El objetivo del presente trabajo busca realizar una divulgación en el área de la relación entre el síndrome de acomodación al Abuso Sexual Infantil y las patologías alimentarias. Posibilitando desarrollos de líneas de acción tendientes a la prevención, detección precoz y abordaje temprano. Aquellos sujetos que han atravesado las diferentes etapas del síndrome de acomodación al Abuso Sexual Infantil y se han fijado en el estadio de la retractación desarrollan a posteriori patologías alimentarias tales como anorexia y bulimia, correspondiendo al tercio de los consultantes en la demanda actual de asistencia por padecimiento de patologías alimentarias.
El Abuso Sexual Infantil (ASI) es una modalidad de maltrato por acción sobre un menor, siendo un problema frecuente en diferentes culturas y sociedades. Las patologías alimentarias ocultan un SAASI, un ASI no olvidado, pero si tapado por la vergüenza y la culpa, sin animarse a volver a hablar. En la presencia de la patología alimentaria hay una ayer que se hoy. Había una niña impotente que se consideraba culpable. Ahora, allí hay culpa por lo que se come, por lo que se engorda, por lo que no se adelgaza, o aquello que no logra sacarse. Kilos? Abusos? de su cuerpo. Vuelve todo el pasado, desplazado. Rechazo y asco hacia el propio cuerpo en el ASI, que ahora vuelven hacia el propio cuerpo, justificando ese odio al propio cuerpo en la comida. La dismorfofobia refiere a otra deformación, la identificación con el abusador. Hallamos como terapeutas un pasado presentificado. Lo que esta en juego es la desaparición. En la anorexia logra un cuerpo no deseado: cadavérico. También en la bulimia y en los trastornos por atracón: deformo el cuerpo.
LA RELACION ENTRE EL SAASI -SINDROME DE ACOMODACION AL
ABUSO SEXUAL INFANTIL- Y LAS PATOLOGIAS ALIMENTARIAS.
El objetivo del presente trabajo busca realizar una divulgación en el área de la relación
entre el síndrome de acomodación al Abuso Sexual Infantil y las patologías
alimentarias. Posibilitando desarrollos de líneas de acción tendientes a la prevención,
detección precoz y abordaje temprano.
Aquellos sujetos que han atravesado las diferentes etapas del síndrome de
acomodación al Abuso Sexual Infantil y se han fijado en el estadio de la retractación
desarrollan a posteriori patologías alimentarias tales como anorexia y bulimia,
correspondiendo al tercio de los consultantes en la demanda actual de asistencia por
padecimiento de patologías alimentarias.
El Abuso Sexual Infantil (ASI) es una modalidad de maltrato por acción sobre
un menor, siendo un problema frecuente en diferentes culturas y sociedades.
Se define al Abuso Sexual Infantil como cualquier clase de contacto sexual con
una persona menor de 18 años por parte de un adulto desde una posición de poder o
autoridad sobre ella. Corresponde a la utilización de un niño, niña o adolescente, en
una actividad de carácter sexual sin el consentimiento de la víctima, ya sea por el uso
de la fuerza, amenazas, engaños o sencillamente por no comprender plenamente el
acto al cual ha sido sometido debido a su inmadurez psicofísica o nivel de
comprensión. El ASI no es sinónimo de violación, la cual es un acto de acceso carnal
dado a través de la fuerza e intimidación de la victima. En el Abuso Sexual Infantil
raramente se utiliza la fuerza física para lograr el contacto con el niño, que a su vez no
ocurre en forma aislada o accidental.
Los efectos negativos del ASI son variados y se presentan en la infancia,
adolescencia y adultez, mostrando la gravedad del problema y la necesidad de un
mayor conocimiento profesional al respecto.
El ASI deja en cada víctima una huella psíquica, dependiendo de su
estructura de personalidad y de su contexto histórico y psicosocial,
traducida en sentimientos de vergüenza y miedo; pero el efecto más
dramático, es la sustracción y apropiación de la culpa del agresor por parte
de la víctima, de allí que este sentimiento se incrementa cuando hay
parentesco o cercanía entre ambos, con lo cual el agresor goza entonces de
altas probabilidades de aumentar el mecanismo de identificación en la
víctima. Y es tal el sentimiento de vergüenza y la apropiación de esta culpa
que hay pacientes que llegan a adoptar medidas punitivas consigo mismos.
El ASI es una patología muy frecuente, puesto que tiene una incidencia anual
de 0, 5 casos por 1. 000 niños, y una prevalencia durante la etapa de 0 a 18 años de
uno de cada seis chicos y una de cada cuatro chicas.
Este abuso muchas veces no sale a la luz, debido al sometimiento del niño y a
que no deja lesiones, o a que cuando acude al médico éstas han curado, o a que son
de difícil diagnóstico.
El Abuso Sexual Infantil se enmarca en una relación de poder. Si no la hubiera,
no existiría el ASI. Diversos estudios describen factores de vulnerabilidad y
desprotección en niños que luego son víctimas de ASI.
La hipótesis de Rosa Ines Colombo, hoy una realidad ya consensuada por el
ámbito científico plantea que en una familia en la que existen disfunciones parentales y
en especial cuando no es eficaz el cumplimiento de la función materna se deja librado
al niño en un lugar de vulnerabilidad que puede llevar al maltrato. Dentro de los
diferentes tipos de maltrato infantil nos ocupa en el presente trabajo el Abuso Sexual
Infantil.
El ASI provoca efectos catastróficos, refiere a practicas de secuestro afectivo y
de la denigración del niño a la categoría de cosas.
El SAASI, es decir el síndrome de acomodación al Abuso Sexual Infantil, fue
descrito por Ronald Summitt en 1983 para explicar dos situaciones traumáticas en
torno al ASI. La primera de ellas incluye tres etapas y corresponde al ASI propiamente
dicho y al incluir las dos etapas siguientes, es decir la segunda situación traumática, se
conforma la crisis de develamiento que llamamos SAASI. Consta entonces, de cinco
instancias:
1. - Secreto
Es frecuente que el agresor presione a la victima para que esta mantenga en
secreto el ASI. El secreto es impuesto por la manipulación emocional, la amenaza, los
sentimientos de culpabilidad. Las amenazas atemorizan a la victima, pero por otro lado
el abusador le dice que si mantiene el secreto protegerá a su mama, hermanos, etc.
Ya que si expresara el ASI se desintegraría su familia, caerían en la ruina económica,
la internarían en un hogar, podría ir preso todo por su exclusiva responsabilidad,
siempre y cuando alguien le creyera. El agresor convence a su victima que esta tiene
poder para destruir a su familia y la responsabilidad de mantenerla unida. Los valores
morales que le habían sido dados se encuentran totalmente alterados ya que mentir y
ocultar se transforman en la forma de proteger a su familia. El mantener este secreto
impide que la victima construya vínculos mas o menos profundos con otros, aislándose
y acrecentando los sentimientos de culpa y vergüenza. El niño mantiene el secreto a
pesar de vivir la relación como peligrosa e incorrecta.
2. - Desprotección o Indefensión
La educación impartida a nuestra infancia conduce a los menores a evitar a
personas desconocidas y obedecer, ser amables y cariñosos con las personas
cercanas, constituyendo un factor de riesgo para el ASI, y a la vez para el sentimiento
de desprotección de las victimas. El niño confía plenamente en las personas cercanas
y no espera recibir de ellas una conducta inadecuada, sino protección. Si un adulto de
su confianza lo somete al ASI el menor se sentirá traicionado en su confianza y
totalmente desprotegido. Este ASI provoca en la victima el desarrollo de sentimientos
de impotencia y desprotección que pueden perdurar a lo largo de toda su vida, y
generalizarse al resto de sus relaciones interpersonales.
El menor se encuentra totalmente indefenso ante el abusador, no existe de
responsabilidad ni culpa del niño ante el ASI.
3. - Atrapamiento y adaptación
El ASI cometidos por personas conocidas y de referencia para el niño es una
experiencia recurrente, que se produce generalmente mas de una vez. Debido a las
imposibilidades de la victima de frenar el ASI , la victima tiende a adaptarse a la
situación abusiva como método de supervivencia. La victima se encuentra atrapada
por el secreto y la responsabilidad de mantener a su familia protegida de la
desintegración y el dolor con el que el abusador le amenaza. Invaden a la víctima
fuertes sentimientos de atropamiento y vivencias de que nunca saldrá del ASI.
4. - Develamiento tardío
También llamada fase de la revelación retardada, conflictiva y no convincente.
Hay muchos casos de ASI que nunca han sido descubiertos. Esta etapa de
develamiento tardío se produce porque la victima mantiene el silencio, hasta que
puede comenzar a hablar y cuando lo cuenta se duda de su veracidad, de porque no
hablo antes, si esto no es su fantasía, etc. En casos de desconfianza y negación por
parte de la figura materna u otros miembros significativos del grupo familiar ante la
develacion del ASI se observa el desarrollo de la patología alimentaria, cuya relación
se expondrá en párrafos posteriores. La desconfianza y descreimiento que percibe la
victima de parte de su oyente hacen que se cumpla uno de los preceptos del ofensor
de que no será creída, y el ASI continuara en secreto entre abusador y abusado, a
pesar del intento de la victima, a través de su relato, de recibir algún tipo de ayuda.
5. - Retractación
Aquellas victimas que no han recibido apoyo luego de la develacion, ya sea por
que no les creyeron o porque sencillamente no se efectuaron acciones especificas que
anularan los sentimientos de culpa y vergüenza, o incluso el cese del ASI es frecuente
y habitual que se retracten de sus dichos. Ante la respuesta indiferente; nula o escasa
del medio puede afirmar que esta es una invención; que esto no ha ocurrido;
asumiendo un rol de perturbada, perversa y desequilibrada pero manteniendo una
aparente armonía y estabilidad de su familia. Estos grupos familiares creen mas la
retractación que el ASI, implicando esto enormes riesgos psicológicos a partir de esta
no credibilidad y retractación, y desde ya el terreno fértil para el posterior desarrollo de
las patologías de la alimentación.
Cuando el ASI suele ser denunciado suele presentarse una nueva catástrofe,
este SAASI es un nuevo acto de violencia. Se cumple uno de los dichos con los que el
perpetrador trata de evitar que el sujeto denuncie el ASI.
No todos los sujetos víctimas de ASI padecen SAASI. Pero sí aquellos que
padecen SAASI desarrollan en la gran mayoría Patologías Alimentarias.
Conocer el SAASI implica la comprensión de un instrumento que nos ayuda
como profesionales a mejorar el entendimiento de una dinámica compleja que incluye
revelaciones tardías, relatos posteriores al cese de contacto con el abusador o ante la
muerte de éste.
Los niños abusados por su padre u otro adulto que desempeñe esta función
como así también por aquellos que resulten de su confianza, y que a la vez sean
rechazados por su madre, es decir, considerados culpables, descreídos o víctimas de
minimización del ASI pueden ser considerados niños huérfanos psicológicamente.
Por otra parte si hay una madre que pueda defender a su hijo y protegerlo de
nuevos ASI o re-abusos parece conferirle a su niño poder para sostenerse y
recobrarse con mínimas secuelas. Estos niños no desarrollarán SAASI, dado que son
empoderados y presentan una actitud resiliente frente a la vida.
El ASI es un delito donde por lo general no existen testigos y puede no haber
pruebas físicas.
Los varones victimas tienden a ocultar el ASI, por vergüenza y sentimientos de
culpabilidad. La mayoría de las victimas son niñas y los abusadores son varones con
funcionamiento de cuidadores.
El estilo comunicacional de estos grupos familiares predispone al abuso sexual
infantil, no dando espacio a la capacidad de respuesta. La edad del niño, la relación de
poder y su vulnerabilidad, son factores de desprotección. El discurso del abusador
presenta rupturas, confusiones comunicacionales y represalias. Los mensajes se
transmiten en registros plagados de contradicciones, lo que provoca sorpresa y
perplejidad. Se anula la capacidad para decodificar los mensajes de manera
coherente. Tales confusiones entre lo que debiera ser y el abuso que recibe, provocan
una perplejidad enorme imposibilitándole al niño una anticipación. Estos niños se
muestran agotados y han cesado sus intentos de comprender. Allí parecieran alojarse
las patologías alimentarias: cuando no hay otras palabras o estas no fueron
escuchadas o creídas el cuerpo comienza a hablar. Dice por si mismo. En la delgadez
extrema o la compulsión y sus intentos fallidos de borrar lo vivido.
Reynaldo Perrone plantea que la situación abusiva es dada es un estado
similar al del trance. El trance es un estado alterado o modificado de la conciencia que
se caracteriza por una disminución del umbral critico y una focalización de la atención.
El trance se expresa de manera psicosomatica: modifica las actitudes corporales, las
percepciones y las sensaciones tanto como la conciencia. En este estado se producen
amnesias, mas o menos profundas, alucinaciones o visualizaciones, fenómenos de
desdoblamiento y disociación, y fenómenos de reasociación y reorganización. E
incluye un desdibujamiento de los limites de identidad y tiempo. No se hace referencia
al trance concensuado, con un fin determinado como por ejemplo el de la hipnosis
clínica. Se trata de una relación no consensual, donde el niño victima queda preso en
este estado, al que Reynaldo Perrone refiere como hechizo o embrujamiento.
El hechizo es el extremo de una relación de poder, de desigualdad absoluta. El
niño victima se encuentra en una sensación de malestar, opone resistencia y su
sentido critico se encuentra conservado. Pero al comienzo del ASI todo se transforma
en culpa, confusión, vivencias de desdoblamiento, se es un extranjero en su propio
territorio. La victima pierde las fronteras de su propio cuerpo, siendo perturbada por los
dichos del abusador. Se encuentra ya sin defensas, sin protección individual y ante la
nueva desprotección, descreimiento y posterior retractación no llegan los factores
protectores necesarios y se lugar al SAASI.
El hechizo podría ser inscripto como la tercer instancia del SAASI, la que
denominamos atrapamiento y adaptación. El SAASI se instaura no solo en el cuerpo
del niño, sino también en su inocencia y su ignorancia. El niño es vencido por el
adulto, que incluye el ASI en cotidianeidad. Le muestra al niño la desprotección que
padece: los encargados de cuidarlo no pueden hacerlo, no se le cree o se lo acusa,
haciéndolo responsable del ASI. ¿ Es una percepción errónea del peligro? ¿ No
debíamos cuidarnos de los de afuera? ¿ Que pasa con los de adentro?.
El niño es cosificado, integrante de una dinámica familiar incestuosa, que
incluye a madres quienes también han sido víctimas de abuso sexual en su infancia y
no han podido elaborarlo, ni encontrar un modo reparador, es decir que fueron
descreídas, desmentidas o acusadas de ser responsables de su padecimiento;
encontrándose instaladas en el SAASI. Estas madres han transformado su vivir, a
sobrevivir con ello, han sepultado su propio ASI, no pudiendo proteger a sus hijos en
similar padecimiento. El niño no espera ni esta preparado para este daño, no puede
defenderse de aquel que además es responsable de su cuidado.
La victima del abuso sexual siente una perdida del propio cuerpo. Algo similar
a lo que le acontece en su vivencia de la patología alimentaria. No tolera ese cuerpo.
Lo ve gordo. Le molesta. La dismorfofobia irrumpe con total voracidad.
Hablamos y comemos por el mismo agujero: la boca. Esa boca que ya hablo,
no fue oída y debió callarse, y marco la instalación del SAASI. Expresa sus deseos de
tenerla cerrada: no comer, no contar. O abarrotarla de comida, después expulsarla y
decir, pero también retractarse es decir no decir nada. Palabras y comida como dos
versiones de nutrientes. La presencia de SAASI indica la presencia de Daño psíquico.
Las victimas de ASI instaladas en el SAASI y luego padecientes de patología
alimentaria se vuelven frágiles, dependientes y sujetas a deseos de otro. Pierden
iniciativas personales. Viven, o mejor dicho sobreviven. Son privadas de su capacidad
de discernir, y por ende también de disentir. En mensajes como " esto lo hago por tu
propio bien" " todos los padres hacen esto con sus hijos" "vos me provocaste".
La vergüenza vivenciada después del ASI pareciera ser ahora la que refieren a
su cuerpo, criticándolo, despreciándolo con un fuerte deseo de desaparecer, de
prescindir de el.
Los fuertes sentimientos de incongruencia padecidos en el ASI, se manifiestan
ahora en torno a la comida y a su cuerpo. Los impedimentos anteriores para discernir
con claridad y comprender lo que estaba viviendo, emergen ahora donde no puede
discernir, decodificar, comprender a este cuerpo, y las necesidades de este.
Las patologías alimentarias ocultan un SAASI, un ASI no olvidado, pero si
tapado por la vergüenza y la culpa, sin animarse a volver a hablar. En la presencia de
la patología alimentaria hay una ayer que se hoy. Había una niña impotente que se
consideraba culpable. Ahora, allí hay culpa por lo que se come, por lo que se engorda,
por lo que no se adelgaza, o aquello que no logra sacarse. Kilos? Abusos? de su
cuerpo. Vuelve todo el pasado, desplazado. Rechazo y asco hacia el propio cuerpo en
el ASI, que ahora vuelven hacia el propio cuerpo, justificando ese odio al propio cuerpo
en la comida. La dismorfofobia refiere a otra deformación, la identificación con el
abusador. Hallamos como terapeutas un pasado presentificado. Lo que esta en juego
es la desaparición. En la anorexia logra un cuerpo no deseado: cadavérico. También
en la bulimia y en los trastornos por atracón: deformo el cuerpo.
En los pasos de un ciclo vital hacia otro, en especial en la adolescencia
incluyendo allí al despertar sexual, se evidencian los primeros síntomas de la patología
alimentaria. Parece que no se aceptaran los cambios corporales, no se toleran formas
y signos de femineidad " sentía que algo estaba mal, algo que seguía estando mal, ya
había bajado 26 kilos y creía que era mi cuerpo o la comida que era culpa de la
comida " El SAASI esta sepultado, con un costo enorme. Esa especie de sepelio daña
al propio yo, que queda incapacitado para comprender lo que paso. Este es un terreno
fértil para las Patologías Alimentarias.
Los trastornos de la alimentación simbolizan una especie de escudo. Un intento
fallido de protección contra el ASI. Hay un cuerpo escudo adelgazado o engordado, es
una frontera contra esas violaciones a la intimidad. Hablan de la patología Alimentaria,
hablan con su cuerpo. Antes hablaron del ASI y nadie les creyó, nadie los escucho. El
ASI se reactualiza en cuerpo y comida. Todo parece repetirse la cotidianeidad del ASI
y lo cotidiano donde debería incluirse la comida. El ocultamiento del ASI, el secreto en
el ASI y mas aun el SAASI y el ocultamiento de la comida, comer a escondidas, ocultar
el cuerpo. Se actualizan las agresiones, ahora con vómitos autoprovocados, ayunos,
cortes, golpes y pellizcos. " Vomite hasta quedar vacía, pero no hay algo que
quedaba, no sabia que era" " la panza siempre me molesto . . . no quería parecer
embarazada ( 11 años)" " yo pensaba que si dejaba de comer no me iba a pasar nada,
empecé comiendo nada, es que yo quería no sentir nada".
Hemos escuchado una relación mas directa aun ¿Qué desplazamiento hacia el
cuerpo-comida podemos pensar cuando el cuerpo-comida ocupa la escena del ASI? "
Mis abuelos, los dos, el padre de mi mama y el padre de mi papa, los dos abusaban
de mi. . . Mi abuelo era panadero. Mientras me enseñaba a amasar abusaba de mi. . . Y
la nutricionista quiere que yo coma pan . . . . " "Era un amigo de la familia, venia a casa
todas las semanas y cuando estábamos sentados en la mesa mi mama, mi papa, mi
hermano, el amigo de mi papa y yo el me tocaba por debajo de la mesa mientras que
comíamos ¿ Nadie veía nada?. . . " "Mi tío abusaba de mi en la mesada o en la mesa de
la cocina, con la comida en la mesa" "Mi mama me llevaba a la casa de su amiga. El
padre de la amiga de mi mama fabricaba pochochos. Este hombre, sus nietos y yo
íbamos al sótano donde hacia los pochochos. Ahí nos tocaba. Volvíamos sin los
pochochos y mi mama no se daba cuenta de nada. Yo no quería volver a esa casa. . .
Lo que me pasa a mi es que no puedo parar de comer dulces, cualquier cosa dulce, lo
salado no es problema nunca tuve atracones con lo salado".
Los desordenes alimenticios son enfermedades conductuales devastadoras
producidas por una serie de factores que pueden incluir trastornos emocionales,
presiones familiares, sensibilidad genética o biológica, cultura de sobreabundancia de
comida y obsesión con la delgadez, como así también la exposición a determinados
tipos de violencia, en especial el síndrome de acomodación al Abuso Sexual infantil.
La bulimia y la anorexia comparten características muy similares, como por
ejemplo la depresión, la ocultación de alimento y la obsesión por la perdida de peso.
La anorexia se caracteriza por un alto nivel de exigencia, una búsqueda de la
perfección, no solo en su cuerpo sino en todo lo que se realiza. Manteniendo muy
buen desempeño escolar, mientras sus condiciones psicofísicas se lo permiten.
Mantienen la necesidad de completar los mandatos de sus padres, aun aquellos que
son implícitos, e incluso cuando incluyen silencios que guardan ASI. Provienen de
familias con altos niveles de exigencia, sobre todo hacia esta hija en particular.
Presentan una alteración en la imagen corporal. Aun con pesos mórbidos sé auto
encuentran frente al espejo gordas. A esta deformación de la imagen corporal se la
denomina dismorfofobia. Se observa una perdida significativa de peso. Superior al 15
% por debajo de los índices de las tablas, teniendo en cuenta talla y edad. Tienen un
miedo intenso a la obesidad. A la vez que presentan un peso bajo mantienen la
intención de seguir bajando. Eligen un peso determinado, fijado subjetivamente y
alejado de una realidad saludable. Hay una negativa a alimentarse.
La bulimia generalmente empieza a principio de la adolescencia y la juventud,
cuando las mujeres jóvenes intentan las dietas restrictivas, fracasando y reaccionando
con exceso de comida. En respuesta a esta conducta los pacientes intentan bajar de
peso mediante la ingesta de laxantes, pastillas para adelgazar, medicamentos para
reducir líquidos o a través de la provocación del vomito.
Las personas con anorexia nerviosa enflaquecen al punto de inanición.
Presentando una repulsión por la comida, temor abrumador por tener sobrepeso junto
con una imagen distorsionada de sus propios cuerpos, llegando al punto de convertir a
los alimentos en enemigos. Se generan situaciones de aislamiento y restricciones
sociales, seguidas a las restricciones alimentarias enlazadas a una vida hiperactiva, en
algunos casos ligadas al gasto calórico. Se idealiza un "cuerpo puro" sin alimento, en
realidad una conducta mortal. Presentan amenorrea. Y otras ausencias: Deseos de no
comer, deseos de nada. ¿Se puede desear la nada? Si, se puede desear no comer
nada, no pesar nada. ¿Sé esta deseando la nada? La nada es no estar. No estar vivo.
Les cuesta mucho decir lo que sienten, lo que les pasa, en especial después del
descreimiento del ASI. Cuesta entender tal necesidad de lograr el control absoluto de
todo: del peso, de las notas frente a los exámenes, del cuerpo de la comida y el
agregado de un deseo teñido de perfección sobre todo lo que toca y hace. Porque no
hay un placer sobre las actividades, en realidad hay una sensación de "deber hacer",
de "obligación". El lograr el control de todo también conlleva a la búsqueda de
controlar el hambre.
La paciente víctima de abuso sexual padece de rechazo por cuerpo, culpa,
sentimientos de asco, vergüenza. Signos de que luego pone sobre la patología
alimentaria: rechazo por su cuerpo, culpa por la ingesta, sentimientos de asco y
vergüenza corporal. aislamiento y depresión prolongan la develación del ASI hasta el
inicio del tratamiento.
En el tratamiento deben lograr adueñarse de su vida: ni el abusador ni la
obsesión por los kilos y la comida. Se debe obtener un empoderamiento del propio
cuerpo, uno que nunca debió perderse. Es una búsqueda de adueñarse de su propia
vida, de vivir plenamente. Así también debe incluirse en el presente análisis que el
stress padecido por el SAASI, como otras situaciones altamente estresantes, afectan
las vías de saciedad.
En el inicio del tratamiento raramente las pacientes reconocen la enfermedad.
Tampoco refieren el ASI. El entrevistador experto debe incluir la pregunta acerca de
posibles episodios de ASI.
Esta vertiente de análisis implica una nueva mirada y una nueva comprensión
de las Patologías Alimentarias, que supera la asignación única de causas sociales y
superficiales, considerando a estas jóvenes como portadoras de frivolidad. Traen
dentro un SAASI y una enorme sensación de vacio. Un vacio existencial y una falta de
sentido de la vida.
La búsqueda de alternativas de tratamiento deben incluir un abordaje
interdisciplinario de la patología alimentaria y brindar el espacio adecuado para
escuchar el ASI, que las palabras vuelvan a tener sentido y el cuerpo pueda dejar de
ser portavoz de sus padecimientos. Los profesionales debemos conocer el SAASI y
trabajar anulando los sentimientos de culpa y vergüenza que la víctima pueda
desarrollar del ASI. La asistencia a estas victimas debe contemplar un trabajo con sus
familia extensa, además de la nuclear, con las instituciones intervinientes, es decir un
llamado a trabajar en red. Se debe reparar el propio tejido y también el tejido social
dañado.
Buscamos los recursos del sujeto, su empoderamiento y su resiliencia.
También el modo en que la familia, la familia extensa, la escuela, los vecinos, el
juzgado, la comunidad y el equipo de profesionales tratante opere va a dar cuenta del
pronostico. Si hubo patología alimentaria es por que no fue escuchado sobre el ASI,
dando lugar al SAASI, o no se hizo nada, o se hizo poco, o simplemente lo que se hizo
fue poco. Ahora vuelve a pedir ayuda pero con su cuerpo portando una patología
alimentaria. ¿Como reaccionamos todos ahora? ¿Podremos hacer ahora? Allí hay un
lugar posible para nuestra tarea.
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