Producto del desgaste de los órganos; o por el cúmulo de tóxicos y daño de los radicales libres; o siguiendo las teorías genómicas, por mutaciones somáticas, errores genéticos o muerte celular programada, el sistema nervioso central no escapa al proceso del envejecimiento. proceso cuya normalidad o patología tendrán la influencia de factores biológicos, comportamentales y ambientales.
Durante el envejecimiento cerebral se producen cambios anatómicos, bioquímicos y psicológicos que llevan al adulto mayor a un equilibrio frágil de sus funciones. Anatómicamente se describe una disminución global, por áreas y órganos. Bioquímicamente hay alteración del sistema de transmisión asociado a cambios en cantidad y actividad de diversos neurotransmisores y relacionado a la disfunción en la sensibilidad de los receptores, siendo posible que estos cambios expliquen los trastornos emocionales, conductuales y cognitivos de la vejez.
Cognitivamente, estereotipos sociales sugieren que los viejos son más lentos en la realización de tareas y que poseen peor memoria que cuando eran jóvenes. También que con la edad se alcanza mayor conocimiento y sabiduría. La evidencia científica señala que a medida que envejecemos, los procesos mentales son menos eficientes. Hay deterioro en algunas áreas: atención selectiva, working memory, conocimiento semántico, operatividad de la inteligencia, reproducción de figuras tridimensionales en la copia.
Sin embargo, también existe evidencia que, con la edad el conocimiento y experiencia alcanzados pueden ser útiles en la solución de problemas morales y sociales complejos. El incremento de la expectativa de vida y el aumento de la población adulta mayor, asociado al mayor número de problemas mentales, neurodegenerativos, genera preocupación en aquellas personas que ingresan a la década de los 50 y 60 años. Edad en la que con frecuencia las personas expresan preocupación por su memoria , siendo motivo de consulta la percepción de dificultades en esta función.
Frente a esta percepción y aún cuando se sabe que el envejecimiento constituye un factor de riesgo para la enfermedad cerebro vascular que ase asocia con depresión vascular y demencia vascular; y, también para condiciones crónicas, degenerativas, irreversibles como la enfermedad de Alzheimer, los profesionales enfrentan el dilema de determinar si lo que tienen al frente es un envejecimiento natural o constituye ya una patología. Por lo tanto es preciso conocer y enteder los cambios que se producen durante e envejecimiento cerebral.
Con el envejecimiento se producen cambios biológicos, psicológicos, cognitivos, conductuales. Cambios que también pueden atribuirse a estadios iniciales de las demencias, dando lugar a diferentes interpretaciones y modelos. El modelo de enfermedad plantea que las demencias son enfermedades diferentes al envejecimiento cerebral y se está enfatizando la búsqueda de marcadores funcionales o patológicos. De otro lado se plantea que el envejecimiento y la demencia forman parte de un continuum donde los cambios más bien difieren en la intensidad y sugieren que el ser humano tendría que vivir lo suficiente para que en algún momento se exprese la demencia.
El cerebro alcanza su madurez entre la segunda y tercera década de vida observándose después de los 40 años cambios relacionados al envejecimiento y evidenciados en hallazgos neuropatológicos. Las teorías relacionadas al envejecimiento que explican este proceso como producto del desgaste de los órganos; o por el cúmulo de tóxicos y daño de los radicales libres; o siguiendo las teorías genómicas, por mutaciones somáticas, errores genéticos o muerte celular programada, también se aplican al sistema nervioso central.
Al final, lo que es evidente es que los cambios relacionado al envejecimiento cerebral son variables, particulares y se dan como resultado de la interacción de factores biológicos, incluyendo los genéticos; ambientales y comportamentales. Así mismo es importante enfatizar que el estrés oxidativo juega un rol importante en el envejecimiento y en la emergencia de enfermedades neurodegenerativas. La mayor sensibilidad al daño de los radicales libres; la disminución de los mecanismos protectores antioxidantes; la alteración de la homeostasis del calcio; y, la dificultad para repara las injurias parecen contribuir a la emergencias de enfermedades neurodegenerativas.
El envejecimiento cerebral y las demencias.
Ana Calzada Reyes
Fecha Publicación: 01/03/2005