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Training group en casos de violencia doméstica. Resultados terapéuticos en un grupo de mujeres víctimas de maltrato físico.

Fecha Publicación: 01/01/2004
Autor/autores: S. Valero

RESUMEN

Descripción de los resultados de seis meses de terapia (2002-2003)y seis meses de seguimiento en un protocolo de abordaje integral del maltrato doméstico según el protocolo de Echeburua (1990). Se aplicaron los presupuestos de la teoría de Training Group (Clark y Cuberts 1965, Liebermann 1975).

Objetivos

a) Desaparición del maltrato físico y los síntomas emocionales de la víctima: trastorno por estrés postraumático, depresión y ansiedad.

b) Recuperación de su vida social mediante la re socialización y la re-laboralización progresivas.

Metodología

Muestra de un grupo constituido por seis mujeres con edades comprendidas entre 27 y 60 años. Se aplicó el protocolo psicológico siguiente: -batería específica de tests (Echeburua, 1990) para medir conciencia e intensidad del maltrato, añadiendo el cuestionario Millon de personalidad.

Retest a los seis meses. -programa terapéutico integral basado en apoyo psicofarmacológico y en sesiones de trainning group quincenales, de 150 minutos y abiertas.

Resultados

Tras seis meses de terapia grupal, en el retest se observa en un 75% de las mujeres una mejora importante del tono emocional y la autoestima así como una mayor asertividad en la relación de pareja que desembocó en dos tomas de posición respecto del conflicto: acuerdo de mejora relacional tras consulta psiquiátrica del maltratador o separación matrimonial. El 100% de ellas se incorporaron al mundo laboral y/o estudios de formación.

Conclusiones

La terapia grupal es una herramienta útil para combatir el maltrato doméstico porque ayuda a destruir el aislamiento social, el déficit de autoestima y la falta de conciencia de maltrato (Síndrome de Estocolmo).


Palabras clave: Aislamiento social, Asertividad, Autoestima, Trainning group, Violencia doméstica
Tipo de trabajo: Comunicación
Área temática: Psiquiatría general .

Training Group en casos de violencia doméstica. Resultados terapéuticos en un grupo de mujeres víctimas de maltrato físico.

Quiles, I. ; Igual R. ; Valero, S. ; Creixell, J.

Departamento de psiquiatría del hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

PALABRAS CLAVE: Violencia doméstica, Trainning group, aislamiento social, autoestima, Asertividad.

[16/2/2004]


Resumen

Descripción de los resultados de seis meses de terapia (2002-2003)y seis meses de seguimiento en un protocolo de abordaje integral del maltrato doméstico según el protocolo de Echeburua (1990). Se aplicaron los presupuestos de la teoría de Training Group (Clark y Cuberts 1965, Liebermann 1975).

Objetivos

a) Desaparición del maltrato físico y los síntomas emocionales de la víctima: trastorno por estrés postraumático, depresión y ansiedad.

b)Recuperación de su vida social mediante la re socialización y la re-laboralización progresivas.

Metodología

Muestra de un grupo constituido por seis mujeres con edades comprendidas entre 27 y 60 años. Se aplicó el protocolo psicológico siguiente: -batería específica de tests (Echeburua, 1990) para medir conciencia e intensidad del maltrato, añadiendo el cuestionario Millon de personalidad. Retest a los seis meses. -programa terapéutico integral basado en apoyo psicofarmacológico y en sesiones de trainning group quincenales, de 150 minutos y abiertas.

Resultados

Tras seis meses de terapia grupal, en el retest se observa en un 75% de las mujeres una mejora importante del tono emocional y la autoestima así como una mayor asertividad en la relación de pareja que desembocó en dos tomas de posición respecto del conflicto: acuerdo de mejora relacional tras consulta psiquiátrica del maltratador o separación matrimonial. El 100% de ellas se incorporaron al mundo laboral y/o estudios de formación.

Conclusiones

La terapia grupal es una herramienta útil para combatir el maltrato doméstico porque ayuda a destruir el aislamiento social, el déficit de autoestima y la falta de conciencia de maltrato (Síndrome de Estocolmo).



Introducción

El grupo de mujeres de este training group para tratamiento de la violencia doméstica se constituyó con las madres de once pacientes que acudieron al departamento de psiquiatría Infanto- Juvenil de la HUMI Vall d’Hebron de Barcelona entre el año 2001 y 2003.

El motivo de consulta estaba centrado en sus hijos: bajo rendimiento escolar, TDA+H, trastornos de la conducta, dificultades relacionales.
Durante la fase de exploración del paciente y de la familia se detectó, secundariamente, este problema: las madres en una situación de confianza pudieron explicar que eran víctimas de maltrato físico por parte de sus maridos o que esta situación había sido la causa de la separación y continuaban sufriendo el maltrato psíquico de ellos.
Los episodios de violencia física y sexual eran frecuentes en muchas de ellas pero, aunque actualmente no constituían riesgo de vida , en alguna ocasión anterior declaraban haber sufrido esta sensación. El maltrato psicológico, en cambio, era permanente en todas ellas aunque estuvieran separadas del marido.
El gran problema hallado fue la resistencia de estas mujeres a denunciar la situación de maltrato por hallarse sin trabajo y recursos sociales suficientes así como por el miedo a las represalias del marido; era una situación dura a la que se habían resignado, juzgando como imposible desde su baja autoestima y su confusión dar otros pasos e, incluso, merecerlos.

Decidimos montar el abordaje terapéutico grupal de estas además de la atención individual a los hijos.

 

Introducción Teórica

Desde el punto de vista clínico, el maltrato doméstico se refiere a las agresiones físicas, psíquicas, sexuales o de otra índole, llevadas a cabo reiteradamente por parte de un familiar ( habitualmente el marido), que causan daño físico y/o psíquico y vulneran la libertad de otra persona (habitualmente la esposa)(Echeburúa, 1997) (1) (2).

Muchos agresores han tenido una familia violenta donde han aprendido que la violencia funciona. Hoy sabemos que la experiencia de exposición a la violencia en la infancia se ha identificado como una variable relacionada con las conductas agresivas en el hogar(Gómez-Jarabo y Alcázar 1999) (3).

Diversos autores han definido la situación circular y en escalada progresiva de la violencia como Walker que en 1989 (4)la describe así: insultos y coacciones > amenazas y crisis de violencia > arrepentimiento del agresor y perdón de la víctima.
Maccoby en el 1990 describe la otra escalada paralela, la del deterioro emocional de la víctima: a mayor frecuencia del abuso le sucede una más temprana instauración de la depresión en la víctima y una devaluación mayor de su autoestima siendo ésta uno de los factores mantenedores del maltrato.

La violencia familiar constituye un fenómeno en alza. Es difícil determinar la tasa de incidencia del maltrato doméstico debido a que la especificidad de esta problemática conlleva el ocultamiento y el silencio. Según el Institut Catalá de la Dona , en el año 2001 desde enero a septiembre , en Cataluña, hubo 3569 denuncias por violencia contra las mujeres. Y se calcula que solamente se denuncia en el 10% de los casos. Estudios realizados en EEUU entre un 12 y un 29% de mujeres que acuden a atención primaria son víctimas de violencia doméstica y que más de un 10% de las mujeres embarazadas se han peleado físicamente o ha sido golpeadas por sus parejas. Se acepta que hasta un 37% de las mujeres tratadas en un servicio de urgencias a consecuencia de una lesión por violencia han sido agredidas por su pareja.

En la mujer, la violencia, tanto física como emocional, se relaciona con una serie de psicopatologías: una mujer de cada tres presenta depresión, una de cada diez presenta un brote psicótico, y más de tres cuartas partes sufren depresión leve, hay una frecuencia variable respecto al índice de trastornos de ansiedad que oscila entre el 15 y el 85%.

La descendencia sufre las consecuencias de la violencia de un modo muy directo y crece en un ambiente tóxico

 

La posición de los hijos ante el maltrato de la madre:

El hijo puede compartir el maltrato con la madre por violencia indiscriminada. Es frecuente en los casos en que existe un alcoholismo en el maltratador (Linares 2002) (5).

El hijo, incluido en el conflicto matrimonial de los padres, puede sustituir en el maltrato a la madre y sufrir directamente esta situación de triangularización. (Linares 2002) (5), ofreciéndose como víctima propiciatoria en lo se ha denominado síndrome de Ifigenia (Boublil 2001) (6).

Puede vivir la agresión que sufre la madre como una situación “ejemplarizante” y desarrollar una fuerte inhibición relacional con el maltratador y no implicarse en las situaciones violentas. Ser testigo sistemático del abuso materno es un predictor de sufrir trastorno por estrés postraumático en la misma infancia (Marr A. 2001) (7) y predictor de trastornos psicosomáticos, trastornos de personalidad borderline y depresión en la edad adulta (Sansone y cols. 2001). También será causa de absentismo escolar y de trastornos en el aprendizaje del lenguaje(Costa Pau, 2003) (8).

Puede experimentar la situación como incoherente al ver que la madre víctima no es acorde en sus respuestas de acatamiento y de apego al maltratador, creando en el niño un conflicto de lealtades. El niño al crecer rechazará el papel humillante de la madre y se negará a defenderla, habiéndose roto la identificación con ella( Martín Serrano 2002) (9).

Gardner en el 1992 (10) describe las consecuencias emocionales en el hijo de la alienación parental o proceso de maltrato entre los padres a través del hijo :
-ausencia de oportunidades de contraste imparcial.
-necesidad de contentar o aplacar al progenitor más próximo a él o con más poder directo sobre él.
-rencor hacia el otro progenitor del que se siente abandonado o desprotegido.
El ambiente tóxico familiar crea hostilidad y depresión en los hijos, originándose una situación de anomia familiar que se expresa en forma de falta de normas e ideales, falta de proyectos y en un comportamiento alterado en que pueden darse las fugas, las toxicomanías y el coqueteo con sectas (Gonzalez de Rivera 2002). Jouriles en el 1987 ya describen que el ser testigo directo de la violencia doméstica se asocia a trastornos comportamentales y de que esta experiencia será predictora de futuros malos tratos en sus relaciones de pareja futuras.

 

Objetivos:

Nuestro interés era crear un grupo terapéutico abierto que favoreciera especialmente la concienciación de las integrantes para que estuvieran en condiciones de tomar una determinación: bien fuera una separación legal al ritmo que le permitiera su situación económica, laboral, social y de recursos familiares, bien de lograr convencer al maltratador de pedir ayuda y ponerse en tratamiento.
Nos propusimos como objetivos concretos:
- el cese del síndrome de Estocolmo (17)
- el cese del maltrato físico y psíquico
- el cese de la sintomatología de trastorno estrés Postraumático (17)
- la laboralización
- la socialización progresiva

 

Método

Muestra
El grupo lo constituyeron seis mujeres en edades comprendidas entre los 27 y los 53 años.
Dos de ellas estaban separadas.
Dos de ellas tenían un vínculo
familiar como suegra y nuera, por lo tanto, el marido maltratador de una de ellas era el hijo de la otra.

El nivel sociocultural era de clase media.

Tenían un promedio de dos hijos.
Cuatro de las mujeres no estaban laboralizadas, una se hallaba de baja por larga enfermedad aquejada de fibromialgia.

Encuadre terapéutico

El tratamiento duró doce meses en el que hubo seis de terapia quincenal de 150 minutos y seis meses de reuniones de control cada veintiún días.

Material

Para el diseño psicométrico de la investigación nos basamos en el protocolo de Echeburua de 1994, utilizando la misma batería de tests :Raven, Goldberg, STAI, Beck, cuestionario Variables Dependientes Maltrato, escala Gravedad Síntomas TEP, escala Conductas Objetivo, escala Inadaptación Social, FES, cuestionario Efectividad terapéutica , cuestionario de Ritmos e Intervención Grupal.

Por formación disciplinar propia decidimos utilizar la técnica de training group planteada por Bleger en 1975.

Terapeutas: terapeuta y coterapeuta mujeres.

Presupuestos teóricos del Training Group
(11) (12) (13) (14)(15)
-participación libre y espontánea de las participantes
-cada una de los participantes aportará sus esquemas referenciales( sus vivencias y sus traumas) y los pondrá a prueba en una realidad más amplia, la del grupo.
-las repeticiones de esquemas erróneos de comportamiento y de pensamiento (radialidad, estereotípias) serán detectadas por los componentes del grupo que las manifestará haciendo tomar conciencia a este individuo.
-el grupo será más o menos contundente en sus intervenciones, siendo labor del terapeuta y de la propia madurez grupal (cohesión, calidez emocional progresiva) que este mecanismo se lleve a cabo de forma soportable para el individuo que se está manifestando y para el propio grupo (emergente grupal).
-se producirá, entonces, un aprendizaje y rectificación de las vivencias fallidas (retroalimentación).
-no se prefijará un objetivo ni un esquema referencial concreto, aunque sí se pretenderá que el mecanismo utilizado sea cada vez más flexible ya que dentro del grupo siempre hay diferentes niveles de evolución emocional.

 

Resultados

Descripción de las fases por los modos relacionales:
a)Fase de los prolegómenos y las expectativas: el sometimiento al maltratador y sus vejaciones los vivían como un signo de fracaso personal y no se sentían víctimas sino culpables (Síndrome de Estocolmo, Barea, C. 2003) (16).
La motivación inicial de las participantes era comprender las causas de su malestar emocional (T. E. P. DSM IVF 43. 1) (17). La actitud era de intentar salir del paso.

b) fase de relación diádica:
b. 1 fase de presentación :
Las participantes se presentaron y contaron sus biografías. Pese a sus motivaciones, existía desconfianza de unas a otras participantes, no se miraban a penas a los ojos ni preguntaban el nombre y , por supuesto, estaban muy lejos de pedirse el teléfono (predominio de la relación paranoide).

Mantenían una comunicación prácticamente radial, dirigiéndose tan sólo a las terapeutas. Si alguna lloraba no se daba acercamiento físico. Lloraban sólo embargadas por la rabia.
b. 2 fase de la retroalimentación comportamental:
Conforme empezaron a explicar sus problemas (autorrevelaciones anteriores a la cohesión grupal) iba surgiendo un movimiento de perplejidad y desazón ante lo explicado: sentimientos de culpa y miedo, se autopercibían los esquemas referenciales erróneos.
La relación con las compañeras era abrupta y entrecortada, aunque se suavizaba conforme transcurría las sesiones, llegando al emergente grupal.
La dinámica grupal tenía un predominio narcisista: búsqueda de liderato de las más jóvenes, asociaciones de dos componentes con marginación del resto o de alguna invitada. Su discurso tenía procacidad irónica. Se dirigían a las terapeutas, no a las participantes, cuando se preocupaban por las faltas de asistencia de alguna de ellas: mostraban inquietud por si le habría acaecido algún percance con el marido.
Primeras estereotípias para rebajar la intensidad de las emociones que surgían interrumpiendo la retroalimentación ( generalmente exculpaban al maltratador).
Algún contacto telefónico en las que formaban el subgrupo transcurrido bastante tiempo.

c)Fase de la relación triádica:
Fase de la retroalimentación identificatoria
El lenguaje perdió un poco de virulencia pero persistió la ironía y la procacidad como forma lúdica de romper la tensión de lo contado.
Empezó a emerger el descubrimiento progresivo de las vivencias de las terceras participantes: se solía citar una frase o reflexión expuesta el día anterior a la que nadie había dado importancia aparentemente, demostrando que eran más sensibles de lo que su comportamiento analógico mostraba (rigidez comunicacional) y mostrando la capacidad de confirmar a sus compañeras .
La progresiva imitación deliberada de actitudes y estrategias(aprendizaje en espejo) se sometía a debate, haciendo a la siguiente sesión balance de los resultados entre todas (emergente grupal cada vez más fluído).
Tras diez sesiones se pusieron en círculo, rompiendo la relación radial (anteriormente se sentaban todas frente a las terapeutas).
Sesiones más tarde (antes de vacaciones de verano) se dieron los teléfonos de nuevo, esta vez con el fin de utilzarlos.
Se brindaron la casa en las últimas sesiones cuando una de ellas tuvo grandes problemas.
Llamaron al hospital , prudentemente, para saber alguna novedad sobre ésta.
Las estereotipias aprecieron más esporádicamente en momentos de alta intensidad.

Descripción del lenguaje comunicacional analógico:

a)En la fase de las expectativas y de la relación diádica:
Se sientan todas frente a las terapeutas en disposición radial.
No hay contacto visual cuando se contestan.
Comentarios de alta intensidad con fines intimidatorios.
Actitudes de exclusión- distanciamiento de demarcación geográfica en las líderes.
No expresan los afectos a través del llanto, hablan a gritos. , prefiriendo ser sarcásticas.

b) fase de la relación triádica:
Predomina la risa, las bromas o la complicidad con un contenido lúdico y procaz.
Pueden llegar a llorar de rabia.
c)Durante todo el tiempo:
Es de destacar que durante las sesiones mantienen la misma intensidad desde el principio hasta el fin , ésta no es progresiva.
Mantienen el mismo orden de ubicación entre ellas.
No hay ningún tipo de acercamiento físico como palmaditas en la espaldas, abrazos, etc.
Traen sus bebés a las sesiones en bastantes ocasiones.
Fuman mucho.

Resultados sociolaborales:
Todas las mujeres estaban laboralizadas al final del proceso grupal a excepción de la señora de baja.
Se amplió el círculo de amigos y hubo algún intento de formar nuevas relaciones.

Evolución del maltrato:
El maltrato físico cesó en todas ellas a partir de los primeros tres meses. Dos mujeres más se separaron temporalmente de los maridos, con dos intentos fallidos de reconstrucción matrimonial y un tercero tras el tratamiento del marido.
El maltrato psicológico se atenuó pero sigue permaneciendo a través de los lentos avatares judiciales de la separación, los desacuerdos y entorpecimientos en la manutención de los hijos y las visitas al padre de fin de semana y las vacaciones.

 

Resultados descriptivos:
Desribiremos los temas abordados en sesión tal como surgieron a voluntad del grupo.

1° sesión:
Descripción del maltrato sufrido por cada una de las integrantes. Expresan la negativa y la imposibilidad para volver a la propia familia de origen, sentimiento de soledad y de situación repetida.
Emergente global:”¿Es que somos masoquistas?”.
2° sesión:
Desazón importante, al criticar a los maridos, miedo a que el maltratador tome represalias sobre ellas. miedo por los hijos sin padre.
Emergente grupal: “Denunciar es empeorar y ser humillada en comisaría”.
3° sesión:
(En Navidad ha habido más crisis: borrachera del marido, discusiones por los hijos, puñetazos. Una de ellas ha denunciado por agresión al maltratador). El resto asustadas y angustiadas inician un movimiento de excusar y exculpar al maltratador: hijos maltratados de pequeños, han tenido una madre acomodaticia al dinero del padre que, por un lado, lo ha criticado a sus espaldas y, por otro, ha permitido que el hijo fuera maltratado por él.
Emergente grupal: “ Ellos son como una adicción para nosotras”.
4°sesión:
Descripción de las formas antiguas de comunicación con el maltratador: ellos no expresan verbalmente el conflicto sino que emplean la cólera y la brusquedad. Ellas no saben la causa del malhumor e intentan no contrariarlo ni contestarle.
Emergente grupal:”Da igual lo que hagas; no te libras”.
5° sesión:
(Inicio de laboralización de la recién separada. Empieza a haber preocupación si una de ellas no asiste a la reunión, curiosamente esa cohesión grupal no se ha expresado abiertamente entre ellas que no quieren tener el número de teléfono de las otras y a penas se han preguntado los nombres).
Se habla de la familia de origen de ellas: madres y abuelas machistas. No hay reconocimiento de esta hija”Yo era invisible para mi madre”.
Aparecen fantasías melancólicas respecto de dos de sus padres fallecidos ya, como fantasmas protectores que les salvan de lo peor”.
Al final de la sesión hay una gran cohesión grupal.
Emergente grupal: “Ni nos quieren ni nos han querido”
6° sesión:
(Otra de las mujeres, tras una disputa, ha hecho un intento de irse de casa, yéndose a casa de los suegros. El marido de otra que se ha se ha separado se pone en tratamiento específico).
Por otra parte, búsqueda de alternativas, discusión de qué estrategia a seguir, ensayos de nueva relación con el agresor. preocupación por las conductas imitativas de los hijos que se unen al padre en la confrontación o que lo emulan cuando éste no está en casa.
Emergente grupal: “¿Qué va primero: abandonar el domicilio, separarse o trabajar?”

7° sesión:
Descripción de los hijos: más clarividentes que las madres ante la conducta irracional del padre:”Mamá tú eres la única que no te das cuenta que papá está loco”. conflicto de lealtades. Conductas de imitación al padre. ”Es como un pequeño esposito”.
Vuelve a hablarse de la familia de origen del marido: hombres indecisos, dependientes a la madre que en ocasiones los maltrata o abusa de la confianza de ellos o los pone en contra de las esposas.
Emergente grupal:”Seguimos igual de desprotegidas. Ahora ya tenemos que hablar de nosotras mismas”.
8° sesión:
Tono depresivo durante la sesión: “Me siento culpable cuando intento ser yo”. ”¿Quiénes somos nosotras, después de habernos moldeado ellos a su gusto?. ””Ahora no sé lo que quiero”.
Emergente grupal: contrastando con el tono pesimista aparente deciden acuñar su lema: “¡Salir de la cocina!”.
9° sesión:
Sigue habiendo un tono depresivo con subidas y bajadas de humor general: sentimientos de culpa con los hijos por no haberlos sacado del conflicto separándose, culpables con los maridos, cansadas, sentimientos de soledad. Pero “ No, antes cuando estaba pendiente de él, estaba más sola”.
10° sesión:
Gran resistencia a hablar de la sexualidad , vergüenza y confusión( dos de ellas tiene antecedentes de abusos sexuales en su infancia), les resulta más difícil hablar del maltrato sexual actual del marido.
Emergente grupal:”Estos hombres son dignos de lástima porque no son nadie”.
11° sesión:
(Dos integrantes más se han puesto a trabajar, estudio de carnet de conducir). Empieza a haber una comunicación más circular y cálida. Cohesividad Los estados de ánimo bajos han hecho que se cuidaran las unas a las otras. Hablan de sexualidad de forma muy desinhibida.
Emergente grupal: “¿Seríamos capaces de tener una relación amorosa normal?”

 

12° sesión:
Hablan de las nuevas estrategias. También de las motivaciones para elegir este marido: Sentimientos de compasión hacia ellos o no saber exactamente el motivo o el deseo de marcharse de casa en una elección precipitada. “Era un reto para mi”. “Estoy preparada para equivocarme y fracasar porque creo que me lo merezco”. Se vuelve a evocar la biografía carencial de ellas y de no reconocimiento de ellas durante su infancia.
Emergente grupal:”Con una vida anterior mejor no hubiéramos escogido estos hombres como maridos”.
13° sesión:
(Una de ellas ha hecho las paces con el marido)
Discuten sus ensayos de autonomía que tienen conductas de provocación y de riesgo hacia el marido. Muchos sentimientos de culpabilidad.
Emergente grupal:”Si nos separamos ¿Qué vamos a hacer con nuestra vida?”.
14° sesión:
Se habla del estrés con el dinero de las separadas, los problemas de manutención de los hijos y la hipoteca.

 

Sesiones de control trisemanales

15° sesión:
(Intento fallido de reconciliación de una de las separadas. Fallece el marido de una de las señoras que seguían casadas por un proceso oncológico: inmensos sentimientos de culpa. Las demás compañeras no le dan el pésame deliberadamente).
Se habla de los procesos de separación y de las denuncias de los maridos. Las terapeutas facilitan información legal y de centros de acogida.
Emergente grupal:”Cuanto más mejoramos , más se desequilibran ellos”.
16° sesión:
Tras las vacaciones de verano, se habla de los problemas con los hijos: la oposición de las hijas, las conductas de imitación con el comportamiento del padre de los hijos varones más mayores. La hostilidad de todos ellos porque las madres no toman decisiones.
17° sesión:
(La mujer que ha enviudado se despide del grupo y se le sigue tratando individualmente, su nuera abandona el tratamiento pese a que el marido se ha descompensado totalmente con la muerte de su padre, pide información sobre centros de acogida porque la situación es insostenible).
Los hijos siguen recibiendo la tensión de los padres. En ocasiones el padre arremete contra el hijo para soliviantar a la madre. Hacen críticas ridiculizantes y compasivas. Cansancio hacia ellos.
18° sesión:
(Nuevo intento de reconstrucción matrimonial de la mujer cuyo marido está en tratamiento. Viene a la sesión grupal el nuevo marido de una de las separadas: problemas constantes con el ex marido maltratador, todo el mundo sufre las consecuencias del maltrato psicológico porque se niega a conceder el divorcio y hay problemas con los fines de semana que el padre pasa con este hijo. La segunda mujer que abandonó el tratamiento se separa del marido y se marcha a vivir con la suegra viuda )

 

Relación terapéutica con los maltratadores:
Uno de ellos acudió en un par de ocasiones a entrevista con la ex mujer.
Un segundo aceptó entrar en tratamiento especializado.

 

Conclusiones:

Según el resultado del retest hemos obtenido una evolución en la conciencia del maltrato, desapareciendo el síndrome de Estocolmo.
Han descendido los síntomas depresivos y los mecanismos de evitación en el TEP, persiste la ansiedad de rasgo y los síntomas somatoformes.
Según los cuestionarios de efectividad terapéutica y comunicacional, se describen con más conciencia y conocimiento de los problemas, capaces de tomar decisiones por sí mismas y con mayor capacidad para expresar sus ideas y decirlas bien.
El tratamiento, dicen, les ha servido para aumentar su autoestima. Ahora pueden relacionarse mejor con sus familiares.
El maltrato psíquico del ex marido a través de las manutenciones y las disputas por las estancias de fin de semana de los hijos continúan. Lo mismo hay que decir de los procesos legales entorpecidos o enlentecidos. El estrés por llegar a final de mes con una hipoteca y dos niños pequeños tampoco es controlable.

El tratamiento grupal ayuda a la socialización de la mujer maltratada y a aprender estrategias nuevas ante el maltrato físico.

 

Bibliografía

1 Echeburua , E. Corral, P. Amor, P. J. Sarasua, B. , Zubizarreta, I“(1997) “Repercusiones psicopatológicas de la violencia doméstica”. Revista de psicopatología y psicología Clínica, 2 , pp 1- 19.

2 Echeburúa, E y Corral, P. ”Manual de violencia familiar”Siglo XXI Editores. Madrid 1998.

3 Alcázar, M. A. Gómez Jarabo, G. ”Aspectos psicológicos de la violencia de género. Una propuesta de intervención”. psicopatología Clínica , Legal y Forense, Vol. 1 N° 2 , 2001 pp 33-49.

4 Walker, L: “The battered woman”. Harper & Row. New York 1979

5 Linares, J. L. Curso sobre violencia doméstica. psiquiatría hospital Vall d’Hebron de Barcelona , noviembre 2002

6 Boubil “Syndrome d’Ifigenia” Neuropsychiatrie de l’Enfance et l’Adolescence. Juin, 2001.

7 Marr, N. ”The epidemy of violence”. Michigan Medicine 93 (5) 34-49 , 2001

8 Costa Pau, M. “De tal palo tal paliza”. Diario El País . Barcelona, 12 enero 2003.

9 González de Rivera , J. L. “El maltrato psicológico”Espasa Calpe . Madrid 2002

10 Gardner, H. “Estructuras de la mente” F. C. E. México, 1987

11 Bleger, J. ”Grupo familiar. psicología y psicopatología”. El grupo psicológico, Buenos Aires 1959.

12 Bleger, J. ”Temas de psicología :Entrevista y Grupos”. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires 1975.

13 Jay Linn, S. ”Psicoterapia de grupo”. Desclée Borwer, 1988.

14 Puget, J. y Bernard, M. ”El grupo y sus configuraciones” Lugar Editorial, Buenos Aires 1991.

15 Gear, M y Siendo, E. ”Psicoterapia estructural de pareja y de grupo familiar” Ediciones Nueva Visión , Buenos Aires.

16 Barea, C. “Curso sobre Violencia Doméstica”. Col. legi Oficial de Metges de Barcelona Abril 2003.

17 DSM IV Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”. Masson, Barcelona 1995.

 


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