pensemos como cerrarlo.


Conclusiones

Toda situación de maltrato se genera en una pareja en la que ambos miembros presentan conflictos internos.

Si bien hay factores sociales, familiares, educacionales, que favorecen este vínculo perverso, pensamos que lo que realmente lo sostiene son ciertas característas de los miembros que la conforman.

Predomina en uno de ellos un lenguaje de acción, en el que la violencia pasa a reemplazar a la palabra, la reflexión, el pensamiento racional, la capacidad de simbolización. Mientras que el otro, asume una actitud de omisión, donde la palabra queda entrampada y paralizada y la conducta es la sumisión.

Es este modo de comunicación, una característica común entre esta sociedad conyugal.

Otro aspecto importante son los trastornos en la autoestima de ambos, pero que se expresan de manera diferentes.

La personalidad violenta intenta compensar este déficit de estima a través de conductas que lo invisten de autoridad y omnipotencia.

En la víctima, su baja autoestima permite, y hasta hace necesario estos castigos.

Es importante destacar que se da una relación funcional en donde cada uno de sus miembros representa el complemento del otro.

El violento culpa a la sociedad, a los demás, a su compañera/o por su conducta.

La victima responde sintiéndose culpable y responsable.

Este fenómeno entra dentro de una herencia conductual, porque los hijos criados en este ámbito, toman como modelo esta forma de comunicación y pasaran de ser maltratados a ser maltratadores en sus nuevos grupos familiares.

Sin la presencia de ambas caras de la situación, los hechos violentos no podrían existir.

Es por ello que consideramos tan difícil poder salir de este funcionamiento, en el que la conducta de uno esta apoyada, sostenida por el otro, quien asume un rol complementario.


Bibliografía

· J. Puget, Sberenstein “Psicoanálisis de la Pareja Matrimonial, Ediciones Paidos, (1989)

· Gonzalez, Alberto, “Análisis de la relación de Pareja”Ed. Nueva Visión, (1979)

· Fiorini, Hector, “Perfil clínico y psicodinámico del trastorno Narcisista”, “Apuntes de la Carrera de Post grado en psicoterapia.

· Kernberg, Otto, “Desordenes Fronterizos y narcisismo Patológico”, Ed. Paidos, 1979

· Publicación del Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación Argentina: Violencia Familiar. (Secretaría de programas de salud, subsecretaría de atención comunitaria 1999).

· Revista de psicología y psicoterapia de grupo tomo 10, 1987, Argentina, Gloria Barros de Mendilaharzu: “Amor y pareja acuerdos o mal entendidos?”

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