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Psicología y ciencia ficción. Lecturas de la Sabana de Ray Bradbury.

Autor/autores: Silvia Trías Zubirí
Fecha Publicación: 01/01/2004
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

El análisis intertextual del cuento de Ray Bradbury "La Sabana" y de "Peter Pan y Wendy" de J. M. Barrie a través del crisol de la lectura e interpretación psicológica nos permite acercarnos a una resignificación de los grandes íconos del psicoanálisis: el complejo de edipo, el parricidio, la comida totémica, el prinicipio de placer y el de realidad y otros elementos no menos universales.

Se analiza desde esta óptica la necesidad de los límites en la educación de los hijos, la protección y el paternaje como elementos sustanciales para dar bases a un individuo emocionalmente sano y productivo. La lectura brinda asimismo elementos de fusión con nuestra realidad actual y el consumo televisivo de nuestros niños. En forma de apéndice vinculado al trabajo se ofrecen algunos datos sobre la incidencia de la violencia en la TV y la agresión en los niños. El trabajo testimonia que uno de los cometidos de Bradbury se cumple, él como hombre de su época quiso hacer algo bueno por la humanidad, prevenir al hombre del mal uso de la tecnología. Hoy a más de 50 años, su deseo se cumple y a través de el análisis de su obra encontramos advertencias que podemos y debemos trasladar a la educación de las actuales generaciones. El consumo indiscriminado de las imágenes televisivas es uno de ellos, el compromiso con la responsabilidad que implica la paternidad es otro, y las que otros lectores puedan aportar a partir de este análisis pemitirá continuar con el propósito del autor.

Palabras clave: Ciencia ficción, Intertextualidad, Psicología, TV, Violencia


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Psicología y ciencia ficción. Lecturas de la Sabana de Ray Bradbury.

Silvia Trías Zubirí.

Licenciada en Piscología.

PALABRAS CLAVE: psicología, Ciencia Ficción, Intertextualidad, TV, Violencia.

 

Resumen

El análisis intertextual del cuento de Ray Bradbury "La Sabana" y de "Peter Pan y Wendy" de J. M. Barrie a través del crisol de la lectura e interpretación psicológica nos permite acercarnos a una resignificación de los grandes íconos del psicoanálisis: el complejo de edipo, el parricidio, la comida totémica, el prinicipio de placer y el de realidad y otros elementos no menos universales. Se analiza desde esta óptica la necesidad de los límites en la educación de los hijos, la protección y el paternaje como elementos sustanciales para dar bases a un individuo emocionalmente sano y productivo.

La lectura brinda asimismo elementos de fusión con nuestra realidad actual y el consumo televisivo de nuestros niños. En forma de apéndice vinculado al trabajo se ofrecen algunos datos sobre la incidencia de la violencia en la TV y la agresión en los niños.

El trabajo testimonia que uno de los cometidos de Bradbury se cumple, él como hombre de su época quiso hacer algo bueno por la humanidad, prevenir al hombre del mal uso de la tecnología. Hoy a más de 50 años, su deseo se cumple y a través de el análisis de su obra encontramos advertencias que podemos y debemos trasladar a la educación de las actuales generaciones. El consumo indiscriminado de las imágenes televisivas es uno de ellos, el compromiso con la responsabilidad que implica la paternidad es otro, y las que otros lectores puedan aportar a partir de este análisis pemitirá continuar con el propósito del autor.



Introducción: psicología y ciencia ficción

Tanto el psicoanálisis como la ciencia ficción se ocupan de reconstruir el pasado, imaginar el futuro y proyectar los cambios. Los dos develan, ambos trabajan con los registros de la realidad y de la fantasía y los dos se vinculan de alguna manera, con la ciencia.

Sigmund Freud en “El malestar de la cultura” (1) dice que aunque el hombre consiga cumplir con todos sus deseos fantaseados mediante la ciencia y la técnica, cada individuo de la especie entra al mundo desvalido como un lactante. El hombre ha creído que la ciencia iba a liberarlo del malestar, la ubicó en el lugar de Dios, apostando a un mejor porvenir y a un desarrollo. Pero tuvo que aprender que la historia no es sin mal- estar y la ciencia ficción lo hace visible, utilizando en forma literaria la inquietud, y la incertidumbre del hombre moderno.

Puede pensarse que una de las funciones de la ciencia ficción y, de la literatura en general, es hacer más soportable ese malestar al ser escrito, al ponerlo en letras, al ser exorcizado por el lenguaje. Freud en “El poeta y su fantasía” (2) nos dice que el escritor cuenta con dos recursos transformando en un universal el sueño diurno (fantasías), atemperando su carácter egoísta, nos seduce por medio de una ganancia de placer puramente formal o estético. El goce genuino de una obra, según Freud, proviene de la liberación de tensiones en el interior de nuestra alma.

Comentando acerca de su trabajo el autor del cuento “La Sabana”, Ray Bradbury, (3) (4) dijo sobre su trabajo que se veía a sí mismo como “un niño de 12 años que define su trabajo como un juego: trabajo, relajación y no pensar”. Por eso la obra no se agota en una cuestión imaginaria, puede modificarse en las diferentes lecturas e influir en las realidades individuales.

En el libro de Freud antes citados (“El poeta y su fantasía”) habla del ‘sello del momento’, es decir la marca de la época y la sociedad del autor, de su momento histórico y social. Al igual que el juego, la ensoñación diurna o el síntoma, el relato de ciencia ficción lleva la marca de la época y el tamiz de la mirada del autor y sus congéneres.

Ray Bradbury pensaba que su literatura tenía una finalidad explícita de evitar la catástrofe a la que llevaría el mal uso de los avances técnicos, una finalidad moralista y humanista.

Marie Langer en la obra donde es coautora junta a E. Goligorski “Ciencia Ficción, Realidad y psicoanálisis (5), aporta que la ciencia ficción permite observar algunas situaciones provenientes del campo social que llevan el “sello del momento”. Entre ellas nos interesa referirnos a las que denomina: la aceleración del ritmo del progreso desde la revolución industrial y la progresiva tecnificación como bases de las afecciones y neurosis modernas, en especial la cosificación y el bloqueo afectivo; y en segundo lugar los rasgos de la tecnificación asociados a la lactancia.

No solo la psiquiatría del siglo XX había encontrado en la sociedad tecnificada la causa de la neurosis, ya en 1825 Goethe habló del progreso industria como “La tempestad en ciernes, de curso inalterable que estallará sobre nosotros y nos golpeará”.

Volviendo sobre la obra de Freud “El malestar de la cultura”(1), da por sentado que la felicidad del hombre no aumentaba forzosamente con la civilización.

El autor de “La Sabana” fue un hombre de su época que apuntó a aspectos preocupantes de su sociedad y de su momento: los peligros que guardaba la tecnología en manos de hombres inexperientes, sus riesgos éticos y psicológicos, ya que creía que una de las funciones del literato y de la obra artística es aportar para mejorar en algo el mundo.

El tema de los valores éticos y la ciencia nos atraviesa hoy, tanto como antes, en sus albores, prueba de esto es el actual debate sobre la técnica de la clonación.


La obra

“El hombre ilustrado” (1955) es el nombre que le da el autor a un conjunto de cuentos de los cuales ‘La Sabana’ o ‘La Pradera’ tiene como motivo las relaciones de un grupo familiar en un momento de un universo hipertecnificado. Esta doble ubicación al margen del tiempo histórico y evolutivo- ya que sus personajes centrales incluyen niños- nos permite elaborar diversas hipótesis interpretativas.

El tema que subyace es el de la incomprensión por parte de los adultos del mundo infantil, lo que da pie a un abordaje intertextual con “Peter Pan y Wendy”(6) la obra de James M. Barrie de 1911, abordaje llevado a cabo por otros autores desde el punto de vista literario y anecdótico. (7).

El vínculo lo anticipa el propio Bradbury en la elección de los nombres y en una serie de similitudes y paralelos en las características de los personajes.
Sin duda que a todos nos moviliza el tema del eterno niño que no desea crecer, es un tema tan presente que los filmes sobre esta historia que estrenaron en 1924 aún hoy se reestrenan en nuevas versiones(Columbia Pictures, próximo estreno enero 2004 en Latinoamérica).


Breve resumen de la obra

Muy someramente el cuento trata de una familia compuesta por padres y dos hermanos: Peter y Wendy que viven en una casa tecnificada donde sus padres incluyeron una habitación que traduce los pensamientos de los niños y que crea imágenes a partir de los mismos. Los niños han sido abandonados a la crianza de esta casa y de esta habitación hasta que los padres comprenden que es necesario un cambio y que deben retomar su antigua vida. Los niños no toleran abandonar la habitación de juegos y hacen que unos leones nacidos de sus proyecciones imaginarias devoren a los padres. Hay un quinto personaje el Dr. Clean, el psicólogo que aconseja desactivar la habitación y retomar la vida normal, que sobre su mirada y su función, genera posibles y diversas lecturas.


Los nombres

El nombre Peter proviene del nombre de un hijo adoptivo de Barrie, lo que nos ubica en la misma tragedia del personaje que es abandonado y reemplazado en el afecto de sus padres por otro. Recordemos que Edipo no sabe de quién es hijo.

Pan es el dios griego, pastoril del séquito de Baco, representado con cuernos, orejas y patas de macho cabrío, inventa la flauta pastoril y es temido por los pastores a los que asusta provocando estampidas del ganado. De ahí que se llame pánico al terror producido por el dios.
Un niño que aterroriza (¿a los adultos?) porque se niega a crecer y un niño que aterroriza con la ejecución de un parricidio.

Wendy proviene del vocablo inglés (wendy house) que significa casa de juguete pequeña hecha para que los niños jueguen dentro. lo que alude a la maternidad y el cobijo, características del personaje de Barrie y ausente, sólo recordado por la elección de este nombre, en el cuento de Bradbury.

Los personajes viven en el país de nunca jamás donde nunca crecerán porque no lo desean, lo que nos remite a la unión primigenia, la indiferenciación y la ausencia de límites, como relación preedípica. El mecanismo privilegiado es la negación.

Peter Pan desea que los demás cubran sus necesidades (sus pensamientos –mágicos- modifican la realidad) si no lo logra aparece la agresión (omnipotencia del pensamiento). Mientras que la Wendy de “La Sabana” ocupa un lugar complementario e indiferenciado del personaje del hermano, casi formando parte de un solo ser, pleno, completo y omnipotente. Ella no se individualiza, no provoca el conflicto ni lo resuelve.

La persistencia de lo infantil, tan lineal en Peter Pan y Wendy, se retoma en “La Sabana” en la incapacidad de tolerar la frustración de los personajes infantiles, y en la necesidad patológica de buscar el placer sin medir las consecuencias.

Es curioso pensar en otros personajes con los que nos contactamos diariamente en la pantalla de TV que viven detenidos en etapas de la infancia, con conductas infantiles, que nos divierten y nos crean la ilusión de que es posible vivir entre adultos con pautas de niños y, esperar a que otros adultos nos resuelvan nuestras necesidades. Dos casos típicos los representan Homero Simpson y Pedro Picapiedras. ¿Está en nosotros latente el deseo de permanecer en la infancia? ¿Responden estos prototipos a esa necesidad dentro de parámetros de “normalidad”?

Un último nombre debe ser incluido: El Dr. David Mc. Clean (limpiar), la función del psicólogo se describe como de anulación – la limpieza de la situación conflictiva y de observador externo que en un momento deberá definir dónde situarse, en realidad el lector, luego del final abierto del cuento será quién defina dónde situarlo. La imprecisión de su lugar ratificada en el final está dicha: “un psicólogo nunca ve un hecho en toda su vida”, se basa en impresiones. Él no estará presente en el desenlace terrible, pero será quien haya iniciado el engranaje al haber sugerido en un tiempo no presente del cuento la instalación de la habitación y ahora, en el presente de la historia, solicita que se la desactive. Luego, ya en ese final abierto, recibe la invitación a formar parte de lo que fue.


La familia

A pesar de la fantasía que se despliega en los relatos de ciencia ficción, en general se conserva la estructura familiar tal como la conocemos. Aunque en esta obra de algún modo se rompa con esa estructura a través del acto violento del parricidio, la estructura es de una familia patriarcal que siente que sus lugares están cuestionados “Nos tratan como si los hijos fuéramos nosotros”, dice en un momento la madre.

Las características de los adultos los describen como personas minimizadas, reducidas a “estar”, son seres que asumen actitudes dependientes, fetales, parasitarias, con la contrapartida de una vivencia paranoica de ser aniquilados, devorados. “Yo no quiero hacer nada excepto mirar y oír y oler ¿qué otra cosa puedo hacer?, dice el hijo.

Las máquinas protagonizan sus vidas y sus fantasías se crea un mundo de desafección, de anestesia afectiva sobre la base de la tecnificación de las relaciones. La tecnología está destinada a dejar atrás los salvaje, lo pulsional, lo que irrumpe. Allí el pensamiento mágico omnipotente es el motor de la creación, de las relaciones y lo será de la tragedia.

Cuando el pensamiento lógico racional y los vínculos afectivos quieren penetrar, son aniquilados. Ray Bradbury cuenta (4) que al escribir “La Sabana” primero.

Imaginó un cuarto de juegos del futuro en el que los niños tan solo con decir sus deseos pudieran hacerlos realidad. –El cuarto ideal vs. la familia ideal—


El conflicto

El cuento se inicia con una situación problemática y podemos trasladar a cualquier contexto esta disfunción por ser universal: padre y madre en conflicto por actitudes de sus hijos púberes que no comparten.

Hasta ahí lo esperable, lo que rompe la estructura típica es que podemos establecer el triángulo de los vínculos teniendo en cuenta estos 3 bloques de personajes: Los padres- Los hijos- La casa (o la habitación).

La casa satisface todas sus necesidades físicas y afectivas y ocupa el rol materno prioritariamente, por esa razón es la madre la que introduce el conflicto. Es ella quien se siente desplazada y superada en su función por la casa:”Ahora la casa es la esposa, la madre y la niñera ¿cómo podría yo. . . . ?” . Por eso provoca que el padre se movilice y responda interviniendo y tomando conciencia de la falta. El padre es víctima de una disociación de los afectos en relación a la casa (casa esposa, casa madre nutricia) por un lado le fascina lleno de admiración por el genio mecánico, lo provoca, por otro lo obliga a cumplir con su rol de castrador para establecer el corte con la casa- madre y los hijos.

Para tener existencia debe interponerse.

La casa-madre es fuente de alimento, satisface las necesidades orales y será en un segundo momento sádica, perversa y canibalística. La casa símbolo del cuerpo, regresiona a sus habitantes a un estado primario ideal simbólicamente unidos al pecho materno, es la madre preedípica donde el placer no se limita, donde todo es satisfacción. El niño solo acepta el abandono de la dependencia oral, siguiendo los conceptos de Melanie Klein (8) , si puede reasegurarse que su cuerpo y sus órganos harán algo por él (le darán placer).

La madre es también quien en el momento de la determinación de desactivar la casa interviene, víctima de la seducción de sus hijos y posibilita la tragedia final. La mujer encarna una vez más la doblegación por los afectos y la docilidad frente al reclamo de los hijos, papel reservado históricamente y que también podemos descifrar en este caso, como identificación con los hijos en su necesidad de unión o identidad con la habitación madre nutricia. En ambos casos satisfaciendo su narcisismo.

En la familia nuclear típica el deber del padre es proteger al hijo de los peligros del mundo exterior y de los de sus propios impulsos asociales, debe establecer el corte en la simbiosis con la madre y establecer el orden simbólico para el universo de ese niño, introducirlo a la cultura.

Elementos constituyentes del ser humano que se recrean en la obra. El personaje del padre de “La Sabana” fluctúa al inicio del cuento ante la fascinación de la simbiosis primigenia, tiene un primer fallo. En un segundo momento ante el reclamo de la esposa, produce el corte obligando a los hijos a la resignación de la pérdida de una realidad “ideal” y la posibilidad de acceder a una realidad “real”.

“El poeta, - dice Freud (2)- hace lo mismo que el niño que juega: crea un mundo fantástico y lo toma como muy en serio, esto es, se siente íntimamente ligado a él, aunque sin dejar de diferenciarlo resueltamente de la realidad. Pero de esta irrealidad del mundo poético nacen consecuencias muy importantes para la técnica artística, pues mucho de lo que , siendo real, no podría procurar placer ninguno puede procurarlo como juego de la fantasía, y muchas emociones penosas en sí mismas, pueden convertirse en una fuente de placer para el auditorio del poeta”.


La tragedia

Hay en la literatura por lo menos tres obras maestras relacionadas con el parricidio. : Edipo Rey, Hamlet y Los hermanos Karamazov, el motivo del crimen es la
rivalidad sexual por la mujer. En Ray Bradbury hay una presentación menos directa en la preparación y confesión del parricidio, es lo que lo hace más tolerable al lector.

Los temas de la tragedia provienen del acervo popular, de los mitos, de las leyendas, las fábulas, “El poeta nos pone en situación de gozar en adelante, sin avergonzarnos ni hacernos reproche alguno, de nuestras propias fantasías. ” Freud (2)

La muerte de los padres se hace creíble porque forma parte de la fantasía universal del deseo de la muerte del padre consagrada por el complejo de Edipo.

Bruno Bettelheim en “Psicoanálisis de los cuentos de hadas “(9) dice que tanto en el niño como en el adulto el inconsciente es un poderoso determinante del complejo. Cuando se permite acceder al material inconsciente, hasta cierto punto, a la conciencia y ser elaborado por la imaginación su potencial nocivo- para los demás y para le propio sujeto- queda considerablemente reducido, entones algunos de sus impulsos pueden ser utilizados para propósitos más positivos. La idea de que en nuestro interior puedan existir fuerzas que se escapen de nuestro control es demasiado amenazadora, entonces el escritor amortigua el impacto al hacer del parricidio una elipsis y cumple con su rol de protección ante los peligros de una sociedad venidera.

Otra lectura podría tener hacerse en relación a la muerte y el nacimiento de “una nueva era”, los padres asesinados como metáfora de la muerte de un sujeto viejo e inadecuado y los niños como símbolo de un renacer en una sociedad tecnificada.


La muerte

“Es el concepto el que hace que la cosa esté allí aún no estando”
Hegel

La muerte está presente en el relato y finaliza el drama sin estar descriptivamente presente. La presencia- ausencia es lo que la hace posible, y por último real. Todo el relato gira en torno a es in- existencia que por fin se confirma.

El texto abre esta certeza por varias puertas. En una de ellas el padre sitúa evolutivamente los deseos de muerte indicando así que estamos en los dominios del hombre universal: “la idea de la muerte. No, la verdad, nunca se es demasiado joven, uno le deseaba la muerte a otros seres mucho antes de saber lo que era la muerte. Cuando tenías dos años y andabas disparando a la gente con pistolas de juguete”

Dice Freud el “Tótem y Tabú” (10) “El arte es el único dominio en el que la omnipotencia de las ideas se ha mantenido hasta nuestros días. Los primeros artistas de las cavernas buscaban exorcizar los espíritus y demonios, son proyecciones de sus tendencias afectivas. El sacrificio es el acto sagrado por excelencia, ofrenda para aplacar o conseguir un favor. La muerte de la víctima pertenecía originalmente a los actos prohibidos al individuo y sólo justificados cuando la tribu entera asumía la responsabilidad”

El autor se ocupa de cumplir con este precepto, en la obra están Wendy y el Dr. Mc. Clean para compartir la responsabilidad final (el té que le ofrece al Dr. es una invitación a formar parte del clan totémico) y en la narración estamos nosotros lectores, que compartimos la acción y recreamos las fantasías universales de la muerte de los padres edípicos.

Cabe preguntarse si en esta caso la muerte de los padres da paso a la identificación, como en la resolución del conflicto de Edipo como instancia psíquica, en ese caso estaríamos cambiando la óptica y generando una lectura que apunta hacia el pasaje de la infancia a la adultez a través del rito, introyectada la figura del padre, muerto el tótem, se puede asumir su lugar. ¿Los hermanos invitan con té al Dr. en una
posición de adultos iguales? ¿ Es la muerte de los padres la puerta de salida de la infancia y de entrada a la etapa adulta?

En la obra de Freud citada (10) dice”: Odiaban al padre que tan violentamente se oponía a sus necesidades de poderío y sus exigencias pero al mismo tiempo le amaban y admiraban(. . . ) Si el padre nos hubiera tratado como nosotros tratamos al tótem, otorgando todo lo que la imaginación infantil puede esperar protección y cariño, no habíamos sentido jamás la tentación de matarlo”

Ubiquemos la habitación en el lugar del tótem “espíritu protector y bienhechor”, que envía oráculos a sus hijos y les concede y protege aún en aquellos casos que resulta peligroso y tendremos una lectura casi lineal de la psicología de la obra.
Peter convoca a la casa totémica y ella responde.

 

Lo mitológico

“Hacía nueva su luz en un carro tirado por cuatro
caballos resplandecientes. Como el mundo antiguo no
conocía más luz que la del día, se le atribuía al sol el
conocimiento del pasado, presente y futuro”
Rodríguez Adrados

“El mito de Edipo provoca fuertes reacciones internas y emocionales en el adulto ya que puede proporcionar una experiencia catártica, el material inconsciente puede entrar en contacto con la conciencia y elaborar lo que fueron sus ansiedades infantiles.

Si el significado subyacente de un mito se describiera como un hecho susceptible de ocurrir en la vida adulta de una persona, aumentaría considerablemente las ansiedades” Bettelheim (10)

Si un individuo nace y crece como hijo de dos progenitores, los conflictos edípicos son inevitables. Su resolución nos permite vivir como adultos más o menos saludables, su reformulación nos permite la sublimación de los afectos comprometidos.

La función catártica y de elaboración está cumplida. Quizá en su buena intención Bradbury no llegó nunca a presentir cuánto colaboraba con su obra a la psicología de la humanidad.

En la obra nos enfrentamos a la madre preedípica, maravillosa y compleja (ideal), la madre edípica cruel, el padre destructivo y castrador (limitante, frustrante) y el enfrentamiento a responder si debemos ceder al principio de placer que satisface en forma inmediata nuestros deseos (habitación) o vivir bajo el principio de realidad en el que habitualmente nos movemos y que implica frustración y espera aunque también recompensas duraderas.


Los niños

Freud nos enseñó que todos estamos incluidos en lo que describió como “la novela familiar”, la fantasía de no pertenecer a nuestra familia sino a una donde los progenitores fueran nobles, personajes superiores y todopoderosos, que por razones ajenas a su voluntad no pudieron reconocer su paternidad.

En el cuento la sustitución parental es explicitada por los propios padres y los hijos, en su parco diálogo, no hacen más que confirmarlo. El pensamiento del niño es animista hasta la pubertad, según Jean Piaget, para el niño no hay ninguna división clara que separe los objetos de las cosas vivas, y cualquier cosa que tenga vida la tiene igual que nosotros. Por tanto la angustia que expresan ante la amenaza de desenchufar- matar- a la casa es auténticamente creíble y compartible. Tal es así que se pone en boca de quienes ejecutan la acción la duda: “A nadie le gusta morir. . . ni siquiera a una habitación”.

Peter y Wendy son la integración de los aspectos psíquicos, tienen la misma actitud y comparten los mismos deseos, podemos pensar en que son aspectos de un mismo personaje único, completo en sí mismo que no admite que se lo mutile.

Estos niños, estos hijos no supieron esperar su tiempo.
De acuerdo a Freud en “Tres ensayos de una teoría sexual” (11) cuando el padre se presenta como amenazador es siempre el hijo a largo plazo, el que resulta vencedor, mientras que el padre es derrotado.
Estos hijos mecanizados no expresan sentimientos más que la ira, el enojo, la obstinación ¿estamos frente a otro orden de sentimientos?


Los animales

Los animales peligrosos y los mansos representan nuestra naturaleza irracional, nuestros impulsos instintivos. Los peligrosos simbolizan el ello en su estado salvaje con toda su peligrosa energía y no sujeto al control de las otras instancias psíquicas.

Los leones son símbolos de la oralidad sádica , de las tendencias egoístas, asociales y violentas. Aparecen en los cuentos de hadas y en los mitos como representantes de estas constelaciones y ocupan un lugar referente en “La Sabana” como amenaza latente.

En algún lugar el lector sabe que son los que resolverán el drama. El temor de ser devorado y destruido da paso al odio que impulsa a la destrucción y lo que es más representativo, a devorar al objeto. Estos conceptos de M. Klein los vemos reflejados en la simbología de las fieras, el poder de las imágenes de los animales devorando a sus presas que se reitera como confirmación de la presunción de lo posible, son poderosas y llenas de alusiones cenestésicas que permiten al lector un mayor compromiso afectivo.

El sol, elemento torturador para las víctimas es el representante del destino, la mitología nos enseña que el sol tienen la potestad de conocer el pasado, presente y futuro. Pero los personajes no supieron leer sus oráculos, ni siquiera cuando fueron inscriptos en le cuerpo- el cuello quemado por el sol- ni en los oídos- los gritos repetidos- ni en los olores, ni en las palabras –“quisiera que estuvieras muerto!- “

El recurso de la óptica es muy rico si lo pensamos en relación a la realidad y la irrealidad o realidad virtual. “La óptica intenta producir mediante aparatos esa cosa singular llamada “imágenes”. Las imágenes ópticas presentan variedades singulares, algunas son puramente subjetivas, son las llamadas virtuales, otras son reales, es decir que se comportan en ciertos aspectos como objetos y pueden ser consideradas como tales. Pero aún más peculiar: podemos producir imágenes virtuales de esos objetos que son las imágenes reales. Espacio real y espacio imaginario se confunden “ J. Lacan (12)


El final

En los cuentos de hadas no sabemos qué sucede una vez que el conflicto se resuelve, las palabras de siempre son “: . . y vivieron felices para siempre”, lo que se traduce a nivel de fantasía en que el o la protagonista satisfacen sus necesidades y viven dedicados el uno al otro.

Podemos trasladar en su totalidad esta interpretación al final del cuento d e Bradbury, con el acotado que incluyen un personaje lateral del que no sabemos su destino aunque pesa sobre él la posibilidad de aceptar una alianza con los parricidas como hijo de la tribu totémica podrá compartir la comida del festejo. No es cualquier adulto al que se le coloca en este lugar es un “sanador”, es quien socialmente tiene el encargo de velar por la salud mental. La respuesta del Dr. Clean dirá para cada uno si el dilema queda abierto y la historia se perpetúa o se acaba.

Si trasladamos el conflicto de estos púberes al conflicto vital podemos encontrar otras respuestas posibles: algunos fantasean con un hogar y una familia ideal y van en su búsqueda a través de la fuga, el alcohol, las conductas psicopáticas, y las drogas. Aquí el ideal ya estaba establecido y la reacción fue recuperarlo aún poniendo en juego estrategias que pueden ser consideradas sádicas (pañuelo y cartera como señuelos). Podemos pensar, como dijimos antes en el pasaje de un ciclo vital a otro y la simbología acotarla a la muerte de los padres de la infancia y el nacimiento de una nueva etapa donde se valgan de sí mismos y del sostén afectivo propio.

Bradbury opina que si queremos que los niños no maten hay que dejarlos “que tiren tortas de crema y todo eso”, predice que el hombre puede llevarse a sí mismo a la destrucción.

Por el contrario Barrie, tiempo atrás, finaliza su relato ofreciéndole a una nueva oportunidad a los padres. La sociedad cambia, sus valores también.
Los estudios psicológicos de las obras de arte y de la literatura también nos dan la segunda oportunidad de su lectura y la formulación de sus entrecruzamientos que nos permite una mayor comprensión intelectual y afectiva.


El ausente

Todo el tiempo en la obra estamos enlazando dos contenidos: la habitación y el juego, es la habitación creada para jugar, también aquí el dualismo, también es la habitación que permitirá neutralizar aspectos negativos de los hijos, ella en sí misma encierra un poder, el de develar, pero en ese juego de vida propia que asume, tiene el poder de ocultar y de decidir. La habitación se personifica.

La función del juego es la diversión, el placer, la acción, la elaboración de fantasías para que resulten enriquecedoras para el niño. Los niños son los primeros violentados al verse sometidos a una relación omnipotente con el objeto cuarto de juegos, no hay límites, no hay cuidado, no hay paternaje, hay sí depositación de funciones en ellos mismos, seres en formación. Y además caen casi en un engaño ya que se trata de “un juego”.
Los padres consideraron cumplida su función con la importante erogación económica que promovió la habitación, entregándoles una herramienta dúctil a sus fantasías sin ponerlos a salvo de las mismas. Cuánta coincidencia con algunos tipos de paternaje actuales donde se considera que se les está dando todo, cuando lo único que los hijos reciben son bienes materiales.

Los padres están de algún modo sentados en el banquillo de los acusados por no cumplir con su rol y por permitir a sus hijos el goce irrefrenado. Solo las bestias y los alienados pueden disfrutar sin responsabilidad, el resto de los humanos tenemos que sufrir la culpa y la frustración como consecuencia de poder cumplir con nuestros deseos en forma madura.
Los padres no pusieron límites al deseo y no lo pusieron hasta el final.

Volviendo al juego, al sano, al que provee a la fantasía y la creatividad de contenidos éste es el ausente en “el cuarto de jugar” esto nos hace reflexionar aunque sea lateralmente, en el fenómeno de los medios masivos de comunicación y sus contenidos. ¿No estaremos nosotros todos los días permitiendo que las imágenes virtuales creadas por otros, a los que desconocemos en sus objetivos, impregnen las mentes de nuestros hijos, sin darles las herramientas del juicio crítico y del apoyo afectivo para decodificarlas?

Es una traslación posible enmarcada en las estadísticas que marcan el aumento sostenido de horas de TV por niño, y quizá en este sentido aquí los asesinados sean las virtudes de la infancia: la inocencia, la capacidad de asombro, el espíritu crítico y la inventiva.


Apéndice

La TV y la violencia

“La organización Gallup informa que el 53% de las personas atribuye a la TV el deterioro general de la educación”
New York Times, octubre ’90

 

El boom televisivo dio inicio en la década del ’50 con la ruptura de una tradición cultural hablada para introducir una cultura audiovisual como agente socializador.

La comunicación visual trabaja con símbolos, construye mensajes de fácil lectura que por sus características (claros, representativos, móviles, sonoros)inducen a una comprensión global e intuitiva; con lo que empobrece la capacidad de abstracción y crítica.
Existen técnicas de filmación como las tomas, el zoom, los cortes y el replay que no tiene equivalentes con la percepción humana y que se decodifican por procesos mentales automáticos.

Su gran poder ancla en que influye en la forma de percibir el mundo desde la tierna edad de los televidentes que no están protegidos para esta intrusión. Los bebés perciben el mundo a través de los estímulos que reciben (visuales y auditivos, primordialmente). Un niño de un año brinda un promedio del 6% de su atención a la TV si ésta permanece encendida en el lugar que él se encuentre. A los 2 años, el 40% de su tiempo y entre los 3 y 4 años un 67%, a los 5 es capaz de atender un 75% del tiempo a la oferta televisiva (Fuente: “Papá ¿puedo ver la tele?, Graciela Peyrú)

Las capacidades intelectuales y afectivas de los niños se generan sobre la base de la experiencia y la maduración. A través de la investigación se concluye que entre los 6 y los 10 años los niños son capaces de empezar a deducir los mensajes implícitos que no aparecen en la imagen y el sonido; los adultos realizamos estas conexiones en forma rápida y automática.

“Como parte de una visión fragmentaria de la realidad los niños de América del Norte y del Sur, contemplan en promedio 700 incidentes de violencia televisiva por semana”

Living with Television: The violence profile”, Gerbner (13)

“Quizá aún tengamos que aprender a manejar mejor los milagros de un medio que es capaz de enviar una imagen móvil con un sonido 40000 km hacia el espacio y volver, sólo para llegar a una audiencia al otro lado del mundo a mucho menos de un segundo”

Papá ¿puede ver la televisión?, Graciela Peyrú(14)

 

En promedio la TV presenta:

7, 5 escenas de violencia por hora de lunes a viernes
17, 5 escenas de violencia por hora los fines de semana
25 escenas de violencia por hora en los programas infantiles (14)

Aunque la violencia llega por otros medios, la imagen es altamente poderosa e incontrolable por el televidente salvo, claro está que decida apagar el televisor. Acusar a la TV de la violencia de nuestra actual sociedad es una exageración, pero su contribución en la formación de parámetros de percepción del mundo y modelos de identificación es real.

Cerca del 90% de los programas infantiles contienen algún elemento de violencia a través de imágenes reales o no, mezclada de broma y risas, pero la violencia está allí, y quizá potencialmente más peligrosa pro no estar claramente definida como tal.
El uso de la fuerza física, la amenaza, la injuria, la denigración, son alimentos habituales de los menúes de programación infantil.

“La violencia en la TV instiga a la agresión en los niños” concluyeron los expertos en EEUU del Comité Asesor sobre TV y conducta Social del Ministerio de Salud den 1972. Estamos a más de 3 décadas de esta conclusión y aún no ha habido una respuesta proporcional a la conclusión que proteja a nuestros niños de la violencia televisiva.

La desensibilización ante la violencia como fenómenos psicológico muestra que los niños tienen menos capacidad de reacción emocional ante situaciones diversas que tienen como denominador común la violencia y, por lo tanto, no responden ante ella en forma adecuada.
El informe al que hicimos referencia dice: “ A largo plazo los valores sociales son modelados por un conjunto de fuerzas e instituciones, incluyendo el importante papel que realiza la TV en la transmisión de la violencia”.
Los niños que ven más de 4 hs. diarias de TV sin la posibilidad de generar con un adulto la selección de la programación y un análisis crítico de lao que está viendo, resultan dañados en muchas formas, desde el desarrollo de su potencial intelectual, vínculos sociales, baja creatividad, pobre manejo del lenguaje y la expresión escrita, desensibilización y acriticismo.

Los que pueden contextualizar esta experiencia y están menos expuestos a la pantalla, obtienen de ella algunos beneficios como, conocer otras culturas y modelos,
fijar la atención, y más tarde abstraer y concluir en base a elementos más o menos fragmentados.


Confiamos en que futuras generaciones de actuales televidentes sean los que generen un cambio positivo en este gran medio.

“Balancear un programa entre el entretenimiento, el drama y el ejemplo social es como ser un equilibrista en el circo, caminando sobre un alambre, sin red abajo. . . pero es posible. ”
Norton Wright “Modelos y roles positivos en la TV”(15)


Bibliografía

1- Freud, Sigmund- Obras Completas- El Malestar de la Cultura- Amorrortu Editores

2- Idem- El poeta y su fantasía

3- Bradbury, Ray- El hombre ilustrado. Ed. Minotauro

4- Cayró, Antonio- Ciencia ficción de Verne a Bradbury

5- Langer, Marie- Goligorski, Eduardo- Ciencia ficción, realidad y piscoanálisis

6- Barrie, J. M. - Peter Pan y Wendy- Editorial Anaya

7- Nisiruman, K- El mundo virtual como refugio infantil. Del país de nunca jamás a las praderas electrónicas.

8- Klein, Melanie- Estadios tempranos del conflicto edípico

9- Bettelheim, Bruno- psicoanálisis de los cuentos de hadas- Ed. Grijalbo

10- Freud, Sigmund- Obras Completas- tótem y Tabú- Ed. Amorrortu

11- Idem- Una teoría sexual y otros ensayos

12- Lacan. , J- Los escritos técnicos de Freud

13- Gerbner- Living with television: the violence profile. Ed. Paidós

14- Peyrú, Graciela- Papá ¿puedo ver la televisión?

15- Wright, Norton- Modelos de roles positivos en la TV

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