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Trastornos asociados al apego, últimas aportaciones.

Fecha Publicación: 02/05/2018
Autor/autores: Pilar Quiroga Méndez
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RESUMEN

Décadas de investigación han asociado los patrones de apego inseguro con un amplio rango de síntomas y patología en salud mental, así como con una disminución de la capacidad de resiliencia e incremento de la vulnerabilidad para el padecimiento de trastornos mentales. Los trastornos depresivos, por ansiedad generalizada, estrés postraumático, trastornos de la alimentación e ideación suicida, aparecen ligados a la presencia de apegos inseguros También existen asociaciones de los patrones tempranos de apego con respuestas psicofisiologicas, comportamientos saludables y enfermedades, así como con trastornos de personalidad. El apego ansioso aparece ligado con el trastorno límite y el histriónico. Apegos evitantes se relacionan con los trastornos esquizoides y evitativos de la personalidad, en sujetos con problemas relacionales, emoción restringida y tendencia a la evitación social. Este trabajo hace una revisión de los trastornos asociados a la presencia de apegos inseguros, así como analiza las últimas aportaciones que surgen para dar respuesta a las cuestiones de la "multifinalidad" por la que es necesario explicar como una vulnerabilidad inicial puede ser asociada con diferentes comportamientos patológicos (Cichetiti & Rogosh, 1996) y de las "trayectorias divergentes" o como dos individuos con un mismo patrón de apego desarrollan diferentes patologías. Se aporta el modelo de Transdiagnóstico de Ein Dor and Doron como una última propuesta para la comprensión del proceso de formación de síntomas a partir del apego (Ein-Dor & Doron, 2016). También se rescata en la llamada paradoja del apego la capacidad de adaptación funcional de los diferentes tipos de apego.


Palabras clave: apego humano, psicopatología.
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Salud mental .

Universidad Pontificia de Salamanca. Facultad de Psicología. Departamento de Psicología Evolutiva.

TRASTORNOS ASOCIADOS AL apego, ÚLTIMAS APORTACIONES
Mª del Pilar Quiroga Méndez.
quiroga@upsa. es

INTRODUCCIÓN
Décadas de investigación han asociado los patrones de apego inseguro con un amplio rango de
síntomas y patología en salud mental, así como con una disminución de la capacidad de
resiliencia e incremento de la vulnerabilidad para el padecimiento de trastornos mentales. Los
trastornos depresivos, estrés postraumático, trastornos de la alimentación e ideación suicida,
aparecen ligados a la presencia de apegos inseguros. Una línea de investigación muy presente
en esta revisión es la relación entre las diferentes patologías maternas y sus consecuencias en
términos de vínculos de apego con sus hijos. También existen asociaciones de los patrones
tempranos de apego con respuestas psicofisiológicas, comportamientos saludables y enfermedades, así como con trastornos de personalidad.
El apego ansioso aparece ligado con trastornos de alimentación y trastorno límite e histriónico.
Apegos evitantes se relacionan con los trastornos esquizoides y psicopáticos de la personalidad
en las investigaciones más recientes. Siempre nos encontraremos en este ámbito del apego y
la psicopatología con las cuestiones de la "multifinalidad" por la que es necesario explicar como
una vulnerabilidad inicial puede ser asociada con diferentes comportamientos patológicos
(Cichetiti & Rogosh, 1996) y de las "trayectorias divergentes", o como dos individuos con un
mismo patrón de apego desarrollan diferentes patologías. No encontramos aportaciones a
estos aspectos en las últimas publicaciones internacionales excepto el modelo de Transdiagnóstico de Ein Dor and Doron como una última propuesta para la comprensión del proceso de formación de síntomas a partir del apego (Ein-Dor & Doron, 2016). También se
rescata en la llamada paradoja del apego, la capacidad de adaptación funcional de los
diferentes tipos de apego al medio social, como uno de los aspectos más novedosos de
integrar en la actualidad de las teorías del apego.

METODOLOGÍA
Las bases de datos utilizadas han sido EDS (Multibuscador de recursos electrónicos), PsycInfo
(Base de Datos de la APA), y Psico Doc. Los descriptores han sido: attachment,
psychopathology, attachment and mental health. Las palabras claves en español, han sido
apego y psicopatología.

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
En la base de datos denominada EDS, las publicaciones globales correspondientes al descriptor
"attachment" han sido 3. 693. 316. Esta enorme cantidad de trabajos nos indica la importancia
y gran magnitud que ha alcanzado este tópico para la investigación actual. De todas estos
trabajos 2. 245. 904 han aparecido en los últimos 10 años; lo cual significa una aceleración en
la publicación de trabajos sobre esta temática que nos lleva a comprobar la actualidad de una
materia que remite el 60% de sus escritos a la última década y el 20% (749. 116) a los últimos
dos años.
Cuando nos referimos a la psicopatología del apego, aparecen 114. 992, esto supone tan solo
un 3% del total de las publicaciones. Sorprende que un concepto como el del apego tan ligado
a la salud mental y psicopatología, dedique a esta temática una proporción de trabajos tan
reducida. El 29, 4% de estas publicaciones aparecen en los últimos cuatro años (33. 845), y el
14, 4% (16. 616), en los últimos dos años, siguiendo una evolución similar a la de la
investigación general en apego, que indica una clara aceleración y aumento de publicaciones.
El hecho de que parezcan una tercera parte de las publicaciones en los últimos cuatro años nos
señala un importante incremento en el ritmo y la presencia de este tópico en la investigación
actual.
En la base de datos de la APA, aparecen 44. 658 publicaciones con la palabra clave
"attachment", situándose en la última década un 53%, y un 15% en los últimos dos años. Con
las palabras clave "attachment and psycopathology", las publicaciones se reducen a 2. 379 que
suponen un 5, 38 % del total. De nuevo parecen unos datos muy reducidos los dedicados al
tópico de la psicopatología, aunque ligeramente superiores a los hallados en el multibuscador
general. De estos, en los últimos cuatro años (2014-2018) tenemos 538 publicaciones, un
22, 6%, ; y un 11, 30% en los dos años últimos (269). Las palabras clave "attachment and

mental health" consiguen acumular 7. 749 trabajos, de los que 2. 100 pertenecen a los últimos
cuatro años, y 1. 217, a los últimos dos años. Estos últimos descriptores, si bien suponen un
mayor número de publicaciones, también son más inespecíficos, de modo que para los

objetivos de esta revisión se han elegido los descritos a través de la palabra clave
"psychopathology, causando de este modo una menor dispersión, al referirse a las patologías
convcretas que están relacionadas con el apego. Para esta revisión se han utilizado las
publicaciones en revista académicas y libros, desestimando la mayoría de las tesis doctorales y
recursos electrónicos, revisándose un total de 223 artículos y 23 libros correspondientes al
periodo 2015-2018.
En la revisión de fuentes en lengua española aparecen 84 resultados, siete en los últimos dos
años. dependencia emocional, trastorno límite de la personalidad, screening para trastornos de
personalidad proponiendo el apego de los padres y los rasgos de temperamento como
indicadores de riesgo para padecer estos trastorno en adultos (Forti, 2017). Se presenta la
inseguridad en el apego como un precursor relevante de las trayectorias vitales en personas
con trastorno Límite de la personalidad (Kokoulina, y Fernández, 2016). Diferencias
intergénero en la dependencia emocional, y las propiedades de un cuestionario de alexitimia
en población peruana, serían otros de los temas abordados.

PSICOPATOLOGÍA Y APEGO
Depresión
La sintomatología depresiva y el apego tienen una relación descrita desde el inicio en la trilogía
fundacional de Bowlby. Sin embargo los datos empíricos sobre las asociaciones entre el apego
adulto y el curso a largo plazo de la depresión son escasos. Destacamos un estudio con
pacientes depresivos a los que se le realiza un seguimiento de de siete años. Al final de este
periodo las medidas de apego evitativo y ansioso mostraron asociaciones significativas con la
gravedad de la depresión y el tiempo en que los pacientes se mantuvieron libres de síntomas.
El estilo de apego seguro predijo en comparación con el apego ansioso, una proporción
significativamente mayor de tiempo sin síntomas (4, 97 frente a 1, 10 años), y también en
comparación con el apego evitativo (4, 97 frente a 2, 20 años) y menor gravedad de la
depresión. Como limitaciones se señalan la presencia de una muestra no demasiado grande
(103 sujetos) que sin embargo permite afirmar el apego inseguro predice un curso
desfavorable de depresión durante un período de siete años. (Conradi et al. 2018)
El estilo de apego inseguro ha sido conceptualizado como uno de los factores implicados en la
vulnerabilidad depresiva. Sin embargo, no está claro cómo este estilo de apego conduce a un
mayor riesgo de depresión. Este estudio (Kwon et al. , 2017) encontró que las personas
deprimidas muestran una mayor inseguridad de apego y comportamientos interpersonales
disfuncionales en comparación con personal de un grupo de control sanas.

Además, se examinó una posible vía de mediación que conecta el apego inseguro y los síntomas
depresivos. Se descubrió que el vínculo entre el apego inseguro y los síntomas depresivos
estaba mediado por una búsqueda de reaseguración excesiva (ERS). Además, esta vía de
mediación fue significativa en el grupo con depresión mayor, pero no en el de depresión
reactiva. Estos hallazgos presentan un mecanismo, el ERS que vincula la ansiedad por
inseguridad en el apego y los síntomas depresivos. Los elementos de mediación son buscados
por diferentes autores. Beyderman, (2016) establece la presencia de factores de riesgo
cognitivo como la rumiación y los recuerdos sobregeneralizados como elementos mediadores
entre la depresión y el apego inseguro. Finalmente señalan que solamente se encuentra una
relación entre la rumiación, el apego y la depresión, pero no aparece una relación con la
memoria autobiográfica, otro de los aspectos mediadores que se había postulado en un
principio.
En el estudio de Dagnino (2017) se puede observar la complejidad de los factores que pueden
estar mediando y modificando las respuestas depresivas y su relación con el apego, los estilos
de personalidad y el apoyo social. El propósito de este estudio, es mejorar la comprensión
actual de la relación entre la depresión y el apego a través de la evaluación del papel de los
estilos de personalidad (dependientes versus autocríticos) junto con la percepción de apoyo
social.

Estas variables se estudiaron en una muestra clínica de 70 pacientes ambulatoriosdeprimidos (83% mujeres; M = 41, 47 años, SD = 12, 91). La sintomatología depresiva se
evaluó a través del inventario de depresión de Beck, el apego de adultos a través de la Escala
de Experiencias en Estrechas Relaciones, el apoyo social a través del cuestionario de Apoyo
Social y la dependencia y autocrítica a través del cuestionario de Experiencias Depresivas. Se
realizaron análisis de regresión de mediación y moderación. Los resultados muestran que la
asociación entre las dimensiones del apego (ansiedad y evitación) y la depresión fue
parcialmente mediada por la autocrítica. Además, los resultados demuestran el papel del
apoyo social como una variable moderadora. Cuando el nivel de satisfacción con el apoyo
social era bajo, la dimensión de ansiedad en la escala de apego era alta, a medida que

aumentaba la evitación, los síntomas depresivos aumentaban también. Los resultados se
discuten en relación con su importancia para comprender la compleja interacción de las
variables involucradas en la depresión.
Dos estudios con dos muestras independientes intentaron investigar si el pensamiento
repetitivo sobre el afecto negativo (RTna) y el pensamiento repetitivo sobre la madre (RTm)
pueden ser mecanismos en la asociación entre ansiedad de apego y síntomas depresivos en la
infancia media. En el Estudio 1 (N = 381) y el Estudio 2 (N = 157), los niños de 9 a 12 años
completaron cuestionarios de autoinforme que miden el apego, la RTna y los síntomas
depresivos. En el Estudio 2, adicionalmente, se desarrolló un cuestionario para medir RTm, y
se calculó un puntaje compuesto para los síntomas depresivos informados por la madre y por
sí mismos. Los resultados mostraron asociaciones positivas entre ansiedad por apego, RTna y
RTm, síntomas depresivos autoinformados y síntomas depresivos acordados por la madre y el
niño. RTna y RTm mediaron la relación entre la ansiedad de apego y estos síntomas
depresivos. RTm mediado esta relación, por lo tanto, RTna y RTm parecen ser mecanismos
independientes que explican la asociación entre ansiedad de apego y síntomas depresivos en la
infancia media (Van de Walle et al. , 2016)
La depresión adolescente ocupa varias líneas de investigación, en un estudio de gran interés
para la intervención (Bozanolu et al. , 2017), se destaca el valor de las variables intermedias
en la asociación entre el apego y la salud mental, y se demuestra que el uso del lenguaje y la
regulación de emociones son posibles mediadores entre el apego a los padres y la depresión.
Por otro lado las transiciones del apego en la adolescencia predicen cambios en los síntomas
de la depresión desde la adolescencia tardía hasta la edad adulta en una muestra
afroamericana, y en un trabajo relevante además por su metodología longitudinal. Los
resultados demostraron que los adolescentes que informaron un estilo de apego seguro
estable, tuvieron niveles más bajos de síntomas depresivos durante la edad adulta que
aquellos individuos que pasaron de seguro a inseguro, de inseguro a seguro, o estaban en el
grupo de los apegos inseguros. Curiosamente, los individuos en los dos grupos de transición
de apego tuvieron una tasa de disminución más rápida de los síntomas de depresión a lo largo
del tiempo en comparación con los dos grupos de estabilidad. Los datos apoyan la
investigación que muestra una asociación entre las transiciones en el apego durante la
adolescencia y la depresión en la edad adulta. Además, los hallazgos de este estudio sugieren
que puede haber características de protección asociadas a estas transiciones. (Cook et al. , 2016)
Los estilos de apego inseguros han sido consistentemente identificados como factores de
riesgo para la psicopatología del adolescente y más específicamente en la ideación suicida. En
este artículo se investiga sobre la relación entre los estilos de apego y la gravedad de la
ideación suicida dentro de las muestras clínicas. Los resultados indicaron que las expectativas
negativas para la disponibilidad del cuidador en la entrevista Narrativa del suicidio se
asociaron tanto con la inseguridad del apego como con la intensidad de la ideación suicida de
los adolescentes. Esta disponibilidad se sitúa por tanto como un objetivo importante para la
intervención clínica.
Otro aspecto que ocupa un número importante de publicaciones es el que une el
apego con la situación de las madres con desórdenes depresivos u otro tipo de
patologías maternas, profundizando en los factores que influyen en un buen ajuste
redaccional madre-hijo, en la primera época de la vida.
La depresión materna plantea un riesgo para la relación madre-hijo y para el desarrollo del
niño y por ello abundan los trabajos sobre este tema. De manera similar, los estilos de apego
maternos inseguros pueden limitar la capacidad de las madres para conectarse adecuadamente en el recién nacido durante el período posparto. El objetivo de Nonnenmacher (2016), fue investigar el efecto de la depresión materna y el apego inseguro en la vinculación
de una muestra de 34 mujeres con depresión y 59 mujeres sanas. La depresión materna se
evaluó de 3 a 4 meses después del parto con la entrevista Clínica Estructurada para Trastornos
del Eje I del DSM-IV (SCID-I), el vínculo con el cuestionario de Posparto y el estilo de apego
materno con la entrevista de Estilo de apego. Las mujeres con depresión actual y crónica, y las
que tenían un estilo de apego desorganizado, informaron una menor vinculación. El análisis
exploratorio reveló que la combinación de depresión materna y estilo de apego desorganizado
puede plantear una constelación de riesgo especial para el desarrollo del vínculo madre-hijo
que debería abordarse en los programas de prevención e intervención temprana
La depresión materna y los trastornos de ansiedad son factores de riesgo para el desarrollo de
trastornos del apego y creación de psicopatología según describe el trabajo de Reck (2017). En
esta investigación se analiza si el niño en edad preescolar presenta en un nivel sintomático y
de comportamiento posibles vínculos con la salud mental materna, en una muestra de madres
deprimidas y ansiosas. Los datos a los 3-9 meses después del parto y en la edad preescolar de
4, 6 años, mostraban como la inseguridad del estilo de apego materno mediaba en la relación a
lo largo del tiempo y con la capacidad de respuesta del niño.
Del mismo modo que la depresión afecta negativamente el desarrollo infantil, la alta
disponibilidad emocional (EA) la afecta positivamente. Este interesante trabajo intenta responder a las razones o factores que promueven u obstaculizan la EA materna, ya que este
contenido no se ha investigado sistemáticamente (Licata et al. , 2017). El presente estudio
investigó dos grupos de mujeres unas aquejadas de depresión postparto y/o trastorno de
ansiedad, y la otra mitad constituido por un grupo de control de mujeres saludables. Los
resultados mostraron que tanto la baja inseguridad del estilo de apego materno como las altas
habilidades de ToM predijeron significativamente la sensibilidad y disponibilidad emocional
materna, independientemente del postparto, de la psicopatología y de la educación como factores concurrentes. Además, la inseguridad del estilo de apego materno mediaba completamente el vínculo entre la psicopatología y la sensibilidad posparto materna, por lo que
desde este artículo se concluye que existen aspectos (ToM y estilo de apego materno), que
aun en el caso de psicopatología postparto, pueden amortiguar los efectos negativos de este
trastorno en la sensibilidad materna para la interacción madre-hijo.
Destacamos la publicación de un capítulo de libro en el que se resumen las principales
aportaciones sobre las vinculaciones entre progenitores e hijos durante el primer año de vida
(Goodman et al. , 2016) y se señalan las principales discrepancias que hemos presentado en
los artículos anteriores.

Aunque en general se identifica un mayor riesgo de apego infantil inseguro o desorganizado cuando la madre está psiquiátricamente enferma, también aparecen datos equívocos que sugieren que deben considerarse otros factores de riesgo, así como los
factores de resiliencia. Queda por tanto mucho trabajo por hacer para comprender la compleja
relación entre la salud mental materna y la calidad del apego. Una de las autoras Liu (2017)
realiza al año siguiente un trabajo sobre la relación entre los síntomas depresivos maternos y
el desarrollo cognitivo del niño mediante una revisión sistemática de la literatura, cuyos
resultados indicaron que los síntomas depresivos maternos están relacionados con puntuaciones cognitivas más bajas en la primera infancia.
Aunque existan divergencias la relación entre niños y madres deprimidas se han caracterizado
por ser menos sincrónicas y con una menor sensibilidad materna, lo que fomenta una relación
de apego que puede ser insegura entre madre e hijo. Por lo tanto, estos niños pueden
experimentar un mayor estrés en la vida temprana y tienen un mayor riesgo de desarrollo
socioemocional complicado. La aportación de este trabajo consiste en ampliar el rango con la
afirmación de que esta asociación que crea riesgo para el bebé, también se ha encontrado en
mujeres con síntomas depresivos leves. Las madres primíparas con depresión subclínica
difirieron significativamente de las madres control sanas, es decir, mostraron un apego peor de
madre a hijo y mayor hostilidad relacionada con el bebé 6-8 meses después del parto. Como
era de esperar, el temperamento del bebé y la historia de las propias experiencias de crianza
de la madre se asociaron con el apego madre-hijo, pero no explicaron los efectos negativos de
la depresión subclínica en la relación madre-hijo. Estos hallazgos tienen una gran importancia
dadas las altas tasas de prevalencia de depresión materna, y las preocupantes consecuencias
en el desarrollo de la relación madre-hijo. Se necesitarán entonces intervenciones tempranas
que se centren en la díada madre-hijo y se dirijan no solo a las madres con depresión clínica
sino también a las depresiones subclínicas.
Smith-Nielsen (2016) aporta una nueva información para comprender la divergencia de los
datos sobre afectación de la depresión materna en los niños por alteración del patrón de
apego. Las diferencias en os resultados de los estudios sobre los efectos de la depresión
posparto puede deberse a que no se tienen en cuenta los trastornos de personalidad previos o
subyacentes de las madres. La depresión postparto se asoció con la inseguridad del apego
solamente si la madre también tenía un diagnóstico de trastorno de personalidad asociado. Los
bebés de madres con depresión postparto sin trastorno de personalidad no diferían de los
bebés de madres sin psicopatología. Estos resultados sugieren que, los trastornos de
personalidad subyacente y estable, pueden ser cruciales para entender cómo la depresión
postparto impacta en la crianza de los hijos y el desarrollo social y emocional infantil.
Trastorno por autolesiones. NSSI
El trastorno por autolesiones descrito en inglés como NSSI, (Nonsuicidal self-injury
disorder) se refiere a la destrucción directa, deliberada y socialmente inaceptable del propio
tejido corporal en ausencia de una intención letal (Nock, 2010), Este trastorno configura un
patrón novedoso que se está convirtiendo en alarmante por su alta incidencia en los últimos
años. Aparece en varios artículos relacionado con el constructor de apego y aplicado a la edad
de la adolescencia. Según el metaanálisis a portrado por Jiang, You, Zheng y Lin (2017) la
prevalencia internacional de NSSI entre los adolescentes es de hasta 17, 2%. Swannell, Martin,
Page, Hasking, y St. John, (2014) afirman que el NSSI aumenta el riesgo de futuros intentos
de suicidio. En el artículo se pone un mayor énfasis en los aspectos protectores, en vez en los
riesgos. Los resultados indican como el vínculo de apego puede conducir a avances
significativos en el tratamiento de este comportamiento ya que el enfoque funcional del NSSI
propone que este trastorno sirve a funciones inter e intra personales (por ejemplo, para atraer
atención o evitar el castigo y para aliviar afectos o para generar sentimientos deseados;
Bentley, Nock y Barlow, 2014; examinaron dos posibles factores de protección para el NSSI
adolescente: un factor interpersonal de apego y un factor intrapersonal de autocompasión
(Mikulincer & Shaver, 2007; Van Vliet & Kalnins, 2011)
La investigación aporta la información de que aunque parezca que las relaciones primarias en
la adolescencia son las de los pares, sin embargo, es la calidad del vínculo con los padres es el
que tiene un mayor efecto en la predicción de NSSI. También sugieren que el apego maternopaterno afecta de manera diferente los resultados psicológicos. Aunque la calidad del apego
con los padres en relación con el NSSI ha sido menos estudiada que la calidad del apego con
las madres (Claes et al. , 2016; Gandhi et al. , 2016), los pocos estudios existentes revelaron
resultados inconsistentes. Específicamente, algunos encontraron que la frecuencia NSSI se
asoció con el apego inseguro materno y paterno (Gratz, Conrad, y Roemer, 2002) y la mala
calidad de la relación con ambos padres (Di Pierro, Sarno, Perego, Gallucci y Madeddu, 2012)
mientras que otros encontraron que la percepción de los participantes sobre las relaciones con
los padres era un mejor predictor de NSSI que su percepción de las relaciones con las madres
(Hallab y Covic, 2010; Hilt, Nock, Lloyd-Richardson y Prinstein, 2008).
En un trabajo con una amplia muestra Tatnell, Hasking, Newman, Taffe, J. , & Martin, (2017)
destacan como el riesgo de NSSI está asociado a un historial de abuso/agresión física y sexual,
junto con relaciones de apego deficientes y regulación insuficiente de las emociones
adolescentes. Un total de 2, 637 adolescentes (entre 12 y 15 años) completaron un
cuestionario que se repitió 12 y 24 meses después. En todo el estudio, el 9. 4% informó un
historial de NSSI. Se asociaron con NSSI abusos, relaciones de apego deficientes y pobre
regulación emocional. Los mismos autores (2014) ya habían realizado dos años antes una un
trabajo sobre una amplia muestra de adolescentes donde habían aportado datos de un 10%
de incidencia, e identificado el apego ansioso con el inicio del NSSI, factores de baja autoestima y eficacia interpersonal, como aquellos que predicen la aparición, siendo el apoyo familiar un protector importante.

Otros dos trabajos profundizan en el NSSI en relación con el apego, es el de Martin, Raby, Labella y Roisman (2017) que en un estudio aportan como
las s experiencias de abuso y negligencia son prededictoras de la gravedad del NSSI, siendo el
apego ansioso en cuidadores un elemento que correlaciona con trastornos más severos. Este
mismo autor realiza un segundo trabajo en el que se observa que son los apegos ansiosos, no
los evitativos los que están más relacionados con un mayor riesgo en este trastorno. (Martín et
al 2017)b

Trastornos de alimentación.
La sobrevaloración de la forma corporal y el peso de las personas con trastornos alimentarios
se explican supuestamente por una alteración en la manera en la cual experimentan su propio
cuerpo (enbodyment). Además, los trastornos del apego parecen promover el uso del cuerpo
como fuente de autodefinición. Monteleone et al. (2017) evalúan el papel del cuerpo en la
conexión entre el apego y psicopatología. Los hallazgos demostraron una relación potente entre el apego inseguro y los trastornos de identidad. La inseguridad del apego es un factor de riesgo potencial para el desarrollo y mantenimiento de los trastornos alimentarios. El trabajo
de Tasca et al. (2017) presenta una validación del cuestionario de apego (ECR) para la población con trastornos a de alimentación. Las conclusiones de este trabajo permiten asociar los apegos ansiosos y evitativos con los trastornos del comportamiento alimentario.
Los estados de apego inseguros pueden tener un impacto sobre la regulación emocional y el
funcionamiento interpersonal que contribuyen a las descompensaciones de trastornos por
atracón, según señala Maxwell et al. (2017), afirmando como el tratamiento psicológico grupal
 puede facilitar los cambios de apego inseguro a seguro, y de estados de apego desorganizados sin resolver a no desorganizados. Este estudio utilizó la teoría del apego para comprender mejor la psicopatología subyacente y la mejor la respuesta al tratamiento.

El apego ansioso puede ser un factor básico y de mantenimiento para las mujeres con trastorno
por atracón. Las psicoterapias psicodinámicas e interpersonales de tiempo limitado, como la
psicoterapia interpersonal psicodinámica grupal, pueden ayudar a estas personas a procesar y
organizar sus recuerdos de apego para conducir a una mejor regulación de los afectos y
funcionamiento interpersonal.

Las teorías psicológicas y el tratamiento del trastorno por atracón y sobrepeso, pueden beneficiarse al considerar parte del patrón alterado el estado de
apego inseguro. Se examinan las contribuciones independientes e interactivas de dos rasgos
de personalidad centrados en las relaciones interpersonales (evitación social y apego inseguro)
y la búsqueda de confianza en relación con la psicopatología. Los resultados demuestran la
importancia de buscar consuelo en psicopatología entre mujeres con TCA quem tienen
características de personalidad caracterizadas por la evitación social.
La conexión entre los trastornos alimentarios de la madre y los problemas de alimentación de
los hijos se ha demostrado sustancialmente. Este estudio piloto se centró en las interacciones
entre las madres con trastornos alimentarios y sus niños pequeños en situaciones de no
alimentación. Se compararon veintiocho díadas de madres con trastornos alimentarios
prenatales y sus niños pequeños con un grupo de control de casos similares sin trastorno
alimentario. Se analizaron la alimentación materna actual y la psicopatología coexistente, los
síntomas de los niños y las interacciones madre-hijo. Sadeh-Sharvit, Levy-Shiff, Arnow, & Lock
(2016) encontraron que las madres con trastornos alimentarios eran menos sensibles a sus
hijos, trataban de controlar más sus conductas y eran menos felices durante las interacciones
madre-hijo. Los niños en el grupo de trastornos de la alimentación materna se calificaron como
menos receptivos a sus madres, y sus madres también informaron más problemas de
comportamiento que aquellos en el grupo de control. Los hallazgos implican que los trastornos
alimentarios de la madre pueden estar relacionados con una amplia gama de comportamientos
maternos e infantiles adversos que van más allá de los relacionados con la alimentación. En
otro trabajo Barona, Andersen. , & Micali (2016). Afirmaron que existen problemas asociados a
la maternidad en pacientes con
anorexia,

TCA. Se estudia si los hijos de madres con diagnóstico de bulimia y ambos, comparados con hijos de madres sin diagnósticos sufren algún

tipo de alteración. Los resultados son concluyentes al afirmar que las niñas de madres con
anorexia tuvieron mayores probabilidades de tener problemas emocionales y las niñas de
mujeres con bulimia tuvieron problemas de conducta en comparación con los hijos de mujeres
sanas.
Trastorno Límite de la personalidad.
Sobre una muestra de 60 adolescentes, de entre 15 y 18 años, diagnosticados con TLP, este
estudio transversal de Ramos et al. ,

(2016) utilizó un modelo de ecuaciones estructurales para examinar la asociación entre la percepción del apego y las características de la
personalidad de los participantes. Se analizaron los datos de las medidas de autoinforme de
apego y personalidad, y los resultados mostraron una asociación significativa entre el apego y
las dimensiones de internalización/externalización, que simultáneamente influyen en los rasgos
de personalidad. La percepción de apego ansioso se relacionó positivamente con la dimensión
de internalización y, negativamente con la dimensión de externalización. Sin embargo, la
percepción de la evitación del apego no estaba relacionada con la internalización o la
externalización en las dimensiones de la personalidad. En un estudio procedente de una
muestra con pacientes aquejados de TLP en México se llega a conclusiones discrepantes
(Lerma et al. , 2016), ya que en la población evaluada se observa un porcentaje de apego seguro e inseguro similar en pacientes con trastorno límite de la personalidad y se recomienda por tanto realizar más estudios para comprender la relación de estilos de apego y
psicopatología
Los estudios previos sobre el desarrollo del trastorno límite de la personalidad (DBP) sugieren
una transmisión transgeneracional de la calidad de la relación padre-hijo, que también puede
verse influida por el estado de salud mental de los padres. Este estudio de Infurna et al.
(2016) analiza el efecto transgeneracional de las experiencias de vinculación de los padres en
el desarrollo del TLP en sus descendiente, y por otro lado examinar la asociación entre el estado de salud mental de los padres y el TLP en la descendencia. Se encontró que el bajo cuidado parental produjo un efecto transgeneracional de la madre en la descendencia.
Además, se encontraron asociaciones significativas entre los síntomas psiquiátricos paternos y
el TLP adolescente. Los elevados niveles de estrés paterno mediaban la asociación entre el
afecto materno informado por los padres y el TLP en las hijas. Existe evidencia de un efecto
transgeneracional de la vinculación de los padres específicamente para mujeres adolescentes
con TLP, en comparación con otros sujetos de control clínico. Estos hallazgos resaltan la
importancia de incluir a ambos padres en futuras investigaciones y en el tratamiento clínico
temprano en adolescentes con TLP.
La mayor parte de las publicaciones aceptan que los rasgos límite del trastorno de la
personalidad están relacionados tanto con los estilos de apego inseguros como con los déficits
en la mentalización y la metacognición. Sin embargo, se sabe menos acerca de cómo el estilo
de vinculación interactúa o no con los déficits en la mentalización y la metacognición para
crear, mantener o influir en los niveles de rasgos límite del trastorno de la personalidad. En
este estudio, Outcalt, et al. (2016) examinan la hipótesis de que el dominio metacognitivo,
capacidad de usar el conocimiento sobre los estados mentales y otros para sobrellevar la
angustia y resolver problemas sociales, modera la relación del estilo de apego ansioso con la
severidad de los rasgos límite del trastorno de personalidad

Se recopilaron evaluaciones concurrentes de dominio metacognitivo utilizando la escala de Evaluación Metacognitiva
Abreviada, estilo de apego ansioso usando Experiencias de escala de Relaciones Estrechas y
rasgos límite de trastorno de personalidad usando la entrevista Clínica Estructurada para
Trastornos del Eje II DSM-IV. Los participantes fueron 59 adultos en una fase temprana de
recuperación de los trastornos por consumo de sustancias en un entorno residencial. Los
resultados revelaron que el dominio metacognitivo moderaba la relación del estilo de apego
ansioso con el número de rasgos de trastorno límite de la personalidad. Se realizó una división
mediana de las puntuaciones de apego ansioso y de dominio metacognitivo, obteniéndose 4
grupos. Un análisis de covarianza indicó que los participantes con niveles más altos de apego
ansioso y peor dominio metacognitivo tenían más rasgos límite de trastorno de personalidad
que los otros grupos después de controlar los niveles de psicopatología. La conclusión señala
que el apego inseguro puede asociarse con un mayor número de rasgos de trastorno límite de
la personalidad en presencia de déficits en el dominio metacognitivo. Desde estas conclusiones
los pacientes que abusan de sustancias y poseen rasgos límite, pueden beneficiarse del
tratamiento que aborda el dominio metacognitivo.
Psicopatía
En una tesis doctoral presentada el año 2017 se quiso identificar jóvenes con rasgos
psicopáticos y estilos de apego deficientes (Denton, 2017). El análisis estadístico apoyó
parcialmente la relación entre el apego evitativo y el egocentrismo en delincuentes juveniles,
aunque no se encontraron otras relaciones estadísticamente significativas, lo cual indica la necesidad de evaluar de forma más completa y actualizada esta población utilizando estos aspectos relacionados con la teoría del apego.
Un segundo trabajo Christian et al. (2017), incluye un estudio de factores ambientales
tempranosimplicados en el desarrollo de rasgos psicopáticos en la adolescencia. Se
examinaron las relaciones entre los eventos de la vida temprana, los rasgos de psicopatía y el
apego a los padres en una muestra de 206 adolescentes. Los resultados indicaron que el
número total de eventos negativos de la niñez temprana correlacionaban positivamente con el
componente afectivo de la psicopatía. Los hallazgos sugieren que los factores ambientales
tempranos podrían tener implicaciones importantes para el desarrollo de rasgos psicopáticos, y
pueden afectar la relación de apego con los padres en jóvenes con estos rasgos.
TOC
Ivarsson, Saavedra, Granqvist, & Broberg ((2016), investigaron si la experiencia de apego
inseguro podría contribuir al desarrollo del trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Entrevistaron
a 100 adolescentes, con TOC primario, trastorno depresivo (DD), OCD más DD y población
control general (CTR). Se utilizó la entrevista de apego para adultos para evaluar las
experiencias de apego (AEs), incluido el EA traumático y adverso (TAE). Los adolescentes con
TOC, OCD + DD y DD tenían poca evidencia de comportamiento parental seguro/de base
segura y sus necesidades de apego infantil se consideraron rechazadas en comparación con los
controles. La sobreprotección no fue característica del TOC, y los padres que usaron al niño
para sus propias necesidades (niveles elevados de participación/inversión de roles) solo se
presentaron en DD, con bajos niveles en TOC, OCD + DD y CTR. Las experiencias traumáticas,
a menudo múltiples, y/o relacionadas con el apego se informaron significativamente más a
menudo en el grupo de DD, y fue menos común en OCD + DD, CTR y particularmente en el
grupo de TOC. En el TOC, se informó poca TAE y los EA adversos fueron menos graves y
parece poco probable que contribuya directamente a la etiología del TOC. En DD y hasta cierto
punto en OCD + DD, un AE / TAE serio puede tener algún significado etiológico para los
estados depresivos.

Psicosis
La evidencia sugiere que los estilos de apego pueden influir en los fenotipos de la psicosis
subclínica (esquizotipia) y los trastornos afectivos y pueden aparecer asociados a la psicosis y
a la adversidad infantil (Russo et al. 2018). Sin embargo, el papel del apego en las etapas
iniciales de la psicosis sigue siendo poco conocido. El objetivo de este trabajo fue describir y
comparar los estilos de apego en 60 personas con un riesgo muy alto de psicosis (UHR) y una
muestra combinada de 60 voluntarios sanos (HV). El HV tuvo puntajes de apego ansioso y
evitativo más bajos que los individuos UHR. Sesenta y nueve por ciento del grupo UHR tenía
más de un diagnóstico DSM-IV, principalmente trastornos afectivos y de ansiedad. El grupo
UHR experimentó más síntomas de humor y ansiedad. En el grupo UHR, solo la esquizotipia y
la paranoia se correlacionaron con apego inseguro. En el grupo HV, la depresión, la ansiedad,
la esquizotipia, la paranoia y la ansiedad social se correlacionaron con un apego inseguro.
Trastrono por estrés posttraumático. PTSD
Se sabe que la separación prolongada de los padres es un factor de riesgo para contraer
psicopatología, pero este estudio Bryant et al. (2017), evaluaron el impacto de la separación
breve de los padres durante una situación traumática infantil afirmando la relación de este
evento (incendios forestales en Australia) con tendencias de apego y estrés postraumático en
adultos. Una muestra de 806 niños expuestos a un gran desastre de incendios forestales
australianos en 1983 fueron evaluados más adelante (edad media 7-8 años) a través de
informes parentales de exposición al trauma y de separación de los padres durante los
incendios. Se evaluaron 28 años después de la evaluación inicial en la escala. Los resultados
indican que la separación de los padres se relacionó significativamente con un estilo de apego
evitativo como adulto, a su vez asociado reexperimentación. El apego ansioso se asoció con la
reexperimentación, y excitación. Estos hallazgos demuestran que la separación breve durante
el trauma infantil puede tener efectos duraderos en la seguridad de apego y que esto puede
asociarse con psicopatología post-traumática de adultos.
Muzik, et al. (2017) compararon madres con depresión o PTSD y relacionaron estos perfiles con
el deterioro en los cuidados a los bebes. Se encontró que las madres con depresión
clínicamente significativa tuvieron el mayor deterioro parental (autoinforme y observado), y
que las madres con PTSD clínicamente significativo mostraron comportamientos interactivos
similares a los grupos de control sanos o expuestos al trauma pero resistentes (es decir, sin
psicopatología posparto). Los resultados muestran que en el contexto del historial de abuso
infantil y/o trastorno de estrés postraumático actual, la depresión materna clínicamente
significativa fue el factor más destacado durante la infancia que se asoció con el deterioro del
cuidado maternal.
La cuestión de si los niños pueden verse afectados por la traumatización de sus padres ha sido
el tema de un largo debate.

Van Ee,

Kleber, y Jongmans, (2016). Exponen una revisión

crítica de 72 estudios de investigación sobre padres traumatizados con síntomas de trastorno
de estrés postraumático (TEPT), revisando la interacción entre padres e hijos y el impacto en
su hijo no expuesto inicialmente al trauma (0-18 años). La evidencia sugiere que la
traumatización puede causar limitaciones parentales, y estas limitaciones pueden interrumpir
el desarrollo del niño pequeño. De los estudios revisados surgieron varios patrones: patrones
relacionales de padres traumatizados a los que se observa emocionalmente menos disponibles
y que perciben a sus hijos de forma más negativa que los padres sin síntomas de TEPT.
Patrones relacionales de niños que en una edad temprana son fácilmente desregulados o
angustiados y en una edad más avanzada tienen más dificultades en su desarrollo psicosocial
que los hijos de padres sin síntomas de TEPT. Y también patrones relacionales que muestran
similitudes notables con patrones de padres deprimidos o ansiosos. Los mecanismos tales

como la mentalización, el apego, los factores fisiológicos y el ciclo de abuso ofrecen una
perspectiva valiosa para ampliar nuestra comprensión de los patrones relacionales. Este
artículo se basa en trabajos previos al discutir los patrones surgidos entre padres
traumatizados y sus hijos no expuestos desde una perspectiva relacional y transaccional, y
contradice sus resultados con el trabajo anterior.

PSICOFISIOLOGÍA Y ESTRUCTURA CEREBRAL
La respuesta de apego está imbricada en los mecanismos psicofisiológicos cerebrales, el
receptor de glucocorticoides, la metilación NR3C1 es descrito por Bosmans, Young, y Hankin
(2018) y también por Mulder et al. (2017), y Schechter et al. (2017),

El polimorfismo en el receptor de oxitocina se vincula con las respuestas de apego según trabajos de Sippel et al.
(2017). Aunque los bebés están biológicamente predispuestos a vincularse, las experiencias
adversas de la vida temprana que involucran al cuidador programan negativamente los
sistemas neurales que controlan el estado de ánimo, la memoria y la emoción, y confieren
susceptibilidad a la psicopatología de la vida posterior. Las pistas de la investigación clínica y
básica sugieren que esto se debe al desarrollo cerebral comprometido y a la regulación de las
emociones alteradas, aunque los mecanismos subyacentes siguen siendo poco conocidos.
(Rincón, 2016). Los hallazgos de la investigación proporcionan información sobre el vínculo
entre el abuso infantil y la depresión posterior, pero también sugieren que las señales
relacionadas con el trauma comparten propiedades con los antidepresivos y pueden alterar la
actividad de la amígdala para aliviar el estrés y los estados de ansiedad. En resumen, las
señales relacionadas con el trauma infantil modulan la función neuroconductual de los adultos
al controlar la actividad de la amígdala, proporcionando así oportunidades para la intervención
y posiblemente la corrección de los resultados desadaptativos relacionados con la psicopatología resultante del trauma. Sobre la función de la amígdala en el vínculo emocional humano destaca el trabajo de Thijssen et al. (2017) que describe diferencias en la conectividad
de la amígdala relacionadas con la sensibilidad parental.
Por último las experiencias negativas con un cuidador durante la infancia pueden provocar
cambios a largo plazo en la función y el comportamiento del cerebro, pero los mecanismos
subyacentes no se comprenden bien. La hipótesis central es que los cambios cerebrales y
conductuales son conferidos por la adversidad en la primera infancia a través de cambios
epigenéticos que involucran la metilación del ADN.

En la corteza prefrontal, hay aproximadamente el doble de neuronas que la glía, y los estudios han demostrado
recientemente patrones de metilación de ADN diferenciales y distintivos en neuronas versus no
neuronas. Aquí, extrajimos núcleos del mPFC de animales adultos que habían experimentado
maltrato y usamos la clasificación celular activada por fluorescencia para aislar los tipos de
células antes de realizar la secuenciación de bisulfito para estimar la metilación de los sitios de
citosina-guanina. Nuestros datos indican que el estrés temprano en la vida indujo la metilación
del ADN asociado con Bdnf IV en una forma de tipo celular y sexo específico. Específicamente,
las mujeres que experimentaron maltrato temprano mostraron una mayor metilación neuronal
de citosina guanina en comparación con los controles, mientras que no se detectaron cambios
en la metilación de Bdnf en los hombres, independientemente del tipo de célula. Estos cambios
localizan la especificidad de nuestros hallazgos previos a las neuronas mPFC y resaltan la
capacidad del maltrato para provocar cambios de metilación que probablemente tengan
consecuencias funcionales para la función neuronal. (Blaze, & Roth, 2017).
En una línea parecida Matas, Bock, & Braun, K. (2016), destacaron que el desarrollo del
cerebro depende de la naturaleza en formato de genes, y nutrición de un individuo a través

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